EN ESTE DOCUMENTO SE COMPRENDE LA EDAD ANTIGUA EN LA FILOSOFÍA (S. VI - S.
III A. C.), QUE INICIA CON EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA FINALIZA CON
ARISTÓTELES.
EL INICIO DE LA FILOSOFÍA: EL PASO DEL MITO AL LOGOS
El paso del mito al logos representa una transformación fundamental en
la forma de interpretar el mundo. Mientras que el mito se basa en
narraciones que explican fenómenos naturales a través de leyendas y
seres sobrenaturales, el logos introduce la razón como herramienta para
comprender la realidad. Los mitos tienden a recurrir a dioses y fuerzas
trascendentes para dar sentido a los eventos, mientras que el logos ofrece
explicaciones fundamentadas en elementos del mundo natural.
Este cambio de enfoque marca el nacimiento de la filosofía, que no
puede ser considerada una ciencia en el sentido estricto, dado que no
sigue el método científico basado en la observación empírica. Tampoco es
una religión, ya que no ofrece respuestas fundamentadas en la fe ni en
dogmas inanalizables. La filosofía, a su vez, no es un arte, puesto que,
aunque puede generar ideas bellas, su objetivo es reflexionar sobre
aspectos fundamentales de la existencia.
USO DE LA RAZÓN EN LA FILOSOFÍA
El uso de la razón se divide en dos grandes vertientes: teórica, orientada
al conocimiento, y práctica, dirigida a la acción. Dentro del uso teórico,
encontramos varias ramas de la filosofía:
➔ Lógica: Estudia los razonamientos, ayudando a discernir si los
argumentos están correctamente construidos. Los errores de
razonamiento son conocidos como falacias; cuando son
intencionados para engañar, se les llama sofismas.
➔ Metafísica: Se ocupa de estudiar la realidad en su conjunto,
centrándose en las propiedades más generales de lo que existe.
Esta rama plantea preguntas sobre la naturaleza última de la
realidad, como el dualismo ontológico de Platón, que establece una
división entre el mundo sensible y el mundo de las ideas.
➔ Epistemología: Se encarga del estudio del conocimiento,
abordando cómo conocemos lo que existe más allá de la simple
percepción. La gnoseología plantea interrogantes sobre la
naturaleza del conocimiento, vinculándose al dualismo
epistemológico de Platón, que distingue entre conocimiento
sensible e inteligible.
➔ Antropología filosófica: Examina la naturaleza del ser humano,
indagando lo que nos distingue de otros animales y cómo se
relacionan cuerpo y mente. Por ejemplo, el dualismo antropológico
de Platón, que separa cuerpo y alma, también se vincula a esta área.
En cuanto al uso práctico de la razón, encontramos:
➔ Ética: Responde preguntas relacionadas con la moral, que guía el
comportamiento de individuos y colectividades. Los principios
morales que deben aplicarse universalmente se conocen como
universalismo moral.
➔ Ciencia política y filosofía política: La ciencia política estudia la
sociedad a través de la observación, mientras que la filosofía política
reflexiona sobre la legitimidad y principios de justicia que sustentan
diferentes formas de organización política.
➔ Estética: Se ocupa del estudio de la belleza y el arte, buscando
entender las variaciones en los gustos estéticos entre las personas.
LOS PRESOCRÁTICOS Y EL ARJÉ
Los primeros filósofos, conocidos como presocráticos o filósofos de la
naturaleza, compartían la creencia en el “arjé”, el principio fundamental
del que derivan todas las cosas. Se clasifican en monistas y pluralistas
según la cantidad de principios que consideran existentes.
➔ Monistas: Sostienen que solo hay un “arjé”. Ejemplos incluyen a
Tales de Mileto, quien consideraba el agua como principio básico;
Anaximandro, que propuso lo indefinido; Anaxímenes, que
identificó el aire; y los pitagóricos, que creían que los números eran
la clave de todo.
➔ Pluralistas: Defienden la existencia de más de un “arjé”. Filósofos
como Empédocles, que identificó cuatro elementos fundamentales,
y Demócrito, que postuló los átomos como componentes de la
realidad, pertenecen a esta corriente.
