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Historia de la Literatura Hispanoamericana

El documento es un prólogo que discute la complejidad de escribir una historia de la literatura hispanoamericana, enfatizando la necesidad de integrar las obras literarias con el contexto histórico y cultural en el que fueron producidas. Se plantea la dificultad de evitar la fragmentación y la superficialidad al abordar la literatura, y se propone un enfoque cronológico que respete la continuidad histórica. Además, se menciona la importancia de reconocer tanto a los escritores como a las influencias externas que han moldeado la literatura en español en América.

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Historia de la Literatura Hispanoamericana

El documento es un prólogo que discute la complejidad de escribir una historia de la literatura hispanoamericana, enfatizando la necesidad de integrar las obras literarias con el contexto histórico y cultural en el que fueron producidas. Se plantea la dificultad de evitar la fragmentación y la superficialidad al abordar la literatura, y se propone un enfoque cronológico que respete la continuidad histórica. Además, se menciona la importancia de reconocer tanto a los escritores como a las influencias externas que han moldeado la literatura en español en América.

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edición, 1954

Primera
Primera reimpresión, 1957
Segunda
reimpresión, Tercera 1961
Quinta reimpresión, 1967
reimpresión, 1962
Cuarta reimpresión, 1965 PROLOGO
De los muchos peligros que corre un historiador de la literatura, dos
son gravfsímos: el de especializarse en el estudio de obras maestras
aisladas entre sf, o el de especializarse en el estudio de las circunstancias
en que esas Obras se escribieron. Si hace lo primero nos dará p; una
colección de en s críticos discontinuos es

erenmas exteriores al proceso de la


civilización, es decir, una historia de la literatura con poca
literatura. ¿Es posible una Historiahistoria de la Literatura-
literatura? Por lo menos, es posible intentarla. Sería una historia
que diera sentido

pusieron a escribir, a lo largo de siglos. En vez de abstraer por un


lado las obras producidas y, por otro, las circunstancias en que se
produjeron, tal historia las integrarfa dentro de la existencia
concreta •de los escritores. Cada escrieor afirma valores estéticos
_que se_le han formacro- mientras contemplaba su hgñzonte
hfffnco:. y soñéStõValoies-los que deberfan constituir el verdauna Historia de la2Eiterattira.
Sí, todo csto está muy bien, como teoría. Pero ¿a qué delgada línea sc reduciría nuestra ésta que ahora ofrecemos,» si
sólo tuviéramos en cuenta la expre-

CULTURA EcoNÓ,ac.A Sión estética? Nuestras contribuciones efectivas a la D.R.@ i9Ñ6, FONDO DE
CULTURA EcoNdnac.%. S.A, DE CV.
Av. de D.F. hecho si se tienen cn cuenta loiññbstáculos con qtxv ha tropezado, y todavía
tropieza, la creación literaria. El Inca Carcflaso,
Sor Juana Inés de la Cruz? Andrés

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PROLOGO
ISBN 94-160265-X (Obra completa) Palma, Bcllo, Domingo José Martí, Sarmiento,
•Rubén Darío, Juan José Montalvo, Enrique RicardoRodó,

ISBN 968-16-0264-1 Alfohso Reyes, •Joge Luis Borges, Pablo Neruda y diez
más son figuras que honrarían cualquier literatura•.
Impreso en México Pero, en general, nos
aflige la
improvisación, el
des•7
orden, el fragmentarismo, la impureza. sólo nos interesan los escritores que cultivan la
Forzosamente tendremos que dar escritor malos poesfa, el poema en prosa, el cuento, la novela,
el teatro. . . A los ensavistas
Ño podemos evitar que el fárrago, se nos meta c esta sólo los consideramos en tanto
historia. Eso sí, sólo nos interesa aquí la realidad que se ha hombres de letras. S' en vez de una apretada
trasmutado, bien o mal, en literatura. Es decir» que si bien histori de la litcQtgra_hLIEér1 amos escrito una
presenciamos, con toda paciencia, con todo respeto, un largo amplia histo la cultura,
desfile de escritores, y tratamos de comprender por qué están
críticos—los
allí, lo cierto es que con la vista buscamos ansiosamente a 'los
pocos que han expresado valores estéticos. Nuestro objeto es filósofõs71õ historiadpxe;aos aniñ7õES;-ñn- daríamos
la LiteratuR, so sea, esos escritos que se pueden adscnYr en la uña sõéiôlô@fa literaria, con notüas sobñüül?as,
categoría de la belleza. tertulias, premios, y aSf. Pero este libro no aspira a
Claro está que, en los primeros capftulos, decirlo todo. Sabemos que, en Hispanoamérica, es
hemos tenido quE admitir a muchos hombres de frecuente que, dentro de la vida literaria, haya
acción o de pensamiento que personalidades extraordinarias que estudian o promueven
la literatura, pero no la producen. Más: a veces los
escribieron crónicas y tenciones
hombres que más. influyen en los grupos literarios son,
artísticas (sin embargo, aun cuota precisamente, los que no escrfl)en poesía, novela o
literana e sus escritos es lo que drama. Es de lamentar, pero forzosamente debemos
apreciamos) . Pero a medida que nos PRÓLOGO 9
acercamos a nuestro tiempo debemos ser más excluirlos dc una historia dc la poesía, de la novela
exigentes en el deslinde entre lo ue no es y del drama.
literatura. gamos a nuestro tiempo

