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Fiscalidad y Legislación para PYMES

El documento aborda la fiscalidad, tributación y legislación laboral en las PYMES, destacando las obligaciones fiscales de los autónomos y sociedades, así como la legislación laboral aplicable. Se detalla el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre Sociedades, incluyendo métodos de estimación y modelos de declaración. Además, se expone el régimen de la Seguridad Social y las obligaciones de cotización para trabajadores por cuenta ajena y autónomos.
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Fiscalidad y Legislación para PYMES

El documento aborda la fiscalidad, tributación y legislación laboral en las PYMES, destacando las obligaciones fiscales de los autónomos y sociedades, así como la legislación laboral aplicable. Se detalla el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto sobre Sociedades, incluyendo métodos de estimación y modelos de declaración. Además, se expone el régimen de la Seguridad Social y las obligaciones de cotización para trabajadores por cuenta ajena y autónomos.
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GESTIÓN INTEGRAL DE PYMES

TEMA 4
FISCALIDAD, TRIBUTACIÓN Y LEGISLACIÓN LABORAL EN LA PYME
1. Obligaciones fiscales como autónomo
Obligaciones fiscales del autónomo

La Ley 35/2006, de 28 de noviembre, que regula el Impuesto sobre la Renta de las


Personas Físicas, indica en su artículo 1 que se trata de “Un tributo de carácter personal
y directo que grava, según los principios de igualdad, generalidad y progresividad, la
renta de las personas físicas de acuerdo con su naturaleza y sus circunstancias
personales y familiares”.

Por tanto, el objeto del Impuesto es:

“La renta del contribuyente, entendida como la totalidad de sus rendimientos, ganancias
y pérdidas patrimoniales, con independencia del lugar donde se hubiesen producido y
cualquiera que sea la residencia del pagador.

Se aplica en todo el territorio español, sin perjuicio de los regímenes tributarios forales
de los Territorios Históricos del País Vasco y de la Comunidad Foral de Navarra”.

El IRPF está regulado, además de por la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas, por el Real Decreto 439/2007, de 30 de marzo,
por el que se aprueba el Reglamento del Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas.

El objeto del gravamen del IRPF según el artículo 6 son las rentas del:

 Rendimiento del trabajo.


 Rendimiento del capital.
 De actividades económicas.
 Ganancias y pérdidas patrimoniales.
 Imputación de rentas.

Los rendimientos de las actividades económicas son obtenidos por quienes realicen de
forma habitual, personal y directa la ordenación por cuenta propia de los medios de
producción y los recursos humanos afectos a las actividades.

En el artículo 50 se determina que la base imponible es la magnitud dineraria o de otra


naturaleza que resulta de la medición o valoración del hecho imponible. La ley de cada
tributo ofrecerá los parámetros necesarios para fijarla.

Se puede determinar mediante los siguientes métodos:

 Estimación directa. Cuando en el año anterior la cifra de negocios sea mayor de


600.000 euros.
 Estimación directa simplificada. Cuando en el año anterior la cifra de negocios
sea menor de 600.000 euros.
 Estimación objetiva. Para las actividades recogidas por la Orden del Ministerio
de Hacienda y que no sobrepasen los límites establecidos para cada actividad.
 Estimación indirecta.

La regla general establece que las bases imponibles se determinen a través del método
de estimación directa. Pero la Ley de cada tributo puede establecer los supuestos en
que sea de aplicación el método de estimación objetiva, que tendrá, en todo caso,
carácter voluntario.

El método de estimación indirecta tiene carácter subsidiario, aplicándose como último


recurso en los supuestos que veremos en el apartado dedicado a este procedimiento.
Los contribuyentes que cumplan con los requisitos para aplicar el método de estimación
directa simplificada u objetiva, podrán renunciar a su aplicación presentando
los modelos 036 o 037. Declaración censal.

Reglamento establecido

Estimación objetiva

Su aplicación, cuando se cumplan los requisitos, es voluntaria para el contribuyente, que


puede renunciar para utilizar el método de estimación directa.