EL GIRO ANTROPOLÓGICO Y LOS SOFISTAS
Con el tiempo, se produjo un giro en la filosofía conocido como el “giro
antropológico”, que marcó la transición de los presocráticos hacia los
sofistas. Este cambio describe el paso de la “physis” (naturaleza) al
“nomos” (convenciones humanas). Los sofistas coexistieron con Sócrates
en un contexto donde las decisiones políticas en Atenas se tomaban
mediante un sistema democrático directo, excluyendo a esclavos, mujeres
y extranjeros.
Los sofistas eran maestros de la persuasión, y lograban prestigio al ayudar
a otros a alcanzar los cargos políticos más altos, enseñándoles cómo
convencer a través de la retórica. Algunos eran relativistas, sosteniendo
que todas las opiniones eran igualmente válidas y que el conocimiento
dependía del punto de vista. Otros eran escépticos, creyendo que no era
posible alcanzar un conocimiento verdadero.
SÓCRATES Y EL DIÁLOGO SOCRÁTICO
Sócrates, aunque contemporáneo de los sofistas, defendía la existencia
de una única verdad absoluta (universalismo). Afirmaba que, aunque esta
verdad fuese difícil de alcanzar, los seres humanos teníamos la capacidad
de lograrlo. Para ello, utilizaba su método de enseñanza, el diálogo
socrático, que se dividía en dos fases:
Ironía: Sócrates cuestionaba las ideas equivocadas de sus alumnos para
que reconocieran su ignorancia, destruyéndola.
Mayéutica: Una vez que el alumno reconocía su ignorancia, Sócrates lo
guiaba para formular definiciones más precisas y llegar a conceptos
esenciales, permitiéndole concebir el conocimiento que llevaba dentro,
construyéndolo.
Sócrates comparaba su trabajo con el de su madre, pues ella era
comadrona y al igual que ayudaba a las madres a parir al bebé, él
ayudaba a los alumnos a parir (concebir) el conocimiento.
La famosa frase de Sócrates, “Sólo sé que no sé nada”, resalta la
importancia de reconocer nuestra ignorancia como primer paso hacia el
verdadero conocimiento.
PLATÓN: EL DUALISMO Y EL MUNDO DE LAS IDEAS
Discípulo de Sócrates, Platón desarrolla un pensamiento caracterizado
por un fuerte dualismo en tres ámbitos: ontológico, epistemológico y
antropológico.
➔ Dualismo ontológico (metafísica): Platón divide la realidad en el
mundo inteligible (ideas eternas e inmutables, trascendentales,
accesible a través de la razón. Por lo que Platón era idealista) y el
mundo sensible (imperfecto y cambiante, accesible a través de los
sentidos, los individuos particulares). Las ideas constituyen la
verdadera realidad, mientras que el mundo sensible sólo presenta
aproximaciones imperfectas que podemos percibir a través de los
sentidos. Un ejemplo para entender este concepto es la idea de una
circunferencia: en el mundo inteligible, una circunferencia es
perfecta, con todos sus puntos equidistantes del centro. Sin
embargo, en el mundo sensible, que es el que percibimos a través
de los sentidos, solo podemos ver aproximaciones imperfectas de
esa circunferencia, como un trazo dibujado en una pizarra.
➔ Dualismo epistemológico: La verdadera episteme sólo se alcanza
mediante la razón, mientras que la doxa (opinión) se basa en los
sentidos, que captan solo apariencias. El Mito de la Caverna ilustra
este proceso, mostrando cómo los prisioneros ven solo sombras
hasta que uno es liberado y descubre la verdad exterior.
El Mito de la Caverna explica este proceso: los prisioneros, encadenados
en una caverna, solo ven sombras proyectadas en la pared, que
representan la percepción sensible (doxa). Cuando uno de ellos se libera
y sale al exterior, descubre el verdadero mundo, iluminado por el sol, lo
que simboliza el conocimiento racional (episteme). El sol, en este mito,
representa la idea del bien, que ilumina y da sentido a todas las demás
ideas. Así, el mito ilustra cómo el conocimiento verdadero no se alcanza a
través de los sentidos, sino mediante un proceso racional que nos lleva a
la comprensión de las ideas.
