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Cáncer Colorrectal Diagnóstico y Tratamiento Revisión Bibliográfica

El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer cáncer más común a nivel mundial y su incidencia sigue siendo alta a pesar de las mejoras en diagnóstico y tratamiento. Los factores de riesgo incluyen hábitos alimentarios, tabaquismo, enfermedades inflamatorias y predisposición genética, mientras que los métodos de detección abarcan desde pruebas de heces hasta colonoscopias. Los tratamientos varían desde escisiones quirúrgicas hasta terapias sistémicas, dependiendo del estadio en que se detecte la enfermedad.

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Cáncer Colorrectal Diagnóstico y Tratamiento Revisión Bibliográfica

El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer cáncer más común a nivel mundial y su incidencia sigue siendo alta a pesar de las mejoras en diagnóstico y tratamiento. Los factores de riesgo incluyen hábitos alimentarios, tabaquismo, enfermedades inflamatorias y predisposición genética, mientras que los métodos de detección abarcan desde pruebas de heces hasta colonoscopias. Los tratamientos varían desde escisiones quirúrgicas hasta terapias sistémicas, dependiendo del estadio en que se detecte la enfermedad.

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Cáncer colorrectal – diagnóstico y tratamiento: revisión

bibliográfica
gastrolat.org/gastrolat2023001-06/​

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Cáncer colorrectal: diagnóstico y tratamiento: revisión de la
literatura
FD Arias R. 1 , DA Armijos Q. 1 , FA Risueño V. 2 , ME Ayala P. 1 , YP Aldaz V. 1 , NE
Morales R. 2 , CD Lagla 2 , SV Toro A. 1

Información y Correspondencia
✉FD Arias R.
Filiaciones
1 Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Central del Ecuador, Quito, Ecuador. 2

Facultad de Ciencias Médicas, Universidad de las Américas, Quito Ecuador.


Recibido: —
Aceptado: —
©2023 El(los) Autor(es) – Esta publicación es Órgano oficial de la Sociedad de
Gastroenterología

Gastroenterol. latinoam. vol. 34 Núm. 1 | https://doi.org/10.46613/gastrolat2023001-06PDF


Abstracto

El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer cáncer más frecuente en todo el mundo. Aunque se
han implementado mejoras en la detección y el tratamiento, la incidencia, la prevalencia y la
mortalidad del CCR siguen siendo altas, incluso en los países desarrollados. El riesgo de
desarrollar este cáncer está relacionado con los malos hábitos alimentarios, el tabaquismo,
la enfermedad inflamatoria intestinal, los pólipos, los factores genéticos y el envejecimiento.
Existen varios métodos para detectar el cáncer colorrectal, entre ellos la prueba de
guayacol, la prueba inmunoquímica en heces, la prueba de ADN en heces, la
sigmoidoscopia, la colonoscopia y el enema de bario. La etapa en la que se detecta el
cáncer determina el pronóstico, la supervivencia y el tratamiento del paciente. Los
tratamientos incluyen la escisión local endoscópica y quirúrgica, la radioterapia
preoperatoria y la terapia sistémica para reducir el estadio, la cirugía extensa para la
enfermedad locorregional y metastásica, las terapias ablativas locales para las metástasis y
la quimioterapia paliativa dirigida e inmunoterapia.

Resumen
El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer cáncer más prevalente a nivel mundial. A pesar de
que se han implementado mejoras en la detección y el tratamiento; la incidencia, la
prevalencia y la mortalidad del CCR siguen siendo altas, incluso en países desarrollados. El
riesgo de desarrollar este cáncer está relacionado con malos hábitos alimentarios,
tabaquismo, enfermedad inflamatoria intestinal, pólipos, factores genéticos y envejecimiento.

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Existen varios métodos para detectar el cáncer colorrectal, como la prueba de guayaco, la
prueba inmunoquímica de heces, la prueba de ADN en heces, la sigmoidoscopia, la
colonoscopia y el enema de bario. El estadio en el que se detecta el cáncer determina el
pronóstico, la supervivencia y el tratamiento del paciente. Los tratamientos incluyen escisión
local endoscópica y quirúrgica, radioterapia preoperatoria y terapia sistémica de reducción
del estadio, cirugía extensa para enfermedad locorregional y metastásica, terapias ablativas
locales para metástasis y quimioterapia paliativa, terapia dirigida e inmunoterapia.

