Por Marcelo Casarin y Ricardo Irastorza
Módulo 2
El proceso de construcción de un texto
Sumario: 2.1. El proceso de redacción: planificación, textualización,
revisión, versión final. 2.2. Qué es un texto. Definición. Unidades que
lo componen. 2.3. La puntuación. 2.4. La frase. 2.5. El párrafo. 2. 6.
Las palabras. 2.7. Conectores y marcadores textuales
2.1. El proceso de redacción
El proceso de redacción suele describirse según distintos modelos
cognitivos; de entre ellos tomamos como referencia el que proponen
Flower y Hayes (1980, 1981).
Dicho modelo contempla las siguientes etapas:
a) Planificación
Es el momento inicial, cuando el autor decide poner en marcha el
proceso. Se producen y despliegan dos tipos de acciones principales:
la búsqueda de información y la generación de ideas. En distintas
proporciones, dichas acciones se despliegan en todo tipo de texto: el
aspecto creativo será ponderado si lo que escribimos es un poema; la
búsqueda de información será lo más importante si lo que escribimos
es un artículo científico, por ejemplo. Existen una serie de técnicas
que pueden facilitar el desarrollo de esta etapa, a saber: esquemas,
diagramas, índices, torbellino de ideas, etc.
b) Textualización
En este momento se ponen en papel las ideas y la información
desplegadas durante la planificación. El objetivo de esta etapa es
producir un texto o, mejor dicho, un proto-texto. El resultado es lo
que Cassany denomina escritura egocéntrica, es decir, un texto
sólo comprensible para su autor. En esta etapa se recomienda el uso
de la escritura automática, técnica que consiste en escribir a lo que
salga, sin preocuparse por la calidad del texto. Conviene aquí, en la
medida de lo posible, desentenderse de los mecanismos represivos
de la gramática y la ortografía, y procurar que aparezca un texto. Un
ejercicio interesante es hacer un primer borrador manuscrito, para
luego hacer una versión dactilográfica. Esto permite verificar cómo se
transfigura el texto de una versión a otra, cómo en el acto de
reescritura realizamos ajustes y mejoramos su legibilidad, lo que
corresponde a la etapa siguiente.
c) Revisión
En esta etapa se procede a reevaluar el texto en todos los aspectos
referidos a su legibilidad lingüística: organización de las ideas,
composición y balance de las unidades que lo componen
(organización en apartados, párrafos y frases), signos de puntuación,
ajustes léxico-semánticos, morfosintácticos, etc.
d) Versión o redacción final
Corresponde a esta etapa la adecuación del texto a las condiciones
formales que debe reunir: tipografías, formatos de titulación,
marginación, interlineados, extensión, etc. Este conjunto de
requisitos son los que normalmente establecen las instituciones
(publicaciones, editores, universidades, etc.), es decir, los
destinatarios inmediatos de los textos. El control de estos requisitos
constituye lo que se denomina legibilidad gráfica.
Etapa finalidad técnicas/acciones
planificación información / ideas esquemas/índices/ etc.
textualización prototexto escritura automática
revisión legibilidad lingüística corrección
versión final legibilidad gráfica ajuste formal
Recordemos: las etapas que acabamos de describir son las que
atravesamos cada vez que escribimos un texto. Se trata de un
proceso continuo que va desde las primeras ideas y la disposición de
una información básica hasta la concreción en un escrito; sin
embargo, no deben pensarse cada una de estas etapas como
compartimentos estancos. Esto es más evidente cuando escribimos
un texto de mediana o larga extensión, porque el proceso puede
recomenzar en cada uno de los apartados en que está organizado
dicho texto. Pero más aún: en un texto breve, en el proceso de
reevaluación que implica la etapa revisión, es posible que se vuelva
a la textualización; o durante la versión final, es frecuente que
continuemos revisando el texto.
2.2. Qué es un texto
A continuación les proponemos analizar una definición de texto de
Enrique Bernárdez (1983).
Texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental,
producto de la actividad verbal humana, que posee siempre
carácter social; está caracterizada por su cierre semántico y
comunicativo, así como por su coherencia profunda y
superficial, debido a la intención (comunicativa) del hablante
de crear un texto íntegro y a su estructuración mediante dos
conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua.
Es necesario saber que, para que un texto se constituya como tal, las
unidades que lo componen deben integrarse según las reglas a las
que se refiere Bernárdez. En este sentido se destacan la coherencia
y la cohesión, que son dos propiedades fuertemente relacionadas
entre ellas. “La coherencia, que incluye la cohesión, se puede
considerar tanto una propiedad fundamental que da cobertura al
conjunto de significaciones del texto como un principio necesario para
que un texto sea definido como tal”. La cohesión, por su parte, “es un
concepto que se refiere a uno de los fenómenos propios de la
coherencia, el de las relaciones particulares y locales que se dan
entre elementos lingüísticos, tanto los que remiten unos a otros como
los que tienen la función de conectar y organizar”.
Estas definiciones, que pertenecen a Calsamiglia Blancafort y Tusón
Valls (1999), nos permiten agregar dos nuevos elementos
indispensables para la construcción de cualquier texto escrito: los
signos de puntuación, por una parte, y los conectores y
marcadores textuales, por otra.
Los elementos que constituyen todo texto, según proponemos
considerar, son los siguientes:
Coherencia ─ Cohesión
TEXTO <── PÁRRAFOS <──FRASES <──PALABRAS
Signos de puntuación
Conectores y marcadores textuales
A partir de este esquema veremos, en primer lugar, los signos de
puntuación, que determinarán las unidades que denominamos
frases y párrafos; luego estudiaremos cada una de estas unidades
en particular; a continuación, nos ocuparemos de las palabras y de
algunos consejos para su elección. Por último, consideraremos los
conectores y marcadores textuales.
2.3. La puntuación
Funciones
• Estructurar el texto.
• Delimitar la frase y los párrafos.
• Marcar lo giros sintácticos de la prosa.
• Poner ideas de relieve.
• Eliminar ambigüedades.
El uso de algunos signos
• El punto (.): señala el final de un enunciado. Existen tres tipos,
definidos por su uso:
1. Punto y seguido, que separa las frases que constituyen un
párrafo.
2. Punto y aparte, que indica el final de un párrafo.
3. Punto final, que es el que cierra un texto.
Luego de un punto siempre se escribe con mayúscula, salvo cuando
aquel se emplea en una abreviatura. El punto y guión (.-) sólo se
utiliza con números (para indicar “sin centavos”) y al finalizar
párrafos en algunos textos jurídicos o administrativos, como cláusula
de seguridad, con la finalidad de que no se agregue palabra ni signo
alguno a continuación.
• La coma (,): indica una pausa breve dentro de la frase.
Se utiliza para separar elementos de una enumeración,
vocativos, incisos, etc.
En la huerta tengo lechuga, rúcula, acelga y achicoria.
Les recomiendo, jóvenes, que estudien para el examen.
En la actualidad las empresas, especialmente las Pymes, deben
controlar rigurosamente sus gastos.
• Punto y coma (;): indica una pausa superior a la señalada por la
coma e inferior a la marcada por el punto. Presentamos algunos
usos:
1. Para separar los elementos de una enumeración cuando se
trata de expresiones complejas que incluyen comas.
Cada uno de los grupos de trabajo preparará un taller: el
primer grupo, el taller de cerámica; el segundo, el taller de
telares; el tercero, el taller de cestería.
2. Para separar proposiciones yuxtapuestas, especialmente
cuando en éstas se han empleado comas.
La muchacha, asustada, corría hacia su casa; sus padres
acababan de llegar.
3. Para separar cantidades con decimales
1,8; 2,5; 3,3; 4,1; etc.
• Dos puntos (:): enumeraciones, explicaciones y consecuencias.
Detienen el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue.
Tanta obsesión por la epidermis gramatical ha hecho olvidar a
veces lo que tiene que haber dentro: claridad de ideas, estructura,
tono, registro, etc. De esta manera, hemos llegado a tener una
imagen parcial, y también falsa, de la redacción (Cassany, 1998:
36).