➔ Dualismo antropológico: Platón distingue entre cuerpo y alma.
El cuerpo pertenece al mundo sensible y es fuente de deseos,
pasiones y distracciones que se alejan del verdadero conocimiento,
mientras que el alma es inmortal y reside en el mundo inteligible.
Aprender es, para Platón, recordar las verdades del mundo
inteligible que el alma conocía antes de encarnarse; porque según
él, en algún momento conoció y ha dejado de conocer y por tanto:
recordar = conocer.
En el Mito del Carro Alado, el alma es comparada con un carro tirado por
dos caballos: uno blanco (parte irascible del alma), que representa los
deseos nobles, el honor y la virtud; y uno negro (parte apetitiva del
alma), que simboliza los deseos irracionales, los placeres sensuales y los
vicios. El auriga (es decir, el carro), que simboliza la razón, debe guiar
ambos caballos, manteniendo un equilibrio. La parte apetitiva se
descontrola, el alma cae y queda encerrada en el cuerpo y se desvía de su
camino hacia el conocimiento de las ideas. El mito muestra cómo el
cuerpo, con sus pasiones y deseos, puede alejar al alma del verdadero
conocimiento. Por eso, Platón afirmaba que el cuerpo es una “cárcel” para
el alma y que el verdadero conocimiento solo se alcanza mediante un
esfuerzo racional por recordar las ideas del mundo inteligible. El proceso
de reminiscencia es, por tanto, el esfuerzo del alma por recordar las ideas
perfectas que conoció en el mundo inteligible antes de encarnarse en el
cuerpo. Conocer, para Platón, es recordar lo que el alma ya sabe.
ARISTÓTELES: EL ENFOQUE REALISTA
Aristóteles, discípulo de Platón, se distancia del idealismo de su maestro.
Rechaza la idea de que las esencias existan separadas de los objetos y se
centra en los individuos del mundo sensible. Para Aristóteles, la verdadera
realidad está constituida por los individuos particulares que percibimos
en el mundo sensible, es decir, las cosas que vemos, tocamos y
experimentamos. Esta visión lo convierte en un realista. Las esencias no
existen separadas de los objetos, sino que son inmanentes, lo que
significa que forman parte del mismo mundo en el que vivimos. Por lo
tanto, su metafísica se basa en la existencia de un único mundo en el que
conviven lo que conocemos como sustancias y accidentes. Una sustancia
existe por sí misma, mientras que los accidentes son atributos que
dependen de la sustancia. Por ejemplo, en la expresión “manzana roja”, la
manzana es la sustancia, y su color rojo es un accidente.
EPISTEMOLOGÍA ARISTOTÉLICA
Aristóteles sostiene que conocer implica identificar la sustancia de un
objeto a través de cuatro causas:
➔ Causa material: De qué está hecho algo (por ejemplo, un vaso está
hecho de cristal).
➔ Causa formal: La forma o estructura del objeto (la forma cilíndrica
del vaso).
➔ Causa eficiente: Quién o qué lo ha producido (la máquina que
fabricó el vaso).
➔ Causa final: El propósito o fin para el cual existe (el vaso está hecho
para contener líquidos).
La causa formal es especialmente relevante porque es lo que percibimos
directamente con los sentidos. Así, el conocimiento para Aristóteles se
basa en la observación y la experiencia, contrastando con el enfoque más
abstracto de Platón.
Por último, la ética de Aristóteles define el bien máximo como el
desarrollo pleno de nuestras capacidades, lo cual da lugar a una vida
plena. Para él, este objetivo no es una felicidad momentánea, sino una
forma de vida, que los griegos llamaban eudaimonía. Según Aristóteles,
alcanzar este estado depende de que cada individuo desarrolle sus
capacidades y viva conforme a la virtud, entendida como un equilibrio
prudente entre dos excesos (el "término medio"). Esto implica tomar
decisiones que nos acerquen a nuestro bienestar.