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Tema 1. Historia y Cristologia

El documento aborda la cristología, definiéndola como la doctrina sobre Jesús el Cristo, y explora su origen en la experiencia de la resurrección y la fe de los primeros cristianos. Se analizan las fuentes históricas sobre Jesús, tanto cristianas como no cristianas, y se discuten las etapas de la investigación sobre su figura histórica, destacando la dificultad de separar la historia de la fe. La cristología se centra en la confesión de que Jesús es el Mesías, en lugar de ser simplemente una historia sobre su vida.

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Tema 1. Historia y Cristologia

El documento aborda la cristología, definiéndola como la doctrina sobre Jesús el Cristo, y explora su origen en la experiencia de la resurrección y la fe de los primeros cristianos. Se analizan las fuentes históricas sobre Jesús, tanto cristianas como no cristianas, y se discuten las etapas de la investigación sobre su figura histórica, destacando la dificultad de separar la historia de la fe. La cristología se centra en la confesión de que Jesús es el Mesías, en lugar de ser simplemente una historia sobre su vida.

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CRISTOLOGIA – T04

Temario
T04
Cristología
Área de filosofía y ciencias humanas / Cristología 1
CRISTOLOGIA – T04

01
Historia y Cristología
T04
Cristología

Área de filosofía y ciencias humanas / Cristología 2


CRISTOLOGIA – T04

HISTORIA Y CRISTOLOGÍA
1. PUNTO DE PARTIDA DE LA CRISTOLOGÍA
Convertido al cristianismo, Pablo regresó a Jerusalén, y sus antiguos correligionarios
fueron a por él para matarle por apóstata. Llevado a Cesarea para someterle al juicio
del gobernador romano Festo, éste sólo encontró que le acusaban de algo muy
extraño: “Solamente tenían contra él unas discusiones sobre su propia religión y
sobre un tal Jesús, ya muerto, de quien Pablo afirma que vive”(Hch 25,19).
Tenemos aquí el artículo central del credo cristiano, puesto en boca del pagano
Festo.
“Cristología” significa “doctrina o discurso sobre Jesús el Cristo”. “Khristós” es la
traducción griega del hebreo “mashiaj” (ungido de Dios).
La forma latinizada Christus no es un sobrenombre del personaje histórico Jesús de
Nazaret, sino una confesión de fe en él. Quien dice seriamente “Jesucristo” confiesa
de hecho que Jesús es el ungido de Dios, el portador de la salvación.
Mesías o Cristo fue muy pronto una designación tan común de Jesús entre sus
seguidores que, ya sea en la combinación “Jesucristo” o solo “Cristo”, se convirtió en
el equivalente al nombre propio de una persona “Jesús de Nazaret”. Así nace la
confesión de fe “Jesús es el Cristo”.
El punto de partida de la cristología es un hecho histórico: lo que un tal Jesús
significó para el grupo de hombres y mujeres que formaron la primera comunidad
cristiana después de la resurrección. En su anuncio y predicación hacen referencia a
la historia de un judío de Nazaret llamado Jesús “con un lenguaje de fe”. Tenemos,
pues, una información histórica, pero interpretada en lenguaje de fe.
En primer lugar está la experiencia de la presencia del Resucitado en la vida de los
apóstoles; la primera predicación o anuncio (kerigma) consiste en anunciar la
presencia del Resucitado, y su muerte. Esta experiencia la relacionan con el Jesús
histórico (hechos, palabras, signos, conflictos, etc.) y esto da lugar a la Iglesia, que
reflexiona sobre todo ello y atribuye a Jesús títulos, que son confesiones de fe.
Jesús histórico EXPERIENCIA Iglesia
DEL RESUCITADO
Recuerdo creyente: Kerigma primero
palabras, hechos, Sentencias mesiánicas de la Títulos cristológicos
conflicto, etc. muerte
Primera cristología
La cuestión fundamental es la pregunta “¿Quién es este?” (Mc 4,41), que
encontramos, por ejemplo, en el relato de la tempestad calmada. Esta pregunta
plantea el tema del significado soteriológico: la importancia salvífica de Jesucristo
para el mundo y de nuestra relación con él.
Cristología no es, pues, la historia de Jesús; esto sería una “jesuología”. La
cristología consiste en explicar la frase “Jesús es el Cristo”. Ya nos damos cuenta
que esta frase tiene un sentido confesional. Cristología es el estudio de la confesión
de fe de los cristianos que creen que Jesús de Nazaret es el Mesías o Cristo.

