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Límite Social al Derecho de Propiedad

El derecho de propiedad en Chile y el derecho internacional reconocen límites basados en su función social, permitiendo al Estado expropiar con indemnización y regular el ejercicio de este derecho. Este trabajo distingue entre expropiación y regulación, enfatizando que la regulación debe ser razonable y proporcional para evitar lo que se denomina 'expropiación regulatoria'. La investigación se basa en la jurisprudencia de la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional de Chile, así como en laudos arbitrales internacionales.

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Límite Social al Derecho de Propiedad

El derecho de propiedad en Chile y el derecho internacional reconocen límites basados en su función social, permitiendo al Estado expropiar con indemnización y regular el ejercicio de este derecho. Este trabajo distingue entre expropiación y regulación, enfatizando que la regulación debe ser razonable y proporcional para evitar lo que se denomina 'expropiación regulatoria'. La investigación se basa en la jurisprudencia de la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional de Chile, así como en laudos arbitrales internacionales.

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LA FUNCIÓN SOCIAL COMO LÍMITE DEL DERECHO DE PROPIEDAD.

BREVE ANÁLISIS A LA LUZ DE LA JURISPRUDENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y DE LA


CORTE SUPREMA DE CHILE, Y DE LAUDOS ARBITRALES INTERNACIONALES DE INVERSIONES*

THE SOCIAL FUNCTION AS A LIMIT OF PROPERTY RIGHT. BRIEF ANALYSIS IN THE LIGHT OF THE
JURISPRUDENCE OF THE CHILEAN CONSTITUTIONAL COURT AND THE SUPREME COURT AND
INTERNATIONAL INVESTMENT ARBITRAL AWARDS

IVETTE S. ESIS VILLARROEL**


JOSÉ IGNACIO MARTÍNEZ ESTAY***
FRANCISCO MEDINA KRAUSE****

RESUMEN: La investigación desarrollada en este trabajo permite concluir que el derecho


constitucional chileno y el derecho internacional, incluido el de inversiones, coinciden en que
el derecho de propiedad tiene límites emanados de su función o interés social. Aquello faculta
al Estado para privar de la propiedad (expropiación) previa indemnización, y para regular y
limitar el ejercicio de este derecho. Un primer objetivo de este trabajo es demostrar que tanto
en el derecho constitucional chileno como en el derecho internacional de las inversiones
expropiar no es lo mismo que regular o limitar. El deber de indemnizar sólo dice relación con
la expropiación. Un segundo objetivo, complementario, es demostrar que, si bien en principio
el Estado puede regular o limitar la propiedad, aquella regulación o limitación debe ser
razonable y ajustada a la proporcionalidad. Por eso no puede encubrir lo que alguna doctrina
denomina “expropiación regulatoria” o “expropiación indirecta” y, de identificarla, los
tribunales arbitrales internacionales han condenado a los Estados anfitriones. Para comprobar
las hipótesis en que descansan ambos objetivos, utilizando el método inductivo, hemos acudido
especialmente a la revisión de la jurisprudencia sobre función social y límites del derecho de
propiedad de la Corte Suprema y del Tribunal Constitucional chilenos, además de laudos
arbitrales internacionales de inversiones.

PALABRAS CLAVE: derecho de propiedad; expropiación; limitación y regulación de la propiedad;


expropiación indirecta

ABSTRACT: The research developed in this paper allows us to conclude that Chilean
constitutional law and international law, including investment law, agree that the right to
property has limits arising from its social function or social interest. This empowers the State
to deprive property (expropriation) with prior compensation, and to regulate and limit the
exercise of this right. The first objective of this work is to demonstrate that in both Chilean
constitutional law and international investment law, expropriation is not the same as regulating

*
Este trabajo forma parte del Proyecto ANID/Fondecyt Regular N. 1230293, titulado Criterios y estándares
jurisprudenciales y arbitrales para el adecuado equilibrio jurídico entre la regulación del derecho de propiedad,
la protección de inversiones extranjeras y la protección de la igualdad ante la ley del inversionista nacional, del
cual el Profesor José Ignacio Martínez Estay es investigador principal, la Profesora Ivette S. Esis Villarroel es
coinvestigadora y el Profesor Francisco Medina Krause es becario.
**
Profesora de Derecho Económico y de Derecho Internacional Privado, Facultad de Derecho, Universidad Finis
Terrae, Chile. Doctora en Derecho por la Universidad de Valencia, España. N° ORCID https://orcid.org/0000-
0002-2379-8380. Email: [email protected]
***
Profesor de Derecho Administrativo y de Derecho Constitucional, Facultad de Derecho, Universidad de los
Andes, Chile. N° https://orcid.org/0000-0001-8017-4470. Email: [email protected]
****
Profesor de Derecho Constitucional, Facultad de Derecho, Universidad Católica del Maule y Facultad de
Derecho de la Universidad de los Andes, Chile. N° ORCID https://orcid.org/0000-0003-0313-500X. Email:
[email protected]
or limiting. The duty to compensate only relates to expropriation. The second objective is to
demonstrate that although in principle, the State can regulate or limit property, that regulation
or limitation must be reasonable and proportional. For this reason, it cannot conceal a “
regulatory expropriation” or “indirect expropriation”. Moreover, if identified, international
arbitral tribunals have condemned the host States. To test the hypotheses on both objectives,
using the inductive method, we have turned specifically to review what have said the
jurisprudence the Chilean Supreme Court and Constitutional Court, and international
investment arbitral awards.

KEYWORDS: property rights; expropriation; limitation and regulation of property; indirect


expropriation.

I. LAFUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD: LIMITACIONES Y REGULACIONES DEL DERECHO DE


PROPIEDAD

Como todos los derechos y libertades, el derecho de propiedad tiene límites1. Estos
surgen de lo que en el lenguaje de algunos textos constitucionales se denomina función social
de la propiedad2, que en el caso de la Constitución chilena “comprende cuanto exijan los
intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la salubridad públicas y la
conservación del patrimonio ambiental”, y en virtud de ella el legislador puede imponer
limitaciones y obligaciones (art. 19 N° 24)3. En palabras del Tribunal Constitucional de Chile
1
Sobre los límites de los derechos y libertades ver, entre otros, DE OTTO Y PARDO, Ignacio. La regulación del
ejercicio de los derechos y libertades. La garantía de su contenido esencial en el artículo 53.1 de la Constitución.
En: MARTIN-RETORTILLO, Lorenzo; DE OTTO PARDO, Ignacio (Coord.). Derechos fundamentales y
Constitución. Madrid: Civitas, 1988. p. 97-172. p. 151; GARCÍA-HUIDOBRO, Joaquín; MARTÍNEZ ESTAY,
José Ignacio; NÚÑEZ POBLETE, Manuel. Lecciones de derechos humanos. Valparaíso: EDEVAL, 1997. p.
369-370; HÄBERLE, Peter. La garantía del contenido esencial de los derechos fundamentales. Madrid:
Dykinson, 2003. p. 52; MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; ZÚÑIGA URBINA, Francisco. El principio de
razonabilidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Estudios Constitucionales, Talca, v. 9, n. 1, p.
199-226. 2011. p. 204-205. También, PEREIRA MENAUT, Antonio Carlos. Lecciones de Teoría constitucional
y otros escritos. Santiago de Compostela: Andavira, 2016. p. 438. Sobre el surgimiento y evolución de la función
social de la propiedad en la historia de Occidente, ver, entre otros, DE LOS MOZOS, José Luis. El derecho de
propiedad. Crisis y retorno a la tradición jurídica. Madrid: Editoriales de Derecho Reunidas EDR, 1993. p. 85-
187; CORDERO QUINZACARA, Eduardo. De la propiedad a las propiedades. La evolución de la concepción
liberal de la propiedad. Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso,
v. 31, n. 2, p. 493-525, agosto/diciembre. 2008; RODOTA, Stefano. El terrible derecho. Estudios sobre propiedad
privada. Madrid: Civitas, 1986. p. 49 y ss; GROSSI, Paolo. La propiedad y las propiedades. Un análisis histórico.
Madrid: Civitas, 1992. p. 67 y ss.
2
Así, por ejemplo, en Latinoamérica, el art. 5 apartado XXIII de la Constitución de Brasil indica que el derecho
de propiedad debe cumplir con los requisitos de su función social, y la Constitución mexicana, si bien no usa la
expresión “función social”, lo sustituye por el de “beneficio social” en el art. 27 inc. 2°. En Europa, la Constitución
italiana dispone en su art. 42 que la función social constituye un límite al derecho de propiedad, en tanto que la
Constitución española señala en su art. 33.2 que la función social delimita el derecho de propiedad.
3
La Comisión de Estudios para la Nueva Constitución que redactó el anteproyecto del texto constitucional hoy
vigente, reemplazó el concepto “intereses generales del Estado” por “intereses generales de la Nación”. En efecto,
el comisionado Pedro Jesús Rodríguez González, sostuvo que los intereses generales de la Nación se plantean “en
función de las políticas públicas y de las metas del desarrollo económico, político, cultural, etcétera, que están
directamente vinculados a sus propios intereses, a la realización del bien común en un momento determinado”. Y
agregó que, por el contrario, la expresión “intereses generales del Estado” acarrea mayor amplitud e
indeterminación, porque en ella también se comprenden “la misión del Estado de distribuir la propiedad al mayor
número de personas, de reestructurar la pequeña propiedad, y ‘la elevación de las condiciones de vida del común
de los habitantes’”. Esta última categoría referiría al Estado en cuanto persona jurídica que representa a la Nación.
Así pues, los intereses generales de la Nación se vinculan con “una exigencia real y actual de la subsistencia, del
desarrollo integral o del progreso de la Nación entera o un requerimiento de soberanía en lo económico, social o
(TC), dicha función social implica que la propiedad tiene “un valor individual y social por lo
que debe estar al servicio de la persona y de la sociedad” (roles 245 y 246, considerando 25°4).

En un sentido similar, la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH),


dispone en su art. 21.1 que “La ley puede subordinar el uso y goce de la propiedad “al interés
social””, norma que ha llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a declarar que
el derecho a la propiedad no es un derecho ilimitado “y, en ese sentido, puede ser objeto de
restricciones y limitaciones, siempre y cuando éstas se realicen por la vía legal adecuada y de
conformidad con los parámetros establecidos en el artículo 21”5. La Corte ha precisado además
que si bien dicha norma reconoce los atributos del derecho de propiedad (uso y goce) “incluye
una limitación a dichos atributos de la propiedad en razón del interés social”6. Por su parte, en
el ámbito del Derecho Internacional de las Inversiones (DII) también se reconoce que la
propiedad está limitada por la función social7 lo que, entre otras cosas, conlleva la facultad de
los Estados para regular el derecho de propiedad8. Así, en el DII los Estados “poseen la potestad
soberana de ejercer poderes para regular y limitar la actividad de los particulares a los fines de
alcanzar ciertos fines tales como la protección del medio ambiente, la salud colectiva, así como
el resguardo de otros intereses de la sociedad”9.

No obstante, es importante precisar que limitar no es sinónimo de expropiar. Así, y en


los términos de la Constitución hoy vigente, expropiar implica privar de la “propiedad del bien
sobre que recae o de alguno de los atributos esenciales del dominio”, “por causa de utilidad
pública o de interés nacional, calificada por el legislador” (art. 19 N° 24), lo que conlleva
siempre la indemnización del daño patrimonial efectivamente causado (art. 19 Nº 24). Algo
similar se desprende del art. 21.2 de la CADH, que indica que “Ninguna persona puede ser
privada de sus bienes, excepto mediante el pago de indemnización justa, por razones de utilidad
pública o de interés social y en los casos y según las formas establecidas por la ley”.

Por ende, en nuestro derecho constitucional la función social permite al Estado imponer
limitaciones y obligaciones al derecho de propiedad (subordinación del uso y el goce al interés
social, en los términos de la CADH), o, en su caso, expropiar (privar de sus bienes en el lenguaje

cultural”. Por ende, si debe hacer frente a problemas de otra índole, el legislador tiene libertad para diseñar las
políticas públicas que estime pertinentes, pero no podrá asilarse en un pretendido interés general para gravar el
dominio privado con limitaciones u obligaciones que el constituyente de 1980 quiso, deliberadamente, hacer
procedentes sólo por vía muy excepcional. Ver CONGRESO NACIONAL DE CHILE. Sesiones 162 y 163 de 30
de octubre y 4 de noviembre de 1975. Santiago: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. S/A. Actas oficiales
de la Comisión de Estudios para la Nueva Constitución, Tomo V.
4
En el mismo sentido, ver sentencias del TC roles 1991, considerando 42°; 2299, considerando 7°; 1863,
considerando 42; 3086, considerando 23; 3063, considerando 42.
5
Corte Interamericana de Derechos Humanos, casos: Abrill Alosilla y otros v. Perú. Sentencia de 04 de marzo de
2011 (Fondo, Reparaciones y Costas). Serie C 223, párrafo 82; y, Palamara Iribarne v. Chile. Sentencia de 22 de
noviembre de 2005 (Fondo Reparaciones y Costas). Serie C 135, párrafo 108.
6
Corte Interamericana de Derechos Humanos, casos: Salvador Chiriboga v. Ecuador. Sentencia de 6 de mayo de
2008 (Excepción Preliminar y Fondo). Serie C 179, párrafo 55: y, Andrade Salmón v. Bolivia. Sentencia de 01 de
diciembre de 2016 (Fondo, Reparaciones y Costas). Serie C 330, párrafo 112. La Corte ha indicado además que el
segundo inciso del art. 21 “se refiere a la expropiación de bienes y los requisitos para que tal actuar del Estado
pueda considerarse justificado” (Andrade Salmón v. Bolivia, párrafo 112).
7
Al respecto ver ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de
inversiones extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018. p. 225-236 y 281.
8
Ver, entre otros, SALACUSE, Jeswald. The Law of Investment Treaties. Oxford: Oxford University Press,
2021. p. 288; MARTÍNEZ-FRAGA, Pedro Luis y REETZ C., Ryan. Public Purpose in International Law
Rethinking Regulatory Sovereignty in the Global Era. Cambridge: Cambridge University Press, 2015. p. 149.
9
ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de inversiones
extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018. p. 281.
de la CADH). Por eso se ha afirmado que de la Constitución “se desprende que la función social
viene a ser la razón o la causa eficiente que justifica la imposición gratuita de limitaciones y
obligaciones al dominio con el objeto de ajustar su ejercicio al bien común”10. Esto significa
que, en principio, la imposición de límites y obligaciones a la propiedad no lleva aparejado el
pago de compensaciones o indemnizaciones11, porque la regulación así entendida (imposición
de limitaciones y regulaciones) no es expropiación, posición que -por lo demás- es compartida
por varios autores en la doctrina nacional12, y por el TC, según veremos más adelante en varias
de sus sentencias13.

Así, en los fallos de los roles 245 y 246, el TC señaló que debe distinguirse entre las
privaciones y las limitaciones al dominio, “pues el sustento de la privación es el interés nacional
y la utilidad pública, en cambio el fundamento de las limitaciones al dominio lo constituye la
función social que debe cumplir la propiedad” (considerando 22°). Y con aún más precisión,
en las sentencias roles 505 y 506 el TC indicó que privar y limitar son actuaciones distintas,
porque “un acto de privación tendrá por objeto despojar, quitar, sustraer una determinada
propiedad de su titular, mientras el acto regulatorio tendrá por función determinar las reglas a
que debe ajustarse el ejercicio del dominio, estableciendo un modo limitado y menos libre de
ejercer la propiedad sobre la cosa” (considerando 22°)14. Es decir, la regulación del derecho de
propiedad, esto es, la fijación a su respecto de límites y obligaciones que emanan de su función
social por parte del legislador no es expropiación, ya que ésta sólo se configura cuando hay
privación de la propiedad, “del bien sobre que recae o de alguno de los atributos esenciales del
dominio”, según lo dispone la Constitución chilena. En cambio “las limitaciones suponen el
establecimiento de determinadas cargas al ejercicio de un derecho, dejándolo subsistente en sus
facultades esenciales” (sentencias TC roles 245 y 246, considerandos 22° y 25°).

