INSTITUTO BÍBLICO EL CAMINO DE LA CRUZ
TEOLOGÍA SISTEMÁTICA I
LOS DECRETOS DE DIOS
El decreto de Dios se refiere al plan que Dios trazó desde la eternidad pasada. Luis Berkhof lo define
así: “La teología reformada insiste en la soberanía de Dios en virtud de la cual Él ha determinado
soberanamente desde la eternidad todo lo que tiene que acontecer y ejecuta su soberana voluntad en
toda su creación, tanto la natural como la espiritual, de acuerdo con su plan determinado. Esta teología
concuerda plenamente con Pablo cuando dice que Dios "hace todas las cosas según el consejo de su
voluntad", Ef. 1: 11.” 1. Ampliando un poco más la definición, la explicación de Lewis Sperry Chafer: “El
término decreto divino es un intento de reunir en una sola designación lo que las Escrituras refieren
por medio de varias designaciones –el propósito divino (Ef. 1:11), determinado consejo (Hch. 2:23),
elección (1 Ts. 1:4), presciencia (1 P. 1:2; comp. 1:20), predestinación (Ro. 8:30), la voluntad divina (Ef.
1:11), y su beneplácito (Ef. 1:9).” 2.
Se debe reconocer que todo lo que Dios hace es bueno, y que tiene el fin de glorificarle; con respecto a
esto Charles Hodge dice: “La causa final de todos los propósitos de Dios es su propia gloria. Esta es
frecuentemente declarada como el fin de todas las cosas. «Señor, eres digno de recibir la gloria y el
honor y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas» (Ap 4:11).
De todas las cosas se dice que son no sólo de y por medio de Dios, sino también para Él. Él es el principio
y el fin.” 3. Por ejemplo, se dice que los cielos cuentan la gloria de Dios (Sal. 19:1), que los suyos son para
gloria suya (Is. 43:7), también en los malos es glorificado (Ex. 14:4; Ez. 28:22; 39:13), el plan de redención
es para gloria de Dios (1 Co. 1:26-31; Ef. 2:8-10), todo lo que Dios dispuso y ha hecho es para gloria suya.
I.- CARACTERÍSTICAS DE LOS DECRETOS DE DIOS
Además de que los decretos de Dios son buenos y dan gloria a Dios hay otras características más. C.
Hodge menciona las siguientes 4:
1.- Los decretos, reducibles a un propósito. Lo que Dios hace tiene un propósito, puesto que nada hay
que no acontezca por su voluntad, ni nada que este fuera de lo que Él dispuso que sucediese, entonces,
todo está perfectamente justificado, los decretos divinos tienen un propósito.
2.- Los decretos de Dios son eternos. El que los decretos de Dios son eternos sigue necesariamente de la
perfección del divino Ser. No se puede suponer que tenga en un momento determinado planes o
propósitos que no tuviera en otro. Ve el fin desde el principio; las distinciones temporales no tienen
referencia a Aquel que mora en la eternidad. Por ello, las Escrituras siempre hablan de los
1 Berkhof, Luis. Teología Sistemática. Grand Rapids, 1949. p. 108.
2 Chafer, Lewis Sperry. Teología Sistemática Tomo I. Dousman, USA: Publicaciones Españolas, Inc., 1986. pp. 239,
240.
3 Hodge, Charles. Teología Sistemática Volumen I. Barcelona: CLIE, 1991. pp. 381, 382.
4 Las características con sus respectivas descripciones (parcialmente) son tomadas de este autor. Ibíd. pp. 383-390.
acontecimientos en el tiempo como revelaciones de un propósito formado en la eternidad. La salvación
de los hombres, por ejemplo, se dice que es «conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo
Jesús» (Ef 3:11).
2.- Los decretos de Dios son inmutables. El cambio de propósito surge bien de la carencia de sabiduría
o de la carencia de poder. Como Dios es infinito en sabiduría y poder, no puede haber con él emergencias
imprevistas ni medios inadecuados, y nada puede resistirse a la ejecución de su intención original. Por
ello, para Él no existen causas de cambio. Con Dios, como la Escritura enseña, «en el cual no hay
mudanza, ni sombra de variación» (Stg 1:17). «El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los
designios de su corazón por todas las generaciones» (Sal 33:11). «Jehová de los ejércitos juró diciendo:
Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como la he determinado» (ls
14:24). «Yo soy Dios... que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no
era hecho; que digo: Mis planes permanecerán, y haré todo lo que quiero» (Is 46:9, 10).