FÓRUM
Cualquier persona, creyente o no, puede leer una historia de Jesús. A
esta misma persona ¿qué le recomendarías antes de leer un manual de
cristología?

Área de filosofía y ciencias humanas / Cristología 3


CRISTOLOGIA – T04

2. Las fuentes
Las noticias históricas extra-cristianas son pocas, pero fiables: Jesús existió. Sin
embargo explican pocas cosas de su vida y no se definen sobre su carácter
mesiánico.

2.1 Fuentes no cristianas.


Tenemos pocas y escuetas referencias históricas de autores fuera del cristianismo.
En muchos casos son simples ecos de lo que decían o celebraban los primeros
cristianos. La documentación extra-cristiana no da base suficiente para reconstruir
una biografía de Jesús. Por lo pronto, ninguno de estos autores (Flavio Josefo, Plinio
el joven, Tácito, Seutonio, Talo) cuestiona la existencia de Jesús.
Flavio Josefo (historiador judío 37-100 d.C). Antigüedades judías 18,3:

“En aquel tiempo apareció un tal Jesús, hombre sabio, si es que puede
llamarse hombre: era efectivamente autor de obras prodigiosas, el
maestro de los hombres que reciben la verdad con alegría, e indujo a
muchos entre los judíos y también entre los griegos (a ser sus
discípulos). Se pensaba que fuera el Mesías, pero no lo era, a juicio de
nuestras cabezas. Por todo ello, Pilato lo crucificó y lo hizo morir. Los
discípulos que antes lo habían amado no dejaron de proclamar que
había aparecido en el tercer día de la muerte nuevamente vivo. Los
profetas divinos atestiguan y predicen estas cosas y miles de otras
maravillas. Hasta ahora, el grupo de los cristianos, así llamados por su
causa, no ha desaparecido todavía.”

Un segundo pasaje de este mismo autor de cuya autenticidad tampoco parece caber
duda está tomado del mismo libro. Allí, en referencia a las medidas que tomó el
sanedrín judío contra Santiago (discípulo y pariente de Jesús), condenándolo a
muerte por lapidación, dice:

“(Anán constituyó) un consejo de jueces; y, tras presentar ante él al


hermano de Jesús, llamado Cristo, de nombre Santiago, y a algunos
otros, adujo en contra de estos la falsa acusación de que habían
transgredido la Ley (judía). Y así los entregó a la plebe para que fueran
lapidados” (Antigüedades judías, 20,9,1).

2.2 Fuentes del ámbito pagano (siglo II)


Tácito (56-120 d.C.), historiador romano, en los Anales 15,44 menciona el incendio
de Roma provocado por el emperador Nerón, quien echó la culpa a la “secta” de los
cristianos, y cuyo origen explica así:

“Para acallar este rumor, Nerón tachó de culpables y castigó con refinados
tormentos a los que eran detestables por sus abominables crímenes:
aquellos a los que la gente llamaba “cristianos”. Este nombre proviene de
Cristo, quien, bajo el reinado de Tiberio, fue ejecutado por el procurador
Poncio Pilato, Sofocada momentáneamente esta detestable superstición,
resurgió de nuevo: no solo en Judea, la tierra donde tuvo origen este mal,
sino también en la ciudad de Roma, hacia donde convergen y donde
encuentran fervorosa acogida prácticas horrendas y vergonzosas de todo
género y de todas partes del mundo.”

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CRISTOLOGIA – T04

Plinio el Joven (61-112 d.C.), gobernador de Bitinia (en el Oriente), al emperador