Extraemos pues las siguientes características para este método:

 Es necesaria manifestación expresa de la ley para poder aplicarlo.


 Una vez previsto por la ley es voluntario para el contribuyente. Si está previsto
por ley y el contribuyente no se pronuncia, se considerará en estimación objetiva.
Para pasar a directa tendrá que renunciar.
 Simplifica las obligaciones formales del contribuyente.
 La determinación de la Base Imponible se realiza mediante magnitudes, índices,
módulos y datos previstos en la ley.
Este método está previsto sólo para tres impuestos: IRPF, Impuesto sobre Sociedades
e IVA.

Para realizar la declaración en el IRPF se utilizan los Modelos de presentación:

El Modelo 100

Es el documento de ingreso o devolución del IRPF anual. Se puede solicitar un borrador


de este modelo para después confirmarlo o presentarlo directamente para las personas
físicas residentes en España. Se puede hacer una declaración individual o conjunta
anual.

Las liquidaciones de IRPF se pueden pagar en un plazo o dos. Y se suele presentar en


los meses de mayo a junio.

La liquidación de IRPF se realiza con el programa PADRE que se puede descargar


gratuitamente de la web de la Agencia tributaria o bien en las oficinas con cita previa.

El Modelo 111

Es el modelo para declarar las retenciones e ingresos a cuenta del IRPF sobre las rentas
o rendimientos del trabajo, actividades económicas, premios y ganancias patrimoniales
e imputaciones de renta.

Se puede presentar de manera mensual o trimestral.

El Modelo 145

Es el modelo para comunicar datos al pagador o variar datos de las retenciones del
IRPF sobre rendimientos del trabajo. En el que se recoge la situación familiar o
situaciones de pago por anualidad por alimentos, a favor de los hijos por decisión
judicial o por deducciones por vivienda habitual compradas o rehabilitadas antes del
2013. Este modelo se presenta antes de que empiece el año o al inicio de la relación
laboral para aplicar un % de IRPF correcto.
2. Obligaciones fiscales como sociedad
El Impuesto sobre Sociedades se define como un “tributo de carácter directo y de
naturaleza personal que grava la renta de las sociedades y demás entidades jurídicas”
según las normas de la Ley 27/2014, del 27 de noviembre del Impuesto sobre
Sociedades.

Es un impuesto que grava el beneficio de una actividad económica. Una actividad


económica, se define como la ordenación por cuenta propia de los medios de
producción y de recursos humanos con la finalidad de intervenir en la producción o
distribución de bienes o servicios.

Son residentes en territorio español todas las entidades en las que se cumpla
cualquiera de estos casos:

 Que se constituyan conforme a las leyes españolas.


 Que la sede de la dirección efectiva esté en territorio español cuando en él
radique la dirección y control del conjunto de sus actividades.
 Que su domicilio social esté en territorio español.

Esta ley recoge que en la Comunidad Foral de Navarra y en los Territorios Históricos del
País Vasco se aplica el impuesto sobre sociedades según el régimen de Convenio
Económico y de Concierto Económico en vigor.

En el artículo 7 se establece que son contribuyentes las personas jurídicas exceptuando


las sociedades civiles que no tengan objeto mercantil y determinadas entidades, aunque
no tengan personalidad jurídica. Se incluyen las siguientes entidades con personalidad
jurídica propia:

 Las sociedades mercantiles (como son las anónimas, de responsabilidad


limitada, colectivas, laborales, etc.).
 Las sociedades estatales, autonómicas, provinciales y locales.
 Las sociedades unipersonales y agrupaciones de interés económico.
 Las sociedades cooperativas.
 Agrupaciones de interés económico (AIE).
 Asociaciones, fundaciones e instituciones, tanto públicas como privadas y los
entes públicos.
Están también sujetas pero sin personalidad jurídica propia:

 Los fondos de inversión mobiliaria y los fondos de inversión en activos del


mercado monetario, así como los fondos de inversión inmobiliaria.
 Las uniones temporales de empresas (UTE).
 Los fondos de pensiones, inversión, regulación del mercado hipotecario,
titulización hipotecaria, capital-riesgo, titulización de activos, de garantía de
inversiones y de activos bancarios.
 Las comunidades de titulares de montes vecinales.

