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Monografia Obesidad

La obesidad es un trastorno nutricional complejo y multifactorial que afecta la salud y está asociado con un mayor riesgo de enfermedades como diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Su prevalencia ha aumentado globalmente, afectando tanto a países desarrollados como en desarrollo, y se relaciona con factores genéticos, ambientales y socioeconómicos. Las estrategias para abordar la obesidad deben ser integrales, incluyendo prevención, tratamiento y políticas públicas que fomenten estilos de vida saludables.

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Monografia Obesidad

La obesidad es un trastorno nutricional complejo y multifactorial que afecta la salud y está asociado con un mayor riesgo de enfermedades como diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Su prevalencia ha aumentado globalmente, afectando tanto a países desarrollados como en desarrollo, y se relaciona con factores genéticos, ambientales y socioeconómicos. Las estrategias para abordar la obesidad deben ser integrales, incluyendo prevención, tratamiento y políticas públicas que fomenten estilos de vida saludables.

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INTRODUCCION

La obesidad es uno de los trastornos nutricionales mas frecuentes, como una acumulación

anormal excesiva de grasa, tiene grabes implicación sobre la salud y la estetita, siendo también una

enfermedad en condición heterogénea. Al igual que crónica compleja y multifactorial que suele

inciarse en la infancia y en la adolescencia; esta relacionada con el proceso también de urbanización

que han generado ciudades donde se prioriza la movilidad motora siendo esto en la actualidad

importante y presente en el problema en la población.

La obesidad no es solo un problema estético. Es un problema médico que aumenta el riesgo

para muchas otras enfermedades y problemas de salud. Estos pueden incluir enfermedades cardíacas,

diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedad hepática, apnea del sueño y determinados

tipos de cáncer. El objetivo de nuestra investigación es dar a conocer lo que abarca la obesidad que

tipo de tratamientos cosméticos podrían ayudar a esta patología y cómo podemos ayudar a las

personas que padecen de esta posible enfermedad.

En primer lugar, es crucial comprender que la obesidad no es simplemente una cuestión de

falta de voluntad o autocontrol. Si bien los hábitos dietéticos y el nivel de actividad física juegan un

papel importante, la obesidad también está influenciada por una variedad de factores genéticos,

metabólicos, ambientales y socioeconómicos. La disponibilidad de alimentos altamente procesados,

ricos en grasas y azúcares, junto con un estilo de vida no saludable.


La obesidad, un problema de salud pública que ha alcanzado proporciones epidémicas en

todo el mundo, es mucho más que un simple exceso de peso corporal. Se ha convertido en un desafío

multifacético que afecta a individuos de todas las edades, géneros y grupos socioeconómicos. Este

ensayo pretende abordar este complejo fenómeno desde diversas perspectivas, explorando sus

causas, consecuencias y posibles soluciones. Las repercusiones de la obesidad son vastas y abarcan

tanto aspectos físicos como psicológicos.


2. DESARROLLO

La obesidad es una condición crónica y compleja que se caracteriza por un exceso de

acumulación de grasa en el cuerpo. Este fenómeno ha experimentado un aumento alarmante en las

últimas décadas, convirtiéndose en un problema de salud pública global de proporciones epidémicas.

Para comprender adecuadamente este fenómeno, es crucial explorar su desarrollo desde diversas

perspectivas, que incluyen causas, consecuencias y estrategias de prevención y tratamiento.

El sobrepeso y la obesidad constituyen un importante factor de riesgo de disfunción, con una

mortalidad de alrededor de 3 millones de adultos al año. La clasificación actual de Obesidad

propuesta por la OMS está basada en el Índice de Masa Corporal (IMC), el cual corresponde a la

relación entre el peso expresado en kilos y el cuadrado de la altura, expresado en metros. De esta

manera, las personas cuyo cálculo de IMC sea igual o superior a 30 kg/m 2 se consideran obesas

Según informes de la OMS, en el año 2010 alrededor de 43 millones de niños menores de

cinco años de edad tenían exceso de peso. Si bien el sobrepeso y la obesidad tiempo atrás eran

considerados un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos están

también aumentados en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en las zonas

urbanas. En los países en desarrollo existen cerca de 35 millones de niños con sobrepeso, mientras

que en los países desarrollados esa cifra es de 8 millones.