En consonancia con lo anterior, en el DII la doctrina sostiene también que no toda


medida gubernamental que afecte el derecho de propiedad es expropiación, porque los Estados
“poseen la potestad soberana de ejercer poderes para regular y limitar la actividad de los
particulares a los fines de alcanzar ciertos fines tales como la protección del medio ambiente,

10
BRONFMAN VARGAS, Alan; MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; NÚÑEZ POBLETE, Manuel. La
Constitución Comentada. Santiago: Thomson Reuters, 2012. p. 410.
11
En ese sentido Rajevic afirma que las limitaciones al dominio consisten en la imposición de deberes no
indemnizables, en RAJEVIC MOSLER, Enrique. Limitaciones, reserva legal y contenido esencial de la propiedad
privada. Revista Chilena de Derecho, Santiago, v. 23, n. 1, p. 23-97. 1996. p. 94.
12
Entre otros, ver UGARTE GODOY, José Joaquín. Limitaciones al dominio de las meras restricciones y de
cuándo dan lugar a indemnización. Revista Chilena de Derecho, Santiago, v. 28, n. 2, p. 425-448. 2001;
ALDUNATE LIZANA, Eduardo. Limitación y expropiación. Scilla y Caribdis de la dogmática constitucional de
la propiedad. Revista Chilena de Derecho, Santiago, v. 33, n. 2, p. 285-303. 2006; CORDERO QUINZACARA,
Eduardo. La dogmática constitucional de la propiedad en el derecho chileno. Revista de Derecho, Valdivia, v. 19,
n. 1, p.125-148. 2006; BRONFMAN VARGAS, Alan; MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; NÚÑEZ POBLETE,
Manuel. La Constitución Comentada. Santiago: Thomson Reuters, 2012. p. 410-412; COVARRUBIAS
CUEVAS, Ignacio. Hacia las regulaciones compensables al derecho de propiedad: evaluación a la jurisprudencia
del tribunal constitucional chileno. Actualidad Jurídica, Santiago, v. 36, n. 1, p. 55-96. 2017; GUILOFF TITIUN,
Matías. La privación de atributos y facultades esenciales del dominio como estándar de control para las
intervenciones sobre el derecho de propiedad privada. Estudios constitucionales, Talca, v.16, n. 2, p. 271-306.
2018; COVARRUBIAS CUEVAS, Ignacio; DÍAZ DE VALDES JULIA, José Manuel. La igualdad ante las cargas
públicas como criterio para evaluar la constitucionalidad de limitaciones al derecho de propiedad. Revista Chilena
de Derecho, Santiago, v. 48, n.1, p. 1-28. 2021; MATUTE, Claudio. Expropiaciones regulatorias: aplicabilidad
al caso chileno. Santiago: Thomson Reuters, 2020.
13
Entre otras, TC Rol N° 245 y 246, considerandos 22° y 25°, respectivamente; Nº 253, considerandos 10º y 13º;
N° 505 y 506, considerando 22º; Rol N° 1295, considerando 93º; Rol N° 1991, considerando 42°; Rol N° 1993,
considerando 42°, Rol N° 2299, considerando 7°.
14
En idéntico sentido, ver TC sentencia rol 1295, considerando 93°.
la salud colectiva, así como el resguardo de otros intereses de la sociedad”15. En este sentido, y
como destaca la doctrina, en el DII se reconocen parámetros que amparan la facultad de los
Estados para regular el DP16, sin perjuicio de que éstos pueden además expropiar activos
propiedad de inversores extranjeros, siempre que tenga lugar en virtud de la función social de
la propiedad17, y conforme a criterios como «utilidad pública» o «interés social»18. En tal caso,
los tratados en materia de inversiones exigen la demostración de la causa expropriandi, que la
expropiación no sea una medida discriminatoria, que se respete el debido proceso y que se
pague una pronta, justa y efectiva compensación19. Estos aspectos serán tratados con más
detención en el apartado V. de este trabajo.

Así pues, esta investigación tiene por objetivo demostrar que el derecho constitucional
chileno y el derecho internacional, incluido el de inversiones, coinciden en que el derecho de
propiedad tiene límites emanados de su función o interés social. Aquello faculta al Estado para
privar de la propiedad (expropiación) previa indemnización, y para regular y limitar el ejercicio
de este derecho. Para lograr este propósito, principalmente hemos adoptado el método de
análisis de casos y de jurisprudencia sobre función social y límites del derecho de propiedad.
En particular, nos concentraremos en la jurisprudencia de la Corte Suprema y del Tribunal
Constitucional chilenos, y de laudos arbitrales internacionales de inversiones.

El trabajo está dividido en tres partes principales. La primera parte, que abarca los
apartados I y II, busca encuadrar a nivel teórico el problema de la función social de la propiedad.
A grades rasgos, en dichas secciones presentaremos las referencias normativas generales de la
función social, y distinguiremos entre privaciones y limitaciones al dominio en el derecho
nacional e internacional de inversiones. En la segunda parte, que cubre los apartados III, IV y
V, definiremos los principales criterios que ha esbozado la jurisprudencia nacional e
internacional respecto de la función social de la propiedad, e intentaremos aportar una mirada
crítica respecto de cada uno de ellos. Así, el apartado III tratará sobre la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional de Chile, el apartado IV tratará sobre la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Chile, y el apartado V tratará sobre el derecho internacional de inversiones.

15
ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de inversiones
extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018. p. 281.
16
Ver, entre otros, SALACUSE, Jeswald. The Law of Investment Treaties. Oxford: Oxford University Press,
2021, p. 288; MARTÍNEZ-FRAGA, Pedro Luis; REETZ C., Ryan. Public Purpose in International Law:
Rethinking Regulatory Sovereignty in the Global Era. Cambridge: Cambridge University Press, 2015. p. 149.
17
PÉREZ SOLANO, Jimmy Antony. La potestad expropiatoria del Estado en el derecho español y colombiano.
JURÍDICAS CUC, Barranquilla, v. 14, n. 1, p 105-118, enero/diciembre. 2018. p. 106.
18
Ver GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo; FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, Tomás Ramón. Curso de Derecho
administrativo: Tomo II. 11º edición. Madrid: Thomson Civitas, 2008. p. 233; HERRERA ORELLANA, Luis
Alfonso. Las tensiones entre la propiedad privada y el Derecho Administrativo. Revista de la Facultad de
Derecho, Caracas, v. 65, n.1, p. 163-176, enero/julio. 2018. p. 168; DOLZER, Rudolph; SCHREUER, Christoph.
Principles of International Law. 2ᵃ edición. Oxford: Oxford University Press, 2012. p. 91. Ver también casos de
arbitrajes de inversiones: ADC et al v. Hungría, 2006, § 423, 432; Gemplus et al v. México, 2010, §4-187; Valeri
Belokon v. Kirguistán, 2014, § 211-212).
19
Ver LÓPEZ ESCARCENA, Sebastián. Indirect Expropiation in International Law. Massachusetts: Edward
Edgar Publishing Limited, 2014. p. 4; MARTÍNEZ-FRAGA, Pedro Luis; REETZ C., Ryan. Public Purpose in
International Law: Rethinking Regulatory Sovereignty in the Global Era. Cambridge: Cambridge University
Press, 2015. p. 6; ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de
inversiones extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018, p. 223-277; LIM, Chin Leng; HO, Jean;
PAPARINSKIS, Martins. International Investment Law and Arbitration: Commentary, Awards and Other
Materials. Cambridge: Cambridge University Press, 2019. p. 323; PRISLAN, Vid. Judicial Expropriation in
International Investment Law. International and Comparative Law Quarterly, Cambridge, v. 70, n. 1, p. 165–
195. 2021.
Finalmente, en la tercera parte, que comprende el apartado VI, ofreceremos algunas
conclusiones sobre los criterios jurisprudenciales que han sido estudiados.

II. LÍMITES A LA REGULACIÓN DEL DERECHO DE PROPIEDAD

Si bien la función social conlleva la posibilidad de limitar y regular el derecho de


propiedad, debe tenerse presente que estas posibles acciones estatales están sujetas a su vez a
limitaciones, derivadas del principio de juridicidad (art. 7 de la Constitución de Chile), al que
Westermeyer califica con razón como puente entre la historia del derecho nacional y el derecho
público vigente ya que, como se sabe, sus raíces arrancan del artículo 160 de la Constitución
chilena de 183320. De aquel principio, piedra angular del Estado de Derecho, fluyen
limitaciones formales y materiales para la regulación e imposición de límites por parte del
Estado. Las primeras implican que el órgano público que lleve a cabo dichas actuaciones debe
realizarlas previa investidura regular de sus integrantes, que la competencia para regular o
imponer límites haya sido efectivamente otorgada por el Derecho, y que dichas regulaciones y
límites se impongan conforme a los procedimientos establecidos por la ley. Por su parte, las
limitaciones materiales son consecuencia de que la competencia de todo órgano público está
sujeta al estricto respeto de los derechos y libertades fundamentales reconocidos en la
Constitución, así como en los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por
Chile y que estén vigentes (art. 5 inc. 2º). Entre otras cosas, esto significa:

1. Que el ejercicio de la potestad reguladora debe efectuarse con estricto apego al principio
de igualdad ante la ley (art. 19 Nº 2 de la Constitución chilena), en especial la igualdad ante las
cargas públicas (art. 19 Nº 20 de la Constitución chilena).
2. Que el ejercicio de la actividad reguladora debe efectuarse respetando el contenido
esencial del derecho, lo que en la Constitución vigente incluye la prohibición de “imponer
condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio” (art. 19 Nº 26 de la
Constitución chilena).
3. Que el principio de igualdad y el contenido esencial suponen el respeto a los principios
de razonabilidad y de proporcionalidad21.
4. Que, en su caso, el Estado debe respetar las condiciones que se deriven de los tratados
de derechos humanos y en particular los de promoción y protección de inversiones.

III. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD EN LA JURISPRUDENCIA DEL TC

Como se ha señalado antes, la función social de la propiedad significa que ésta tiene un
valor individual y social, por lo que debe estar al servicio de la persona y de la sociedad. Y es
que el dominio, además de conferir derechos, impone también deberes y responsabilidades a su
titular, mediante los cuales se busca armonizar los intereses del dueño con los de la comunidad.
No obstante, el TC ha señalado que en el art. 19 N°24 de la Constitución chilena comprende

20
WESTERMEYER HERNÁNDEZ, Felipe. Entre la Historia del Derecho y la tradición constitucionales. Revista
de Estudios Histórico-Jurídicos, Valparaíso, v. 41, n. 2, p. 467-501. 2019. p. 496.
21
Sobre los principios de razonabilidad y de proporcionalidad como criterios de control de las actuaciones de los
poderes públicos ver, entre otros, MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; ZÚÑIGA URBINA, Francisco. El principio
de razonabilidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Estudios Constitucionales, Talca, v. 9, n. 1, p.
199-226. 2011; ARNOLD, Rainer; MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; ZÚÑIGA URBINA, Francisco. El
principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Estudios Constitucionales, Talca,
v. 10, n. 1, p. 65-116. 2012; COVARRUBIAS CUEVAS, Ignacio. ¿Emplea el Tribunal Constitucional el test de
proporcionalidad? (128 sentencias del Tribunal Constitucional en la perspectiva de la jurisprudencia constitucional
alemana, de la Cámara de los Lores y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos). Estudios Constitucionales,
Talca, v. 12, n. 1, p. 163-237. 2014.
“tres reglas en materia de función social de la propiedad. En primer lugar, que ésta se traduce
en limitaciones y obligaciones. En segundo lugar, que sólo la ley puede establecerlas. En tercer
lugar, que la función social se justifica en causales taxativamente precisadas por la
Constitución: los intereses generales de la nación, la seguridad nacional, la utilidad y la
salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental” (sentencia del TC rol 1863,
considerando 41°)22. Sobre la base de estas tres reglas, el Tribunal ha resuelto diversos
conflictos de constitucionalidad relacionados con la imposición de límites y regulaciones al
derecho de propiedad. En dichos casos el alto intérprete de la Constitución ha ido delineando
los contornos de la función social, y, junto con ello, los del derecho de propiedad y los de la
potestad estatal para imponer aquellos límites y regulaciones.

1. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD COMO FUNDAMENTO PARA LA DISTINCIÓN ENTRE


PRIVACIÓN Y LIMITACIÓN O REGULACIÓN DE LA PROPIEDAD.

En las sentencias roles 245 y 246, el TC enfatizó la necesidad de distinguir entre


privación y limitaciones al dominio, “pues el sustento de la privación es el interés nacional y la
utilidad pública, en cambio el fundamento de las limitaciones al dominio lo constituye la
función social que debe cumplir la propiedad” (considerando 22° en ambas sentencias)23. Por
eso, las limitaciones al dominio “constituyen la expresión jurídica de los deberes anexos al
dominio que la doctrina señala como consecuencia de su carácter social. Es, entonces, la
función social de la propiedad la que justifica las limitaciones y obligaciones que el legislador
puede imponer” (sentencia rol 245, considerando 27°). El TC sostuvo además que “las
limitaciones suponen el establecimiento de determinadas cargas al ejercicio de un derecho,
dejándolo subsistente en sus facultades esenciales” (considerando 22° de sentencias del TC
roles 245 y 246)24.

Por otra parte, y a la hora de clarificar qué significa privar del derecho de propiedad, en
la sentencia rol 334 indicó que la privación del dominio se produce “no sólo (...) cuando se le
despoja a su dueño totalmente de él o de uno de sus atributos o facultades esenciales, sino,
también, cuando ello se hace parcialmente o mediante el empleo de regulaciones que le impidan
libremente ejercer su derecho o uno de sus atributos mencionados” (considerando 19º). Y más
tarde, en su sentencia rol 505, a propósito de la distinción entre limitar o regular y privar, precisó
aún más su posición al señalar “que conceptualmente ambas figuras pueden distinguirse, pues
un acto de privación tendrá por objeto despojar, quitar, sustraer una determinada propiedad de
su titular, mientras el acto regulatorio tendrá por función determinar las reglas a que debe
ajustarse el ejercicio del dominio, estableciendo un modo limitado y menos libre de ejercer la
propiedad sobre la cosa” (considerando 22°25). Por tanto, la privación supone “el cercenamiento
de un derecho afectando la esencia de la misma y sus atributos que la identifican” (sentencia
del TC rol 2299, considerando 8°).

22
En el mismo sentido, sentencias roles 1986 considerandos 41° y 42°; 1992, considerandos 41° y 42°; 1993,
considerandos 41° y 42°, y 3063, considerando 42°.
23
Esta afirmación del TC resulta cuestionable, porque, como señala expresamente el inciso 2° del numeral 24 del
art. 19 de la Constitución, la función social “comprende cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la
seguridad nacional, la utilidad y la salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental”.
24
Por tal razón en ambas causas el Tribunal entendió que la imposición a los propietarios colindantes a playas de
la obligación “de otorgar gratuitamente una vía de acceso a éstas, constituye una limitación al dominio de dichos
propietarios y no una privación total de éste o una imposibilidad absoluta del ejercicio de las facultades esenciales
de uso, goce” (considerando 23° en ambas sentencias). En el mismo sentido, sentencia rol 1215, considerando 19°.
25
En este mismo sentido sentencias roles 1295, considerando 93°; 1863, considerando 37°; 1669, considerando
90°; 1986, considerando, 1991, 1992, considerando VII; 1993, considerando VIII; 3086, considerando 19°.
2. NO ES LO MISMO REGULAR QUE LIMITAR LA PROPIEDAD.

A pesar de lo señalado en el punto anterior, el Tribunal Constitucional ha precisado


también que no es lo mismo regular que limitar. Así, “el acto regulatorio tendrá por función
determinar las reglas a que debe ajustarse el ejercicio del dominio, estableciendo un modo
limitado y menos libre de ejercer la propiedad sobre la cosa” (sentencias del TC roles 505 y
506, considerando 22°). A su vez, “el acto regulatorio difiere de una limitación en su contenido
y alcance. El primero es aquel que tiene por objeto determinar las reglas conforme a las cuales
se debe usar, gozar y/o disponer de la propiedad, orientadas precisamente a resguardar su
ejercicio efectivo e impedir que se emplee contra la ley o contra derecho ajeno”. Por su parte,
el “objeto de la limitación, en cambio, consiste en restringir, acortar o ceñir, reduciendo a
menores límites, la extensión donde puede ejercerse el derecho, pero dejando plenamente
vigentes sus facultades esenciales”, según precisa la jurisprudencia (sentencias del TC roles
Nos. 29, 185, 245, 246, entre otros) y la doctrina26.