No son contribuyentes y no tributan en impuesto sobre la renta, determinados entes sin


personalidad jurídica (como las herencias yacentes, comunidades de bienes, etc.) ni las
sociedades civiles que no tengan objeto mercantil.

Las rentas originadas por las entidades en el régimen de atribución de rentas afectan a
los socios, herederos, comuneros o partícipes, aunque la obtención de rentas la realiza
por la propia entidad, que además es contribuyente por el IAE y por el IVA.

Tienen exención total y no tienen obligación de declarar determinados entes del sector
público como el Estado, CCAA, Entidades Locales y sus organismos autónomos, Banco
de España, entidades gestoras de la Seguridad Social, etc.).

Están parcialmente exentas las entidades e instituciones que no tienen ánimo de lucro,
benéficas o de utilidad pública, organizaciones no gubernamentales, cámaras oficiales,
sindicatos, colegios profesionales, asociaciones empresariales, partidos políticos, etc.
pero tienen la obligación de realizar la declaración con la totalidad de las rentas, exentas
y no exentas, salvo que cumplan determinados requisitos.

El período impositivo coincidirá casi siempre con el ejercicio económico de la entidad, y


en ningún caso excederá de 12 meses.

Aunque no haya finalizado el ejercicio económico, el periodo impositivo se entiende


concluido cuando:

 La entidad se extinga con el asiento de cancelación de la sociedad en el Registro


Mercantil.
 Se cambie la residencia de la entidad del territorio español al extranjero.
 Se transforme la forma jurídica de la entidad y ello determine la no sujeción de
la entidad resultante.
 Para los periodos impositivos iniciados a partir del 1 de enero de 2015, cuando
se produzca la modificación del estatuto o del régimen jurídico de la entidad, y
en ambos casos determine la modificación del tipo de gravamen o la aplicación
de un régimen tributario diferente.
El artículo 10 regula la base imponible que es el importe de la renta del periodo
impositivo restando las bases imponibles negativas de ejercicios anteriores. Se regula
el cálculo de la base imponible con particularidades para regímenes fiscales como el de
cooperativas o entidades sin ánimo de lucro.

El tipo general de gravamen para los sujetos pasivos de este impuesto es del 25%.

Las entidades de nueva creación tributarán, en el primer período impositivo en el que la


base imponible resulte positiva y en el siguiente, al 15%.

En cambio, tributarán al 20 % las sociedades cooperativas fiscalmente protegidas,


menos los resultados extracooperativos, que tributarán al tipo general.

Las entidades sin fines lucrativos que apliquen el régimen fiscal previsto en la Ley
49/2002 tributarán al 10%

Las entidades de reducida dimensión tributan al 25% los primeros 300.000 € de la Base
imponible.

Determinar el resultado contable

3. Legislación laboral
En el Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, se aprueba el texto refundido
de la Ley General de la Seguridad Social indicando que el nivel contributivo del sistema
español de la Seguridad Social se organiza en diversos regímenes, en los cuales se
integran aquellas personas que, ejerciendo una actividad profesional, están incluidos en
su campo de aplicación.

En el artículo 9.1 de la LGSS, se recoge que el sistema se integra por los siguientes
regímenes:
 El Régimen General, formado por los trabajadores por cuenta ajena.
 Los Regímenes Especiales, establecidos en aquellas actividades en que por su
naturaleza, sus condiciones de tiempo y lugar o por la índole de sus procesos
productivos, se hiciere preciso para la adecuada aplicación de los beneficios de
la Seguridad Social diferentes al anterior.

La Seguridad Social, recoge la obligación de cotizar desde el inicio de la actividad


laboral. La mera solicitud del alta del trabajador iniciará en todo caso idéntico efecto. La
no presentación de la solicitud de afiliación/alta no impedirá el nacimiento de la
obligación de cotizar desde el momento en que concurran los requisitos que determinen
su inclusión en el Régimen.