Por otro lado, el principio de la frase es la posición más importante
de un período: la que el lector ve y lee primero y, también, la que
recuerda mejor (Flesh y Lass, 1947; Richadeau, 1992) (Cassany,
1998: 107).
• Puntos suspensivos (... / etc.): según la RAE tienen en algunas
ocasiones valor similar a etcétera, y se utilizan para señalar que
una enumeración no es exhaustiva. Ejemplo:
Han surgido centros de estilo llano que promueven normativa legal
sobre la comunicación escrita (leyes, recomendaciones),
investigan sobre redacción (qué problemas de redacción tienen los
textos, cómo pueden resolverse... [etc.]), forman a los técnicos
que tiene que redactar en cada disciplina (abogados, jueces,
científicos... [etcétera]) y, en general, difunden las ideas del
movimiento a través de publicaciones y jornadas informativas
(Cassany, 1998: 26).
En el texto original Cassany utiliza puntos suspensivos, nosotros
agregamos entre corchetes la palabra etcétera (o su abreviatura:
etc.), para indicar su posible uso indistinto. Los puntos
suspensivos tienen, además, otros usos: en textos expresivos,
por ejemplo, son utilizados para provocar efectos de suspenso,
que no son aconsejables para textos científicos; sin embargo, sí
se utilizan, por ejemplo, para fragmentar citas literales. Ejemplo:
“La característica fundamental de la redacción científica es la
claridad. […] Idealmente, la claridad debería caracterizar todo
tipo de comunicaciones […]” (Robert Day, 1994). Observemos
que en el ejemplo los puntos suspensivos están entre corchetes,
lo que permite señalar que la segmentación fue realizada por
quien cita a Day y que no son parte del texto original.
• Interrogación / exclamación (¿?/¡!): estos signos se utilizan
para darle una entonación particular al enunciado.
Los primeros se utilizan para delimitar enunciados
interrogativos directos. Ejemplos:
¿Quién puede sostener semejante hipótesis?
¿Qué pasó en nuestras escuelas durante la dictadura?
Los segundos (también llamados signos de admiración) se
utilizan para señalar enunciados exclamativos directos, para
enfatizar o confirmar una información y en interjecciones:
¡Qué sonrisa tan bella!
¡Eh! / ¡Ay! ¡Oh!
¡Los meses en español se escriben con minúscula!
Los signos de exclamación e interrogación siempre deben abrirse.
Esta es una peculiaridad del español que lo distingue de otras lenguas
como el francés, inglés, portugués, etc.
• Paréntesis y guiones largos o rayas [( )/ ─ ─]: aclaraciones y
explicaciones de distinta jerarquía, apósitos.
Yo diría que barroco es aquel estilo que deliberadamente agota (o
quiere agotar) sus posibilidades y que linda con su propia caricatura.
(Borges, 1973)
Y cuando crezca será un Calderón ─concluyó una vieja que intentaba
apropiárselo─, y Calderón artista para el lazo, sin mulas viajeras para
irse lejos ni estrellas o cometas para irse más lejos todavía. (Daniel
Moyano, 1989).
Ciento noventa días duró el proceso. Alrededor de cien testigos
prestaron fe de que el acusado era Tichborne ─entre ellos, cuatro
compañeros de armas del regimiento seis de dragones. Sus
partidarios no cesaban de repetir... (Borges, 1973)
La verdad es que hoy en día los pronombres personales no abundan
en los escritos ─prescindiendo de la literatura y el periodismo de
opinión─. Vivimos en una tradición de escritura despersonalizada.
(Cassany, 1998)
Cuando el cierre del guión largo coincide con un punto, la colocación
de dicho guión es optativa.
• Corchetes [ ]: en general podemos decir que tienen usos
similares a los paréntesis y guiones. Sin embargo, también tienen
algunos usos particulares como el añadido a citas, para
contextualizar o completar el sentido. Ejemplo:
[El estilo llano] usa un lenguaje (registro, vocabulario) apropiado al
lector (necesidades, conocimientos) y al documento (tema, objetivo).