En este sentido, un ejemplo de regulación es el contemplado en la Ley N° 19.940, que


“Regula sistemas de transporte de energía eléctrica, establece un nuevo régimen de tarifas para
sistemas eléctricos medianos e introduce las adecuaciones que indica a la ley general de
servicios eléctricos”, cuyo art. 3 transitorio fue objeto de análisis por parte del TC en las ya
mencionadas causas roles 505 y 506. La norma contemplaba un sistema de recaudación y pago
por el uso de instalaciones de transmisión troncal eléctrica. Se trata precisamente de un caso de
regulación, en el que el Tribunal sostuvo que “si la magnitud de la alteración [del precio] fuese
de tal naturaleza que impidiera la razón de ser del contrato, entonces la titular podría (...)
sostener que se le ha privado de propiedad. (...) la razón de ser de un contrato es su utilidad
económica. La razón por la cual se contrata en los mercados es el lucro. Si la regulación estatal
sobre un precio privara a una parte de lucrar, entonces esa parte podría sostener que se le ha
privado de la esencia de su propiedad, pues en ella ha desaparecido su esencia o razón de ser,
uno de sus atributos esenciales, como es su legítima expectativa de beneficio económico o
lucro” (considerando 26°). A su vez, un ejemplo de limitación del derecho de propiedad es la
obligación de los propietarios colindantes con las playas de otorgar gratuitamente una vía de
acceso a éstas, que conforme a lo señalado por el TC en sus sentencias roles 245 y 246
“constituye una limitación al dominio de dichos propietarios y no una privación total de éste o
una imposibilidad absoluta del ejercicio de las facultades esenciales de uso, goce”
(considerando 23°)27.

3. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD CONSTITUYE UN LÍMITE IMPLÍCITO DEL DERECHO


DE PROPIEDAD QUE DEBE SER CONCRETADO POR EL LEGISLADOR.

Como se señala en la doctrina, los derechos y libertades tienen límites porque tienen un
contenido, y esto permite distinguirlos a unos de otros, y diferenciarlos de otras instituciones
jurídicas o de simples situaciones fácticas28. Y como se comprenderá, en este aspecto el derecho

26
SOTO KLOSS, Eduardo. Derecho Administrativo. Bases Fundamentales. Tomo II. Santiago: Editorial Jurídica
de Chile, 1996. p. 91-95. Ver sentencia rol 2684, considerando 25°.
27
En un sentido similar, sentencia rol 1141, considerandos 21° y 22°, y 1215, considerando 19°.
28
Como señala Pereira Menaut, los derechos no son ilimitados, porque eso “no sería natural ni posible, ni fue ésa
la intención de los iniciadores del constitucionalismo, ni sería compatible con el sentido común”, en PEREIRA
MENAUT, Antonio Carlos. Lecciones de Teoría constitucional y otros escritos. Santiago de Compostela:
Andavira, 2016. p. 438. Acerca de los límites de los derechos ver también HÄBERLE, Peter. La garantía del
contenido esencial de los derechos fundamentales. Madrid: Dykinson, 2003. p. 52; y sobre los derechos, sus
límites y los problemas derivados de considerarlos ilimitados ver también ARNOLD, Rainer; MARTÍNEZ
de propiedad no es una excepción. A este respecto el TC ha hecho una interesante apreciación,
al entender que la función social de la propiedad es parte del contenido implícito de este
derecho. En efecto, “la función social se desarrolla como límite interno del derecho de
propiedad”, en tanto que la expropiación opera como “un límite externo en cuanto al
fundamento de la utilidad pública”29 (sentencia del TC rol 2759, considerando 10°). Más aún,
“si la función social no fuera límite interno sería un ejercicio de oposición entre los intereses
individuales y los colectivos, transformando la función social de la propiedad en una institución
que opera por fuera del derecho de propiedad, en circunstancia que la propiedad es función
social” (ibíd.). Y en la sentencia rol N° 2299, el Tribunal reiteró que la función social es un
límite inmanente al derecho de propiedad, y que debe ser concretado por el legislador, lo que
“implica reducir o constreñir algunas de las posibilidades de actuación individual del
propietario” (considerando 8°).

4. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD PERMITE LA LIMITACIÓN DE TODAS LAS CLASES Y


ESPECIES DE PROPIEDAD, INCLUIDA LA PROPIEDAD SOBRE BIENES INCORPORALES.

En los fallos de los roles 505 y 506, el TC advirtió que la autorización que la
Constitución da al legislador para imponer limitaciones y obligaciones a la propiedad “se aplica,
prima facie, a todas las clases y especies de propiedad, incluyendo la propiedad sobre bienes
incorporales, sin excluir los que nacen de los contratos, pues el propio constituyente no ha hecho
distinción alguna y ha permitido que el legislador regule y limite todas las especies de
propiedad”. Más aún, en opinión del Tribunal nada hay “en la naturaleza del derecho de
propiedad sobre bienes incorporales que impida limitarlos en razón de la función social de la
propiedad” (considerando 17° en ambas sentencias), y afirma además que la Constitución
permite sostener que la propiedad sobre bienes incorporales que nacen de un contrato puede
cumplir una función social, porque “los derechos de propiedad sobre cosas incorporales que
nacen de contratos entre privados no están inmunes a ser limitados o regulados, en conformidad
a la Constitución (considerando 18° en ambas sentencias)”.

En consonancia con lo anterior, el TC ha señalado también que “la Constitución no


impide que se impongan limitaciones a la concesión de la propiedad minera y, en la especie,
ellas ya se encuentran incorporadas a la legislación, entre ellas, la que regula el medio ambiente”
(sentencia del TC rol 309, considerando 73°). Asimismo, resulta interesante considerar la idea
de que el interés público es el que justifica que se otorgue una concesión minera de exploración
o de explotación (sentencia del TC rol 2678, considerando 13°). En tal sentido, “en el ámbito
reservado a la regulación legal de las concesiones mineras la Constitución impone, de modo
directo, una obligación que recae sobre el titular de la concesión. Ella consiste en el deber del
dueño de ‘desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público que justifica su
otorgamiento’ (inciso séptimo del número 24 del artículo 19 constitucional). Esta obligación
contiene un deber que puede denominarse material (que consiste en desarrollar una actividad)
y un objetivo y estándar de cumplimiento de la misma (que es ‘satisfacer el interés público que
justifica su otorgamiento’)” (sentencia del TC rol 2678, considerando 13°). Así, el
concesionario minero de explotación es titular de la propiedad sobre la concesión, y “sobre ella,
como un estatuto jurídico unitario, decide con las facultades de todo propietario. Pero “las

ESTAY, José Ignacio; ZÚÑIGA URBINA, Francisco. El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del
Tribunal Constitucional. Estudios Constitucionales, Talca, v. 10, n. 1, p. 65-116. 2012. p. 82-85.
29
A este respecto el Tribunal agrega que en la expropiación sucede todo lo contrario, “en donde la Administración
del Estado aplica un interés público, sea que se llame utilidad pública o interés nacional, y ejerce una potestad
externa que priva del bien a un particular. Todo ese ejercicio se desarrolla como límite exterior al derecho y no
como delimitación del mismo” (sentencia rol 2759, considerando 10°).
facultades y derechos que ella confiere se ejercen –usan y gozan- de acuerdo con lo establecido
por la ley minera” (sentencia del TC rol 2678, considerando 32°).

5. EN PRINCIPIO, LA REGULACIÓN O LIMITACIÓN DE LA PROPIEDAD NO GENERA OBLIGACIÓN


DE INDEMNIZAR.

Como se señaló precedentemente, no es lo mismo privar de la propiedad que regularla


o limitarla, y así lo ha entendido el TC. Como consecuencia de lo anterior, la imposición de
limitaciones y la regulación de este derecho no conlleva en principio un deber del Estado de
indemnizar. En efecto, y como lo señala el TC en su sentencia rol 2299, la función social de la
propiedad implica que el legislador puede “reducir algunas de las posibilidades de actuación
individual del propietario, pero en cuanto limitación u obligación que es consustancial a su
derecho de propiedad, no genera indemnización, puesto que, teóricamente, no hay daño que
lamentar” (considerando 8°)30. Así sucede por ejemplo con la obligación de los propietarios de
predios colindantes a playas, que tienen el deber de otorgar gratuitamente una vía de acceso a
éstas, según señaló el TC en las sentencias roles 245, 246 y 1141. En efecto, aquella obligación
es una limitación al dominio que, en opinión del Tribunal, ni priva ni impide absolutamente el
ejercicio de este derecho.

No obstante, el legislador puede establecer excepciones, y por ende contemplar el pago


de indemnizaciones en caso de limitaciones. Es el caso de la servidumbre minera, lo que es
posible por “la convocatoria o remisión que la Constitución hace a la ley al momento de
establecer las servidumbres mineras. Es el legislador el que debe establecer ‘las obligaciones y
limitaciones’ para ‘facilitar la exploración, la explotación y el beneficio de dichas minas’. El
legislador consideró que, a pesar de la naturaleza de la limitación al dominio, debía existir
indemnización. Sin esa remisión expresa efectuada por el constituyente, el legislador habría
excedido lo que corresponde a una limitación a la propiedad, por esencia no indemnizable”
(sentencia del TC rol 1284, considerando 21°)

6. LAS LIMITACIONES Y OBLIGACIONES IMPUESTAS A LA PROPIEDAD EN VIRTUD DE SU


FUNCIÓN SOCIAL, DEBEN AJUSTARSE A LOS PRINCIPIOS DE RAZONABILIDAD Y DE
PROPORCIONALIDAD.

Los principios de razonabilidad y de proporcionalidad son criterios de enorme


importancia en la determinación de la licitud o ilicitud de una actuación estatal31, lo que incluye
obviamente a aquellas que dicen relación con la imposición de limitaciones y obligaciones a la
propiedad. En este último sentido, en su sentencia rol 2643 (considerandos 64° y ss.), el TC ha
aplicado el principio de proporcionalidad en el examen de los artículos 62 y 160 de la Ley
30
En este mismo sentido, sentencia rol 2759, considerando 10°.
31
Sobre ambos principios ver, entre otros, MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio y ZÚÑIGA URBINA, Francisco.
El principio de razonabilidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Estudios Constitucionales, Talca,
v. 9, n. 1, p. 199-226. 2011; ARNOLD, Rainer, MARTÍNEZ ESTAY, José Ignacio; ZÚÑIGA URBINA,
Francisco. El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Estudios
Constitucionales, Talca, v. 10, n. 1, p. 65-116. 2012. Sobre proporcionalidad ver también COVARRUBIAS
CUEVAS, Ignacio. La desproporción del test de proporcionalidad: aspectos problemáticos en su formulación y
aplicación. Revista Chilena de Derecho, Santiago, v. 39, n. 2, p. 447-480. 2012. Del mismo autor
COVARRUBIAS CUEVAS, Ignacio. ¿Emplea el Tribunal Constitucional el test de proporcionalidad?” (128
sentencias del Tribunal Constitucional en la perspectiva de la jurisprudencia constitucional alemana, de la Cámara
de los Lores y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos). Estudios Constitucionales, Talca, v. 12, n. 1, p.
163-237. 2014; y también COVARRUBIAS CUEVAS, Ignacio. El Principio de Proporcionalidad en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional Federal alemán: más allá de Alexy. Ius et Praxis, Talca, v. 24, n. 3,
477-524. 2018.
General de Urbanismo y Construcciones, que contemplan la posibilidad de que en determinados
supuestos se pueda trasladar industrias, sin mediar indemnización. En este caso el Tribunal
aplicó el test de proporcionalidad, a fin de medir la necesidad, la idoneidad y la
proporcionalidad de las medidas contempladas en las normas. Después de avalar la necesidad
(considerandos 65° y 66°) y la idoneidad (considerandos 67° al 77°) de los preceptos, el
Tribunal aplicó el test de proporcionalidad en sentido estricto (considerandos 78° al 84°), con
el objeto de determinar “si el menoscabo o limitación impuesto al ejercicio del derecho tiene
armonía con el beneficio que se obtiene en el logro del fin lícito que se persigue (STC 1182, c.
21º, también SSTC 1193, 1201, 1541)”, lo que implica considerar que “la proporcionalidad del
medio empleado para lograr la consecución del interés público legítimo exige evitar daños
innecesarios (STC 1141/2009, c. 19º)” (considerando 78°). El TC consideró que ambos
artículos se ajustan a dichos parámetros, y, por ende, no son contrarios a la Constitución.

Otro ejemplo de cómo el principio de proporcionalidad puede ayudar a determinar si


una limitación del derecho de propiedad es o no acorde a la Constitución, está contenido en la
sentencia rol 1215, en la que el TC aplicó además el principio de razonabilidad. En esta
inaplicabilidad el Tribunal debió pronunciarse acerca de la constitucionalidad de la aplicación
del art. 13 del D.L. 1.969 de 1977, cuyo inciso 1° dispone que “los propietarios de terrenos
colindantes con playas de mar, ríos o lagos deberán facilitar gratuitamente el acceso a éstos,
para fines turísticos y de pesca, cuando no existan otras vías o caminos públicos al efecto”. Su
inciso segundo señala que “la fijación de las correspondientes vías de acceso la efectuará el
Intendente Regional, a través de la Dirección, previa audiencia de los propietarios, arrendatarios
o tenedores de los terrenos y, si no se produjere acuerdo o aquéllos no asistieren a la audiencia,
el Intendente Regional las determinará prudencialmente, evitando causar daños innecesarios a
los afectados. De esta determinación podrá reclamarse a los Tribunales Ordinarios de Justicia
dentro del plazo de 10 días contados desde la notificación de la resolución de la Dirección, los
que resolverán con la sola audiencia del Intendente y de los afectados”.

El TC señaló a este respecto que resulta razonable que la ley haya considerado el acceso
terrestre como sea la vía más adecuada para acceder a bienes nacionales de uso público como
las playas (considerando 24°). Por eso consideró que la obligación de los propietarios de predios
colindantes de facilitar el acceso a las playas “para fines turísticos y de pesca, cuando no existan
otras vías o caminos públicos al efecto, constituye no sólo un medio idóneo para garantizar el
acceso y con ello el efectivo uso público de los bienes nacionales de esa naturaleza, sino que
puede afirmarse que es un medio necesario del que se vale el legislador para que un bien
nacional sea efectivamente de uso público” (considerando 25°). Asimismo, agregó que también
era razonable que el Intendente fijase las vías de acceso a las playas, con las limitaciones
contempladas en la ley, porque “si una autoridad administrativa no tuviera la facultad que al
Intendente confiere la norma impugnada, quedarían obligados los particulares a accionar
judicialmente para exigirla, lo que impondría un alto costo para su disfrute, mismo que
probablemente se haría ilusorio, toda vez que el interés de los usuarios podría no tener la
intensidad y permanencia suficiente para compensar los costos de accionar judicialmente. No
resulta irracional entonces que la ley haya permitido a una autoridad, como son los Intendentes
Regionales, imponer y precisar una obligación establecida en razón del interés público”
(considerando 26°).

El TC afirmó también que la medida que contemplaba la ley resultaba necesaria “para
alcanzar un propósito constitucionalmente legítimo, que queda comprendido en la función
social de la propiedad, pues está establecido por el legislador como un medio idóneo de alcanzar
un propósito constitucional, determinado en razón de la utilidad pública de ciertos bienes y del
interés general” (considerando 28°). Y, por último, agregó que a su juicio “el medio empleado
por el legislador es proporcionado, pues no impone al dueño sino la obligación de permitir el
acceso, indispensable -como ya se vio- para el goce público del respectivo bien nacional. La
proporcionalidad del medio empleado aparece de manifiesto en cuanto la disposición establece
la obligación en el solo caso de que no existan otras vías públicas de acceso, para los solos fines
turísticos y de pesca, y por cuanto el inciso segundo exige al Intendente Regional fijar con
prudencia las correspondientes vías de acceso, con audiencia del propietario, arrendatarios o
tenedores respectivos y evitando causar daños innecesarios a los afectados. El control de cada
una de estas condiciones y limitaciones no queda entregado a la sola determinación de la
autoridad regional, desde que ésta puede ser reclamada ante los Tribunales Ordinarios de
Justicia. En el caso sub lite, el cumplimiento de esas condiciones y la licitud de la determinación
administrativa misma se encuentran precisamente sometidos al control y revisión del juez”
(considerando 28°).