Trajano pidiéndole consejo (hacia el año 111) acerca del trato que debe dar a la
“superstición” de los cristianos, que se reúnen “en un día fijo, antes del amanecer,
para cantar –alternando a coro- himnos a Cristo como a Dios” (Epístola 10,96-97).
Seutonio (70-126 d.C.), historiador y biógrafo romano, autor de las Vidas de los
Césares. En la Vida del emperador Claudio 25,4 (hacia el 120) habla de los “judíos
que se soliviantaban continuamente, instigados por un tal Cresto, y a los que
(Claudio) expulsó de Roma”.
Estos pasajes tienen interés porque confirmen por una vía distinta de los textos
bíblicos la existencia histórica de Jesús, su muerte violenta y, en algunos casos, su
calidad de “sabio”.
2.3 Fuentes cristianas.
El Nuevo Testamento es la fuente principal de la vida y actuación de Jesús. En
general, son interpretaciones de fe sobre lo sucedido, no documentos históricos en
sentido moderno. En los evangelios no encontramos una historia completa de Jesús,
sino sólo recuerdos, tradiciones aisladas, dichos del maestro, articulados en una
perspectiva teológica. Su objetivo prioritario no fue narrar los hechos asépticamente,
sino presentar el significado salvífico de los mismos. Por eso, a los evangelistas no
les interesa la muerte de Jesús como un crimen más de la historia, sino por su
significado de salvación para la humanidad: “murió por nuestros pecados”. Para ellos
el acontecimiento histórico es “señal” portadora de salvación.
Resulta prácticamente imposible conocer objetivamente y en detalle la vida del judío
Jesús de Nazaret. Excepto casos aislados, no podemos saber qué palabras
proceden directamente de él y qué dichos pertenecen a las primeras comunidades
cristianas, acompañadas por el Resucitado y animadas por su Espíritu. Los
evangelios no cuentan todo lo que Jesús hizo y dijo, sino sólo aquello que pudo ser
relevante y significativo en el presente y para el futuro de la comunidad. Hay una
selección y una interpretación de los hechos.
En cuanto al acceso a lo histórico, hay dos cuestiones previas: ¿hay garantías de
llegar al Jesús tal como realmente vivió y murió en Palestina? ¿Cómo está hoy la
investigación histórica sobre este tema?

3. Etapas de la investigación sobre el Jesús histórico


3.1 Antecedentes
Hasta el s. XVIII la teología había dado prioridad a las formulaciones dogmáticas de
los concilios. Aunque no se dudó del valor histórico de los evangelios, se le dio poca
importancia. La historia de Jesús no era una clave decisiva y central para interpretar
su misma divinidad.
A partir de la Ilustración se reaccionó contra el encarcelamiento de Jesús de Nazaret
en los dogmas. Se empezó a leer y a analizar los textos del Nuevo Testamento
como si se trataran de unos documentos literarios más de la antigüedad mediante
las ciencias históricas y sin dejar espacio a la fe o a la interpretación creyente de la
Iglesia.

3.2 Etapas de la investigación sobre el Jesús histórico


3.2. 1. 1ª etapa (1815-1906)
En el s. XIX se asiste al nacimiento del método histórico-crítico aplicado a muchas
ciencias. Los hallazgos arqueológicos y lingüísticos corroboraron el nacimiento de la
historia como disciplina académica autónoma bajo el principio: volver a la realidad

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“tal como propiamente había sido”. Este principio también se utilizó para la historia
de Jesús. Era inevitable para constatar la autenticidad de los datos que se poseían
sobre la figura histórica de Jesús de Nazaret. Se trataba de acudir a la cronología, la
geografía y demás datos de la historia civil judía, romana, etc.
Crece el interés por la historia de Jesús. Aparecen múltiples “vidas de Jesús”. Este
fenómeno provoca la aparición en el Boletín bibliográfico de Albert Schweitzer, la
“Investigación sobre la vida de Jesús” que se estaba llevando a término. Este Boletín
bibliográfico marca el inicio de la 1ª etapa. Se trata de un serio balance crítico de los
autores presentados. Conclusión a la que llega el doctor Schweitzer: el Jesús de
cada autor tenía más del autor que de Jesús. Algunos autores son superficiales y
poco críticos; otros, sin embargo, tienen un valor innegable. Pero en algo están de
acuerdo estos autores: el Jesús de Nazaret y el Cristo objeto de la fe eclesial no
coinciden. La presentación de la vida de Jesús que alcanza la investigación histórica
es muy distinta de la fe eclesial.