Introducción

El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente en la patología oncológica.


Actualmente, es el cáncer maligno más común del tracto gastrointestinal, representando el
13% de todos los tumores malignos, y es considerado la segunda causa más común de
muerte relacionada con el cáncer que afecta a hombres como mujeres de la misma manera
en todo el mundo. . Es una enfermedad prevalente en personas de 65 a 74 años, con mayor
prevalencia en mujeres. Sin embargo, esta patología se diagnostica con mayor frecuencia
en pacientes más jóvenes, debido a factores de riesgo como la obesidad, el sedentarismo,
los malos hábitos alimentarios, el tabaquismo y el envejecimiento progresivo de la
población. En pacientes con cáncer colorrectal, la presentación clínica depende de la
localización, tamaño, así como de la presencia o ausencia de metástasis.

El diagnóstico de un CCR se realiza mediante el examen histológico de una biopsia que


generalmente se obtiene durante una colonoscopía o de una muestra quirúrgica. El CCR
puede sospecharse por uno o más de los síntomas y signos descritos anteriormente o
puede ser asintomático y descubrirse mediante la detección sistemática de sujetos de
mediano o alto riesgo. Los tratamientos incluyen escisión local endoscópica y quirúrgica,
radioterapia preoperatoria y terapia sistémica de reducción del estadio, cirugía extensa para
enfermedad locorregional y metastásica, terapias ablativas locales para metástasis y
quimioterapia paliativa, terapia dirigida e inmunoterapia.

Materiales y métodos

Para la realización de la presente revisión bibliográfica se han utilizado diferentes fuentes


bibliográficas primarias y secundarias obtenidas de motores de búsqueda como PubMed ® ,
Scopus ® y Google Scholar ® , a través de las siguientes palabras clave y términos MeSH:
“colorrectal cancer”, “ CCR patology”, “epidemiology”, “risk factor”, “colorrectal cancer
diagnostic” y “treatment”, adicionalmente se formularon preguntas PICO en la búsqueda de
los estudios relacionados a terapéutico utilizando el motor de búsqueda Trip ® . Como filtros
adicionales se utilizaron en el tipo de artículo: “metaanálisis”, “ensayo controlado aleatorio”,
“ensayo clínico”, “revisión”, “revisión sistemática” y se filtró por los trabajos publicados en los
últimos 5 años. La búsqueda arrojó 13.118 resultados y se los discrimina de acuerdo a la
pertinencia y relevancia del título de los artículos. Luego de este proceso, se descartaron
13.065 trabajos y 53 artículos continuaron en el proceso de análisis. Los investigadores

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evaluarán a continuación el resumen. Finalmente, se descartaron 34 trabajos y 19 fueron
seleccionados para la realización de este artículo de revisión. El análisis final se realizó en
formato de conclusión de acuerdo a los subtemas: epidemiología y factores de riesgo,
manifestaciones clínicas, diagnóstico y tratamiento de Cáncer colorrectal.

Discusión

Epidemiología

El cáncer colorrectal es el tercer cáncer más común diagnosticado en hombres con


1'361.000 casos que representan el 10% de todos los cánceres, y es el segundo tipo de
cáncer más común en mujeres con 614.000 casos que representan el 9,2% de todos. los
cánceres, según la base de datos GLOBOCAN de la Organización Mundial de la Salud.
Actualmente, es el cáncer más común en el tracto gastrointestinal, representando el 13% de
todos los tumores malignos, y es considerada la segunda causa más común de muerte
relacionada con el cáncer que afecta a hombres como mujeres por igual en todo el mundo,
tanto. en países desarrollados y no desarrollados.

