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ANA PILAR ARROYO NAVALON
PSICóLOGA
ESPECIALISTA EN PSICOLOGíA CLíNICA Y DE LA SALUD
ESPECIALISTA EN PSICOLOGíA FORENSE
ESPECIALISTA EN TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL
www.psicologo-24horas.com TELF: 645.916.082
Mi nombre es Ana Pilar Arroyo Navalón. Soy graduada en
Psicología por la UNED. Me especialicé en Psicología Clínica y
de la Salud, en Psicología Forense y en Terapia Cognitivo-
Conductual.
A lo largo de mi carrera he ido formándome para poder estar
a la vanguardia en mi profesión la cual amo y disfruto a cada
momento de mi vida.
Dedico cada día a reciclarme y superarme para poder brindar
toda y la más eficiente ayuda a las personas que lo necesitan,
obteniendo una gran recompensa y plenitud personal de ello.
Esto me motiva día a día a seguir mejorando en mi profesión
para ofrecer los mejores servicios.
A pesar que la palabra ansiedad se ha utilizado para describir una
respuesta mental y física que se produce ante peligros o
situaciones negativas y se suele relacionar con patologías y
efectos negativos en las personas.
La ansiedad es una sensación normal que experimentamos la gran
mayoría de las personas en algún momento de nuestras vidas. Su
función es poder reaccionar ante una situación difícil, pudiendo
proporcionarnos una ayuda adicional para escapar del peligro o
aportarnos una energía extra para completar tareas que tienes
pendientes.
Entendida así, la ansiedad es un mecanismo de defensa del
organismo y no tiene porque necesariamente ser negativa.
Uno de nuestros objetivos, por tanto, no es tratar de suprimirla,
ya que también es necesaria en nuestras vidas; sino aprender a
controlarla y reducirla a niveles manejables y adaptativos.
Podemos decir que la ansiedad se convierte en un problema cuando
sus síntomas son demasiado recurrentes, de larga duración, si
aparecen en situaciones que realmente no son estresantes y sobre
todo si nos limitan o impiden el desarrollo de una vida normal.
Cuando las personas sufren ansiedad se producen una serie de
cambios tanto a nivel físico como psicológico en ellas, se produce
una excitación en su sistema nervioso, originándose una serie de
síntomas como pueden ser:
Tensión en el cuello, hombros y espalda.
Dificultades de respiración, visión nublada, sofocos.
Taquicardias, opresión en el pecho (síntomas que se pueden
confundir con un paro cardíaco aumentando más si cabe
nuestro nivel de estrés y ansiedad).
Sensación de nudo en el estómago, nauseas.
Sudoración temblor, hormigueo en las manos.
Inestabilidad, temblor, entumecimiento en las piernas.
Todos estos síntomas son percibidos por las personas como una
amenaza o posible enfermedad física real ya que pueden ser
confundidos con un infarto, enfermedades estomacales, dolores
crónicos de la musculatura, etc. Aumentando más la preocupación
y desazón en las personas.
Los efectos de la ansiedad se pueden ver reflejados en tres áreas:
EN NUESTROS PENSAMIENTOS.
Cuando la ansiedad está fuera de nuestro control podemos
encontrarnos con pensamientos recurrentes, negativos o
catastrofistas, los cuales pasan por nuestra mente de forma
automática y a modo de un flash. También se tienden a exagerar
los problemas o preocuparse en exceso antes de que ocurran los
hechos (anticipación) Esto es horrible , no podré soportarlo , me
va a dar algo .
Hay que tener en cuenta que los pensamientos automáticos son
irracionales y poco realistas. (no va a morir por un ataque de
ansiedad, ni enloquecerá por el mismo) y, por otro lado, son
situaciones que se pueden controlar, la mente nos advierte de los
peligros, pero en estos casos el peligro no es tan grande como
percibimos.
Aprender a controlar los pensamientos automáticos nos ayudarán
en gran medida a controlar nuestra ansiedad.
EN NUESTRAS ACCIONES.
Hay personas que para compensar y reducir la tensión o síntomas
desagradables de la ansiedad optan por introducir otras
conductas que en ese momento le puedan bajar los niveles de
activación nerviosa o les reporten una sensación positiva.
Estas conductas pueden ser, comer, fumar o tomar alcohol en
exceso, estas pueden hacerles sentir aliviados en el momento, pero
a la larga, aparte de provocar una dependencia, no aliviarán los
síntomas de ansiedad terminando por aumentarlos y en otros casos
provocando otras patologías como depresión, baja autoestima por
aumento de peso, etc.
