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Celebración Palabra

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12 LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA

RITO PARA DISTRIBUIR LA SAGRADA COMUNIÓN


FUERA DE LA MISA

1. RITO CON UNA CELEBRACIÓN EXTENSA DE LA PALABRA DE


DIOS
26. Esta forma se ha de emplear principalmente cuando no se celebra la Misa o cuando la sagrada
comunión se distribuye a horas fijas, de modo que los fieles también se alimenten en la mesa de
la Palabra de Dios. Porque, oyendo la Palabra de Dios, conocen que las maravillas divinas que se
proclaman culminan en el misterio pascual, cuyo memorial se celebra sacramentalmente en la
Misa, y en el cual participan por la comunión. Además, recibiendo la palabra de Dios y
alimentados con ella, son llevados a la participación fructuosa de los misterios de la salvación en
la acción de gracias.

Ritos iniciales
27. Una vez preparado todo (según los nn. 19-20), y congregados los fieles, el ministro saluda a
los presentes.

Si es sacerdote o diácono, dice:


La gracia de nuestro Señor Jesucristo,
el amor del Padre
y la comunión del Espíritu Santo
estén con todos vosotros.
O bien:
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre,
y de Jesucristo, el Señor,
estén con todos vosotros.
O bien:
El Señor esté con vosotros.
Todos responden:
Y con tu espíritu.
RITUAL DE LA SAGRADA COMUNIÓN Y DEL CULTO EUCARÍSTICO 13
________________________________________
Si el ministro no es sacerdote o diácono, saluda a los presentes con estas o parecidas palabras:
Hermanos, bendecid al Señor,
que nos (o bien: os) invita benignamente
a la mesa del Cuerpo de Cristo.
Todos responden:
Bendito seas por siempre, Señor.
________________________________________
También pueden emplearse otras palabras de la Sagrada Escritura, con las que se acostumbra
a saludar a los fieles.

28. Se hace después el acto penitencial.

Primera fórmula
El ministro invita a los comulgantes al arrepentimiento, diciendo:
Hermanos: Para participar con fruto en esta celebración,
comencemos por reconocer nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos juntos, hacen la confesión:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Dándose golpes de pecho añaden:
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Y a continuación:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
El ministro concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos responden:
Amén.
14 LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA

Segunda fórmula
El ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto en esta celebración,
comencemos por reconocer nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio.

Después el ministro dice:

V/. Señor ten misericordia de nosotros.

R/. Porque hemos pecado contra ti.

V/. Muéstranos, Señor tu misericordia.

R/. Y danos tu salvación.


El mismo concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos responden:
Amén.

Tercera fórmula
El ministro invita a los fieles al arrepentimiento:
Hermanos: Para participar con fruto en esta celebración,
comencemos por reconocer nuestros pecados.
Se hace una breve pausa en silencio.

Después el ministro, o uno de los asistentes, hace las siguientes u otras invocaciones con
el Señor, ten piedad:

V/. Tú que por el misterio pascual


nos has obtenido la salvación:
Señor ten piedad.

R/. Señor, ten piedad.


RITUAL DE LA SAGRADA COMUNIÓN Y DEL CULTO EUCARÍSTICO 15
V/. Tú que no cesas de actualizar entre nosotros
las maravillas de tu pasión:
Cristo, ten piedad.

R/. Cristo, ten piedad.

V/. Tú que por la comunión de tu Cuerpo


nos haces participar del sacrificio pascual:
Señor ten piedad.

R/. Señor, ten piedad.


El ministro concluye:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos responden:
Amén.

Celebración de la Palabra de Dios


29. Después se tiene la celebración de la Palabra, del mismo modo que en la Misa. Los textos se
toman, según convenga, de la liturgia del día, o de las lecturas de las Misas votivas de la santísima
Eucaristía (Leccionario VI, pp. 359-384), o de la Preciosísima Sangre de Jesús (ibid., pp. 394-
403), o las que se proponen en los nn. 113-151 de este Ritual.

También pueden elegirse otros textos de los leccionarios, si se juzga oportuno, más adaptados
a las peculiares circunstancias, principalmente las lecturas de la Misa votiva del Sagrado Corazón
de Jesús (Leccionario VI, pp. 404-425).

Se pueden emplear una o varias lecturas, según parezca oportuno. Después de la primera
lectura póngase un salmo u otro canto, o también puede observarse en su lugar una pausa de
sagrado silencio. La celebración de la Palabra se concluye con la oración universal o de los fieles.

Sagrada comunión
30. Acabada la oración de los fieles, el ministro se acerca al lugar en que se guarda la Eucaristía,
toma el vaso o copón con el Cuerpo del Señor, lo pone sobre el altar y hace genuflexión. Después
introduce la oración dominical con estas o parecidas palabras:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
16 LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA

Y todos juntos prosiguen:


Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
31. Después, si lo juzga oportuno, invita a los fieles con estas o parecidas palabras:
Daos fraternalmente la paz.
Y todos, según la costumbre del lugar, se dan la paz, manifestando la caridad común.

32. A continuación, el ministro hace genuflexión, toma la hostia y, elevándola un poco sobre el
vaso o copón, vuelto hacia los comulgantes, dice:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y los que van a comulgar añaden una sola vez:
Señor no soy digno de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya bastará para sanarme.
33. Si también el ministro comulga, dice en secreto:
El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.
Y con reverencia sume el Cuerpo de Cristo.

34. Después toma el vaso o copón, se acerca a los comulgantes y, elevando un poco la hostia, la
muestra a cada uno y dice:
El Cuerpo de Cristo.
Y el que va a comulgar responde:
Amén.
RITUAL DE LA SAGRADA COMUNIÓN Y DEL CULTO EUCARÍSTICO 17
Y comulga.

35. Mientras se distribuye la comunión, puede cantarse algún canto oportuno.

36. Acabada la distribución de la comunión, si queda algún fragmento sobre la patena, el ministro
lo echa en el copón y se purifica las manos, si lo juzga necesario. Si quedan algunas formas, guarda
el Sacramento en el sagrario y hace genuflexión.

37. Entonces, si se juzga conveniente, se puede observar algún momento de sagrado silencio, o
se puede entonar algún salmo o cántico de alabanza.

38. A continuación, el ministro concluye con esta oración:


Oremos.
Oh Dios, que en este sacramento admirable
nos dejaste el memorial de tu pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos constantemente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos responden:
Amén.
Otras oraciones "ad libitum", nn. 179-188.

Durante el tiempo pascual son preferibles las oraciones indicadas en los nn. 189-191.

Rito de conclusión
39. Después el ministro, si es sacerdote o diácono, vuelto al pueblo, extiende las manos y dice:
El Señor esté con vosotros.
Todos:
Y con tu espíritu.
Y bendice al pueblo, diciendo:
La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
18 LA SAGRADA COMUNIÓN FUERA DE LA MISA

Todos responden:
Amén.
En lugar de esta fórmula se puede emplear también la bendición solemne o la oración sobre
el pueblo, según vienen en el Misal romano para la bendición al fin de la Misa.

________________________________________
40. Si el ministro no es sacerdote ni diácono, invocando la bendición de Dios y santiguándose,
dice:
El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
O bien:
El Señor omnipotente y misericordioso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
nos bendiga y nos guarde.
Todos responden:
Amén.
________________________________________
41. Finalmente el ministro dice:
Podéis ir en paz.
Todos responden:
Demos gracias a Dios.
Entonces, hecha la debida reverencia, el ministro se retira.

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