Se ha observado un cambio gradual hacia los cánceres de colon del lado derecho o
proximal tanto en los Estados Unidos como internacionalmente. Este cambio en la
distribución anatómica de los CCR puede estar relacionado, en parte, con las mejoras en el
diagnóstico y el tratamiento, y con el aumento de las pruebas de detección con la
extirpación de pólipos adenomatosos en el colon distal. La colonoscopia es más eficaz para
prevenir los CCR del lado izquierdo que los del lado derecho, lo que también podría
contribuir a un cambio en la distribución de los cánceres de colon.

Por otro lado, las tasas de mortalidad por CCR han disminuido progresivamente desde
mediados de la década de 1980 en los Estados Unidos y en muchos otros países
occidentales. Esta mejora en el resultado se puede contribuir, al menos en parte, a la
detección y extirpación de pólipos colónicos, detección de CRC en una etapa más temprana
y tratamientos primarios y adyuvantes más efectivos.

Factores de riesgo

Para efectos académicos, se dividirán los mismos como factores modificables y no


modificables (Figura 1); dentro de los no modificables se encuentran:

Síndromes hereditarios de CCR: varios trastornos genéticos específicos, la mayoría de los


cuales se heredan de forma autosómica dominante, están asociados con un riesgo muy alto
de desarrollar cáncer de colon. La poliposis adenomatosa familiar (PAF) y el síndrome de
Lynch (cáncer colorrectal hereditario sin poliposis) son los más comunes de los síndromes
de cáncer de colon familiar, pero juntas estas dos afecciones representan solo el 5% de los
casos de CCR.

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Antecedentes personales o familiares de CCR esporádicos o pólipos adenomatosos :
Una historia personal de pólipos adenomatosos grandes (> 1 cm) y pólipos con histología
vellosa o tubulovellosa o con displasia de alto grado también aumenta el riesgo de CCR,
particularmente si es múltiple.

Enfermedad inflamatoria intestinal: Existe una asociación bien documentada entre la


colitis ulcerosa crónica y la neoplasia colónica, siendo la extensión, duración y actividad.

Figura 1. Lista de factores de riesgo modificables y no modificables para el cáncer


colorrectal. Aunque los datos de algunos factores de riesgo (p. ej., fumar y el consumo de
carne procesada) son convincentes, otros factores (p. ej., terapia hormonal para la
menopausia), para los cuales los datos son más sugerentes. AINE = anti inflamatorios no
esteroides. (Obtenido de: Dekker. 2019).

de la enfermedad los principales determinantes. El aumento del riesgo de cáncer de colon


comienza aproximadamente de 8 a 10 años después del diagnóstico inicial de pancolitis y
de 15 a 20 años para la colitis limitada al colon izquierdo.

Edad: la incidencia creciente del CCR de inicio temprano, particularmente entre aquellos en
el grupo de edad de 40 a 49 años, ha llevado a que al menos dos grupos reduzcan la edad
recomendada para la primera prueba de detección siendo ahora a partir de los 45 años.

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Raza y género: los afroamericanos tienen las tasas de CCR más altas de todos los grupos
étnicos. La mortalidad por CRC es aproximadamente un 20 por ciento más alta en los
afroamericanos que en los estadounidenses blancos. Tanto los adenomas colónicos como
los CCR parecen tener una distribución más proximal en las mujeres.

Acromegalia: la mayoría de los informes sugieren que los adenomas colónicos y el CCR
ocurren con mayor frecuencia en la acromegalia, particularmente en aquellos con
enfermedad no controlada.

Trasplante renal: el trasplante renal, junto con la inmu- nosupresión a largo plazo, se ha
relacionado con un mayor riesgo de CCR.

Por otro lado, dentro de los factores de riesgo modificables se encuentran:

Obesidad: Es un factor de riesgo para el CCR. Una revisión sistemática y un metanálisis de


datos de 13 estudios informaron que un aumento de peso entre la edad adulta temprana y la
mediana edad se asoció con un aumento modesto pero significativo en el riesgo de CCR.

Diabetes mellitus y resistencia a la insulina: la diabetes mellitus se asocia con un riesgo


elevado de CCR. Un meta- nálisis de 14 estudios estimó que el riesgo de cáncer de colon
entre los diabéticos era aproximadamente un 38 % mayor que entre los no diabéticos (RR
1,38), y para el cáncer de recto era 20 por ciento más alto (RR 1.20).