A nivel mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor número de

funciones que el déficit ponderal. Hoy en día, el 65% de la población mundial vive en países donde

el sobrepeso y la obesidad cobran más vidas que el déficit ponderal (estos países incluyen a todos los

de ingresos altos y la mayoría de los de ingresos medianos).


2.1 Causas de la obesidad

La obesidad es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, ambientales,

sociales y comportamentales. Entre las causas más comunes se incluyen una dieta poco saludable,

rica en alimentos procesados y altos en calorías, combinada con un estilo de vida sedentario.

Factores socioeconómicos, como la falta de acceso a alimentos saludables y la publicidad agresiva de

alimentos poco saludables, también desempeñan un papel significativo en su desarrollo.

En su etiopatogenia se considera que es una enfermedad multifactorial, reconociéndose

factores genéticos, ambientales, metabólicos y endocrinológicos. Solo 2 a 3% de los obesos tendrían

como causa alguna patología endocrinológica, entre las que destacan el hipotiroidismo, síndrome de

Cushing, hipogonadismo y lesiones hipotalámicas asociadas a hiperfagia. Sin embargo, se ha

descrito que la acumulación excesiva de grasa, puede producir secundariamente alteraciones de la

regulación, metabolización y secreción de diferentes hormonas.

Por lo tanto, podemos considerar a la obesidad una enfermedad crónica, multifactorial en su

origen y que se presenta con una amplia gama de fenotipos.

Los estudios epidemiológicos han detectado una serie de factores asociados con el sobrepeso

y la obesidad en la población.

Una vez que los pacientes aumentan de peso, se ha podido observar que existe una tendencia

a mantener y defender este nuevo peso, a través de diversos mecanismos tanto biológicos como

psicológicos. Se postula que en las etapas iniciales, una serie de factores -tanto conductuales como

ambientales- serán los responsables del desarrollo de la obesidad en aquellos sujetos con

predisposición genética, en quienes se desarrollan cambios en el metabolismo del tejido adiposo, que

tendencia a perpetuar la condición de obesidad ya favorecer el desarrollo de muchas de las

comorbilidades asociadas a la obesidad.


Se considera que, en las primeras etapas de la obesidad, la presencia de mínimos

desequilibrios del equilibrio energético puede llevar a una acumulación gradual y persistente de

grasa en la composición corporal. Estos desequilibrios se observan habitualmente en una serie de

situaciones de la vida cotidiana en las cuales se disminuye la actividad física, cuentos como el dejar

de practicar un deporte o cambiarse a un estilo de vida más sedentario al que tenía previamente.

2.2 Consecuencias de la obesidad

La obesidad está asociada con una amplia gama de problemas de salud, que incluyen

enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades musculoesqueléticas y

ciertos tipos de cáncer. Además de las implicaciones físicas, la obesidad puede tener un impacto

negativo en la salud mental, aumentando el riesgo de depresión, ansiedad y baja autoestima.

También puede contribuir a la discriminación y el estigma social.

La obesidad se considera un importante factor de riesgo para enfermedades no transmisibles,

tales como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus tipo 2, los trastornos del aparato

locomotor y algunos cánceres (endometrio, mama y colon). El riesgo de contraer estas enfermedades

no transmisibles aumenta con el mayor grado de obesidad.

Por otro lado, se ha estimado que las consecuencias -tanto sicológicas como sociales-

deterioran enormemente la calidad de vida de los pacientes obesos.

Los niños que presentan obesidad tienen una mayor probabilidad de obesidad, muerte

prematura y discapacidad en la edad adulta. Además de estos mayores riesgos futuros, los niños

obesos presentan mayor dificultad respiratoria, mayor riesgo de fracturas e hipertensión, y

marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo

2 y efectos psicológicos eliminados.


2.3 Estrategias de prevención y tratamiento

Abordar la obesidad requiere un enfoque integral que abarque medidas de prevención y

tratamiento. Las estrategias de prevención pueden incluir la promoción de una alimentación

equilibrada, la educación nutricional, la creación de entornos que fomenten la actividad física y la

regulación de la publicidad de alimentos poco saludables. En cuanto al tratamiento, es crucial

adoptar un enfoque multidisciplinario que incluya cambios en la dieta, ejercicio físico regular, apoyo

psicológico y, en algunos casos, intervenciones médicas o quirúrgicas.