7. UNA REGULACIÓN O LIMITACIÓN EXCESIVA DE LAS FACULTADES O ATRIBUTOS


ESENCIALES DEL DERECHO DE PROPIEDAD IMPLICA UNA “REGULACIÓN EXPROPIATORIA”, MÁS
PRECISAMENTE, UNA INFRACCIÓN DE SU CONTENIDO ESENCIAL.

El concepto “regulación expropiatoria” tiene su origen en el derecho norteamericano,


en concreto, en la jurisprudencia de la Corte Suprema de Estados Unidos32. Se trata de una
expresión discutible, porque, como señala Delaveau, “una regulación válida ejercida en virtud
del poder de policía no es una expropiación”, y, a su vez, “una regulación inválida no puede ser
catalogada de expropiación”33. No obstante, nuestro TC ha acogido dicha expresión en algunas
de sus sentencias, como la del rol 334, en la que advirtió que “no sólo se produce privación del
dominio cuando se despoja a su dueño totalmente de él o de uno de sus atributos o facultades
esenciales, sino, también, cuando ello se hace parcialmente o mediante el empleo de
regulaciones que le impidan libremente ejercer su derecho o uno de sus atributos mencionados”
(considerando 19°).

Más tarde, en la sentencia rol 505, el TC denominó “regulación expropiatoria” a esta


clase de regulaciones o limitaciones excesivas, que sobrepasan los límites del derecho de
propiedad. Sostuvo que “si el acto de regulación o de limitación afecta en una magnitud
significativa las facultades o atributos esenciales del propietario, éste puede argumentar que se
le ha privado del dominio, pues ya no puede hacer las cosas esenciales que éste conllevaba. Se
trata de lo que el derecho comparado ha denominado desde hace casi un siglo “regulaciones
expropiatorias”, es decir, acciones que se asimilan a la privación de la propiedad o de cualquiera
“de sus atributos o facultades esenciales” (considerando 22°). Ahora bien, la determinación de
si existe o no “regulación expropiatoria” depende de la magnitud de dicha regulación, y por eso
el “carácter esencial de lo privado en virtud de la regulación es un parámetro siempre útil para
hacer la distinción y debe utilizarse aunque se determine que, prima facie, se trata de una
regulación” (considerando 23°). Así, en materia contractual no es lo mismo “que algo sea un
elemento esencial de un contrato a que su alteración haga irreconocible ese contrato y distinto
también a privar del derecho de propiedad o de alguno de sus atributos o facultades esenciales”
(considerando 23°). Por eso, una simple alteración en el precio de un contrato no implica

32
Sobre el origen y desarrollo de este concepto en el derecho norteamericano ver DELAVEAU SWETT, Rodrigo.
La regulación expropiatoria en la jurisprudencia norteamericana. Revista Chilena de Derecho, Santiago, v. 33,
n. 3, p. 411-438. 2006; MATUTE, Claudio. Expropiaciones regulatorias: aplicabilidad al caso chileno. Santiago:
Thomson Reuters, 2020. p. 73-100.
33
DELAVEAU SWETT, Rodrigo. La regulación expropiatoria en la jurisprudencia norteamericana. Revista
Chilena de Derecho, Santiago, v. 33, n. 3, p. 411-438. 2006. p. 413.
necesariamente privación del derecho de propiedad, pero “si la magnitud de la alteración fuese
de tal naturaleza que impidiera la razón de ser del contrato, entonces la titular podría
efectivamente sostener que se le ha privado de propiedad” (considerando 26°)34.

Pero como se desprende de lo señalado precedentemente, las regulaciones del derecho


de propiedad cuya intensidad resulta desmedida constituyen en verdad una infracción al
contenido esencial de éste, lo que es consecuencia de una intervención desmedida en el mismo.
Este parece ser el lenguaje técnico más acorde a nuestro sistema constitucional, y por eso mismo
no parece conveniente hablar de “expropiación regulatoria”, expresión que, como se dijo antes,
resulta además contradictoria. En cualquier caso, el TC ha sostenido que el contenido esencial
del derecho de propiedad está compuesto por los atributos esenciales del dominio, es decir, el
uso, el goce y la disposición (sentencia del TC rol 1141, considerando 9°), y por la función
social de la propiedad (sentencias del TC roles 1986 y 1991, considerando 43°)35.

En resumen, y como con claridad lo expresa Covarrubias, “las regulaciones al derecho de


propiedad, incluso aquellas fundadas en su función social, pueden ser inconstitucionales por
afectar el contenido esencial del derecho y, asimismo, por su magnitud, que hace equiparable
los efectos de la normativa a los de una privación. En uno y otro caso, la regla legal afectaría el
contenido esencial del derecho, sin perjuicio de que en la segunda hipótesis vulneraría,
asimismo, el mismo derecho de propiedad en cuanto a no ser privado de la propiedad o de sus
atributos o facultades esenciales”36. Ahora bien, es importante tener presente que la afectación
del contenido esencial del derecho de propiedad puede deberse no sólo a una regulación o
limitación que conlleve una privación total de éste, sino que también a una privación parcial.
En efecto, como según sostuvo el TC en sus sentencias roles 245 y 246, “una privación parcial
del uso y goce al ejercicio del derecho de dominio…hace ilusorio estos atributos del dominio”,
y por eso el daño que aquello implica “debe ser indemnizado” (considerando 34°).

8. LA LEY PUEDE LIMITAR UNA ACTIVIDAD ECONÓMICA, Y CON ELLO EL DERECHO DE


PROPIEDAD, TRANSFORMÁNDOLA EN UN SERVICIO DE UTILIDAD PÚBLICA.

El TC ha sostenido que si una actividad económica produce un servicio esencial para la


población, los derechos emanados de las relaciones contractuales relacionadas con aquella
actividad están afectos a la función social (sentencias del TC roles 505 y 506, considerando
34°37). Tal sería el caso de un contrato de transmisión de electricidad que, por razones de
utilidad pública, puede verse afectado por la decisión del legislador de disponer para el futuro
“un nuevo sistema de precios a fin de disminuir riesgos de daños a la población que apreció
como severos, en caso de mantenerse el sistema hasta entonces vigente y que sirvió a las partes
para fijar sus precios contractuales. Ello justifica limitaciones y regulaciones a la propiedad
que, en caso alguno, podrían tolerarse en otra clase de relaciones entre particulares” (sentencias
del TC roles 505 y 506, considerando 34°)38.

34
En el mismo sentido de las sentencias roles 334 y 505, sentencias roles 1141, considerando 18°, 2751 y 2769
considerando 3°.
35
En un sentido similar, considerando 10° del voto de rechazo en la sentencia rol 2299.
36
COVARRUBIAS CUEVAS, Ignacio. Hacia las regulaciones compensables al derecho de propiedad: evaluación
a la jurisprudencia del tribunal constitucional chileno. Actualidad Jurídica, Santiago, v. 36, n. 1, p. 55-96. 2017.
p. 63.
37
En un sentido similar, ver por ejemplo sentencias roles 2487, considerando 53°; 2731, considerando 38°.
38
El criterio de que una actividad económica pueda ser limitada en atención a que cumple una función pública ha
sido reiterado también, por ejemplo, en las sentencias roles 2541, considerando 46°; 11230, considerando 44°;
11683, considerando 44°.
IV. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE
CHILE

A diferencia de lo que ocurre en el TC, la función social de la propiedad no es un asunto


de discusión frecuente en la Corte Suprema. Incluso, cuando se le invoca, ella no suele ser
discutida en profundidad por el máximo tribunal del Poder Judicial, en una suerte de deferencia
hacia el TC. Así, en el contexto nacional, su desarrollo conceptual ha sido principalmente
asumido por el TC, tal como hemos revisado anteriormente. Sin perjuicio de lo anterior, lo
cierto es que la Corte Suprema (en adelante CS) también ha fijado criterios respecto de la
función social y su aplicación, algunos de los cuales coinciden con los del TC. Luego de la
reforma de 2005 que radicó el recurso de inaplicabilidad en este órgano, en la mayoría de los
casos, la función social de la propiedad ha sido ventilada ante la CS vía recurso de casación en
el fondo, a propósito de conflictos relacionados con la expropiación y la indemnización de
perjuicios, la responsabilidad del Estado, la planificación territorial, y la conservación del
patrimonio ambiental, entre otros.

En las sentencias revisadas en este estudio, se aprecia de forma general que la Corte
usualmente recurre a la función social para validar la actuación o pretensión del Estado, y con
ello limitar alguna de las facultades esenciales del dominio privado. Dicho de otro modo,
prácticamente no hemos hallado sentencias relevantes en que la Corte Suprema argumente en
contra de la procedencia de la función social en un caso concreto. Como excepción a esta
tendencia encontramos el conocido caso de Inmobiliaria Maullín con el Fisco de Chile, pero es
importante recordar que la Corte lo conoció vía recurso de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad en el año 2002, previo a la reforma comentada en el párrafo anterior.

1. EN PRINCIPIO, LA REGULACIÓN O LIMITACIÓN DE LA PROPIEDAD NO GENERA OBLIGACIÓN


DE INDEMNIZAR.

Al igual que el TC, la CS ha diferenciado claramente la privación total del dominio de


su limitación o regulación. En este sentido, ninguna limitación u obligación impuesta por la ley
a la propiedad privada produce para el afectado derecho a indemnización, tal como se ha
reconocido en los casos Esquerre Hermanos Ltda. con Municipalidad de Concepción39,
Bodegas San Francisco Limitada con Fisco de Chile40, Sociedad Urbanizadora Reñaca
Concon S.A. y otro con Fisco De Chile41, entre muchos otros. Para estos efectos, entenderemos
la expresión “limitar” como la imposición de determinadas cargas que dificultan el goce normal
del derecho de propiedad42. Caso distinto es el de la privación mediante expropiación, dado que
en este supuesto pesa sobre el Estado la obligación de indemnizar el daño patrimonial
efectivamente causado, al tenor de lo dispuesto en el artículo 19 N°24, inciso 3° de la
Constitución chilena.

En este contexto, el problema jurídico más frecuente consiste en discernir en un caso


concreto si una limitación ha revestido tal intensidad que deviene en privación, porque sus
alcances afectan al contenido esencial del derecho de propiedad. En el caso Inmobiliaria
Maullín con Fisco de Chile43, la CS señaló que la privación implica reducir gravemente el
derecho de uso, de goce, o de disposición; restringir alguno de ellos con medidas de tal

39
Rol N°4043-2013, sentencia de 30 de diciembre de 2013.
40
Rol N°8324-2015, sentencia de 14 de junio de 2016.
41
Rol N°17.188-2022, sentencia de 29 noviembre 2023.
42
Rol N°9924-2010, considerando Quinto, sentencia de 20 de noviembre de 2012.
43
Rol N°4309-2002, sentencia de 18 de junio de 2004.
envergadura que el dueño pase a ser un dependiente de la autoridad; o privar de la capacidad
de administrar. En consecuencia, toda restricción al dominio que se funde adecuadamente en la
función social y cuyos efectos no traigan aparejada la pérdida de la propiedad, sea en términos
formales o materiales, no genera la obligación de indemnizar por parte del Estado.

La razón de aquello es que la vida en sociedad implica que los ciudadanos deben
soportar determinadas cargas que se imponen en aras del bien común, incluso si ellas reportan
algún tipo de perjuicio. Según la CS, esto convierte a la obligación de indemnizar en algo
marcadamente excepcional dentro de nuestro ordenamiento jurídico, de tal manera que siempre
que esta procede el constituyente y legislador así lo han dispuesto expresamente, como en el
caso de la expropiación.

Asimismo, y a propósito de la gratuidad que importan los gravámenes impuestos en virtud de


la función social, en la CS también se ha discutido sobre la responsabilidad extracontractual del
Estado en esta materia. Por ejemplo, en las sentencias de los casos Esquerre Hermanos Ltda.
con Municipalidad de Concepción y Bodegas San Francisco Limitada con Fisco de Chile, se
demandó la indemnización de perjuicios sin cuestionar en absoluto la legitimidad de la medida
estatal, ni su procedencia en virtud de la función social. En ambos casos, lo que motivaba los
libelos era solamente el daño sufrido producto de la actividad estatal. Sin embargo, la CS no
sólo sostuvo que las limitaciones se encuadraron dentro de la función social, sino que además
mantuvo firme un criterio que se asentó en nuestra jurisprudencia desde comienzos de siglo: la
falta de servicio como régimen general de responsabilidad del Estado. Es decir, no cabe
indemnización por las legítimas regulaciones o limitaciones de la propiedad adoptadas por el
legislador y ejecutadas por la Administración. Por tanto, la responsabilidad pública surge sólo
cuando la acción de los órganos del Estado excede la Constitución o la ley.

A mayor abundamiento, en el caso Universidad de Magallanes con Servicio Agrícola y


Ganadero, la CS insistió en que en nuestro sistema jurídico la falta de servicio constituye un
criterio general de imputación. En concreto, sostuvo que “es conveniente señalar, una vez más,
que el sistema chileno de responsabilidad del Estado se construye sobre la base de la noción de
falta de servicio y no sobre la idea de responsabilidad objetiva y que, contrariamente a lo
sostenido por algunos autores locales, dicha institución se encuentra plenamente vigente y sigue
siendo el fundamento de la responsabilidad del Estado en el país de donde se tomó para
introducirla en Chile en la Ley de Bases Generales de la Administración del Estado (…), como
se aprecia, en el periodo moderno no aparece para nada obsoleto el concepto de falta de servicio
y, por el contrario, continua siendo, al igual que en Chile, la regla general en materia de
responsabilidad del Estado, el ‘droit commun’ como se señala en Francia”44.

Lo expuesto en este acápite nos lleva a concluir lo siguiente: si no ha existido falta de


servicio, sólo resultan indemnizables las cargas o limitaciones impuestas por la autoridad fuera
de las hipótesis que integran la función social de la propiedad. Esto porque, si bien la CS ha
desechado la teoría de la responsabilidad objetiva del Estado, suele ser enfática en señalar que
las únicas limitaciones constitucionalmente admisibles en nuestro medio son aquellas que
encuentran su asidero exclusivamente en dicha función social, tal como veremos a
continuación.

2. LA FUNCIÓN SOCIAL ES EL ÚNICO CRITERIO VÁLIDO PARA LIMITAR LA PROPIEDAD.

44
Rol N°8079-2010, sentencia de 8 de abril de 2013, considerando 12°.
Según la CS, la Constitución restringe el ámbito en que la ley puede imponer
limitaciones u obligaciones al dominio, las que sólo proceden para resguardar los intereses
generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la salubridad públicas y la
conservación del patrimonio ambiental. En este sentido, haciendo eco de las palabras de Evans
de la Cuadra, en Inmobiliaria Maullín con Fisco la CS afirma que las únicas limitaciones,
obligaciones o cargas que puede imponer la autoridad son aquellas que se encuentran
comprendidas “en las muy determinadas expresiones de la función social del dominio”45. Así,
cualquier otro bien jurídico, por importante o valioso que sea (como la difusión de la propiedad,
el interés puramente patrimonial del Estado, el interés social, el interés de ahorrantes, de
afiliados provisionales, entre otros), no tiene el mérito constitucional suficiente para limitar de
manera legítima la propiedad. Se puede obtener una conclusión similar al detenerse en el interés
del constituyente por definir clara y taxativamente los conceptos que conforman la función
social según el artículo 19 N°24 inciso 2°.

