La regularización del procedimiento en materia civil es la facultad de los
tribunales para corregir y ajustar las etapas de un proceso judicial que
no se hayan desarrollado de acuerdo con la ley.
Los tribunales pueden regularizar el procedimiento para:
Reponer etapas o actuaciones que no se hayan desarrollado de
acuerdo con la ley
Subsanar irregularidades que se detecten en el procedimiento
Es importante que el ejercicio de esta facultad se limite para evitar que
las autoridades jurisdiccionales abusen de ella. Por ejemplo, no se
pueden revocar resoluciones que hayan sido consentidas por las partes
o que no hayan sido impugnadas.
El artículo 58 del Código Federal de Procedimientos Civiles
establece la regularización del procedimiento en caso de omisiones
graves durante el proceso.
La regularización del procedimiento es una facultad de los tribunales
para corregir y reponer etapas del proceso que no se hayan desarrollado
de acuerdo con la ley.
Para regularizar el procedimiento, los tribunales pueden:
Reponer actuaciones o etapas que no se hayan desarrollado de
acuerdo con la ley
Revocar determinaciones anteriores que sean irregulares u
omisiones que se puedan corregir
Es importante que el ejercicio de esta facultad esté limitado para evitar
abusos por parte de las autoridades jurisdiccionales.