2.4 Desafíos y futuras direcciones

A pesar de los esfuerzos por abordar la obesidad, persisten desafíos significativos. Estos

incluyen la falta de conciencia pública sobre los riesgos de la obesidad, la disponibilidad limitada de

alimentos saludables en ciertas comunidades y la dificultad para mantener cambios de

comportamiento a largo plazo. En el futuro, es fundamental continuar investigando y desarrollando

estrategias efectivas para prevenir y tratar la obesidad, así como abogar por políticas públicas que

promuevan entornos saludables y equitativos para todos.


2.2 PATOLOGIA

Obesidad significa pesar más de lo que es saludable para una determinada estatura. La

obesidad es una enfermedad grave y crónica. Puede llevar a otros problemas de salud, incluyendo

diabetes, enfermedad cardíaca y algunos cánceres.

La obesidad no es solo un problema estético. Es un problema médico que aumenta el riesgo

para muchas otras enfermedades y problemas de salud. Estos pueden incluir enfermedades cardíacas,

diabetes, presión arterial alta, colesterol alto, enfermedad hepática, apnea del sueño y determinados

tipos de cáncer.

Todas las causas de muerte (mortalidad)

Presión arterial alta (hipertensión)

Colesterol LDL alto, colesterol HDL bajo o niveles altos de triglicéridos (dislipidemia)

Diabetes tipo 2

Enfermedad coronaria

Ataque o derrame cerebral

Enfermedad de la vesícula

Osteoartritis (descomposición del cartílago y el hueso dentro de una articulación)

Apnea del sueño y problemas respiratorios

ENFERMEDADES PULMONARES

La acumulación de grasa trastorna la ventilación, tanto en adultos como en niños. La

restricción torácica de la obesidad, habitualmente moderada, se atribuye a efectos mecánicos de la


grasa sobre el diafragma y el tórax. La fuerza de los músculos respiratorios se compromete en la

obesidad, debilidad atribuida a una ineficiencia muscular de la pared torácica o a reducidos

volúmenes pulmonares. Sin embargo, no está clara la asociación entre la disnea y la obesidad. La

obesidad incrementa el trabajo de la respiración por reducciones en la distensión pulmonar y de la

fortaleza de los músculos respiratorios, y esto provoca un desbalance entre la demanda de los

músculos respiratorios y su capacidad para generar tensión. Además, la disnea de los pacientes con

obesidad pudiera enmascarar otras condiciones, como las enfermedades pulmonares y las cardíacas.

ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA Y ASMA

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es un trastorno progresivo que se

acompaña de bronquitis crónica y enfisema caracterizado por un limitado flujo aéreo, además de una

respuesta inflamatoria anormal de los pulmones a partículas nocivas como el humo del tabaco. Los

pacientes con EPOC son más sedentarios, y esto puede contribuir al desarrollo de la obesidad. La

EPOC es un factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, con un incremento de 2 a 3

veces.

El asma bronquial provoca una obstrucción aérea reversible e incremento de la respuesta de

estas vías a diversos estímulos, aunque el asma de larga duración puede llevar a un limitado flujo de

aire parcialmente reversible. La asociación entre el asma bronquial y la obesidad es más evidente en

niños, aunque existen datos contradictorios.

La obesidad modifica las propiedades mecánicas del sistema respiratorio. La reducida

expansión pulmonar compromete las fuerzas que mantienen las vías aéreas abiertas y puede

incrementar la respuesta contráctil del músculo liso. El tejido adiposo produce plétora de mediadores

inflamatorios, lo que sugiere un vínculo inmunológico entre obesidad y asma. Esta hipótesis se

sustenta en la presencia de elevadas concentraciones de proteína C reactiva (PCR), factor de necrosis


tumoral (TNF-a) e interleuquina 6 (IL-6) en sujetos obesos. El aumento en la secreción de leptina en

la obesidad puede involucrarse específicamente en el desarrollo del asma por modulación de la

inflamación de la vía aérea.

La relación entre el índice de masa corporal y el asma es mayor en las mujeres que en los

hombres debido a factores hormonales. Los estrógenos modulan la respuesta inmune e incrementan

el riesgo de asma.7 Estos resultados son relevantes en la obesidad, donde se favorece la

aromatización de la testosterona a estrógenos por el tejido adiposo y disminuyen los niveles de

globulina fijadora de hormonas sexuales, con incremento de la disponibilidad tisular de estrógenos.