Otra de las formas de compensar el malestar es evitando
situaciones que nos provoquen ansiedad, por ejemplo; salir de
casa, evitar reuniones, etc. Esta conducta conseguirá bajar el nivel
de ansiedad momentáneamente porque evitando situación
experimentan un alivio inmediato de la ansiedad que estaban
sintiendo por imaginarse realizando la actividad, pero en
contraposición, hará que la situación cada vez vaya a peor. Esto
ocurre porque la ansiedad se asocia cada vez más a la situación que
se evita con lo que se hace más difícil superarlo, encontrándose
cada vez más débil la persona para poder avanzar, conllevando un
deterioro de la confianza en uno mismo.
Otras personas tienen la sensación de que deben hacer ciertas
cosas, estas son las llamadas conductas de liberación de estrés o
seguridad, suelen ser conductas repetitivas como lavarse las
manos, comprobar si la puerta o el gas está cerrados, tomarse la
temperatura varias veces al día para comprobar la salud física.
También pueden aparecer otros comportamientos como hablar
rápido, mover en exceso alguna parte del cuerpo como puede ser
una pierna. Darse cuenta de esto le puede hacer sentir más
ansioso.
EN NUESTRO CUERPO
Existen una gran variedad de síntomas físicos de ansiedad. Son
síntomas que surgen ara preparar al cuerpo para hacer frente o
defenderse de una supuesta amenaza. Son síntomas muy
desagradables y en ocasiones aparecen sin motivo ni razón
aparente, dando a entender a las personas que los perciben que
sufren alguna patología o algo grave les va a suceder, llevándoles a
elevar sus niveles de ansiedad aún más.
Es importante que las personas entiendan que estos síntomas no
son peligrosos ni les ocasionarán ningún daño a pesar de su
severidad.
Algunas de las sensaciones que se pueden experimentar, no tienen
por qué experimentarlas todas, son, aparte de los ya mencionados
en el apartado anterior, cansancio, pitidos en los oídos, visión
borrosa, sequedad de boca, deseos de orinar recurrentes,
respiración rápida y menos profunda, agarrotamiento o molestias
en extremidades a la vez que temblores, debilidad y tensión
muscular, etc.
No hay una única causa que pueda explicar la aparición de la
ansiedad, pueden ser varios factores e incluso darse en
interacción unos con otros. Algunas causas pueden ser:
La tendencia de lagunas personas a reaccionar
exageradamente ante las situaciones o dificultades.
Otro desencadenante puede ser algún acontecimientos
desagradable, negativo o dañino vivido por la persona.
En otros casos puede venir propiciada por un problema de
magnitud o por el cúmulo de varios de menor importancia.
En ocasiones, la ansiedad se desencadena justo después de
la resolución del problema, esto suele ocurrir porque la
persona ha estado acumulando un nivel de estrés muy alto
durante un tiempo.
El estrés físico es otro de los motivos por los que se suele
desencadenar la ansiedad, falta de sueño, enfermedad
física, abuso de alcohol, etc.
La ansiedad crea un círculo vicioso entre cuerpo, conductas y
pensamientos. La ansiedad se puede empezar a notar en cualquiera
de las áreas, pero esta repercutirá automáticamente en las demás
desencadenando síntomas en todas ellas, todo esto mantendrá el
cuerpo en alerta y agravará los síntomas físicos, con lo que nos
llevará a una reacción o conducta de escape.
CUERPO
PENSAMIENTO CONDUCTA
Un ejemplo: cuando alguien ya ha experimentado los síntomas
físicos de la ansiedad como pueden ser mareos o fatiga y sube una
escalera muy deprisa, su cuerpo reacciona aumentando su
frecuencia cardíaca y su respiración se vuelve más rápida y menos
profunda, esta reacción de nuestro cuerpo es la normal en la
situación, pero para una persona que ya ha experimentado estos
síntomas a causa de la ansiedad, su cabeza los reconocerá como
vividos en una situación de peligro y esta persona se empezará a
encontrar mal, una posible reacción conductual podría ser , evitar
volver a salir a la calle ya que la ha percibido como un peligro.
Una vez que se ha establecido el círculo vicioso la persona tiende
a evitar cualquier situación que perciba como amenazadora o que
le haya desencadenado la ansiedad en algún momento.
La huida o escape es una reacción natural, pero en estos casos la
situación que se suelen evitar son situaciones que no sólo no son
peligrosas, sino que son necesarias para el día a día del ser humano
como ir a comprar, evitar salir a comer, montar en vehículos,
hablar con gente, llevándolo a las personas hacia un deterioro
físico y emocional importante, haciendo su vida muy incómoda y
difícil, pudiendo llevar a las personas a una situación de pérdida de
confianza, autoestima e incluso aislamiento social.
