CLAUDIA PATRICIA SALDÍVAR GONZÁLEZ
La tanatología es la ciencia que estudia la relación vida-muerte del ser humano, para que se
pueda trascender y nos permite encontrar muchísimas posibilidades para esta experiencia, por
eso es muy importante.
Como sociedad tenemos un problema, ya que nos da miedo hablar de la muerte, incluso
evitamos hablar de ella y nos da terror, no comprendemos que la muerte es parte de la vida y
es algo que todos tenemos seguro y en su momento llegará.
La muerte es parte de la vida, sin embargo, desde la tanatología se vuelve el objeto de
estudio, hablar de ella, buscar un significado, buscar un sentido.
Se nace para vivir y algún día va a llegar la muerte, por eso hay que vivir todos los días
haciendo y disfrutando lo que nos gusta porque algún día la muerte va a llegar, es inevitable.
Conocer la tanatología refleja compromiso, es importante tener un punto de partida y darle un
sentido tanatológico a la vida, el sentido de vida está orientado hacia lo relativo a la muerte.
El sentido tanatológico de la vida, es entender como nos relacionamos con la muerte, y a
pesar de esa relación, con esa relación, para esa relación una dirección de nuestra finitud y
entonces vivir es esforzarnos en la vida, y es ahí donde aparecen las cuestiones de sentido,
eso es una respuesta personal en cada individuo, ya que cada quien tendrá sus valores, su
libertad, su responsabilidad con referente a algo o hacia algo.
En la vida social, en las relaciones humanas no todo es claro, no queda clara la intención de
nuestras acciones, ya que a veces son inmediatas, prácticas, orientadas a cosas de forma
inmediata.
En el pensamiento, vivimos en lo cotidiano como si tuviéramos acceso a muchas cosas, y no
nos damos cuenta de que a veces eso no queda en lo consciente.
La cuestión del sentido no es tan obvia, podemos hacernos preguntas respecto a lo que
hacemos, pero cuando nos preguntamos; ¿Por qué hice lo que hice?, ¿Para qué lo hice?, ¿Con
qué consecuencias?, las preguntas siempre implican una actitud reflexiva.
El sentido como palabra, indica direccionalidad y significado, cuando nos preguntamos;
¿Para qué?, ¿Hacia dónde, ¿Cómo?, ¿Sobre quién?, ¿Al lado de quién?, eso significa que
estamos pensando en estas dos situaciones direccionalidad y significado.
La direccionalidad tiene que ver con que el sentido representa un camino desde donde nos
instalamos para dar continuidad histórica a nuestras vidas, es decir, que no seamos
conscientes que nuestra vida no queda inmóvil, nunca estamos inmóviles, porque siempre hay
un impulso a la acción o inacción orientado hacia algún fin.
Las cosas a veces no son tan evidentes y así como es necesario un análisis de las
motivaciones profundas de la mente humana, también es necesario un análisis profundo de
las motivaciones de las relaciones sociales, de las relaciones con el mundo.
El problema del sentido no puede plantearse en términos objetivos, si no en términos
reflexivos, es decir, es una cuestión que siempre quedará pendiente, pero viva, y eso es el
impulso.
El conflicto del sentido está en la existencia, cuando nos ponemos frente a nosotros
cuestiones de significado y de horizonte y es ahí donde está el problema del sentido.
Vive para ti no para los otros, acompaña a los otros, pero no vivas para ellos, cuando no tengo
reforzado mi yo, cuando no me reconozco, cuando no me hago responsable no me permite
reconocer realmente que es lo que quiero y hago lo que los otros me piden.