TEXTO A COMENTAR 1
Albert Schweitzer escribe estas palabras, que se han hecho clásicas, en 1913
describiendo los esfuerzos realizados por la investigación acerca de la vida de
Jesús:

“Ha sido curioso lo que ha ocurrido con la investigación acerca de la vida de Jesús.
Se puso en camino para hallar al Jesús histórico, y creyó que podría
presentárnoslo a nuestro tiempo, tal como él era: como maestro y salvador. Esta
investigación rompió los lazos con los que él había estado encadenado, desde
hacía siglos, a las rocas de la doctrina de la Iglesia. Y se gozó cuando la figura de
Jesús recobró vida y movimiento, y vio venir hacia sí al hombre histórico Jesús.
Pero Jesús no se detuvo, sino que pasó de largo por nuestro tiempo y regresó al
suyo. Esto precisamente causó sorpresa y estupor a la teología de los pasados
decenios. A pesar de todas sus artes interpretativas y de toda la violencia aplicada,
no fue capaz de retener a Jesús en nuestro tiempo, sino que tuvo que dejarle
marchar. Jesús regresó a su tiempo con la misma necesidad que el péndulo, una
vez liberado, retorna a su situación original”.

¿Cómo resumirías con tus palabras la conclusión a la que llega el autor?

A pesar del fracaso de este intento de llegar al Jesús de la historia, este esfuerzo
obtuvo algún resultado positivo:
‐ Ayudó a definir lo que ha venido en llamarse género literario “evangelio”.
‐ Los evangelios aportan datos sobre el medio cultural de la época.
‐ Se descubre el evangelio de Mc como un proyecto teológico más que como
una narración.

Etapa “neutra” o la “no-búsqueda” (1906-1953)


En esta etapa se sitúa la obra de Rudolf Bultmann (1884-1976) “Jesús”. Investigó
las fuentes de información sobre Jesús. Intentó alcanzar la predicación primitiva y en
ella encontrar un eco de los acontecimientos históricos que en sí mismos son
imposibles de alcanzar; por tanto: son inútiles para la fe; más aún: son peligrosos.
Reconstruyó la formación de la tradición sinóptica partiendo de las tradiciones que
tienen su lugar de origen en el contexto vivo de las primeras comunidades cristianas,
hasta llegar a la redacción del texto: “método de historia de las formas”. Los

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evangelios no son documentos históricos, sino documentos de fe compuestos de


distintas piezas o “formas” que se fueron componiendo en el seno de comunidades
creyentes. Se demostraba, por primera vez, la imposibilidad de escribir una historia
de Jesús, con esto se derrumbaba la teología liberal.
Bultmann acabará pensando que, ya que no es posible acudir al Jesús histórico,
hay que mantenerse en la convicción del Cristo de la fe, que es lo que los evangelios
nos quieren transmitir. La historia de Jesús no es posible, porque la investigación no
tiene suficientes datos, ni hace falta. Lo importante para los evangelistas y para
nosotros es el “kérigma”, es decir, la formulación creyente de las primeras
comunidades cristianas a partir de la resurrección para ser anunciada. Para
Bultmann en la práctica la conducta histórica de Jesús y su predicación no
pertenecen al contenido de la fe cristiana; sólo pueden resultar interesantes para
comprender el origen histórico del cristianismo.
Peligro: Este fideísmo de Bultmann no tiene en cuenta el principio de la
encarnación, ni tampoco la intención de los evangelistas.

3.2.2. 2ª etapa (1953-1998)


Arranca con los alumnos de Bultmann, el más destacado de los cuales es Ernst
Käsemann (1906-1998), que en 1953 pronunció la conferencia: “El problema del
Jesús histórico”, donde reivindicó la legitimidad de la investigación sobre Jesús, y
abogó por la necesidad de la misma. Una cosa es la investigación histórica sobre la
vida de Jesús y otra el interés del Nuevo Testamento en la realidad humana de
Jesús. Una cosa no está desligada de la otra, pero conviene distinguirlas.
En esta segunda etapa la Iglesia católica saca a luz pública la instrucción sobre la
verdad histórica de los evangelios “Sancta Mater Ecclesia”, que se publicó
prácticamente en paralelo con la constitución dogmática “Dei Verbum” del Vaticano II
(18-XI-1965). La exégesis católica se apunta a la investigación sobre el Jesús
histórico.
Joachim Jeremias (1900-1979) emplea el método de la crítica literaria. Afirma que
se puede llegar a conocer ipsissima verba, algunas palabras pronunciadas por el
mismo Jesús. Denuncia el peligro de las posiciones de Bultmann de la siguiente
manera:

FÓRUM
“Estamos a punto de abandonar la proposición de que el Verbo se hizo carne y
de volatilizar la historia de la salvación, y la acción de Dios en el hombre Jesús
y en su predicación”.