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PROLOGO
La litcratura que vamos a estudiar es la que, en matizado ciertas generaciones, procurando hacer
América, se escribió cn español. No ignoramos la coincidir los cuadros externos de la historia política
importancia dc las masas de indios. Pero, en una con las tendencias estéticas. Las fechas titulares de
historia dc los usos expresivos de la lengua española cada capítulo indican los años de "gestación" y de
en -AmériCa, corresponde escuchar solamente a "gestión" en esas gencra• ciOhes, Para quc el
quienes se expresaroryen espêñ2J. Por la misma razón esquema sca más útil indicamos, aproximadamcnte,
no nos referiremos a los escritores que nacieron en también las fechas de nacimiento de los escritores.
Hispanoanúica pero escribieron en latín (como Rafael Cuando el scntido. histórico lo demandc, alteraremos
Landívar), en francés (como Jules Supervielle) o cn ese esquema y situaremos a un escritor fronterizo en
inglés (como W. H. Hudson). Tampoco a los que el lado que más convenga
escnYeron, sí, en español, pero sin experiencia Que ordenemos los materiales de nuestra historia
americana (como Vcntura de la Vega). En cambio en ,periodos no quiere decir que desatendamos otros
incorporaremos a nuestra historia a los extranjeros crite!ios ordenadores: los de nacionalidad, géneros,
que vivieron cntre nosotros y emplearon nuestra lengua escuelas, temas. . . Lo que hemos hecho es subordinar
(como Paul Croussac). estos cri terios a la cronología. En otras palabras, quc
Ya se sabe que la historia es un todo continuo. nuestro método es sistemático cuando agrupa
cronológicamente los fenómenos. literarios
fundamentales; y asistemático en todo lo demás. Es
Aquí mostraremos a los escritores, unos tras otros, en el
más difícil, pero falsifica menos la historia.
orden en que vinieron al mundo e ingresaron en la vida Agrupar a los escritores por países hubiera roto la unidad
literaria. Pero aunque la historia es un indiviso fluir de cultural de Hispanoamérica en diecinueve ilusorias literaturas
sucesos no podríamos representárr;osla sin ciertas nacionales. Recurrir a las categorías retóricas de los géneros
convenciones a las que llamamos periddos. Para que sea nos hubiera. obligado a romper a pedazos la obra de un
útil, la periodización debe ajustarse a los hechos, f
escritor que ha cultivado varios tipos de literatura y a
respetar la complejidad de cada época. Ahora bien: un distribuir los pedazos en capítulos separados sobre la
sistema de pcriodos tiene que ser consecuente con el "poesía", la a'narraci6n", el "ensayo", el "teatro", sin contar la
principio que adopte, pero no necesita ser regular. Al dificultad de clasificar los subgéneros. Insistir
contrario, la excesiva regularidad indicaría que el histo- en las escuelas y en los "ismos" nos habría
de dejando arrastrax_por hecho cacr en cl vicio de sustantivar meros conceptos
simetüãÇFEEffõrãs¯ÃIay periodos 'dad. Hay periodos {deales y, por lo tanto, de observar
cortçs_-y rápidos. Por miedo a falsear e con figuras más -los estilos colectivos que lbs
subjetivas hemos elegido un criterio*inofcnsivo: la estilos individuales. Hacer girar nuestra
clasificaci6n histórico-política en tres partes, "_La historia alrededor de ciertos temas hubiera sido superficial: lo
Colonia", República" y "Época que cuenta, ya se sabe, es el tratamiento de los temas,
no los temas mismos. Sin embargo, se
Contemporánca Dentro dc cstas amplias divisiones emos