Respecto de la taxatividad de las causales señaladas en la Constitución (intereses


generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la salubridad públicas y la
conservación del patrimonio ambiental), es importante destacar que no basta la mención
genérica a la función social para imponer alguna carga o restricción a la propiedad. Recordemos
que, según consta en las actas oficiales de la Comisión de Estudios para la Nueva Constitución
(en adelante, CENC), la función social no se estableció como una categoría autónoma respecto
de las demás, sino que estas últimas son, en realidad, la expresión o manifestación de la
primera46. Para ser más claros: dichas categorías deben ser entendidas como factores
definitorios, integrantes, taxativos y exhaustivos de la concepción constitucional de la función
social de la propiedad. Por consiguiente, la obligación que siempre pesará sobre el Estado a la
hora de formular cualquier restricción a la propiedad será la de justificar o enmarcar —de
manera precisa— dicho límite en alguna de las categorías específicas que enumera el
constituyente.

Atendida su amplitud, deviene especialmente relevante el análisis del interés general de


la Nación como categoría que justifica la limitación de la propiedad. Este concepto no debe ser
comprendido como una categoría por defecto donde encuentran fundamento todas las
restricciones a la propiedad que el legislador desee imponer, dado que tal instrumentalización
terminaría por desdibujar su utilidad práctica y correcto entendimiento. Como expresa la CS en
el caso Inmobiliaria Maullín con Fisco de Chile, “los intereses generales de la Nación expresan
un bien jurídico que se relaciona directamente con la Nación toda, entera, y jamás, por
importante que sea, con un sector de ella, y que se relaciona, básicamente, con el beneficio
superior de la sociedad política globalmente considerada, como un todo, sin referencia alguna
a categorías o grupos sociales, económicos o de cualquier otro orden”47.

Por tanto, si en aras del bien común se exigirá a los particulares soportar gratuitamente
las limitaciones impuestas por la autoridad sobre su propiedad, es al menos deseable que el
Estado, por una parte, justifique clara y exhaustivamente cómo la medida gravosa realiza alguno
de los bienes jurídicos dispuestos en el inciso segundo del numeral 24 del artículo 19 de la
Constitución chilena, y que, por otra parte, no utilice los intereses generales de la Nación como
quien se refiere a los intereses generales del Estado, otorgándole el mismo alcance.

45
Rol N°4309-2002, sentencia de 18 de junio de 2004, considerando 6°.
46
Para revisar esta discusión, véase la Sesión 162, celebrada el 30 de octubre de 1975, disponible en Biblioteca
del Congreso Nacional de Chile. S/A. Actas oficiales de la Comisión de Estudios para la Nueva Constitución,
Tomo V.
47
Rol N°4309-2002, sentencia de 18 de junio de 2004, considerando 6°.
3. LA PLANIFICACIÓN URBANA Y LA ORDENACIÓN TERRITORIAL SE ENCUENTRAN
AMPARADAS POR LA FUNCIÓN SOCIAL.

En distintos casos sobre declaración de utilidad pública y expropiación, la CS ha


sostenido que estos son gravámenes y actos que el particular está obligado a soportar en virtud
de la función social de la propiedad. Así, la cláusula de estilo es la que sigue: “Las declaratorias
de utilidad pública constituye una herramienta relacionada con el ordenamiento territorial y la
planificación urbana, siendo una concreción de la función social de la propiedad, toda vez que
a través de aquella se crean condiciones que contribuyen al bienestar general de la comunidad”.
Esta argumentación se ha utilizado, al menos, con dos propósitos distintos. En el caso Zapata
Rivas Sonia y otras con Servicio de Vivienda y Urbanización VI Región48, la CS excluyó todos
los daños extrapatrimoniales de la indemnización por expropiación (como la “pérdida de
calidad de vida”), debido a que la indemnización contemplada en el artículo 19 N°24 de la
Constitución chilena no incorpora otros daños que los estrictamente materiales causados al
momento de la expropiación. En otras palabras, la función social de la propiedad ampara, según
la CS, todos los daños y perjuicios que pudieran producirse con motivo de la expropiación,
mientras estos no se refieran al daño patrimonial efectivamente causado al expropiado49.

Por otra parte, en el caso Inmobiliaria del Valle Ltda. con Flores Osorio Alejandro50, la
CS decidió que el particular afectado por la declaración de utilidad pública de un terreno de su
propiedad, tenía la obligación de llevar adelante los trabajos y cargas que la ley demanda, tales
como la urbanizar y ceder gratuitamente al Estado la vía pública y áreas verdes que le eran
exigibles, además de confeccionar un estudio de impacto urbano en la zona afecta. Todo esto a
pesar de que el particular contaba con sendos certificados de subdivisión y de informaciones
previas, emitidos erróneamente la municipalidad respectiva, donde no se incluyó la afectación
de utilidad pública a la que estaba sujeto el predio. Y el motivo de la decisión es el mismo que
ya citamos: la categorización territorial es una manifestación de la función social. En definitiva,
el razonamiento de la Corte es que los actos de la autoridad administrativa no pueden servir de
excusa para desconocer las obligaciones legales, toda vez que el respeto del orden urbanístico
emana de la función social de la propiedad.

No obstante, sostener que la planificación territorial es una manifestación de la función


social porque ella “contribuye al bienestar general de la comunidad” parece una justificación
vaga e insuficiente. Prácticamente cualquier medida estatal cumple con este requisito, lo que
no quiere decir que todas ellas sean expresión de la función social de la propiedad. Con esto no
queremos decir que la ordenación urbana o territorial se encuentran fuera del ámbito protegido
por la función social, sino simplemente que es deseable una argumentación más precisa. En
esta línea, puede ser útil mantener a la vista las palabras de Escribano Collado, quien elabora
una línea argumentativa a partir de las sentencias del Tribunal Supremo de España sobre
planificación urbana: “La función social de la propiedad privada urbana parte de un presupuesto
de primordial importancia, reiteradamente reconocido por el Tribunal Supremo, según el cual
el urbanismo constituye una función pública atribuida a la Administración. Como titular de
aquélla, ésta ostenta la potestad de determinar la ordenación urbanística de las ciudades,

48
Rol N°2867-2019, sentencia de 6 de diciembre de 2019.
49
Sobre este criterio, véanse las sentencias de la Corte Suprema de los casos Panes Cabezas Cruz Otilia con Serviu
Región del Bio Bio, rol N°19.118-2017, de 28 de noviembre de 2017, y Madriaza del Pino Manuel Antonio con
Servicio de Vivienda y Urbanización VI Región, N°7060-2019, de 6 de diciembre de 2019.
50
Rol N°10.052-2022, sentencia de 17 de abril de 2023.
implicando para ello a la iniciativa privada y a los derechos patrimoniales de los particulares”51.

En otros términos, las regulaciones del derecho de propiedad en general, y las leyes de
planificación urbana en particular, establecen los deberes y límites intrínsecos que configuran
la función social de la propiedad del suelo, desde el punto de vista de la ordenación del territorio.
En palabras de Fernández Caballal, “el reconocimiento de la propiedad urbanística no puede
entenderse sin la sumisión del derecho al planeamiento urbanístico con todo lo que ello
comporta en orden a la delimitación de su contenido; contenido normal de derecho de propiedad
que, delimitado por el elemento institucional de la función social, viene dado por los deberes
que son inherentes a esta forma de dominio y por los límites que forman parte de su
contenido”52. En definitiva, podemos concluir que, aun cuando la CS no lo reconoce
exactamente de esta forma, la ordenación urbanística constituye una limitación al derecho de
propiedad amparado por la función social. A través de ésta se persigue un equilibrio entre el
interés público y los intereses particulares de los propietarios, equilibrio que se verá
manifestado mediante el destino que se efectúe del suelo urbano, a través de los diferentes tipos
de planes.

4. LA FUNCIÓN SOCIAL PRIMA POR SOBRE LA FUNCIÓN INDIVIDUAL EN CASO DE CONFLICTO.

En los casos Jocelyn-Holt con Ilustre Municipalidad de Las Condes53 y Consejo de


Defensa del Estado con Molibdenos y Metales S.A., Empresa de F. F. del Estado54, la CS
sostuvo que la propiedad debe estar al servicio tanto de la de la sociedad como del particular,
es decir, que la función individual necesitar ser armonizada con la función social. En efecto, la
definición acogida por la CS en el caso Consejo de Defensa del Estado con Molibdenos y
Metales S.A., Empresa de F. F. del Estado es una que presupone la existencia de estos dos
intereses en tensión, al señalar que la función social es “el empleo o uso racional de la propiedad
en armonía con los intereses colectivos”55. En esta línea, la CS también hace suyas las palabras
del profesor Lautaro Ríos, y afirma que “la función social no se opone necesariamente a la
función individual de la propiedad. Se trata, más bien, de una coordinación de intereses” 56. De
lo anterior se desprende que el adecuado ejercicio del derecho de propiedad entraña la
obligación de satisfacer ambos tipos de intereses de manera simultánea, de tal forma que
ninguno resulte eclipsado frente a la primacía del otro.

Sin embargo, los ministros —apoyándose en autores como el mismo Lautaro Ríos y
Humberto Nogueira— reconocen que la contraposición de intereses es un problema frecuente
al tratar sobre el derecho de propiedad. Luego, ante la imposibilidad de encauzar
satisfactoriamente ambas pretensiones (las individuales y las comunitarias), la CS concluye que
debe concederse primacía a la función social.57. Así pues, en caso de conflicto, el interés
colectivo es el que se impondrá, lo que significa en términos prácticos que las limitaciones a la
propiedad, en virtud de la función social, gozarán de mayor fuerza jurídica frente al ejercicio

51
ESCRIBANO COLLADO, Pedro. Función social y propiedad privada urbana: Estudio de jurisprudencia.
Revista española de derecho administrativo, Madrid, v. 6, p. 449-462. 1975. p. 453.
52
FERNÁNDEZ CABALLAL, Almudena. El Urbanismo Finalista. Madrid: Civitas, 2002.
53
Rol N°18.721-2019, sentencia de 25 de septiembre de 2019.
54
Rol N°15.996-2013, sentencia de 1 de septiembre de 2014.
55
La Corte le adjudica esta definición al profesor Evans de la Cuadra, pero no cita el texto en específico de dónde
se extrae.
56
Rol N°18.721-2019, sentencia de 25 de septiembre de 2019, considerando 12°.
57
En palabras de Nogueira Alcalá, “La propiedad entraña obligaciones, su uso debe estar al servicio del bien
común, que es prevaleciente frente al interés particular del propietario”, en NOGUEIRA ALCALÁ, Humberto.
Derechos fundamentales y garantías constitucionales. Tomo IV. Santiago: Editorial Librotecnia, 2010. p. 182.
libre de gravámenes o cargas por parte del particular.

No obstante, afirmar que en caso de contradicción entre el interés colectivo y el interés


individual debe imponerse siempre el primero parece ser un criterio errado, por absoluto e
infundado. Presentarlo de manera absoluta es un error, porque lleva a ignorar las circunstancias
particulares del caso concreto, donde el particular, eventualmente, podría tener buenas razones
para sostener que las limitaciones han faltado al principio de proporcionalidad, o que están
afectando el núcleo esencial de su derecho de dominio. Evidentemente que la propiedad obliga,
pero en caso de conflicto de intereses, no puede concederse la primacía a cualquier tipo de
obligación. Pero además se trasformaría en un criterio infundado, porque la función social tiene
un ámbito de aplicación preciso, acotado y demarcado58.

Por todo lo anterior, parece ser más adecuado un criterio esbozado en el caso Forestal
Nilahue S.A. con Ilustre Municipalidad de Pichilemu59, donde se dispone que la facultad
municipal de intervenir y administrar caminos de acceso privados a la playa para realizar
arreglos y mantención, es una limitación que se encuentra en perfecta armonía con la función
social que emana de la propiedad sobre el fundo intervenido, dado que por dicho acto se
concilian intereses personales y colectivos, además de que no supone la privación del derecho
del dominio ni de sus facultades esenciales. La sentencia indica que “a todas luces [la
mantención y administración de los caminos privados] es un acto que beneficia tanto al camino,
al predio y a la comunidad, sin que se excluyan las facultades del dominio de la actora como
dueña del predio”60.

El fallo agrega que la facultad municipal en comento no desconoce la naturaleza privada


del camino de acceso a la playa y, además, se encuentra dentro de la esfera de las atribuciones
municipales. En este sentido, cabe destacar que la CS hace suyos los razonamientos de
Contraloría respecto de permitir la mantención de tales caminos. En efecto, el criterio a priori
de Contraloría consiste en negar la atribución alcaldicia de ejecutar obras o efectuar inversiones
con cargo a fondos públicos en bienes de naturaleza privada, puesto que ello implicaría aplicar
dichos fondos en beneficio de intereses privados. La razón del órgano contralor goza de
fundamentos atendibles, toda vez que no se puede permitir el exclusivo aprovechamiento
particular con cargo a fondos públicos. No obstante, según la misma Contraloría, corresponde
consignar que la jurisprudencia administrativa contenida en los dictámenes Nos 34.727, de
2003; 33.525, de 2007 y 72.582, de 2009, ha reconocido excepcionalmente la posibilidad de
que se destinen recursos públicos a la realización de obras en tales bienes, siempre que aquello
conlleve el beneficio de la comunidad en general, y se realicen en el marco de las señaladas
competencias municipales. En definitiva, la intervención pública del camino privado constituye
una precisa manifestación de la función social, especialmente porque en esta actividad se
coordinan ambos tipos de intereses, sin necesidad de sacrificar alguno.

5. LA FUNCIÓN SOCIAL IMPIDE LA INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS QUE NO SE RELACIONEN


DIRECTAMENTE CON EL ACTO EXPROPIATORIO.

En los casos Madriaza del Pino Manuel Antonio con Servicio se Vivienda y
58
Como dice el profesor Cea Egaña, “Resulta ser constitucional y éticamente inaceptable invocar dicha función
para encubrir reales usurpaciones, sean totales o parciales, de uno o más de los atributos y facultades esenciales de
la propiedad. El legislador que incurra en tal vicio sea o no con normas retroactivas, vulnera en su médula la Carta
Fundamental, adoleciendo de nulidad insubsanable lo así hecho”, en CEA EGAÑA, José Luis. Derecho
Constitucional chileno. Tomo II. Santiago: Ediciones UC. p. 614.
59
Rol Nº44044-2022, sentencia de 20 de abril de 2023.
60
Rol Nº44044-2022, sentencia de 20 de abril de 2023, considerando 7°.
Urbanización VI Región61 y Zapata Rivas Sonia y otras con Servicio de Vivienda y
Urbanización VI Región62, la CS negó la indemnización de perjuicios de naturaleza
extrapatrimonial relacionados con la expropiación de un inmueble. Ambos casos se tratan de
expropiaciones llevadas a cabo por el Servicio de Vivienda y Urbanismo de la Región de
O’Higgins, comuna de Rengo, con el objeto de construir el proyecto “Mejoramiento del eje vial
Ernesto Riquelme”. Los afectados reclamaron que la indemnización patrimonial por el daño
efectivamente causado no fue suficiente para reparar todos los perjuicios ocasionados por la
expropiación. Afirmaban que no se les indemnizó, por ejemplo, “el detrimento en la calidad de
vida” y “la pérdida de operatividad comercial y rentabilidad de la casa habitación y oficina”,
entre otros ítems. La CS, al conocer ambas causas mediante recurso de casación en el fondo,
decidió no dar lugar a las pretensiones de los demandantes, dado que la indemnización por
causa de expropiación establecida en el inciso 3 del numeral 24 del artículo 19 de la
Constitución y en el artículo 38 del Decreto Ley 2186, sólo comprende el daño patrimonial
efectivamente causado que sea consecuencia directa e inmediata de la expropiación. En otros
términos, la CS no negó la existencia de los daños extrapatrimoniales o morales reclamados por
los expropiados (como la pérdida de la calidad de vida). Sin embargo, tales perjuicios se
encontraban justificados en virtud de la función social de la propiedad, en cuya virtud el Estado
puede crear condiciones que contribuyan al bienestar general de la comunidad.

6. LA FUNCIÓN SOCIAL COMPRENDE LA PROTECCIÓN DE LOS TERRITORIOS INDÍGENAS Y LAS


EXIGENCIAS AMBIENTALES ESTABLECIDAS POR LEY.