Se mantendrá durante todo el período en que el trabajador desarrolle su actividad.


La obligación de cotizar se mantendrá en las situaciones de:

 Riesgo durante el embarazo y riesgo durante la lactancia natural.


 Cumplimiento de deberes de carácter público como asistir de miembro a una
mesa electoral.
 Descanso por maternidad y paternidad.
 Incapacidad Temporal.
 Desempeño de cargos de representación sindical (siempre que no den lugar a
excedencia en el trabajo o al cese en la actividad).
 Permisos y licencias que no den lugar a excedencias en el trabajo.
 Convenios Especiales.
 Desempleo de carácter contributivo.
 Desempleo asistencial.
 En los supuestos establecidos en las normas de cada Régimen.

Se extingue el trabajo siempre que se comunique la baja en tiempo y forma


establecidos.

En los casos en que no se solicite la baja o se formule fuera de plazo establecido, no se


extinguirá la obligación de cotizar hasta el día en que la Tesorería General de la
Seguridad Social reconozca el cese en el trabajo por cuenta ajena, en la actividad por
cuenta propia o en la situación determinante de inclusión en el Régimen de que se trate.

Se reconoce el derecho de la Administración de la Seguridad Social para determinar las


deudas cuyo objeto esté constituido por cuotas, así como la acción para exigir el pago
de las mismas, que prescribirá a los 4 años.

"La prescripción quedará interrumpida por las causas ordinarias y, en todo caso, por
cualquier actuación administrativa realizada con conocimiento formal del responsable
del pago conducente a la liquidación o recaudación de la deuda y, especialmente, por su
reclamación administrativa mediante reclamación de deuda o acta de liquidación".
(Según el artículo 24 de la Ley General de Seguridad Social).
A. Régimen General

Este régimen es el más relevante de la Seguridad Social y se regula por la LGSS en el


Título II.

B. Inclusiones

El Régimen General comprende a los trabajadores por cuenta ajena de las diferentes
ramas de la actividad económica, o asimilados a ellos, sin distinción de sexo, estado
civil o profesión y ya sea trabajadores a domicilio, eventuales, de temporada o fijos o
discontinuos. También es irrelevante la categoría profesional, la forma y cuantía de su
retribución.

Los trabajadores por cuenta ajena según el artículo 1 del Estatuto de los Trabajadores,
se definen como "aquellos que voluntariamente prestan sus servicios retribuidos por
cuenta ajena y dentro del ámbito de la organización y dirección de otra persona física o
jurídica, denominada empleador o empresario".

Trabajadores por cuenta ajena

La LGSS establece en su artículo 97 la enumeración detallada de colectivos de


trabajadores incluidos dentro del Régimen General, dos sistemas especiales:

 Sistema Especial Agrario, que incluye los trabajadores que realicen labores
agrícolas, forestales o pecuarias, así como labores auxiliares o complementarias
de las mismas desarrolladas en explotaciones agrarias, retribuidos y por cuenta
ajena.
 Sistema Especial de Empleados del Hogar, que incluye a los trabajadores que se
dediquen a servicios o actividades para el hogar familiar, tareas domésticas, así
como dirección o cuidado del hogar en su conjunto o de algunas de sus partes,
cuidado o atención a miembros de la familia o personas que formen parte de su
ámbito, así como otros trabajos complementarios como guardería, jardinería,
conducción de vehículos, etc.
También la LGSS recoge las siguientes exclusiones:

 Los trabajos que ejecuten ocasionalmente como servicios amistosos, benévolos


o de buena vecindad.
 Los trabajos que den lugar a la inclusión en los Regímenes Especiales de la
Seguridad Social.
 Trabajos que en atención a su jornada o retribución pueda considerarse marginal
y que no constituya el medio fundamental de vida y lo apruebe el Gobierno.

Los Regímenes Especiales en vigor son:

 Régimen Especial de los Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos (RETA).


 Régimen Especial de los Trabajadores del Mar.
 Régimen Especial de la Minería del Carbón.