Es decir, se adapta a cada situación; por ejemplo: las ponencias para
científicos incluyen terminología y datos específicos que sólo pueden
entender los especialistas, pero los manuales de difusión usan un
vocabulario más corriente, asequible a todos (Cassany, 1998).
Los corchetes utilizados al comienzo del texto indican que ese
enunciado (El estilo llano) no forma parte de la cita: es un recurso
que permite añadir una información (en este caso, nada menos que
el sujeto), sin la cual ese recorte textual sería incomprensible.
Otros usos:
En combinación con los paréntesis. Ejemplo:
El último libro que publicó Ernesto Sábato (algunos consideran que el
mejor es su primera novela, El túnel [1947]) fue Antes del fin (1998).
Se utilizan también cuando en un texto transcripto se omite parte de
él. Ejemplo:
Pensé en lo que usted me había enseñado: que nunca hay que odiar
a nadie. Le sonreí para decírselo; pero después pensé que él no pudo
ver mi sonrisa [...] por lo negra que estaba la noche. (Rulfo, 1983)
Este último uso del corchete que describimos y ejemplificamos puede
ser asumido por el paréntesis.
3.4. La frase
Se define como frase al “periodo de prosa con autonomía semántica y
sintáctica que se marca visualmente con una puntuación fuerte
(punto, exclamación, etc.) o semifuerte (punto y coma, dos puntos,
etc.).” (Richaudeau, 1992).
Recomendaciones para la construcción de frases
a) Brevedad: 15 a 25 palabras como máximo por frase es la cantidad
recomendable. Es ese el número de palabras que la memoria de un
lector medio puede retener a corto plazo, tal como lo demuestran los
estudios de legibilidad (Richaudeau, 1987).
b) Sencillez sintáctica: la construcción más sencilla es la que sigue el
orden lógico del discurso sujeto / verbo / predicado. Éste es el orden
que deben seguir la mayor parte de las frases de los textos, bajo el
criterio de que es necesario reunir palabras relacionadas
sintácticamente (sujeto / verbo; verbo / objeto; sustantivo /
adjetivo). Esta recomendación le permitirá darle fuerza y
transparencia al discurso (por ello se deben evitar las formas
impersonales y pasivas). Veamos unos ejemplos:
Original
Los tallarines, si se preparan con imaginación, pueden ser,
incluso en los banquetes más formales, un plato muy apreciado.
Versión
Los tallarines pueden ser un plato muy apreciado, incluso en los
banquetes más formales, si se preparan con imaginación.
En el original, el sujeto de la oración (los tallarines) está separado de
su predicado (pueden ser un plato muy apreciado) por incisos
(frases en negrita) que dificultan la lectura; en cambio, en la
versión la proposición principal y lo fundamental del mensaje están al
comienzo de la frase.
Original
Se difundieron varios chismes sobre los políticos a través de la
prensa local en los últimos meses.
Versión
La prensa local difundió varios chismes sobre los políticos en los
últimos meses.
En el original se utiliza una forma impersonal (se difundieron) que
puede considerarse de menor eficacia que la personal utilizada en la
versión (difundió), porque esta última ubica el sujeto (La prensa)
encabezando la frase, lo que da por resultado también una extensión
menor.
Original
Los políticos fueron criticados por los diarios locales.
Versión
Los diarios locales criticaron a los políticos.
La versión de este último ejemplo utiliza la voz activa y, por lo tanto,
resulta más económica que el original (en voz pasiva); sin embargo,
al momento de decidirse por una u otra, usted deberá valorar algunas
cuestiones semánticas que entran en juego. En el original el énfasis
está puesto en los políticos y la acción que los afecta, relegando al
último lugar a los causantes de la acción (los diarios locales); en la
versión se resalta de entrada a los diarios como los sujetos plenos de
la acción.
c- Limitar los incisos (o “pantallas lingüísticas”): apósitos, frases
entre guiones, paréntesis, subordinadas, etc. Esta recomendación
está vinculada directamente con lo que desarrollamos en b-: los
incisos son interferencias que entorpecen el orden lógico del discurso,
ya que rompen los vínculos sintácticos naturales (sujeto / verbo;
verbo / objeto; etc.); sin embargo, a veces, estas interferencias son
necesarias pues proveen aclaraciones y explicaciones indispensables
para el lector. Veamos un ejemplo:
Si no podemos prescindir de un inciso largo, el autor recomienda ─y
éste es el segundo consejo que, dicho sea de paso, es una de las
estrategias más usadas en el habla─, recomienda refrescar la
memoria del lector repitiendo la última palabra de la frase después
del inciso, tal como acabo de hacer con la palabra recomienda.