Estudios prospectivos indican que la obesidad es un factor de riesgo de asma, aunque los

mecanismos que vinculan ambas no se comprenden. El asma es una enfermedad inflamatoria crónica

de las vías aéreas. La obesidad actúa como un factor de riesgo del asma por medio de diversos

mecanismos. Uno de ellos puede ser el papel de la obesidad en el remodelado característico del

asma, con la creación de un microambiente inflamatorio de las vías aéreas. El TNF-a se expresa en

las vías aéreas y puede incrementar la contractilidad de la vía aérea, es decir, aumenta la

hiperreactividad aérea. El TNF-a y la IL-6 se expresan en los adipocitos y se asocian con la masa

grasa.

APNEA OBSTRUCTIVA DEL SUEÑO

La apnea obstructiva del sueño se caracteriza por la obstrucción intermitente de la vía aérea

superior por la incapacidad de la musculatura faríngea para mantenerla abierta, en presencia de

alteraciones de la forma y el diámetro de la vía aérea.Esto provoca una disminución del contenido de

oxígeno arterial, una elevación de los niveles de dióxido de carbono y un incremento del esfuerzo

inspiratorio, que trastorna profundamente el sueño. La obesidad es un factor de riesgo de apnea

obstructiva del sueño. El incremento del depósito de grasa tisular en la región faríngea y los
reducidos volúmenes pulmonares en la obesidad reduce el calibre de la vía aérea superior, modifican

la configuración de la vía aérea e incrementan su colapsibilidad.

SÍNDROME DE HIPOVENTILACIÓN PULMONAR

En la obesidad se observa con frecuencia el síndrome de hipoventilación pulmonar. Los

síntomas más comunes son la insuficiencia respiratoria, la hipoxemia severa (falta de oxígeno), la

hipercapnia (aumento del CO2) y la hipertensión pulmonar. Además, la mayoría de estos pacientes

presentan apnea obstructiva del sueño.

SÍNDROME METABÓLICO

Las más frecuentes comorbilidades de la obesidad son la diabetes mellitus tipo 2 (DM-2), la

dislipidemia y la hipertensión arterial (HTA). El incremento en la obesidad se vincula con el

aumento paralelo de la DM-2, lo que sugiere una etiopatogenia que asocia la diabetes con la

obesidad. Aunque la obesidad es la principal causa de resistencia a la insulina (RI), también existen

evidencias de su papel central en la patología de otros trastornos del SM, como la tendencia a la

formación de coágulos sanguíneos (trombosis).El estado inflamatorio y la dislipidemia que

acompañan a la obesidad explican la mayoría de las manifestaciones del SM. Las células adiposas

son unidades endocrinas, que en la obesidad producen sustancias inflamatorias que causan RI. La

excesiva liberación de TG y ácidos grasos libres (AGL) contribuyen a la dislipidemia, además del

incremento de renina y angiotensinógeno de estos depósitos que producen HTA. Otras adipoquinas

protrombóticas y proinflamatorias también contribuyen a la aterosclerosis y la enfermedad

cardiovascular (ECV) en personas con obesidad.

ENFERMEDADES CARDÍACAS
La obesidad provoca debilidad del corazón como bomba y lleva a la insuficiencia cardíaca

congestiva. Los ácidos grasos en el corazón producen lipotoxicidad (daño) en modelos animales.

Además de los ácidos grasos, el tejido adiposo libera adipoquinas que pueden contribuir a esta

cascada.

La obesidad favorece la formación de coágulos en los vasos sanguíneos (trombosis) y un bajo

grado de inflamación crónica que acelera la aterosclerosis, es decir, el depósito de placas de ateromas

en los vasos, lo que dificulta el flujo de sangre a los tejidos. Cuando este proceso ocurre en las

arterias coronarias que irrigan al corazón se produce la cardiopatía isquémica, un estado en que

disminuye el riego de sangre al propio corazón y produce la necrosis o muerte de las células

cardíacas por falta de oxígeno y nutrientes, cuyos eventos más graves son la muerte súbita y el

infarto del miocardio agudo, además de la angina de pecho, patologías que se observan con más

frecuencia en las personas con obesidad. La trombosis puede ocurrir en alguna de las arterias que

irrigan al cerebro y producir un infarto cerebral por un mecanismo similar.

Otro factor de riesgo de cardiopatía, común en obesos, es la disminución de los niveles de

lipoproteínas de alta densidad (HDL), debido al efecto de la proteína transferidora de ésteres de

colesterol sobre estas partículas, que favorece su eliminación del árbol circulatorio y su reducción en

la sangre. La principal función de las HDL es eliminar el exceso de colesterol de los tejidos y de los

vasos sanguíneos para su excreción por la bilis, por lo que tienen una función protectora. El

colesterol, unido a estas partículas, es el «colesterol bueno».