En el caso Compañía Minera Cerro Colorado con Fisco de Chile63, la CS rechazó la


pretensión de la parte demandante referente a la constitución de servidumbres mineras en Áreas
de Desarrollo Indígena (ADIs). La compañía minera interesada alegaba ser dueña de distintas
concesiones mineras constituidas sobre extensos territorios de la comuna de Pozo Almonte,
inscritos a favor del Fisco de Chile. De acuerdo con la minera, para continuar con las obras de
exploración y explotación, era indispensable constituir tres tipos de servidumbres mineras en
las zonas especificadas en la demanda, sin perjuicio de los derechos que le asisten al propietario
del terreno superficial, como el derecho a ser indemnizado por los daños ocasionados por las
faenas mineras.

Las sentencias de primera y segunda instancia acogieron las pretensiones del


demandante. Sin embargo, y por la vía de un recurso de casación, la CS rechazó la demanda de
constitución de servidumbre minera intentada por la compañía minera. Entre los fundamentos
de su decisión, la Corte sostuvo que el derecho de propiedad (en este caso, propiedad sobre las
concesiones mineras) no implica el ejercicio absoluto e ilimitado de sus prerrogativas, sino que
reconoce límites claramente señalados en la Constitución. Estos límites restringen el ejercicio
del derecho mediante la fórmula de la función social de la propiedad y, además, prevé la
posibilidad que la ley establezca limitaciones a las facultades que le son inherentes. En este
contexto, no es posible ignorar que los lotes solicitados por la demandante se emplazan sobre
áreas protegidas conforme la institucionalidad indígena, lo que conlleva el cumplimiento de
una serie de requisitos legales, como el someterse al sistema de evaluación de impacto
ambiental64. Es decir, la ejecución de obras mineras en estas hectáreas protegidas suponía, entre
otras cosas, la presentación de un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) y la realización de una
consulta indígena, llevada a cabo según los estándares de los artículos 6, 13 y 14 del Convenio

61
Rol Nº7060-2019, sentencia de 6 de diciembre de 2019.
62
Rol N°2867-2019, sentencia de 6 de diciembre de 2019.
63
Rol N°6628-2015, sentencia de 4 de mayo de 2016.
64
Véase la Ley N°19.300 Sobre las Bases Generales del Medioambiente, artículos 8 y 10, literales i) y p).
N°169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), requisitos que no habían sido
cumplidos por la compañía minera. La CS concluyó que “se está claramente en presencia de
una institucionalidad que limita el ejercicio de los derechos de propiedad, y que deslinda con la
función social de dicha garantía. Así entonces, a pesar de que la legislación permite constituir
concesiones mineras cubriendo todo tipo de terrenos, los titulares de dichas concesiones no
podrán imponer forzosamente servidumbres sino de conformidad a los instrumentos antes
referidos”65.

El fallo es interesante por las categorías que utiliza la CS para justificar la aplicación de
la función social. En efecto, los ministros citan la conservación del patrimonio ambiental y la
protección de los pueblos indígenas como aquellos bienes jurídicos que tienen el mérito de
limitar el ejercicio del derecho de propiedad. Llama la atención que sólo uno de ellos (la
conservación del patrimonio ambiental) se encuentra consagrado en la Constitución como una
categoría que comprende la función social. En cambio, la protección de los pueblos indígenas
no se reconoce constitucionalmente como parte de la función social de la propiedad. Sin
embargo, a pesar de su ausencia en la carta fundamental, del razonamiento judicial se desprende
que, al menos en este caso concreto, sí se justifica limitar el ejercicio del dominio para proteger
los derechos los pueblos originarios debido a que dicha protección forma parte de la
conservación del patrimonio ambiental. En otros términos, la protección de los pueblos
indígenas es una categoría que integra de manera indirecta o mediada la función social de la
propiedad, dado que forma parte de la conservación del patrimonio ambiental, bien jurídico que
sí se encuentra expresamente amparado en el artículo 19 N°24, inciso 2° de la Constitución
chilena. De tal suerte que la pregunta que surge es si la protección de los pueblos indígenas
puede ser esgrimida directamente como una razón para limitar el ejercicio del derecho de
propiedad, sin ser mediada por otra categoría integrante de la función social.

En el caso de los recursos naturales existentes en tierras indígenas, esta pregunta carece
de relevancia práctica, dado que su protección siempre estará comprendida dentro de la
conservación del patrimonio ambiental. No obstante, aspectos como la posibilidad de acceder
a “los territorios en que tradicionalmente las comunidades han tenido acceso para sus
actividades culturales y de subsistencia”66 ¿tienen el mérito suficiente para limitar la propiedad
en virtud de la función social, a pesar de que no se encuentran reconocidos en ella? La misma
pregunta puede formularse respecto de los demás derechos establecidos en el Convenio N°169
de la OIT y que no pueden ser reconducidos a ninguna de las categorías que comprende la
función social (intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la
salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental). En estricto rigor, los principios
de legalidad y juridicidad, establecidos en los artículos 6° y 7° de la Constitución chilena cierran
la puerta a esta posibilidad. No obstante, en la práctica, la amplia y creciente institucionalidad
indígena hace necesario un análisis más detallado.

7. ELRECURSO DE PROTECCIÓN67 NO ES VÍA IDÓNEA PARA CUESTIONAR LA


CONSTITUCIONALIDAD DE UNA RESTRICCIÓN LEGAL IMPUESTA EN VIRTUD DE LA FUNCIÓN
SOCIAL.

En las causas Huerta Fuentes Erika Leonor con A.F.P. Habitat S.A.68 y González con

65
Rol N°6628-2015, sentencia de 4 de mayo de 2016, considerando 5°.
66
Rol N°6628-2015, sentencia de 4 de mayo de 2016, considerando 3°.
67
El recurso de protección es en verdad una acción de tutela de derechos constitucionales, y está contemplado en
el art. 20 de la Constitución chilena.
68
Rol N°29.279-2019, sentencia de 2 de abril de 2020.
Administradora de Fondos de Pensiones Provida S.A.69, los recurrentes solicitaron la entrega
de sus ahorros previsionales en el plazo más breve posible, bajo el argumento de que la
Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) recurrida vulneró su derecho de propiedad al
negar su petición de retiro total de fondos. De acuerdo con los cotizantes, la decisión de la AFP
fue tomada con base en una restricción legal, establecida mediante el Decreto Ley 3.500, que
no posee suficiente sustento constitucional. Sostuvieron que el único título legítimo para limitar
el ejercicio del derecho de propiedad es la función social, atributo del cual carecen los fondos
enterados en la cuenta de capitalización individual. Como era de esperar, la CS confirmó los
fallos de primera instancia que rechazaron los recursos, dado que, en primer lugar, las recurridas
actuaron conforme a derecho al rechazar la solicitud de retiro y, en segundo lugar, que el
cuestionamiento de la constitucionalidad de la restricción legal impuesta “escapa a los márgenes
de la presente acción cautelar”70. Cabe recordar, en este sentido, que las atribuciones concedidas
a los tribunales mediante el recurso de protección versan sobre la ilegalidad (y arbitrariedad)
de una determinada actuación, no siendo procedente su pronunciamiento respecto de la
constitucionalidad de una norma legal, como el Decreto Ley 3.500.

Ahora bien, desde una perspectiva de fondo, también es posible argumentar que las
restricciones impuestas por el Decreto Ley 3.500 cumplen una función social en los términos
de la Constitución. En efecto, la administración de los fondos previsionales se enmarca en la
realización del derecho a la seguridad social, establecido en el artículo 19 N°18 de la
Constitución chilena. La obligación del Estado, en este contexto, consiste en garantizar el
acceso de todos los habitantes al goce de prestaciones básicas uniformes, sea que se otorguen a
través de instituciones públicas o privadas. Así, según cómo se argumente, las limitaciones al
ejercicio del derecho de propiedad sobre los ahorros previsionales, atendida la envergadura del
deber del Estado en materia de seguridad social, bien podrían ser comprendidas dentro de los
intereses generales de la Nación, lo que justificaría su imposición conforme a la función social.

V. LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA PROPIEDAD BAJO EL DERECHO INTERNACIONAL DE INVERSIONES

La función social de la propiedad es también un parámetro relevante en el DII. Al


respecto, debemos destacar que las reglas atinentes a la adquisición del derecho de propiedad
sobre un activo corresponden a la legislación del Estado donde se constituye y, una vez
adquirido, el Derecho Internacional le otorga la debida protección71. Y como se ha indicado ya
en este trabajo, el derecho a la propiedad recibe amparo en el artículo 21 de la CADH y el
artículo 1 del Protocolo adicional al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales (PCEPDH). En el ámbito del DII, también es
objeto de protección conforme a diversos tratados especiales en la materia (en acuerdos
bilaterales de promoción y protección de inversiones o en capítulos especiales en tratados de
libre comercio).

Pero como se dijo también precedentemente, el derecho de propiedad tiene límites que
derivan de su función social, que en el Derecho comparado encuentra como su más relevante
manifestación la denominada causa expropiandi, la que, como mencionan Canova et al,
autoriza la privación del derecho de propiedad por consideraciones de utilidad pública o de

69
Rol N°33.773-2019, sentencia de 3 de julio de 2020
70
Rol N°33.773-2019, sentencia de 3 de julio de 2020, considerando 10°.
71
DOUGLAS, Zachary. The international law of investment claims. Cambridge: Cambridge University Press,
2009, p. 52-53; ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de
inversiones extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018. p. 174-175. América Móvil S.A.B. de C.V. v.
República de Colombia, CIADI, Caso No. ARB(AF)/16/5, laudo arbitral de 07/05/2021, § 319.
interés social. Estos conceptos propenden hacia el bienestar del colectivo. En efecto, dicho
autores afirman: “… al referirse a fines de “utilidad pública”, se hace alusión a la necesidad de
un bien para llevar a cabo la construcción de obras públicas, de obras que serán propiedad
estatal y que, por regla general —aunque podría no serlo—, tendrán un uso público. La segunda
razón que valida la expropiación es el fin de “interés social”, que llama a la satisfacción de
cualquier forma de interés público prevalente al del particular propietario, en beneficio de la
colectividad”72.

En el DII estos conceptos se analizan especialmente cuando ocurren expropiaciones a


la inversión extranjera por parte del Estado anfitrión. En particular, la expropiación es
considerada como un acto de soberanía por el cual los Estados tienen la facultad de privar del
derecho de propiedad a nacionales y extranjeros en su territorio, quienes a su vez deberán ser
debidamente compensados con el pago de la correspondiente compensación73. Este acto
soberano debe atender a una motivación, tal como lo ha exigido el Derecho internacional
consuetudinario74. Así fue reconocido por la Asamblea General de la Organización de Naciones
Unidas en su Resolución N. 1803 de 14 de diciembre de 1962, al analizar la soberanía
permanente de los Estados sobre sus recursos naturales. En ella se reconoció la potestad
soberana de nacionalizar y expropiar activos de nacionales y foráneos siempre que se realice
por razones de “utilidad pública”75. De igual forma, en la Carta de Derechos y Deberes
Económicos de los Estados, concluida el 12 de diciembre de 1974, se destacó la potestad de los
Estados de ejercer autoridad sobre la inversión foránea en su territorio, pudiendo incluso
expropiar, nacionalizar o transferir la propiedad de bienes extranjeros, siempre que sea pagada
una debida compensación76. En la actualidad, bajo el DII se presume la legalidad de una medida
privativa del derecho de propiedad cuando tiene como fin la consecución de un propósito
público77. De ahí que la causa de utilidad pública o de interés social responda a uno de los
requisitos que acompaña a una medida expropiatoria, y de no serlo podría ser considerada como
una actuación estatal arbitraria78.

En los últimos veinticinco años la litigiosidad inversor-Estado ha ido en aumento. Así


lo revelan las más importantes instituciones arbitrales que administran esos casos. El Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) reporta que, solo en
los últimos cinco años, se han registrado 317 reclamos de inversionistas contra Estados

72
CANOVAS GONZÁLEZ, Antonio; HERRERA ORELLANA, Luis Alfonso; ANZOLA SPALDARO, Karina.
¿Expropiaciones o vías de hecho? (La degradación continuada del derecho fundamental de propiedad en la
Venezuela actual). Caracas: Universidad Católica Andrés Bello, 2009. p. 39-40.
73
BALCERZAK, Filip. The role of customary international law in the international investment law remedies. En:
MERKOURIS, Panos; KULICK, Andreas; ALVAREZ-ZARATE, José Manuel; ZENKIEWCZ, Maciej (org.).
Custom and its interpretation in International Investment Law. Cambridge: Cambridge University Press,
2024. p. 293.
74
MARTÍNEZ-FRAGA, Pedro Luis; REETZ C., Ryan. Public Purpose in International Law Rethinking
Regulatory Sovereignty in the Global Era. Cambridge: Cambridge University Press, 2015. p. 113-124.
75
Texto de la Resolución 1803 Asamblea General de la ONU, disponible en:
https://legal.un.org/avl/pdf/ha/ga_1803/ga_1803_ph_s.pdf (fecha de consulta: 04/02/2024).
Adoptada bajo la Resolución N. 3281 (XXIX) de la Asamblea General de Naciones Unidas, disponible en:
https://www.dipublico.org/3978/resolucion-3281-xxix-de-la-asamblea-general-de-las-naciones-unidas-carta-de-
derechos-y-deberes-economicos-de-los-estados/ (fecha de consulta 20/07/2024).
77
LÓPEZ ESCARCENA, Sebastián. Más allá del efecto y de la intención: la proporcionalidad en los arbitrajes de
inversiones. Revista Derecho, Montevideo, v. 22, p. 112-137, julio/diciembre. 2020. p. 121-123.
78
COX, Johanne. Expropriation in Investment Treaty Arbitration. Oxford: Oxford University Press, 2019, p.
62; REINISCH, August; SCHREUER, Christoph. International Protection of Investments. The Substantive
Standards. Cambridge: Cambridge University Press, 2020. p. 195
anfitriones ante su Secretaría General79. Asimismo, la Corte Permanente de Arbitraje ha
evidenciado el aumento de casos (más de 40) presentados en la última década80. En buena parte
de estos litigios, los inversores han demandado a los Estados receptores por expropiación, al no
cumplir los requisitos del tratado aplicable. A continuación, analizaremos los criterios arbitrales
más relevantes en materia de limitaciones a la propiedad y expropiaciones.

1. EN EL DII LA SE DISTINGUE ENTRE EXPROPIACIÓN DIRECTA E INDIRECTA. En el DII se


distinguen dos tipos de expropiaciones: las directas, en las que media el título traslativo de
propiedad del inversor privado al Estado receptor; y las indirectas, en las que no existe tal título,
pero los efectos de la medida estatal conducen a la pérdida de dicho derecho, y que sería
equivalente a los que el TC chileno denomina “regulación expropiatoria”, según se vio en el
apartado III. La resolución de un problema de expropiación directa o indirecta de la inversión
extranjera por parte del Estado anfitrión pasa por dos fases: la primera, determinar si el activo
del inversor foráneo constituye una propiedad conforme al Derecho local de dicho Estado; y, la
segunda, si dicho activo está o no amparado por un tratado de inversión que vincule al Estado
de origen del inversor y al Estado receptor del mismo81. En caso afirmativo, los tribunales
arbitrales determinan si fueron o no cumplidas las exigencias contenidas en el tratado aplicable.

2. EL DII EXIGE UNA CAUSA EXPROPIANDI EN LAS EXPROPIACIONES DIRECTAS DE INVERSIONES


EXTRANJERAS. De acuerdo con la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el
Desarrollo (UNCTAD), existen más de 3000 mil tratados de inversiones y de tratados de libre
comercio que contemplan capítulos de inversión82. En muchos de ellos, para identificar la
legalidad de una expropiación directa se ha establecido la exigencia de cuatro requisitos: a) la
causa expropriandi; b) que no se trate de una medida discriminatoria; c) sea respetado el debido
proceso y d) sea pagada una pronta, justa y efectiva compensación 83. Respecto del primer
requisito, existen tres tipos de soluciones contenidas en dichos tratados: (i) aquellos que
exponen en su articulado los términos “interés público” o de “utilidad pública”, sin explicar su
significado; (ii) los que expresan que el propósito público responde a un concepto del Derecho
Internacional consuetudinario y (iii) los que hacen remisión legislativa al Derecho del Estado
anfitrión84. Esto exige el cuidadoso análisis en cada caso del tratado que resulta aplicable.

