Capítulo 6 | Mate Vol 1 Y 2 por Rossie Bou en Inkitt

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—¿Cuánto dinero puedes ganar vendiendo una novela?

Le propuse el proyecto de la novela de autoedición a mi madre que era inversora. Ella

pareció sorprendida y se rió. Lo sé, ella podía darme dinero fácilmente, pero tuvo que hacer
preguntas y todo, para hacerlo más difícil.

—Bastante. ¿No tienes ahorros?

—Sí, pero no quiero que mi amiga sepa que soy inversionista. El dinero siempre es un tema
delicado. Ella dijo una vez que no quiere perder a un amigo por dinero.

—No lo hagas entonces si ella está tan preocupada por eso.

Pensé que se estaba haciendo la difícil de conseguir. Sabía que no me gustaba rogar. Era
agotador.

—Si llamaras a tu amiga que es dueña de una editorial y le pusieras dinero. Lo recordaré
hasta el día de mi muerte.

Mi mamá me miró con sorpresa. Ella me dio una sonrisa amable. Nunca le pedí nada a mi
mamá. Ella sabía que yo tenía un gran ego. Pero si le suplicaba tanto, eso significaba que
era un gran problema para mí. Ella asintió al final.

—Ok, rogaste por eso. ¿Cómo conociste a esta amiga? No veo que tengas muchos amigos.
¿La conozco?

—Mi amiga de la infancia. No creo que puedas recordarla. Solo quería ayudarla y puedo ver
que ganará dinero. Puede que sea poco dinero para ti, pero es grande para una niña.

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—Lo sé. ¿Eres la pierna larga del papá de alguien?

—Esto es lo que hace la gente genial.

—Si mi amiga descubre que yo estuve detrás de su éxito, estará muy complacida y me
apreciará. Si él fuera un hombre, se arrodillaría frente a mí, pero si fuera una niña, se
transformaría en un hombre y se dedicaría a mí.

—Tu vida es complicada—

Era incluso peor que una mala novela. Al final, hice un trato de negocios con mi mamá.
Charlamos un rato y tuve que irme. Caminé hacia mi auto pero Somkit corrió detrás de mí y
me dio una gran sonrisa.

—Gen.

—¿Sí?

—Tengo algo sobre la chica de la que me preguntaste.

—¿La chica de la que pregunté? —lo miré habiendo olvidado eso, luego me di cuenta de lo
que estaba hablando. —Ah... Sí, ¿cuál es la actualización, por favor?

Estaba emocionada de saber más sobre la chica con la que había estado viviendo durante
dos semanas. Aunque hablábamos, dormíamos una al lado de la otra, yo apenas sabía
cosas de ella. Todavía no hablaba mucho de sí misma. Al fin averiguaría qué le pasaba.

—Tiene una historia dura.

Estaba mirando a mi amiga , que trataba de calentar unas albóndigas de cerdo y se jactaba
de lo buenas que estaban. La miré… durante mucho, mucho… mucho tiempo. La miré a
través de todo su cuerpo.

«Tu amiga tuvo un problema del tipo sexual con su padrastro»

Esa fue la razón por la que se escapó. No me atrevía a preguntar o si preguntaba, no sabía
si ella me diría. No éramos tan cercanas.

—Aoey.

La llamé. Se volvió y me dedicó una dulce sonrisa bajo esos lentes que le pedí que se
pusiera para ocultar sus ojos.

—¿Sí?

—¿Cómo está la maestra Salee?

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—Está bien como siempre —Miró el microondas, no mostró ninguna emoción. Pensé que
era extraño, así que caminé hacia ella y me paré a su lado. —¿Ah?

Se dio la vuelta y me miró mientras yo estaba detrás de ella.

—Soy mucho más alta que tú. Si te abrazo por detrás, tengo que agacharme —Me agaché y
la abracé después de decir eso. Mis brazos se envolvieron alrededor de su delgado y
diminuto cuerpo. Mi barbilla se colocó sobre sus hombros. Olí la fragancia ligera del champú
de su cabello largo. Me sentía tan bien que no quería dejarla ir.

«Aoey era una niña adoptada. Se sorprendió cuando su madre adoptiva la echó de la casa,
la acusó de coquetear con el padrastro. Esa es la razón por la que tu amiga tuvo que huir de
casa».