(Cassany, 1998)
d- Eliminar palabras innecesarias (algunas subordinadas y
complementos del sustantivo o nombre). Veamos un ejemplo:
Original
Un hombre no identificado, al parecer joven, que se cubría el rostro
con una capucha y portaba una pistola, realizó un atraco en las
dependencias de la sucursal del Banco de Galicia, ubicada en la calle
Buenos Aires, de la que consiguió llevarse la abultada suma de cien
mil pesos.
Versión
Un joven encapuchado se llevó, a punta de pistola, la suma de cien
mil pesos de la sucursal del Banco de Galicia en la calle Buenos Aires.
Sin duda el original es menos económico que la versión, y contiene la
misma información, salvo que en el primero se supone que el
asaltante era un joven, y en la segunda se lo afirma.
e- Cuidar la proporción de nombres (sustantivos) y verbos: la
sustitución de verbos por formas sustantivas equivalentes puede ser
inconveniente, porque le resta ritmo a las frases. Observe el ejemplo
siguiente:
Original
En el caso de una preocupación excesiva de los estudiantes por la
gramática, puede ser útil el conocimiento de las técnicas de
generación de ideas y la reflexión sobre los defectos cometidos
durante la escritura.
Versión
Si los estudiantes se preocupan excesivamente por la gramática,
puede ser útil que conozcan las técnicas para generar ideas y
reflexionen sobre los defectos que cometen mientras escriben.
Las recomendaciones que presentamos hasta aquí, pueden ser de
utilidad al momento de revisar sus producciones escritas; sin
embargo, tenga en cuenta que ellas apuntan a simplificar y hacer
más legible su prosa. Esto de ningún modo significa que deba
empobrecerla. Se trata, en todo caso, de que usted pueda decir lo
que quiere decir del modo más eficaz y económico.
2.5. El párrafo
El párrafo se define como la unidad superior a la frase e inferior al
apartado o texto, con valor gráfico y significativo.
Los párrafos de un texto no son segmentaciones arbitrarias y
caprichosas, sino que obedecen a la lógica de la organización de los
contenidos y de la información que se desea transmitir. Es por ello
que tienen una identidad gráfica: comienzan con mayúscula,
alineada a la izquierda (con sangría); y poseen unidad
significativa: tratan exclusivamente un tema, subtema o algún
aspecto particular del texto.
Como unidad significativa, se ha señalado que un párrafo normal es
aquel que contiene una idea principal (aquello de lo que se habla =
información básica que no se puede suprimir) más ideas
secundarias (lo que se dice de lo que se habla). Estas ideas están
contenidas en frases, que son las unidades textuales que constituyen
los párrafos.
Veamos esto en detalle.
a. IDEA PRINCIPAL:
• Expresada en una palabra clave o frase.
• No tiene ubicación fija
• Preguntas para identificarla:
¿De qué se habla en el párrafo?
¿Cuál es la información básica que no se puede suprimir?
Hay varios hechos históricos que demuestran el uso de la
rueda. Los pueblos, gracias a ella, podían conquistar a otros. El
guerrero griego, por ejemplo, era llevado en carro al lugar de batalla.
b. IDEAS SECUNDARIAS:
• Apoyan y complementan el sentido de la idea principal
• Responden a la pregunta: ¿Qué se dice de lo que se habla?
• Pueden ser de varios tipos:
Idea secundaria de ejemplificación
Hay varios hechos históricos que demuestran el uso de la rueda. Los
pueblos, gracias a ella, podían conquistar a otros. El guerrero
griego, por ejemplo, era llevado en carro al lugar de batalla.