DIABETES MELLITUS

La diabetes es un trastorno heterogéneo como consecuencia de una deficiente secreción o

acción de la insulina. La más importante causa de resistencia a la insulina es la obesidad; sin

embargo, la mayoría de los obesos (80 %) no desarrollan DM-2 porque se requiere una base genética
favorable para que esta tenga lugar. En la medida en que el peso corporal aumenta, disminuye la

sensibilidad a la insulina. La respuesta es un incremento en la secreción de insulina por un aumento

en la masa de células beta del páncreas. En las personas con predisposición genética para la diabetes,

este mecanismo falla a largo plazo y lleva a una disfunción de las células b, que es atribuida a una

disminución de la regeneración de estas células y al incremento de la apoptosis (muerte celular

programada); este último constituye un factor muy importante.

La confluencia de la DM-2 y la obesidad tiene consecuencias catastróficas, aunque el

mecanismo preciso no se ha determinado. Por una parte, la obesidad favorece su aparición y

desarrollo, mientras que, por otra, amplifica sus consecuencias. El riesgo de daño vascular es mayor

y, por lo tanto, el de desarrollo de la enfermedad coronaria, carotídea, cerebral y vascular periférica,

así como el de HTA.

CÁNCER

Los principales tipos de cánceres relacionados con la obesidad son: mama, útero, cérvix,

próstata, riñón, colon, esófago, estómago, páncreas e hígado. La International Agency for Research

on Cancer (IARC) encontró una correlación entre el sobrepeso, la obesidad y muchos cánceres.El

tejido adiposo es un activo órgano endocrino y metabólico que influye sobre la fisiología de otros

órganos. En respuesta a señales de otros órganos, el tejido adiposo aumenta o disminuye la liberación

de AGL para proporcionar energía a los tejidos. El síndrome de RI, frecuente en personas con

sobrepeso y obesidad, puede contribuir a la formación de tumores, aunque se comprenden poco los

mecanismos biológicos específicos.

ENFERMEDADES DEL HÍGADO


Las principales afectaciones del hígado relacionadas con la obesidad son la esteatosis

hepática no alcohólica (hígado graso), esteatohepatitis y la cirrosis hepática. La grasa anormal

acumulada en exceso libera una gran cantidad de ácidos grasos a la sangre. La llegada masiva de

estos ácidos por la vena porta al hígado, incrementa la síntesis de TG en este órgano y su

almacenamiento en exceso, con la aparición del hígado graso, tan frecuente en personas obesas. 13 El

incremento de la grasa hepática favorece la inflamación y fibrosis del órgano, con la aparición de

cirrosis. La cirrosis hepática es una enfermedad crónica donde se altera la estructura del órgano,

caracterizada por una insuficiencia hepática e hipertensión portal (un aumento de presión en uno o

más puntos de la circulación hepatoportal) con graves complicaciones como las hemorragias

digestivas, la ascitis (líquido en la cavidad abdominal) y edemas (líquido entre las células), que

disminuye la calidad y expectativa de vida.

TRASTORNOS GINECOLÓGICOS

Las alteraciones ginecológicas relacionadas con mayor frecuencia con la obesidad son las

anormalidades menstruales, infertilidad y síndrome de ovario poliquístico. El síndrome de ovario

poliquístico (PCOS) es el trastorno endocrino más frecuente en mujeres en edad reproductiva. Se

mantiene como la causa más frecuente de infertilidad, y afecta entre el 4 y el 8 % de las mujeres

premenopáusicas y hasta el 28 % de las féminas obesas o con sobrepeso antes de la menopausia.

La obesidad se relaciona con un incremento del riesgo de PCOS, de acuerdo con los

resultados de un estudio multicéntrico. Se conoce que la obesidad influye en la expresión fenotípica

del PCOS y puede estar implicada en al patofisiología del hiperandrogenismo (incremento de

hormonas sexuales masculinas o andrógenos en mujeres) y la anovolución crónica (en la que no se

liberan óvulos, por eso la mujer no puede tener embarazos). Una modesta pérdida de peso mejora el

desenlace reproductivo, endocrino y metabólico de estas mujeres. Estas mujeres también presentan
un incremento de la RI en dependencia del fenotipo de PCOS y el grado de obesidad de las

pacientes.

