TEMA 9
ACTITUDES Y ESTADOS EMOCIONALES DEL PACIENTE
Actitudes y estados emocionales en la atención bucodental
Los principales motivos que alegan los pacientes para no acudir
regularmente a la consulta son la ansiedad y el miedo.
Esta realidad puede suponer una verdadera dificultad a la hora de seguir un
plan de tratamiento en algunos pacientes, e incluso en ocasiones impide
que el tratamiento se lleve a cabo.
El miedo es una emoción que aparece cuando se interpreta una situación
como peligrosa. Su objetivo es poner a la persona en alerta para evitar el
peligro o para pedir ayuda. Por tanto, la interpretación de la situación por
parte del paciente es fundamental a la hora de sentir miedo, ya que este
aparece cuando el paciente identifica su visita al dentista como una
“situación de peligro”.
La ansiedad es la respuesta ante algo que va a ocurrir o que podría ocurrir
en el futuro y que se interpreta como una amenaza, ya sea física (la
posibilidad de sufrir dolor) o psicológica (sensación de inseguridad).
En la ansiedad, como en el miedo, la clave está en la interpretación de la
circunstancia.
Los principales síntomas físicos de un paciente que sufre ansiedad son:
-Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho.
-Falta de aire, temblores, sudoración.
-Náuseas, vómitos, nudo en el estómago.
-Sensación de mareo, tensión y rigidez muscular.
Desde el punto de vista psicológico, el paciente puede estar inquieto o
inseguro, sentirse agobiado o amenazado y tener dificultad para tomar
decisiones.
Otro factor que influye en el nivel de ansiedad del paciente es el tiempo de
espera. Por ello es importante organizar la agenda para evitar retrasos en
las citas.
Se debe intentar asignar las primeras citas a los pacientes más ansiosos o
con necesidades especiales de tratamiento.
Técnicas comunicativas
Una buena comunicación con el paciente es fundamental para establecer
una relación de confianza. La comunicación es el acto por el cual un
individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir una
información.
Trabajar las habilidades de comunicación ayudará a mejorar las relaciones
interpersonales. Por eso es necesario conocer los diversos elementos que
intervienen en la comunicación y que pueden facilitar o dificultar el proceso.
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Los elementos de la comunicación son:
-Emisor, receptor, mensaje, canal, código y contexto.
Para que exista una comunicación eficaz entre dos personas es necesario
que el receptor interprete el mensaje en el sentido que pretende el emisor.
Las formas de comunicación humana se agrupan en 2 grandes grupos:
comunicación verbal y comunicación no verbal.
Es importante que los mensajes verbales y no verbales coincidan entre sí
para lograr unan comunicación eficaz. Gran parte de las dificultades en la
comunicación se producen cuando las palabras se contradicen con la
conducta no verbal.
Escucha activa
Saber escuchar es un principio fundamental en el proceso comunicativo y la
falta de comunicación que existe actualmente se debe a no saber escuchar
a los demás.
Escuchar requiere un esfuerzo mayor del que se hace al hablar. La escucha
se refiere a la habilidad de escuchar no solo lo que la persona está
expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o
pensamientos que hay detrás de lo que está diciendo.
Para facilitar la escucha activa es necesario:
Adoptar una disposición psicológica previa: prepararse para escuchar.
Observar al otro.
Expresar al otro que se le escucha con comunicación verbal y no
verbal.
Evitar distracciones.
No interrumpir al que habla.
No juzgar.
No ofrecer ayuda o soluciones prematuras.
No rechazar lo que el otro esté sintiendo, con expresiones como “eso
no es nada, no te preocupes”.
No contar una historia propia cuando el otro necesita hablar.
No contraargumentar. Ej: “no estoy bien” y el otro contesta “yo
tampoco”.
Evitar el “síndrome del experto”, que es tener las respuestas al
problema antes de que la otra persona te haya contado ni la mitad.
Las habilidades para la escucha activa son:
-Mostrar empatía poniéndose en el lugar del otro.
-Parafrasear: consiste en repetir con nuestras propias palabras lo que el
emisor acaba de decirnos para verificar que lo hemos entendido. Así se
evitan malentendidos o interpretaciones erróneas. “Entonces por lo que
dices, lo que pasa es que…” “¿Quieres decir que te sientes…?”
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-Emitir palabras de refuerzo o cumplidos, para dejar ver que estamos de
acuerdo con lo que nos están contando.
-Resumir: así la persona ve si es necesario aportar alguna aclaración o se ha
comprendido todo bien.
PERFIL PSICOLÓGICO DEL NIÑO Y SUS NECESIDADES DE TRATAMIENTO
Para poder trabajar con un niño en la consulta dental es necesario que
coopere. Por eso, el conocimiento del desarrollo psicológico del niño y el
manejo de la conducta son aspectos claves en la odontología.
Los niños presentan una serie de características generales en función de su
edad, que condicionarán la forma de trabajar y de enfocar el tratamiento.
0-2 años son incapaces de razonar y es difícil comunicarse con ellos. El
tratamiento debe ser breve y para realizarlo probablemente haya que
contar con la ayuda de los padres.
2-4 años se requiere paciencia, empatía y refuerzo positivo, alabando su
comportamiento cuando es bueno.
4-6 años el juego y los elogios favorecen su colaboración, aunque se
necesita firmeza para que el niño no se haga dueño de la situación.
6-8 años habitualmente tratan de cooperar y no les gusta que les llamen
la atención. Es importante explicarles el procedimiento que se les va a
realizar adaptando el vocabulario a su edad.
9-12 años es conveniente motivarles y hacerles responsables de su
higiene bucal y de desarrollar hábitos saludables.