Idea secundaria de justificación
Hay varios hechos históricos que demuestran el uso de la rueda. Los
pueblos, gracias a ella, podían conquistar a otros. El guerrero griego,
por ejemplo, era llevado en carro al lugar de batalla. Varios
testimonios de este tipo pueden leerse en la Historia de
Herodoto.
Idea secundaria de repetición
Los alumnos no pueden lograr la comprensión plena de un texto si
previamente no conocen la organización estructural de la
información. La forma en que se distribuye el contenido es
fundamental para entender e interpretar.
Idea secundaria de contraste
El ser humano demora su adaptación al mundo en que vive. El
animal, en cambio, se adapta más rápidamente, pero esto
mismo lo limita. En efecto, para sobrevivir, el hombre debe
desarrollar, por sí solo y con ayuda de los demás, la inteligencia y su
capacidad de trabajo; de este modo logra superar al medio y
evolucionar.
c. IDEAS ACCESORIAS:
• Complementan las ideas secundarias
• Aportan comentarios, detalles o datos menores
Paleontólogos franceses han ratificado el descubrimiento de huevos
fósiles de gran tamaño, aproximadamente de 13 por 16
centímetros, cuyos primeros fragmentos se hallaron en 1980 en
Namibia, al sudoeste de África.
Veamos ahora algunos aspectos clave de su organización.
Función: la construcción adecuada y equilibrada de los
párrafos es importante en cualquier producción escrita, pero es
fundamental en los textos breves, pues allí “marcan” los
distintos momentos del escrito: introducción, desarrollo,
ejemplos, recapitulación, conclusión, etc.
Estructura interna: el párrafo, además de organizar el texto,
tiene una estructura interna que comprende, por lo menos, tres
momentos: entrada, desarrollo y conclusión. Estos momentos
están señalados por marcadores textuales o conectores, que
son palabras (conjunciones, adverbios, etc.) o locuciones más
complejas. Vemos un ejemplo:
“Pero no todo el mundo prefiere los mapas
[conceptuales] ni los encuentra tan fantásticos (1).
Algunos aprendices de escritura y otros autores,
sobre todo los que tienen hábitos más adquiridos,
dicen que jamás podrían aclararse en una telaraña tan
intrincada; prefieren los esquemas tradicionales.
Otros estudiantes prueban la técnica una vez y, si les
gusta, la repiten (2). A medida que la practican, la
adaptan a sus necesidades y la hacen suya (3)”.
(Cassany, 1998: 76)
Hemos destacado con diversas marcas tipográficas los momentos de
este párrafo:
(1) La entrada.
(2) El desarrollo.
(3) La conclusión.
En negrita señalamos conectores textuales.
Extensión: no hay recomendaciones absolutas y dependen del
tipo de texto.
• Tratados filosóficos extensos.
• Noticias breves.
Fallas frecuentes en la construcción de párrafos (Cassany,
1998):
• Desequilibrios: párrafos arbitrariamente largos o breves.
• Repeticiones y desórdenes: ideas que deberían ir juntas,
aparecen en párrafos separados.
• Párrafos-frase: el texto no tiene puntos y seguido; cada
párrafo es una frase más o menos larga.
• Párrafos-lata: excesivamente largos, que ocupan (quizá) una
página entera y que contienen diversas subunidades.
Cassany los denomina así porque, observa, se podría “meter
la mano” en ellos y sacar el contenido de varios párrafos.
Prueba: para verificar la organización correcta de un texto en
párrafos, una prueba sencilla es la de colocarle a cada uno de
ellos un título. Esto le permitirá revisar sus relaciones, orden y
secuencia.