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PROLOGO
encontrará, sobre todo en los últimos capítulos, un ordenamiento Una última advertencia: hay escritores
en nacionalidades (de norte a sur), en géneros (del verso precoces, hay escritores tardíos, pero al situarlos en
a la Ñosa y, dentro dc Ja prosa, de la ficción al un periodo no tencmos en cuenta la
ensayo; el teatro, al final), en escuelas (deaas niás imaginativas a cronología de sus libros, sino sus
las más realistas). años de formación, la atmósfera histórica que
Al lector que abra el libro aquí y allá, no para respiraron cn su mocedad.
leerlo, sino para consultarlo, quisiéramos recordarle que Un historiador de la literatura no puede leer
lo que tiene frente a los ojo es una historia, no un todos los Ill)ros —no alcanzaría una vida para
inventario. En otras palabras, que lo que va e es la
interpretación PROLOGO 11 total de un proceso hacerlo— pero tampoco puede limitarse a
continuo; y una serie de nombres, y aun una serie de comentar sólo los libros que ha leído —si lo
frases, sólo cobran sentido si-se llega a ellas hiciera no mostraría un proceso histórico
desde muchas páginas atrás, Por objetivo sino su autobiografía de lector—. Para
confiar cn la fluidez con quc los temas van ofrecer un panorama completo de lo que se ha
desenvolviéndose y transformándose cs que nos hemos escrito durante cuatrocientos años en un
atrevido a poner en el texto esas nóminas que otros
Continente ahora dividido en diecinueve
historiadores, prudentemente, esconden en notas aparte.
Leer nada más que la nómina es quedarse sin saber a repúblicas hispánicas, por fuerza ha de echar
qué categoría estética pertenece. Se dirá: ¿por qué no mano de datos y juiàios ajenos. Hay va-
suprimir esos feos pcdazos de censo? Ah, es que no son
pedazos de censo, sino nubes, constelaciones, bosques,
serranías y quebradas ep un paisaje histórico. La
abundancia de nombres llama la atención sobre cl
hecho de que los países hispanoamericanos están tan
incomunicados entre sí que los valores se cotizan en
mercados locales: renunciar a ellos ofendería
los orgullos nacionales. Y ya que
tocamos este puntillo de honra, recuerde el lector que,
en una historia como ésta, pensada unitariamente, el
cuento de las páginas consagradas a un escritor no
siempre mide su importancia. Hay escritores de veras
grandes que •se prestan a la miniatura crítica. Otros, por
el contrario, menos valiosos, si ilustran un movimiento,
un género, un tema o una realidad cultural, requieren un
tratamiento más extenso.

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PROLOGO

PROLOGO 13

vista ta infokmativa. rias científico, maneras de un manual, Una, de pero llevar la la más
menos adelante seria eficaz desde csta a desde tremenda cl punto cl punto empresade visade
y, luz disperso, Inntad por los rintoncs tanto, ha clasificar sido desconoéídà, oscuros rendir
el fárrago, de un una póner servicio fluminar América en_manos.-del-uectorpúblico: rota-por con
una juntar dentroúnicalo

ma cret aprovecha gina, mente conocimientos sición citas con hemos y dentro referencias se
oaseguido, a Qericanirefunde. los del centenares es bibliográficas, texto, es interrumpir
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se-señiles. pues, nuestra a de Es dc una los economía una muehos, Suma. No un especialistas
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aunque quedado y línea, levantada un Hemos En Declaramos poco sigamos ininterrumpida.sitio
nuestro con confo trabajado,para de aportesdeseoccrcaalba-citaraquí

jos, toriador desde compone el que se un asoma aparato al óptico, transcurso con de. lentes las
letras; y espc-yhemos a tribuciones, otros publicado críticos. de más Tampoco por aparato
separado: citamos erudito en nuestras esas y académico, contribucionespropias con-que

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PROLOGO

configura en un libro con "forma" -—con fornra unitaria analizamos con rigor el
estilo de los textos; acá, en la continua, lisa y redonda— sus propias observaciones
y Historia, refundimos a veces lo que no hemos analizado también observaciones
forasteras. Artercompositivo. Ast, directamente. Con todo, no exagerar. Esta
Historia es páginas que Se basan en un conocimieÑõ-dfrecto-tle personal cn su
concepción, en su ordenamiento y en textos van mezcladas —y a veces integradas-= con
otra gran parte de sus comentarios. Edición fras edición vaque, indirectamente,
resumen estudios desparramados. mos corrigiéndola: si la prisa nos obligó a llenar
un La bibliografía que damos al final es una mera guía para bueco con un retazo
extraño: en cuanto podemos lo

usado. Estas fuentes son innumerables. Hemos leído con un examen propio, reposado y
constantemente, v cada vez que encontramos algo. queh&/.fi definitiva. A medida que
tomamos posesión directa de encajaba en el pian que nos propusimos lo la materia, la
Historia se va haciendo más y más persomos sin vacilación y sin disimulo: hay, pues,
un manejo [ nal. Escrita con una perspectiva abierta, crece junto de historias dc
conjunto, de monografías parciales, dc con nuestro conocimiento. artículos de
circunstancia, de reseñas periodísticas. Más:
a veces consulté por carta a críticos de diferentes partes,Department of
Romance Languages y sus respuestas entraron en la construcción
sistemáticaHarvard Cambridge, UniversityMassacbussetts de esta gran síntesis. Al
viajar por nuestros países nos Marzo de 1967 acercamos a los grupos
literarios y, lápiz cn mano, tomamos apuntes que luego utilizamos. De
aquí que, en algunos casos, por el lado dc la conversación, esta Historia
pueda dar la primicia de indagaciones en marcha, todavíà inéditas. Es decir, que
concebimos nuestra Historia como un cuerpo desnudo, vivo y' voraz:
ligro está en haber Creado un Frankesteinl Nuestra vo•

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