¿Por qué crees que llega a esta conclusión el autor Joachim Jeremias?

3.2.3. 3ª etapa (1998…)


La obra “La tercera investigación del Jesús histórico” de Tom Wright (1988) señala
el inicio de la 3ª investigación. Esta etapa nace en el marco de una renovada
exégesis del Nuevo Testamento con la incorporación de aspectos sociológicos, que
tienen en cuenta las condiciones de vida del tiempo de Jesús con la incorporación
de aspectos considerados como nuevos:
‐ La sociología. Estudio del NT que tiene en cuenta las condiciones de vida del
tiempo de Jesús.

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‐ Las obras extra-canónicas. Conocimiento y uso de los evangelios apócrifos


(Evangelio de Tomás), de fuentes no usadas en etapas anteriores (2ª fuente
sinóptica: Juan Bautista), cristología sapiencial.
‐ El uso de los varios criterios de historicidad.
‐ El carácter ecuménico e internacional de la etapa.
‐ El hecho de tomarse en serio que Jesús era judío y que pertenecía al
judaísmo de su época.
Esta 3ª etapa aparece mucho más en continuidad con la 1ª. Considera
positivamente la historia; ésta ha dejado de ser problemática. Los textos evangélicos
recuperan el talante de crónica que habrían dejado de tener.

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CRISTOLOGIA – T04

TEXTO A COMENTAR 2
Los criterios de historicidad
¿Cómo llegar a conclusiones más o menos firmes para determinar la
historicidad de unas palabras o de un hecho de la vida de Jesús?
Criterio de incongruencia o contradicción. Si unas palabras o un gesto de
Jesús contradicen la imagen de que de él se hacían los primeros cristianos, la
Iglesia no puede haberlos inventado. Por ejemplo, el bautismo de Jesús por
Juan, que parece colocar a Jesús en situación de inferioridad con respecto al
Bautista. Criterio muy fiable.
Criterio de discontinuidad o de doble diferencia. Lo que no puede proceder ni
del judaísmo ni de las iglesias del siglo I tiene muchas probabilidades de
remontarse al mismo Jesús. Por ejemplo, los discípulos se abstienen de
practicar el ayuno, que era corriente sin embargo en el judaísmo y que luego
adoptarían los primeros cristianos.
Criterio de atestiguación múltiple. Se trata de acontecimientos o palabras
atestiguados por varias fuentes o tradiciones independientes unas de otras.
Por ejemplo, la predicación de Jesús acerca del Reino de Dios, las curaciones
en sábado, la confesión de Pedro en Cesarea.
Criterio de coherencia y conformidad. Palabras o gestos en coherencia con los
que han sido ya confirmados por los criterios anteriores. Por ejemplo, el
distanciamiento de Jesús respecto de ciertas prescripciones legales es
coherente con su distancia respecto de las prohibiciones sabáticas. Este
criterio es más delicado de manejar.
Criterio de rechazo y la condena a muerte. Las escenas de la vida de Jesús
que contribuyeron a irritar a las autoridades judías y romanas y lo llevaron a la
condena a muerte. Por ejemplo, las aclamaciones reales con ocasión de su
entrada en Jerusalén, o el escándalo del derribo de las mesas de los
cambistas en el Templo.
Estos cinco criterios no funcionan evidentemente de manera automática. Su
utilización requiere mucha prudencia y sentido histórico. A veces conducen
sólo a soluciones conjeturales. Su convergencia es particularmente
significativa.
Sesboüé, Bernard, Creer, San Pablo, Madrid 2001, p. 266-267

3.3. Momento actual.


Los evangelios son libros de fe (catequesis); son exposición de lo que la primera
comunidad recuerda de Jesús a la luz de su fe en el resucitado para sostener y
fortalecer la vida cristiana. Esta tradición evangélica tiene un origen comunitario:
recuerdan al Jesús histórico, ahora vivo, en la palabra de los testigos, que hablan de
él desde su fe.
Los evangelios incluyen una historia, el acontecimiento real e histórico de Jesús.
Una historia interpretada, pero al fin y al cabo una historia. Son narraciones de lo
sucedido y “transmitido por quienes desde el principio fueron testigos oculares”. El
kérigma ha tomado cuerpo y ha sido realizado de modo pleno y único en la conducta
y la predicación históricas de Jesús, “iniciador y consumador de la fe”. Cuando en el
credo decimos “bajo Poncio Pilato”, afirmamos que la novedad cristiana pertenece
no a un tiempo mítico, al tiempo de la humanidad en un momento histórico.
El Vaticano II aceptó el resultado de la crítica histórica para interpretar la revelación:
los evangelios “fueron compuestos escogiendo datos de la tradición oral y escrita,
reduciéndolos a síntesis, adaptándolos a la situación de las diversas Iglesias,