2.6. Las palabras
Presentamos aquí algunas recomendaciones para la elección de
palabras, que son las unidades menores que conforman todo texto.
a- Evitar las repeticiones: la reiteración de palabras (o sus
derivados) en un párrafo, produce un efecto sonoro
desagradable, y en el lector una sensación de pobreza de
lenguaje. Veamos un ejemplo en el que abundan las
repeticiones:
Una semana atrás, en el campamento musical desarrollado en la isla
de Cerrito, en el Chaco, el reconocido acordeonista brasileño Oscar
Dos Reis, amigo personal de Ildo Patriarca, demostró un profundo
interés en demostrar que el acordeón es un instrumento sin
límites. Es común que los profesionales se lamenten y reconozcan
que el “gran público” no conoce la infinita combinación de melodías,
ritmos y armonías que pueden extraer del acordeón, instrumento
que generalmente se asocia a ciertos ritmos específicos como el
chamamé. Entonces, escuchar un recital de Ildo Patriarca resulta un
hecho revelador. (La Voz del Interior, 07/08/99).
b- Evitar las muletillas o clichés lingüísticos:
Estos defectos redaccionales tienen su origen en modas, tics
personales o se utilizan para llenar vacíos de expresión o articulación
entre frases.
*A raíz de en cualquier caso
A través de *en función de
*Bajo el punto de vista es evidente
Como muy evidentemente
Como mínimo de cara a
De alguna manera de entrada
El acto de para empezar personalmente
El proceso de pienso que
El hecho de que quiero decir que
*En base a
(*) Expresiones prohibidas por la gramática española.
c. Eliminar los comodines: son aquellas palabras (verbos, nombres
o adjetivos), de sentido bastante genérico o vago, que utilizamos
cuando no se nos ocurren otras más específicas.
Nombres: aspecto, cosa, elemento, hecho, información, problema,
tema...
• Verbos: decir, hacer, poner, tener...
• Adjetivos: bueno, interesante, positivo...
Veamos esto en un ejemplo que presenta Cassany (1998), tomado de
un titular de periódico:
LOS UNIVERSITARIOS PLANTEARÁN A LOS CANDIDATOS LOS
PUNTOS QUE DEBEN ASUMIR.
La palabra destacada tiene 42 acepciones según el diccionario de la
Real Academia Española.
d- Preferir palabras cortas y sencillas
Aproximativo aproximado
Concomitancia semejanza, parecido
Concretizar concretar
Disminución baja, merma
Ejemplificar dar ejemplo
Entregar dar
Influenciar influir
Inclusive incluso
Visionar ver
Profundizar ahondar
Realizar hacer
Utilización uso
e- Evitar los verbos predicativos: los verbos ser y estar recargan
innecesariamente la frase. También deben sustituirse (cuando sea
posible) los verbos hacer, encontrar, parecer, llegar y haber.
El gobierno es el conductor de la política económica.
El gobierno conduce la política económica.
Las palabras largas hacen la frase cargada y complicada.
Las palabras largas cargan y complican la frase.
El espectáculo tiene una duración aproximada de 50 minutos.
El espectáculo dura aproximadamente 50 minutos.
f- Limitar el uso los adverbios terminados en –mente: esta
recomendación se justifica en que éstos son propios de registros
formales, recargan la prosa (son palabras largas) y suelen provocar
cacofonías (efectos sonoros desagradables).
Ejemplos de sustitución:
Actualmente, modernamente, contemporáneamente: hoy, ahora,
hoy en día.
Antiguamente, anteriormente: antes.
Claramente: con claridad.
Permanentemente: siempre.
Únicamente, solamente, exclusivamente: sólo, nada más.
g- Utilizar con cuidado el gerundio
El uso del gerundio se rige por ciertas reglas, a saber:
1– La acción del gerundio tiene que ser simultánea o anterior al verbo
principal
correcto:
Habiendo estudiado con esmero, aprobó el examen.
Resolvió el problema destilando la muestra.
incorrecto:
Se cultivó una parcela, obteniendo 50 kg de grano.
Se fertilizó con N, registrándose una respuesta inmediata.
2- Complemento del sujeto. Debe ir entre comas
correcto:
El presidente, comprobando que había quórum, abrió la
sesión.
incorrecto:
Aterrizó un avión repartiendo a los heridos del accidente.
3– El gerundio tiene que coincidir con el sujeto de la oración principal
correcto:
Los productores ganan cosechando temprano.
incorrecto:
He visto a su médico bajando del avión.