ENFERMEDAD VENOSA CRÓNICA

Se ha confirmado la asociación entre la obesidad y las várices, en especial en las mujeres. La

causa de las úlceras varicosas es de carácter multifactorial y es probable que no solo la

incompetencia venosa pudiera explicar algunas recurrencias ocurridas después del tratamiento

quirúrgico; el aumento de la presión intraabdominal favorece el éstasis venoso y la inactividad física

de estos pacientes limita el vaciamiento venoso de los miembros inferiores, probables factores

contribuyentes.

ENFERMEDAD PERIODONTAL

El periodonto, soporte de diente, está integrado por el hueso alveolar, el cemento dentario, el

ligamento periodontal y la encía. Se ha clasificado como periodonto de protección el más superficial,

integrado por la encía y periodonto como inserción, el más profundo constituido por el cemento, el

hueso alveolar y el ligamento periodontal. La función del periodoncio de protección es resguardar las

estructuras subyacentes, constituido por la encía o gingiva que forma parte de la mucosa bucal y

presenta características similares al resto de ella.

Entre un diente y otro existe un espacio en forma de una pirámide cuadrangular que en los

individuos jóvenes y sanos está ocupada por una prolongación de la encía y se denomina papila

gingival. Con el avance de la edad o por causas patológicas, se retrae, la punta se redondea y

disminuye su altura.

El cemento forma parte del periodonto de inserción, donde se insertan las fibras del

ligamento periodontal, un tejido altamente especializado constituido principalmente por fibras


colágenas y se orientan en distintos planos del espacio, y tiene por misión sostener al diente para

evitar su extrusión o intrusión y resistir las fuerzas de la masticación y los traumatismos. El otro

componente del periodonto de inserción es el hueso alveolar, el cual sostiene los dientes y se

reabsorbe y desaparece cuando estos son extraídos.

Las enfermedades gingivales y periodontales se encuentran entre las afecciones más comunes

del género humano. Constituyen un grupo de cuadros clínicos de origen multifactorial que afectan a

las estructuras del periodonto en forma de procesos inflamatorios únicos o asociados con procesos

destructivos.Dichas enfermedades están producidas por acumulación de bacterias (placa dental), que

actuarían sobre un huésped susceptible. La gingivitis, periodontitis o ambas afectan

aproximadamente a más del 70 % de la población adulta. Se han realizado estudios que muestran que

la pérdida en las estructuras de soporte producidas por las periodontopatías en adultos, son de

carácter irreparable y en la tercera edad son una de las principales causas de la pérdida dentaria.

La pérdida del hueso alveolar, característico de la periodontitis, es la causa fundamental de la

pérdida del diente. El hueso alveolar en todo individuo se encuentra en constante remodelación en

función de las cargas que recibe por la oclusión. La remodelación tiene una base de destrucción

(osteólisis) y otra de aposición o formación (ontogénesis) para adecuar las estructuras de soporte a

las diversas situaciones generadas por las fuerzas oclusales.

La enfermedad periodontal, específicamente, afecta las estructuras de inserción del diente y

se caracteriza por una exposición bacteriana que puede fomentar una respuesta destructiva del

huésped, lo que lleva a la pérdida de inserción periodontal, ósea y por último la caída de los

dientes.17 Se relaciona con la inflamación sistémica y diversas enfermedades como las ECV,

cerebrovasculares, HTA y DM2, entidades más frecuentes en personas con obesidad.


En resumen, la relación de las enfermedades periodontales con la obesidad no parece causal,

aunque el exceso de peso corporal contribuye a las primeras debido al efecto inflamatorio sistémico

de la obesidad que favorece la aparición de diversas enfermedades en los pacientes afectados.