Existen diferentes tipos de ansiedad según síntomas:
Trastorno de ansiedad generalizada TAG
Trastorno de pánico
Agorafobia
Trastorno de estrés postraumático TEP
Fobia social
Fobias específicas
Trastorno obsesivo compulsivo TOC
Como ya hemos comentado, la ansiedad no es una enfermedad sino
una respuesta normal y adaptativa de nuestro organismo que nos
prepara para momentos difíciles, aportándonos la energía
necesaria para afrontarlos. Dicho esto, nuestro objetivo no va a
ser otro que el de controlarla, no el de eliminarla.
Existen diferentes formas de reducirla y conseguir que sea más
manejable. Se pueden trabajar al menos cuatro áreas diferentes.
ENTENDERLA MEJOR Y ABORDAR ALGUNAS DE SUS
CAUSAS.
Como hemos visto una buena psicoeducación puede ser muy
beneficiosa, ya que nos ayuda a entender mejor los procesos
de la ansiedad resolviendo nuestras dudas y ayudando a
eliminar muchos de los miedos que por desconocimiento
podíamos llegar a tener.
Llevar un diario de ansiedad. En el podremos apuntar los
momentos en los que tenemos mayor ansiedad, como el nivel
de ansiedad que llegamos a alcanzar (0-10), todo esto nos
dará una pista de qué situaciones son las que nos provocan
esas subidas de niveles y activación fisiológica. Pudiendo así
identificar la causa de nuestra ansiedad.
Técnicas de resolución de problemas, con ellas
adquiriremos las destrezas adecuadas para manejar
situaciones difíciles o estresantes para nosotros pudiendo
resolverlas sin percibirlas como un peligro.
REDUCIR SÍNTOMAS FÍSICOS
Como hemos comentado antes los síntomas físicos pueden
desencadenar pensamientos y conductas que nos llevan todos
ellos al círculo vicioso de la ansiedad. Si intentamos
mantenerlos a raya conseguiremos rebajar y controlar
nuestra ansiedad con mucha más eficacia. Podemos usar
diferentes técnicas para ello:
Relajación
Respiración controlada
Distracción
MODIFICACION DE PENSAMIENTOS RELACIONADOS
CON LA ANSIEDAD
Hemos visto el papel que los pensamientos desempeñan en el
mantenimiento del círculo vicioso de la ansiedad, por lo que
mantenerlos a raya es crucial para controlarla efectivamente.
Cuántas veces hemos notado que el corazón se nos acelera sin
motivo aparente, ahí es cuando nuestro pensamiento vuela rápido
y veloz a trasladarnos a una imagen de nosotros mismos sufriendo
un paro cardiaco, montados en una ambulancia y camino del
hospital. Claro está que nuestra ansiedad se va a disparar de 0 a
100 en un santiamén. Si somos capaces de identificar ese
pensamiento, pararlo utilizando la coherencia , esto es
simplemente una activación de mi cuerpo por los procesos de
ansiedad, pero no tengo miedo porque sé que no me va a pasar
nada , entonces una señal de seguridad llegará a nuestro cerebro
haciendo que la activación o ansiedad no sea necesaria porque ya
no veremos esas taquicardias como un peligro, volviendo a nuestros
ritmos normales.
MODIFICACIÓN DE CONDUCTAS RELACIONADAS CON
LA ANSIEDAD.
Debemos reconocer en que momentos llevamos a cabo
conductas de evitación y pararlas, porque como ya hemos
dicho esas conductas sólo nos llevan a asociar cada vez más
a la situación que se evita con lo que se hace más difícil
superarlo, encontrándose cada vez más débil la persona para
poder avanzar, conllevando un deterioro de la confianza en
uno mismo.
Establecerse metas para vencer a sus temores y no
evitarlos, tener en cuenta que las metas se establecerán en
pequeños pasos, no intentemos afrontar un miedo de golpe ya
que esto tendrá un efecto contrario y nos producirá más
ansiedad.
Cuando se llevan a cabo conductas de seguridad, como salir
acompañado/a la calle, llevar medicación en el bolso, etc.,
deben deshabituarse gradualmente de ellas, en pequeños
pasos, nunca de sopetón, sino tendrá el efecto contrario.
Lleva a cabo pruebas ensayo-error para comprobar que tus
creencias son erróneas. Si piensas que, si sales de casa sólo
o sin la medicación te vas a desmayar, sal sólo, antes de salir
di para tu interior, sé que estos pensamientos no son reales,
son originados por mi ansiedad y voy a comprobar como son
erróneos.
Solo reduciendo la evitación podremos reducir la ansiedad.
Es muy importante reconocer que cuanto más evitemos algo,
más difícil será superarlo y cada vez generará más ansiedad.