Carnes rojas y procesadas: aunque los datos no son del todo consistentes, el consumo a
largo plazo de carnes rojas o carnes procesadas parece estar asociado con un mayor riesgo
de CCR. La cocción a alta temperatura se ha relacionado como una contribución al riesgo,
quizás por la producción de hidrocarburos poliaromáticos y otros carcinógenos producidos a
partir de proteínas en el proceso de carbonización.

Tabaco: fumar cigarrillos se ha asociado con una mayor incidencia y mortalidad por CCR y
también es un factor de riesgo para prácticamente todos los tipos de pólipos coló- nicos.
Además, fumar puede aumentar el riesgo de CCR en pacientes con síndrome de Lynch.

Alcohol: En varios estudios se ha observado una asociación entre el consumo de alcohol y


un mayor riesgo de CCR. El consumo excesivo de alcohol es un factor de riesgo establecido
y potencialmente modificable para varias otras neoplasias malignas además del CCR, y
también complica el tratamiento y los resultados del tratamiento al contribuir a
hospitalizaciones más largas, recuperación prolongada y costos de atención médica más
altos

Actividad física: Datos de observación sustanciales y varias revisiones sistemáticas han


concluido que la actividad física regular, ya sea en el trabajo o en el tiempo libre, está
asociada con la protección contra el CCR.

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Aspirina y AINES: Existe una amplia variedad de estudios observacionales e
intervencionales que sugieren que la aspirina y otros medicamentos antiinflamatorios no
esteroi- deos (AINE) protegen contra el desarrollo de adenomas y cáncer de colon
(reducción del 20 al 40%).

Terapia hormonal en mujeres: la terapia hormonal pos- menopáusica (tanto combinados


como solo estrógeno) se ha relacionado con un riesgo reducido de CCR, aunque los datos
son más consistentes para el uso de estrógeno combinado en lugar de solo.

Manifestaciones clínicas

Los pacientes con CCR puede presentar una amplia variedad de manifestaciones clínicas
que van desde individuos asintomáticos descubiertos mediante exámenes de rutina,
pacientes con síntomas o signos sospechosos y también pacientes que se presentan en la
admisión de emergencia con obstrucción intestinal, perforación o, en raras ocasiones,
hemorragia gastrointestinal aguda.

No hay síntomas en la mayoría de los pacientes con CCR en etapa temprana y estos
pacientes son diagnosticados como resultado de la detección. Aunque la aceptación cada
vez mayor de la detección del CCR ha llevado a que se diagnostiquen más casos en una
etapa asintomática, la mayoría de los CCR se diagnostican después de la aparición de los
síntomas; estos generalmente se deben al crecimiento del tumor en la luz o estructuras
adyacentes y, como resultado, la presentación sintomática generalmente refleja un CCR
relativamente avanzado.

Los síntomas/signos típicos asociados con el CCR incluyen hematoquecia o melena, dolor
abdominal, anemia por deficiencia de hierro inexplicable y/o un cambio en los hábitos
intestinales.

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Figura 2. Manifestaciones clínicas de Cáncer Colorrectal de acuerdo a su ubicación
(Elaborado por Autores).

Entre los pacientes sintomáticos, las manifestaciones clínicas también difieren según la
ubicación del tumor (Figura 2); siendo así que un cambio en los hábitos intestinales es un
síntoma de presentación más común para los CCR del lado izquierdo. El contenido fecal es
líquido en el colon proximal y el calibre de la luz es más grande, por lo que es menos
probable que los CRC se asocien con síntomas obstructivos, incluido el dolor cólico. La
hematoquecia es causada con más frecuencia por el rectosigmoide. La anemia ferropénica
por pérdida de sangre no reconocida es más frecuente en los CCR del lado derecho.

Finalmente, el dolor abdominal puede ocurrir con tumores que surgen en todos los sitios;
puede ser causada por una obstrucción parcial, diseminación peritoneal o perforación
intestinal que conduce a una peritonitis generalizada. El CCR puede causar tenesmo, dolor
rectal y disminución del calibre de las heces.