2.2.1 CLASIFICACION Y TIPOS DE OBESIDAD

Tabla 1. Clasificación de la obesidad según la oms

Clasificación IMC (kg/m 2 ) Riesgo Asociado a la salud

Peso normo 18,5 - 24,9 Promedio

Exceso de peso ≥ 25

Sobrepeso o Pre Obeso 25 - 29,9 AUMENTADO

Obesidad Grado I o moderado 30 - 34,9 AUMENTO MODERADO

Obesidad Grado II o severa 35 - 39,9 AUMENTO SEVERO

Obesidad Grado III o mórbida ≥ 40 AUMENTO MUY SEVERO


Clasificación IMC (kg/m 2 ) Riesgo Asociado a la salud

Se puede observar que, para una determinada talla y peso, el porcentaje de grasa corporal es

alrededor de un 10% más alto en mujeres que en hombres. Lo anterior sugiere que las mujeres tienen

una mejor adaptación a la grasa corporal que los hombres, debido a que gran parte de la grasa se

distribuye en compartimentos subcutáneos y periféricos (mamas, glúteos, muslos), mientras que en

los hombres el exceso de grasa. tiende a depositarse en el abdomen, tanto grasa subcutánea como

grasa intraabdominal.

Por otro lado, se ha podido establecer que a medida que las personas envejecen, aumenta su

contenido de grasa corporal, a pesar de mantener el peso estable.

Sin embargo, para catalogar de obesidad en la práctica a un sujeto, utilizamos la medición del

peso corporal o el cálculo de índices basados en el peso y la altura (IMC), de acuerdo a como se ha

establecido en Consensos Internacionales. Un IMC igual o superior a 30 kg/m 2 es el indicador

clínico utilizado universalmente para diagnosticar obesidad en ambos sexos

Medición de la grasa corporal

La medición precisa de la grasa corporal es un procedimiento difícil y caro de realizar en la

práctica clínica. Se han utilizado diferentes métodos para medir la grasa corporal. Entre los métodos

utilizados se encuentran la medición de los pliegues subcutáneos en distintos puntos (bicipital,

tricipital, subescapular y suprailíaco), cuya suma se considera un indicador de la grasa

subcutánea. Sin embargo, es un método de alta variabilidad Inter observador y difícil de realizar en

pacientes obesos con pliegues cutáneos muy grandes.


obesidad abdominal

Ya en la década de los años 40, el médico francés Jean Vague planteó que la distribución

anatómica de la grasa corporal determinaba en forma distinta el riesgo de salud asociado a la

obesidad.

Se ha establecido que la acumulación preferencial de grasa en la zona toracoabdominal del

cuerpo se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y metabólica. Por esta razón, se

han planteado desde entonces el empleo de una serie de mediciones e índices para determinar la

distribución de la grasa corporal. Entre los más utilizados se encuentran la índice cintura cadera y la

medición exclusiva de la circunferencia de cintura, que se plantea que estiman con la misma

exactitud la grasa intraabdominal como lo hace la relación cintura cadera. Por lo anterior, hoy en día

se considera a la medición de la circunferencia de cintura un buen predictor clínico del riesgo

cardiovascular asociado a la obesidad abdominal.

Factores de riesgo de la Obesidad

La obesidad no es simplemente el resultado de comer en exceso. Los estudios

epidemiológicos han detectado en la población una serie de factores asociados con la obesidad.

Edad. A medida que se envejece, los cambios hormonales y un estilo de vida menos

activo contribuyen a la aparición de la obesidad.

Sexo femenino. Principalmente asociado al embarazo y la menopausia. La obesidad también

se presenta en mujeres que tienen síndrome de ovario poliquístico, que es una afección endocrina que

impide la correcta ovulación.

Raza. La obesidad tiene un alto grado de incidencia en los afrodescendientes y las personas

de origen hispano.
Alimentación poco saludable. En los últimos 50 años hay una tendencia universal a comer

alimentos ricos en grasa, sal y azúcares. Se consumen demasiadas calorías, se abusa de las comidas

rápidas y de las bebidas con alto contenido calórico.

Sedentarismo. Existe una disminución de la actividad física debido a un estilo de vida

sedentario por la automatización de las actividades laborales, de los medios modernos de transporte

y de una mayor vida urbana.

Factores socioculturales. La obesidad está asociada a un menor nivel educacional y menor

nivel de ingresos vinculado a un acceso limitado a establecimiento recreativos y la falta de dinero

para comprar alimentos saludables.

Factores conductuales. Un consumo de alimentos incorrecto, el tabaquismo y la ingesta de

alcohol.

Factores genéticos. Algunos estudios genéticos han determinado que la obesidad puede ser

hereditaria con genes que influencian en la cantidad de grasa corporal y en su distribución.

Ciertos medicamentos. Algunos medicamentos pueden provocar ganancia de peso sino se

compensa con dieta o ejercicio. Entre estos medicamentos están algunos antidepresivos,

anticonvulsivos, esteroides, antipsicóticos, medicamentos para la diabetes y betabloqueantes.