C. Régimen especial de los trabajadores autónomos (RETA)

Está regulado por el Decreto 2530/1970 de 20 de agosto y por la Orden de 24 de


septiembre de 1970.

En materia de altas, bajas y variaciones de datos, se dispone por el RD 84/96 de 26 de


enero, del Reglamento General de Inscripción de Empresas, Afiliación, Altas, Bajas y
Variaciones de Datos de Trabajadores en la Seguridad Social.

Hay que tener en cuenta que la Ley 20/2007 del 11 de julio, por la que se aprueba el
Estatuto del Trabajador Autónomo afecta en varios puntos a la regulación en Seguridad
Social.

Según lo dispuesto en artículo 2 del RD 2530/1970, por el que se aprueba el Régimen


Especial de Trabajadores Autónomos, se entenderá como trabajador por cuenta propia
o autónomo:

"Aquel que realiza de forma habitual, personal y directa una actividad económica a título
lucrativo, sin sujeción por ella a contrato de trabajo y aunque utilice el servicio
remunerado de otras personas.

Se presumirá, salvo prueba en contrario, que en el interesado concurre la condición de


trabajador por cuenta propia o autónomo, si el mismo ostenta la titularidad de un
establecimiento abierto al público como propietario, arrendatario, usufructuario u otro
concepto análogo".

Según el artículo 3 serán sujetos incluidos:

"Estarán obligatoriamente incluidos en este Régimen Especial de la Seguridad


Social los españoles mayores de 18 años, cualquiera que sea su sexo y su estado civil,
que residan y ejerzan normalmente su actividad en el territorio nacional y se hallen
incluidos en alguno de los apartados siguientes:

 Los trabajadores por cuenta propia o autónomos, sean o no titulares de


Empresas individuales o familiares.
 El cónyuge y los parientes por consanguinidad o afinidad hasta el tercer grado
inclusive de los trabajadores determinados en el número anterior que, de forma
habitual, personal y directa, colaboren con ellos mediante la realización de
trabajos en la actividad de que se trate, siempre que no tengan la condición de
asalariados respecto a aquéllos.
 Los socios de las Compañías regulares colectivas y los socios colectivos de las
Compañías comanditarias que trabajan en el negocio con tal carácter, a título
lucrativo y de forma habitual, personal y directa.

La inclusión obligatoria en el Régimen Especial de trabajadores por cuenta propia o


autónomos de aquellos trabajadores de esta naturaleza que para el ejercicio de su
actividad profesional necesiten como requisito previo, integrarse en un Colegio o
Asociación Profesional se llevará a cabo a solicitud de los Órganos superiores de
representación de dichas Entidades y mediante Orden Ministerial".

D. Exclusiones

En el artículo 5 de la Ley se establece que "estarán excluidos de este Régimen Especial


los trabajadores por cuenta propia o autónoma cuya actividad como tales dé lugar a
su inclusión en otros regímenes de la Seguridad Social".

Altas, variaciones y bajas en el Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Propia

Las afiliaciones y/o altas, iniciales o sucesivas, serán obligatorias y producirán efectos
sobre cotización y sobre la acción protectora desde el primer día del mes natural
trabajado en que concurran las condiciones determinantes de su inclusión en el campo
de aplicación del Régimen Especial de Trabajadores por Cuenta Propia, siempre que se
hayan solicitado en los términos legalmente establecidos, dentro de los 60
días naturales siguientes a aquel en que hayan nacido la obligación. (Artículo 47 y
Disposición Transitoria segunda del R.D. 84/1996, de 26 de enero).

Para la baja o variación de datos se deben comunicar en los 3 días naturales.