3.- Los decretos de Dios son libres. Se involucra en la idea de Dios como ser racional y personal que sus
decretos sean libres. Él era libre de crear o de no crear; de crear un mundo como el presente, u otro
meramente diferente. Él es libre de actuar o de no actuar, y cuando se lo propone no se debe a una
necesidad ciega, sino según el consejo de su propia voluntad. No es instruido por alguien o influenciado
(Ro. 11:34; Job. 36:22, 23; Is. 40:13, 14; 1 Co. 2:16), y sus decretos no son condicionados por algo o por
alguien, sino que actúa soberanamente (Sal. 115:3; 135:6; Dn. 4:35).
4.- Los decretos de Dios son ciertamente eficaces. Los decretos de Dios son ciertamente eficaces, esto es,
aseguran el cumplimiento de lo que Él decreta. Todo lo que Dios ordene previamente tiene ciertamente
que suceder. La distinción entre los decretos de Dios como eficientes (o eficaces) y como permisivos no
tiene relación con la certidumbre de los acontecimientos 5. Todos los acontecimientos abarcados en el
propósito de Dios son igualmente ciertos, sea que Él haya determinado llevarlos a cabo por su propio
poder, o simplemente que permita que sucedan por acción de sus criaturas. (Is. 14:27; 43:13).
5.- Los decretos de Dios se relacionan con todos los acontecimientos. Dios ordena anticipadamente
todo lo que llega a acontecer. Algunos acontecimientos son necesarios, esto es, son provocados por la
acción de causas necesarias; otros son contingentes o libres, o son acciones de agentes libres; algunos son
moralmente buenos, otros son pecaminosos. La doctrina de la Biblia es que todos los acontecimientos,
sean necesarios o contingentes, buenos o pecaminosos, están incluidos en el propósito de Dios, y que su
futurización o acaecimiento real resulta absolutamente cierta. En pocas palabras, absolutamente todo lo
que sucede es porque Dios así lo ha querido, como el Señor Jesucristo dijo: “¿No se venden dos pajarillos
por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre.” (Mt.10:29; ver también Hch. 2:23;
4:27; Ap. 17:17).
5 Esto tiene relación con la voluntad de Dios. La voluntad perfecta de Dios y la voluntad permisiva de Dios. Por
ejemplo, Dios no es el creador del mal, sino que en su infinita sabiduría lo ha permitido, se puede decir que dentro
del decreto divino Dios permitió el pecado.
II.- ¿CUÁLES SON LOS DECRETOS DE DIOS?
Aunque se han mencionado implícitamente decretos de Dios, para una mejor compresión una lista de
estos. Lewis Sperry Chafer menciona los siguientes 6:
1.- La creación. Dios creo de la nada todo cuanto existe (Gn. 1 y 2).
2.- El programa de las edades. Dios ordenó los tiempos, como habían de ser y cuáles serían sus propósitos
(Dt. 30:1-10; Dn. 2:31-45; 7:1-28; 9:24-27; Os. 3:4, 5; Mt. 23:37-25:46; Hch. 15:13-18; Ro. 11:13-29; 2 Ts. 2:1-
12; Ap. 2:1-22:31).
3.- Preservación. Dios mantiene y consuma los objetivos de su creación.
4.- Providencia. El Señor dirige todas las cosas.
5.- Oración. Esta decretado lo que se hará en respuesta a la oración.
6.- Milagros. Los milagros no indican que Dios haya introducido algo imprevisto en su eterno propósito,
porque el milagro, como todo lo demás, está incluido en su plan eterno.
7.- Gracia. La manifestación de su divina gracia como es en Cristo (Tito 2:7), no sólo está dentro del
decreto divino, sino que es el mayor aspecto de ese decreto.
6Son tomados de este autor junto con sus descripciones (parcialmente). Chafer, Lewis Sperry. Teología Sistemática
Tomo I. Dousman, USA: Publicaciones Españolas, Inc., 1986. pp. 261-266.