4– El gerundio no es un adjetivo
incorrecto:
Publicó un artículo conteniendo datos de gran valor.
correcto:
Se publicó un artículo que contiene datos de gran valor
incorrecto:
se aprobó una ley regulando la importación de semillas
correcto:
se aprobó una ley que regula la importación de semillas
5- “está siendo”, más participio: se trata de un anglicismo, que no es
adecuado utilizar en español
incorrecto:
La bacteria está siendo estudiada por el laboratorio.
correcto:
La bacteria es estudiada por el laboratorio.
El laboratorio está estudiando la bacteria.
Más información sobre el uso del gerundio, en
http://www.wikilengua.org/index.php/Gerundio#Gerundio_del_nombr
e_o_gerundio_especificativo
h- No utilizar el condicional para expresar posibilidad
El llamado también “condicional de rumor” es el uso de esta forma
del verbo para expresar un hecho que no se ha verificado. Su empleo
es hoy corriente en el lenguaje periodístico, tanto oral como escrito.
Mediante esta forma el redactor pretende dar cuenta de una
información no verificada de un modo un tanto ambiguo: no la afirma
ni la niega.
El presidente derrocado habría abandonado el país
En los textos científicos esto se agrava porque la expresión cobra un
matiz especulativo.
La vacuna resultaría eficaz para pacientes mayores de cinco años
El “condicional de rumor” puede ser reemplazado por otras formas
como: es posible que, puede que, al parecer, quizás, etc.
A pesar de su extensión en el lenguaje administrativo y periodístico,
es innecesario y desaconsejable el empleo de mismo como mero
elemento anafórico, esto es, como elemento vacío de sentido cuya
única función es recuperar otro elemento del discurso ya
mencionado; en estos casos, siempre puede sustituirse mismo por
otros elementos más propiamente anafóricos, como los
demostrativos, los posesivos o los pronombres personales.
Ejemplo:
Criticó al término de la asamblea las irregularidades que se habían
producido durante el desarrollo de la misma.
Criticó al término de la asamblea las irregularidades que se habían
producido durante su desarrollo.
(Diccionario panhispánico de dudas, RAE).
2.7. Conectores y marcadores textuales
Los conectores y marcadores textuales son unidades discursivas que
se utilizan para organizar y jerarquizar la información en un texto.
Según Cassany (1998: 154), “señalan los accidentes de la prosa, la
estructura, las conexiones entre frases, la función de un fragmento,
etc. Tienen formas de conjunciones, adverbios, locuciones
conjuntivas o incluso sintagmas, y son útiles para ayudar al lector a
comprender el texto”.
Los autores coinciden en afirmar que los conectores son aquellos
que permiten vincular las ideas en unidades contiguas.
1. El edificio tenía estructura antisísmica; sin embargo, se
desplomó.
La locución conjuntiva “sin embargo” tiene valor adversativo.
2. El edificio no tenía estructura antisísmica; en consecuencia, se
desplomó.
En este caso, “en consecuencia” es un conector consecutivo, como
podrían serlo por tanto, por esto, por ello, por consiguiente, etc.
Los marcadores textuales según Cassany (1999) afectan a un
fragmento relativamente extenso de un texto (párrafo, apartado,
grupo de oraciones) y sirven para establecer orden y relaciones
significativas entre esas unidades.
Para introducir el tema del texto: el objetivo principal de, nos
proponemos exponer, este texto trata de, etc.
Para iniciar un tema nuevo o cambiar de tema: con respecto a,
en cuanto a, por su parte, etc.
Para marcar orden: en primer lugar, en segundo lugar, por último,
etc.
Para indicar tiempo: antes, después, entonces, etc.
Para ampliar este tema le recomendamos explorar los siguientes
sitios:
http://www.slideshare.net/cebaronva/uso-de-conectores-
3939790?src=related_normal&rel=3788703
https://sites.google.com/a/glm.edu.co/paraiso-
artificial/home/conectores-gramaticales
http://es.scribd.com/doc/32740266/500-Conectores-gramaticales