El CCR puede propagarse por diseminación linfática y hematógena, así como por vías
contiguas y transperitoneales. Los sitios metastásicos más comunes son los ganglios
linfáticos regionales, el hígado, los pulmones y el peritoneo. Los pacientes pueden presentar
signos o síntomas atribuibles a cualquiera de estas áreas. La presencia de dolor en el
hipocondrio derecho, distensión abdominal, saciedad precoz, adenopatía supraclavicular o
nódulos periumbilicales suele indicar enfermedad avanzada, a menudo metastásica.

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Debido a que el drenaje venoso del tracto intestinal se realiza a través del sistema porta, el
primer sitio de diseminación hematógena suele ser el hígado, seguido de los pulmones, los
huesos y muchos otros sitios, incluido el cerebro. Aunque las metástasis cerebrales son
extremadamente infrecuentes, a medida que los pacientes reciben una terapia más
sistémica y permanecen vivos durante varios años después de un diagnóstico de cáncer
metastásico, ha habido un aumento en las metástasis óseas y cerebrales.

Tabla 1. Comparación entre los métodos diagnósticos (Obtenido de: Granados, et


al. 2017)

Método Mecanismo Sensibilidad Especificidad Observación

Sangre oculta en Detecta los 30 – 52%. 95,2% No específico


heces (Prueba de peróxidos del Puede para
guayaco) grupo Heme en aumentar al hemoglobina
sangre que están 90% si se humana y
presentes en las usa 1-2 años puede dar
heces resultado falso
positivo con
alimentos que
presenten
actividad
peroxidasa
como
verduras
crudas, carnes
rojas, por lo
que se
recomienda
retirar 3 días
antes de la
toma de
muestra, así
como AINE 7
días antes.

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Inmunohistoquímica Reacción de 76,5% 95,3% Más
de heces anticuerpos específica que
monoclonales o la prueba de
anticuerpos guayaco, ya
policlonales que es
específicos contra reactiva al
la hemoglobina grupo hemo
humana, la humano. Ideal
albúmina u otros para la
componentes de detección de
las heces la
sanguíneas. poblaciónNo
es necesaria
una restricción
farmacológica
o dietética.

Análisis de ADN en PCR 52% 94,4%


residuos fecales Identificación de
mutaciones: Kras,
ACP, p53 y
niveles altos de
PDX1

Examen rectal Como evaluación 4,9% 97,1% No se


inicial del considera una
paciente prueba de
sintomático detección.
Permite la
detección de
masas.

Sigmoidoscopia Se realiza con 58-75% en 94% Reducción


flexible una endoscopia lesiones importante de
que permite pequeñas la mortalidad
examinar la capa 72-86% en en cáncer
mucosa hasta 60 lesiones colorrectal.
cm del margen avanzadas Debe
anal (recto, colon realizarse
sigmoideo y colon cada 5 años
descendente)

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Colonoscopía Detección de 91% 94% Asociado a un
pólipos o riesgo de
anomalías perforación
Método de del 2 %
detección del Riesgo de
cáncer colorrectal hemorragia
del 0,5 % al
realizar la
polipectomía.
Riesgo de
dificultad
respiratoria,
arritmias e
hipotensión
arterial.

Cápsula Videocámara 77% 59%


endoscópica ingerida por
patología
intestinal

Enema de bario Con doble 61% – 100% 100% Eficacia


contraste de limitada, se
bario, consiste en utiliza cuando
la administración la
de bario y colonoscopia
presurización de está
aire en el colon. contraindicada
o cuando no
se dispone de
otro método
diagnóstico.

Tomografía Imagen en cortes Permite evaluar la diseminación del cáncer,


computarizada ultrafinos de tejido complicaciones, recurrencia y respuesta al
(0,5, 0,625 o 0,75 tratamiento.
mm)

Colonoscopia Variante de la Alternativa de enema de bario en pacientes


virtual tomografía con contraindicación colonoscopia como
computarizada, anticoagulantes, fibrosis pulmonar o alergia a
donde el uso de sedantes.
medios de
contraste mejora
la diferenciación
con los residuos
fecales.