Tipos de obesidad

El Indice de Masa Corporal se usa como medida del nivel de grasa corporal y se calcula

según esta fórmula:

IMC = peso/estatura² , medida en Kg/m².

Los grados de obesidad se clasifican de este modo:

Obesidad grado 1 (de bajo riesgo), si el IMC es de 30 a 34,9


Obesidad grado 2 (riesgo moderado), si el IMC es de 35 a 39,9

Obesidad grado 3 (de alto riesgo, obesidad mórbida), si el IMC es igual o mayor a 40

Obesidad grado 4 (obesidad extrema), si el IMC es igual o mayor a 50

Tipos de obesidad según la distribución de la grasa

La distribución de la grasa también sirve de clasificación del tipo de obesidad que se padece.

En este caso, la medida de la cintura y la cadera son una referencia.

Obesidad central, abdominal o androide (forma de manzana): La grasa se acumula

principalmente a la altura o por encima de la cintura, localizándose el exceso de grasa en la cara,

cuello, tórax y abdomen. Son personas obesas con el perímetro de la cintura más grande que el de las

caderas. Es el tipo de obesidad más grave, ya que se relaciona con un mayor riesgo de diabetes,

dislipemias y enfermedades cardiovasculares.

Obesidad periférica o finoide (forma de pera): La grasa se acumula principalmente por debajo

de la cintura, en la cadera, glúteos y muslos. Son personas obesas con un perímetro de caderas mayor

que el de la cintura. Se asocia a problemas de salud como varices y artrosis de rodilla.

Obesidad homogénea, donde el exceso de grasa no predomina en ninguna zona concreta del

cuerpo, sino que se reparte de manera uniforma en todo el cuerpo.

2.2.2 CAUSAS DE LA OBESIDAD

Con el tiempo se puede desarrollar sobrepeso y obesidad si se consume más calorías de las

que se usan. Eso se describe también como desequilibrio de energía: cuando la energía que entra

(calorías) no es igual a la energía que sale (calorías que el cuerpo usa para acciones como respirar,

digerir alimentos y hacer actividad física).


El cuerpo utiliza ciertos nutrientes, como los carbohidratos o azúcares, proteínas y grasas, de

los alimentos que ingerimos para producir y almacenar energía.

Los alimentos se transforman en energía para el uso inmediato a fin de sostener las funciones

corporales y la actividad física de la rutina diaria.

Los alimentos se almacenan como energía para uso futuro en el cuerpo. Los azúcares se

almacenan en forma de glucógeno en el hígado y los músculos. Las grasas se almacenan

principalmente en forma de triglicéridos en el tejido adiposo.

Un desequilibrio de energía hace que el cuerpo almacene más grasa de la que se puede usar

ahora o en el futuro. Pero el riesgo de desarrollar sobrepeso u obesidad está determinado por algo

más que la cantidad de alimentos que comemos. También incluye los tipos y la cantidad de alimentos

y bebidas que consumimos cada día, el nivel de actividad física (por ejemplo, si se realiza un trabajo

de oficina sentado frente a un escritorio o si se pasa todo el día de pie) y la cantidad. de horas de

sueño de buena calidad por noche.

Conclusiones

El alarmante crecimiento de la prevalencia de obesidad en nuestra sociedad nos indica que

debemos estar muy alerta, para el diagnóstico precoz de esta patología de alta repercusión en la salud

de las personas y en los costos asociados a ella. El uso de indicadores como el IMC y la medición de

la circunferencia de cintura representan estrategias de detección clínica, que nos permiten una

adecuada clasificación de la severidad de la enfermedad y del riesgo asociado a ésta, para establecer

así medidas de prevención o de manejo tanto. de la obesidad como de sus enfermedades asociadas,

especialmente en las poblaciones genéticamente susceptibles.


3. REFERENCIAS

https://www.ilahy.es/nutricion/tipos-obesidad.html#:~:text=Obesidad%20grado%201%20(de

%20bajo,igual%20o%20mayor%20a%2050

https://www.clinicbarcelona.org/asistencia/enfermedades/obesidad/causas-y-factores-de-

riesgo

https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007297.htm
https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/007297.htm

https://www.cdc.gov/healthyweight/spanish/effects.html

https://www.nhlbi.nih.gov/es/salud/sobrepeso-y-obesidad/causas

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0716864012702882

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