Existen otros factores que determinan la conducta del niño en el gabinete
dental:
-Actitud del entorno: los padres y familiares cercanos pueden transmitir
miedos a los niños, por lo que se deben evitar expresiones como “si comes
chuches tendrán que ir al dentista”, ya que el niño interpreta que es algo
negativo.
-Experiencias previas negativas.
-Presencia de los padres.
-Duración y hora de la visita: breves y preferiblemente por la mañana.
Aunque la mayoría de los niños acuden a la consulta con actitud positiva,
hay niños que presentan conductas más difíciles y con ellos habrá que usar
técnicas de control de la conducta, que son:
-Técnicas de comunicación.
-Técnicas de modificación de la conducta.
-Técnicas de enfoque físico.
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A. Técnicas de comunicación
-Hacer una explicación ordenada del procedimiento: la técnica más
adecuada es decir-mostrar-hacer o técnica de la tripe E (explica-enseña-
ejecuta). Es una técnica de fácil aplicación y familiariza al niño con el
entorno y el instrumental dental. No se debe emplear en procedimientos
que supongan sangrado o técnicas de inyección de anestesia local.
-Responder sus dudas, con cuidado de que las preguntas no retrasen el
procedimiento.
-Usar lenguaje adaptado a su edad.
-No engañar ni mentir en las explicaciones.
-Preguntar por temas que interesen al niño para desviar su atención:
colegio, vacaciones, deportes…
-En ocasiones el juego puede ayudar pero cuidado.
-Si se pierde la comunicación con el niño, se puede intentar restablecer
mediante el control de voz. Se trata de cambiar de manera repentina el tono
de voz para captar su atención remarcar quien tiene la autoridad. Una vez
recuperada la atención. Se debe agradecer su mejora de conducta
volviendo a un tono suave.
B. Técnicas de modificación de la conducta
Su objetivo es transformar un comportamiento negativo en uno positivo de
manera gradual.
1. Refuerzo: se basa en la teoría de que las conductas reforzadas
perduran y las que no se refuerzan desaparecen. Consiste en
expresarle al niño y de manera frecuente, que ha tenido un buen
comportamiento. Son importantes la inmediatez del refuerzo y la
constancia. También se puede recompensar la buena conducta con
un premio. Las malas conductas deben ignorarse.
2. Desensibilización: trata de exponer al niño a la situación que le da
miedo. Mostrarle en que consiste el procedimiento y permitirle tocar
parte del instrumental, para acercarle a la realidad del tratamiento en
su ambiente relajado.
3. Imitación: consiste en que el niño observe como otro niño, que tiene
buen comportamiento, está siendo tratado. De este modo, por
imitación, el niño comprende lo que se espera de él.
C. Técnicas de enfoque físico
Son técnicas que controlan o limitan los movimientos de los niños con
el fin de protegerlos durante el tratamiento dental. En ningún caso
son un castigo.
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Se emplean fundamentalmente en pacientes que no controlan sus
movimientos o en urgencias dentales con niños descontrolados.
Son una alternativa a realizar un tratamiento bajo sedación o
anestesia general.
Su empleo debe explicarse bien a los niños y a los padres.
Requieren consentimiento por parte de los padres.
Perfil psicológico del adulto y sus necesidades de tratamiento
Entre las estrategias para minimizar la ansiedad de los pacientes se
encuentran:
Atenderles lo antes posible sin hacerles esperar.
Hacer que la duración de la consulta sea corta, pero mantener al
paciente en la situación dental el tiempo suficiente como para que el
organismo pueda reducir su malestar y desensibilizarse a la situación
odontológica.
No dejar al paciente solo.
Promover la comunicación con el paciente, proporcionándole
información sobre el procedimiento que se le va a realizar de modo
que disminuya su sensación de falta de control de la situación.
Emplear técnicas de relajación.
Distracción, por ejemplo con música. O también se les puede hablar
de sus hijos, su trabajo, su actividad de ocio.
Percepción de control, donde se le explica al paciente la posibilidad
de detener el procedimiento dental cuando lo estime conveniente,
levantando la mano izquierda cuando necesite que pare.
Atención al paciente discapacitado
El paciente sordo
-A la hora de tratar a un paciente con deficiencia auditiva es imprescindible
conseguir una buena comunicación (intérprete, lenguaje de signos, notas
escritas o leyendo los labios). En este sentido la mascarilla supone una
barrera.
-Es importante mostrar confianza, sonreír, hablarle a la cara sin gritar,
siempre de frente.
-El contacto físico transmite cercanía y seguridad.
-Tener en cuenta que para realizar el tratamiento se va a necesitar más
tiempo del habitual, y que no se llevará a cabo hasta que el paciente haya
comprendido el procedimiento.
El paciente ciego
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-Los pacientes ciegos pueden padecer mayor ansiedad, por ello es
fundamental transmitir confianza, estableciendo una comunicación basada
en el oído y en el tacto.
-Se debe intentar que los objetos y muebles estén siempre en el mismo
lugar y a ser posible, que el personal sea el mismo en todas las visitas, ya
que lo reconocen por la voz.
-La música ambiental entorpece, y se deben evitar los ruidos fuertes e
inesperados.
El paciente discapacitado psíquico
Existen 2 factores que influyen en el manejo:
-Mayor patología dental: debida a malformaciones congénitas o de
desarrollo, deficiencias en las funciones orales, hábitos nocivos como
bruxismo, dietas inadecuadas o medicación. Además la higiene oral suele
ser deficiente debido a las limitaciones en habilidades y coordinación
motora.
-Dificultad del manejo odontológico: debido a los problemas de conducta,
falta de colaboración o dificultades fisicomotoras.
Los mensajes deben ser cortos y sencillos, con un volumen de voz
adecuado.La comunicación no verbal también es importante, transmitiendo
seguridad y tranquilidad para crear un clima de confianza.