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Resonancia Distingue las 75-90% 96% Ausencia de
magnética características del radiación
tumor asociado a ionizante,
metástasis menos
invasiva, con
mejor
resolución en
tejidos
blandos por lo
que se puede
evaluar
invasión local
y remota

PET scan Permite la estadificación del tumor, ganglio linfático, principalmente


metástasis extrahepática en una sola sesión de imagen.

Diagnóstico

En cuanto al screening del CCR, hay varias pruebas de detección disponibles para detectar
el cáncer colorrectal (CCR) y los pólipos adenomatosos. Las pruebas para CCR difieren en
cuanto a sensibilidad y especificidad (Tabla 1), evidencia de efectividad, conveniencia,
seguridad, disponibilidad y costo.

Se puede sospechar CCR a partir de uno o más de los síntomas y signos descritos
anteriormente o puede ser asintomático y descubrirse mediante exámenes de detección de

rutina de sujetos de riesgo promedio y alto. Una vez que se sospecha CCR, la siguiente
prueba debe ser una colonoscopia la cual es la prueba de diagnóstico más precisa y versátil
para el CCR, ya que puede localizar y realizar biopsias de lesiones en todo el intestino
grueso, detectar neoplasias sincrónicas y extirpar pólipos.

Cuando se observa a través de la colonoscopía, la gran mayoría de CCR son masas


endoluminales que surgen de la mucosa y sobresalen hacia la luz (Figura 3). Las masas
pueden ser exofíticas o polipoides. Se puede observar sangrado (rezumamiento o sangrado
franco) con lesiones friables, necróticas o ulceradas.

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Figura 3. Imágenes de alta definición de un pólipo plano de extensión lateral (Obtenido de:
Dekker, 2019) (A) Imagen de luz blanca de alta definición. (B) Vista de primer plano,
utilizando imágenes de banda estrecha, una técnica de imágenes endoscópicas que resalta
la superficie de la mucosa y puede ayudar con la detección y diferenciación de lesiones
colónicas. Las líneas punteadas amarillas indican los bordes de la lesión.

Para las lesiones visibles a través de colonoscopía, los métodos para la toma de muestras
de tejido incluyen biopsias y polipectomía. Para las lesiones que se extirpan por completo
(con polipectomía, resección endoscópica de la mucosa o disección endoscópica de la
submucosa), el tatuaje es importante para la localización posterior si se encuentra una
neoplasia invasiva y se necesita tratamiento local adicional.

Además, existe la colonografía por tomografía computa- rizada (también llamada


colonoscopia virtual o colonografía por TC) la cual proporciona una perspectiva endoluminal
simulada por computadora del colon distendido lleno de aire. La colonografía por TC
requiere una preparación intestinal mecánica similar a la necesaria para el enema de bario,
ya que las heces pueden simular pólipos.

La colonografía por TC puede ser particularmente valiosa en pacientes con CCR obstructivo
que pueden tolerar una preparación intestinal. Sin embargo, dado que la colonos- copia
permite la extirpación/biopsia de la lesión y cualquier cáncer o pólipo sincrónico que se
observe durante el mismo procedimiento, la colonoscopia sigue siendo el estándar de oro
para la investigación de los síntomas sugestivos de CCR.

Pruebas de laboratorio: Aunque el CCR frecuentemente se asocia con anemia por


deficiencia de hierro, su ausencia no excluye de manera confiable la enfermedad. No existe
una función diagnóstica para otras pruebas de laboratorio de rutina, incluidas las pruebas de
función hepática, que carecen de sensibilidad para la detección de metástasis hepáticas.

Marcadores tumorales: Una variedad de marcadores séricos se han asociado con el CCR,
particularmente el antígeno carcinoembrionario (CEA). Sin embargo, todos estos
marcadores, incluido el CEA, tienen una capacidad diagnóstica baja para detectar el CCR
primario debido a la superposición significativa con la enfermedad benigna y la baja
sensibilidad para la enfermedad en estadio temprano.