Mis ojos estaban todos llorosos cuando escuché eso. No estaba segura de qué era ese
sentimiento. Podía ser pena. Esta pequeña mujer fue expulsada de su casa por una mujer
que la crió. No tenía una madre como la que tenía antes. Debía doler mucho.

—Gen, ¿estás bien?

—Eres mucho más baja que yo. Puedo decirlo con solo mirar.

Puse mi mano sobre su cabeza. No sé por qué hacía eso. Se asombró de mi torpe
acercamiento. Nos miramos y finalmente dije lo que sentía.

—Me tienes.

“.....”

— Solo quería decirte eso.

Traté de alejarme una vez que dije eso. Pero no fue tan fácil. Aoey tiró de mi camisa para
evitar que me alejara. Ella me miró con cara seria.

—¿Qué sabes?

—¿Qué?

—¿Sabes algo sobre mí? —Los hermosos ojos buscaron la verdad en mis ojos. Ahora
estaba nerviosa y preocupada por su tensión.

—¿Necesito saber algo?

“.....”

“.....”

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—¿Investigaste algo sobre mí?

Ambas nos sentamos en silencio. Me sentí mal y aparté la cara. Pero no me sentí culpable
por buscar la verdad sobre quién era mi compañera de cuarto. ¿Qué hizo ella? ¿Quién era
ella? ¿Por lo que había pasado? Tenía derecho a saber.

—Sí

—¿Por qué?

—Quería saber por qué viniste a Bangkok. ¿Cuál fue tu historia?

Sus dulces ojos se agrandaron cuando escuchó eso. Aoey dio un paso atrás y se abrazó a
sí misma como para protegerse.

—¿Por qué necesitas saber sobre mí?

—¿Por qué no?

—Nunca me entrometo en tus asuntos. Nunca investigué...

—Conocías mi historia. ¿Quién soy? De dónde soy.

—¿Y no sabes quién soy y de dónde vengo?

—No sé por qué te escapaste de casa. Solo me preocupaba

—No te preocupas por mí. Solo eres entrometida. Si quieres saber sobre mí, ¿por qué no
me preguntas?

—Si te preguntara, ¿me hubieras dicho que te escapaste de casa porque tenías algo con tu
padrastro?

Debido a que estaba frustrada, me empujó a usar mi tono sarcástico. Me sentí mal después
de decir eso. Ella me miró sorprendida. Parecía que eso era algo de lo que se avergonzaba,
y lo dije en voz alta para avergonzarla más.

—¡Y ahora lo sabes! ¿Eres feliz ahora? —Me gritó y salió corriendo de la habitación. Me
quedé allí en silencio. ¿Por qué peleamos? Solo quería saber más sobre ella. ¿Por qué era
tan importante?

¡Vete si quieres! Nunca nadie me gritó así. ¿Pensó que dejaría todo solo por esos hermosos
ojos? Incluso mi papá nunca me gritó así. ¿Quién se creía ella que era?

Ella era solo una niña que tenía piojos.

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Miré hacia la puerta esperando nerviosamente que ella volviera a entrar, como debería ser.
Pero pasaron 10 minutos, los ojos dulces no habían regresado. Empecé a sentirme
nerviosa.

El reloj de la pared marcaba que eran más de las 21:00. Bangkok no era tan segura. Era
peligroso y ella simplemente se fue como una reina del drama. ¿Esperaba que yo corriera
tras ella?

¡De acuerdo! ¡Me gustaría! Tomé mi teléfono móvil y un poco de dinero en efectivo. Caminé
alrededor y la busqué. En realidad nunca caminé por ahí. Solo hacia conducido.

—Hola, seguridad. ¿Viste a una mujer pequeña con anteojos saliendo de aquí?

—No, nadie salió de aquí todavía.

—Está bien —Respondí y me di cuenta de que no había salido del edificio. Regresé al
vestíbulo y la llamé desde mi teléfono. Esta vez ella no era una reina del drama. Respondió
el teléfono y me dijo dónde estaba.

—Estoy justo detrás tuyo.

—¿Ah?

Me di la vuelta y la vi justo detrás de mí. Su cara todavía estaba enojada. Vi sus lágrimas
que me hicieron sentir culpable. Pero parecían más lágrimas de ira que de tristeza.

—Tienes que disculparte conmigo ahora —Aoey dijo y colgó el teléfono. Las personas que
pasaban nos miraban, pero se alejaban rápidamente cuando yo las miraba.