79
ICSID. ICSID Caseload – Statistics, Issue 2024-1. Washington: ICSID, 2024, disponible en:
https://icsid.worldbank.org/sites/default/files/publications/ENG_The_ICSID_Caseload_Statistics_Issue%202024
.pdf
80
PERMANENT COURT OF ARBITRATION. Annual Report 2022. The Hague, 2023, p. 30, disponible en:
https://docs.pca-cpa.org/2023/07/341817ff-pca-annual-report-2022.pdf
81
ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de inversiones
extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018, p. 130; DOUGLAS, Zachary. The international law of
investment claims. Cambridge: Cambridge University Press, 2009. p. 52.
82
UNCTAD, International Investment Agreements Navigator, 2024, disponible en:
https://investmentpolicy.unctad.org/international-investment-agreements (Fecha de consulta: 20/07/2024).
83
LÓPEZ ESCARCENA, Sebastián. Indirect Expropiation in International Law. Massachusetts: Edward
Edgar Publishing Limited, 2014. p. 4; MARTÍNEZ-FRAGA, Pedro Luis; REETZ C., Ryan. Public Purpose in
International Law Rethinking Regulatory Sovereignty in the Global Era. Cambridge: Cambridge University
Press, 2015. p. 6; ESIS VILLARROEL, Ivette S. La expropiación en el sistema internacional de protección de
inversiones extranjeras. Valencia: Tirant lo Blanch, 2018, p. 223-277; LIM, Chin Leng; HO, Jean;
PAPARINSKIS, Martins. International Investment Law and Arbitration: Commentary, Awards and Other
Materials. Cambridge: Cambridge University Press, 2019. p. 323; PRISLAN, Vid. Judicial Expropriation in
International Investment Law. International and Comparative Law Quarterly, Cambridge, v. 70, n. 1, p. 165–
195. 2021. p. 187.
84
ESIS VILLARROEL, Ivette S. El análisis de la actuación estatal en supuestos de expropiación indirecta de
inversiones foráneas, tras una década de práctica arbitral. Revista de Derecho Administrativo Económico,
Santiago, v. 36, n. 2, 41-70, julio/diciembre. 2022. p. 46-47.
En la litigiosidad inversor-Estado, se consideró en un principio que los tribunales
arbitrales no debían revisar este requerimiento85, atendiendo a la presunción iuris tantum de que
los Estados actúan de buena fe. Una posible explicación es que el examen de la causa
expropiandi requeriría del tribunal arbitral investigar y criticar al propio Estado, cuestión que
no todos los árbitros están dispuestos a realizar86. Sin embargo, esta línea de pensamiento ha
ido modificándose en el tiempo.

Así, en la actualidad tenemos:


a) Por un lado, la tendencia de árbitros a limitarse a analizar solo si hubo incumplimiento estatal
de uno de los requisitos expuestos en el tratado o fuente legal aplicable, independientemente
del requisito de la causa expropiandi. A modo ilustrativo podemos citar los casos Guaracachi
America, Inc. and Rurelec PLC v. Bolivia87 y Conoco Phillips v. Venezuela88. En estos litigios,
los árbitros no entraron a analizar o examinar la motivación estatal de causa de utilidad pública
o social de la medida, pero sí se observó la falta de pago de la compensación. Por tal razón,
fueron declaradas ilegales dichas expropiaciones y se ordenó a los Estados demandados a pagar
indemnizaciones a los inversionistas afectados.
b) Por otro lado, la tendencia de los tribunales arbitrales a estudiar si la causa expropiandi
alegada por el Estado es real o no. Este examen lo realizan conforme a las circunstancias fácticas
de cada caso, a la normativa interna y al tratado aplicable para determinar cuál fue el verdadero
propósito público o causa de utilidad pública que justificó el Estado receptor para expropiar la
inversión foránea. En el caso ADC v. Hungría, relacionado con la revocación de una concesión
para remodelar un terminal aéreo por razones de utilidad pública, el tribunal arbitral consideró
que tal motivación no fue probada por el Estado receptor89. En el asunto Vestey Group Limited
v. Venezuela, el inversor inglés reclamaba la expropiación de su propiedad en dicho país.
Venezuela alegó que dicha medida había sido dictada para garantizar el acceso de la ciudadanía
a alimentos. El tribunal arbitral determinó la inexistencia de un propósito de interés público
claro como tampoco un nexo razonable entre dicho motivo y las consecuencias que la medida
tuvo en el inversor (pérdida del derecho de propiedad). Mientras que este último vendía sus
productos cárnicos a precios regulados, el Estado importaba ganado y los vendía a un precio
superior. El inversor, en opinión del tribunal, compartía con el Estado receptor la carga de
satisfacer las necesidades alimentarias de la ciudadanía por lo cual se consideró no demostrado
el requisito de interés público90.

Recientemente, en el asunto Glencore Finance (Bermuda) Ltd. v. Bolivia, los decretos


promulgados por el Estado anfitrión para revocar las concesiones otorgadas al inversor
(considerados como nacionalización del sector aurífero) no fueron debidamente motivados para
comprender cuál era el interés o propósito público perseguido 91. En palabras del tribunal,
mientras que la doctrina del poder regulatorio del Estado es importante para determinar si la
85
JOSEPH, Sara. Trade law and investment law. En: SHELTON, Dinah (Coord.). The Oxford Handbook of
International Human Rights. Oxford: Oxford University Press, 2013. p. 841-870.
86
LIM, Chin Leng; HO, Jean; PAPARINSKIS, Martins. International Investment Law and Arbitration:
Commentary, Awards and Other Materials. Cambridge: Cambridge University Press, 2019. p. 323.
87
Guaracachi America, Inc. and Rurelec PLC v. Estado Plurinacional de Bolivia, Corte Permanente de Arbitraje,
Caso No. 2011-17, laudo de fecha 31/01/2014, § 437-438.
88
ConocoPhillips Petrozuata B.V., ConocoPhillips Hamaca B.V. y ConocoPhillips Gulf de Paria B.V. v. República
Bolivariana de Venezuela, CIADI, Caso No. ARB/07/30, laudo de fecha 08/09/2013, § 203 y ss.
89
ADC Affiliate Limited y ADC & ADMC Management Limited v. República de Hungría, CIADI, Caso No.
ARB/03/16, laudo arbitral de 02/10/2006, §432-433.
90
Vestey Group Limited v. República Bolivariana de Venezuela, CIADI, Caso No. ARB/06/4, laudo arbitral de
15/04/2016, §293-300.
91
Glencore Finance (Bermuda) Ltd. v. Estado Plurinacional de Bolivia, Corte Permanente de Arbitraje, Caso No.
2016-39, laudo de fecha 08/09/2023, § 209 - 210.
expropiación tuvo lugar, el criterio del interés o propósito público contenido en el tratado
aplicable es relevante para la etapa posterior de evaluación de su legalidad92. Es decir, para
entender si ha ocurrido la expropiación, en opinión de este tribunal, primero debe ser evaluado
si el demandado ha privado al inversor de sus derechos sobre la inversión y, segundo,
determinar si los actos o la medida caen en el ámbito de la doctrina del poder regulatorio estatal.
Si una medida no entra en él, el tribunal considerará los requisitos de legalidad del tratado: si
ha sido motivada por un propósito público y por beneficiar socialmente a los intereses del
Estado y si el Estado ha pagado una justa y efectiva compensación93.

3. CRITERIOSPARA DIFERENCIAR ENTRE REGULACIÓN O LIMITACIÓN DE LA PROPIEDAD Y LAS


EXPROPIACIONES INDIRECTAS (REGULACIONES EXPROPIATORIAS) EN EL DII.

La identificación de una expropiación indirecta o regulación expropiatoria es un desafío


para los tribunales arbitrales. A diferencia de las directas, se trata de medidas que no contienen
un título traslativo de propiedad del particular a manos del Estado, pero que implican una
intensa afectación del derecho de propiedad e, incluso, su total pérdida. En estos supuestos, es
necesario analizar la actuación del Estado anfitrión y discernir si estamos en presencia de a)
una medida regulatoria de carácter legítimo que, aunque prive o genere ciertas limitaciones al
derecho de propiedad, no se considera compensable; o, b) de una medida expropiatoria indirecta
que sí es indemnizable. Para identificarlas, la Organización para el Comercio y el Desarrollo
Económico (OCDE) y UNCTAD recomiendan en cada caso examinar: (i) el grado de
interferencia de la medida estatal en la propiedad del inversionista (impacto económico,
duración de la medida); (ii) el carácter del acto estatal en estudio (análisis de la
proporcionalidad, no discriminación y legitimidad de la medida); y, (iii) la potencial
vulneración de las legítimas expectativas del inversor94.

Desde el punto de vista doctrinal, existen dos grandes tendencias. Una, que considera
que el criterio de identificación más importante de los ya mencionados debe ser la privación
sustancial de la propiedad, como efecto o consecuencia de la medida estatal. Y, otra, que
requiere el estudio de todos los elementos recomendados, incluyendo el examen de la
legitimidad de la acción del Estado receptor. Desde la mirada convencional, existen distintas
formas de abordar este problema: (i) algunos tratados no tienen previsión expresa respecto de
las expropiaciones indirectas; (ii) otros contienen simples enunciados, mientras que (iii)
algunos exponen los mismos criterios de UNCTAD y OCDE, advirtiendo que no se configuran
como privaciones sustantivas aquellos actos estatales no discriminatorios que protegen
intereses legítimos95.

La práctica arbitral ha evidenciado que este análisis no es sencillo96. Los Estados han
alegado que sus acciones han estado motivadas para cuidar la salud pública de la colectividad,
proteger el sistema financiero nacional o preservar el medioambiente, entre otras

92
Glencore Finance (Bermuda) Ltd. v. Estado Plurinacional de Bolivia, § 201.
93
Glencore Finance (Bermuda) Ltd. v. Estado Plurinacional de Bolivia, § 203.
94
OECD. Indirect Expropriation and the "Right to Regulate" in International Investment Law. OECD
Working Papers on International Investment (4), OECD Publishing, 2004; UNCTAD. Expropriation: a sequel,
UNCTAD Series on Issues in International Investment Agreements II. New York, United Nations, 2012.
95
FERNÁNDEZ-MASIÁ, Enrique. La situación del arbitraje de inversiones en Latinoamérica: base jurídica,
evolución y situación presente. En: ESPLUGUES, Carlos (edit.). Tratado de inversiones extranjeras y arbitraje
de inversiones en Iberoamérica. Valencia: Tirant lo Blanch, 2020. p. 111-135.
96
KOBO, Abba. Expropriatory Taxation in the Latin American Experience. En: TANZI, Atilla et al (Coord.).
International Investment Law in Latin America: Problems and Prospects / Derecho Internacional de las
Inversiones en América Latina: Problemas y Perspectivas. Leiden: Brill Nijhoff, 2016. p. 400-434. p. 405.
circunstancias97. Durante el proceso arbitral, tienen la carga de demostrar que las circunstancias
del caso ameritaron una acción o una omisión para proteger ese interés público. La litigiosidad
muestra una serie de casos donde efectivamente sí se ha demostrado la legitimidad de la
actuación estatal y otros litigios donde no ha sido así. A partir de ellos pueden extraerse los
siguientes criterios:

a) LA PROTECCIÓN DE LA SALUD PÚBLICA ES CAUSA LEGÍTIMA PARA IMPEDIR LA


COMERCIALIZACIÓN DE DETERMINADAS MARCAS DE TABACO, Y NO CONSTITUYE EXPROPIACIÓN
INDIRECTA. En el conocido en el caso Philip Morris Brands Sàrl, Philip Morris Products S.A.
y Abal Hermanos S.A. vs. Uruguay, las medidas adoptadas en pro de la salud pública que sacó
del mercado varias marcas de la tabacalera no fueron consideradas como expropiación
indirecta, sino una medida regulatoria de carácter legítimo98.

b) LA PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE ES CAUSA LEGÍTIMA PARA LIMITAR EL ÁREA


GEOGRÁFICA DONDE SE PUEDEN LLEVAR A CABO FAENAS MINERAS. En el litigio Eco Oro v.
Colombia, se consideró que no había expropiación indirecta ni discriminatoria en la limitación
del área de explotación de oro en el páramo de Santurbán, adoptada por las autoridades estatales
para cuidar el frágil medioambiente de la zona99.

c) NO SON LEGÍTIMAS LAS MEDIDAS DESTINADAS A EXCLUIR LA PARTICIPACIÓN DE EMPRESAS


EXTRANJERAS EN LA PROVISIÓN DE SERVICIOS VINCULADOS A POLÍTICAS PÚBLICAS. En el caso
UP y C.D Holding Internationale v. Hungría, los demandantes franceses reclamaban la
exclusión de sus tarjetas del negocio de alimentación por parte del Estado anfitrión. Hungría
alegó que la motivación del acto estatal era para asegurar el suministro de comida de los
trabajadores y regular la rentabilidad que las empresas extranjeras tenían en el mercado. Sin
embargo, durante el arbitraje se demostró que la verdadera finalidad era excluir a los emisores
extranjeros del sector y el tribunal considero que la política de rentabilidad alegada no constituía
un propósito legítimo público100. Una situación similar ocurrió con el litigio Michael Anthony
Lee-Chin v. República Dominicana. El inversor reclamó al Estado anfitrión la revocación
arbitraria de una concesión para operar un vertedero y una planta de conversión de residuos en
energía. El tribunal arbitral consideró que los actos realizados por República Dominicana
constituyeron una expropiación indirecta. Aunque se aceptó que los Estados pueden intervenir
en la actividad de particulares por causa justificada, no fue probada la motivación de protección
de un interés público legítimo para tomar la decisión sino la intención de excluir al inversor de
la operación y funcionamiento del referido vertedero101.

VI. CONCLUSIONES

Como se ha podido apreciar a lo largo de este trabajo, existe coincidencia entre el


derecho interno y el derecho internacional, incluido el de las inversiones, respecto de que el

97
ESIS VILLARROEL, Ivette S. El análisis de la actuación estatal en supuestos de expropiación indirecta de
inversiones foráneas, tras una década de práctica arbitral. Revista de Derecho Administrativo Económico,
Santiago, v. 36, n. 2, 41-70, julio/diciembre. 2022. p. 57.
98
Philip Morris Brands Sàrl, Philip Morris Products S.A. y Abal Hermanos S.A. vs. República Oriental del
Uruguay, CIADI, Caso No. ARB/10/7, laudo de fecha 08/07/2016.
99
Eco Oro Minerals Corp. v. República de Colombia, CIADI, Caso No. ARB/16/41, laudo de fecha 09/09/2021,
§ 435 y ss.
100
UP y C.D Holding Internationale v. Hungría, CIADI, Caso No. ARB/13/35, laudo de fecha 09/10/2018, §
414.
101
Michael Anthony Lee-Chin v. República Dominicana, CIADI, Caso No. No. UNCT/18/3, laudo de fecha
06/10/2023, § 363.
derecho de propiedad tiene límites, que se encuadran en lo que la Constitución chilena y la
doctrina del DII denominan función social de la propiedad, y que en el ámbito del derecho
interamericano de los derechos humanos la Corte Interamericana reconoce como interés social
de la propiedad. En virtud de aquello el Estado está facultado para privar a alguien de su
propiedad, es decir, para expropiarlo, en el entendido que dicha privación debe ser debidamente
compensada mediante el pago de correspondiente indemnización. Asimismo, la función social
de la propiedad, su interés social, habilita también al Estado para que regule dicho derecho, lo
que incluye la posibilidad de limitar su ejercicio.