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CRISTOLOGIA – T04

conservando siempre el estilo de la proclamación: así nos transmitieron datos


auténticos y genuinos acerca de Jesús”. Ya antes había afirmado: “narran fielmente
lo que Jesús, el Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente
hasta el día de la ascensión” (Dei Verbum, 19).

Haz un esquema de los números 18 y 19 de la Constitución dogmática


Dei Verbum del Concilio Vaticano II.

Conclusiones:
‐ Hay un interés por la historia en la primera comunidad. Hay una conciencia
que la pascua no borra de la memoria la vida de Jesús, sino que le da su
valor definitivo y pleno.
‐ No hay oposición entre el recuerdo creyente y la historia. Nuestra fe supone
que el único Jesús real es el que vive y es Señor; y este Jesús resucitado y
Señor es el mismo que murió en tiempo de Poncio Pilato.
‐ La historia no es una prueba de la fe, que es don del Espíritu, pero sí forma
parte de su contenido. Por tanto, la referencia a la historia autentifica nuestra
fe.
‐ Hay un único y verdadero Jesús: “un tal Jesús” que los testigos dicen que
“vive”. Ellos han narrado su historia interpretándola a la luz de la resurrección.
‐ La búsqueda de Jesús se fundamenta en el Nuevo Testamento, leído
críticamente, ya que es anuncio kerigmático de un hecho histórico. La
investigación histórica no llegará nunca a afirmar la identidad divina de Jesús,
sólo la posibilitará. La fiabilidad histórica de la tradición cristiana primitiva es
grande, aunque tiene un carácter eminentemente confesional.

4. Historia y fe cristiana
Con el enfoque actual de la cristología, adquirimos la convicción que el Jesús
histórico, y no solamente el Cristo de la fe, forma parte del contenido de nuestra fe.
No creemos en verdades abstractas, sino en la historia concreta de un hombre que
nos habla de Dios y en ella, Dios nos transmite su salvación. Sólo en los
acontecimientos históricos podemos hacernos cargo de la proximidad de Dios. La
novedad del cristianismo es la encarnación: la Palabra se hizo carne; la gloria de
Dios se manifiesta en el hombre Jesús. Lucas inicia su libro afirmando que se apoya
en lo realmente sucedido, en la encarnación, para garantizar la “solidez” del
mensaje.

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FORO
¿Qué queremos decir al distinguir entre el “Jesús de la historia” y el “Cristo de
la fe? ¿Hablamos de la misma persona o de personas distintas? ¿Estamos
afirmando términos contradictorios?
¿Por qué no basta confesar que Jesús es el Hijo de Dios, sino que debemos
también conocer lo más exactamente posible cómo vivió y se comportó? ¿Qué
consecuencias tiene para la vida cristiana?
Redacta brevemente (media página) con tus propias palabras la respuesta a la
pregunta ¿por qué crees que es importante la cristología hoy? Para ello,
básate en los textos de estos dos teólogos para elaborar la respuesta:
“En la enigmática expresión ‘Hijo del hombre’ descubrimos con claridad la
esencia propia de la figura de Jesús, de su misión y de su ser. Proviene de
Dios, es Dios. Pero precisamente así -asumiendo la naturaleza humana- es
portador de la verdadera humanidad. (…) A lo que tiende el seguimiento de
Jesucristo es a esa humanidad nueva que viene de Dios” (Joseph Ratzinger,
Jesús de Nazaret, pp. 387.388).
A la pregunta ¿cuál es el mensaje cristiano?, Hans Küng responde: “A la luz y
por la fuerza de Jesús podemos vivir, obrar, sufrir y morir de una manera
verdaderamente humana en el mundo de hoy, porque estamos absolutamente
en manos de Dios y a la vez comprometidos hasta el final por el bien de los
hombres”.

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