Mi primera reacción fue contraatacar cuando me dio una orden como esa. Aunque sabía
que podía estar equivocada.

—¿Por qué?

—Estás equivocada.

—¿No crees que tengo derecho a saber que la persona con la que vivo ha pasado por algo?
—Le dije la razón, pero eso no fue todo. No pensé que ella fuera una ladrona o algo así.
Solo necesitaba saber toda la historia.

—Si quieres saber, puedes preguntarme. No husmees a mis espaldas.

—¿Qué tipo de secreto tienes? ¿Eres traficante de drogas?

—¿Te vas a disculpar?

“....”

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—Ok, me iré. Esta vez me iré de verdad.

Todavía no me importaba la amenaza. Aoey salió del vestíbulo y casi atravesó el mostrador
de seguridad. Me mordí el labio con fuerza. Mi conciencia estaba luchando dentro de mi
cabeza. Una voz decía que la dejara ir a donde quisiera. La otra voz me decía que la
detuviera antes de que se fuera.

¡Oh, no! Estaba luchando conmigo misma.

El ángulo en mi cabeza ganó, corrí hacia ella. Ella estaba mucho más allá del escritorio de
seguridad. Tuve que dar un paso más grande para seguirle el ritmo. Finalmente me paré
frente a ella y me detuve para respirar. ¿De qué se trataba todo esto? ¿Qué clase de drama
era este donde yo corría detrás de alguien? ¿Para qué?

—¿Adónde vas?

—Ese es mi asunto.

No podía creer que tuviera un momento como ese. ¿Era eso lo que hacía la gente cuando
peleabas con un amigo?

—Es tarde. Volvamos.

—No.

—¡No discutas conmigo! —Grité y la miré con fiereza cuando se negó a regresar. Nos
miramos fijamente durante mucho tiempo hasta que Aoey desvió la mirada hacia abajo.

—¡No me pides disculpas y te equivocas!;— Su tono sonaba como un llanto. Me hizo

detenerme con sorpresa. —Somos amigas. Si quisieras saber algo de mí, deberías
preguntar. No husmees. Todos tenemos un secreto que no queremos que la gente sepa.
¿Puedo tener mi propio secreto? ¿Puedo tener mi propio espacio?

Me mordí el labio con fuerza. Nunca tuve que decir algo así en mi vida. ¡Oh maldita sea! No
llores delante de mí. No pude soportar eso.

—Lo lamento.

Finalmente dije eso. Nunca pensé que tenía que decir esto. Siempre confié en lo que hice y
nunca pensé que tenía que disculparme con alguien como ella que no se merecía eso. Me
sentí tan débil, ¿por qué fue eso? Aoey me miró con sus dulces ojos llenos de lágrimas.

—¿En serio? ¿De verdad lo dices en serio?

—Sí, no sabía que te molestaría tanto. Solo me preocupo por ti y me pregunto qué puedo
hacer para ayudarte

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La chica me dio un abrazo muy fuerte. Su rostro lloroso ahora estaba justo en mi cuello. Me
sentí sensible y muy incómoda.

—No lo volveré a hacer. Te preguntaré si quiero saber algo y tú deberías empezar a hablar
conmigo.

—Por favor, no lo vuelvas a hacer.

—Está bien, me equivoqué.

—Yo también estaba equivocada. Estaba demasiado enojada.

Me soltó y me miró en un largo silencio. Fue un momento muy profundo que me hizo sentir
que en el mundo entero solo éramos nosotras.

La bocina del autobús que pasó nos despertó del momento en que nuestra burbuja estalló.
Nos soltamos mientras yo me sentía confundida. Luego, continuamos como si nada hubiera
pasado.

—Primero, vámonos a casa —la invité. Ella me sonrió y agarró mi brazo.

—Vamos a casa.

—De acuerdo.

—El hogar suena acogedor. Llamaré a tu condominio mi hogar por el momento.

La palabra hogar sonaba agradable y cálido, más que el condominio.

—Es tan lindo saber que hay alguien que me ama en este mundo —Aoey dijo mientras
caminábamos de regreso.

—¿Quien?

—Tú, Gen.

Le sonreí a la palabra ‘amor’. Daba una sensación extraña.

—Ajá

—Yo también te amo, Gen, en caso de que no lo sepas.

Mi corazón se aceleró cuando escuché eso. Me di cuenta de que aquello podía no ser
debido a ninguna enfermedad.

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