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Clasificación TNM

El sistema de estadificación Tumor, Nodo, Metástasis (TNM) del Comité Conjunto


Estadounidense sobre el Cáncer (AJCC)/Unión para el Control Internacional del Cáncer
(UICC) es el sistema de estadificación preferido para el CCR.

Como en todas las clasificaciones de estadificación TNM, los hallazgos radiográficos,


endoscópicos (incluida la biopsia) e intraoperatorios se utilizan para asignar una etapa
clínica (cT, cN, cM), mientras que la evaluación de la etapa patológica (pT, pN, pM) requiere
diagnóstico patológico macroscópico o examen histopatológico.

La revisión más reciente de la clasificación por etapas TNM se describe en la Tabla 2.

Tratamiento

Aproximadamente el 80 % de CCR se localizan en la pared del colon y/o en los ganglios


regionales. La cirugía es la única modalidad curativa para el cáncer de colon localizado. El
objetivo de esta es la extirpación completa del tumor, el pedículo vascular principal y la
cuenca de drenaje linfático del segmento colónico afectado.

La colectomía asistida por laparoscopia, en lugar de la colectomía abierta, se prefiere para


pacientes con cánceres de colon no obstruidos, no perforados, no localmente avanzados
que no se han sometido a una cirugía abdominal extensa previa. La restauración de la
continuidad intestinal mediante una anastomosis primaria se puede lograr en la mayoría de
los pacientes que se someten a una colectomía sin complicaciones.

En cuanto al manejo quirúrgico de un pólipo; los adenomas benignos, así como aquellos con
displasia grave o carcinoma in situ, pueden tratarse de manera efectiva mediante la
extirpación endoscópica (polipectomía) únicamente, siempre que los márgenes de resección
estén libres de cáncer. La resección endoscópica también es una alternativa razonable a la
cirugía radical para los cánceres de colon seleccionados en etapa temprana de riesgo
favorable que surgen en un pólipo.

La presencia de histología pobremente diferenciada, la invasión linfovascular o perineural, el


tumor en ciernes o el cáncer en el margen de resección o profundidad de invasión
submucosa > 1 mm debe llevar a considerar la cirugía radical, ya que indican un mayor
riesgo de cáncer residual y/o metástasis ganglionares.

Tabla 2. Clasificación TNM en cáncer colorrectal (Obtenido de: )

Tumor Primario (T)

Tx Tumor primario no evaluable

T0 Sin evidencia de tumor primario

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Tis Carcinoma in situ

T1 Tumor invade la submucosa

T2 Tumor invade la muscular propia

T3 Tumor invade la grasa peri-rrectal

T4a Tumor penetra la superficie del peritoneo visceral

T4b Tumor invade o se adhiere a órganos o estructuras adyacentes

Nódulos linfáticos regionales (N)

Nx No se puede determinar

N0 Sín nódulos linfáticos comprometidos

N1 Compromiso de 1-3 nódulos linfáticos

N1a Compromiso de 1 nódulo linfático

N1b Compromiso de 2-3 nódulos linfáticos

N1c Depósitos tumorales en subserosa, mesenterio, tejidos pericólicos o perirrectal no


cubiertos por peritóneo

N2 Compromiso de 4 o más nódulos linfáticos

N2a Compromiso de 4-6 nódulos linfáticos

N2b Compromiso de más de 7 nódulos linfáticos

Metástasis a distancia (M)

M0 Sin metástasis a distancia

M1 Con metástasis a distancia

M1a Metástasis confinadas a un órgano o sitio

M1b Metástasis en más de un órgano o sitio

Enfoques neoadyuvantes: Para los pacientes con cáncer de colon localmente avanzado,
el tratamiento neoadyuvante está asociado con varias ventajas; estas incluyen la
administración temprana de una terapia sistémica eficaz que podría reducir el impacto
posterior de las micrometástasis, la reducción del tamaño del tumor primario para mejorar la
probabilidad de márgenes quirúrgicos negativos y un mejor cumplimiento de la terapia

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sistémica. Los pacientes que pueden ser apropiados para la terapia neoadyuvante incluyen
aquellos con cáncer de colon localmente irresecable, aquellos cuyos márgenes de resección
se consideran potencialmente comprometidos o aquellos que son médicamente inoperables.