De lo anterior se sigue que no es lo mismo expropiar que regular o limitar el derecho de


propiedad, y que en principio el deber del Estado de indemnizar sólo dice relación con la
expropiación o privación del dominio. Así lo ha entendido tanto la jurisprudencia chilena como
la arbitral del DII. Sin embargo, no es lícita una regulación o limitación excesiva del derecho
de propiedad, que es aquella que afecta a su contenido esencial. De ocurrir, da derecho al
afectado a obtener la correspondiente reparación de los perjuicios por parte del Estado. Este
tipo de regulación o limitación ha sido calificada como “expropiación regulatoria” o
“expropiación indirecta” por la jurisprudencia del TC chileno y por la jurisprudencia arbitral
del DII.

Por otra parte, la jurisprudencia del TC de Chile exige que la regulación o limitación del
derecho de propiedad se ajuste a los principios de razonabilidad y de proporcionalidad. La
jurisprudencia arbitral de DII ha aplicado también estos criterios, al considerar razonable la
prohibición de comercialización de tabaco para proteger la salud pública, o la limitación del
área para llevar a cabo faenas mineras a fin de proteger el medio ambiente, aunque consideró
no razonable la exclusión de participación de empresas extranjeras en la provisión de servicios
vinculados a políticas públicas.

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Costas). Serie C 223.
Palamara Iribarne v. Chile. Sentencia de 22 de noviembre de 2005 (Fondo Reparaciones y
Costas). Serie C 135.

Salvador Chiriboga v. Ecuador. Sentencia de 6 de mayo de 2008 (Excepción Preliminar y


Fondo). Serie C 179.

Andrade Salmón v. Bolivia. Sentencia de 01 de diciembre de 2016 (Fondo, Reparaciones


y Costas). Serie C 330.

Sentencias del Tribunal Constitucional de Chile

Rol 29. Control de constitucionalidad del proyecto de ley orgánica constitucional sobre los
estados de excepción. Sentencia de 07 de junio de 1985.

Rol 185. Control de constitucionalidad del proyecto de ley orgánica constitucional sobre bases
del medio ambiente. Sentencia de 28 de febrero de 1994.

Roles 245 y 246. Requerimientos de inconstitucionalidad del Decreto Supremo N° 1, de 10 de


enero de 1996, del Ministerio de Bienes Nacionales, Reglamento de aplicación del artículo 13
del Decreto Ley N° 1.939. Sentencias de 2 de diciembre de 1996.

Rol 253. Requerimientos de inconstitucionalidad del Decreto Supremo N° 171, de 5 de


diciembre de 1996, del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Sentencia de 15 de abril de 1997.

Rol 309. Requerimiento de inconstitucionalidad del Convenio N° 169, sobre Pueblos Indígenas
y Tribales de Países Independientes, adoptado por la Organización Internacional del Trabajo el
27 de junio de 1989. Sentencia de 04 de agosto de 2000.

Rol 334. Requerimiento de inconstitucionalidad del art. 1, numeral 1, letra b, y numeral 6, del
Proyecto de Ley que modifica el Decreto Ley N° 3.500, de 1980, que establece normas relativas
al otorgamiento de pensiones a través de la modalidad de rentas vitalicias. Sentencia de 21 de
agosto de 2001.

Rol 505. HQI Transelec S.A. con Empresa Eléctrica Panguipulli S.A. Requerimiento de
inaplicabilidad respecto del artículo 3º transitorio de la Ley Nº 19.940. Sentencia de 06 de
marzo de 2007.

Rol 506. HQI Transelec S.A. con Empresa Eléctrica Puyehue S.A. Requerimiento de
inaplicabilidad respecto del artículo 3º transitorio de la Ley Nº 19.940. Sentencia de 06 de
marzo de 2007.

Rol 1141. Agrícola del Lago S.A. con Intendencia Regional de la Araucanía. Requerimiento de
inaplicabilidad respecto del artículo 13 del Decreto Ley N° 1.939, de 1977. Sentencia de 17 de
marzo de 2009.

Rol 1182. Patricio Paredes Rogat y Ernesto Amaya Mancilla con Instituto de Normalización
Previsional. Requerimiento de inaplicabilidad de Patricio Paredes Rogat y Ernesto Amaya
Mancilla, respecto del artículo 4 de la Ley N° 19.260. Sentencia de 18 de noviembre de 2008.

Rol 1193. Juan González Alvarez y José Del Carmen Flores con Instituto de Normalización
Previsional. Requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 4º de la Ley Nº 19.260.
Sentencia de 18 de noviembre de 2008.

Rol 1201. Evangelina Sanhueza Miranda y Rosa María Tapia con Instituto de Normalización
Previsional. Requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 4º de la Ley Nº 19.260.
Sentencia de 18 de noviembre de 2008.

Rol 1215. Inversiones Pingueral Ltda. y otros con Fuentes Fuentealba, María Angélica.
Requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 13 del Decreto Ley Nº 1.939, de 1977.
Sentencia de 30 de abril de 2009.

Rol 1284. Domancic Dragicevic, Drago, con Bauzá Alvarez, Lorenzo. Requerimiento de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de los artículos 124 y 125 del Código de
Minería y 8º, inciso quinto, de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras, Nº
18.097. Sentencia de 24 de septiembre de 2009.

Rol 1295. Compañía de Seguros Generales Consorcio Nacional de Seguros S.A. y otras con
Superintendencia de Valores y Seguros. Requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad de los artículos 3º y 4º del Decreto Ley Nº 1.757, de 1977. Sentencia de
06 de octubre de 2009.

Rol 1541. Cuevas Ordenes, Genaro con Director Regional de Servicio de Impuestos Internos
de la Sexta Región. Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del
artículo 116 del Código Tributario. Sentencia de inadmisibilidad de 01 de diciembre de 2009.

Rol 1669. Energía del Limarí S.A. contra la Ordenanza Municipal dictada por la señora
Alcaldesa de la I. Municipalidad de Ovalle. Requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad respecto de los artículos 5°, letra c), y 12 del Decreto con Fuerza de Ley
N° 1/2006 del Ministerio del Interior, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado
de la Ley N° 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, y de los artículos 15, 124,
inciso primero, y 221 del Decreto con Fuerza de Ley N° 4/20.018, de 2006, del Ministerio de
Economía, Fomento y Reconstrucción, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado
del Decreto con Fuerza de Ley N° 1, de Minería, de 1982, Ley General de Servicios Eléctricos.
Sentencia de 15 de marzo de 2012.

Rol 1863. Fisco de Chile con Compañía Nacional de Fuerza Eléctrica S.A. Requerimiento de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo 41, inciso final, del DFL Nº 850
de 1997, del Ministerio de Obras Públicas. Sentencia de 24 de julio de 2012.

Rol 1986. Fisco de Chile con Empresa Eléctrica de Antofagasta S.A. Requerimiento de
inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo 41, inciso final del DFL N° 850,
de 1997, Ministerio de Obras Públicas, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado
de la Ley N° 15.840, de 1964, y del DFL N° 206, de 1960, sobre construcción y conservación
de caminos. Sentencia de 24 de julio de 2012.

Rol 1991. Fisco de Chile con Metrogas S.A. Requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad respecto del inciso final del artículo 41 del D.F.L. N° 850 de 1997 del
Ministerio de Obras Públicas, que fija el texto refundido de las leyes 19.474, 15.840, 19.020 y
los D.F.L. N° 206 de 1960, N° 870 de 1975 y 164 de 1991, Ley Orgánica del Ministerio de
Obras Públicas. Sentencia de 24 de julio de 2012.
Rol 1992. Consejo de Defensa del Estado con Chilectra S.A. Requerimiento de inaplicabilidad
por inconstitucionalidad respecto del inciso final del artículo 41 del DFL N° 850 de 1997 del
Ministerio de Obras Públicas, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la Ley
N° 15.840, de 1964, y del DFL N° 206, de 1960. Sentencia del 24 de julio de 2012.

Rol 1993. Fisco con Empresa Nacional de Telecomunicaciones S.A. Requerimiento de


inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del inciso final del artículo 41 del Decreto con
Fuerza de Ley N° 850 de 1997, que fija el texto refundido, coordinado y sistematizado de la
Ley N° 15.840, de 1964, y del DFL N° 206 de 1960, sobre construcción y conservación de
caminos, Ley Orgánica del Ministerio de Obras Públicas. Sentencia del 24 de julio de 2012.

Rol 2299. Constructora Santa Beatriz S.A. con Ministerio de Educación y otro. Requerimiento
de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de los artículos 29 y 30 de la Ley N°
17.288. Sentencia de 29 de enero de 2014.

Rol 2487. Control de constitucionalidad respecto de la totalidad del proyecto de ley que
establece la obligación de los canales de televisión de libre recepción de transmitir propaganda
electoral para las elecciones primarias presidenciales. Sentencia de 21 de junio de 2013.

Rol 2541. Requerimiento de inconstitucionalidad de cuatro artículos del proyecto de ley que
permite la introducción de la televisión digital terrestre. Sentencia de 18 de noviembre de 2013.

Rol 2643. Molinera del Norte con I. Municipalidad de Antofagasta”. Requerimiento de


inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de los artículos 62, inciso segundo, y 160 del
DFL N° 458, que aprueba la Ley General de Urbanismo y Construcciones. Sentencia de 27 de
enero de 2015.

Rol 2678. Sociedades Legales Mineras Manto 7 con Agrícola Bauzá S.A. Requerimiento de
inaplicabilidad por respecto de los artículos 7, de la Ley N° 18.097, Orgánica Constitucional
sobre concesiones mineras y 15, inciso cuarto, del Código de Minería. Sentencia de 25 de junio
de 2015.

Rol 2684. Curtidos Bas S.A. contra Ordenanza Municipal dictada por el Alcalde de San
Joaquín. Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo 62,
inciso segundo, de la Ley General de Urbanismo y Construcciones. Sentencia de 10 de
septiembre de 2015.

Rol 2731. Requerimiento de inconstitucionalidad de artículos 3, inciso segundo, 4, 5, inciso


tercero, 6, 10, 11, 13, 17, 20 y 29, numeral 1), letra f), del proyecto de ley que crea el
administrador provisional y administrador de cierre de instituciones de educación superior y
establece regulaciones en materia de administración provisional de sostenedores educacionales.
Sentencia de 26 de noviembre de 2014.

Rol 2759. Sweet Délano Peter con Armada de Chile. Requerimiento de inaplicabilidad por
inconstitucionalidad respecto de los incisos primero y segundo del artículo 19 de la Ley N°
7.200. Sentencia 05 de mayo de 2016.

Rol 3063. Laguna González, Ricardo Cipriano con Ilustre Municipalidad de Santiago.
Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto de los artículos 59 y 121
del DFL N° 458, de 1976, del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, que aprueba la nueva
Ley General de Urbanismo y Construcciones y del inciso primero del artículo transitorio de la
Ley N° 20.791. Sentencia de 21 de junio de 2018.

Rol 3086. Bellavista Oveja Tomé SpA con Consejo de Monumentos Nacionales. Requerimiento
de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo 12 de la Ley N° 17.288 sobre
Monumentos Nacionales. Sentencia de 18 de julio de 2017.

Rol 11230. BICE Vida Compañía de Seguros S.A. con Comisión para el Mercado Financiero.
Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo único, incisos
decimosegundo, decimotercero y decimocuarto, de la Ley N°21.330. Sentencia de 17 de marzo
de 2022.

Rol 11683. PENTA Vida Compañía de Seguros de Vida S.A. con Comisión de Mercado
Financiero. Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad respecto del artículo
único, incisos decimosegundo, decimotercero y decimocuarto, de la Ley N° 21.330. Sentencia
de Sentencia de 17 de marzo de 2022.

Sentencias de la Corte Suprema de Justicia

Rol N°4309-2002, Inmobiliaria Maullin con Fisco de Chile. Sentencia de 18 de junio de 2004.

Rol N°9924-2010, Productos Fernández S.A. con Ministerio de Salud. Sentencia de 20 de


noviembre de 2012.

Rol N°8079-2010, Universidad de Magallanes con Servicio Agrícola y Ganadero. Sentencia


de 8 de abril de 2013.

Rol N°4043-2013, Esquerre Hermanos Ltda. Con Municipalidad de Concepción. Sentencia de


30 de diciembre de 2013.

Rol No 15996-2013, Consejo de Defensa del Estado con Molibdenos y Metales, S.A. Empresa
de FF del Estado. Sentencia de 01 de septiembre de 2014.

Rol N°6628-2015, Bravo Painen Marcelo con Isapre Consalud S.A., sentencia de 4 de mayo
de 2016.

Rol N°8324-2015, Bodegas San Francisco Limitada con Fisco de Chile. Sentencia de 14 de
junio de 2016.

Rol N°19.118-2017, Panes Cabezas Cruz Otilia con Serviu Región del Bio Bio, sentencia de
28 de noviembre de 2017.

Rol N° 7060-2019, Madriaza del Pino Manuel Antonio con Servicio de Vivienda y
Urbanización VI Región, sentencia de 6 de diciembre de 2019.

Rol N°18.721-2019, Jocelyn Holt / Ilustre Municipalidad de Las Condes, sentencia de 25 de


septiembre de 2019.

Rol N°2867-2019, Zapata Rivas Sonia y otras con Servicio de Viviendo y Urbanización VI
Región. Sentencia de 6 de diciembre de 2019.

Rol Nº 7060-2019, Madriaza del Pino Manuel Antonio con Servicio de Vivienda y
Urbanización VI Región, sentencia de 6 de diciembre de 2019.

Rol N. 29.279-2019, Vásquez con Isapre Banmédica, S.A., sentencia de 2 de abril de 2020.

Rol N. 33.773-2019, González /Administradora de Fondos de Pensiones PROVIDA S.A.,


sentencia de 3 de julio de 2020.

Rol N°17.188-2022, Friedemann / Isapre Colmena Golden Cross, S.A. Sentencia de 29


noviembre 2023.

Rol N°10.052-2022, Inmobiliaria del Valle Ltda. con Flores Osorio Alejandro, sentencia de 17
de abril de 2023.

Rol Nº44044-2022, Forestal Nilahue, S.A. con Ilustre Municipalidad de Pichilemu, sentencia
de 20 de abril de 2023.

Laudos arbitrales de inversión

ADC Affiliate Limited y ADC & ADMC Management Limited v. República de Hungría,
CIADI, Caso No. ARB/03/16, laudo arbitral de 02/10/2006.

América Móvil S.A.B. de C.V. v. República de Colombia, CIADI, Caso No. ARB(AF)/16/5,
laudo arbitral de 07/05/2021.

ConocoPhillips Petrozuata B.V., ConocoPhillips Hamaca B.V. y ConocoPhillips Gulf de Paria


B.V. v. República Bolivariana de Venezuela, CIADI, Caso No. ARB/07/30, laudo de fecha
08/09/2013.

Eco Oro Minerals Corp. v. República de Colombia, CIADI, Caso No. ARB/16/41, laudo de
fecha 09/09/2021.

Gemplus S.A., SLP S.A., Gemplus Industrial S.A. de C.V. v. Estados Unidos Mexicanos,
CIADI, Caso No. ARB(AF)/04/3, laudo arbitral de 16/06/2010.

Glencore Finance (Bermuda) Ltd. v. Estado Plurinacional de Bolivia, Corte Permanente de


Arbitraje, Caso No. 2016-39, laudo de fecha 08/09/2023.

Guaracachi America, Inc. and Rurelec PLC v. Estado Plurinacional de Bolivia, Corte
Permanente de Arbitraje, Caso No. 2011-17, laudo de fecha 31/01/2014

Michael Anthony Lee-Chin v. República Dominicana, CIADI, Caso No. No. UNCT/18/3, laudo
de fecha 06/10/2023.

Philip Morris Brands Sàrl, Philip Morris Products S.A. y Abal Hermanos S.A. vs. República
Oriental del Uruguay, CIADI, Caso No. ARB/10/7, laudo de fecha 08/07/2016.

UP y C.D Holding Internationale v. Hungría, CIADI, Caso No. ARB/13/35, laudo de fecha
09/10/2018.

Valeri Belokon v. República de Kirguistán, arbitraje administrado bajo reglas UNCITRAL,


laudo arbitral de 24/10/2014.

Vestey Group Limited v. República Bolivariana de Venezuela, CIADI, Caso No. ARB/06/4,
laudo arbitral de 15/04/2016.

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