La quimiorradioterapia neoadyuvante (preoperatoria) con o sin quimioterapia, en lugar de la


cirugía inicial, es un enfoque aceptado para el cáncer de recto localmente avanzado que
está respaldado por datos de ensayos aleatorios. Cada vez más, los enfoques de “terapia
neoadyuvante total” se utilizan en la práctica clínica, que utilizan toda la quimioterapia
sistémica planificada más quimiorradioterapia en el entorno preoperatorio para maximizar el
número de pacientes que reciben quimioterapia en el contexto de la resección curativa y
reducir el estadio del cáncer de recto.

Varios estudios emblemáticos, incluido el estudio MOSAIC, establecieron la adición de


oxaliplatino a una fluo- ropirimidina (fluorouracilo o capecitabina) como el nuevo estándar. El
principal inconveniente de la adición de quimioterapia con oxaliplatino es el desarrollo de
neuropatía sensorial acumulativa. Los cánceres rectales se tratan de manera similar,
aunque el valor de la quimioterapia adyuvante en pacientes que han recibido
quimiorradioterapia preoperatoria es controvertido.

Dada la complejidad y la naturaleza multidisciplinaria de la atención necesaria, todos los


pacientes con cáncer colo- rrectal metastásico deben recibir información de un centro
especializado de atención terciaria.

La terapia sistémica para el cáncer colorrectal metastásico generalmente incluye una


columna vertebral de quimioterapia junto con un biológico. Las quimioterapias con fluoropi-
rimidinas, oxaliplatino e irinotecán forman la columna vertebral de la quimioterapia en varias
iteraciones de regímenes de dos o tres fármacos. Se agrega un producto biológico
(anticuerpo anti-VEGF o anti-EGFR) al régimen de quimioterapia según los factores
específicos del tumor y del paciente. Los pacientes con cáncer colorrectal metastásico
generalmente reciben varias líneas de terapia según la situación.

Productos biológicos, terapia de rescate, inmunoterapia y direcciones futuras

Bevacizumab, un anticuerpo monoclonal anti-VEGF dirigido a la angiogénesis, fue el primer


agente biológico aprobado para el cáncer colorrectal metastásico y se demostró que
beneficia a todos los pacientes con este tipo de cáncer. Posteriormente, se ha demostrado
que la adición de bevacizumab a otros pilares de la quimioterapia mejora la supervivencia
libre de progresión, pero no necesariamente la supervivencia general.

Los cánceres colorrectales del lado derecho no se benefician de las terapias antiEGFR en el
entorno metastásico de primera línea, posiblemente debido a los diferentes orígenes
embriológicos de los tumores del lado izquierdo. Más allá de la lateralidad, el cáncer
colorrectal debe someterse a pruebas de mutaciones extendidas de RAS y RAF (KRAS,
NRAS y BRAF) antes de considerar las terapias anti-EGFR.

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El enfoque de la terapia posterior es variable y puede incluir quimioterapia de mantenimiento
(particularmente para pacientes tratados inicialmente con un régimen que contiene
oxaliplatino) o un cambio a un régimen completamente diferente debido a la progresión de la
enfermedad o intolerancia al régimen inicial.

Conclusión

El cáncer colorrectal (CCR) es el tercer cáncer más común en todo el mundo en hombres y
mujeres, la segunda causa más importante de muerte relacionada con el cáncer, y la
principal causa de muerte en el cáncer gastrointestinal. El estadio en el que se detecta el
cáncer determina el pronóstico, la supervivencia y el tratamiento del paciente. El aumento
de la supervivencia en pacientes con cáncer colorrectal como resultado de una evaluación
diagnóstica temprana y precisa y un tratamiento personalizado basado en una mejor
comprensión de la biología y la respuesta potencial a las terapias de cada cáncer individual,
ha resaltado la importancia de la vigilancia en pacientes con cáncer colorrectal a largo plazo.

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