Si se realizan dos o más actividades que den lugar a la inclusión del trabajador en este
régimen especial, el alta y la cotización serán únicas para todas, eligiendo la actividad
que se prefiera. Si se ha optado por la cobertura de las contingencias por accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales, la inclusión y la cobertura se hará en la actividad
en la que resulte de aplicación el epígrafe de cotización más alto, por lo que deben
manifestarse a la Tesorería General de la Seguridad Social todas las actividades.
Baja laboral

4. Principales responsabilidades y deberes de las


empresas en materia de medioambiente y
seguridad laboral
El trabajo se refiere a una actividad en la que debido a las exigencias de una tarea, la
persona pone en marcha una serie de recursos, de capacidades y de habilidades, y unas
conductas con el objetivo de satisfacer los requerimientos de esta tarea.

En el caso de España, los derechos y obligaciones de los trabajadores y empresarios, se


encuentran regulados en el Capítulo III de la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos
Laborales.

A. Empresas. (Obligaciones del empresario)

Las obligaciones del empresario sobre la prevención de riesgos laborales se concretan


en una serie de acciones coordinadas e integradas en la gestión global del proceso
productivo en su empresa, aunque todas parten de un principio común establecido el
Artículo 14 punto 1: «Los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia
de seguridad y salud en el trabajo».

Esta obligación de prestar una protección eficaz al trabajador, se concreta en el Artículo


15 y siguientes. Por lo que los principios de la acción preventiva que el empresario debe
aplicar son:

Evitar riesgos
El primer apartado de toda acción preventiva es evitar los riesgos. El empresario debe
asegurarse de que los locales de trabajo, los equipos de trabajo, los materiales, las
materias primas, las sustancias empleadas y el sistema de organización del trabajo no
van a perjudicar la seguridad o la salud de los trabajadores. También se debe tener en
cuenta no exponer a riesgos a terceros; seguridad del producto, seguridad de las
instalaciones frente a accidentes mayores, control de la contaminación
ambiental, planes de emergencia especiales, etc.

También se incluye, la obligación de los proveedores y fabricantes de garantizar la


seguridad de sus productos o equipos de trabajo así como de entregar los certificados
y las instrucciones para un uso y mantenimiento seguro de los mismos. El empresario
tiene la obligación de exigir estas garantías como condición previa a la introducción de
dichos equipos y productos en su propio proceso productivo. En caso de no hacerlo así,
se le considera responsable solidario de los daños que se puedan producir.

2. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar

Cualquier actividad laboral por simple y sencilla que sea conlleva al menos un riesgo
profesional por mínimo que este sea, en frecuencia, probabilidad o consecuencia.

De esta forma los riesgos que no se hayan podido evitar deben ser objeto de evaluación
por parte del empresario. Hay que identificar esos riesgos, localizarlos y valorar cuál es
su importancia. De esta manera se pueden controlar de una forma más eficaz. Más
adelante estudiaremos la importancia y la forma de realizar una evaluación de riesgos,
pero llegados a este punto podemos afirmar que no es un fin en sí misma, ni una traba
burocrática obligatoria. Se trata de un paso anterior para llegar a la planificación racional
de la prevención. La ley obliga al empresario a seguir una secuencia lógica: primero
evaluar los riesgos e identificarlos y luego controlarlos.

3. Combatir los riesgos en su origen

Este principio preventivo, enlaza con el punto 1, hay que evaluar y controlar los riesgos
desde el mismo momento en que se plantea un proyecto empresarial. Las instalaciones,
los equipos de trabajo y los productos que se utilicen han de cumplir con unos requisitos
mínimos de seguridad en la mayoría de los casos establecidos por ley. Si a esto
sumamos una buena organización del trabajo, se constituyen en la mejor garantía para
combatir los riesgos laborales desde su origen.

4. Adaptar el trabajo a la persona

Se trata de un principio preventivo muy genérico y a la vez muy concreto. Hay que
procurar diseñar los puestos de trabajo, los métodos laborales y la producción teniendo
en cuenta que estos van a ser ocupados y realizados por seres humanos.
5. Tener en cuenta la evolución de la técnica

La modernización de los equipos de trabajo, la reorganización y la evolución de las


funciones en un puesto de trabajo son aspectos no sólo ventajosos desde el punto de
vista de la Prevención de Riesgos Laborales, sino que desde el punto de vista de la
productividad laboral, en un mundo que evoluciona tan rápidamente son prácticamente
imprescindibles.

6. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro

Es otro principio preventivo básico. Hay que sustituir aquellos equipos de trabajo que
resulten obsoletos y peligrosos o que no cumplan con la normativa. Si existen
sustancias y materias primas en el mercado menos peligrosas que las utilizadas y
realizan la misma función hay que primar su utilización.

7. Planificar la prevención

En función de los resultados de la evaluación de riesgos, el empresario debe elaborar un


documento escrito: la Planificación de Riesgos. Este documento se convierte en
obligatorio para todas las empresas.

Dicha planificación debe incluir como mínimo, la prioridad de las acciones, sobre qué
riesgos se va a actuar primero; el plazo de ejecución, es decir que tiempo se tiene para
actuar sobre cada uno de los riesgos; la dotación económica aproximada que supondría
actuar sobre el riesgo (en caso de que tenga un coste económico) así como previsiones
para su seguimiento y control periódico.

8. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual

Las medidas que protegen a varios individuos, están por encima y tienen prioridad
sobre las que protegen a solo uno.

9. Dar las debidas instrucciones a los trabajadores

Gran número de accidentes laborales tienen lugar por el desconocimiento de los


trabajadores al realizar determinadas actividades.

El empresario debe informar al trabajador sobre sus funciones exactas, darle las
instrucciones precisas y si fuera necesario en circunstancias que lo requieran preparar
procedimientos de trabajo por escrito, de la manera más clara y concisa posible. Este
es un principio preventivo que además favorece la productividad.

Además de estos principios preventivos básicos, la ley establece otras obligaciones


empresariales desarrolladas en artículos posteriores.
Así pues el Artículo 16, establece el Plan de Prevención de riesgos laborales, Evaluación
y la Planificación como la columna vertebral de la gestión de la prevención en la
empresa.

La ley exige que la acción preventiva sea eficaz. Para lo que es necesario adaptarla a la
realidad cambiante de la empresa y a los diferentes progresos de la técnica. Todas las
modificaciones realizadas de las condiciones de trabajo deben llevar a un nuevo
proceso de evaluación y planificación, que puede ser total o parcial.

Hay que asegurarse también que en la práctica el Plan de Prevención funcione y


garantice adecuadamente la salud de los trabajadores. En cualquier caso, siempre que
se detecten daños a la salud habrá que revisar el plan. (Todo esto se tratará con más
detalle en el Módulo IV, Gestión de la Prevención).

Posteriormente, en los Artículos 18 y 19 se establecen los deberes de información,


consulta, participación y formación de los trabajadores en materia preventiva. En el caso
de la formación por ejemplo, se establece que, ha de ser impartida al trabajador en el
momento de su contratación y cuando se produzcan cambios en las funciones que
desempeñe o se introduzcan nuevas tecnologías o cambios en los equipos de trabajo.
La formación ha de ser teórica y práctica y debe estar centrada en el puesto de trabajo
particular.

Ejemplo de medidas de prevención de riesgos laborales

El Artículo 20 establece la obligación de desarrollar y aplicar unas medidas de


emergencia, adecuadas al tamaño y características de la empresa. Dichas medidas de
emergencia se anexan por lo general al Plan de Prevención.

El Artículo 22 obliga al empresario a garantizar a los trabajadores la vigilancia periódica


de su estado de salud en función de los riesgos inherentes al trabajo. Esta vigilancia es
voluntaria para el trabajador quién puede renunciar a ella si le parece oportuno, salvo en
los casos especificados por ley donde sí que existe la obligación de realizarla (trabajos
de retirada de amianto por ejemplo). Los datos o resultados son comunicados al
trabajador, la empresa solo puede recibir un informe donde conste el apto o no apto del
trabajador para desarrollar la tarea asignada.

También se recoge en el artículo 23 el deber de documentar y mantener a disposición


de la autoridad laboral el Plan de Prevención, la Evaluación y Planificación preventiva,
los controles de salud realizados a los trabajadores y un registro de los accidentes y
enfermedades profesionales (si los hubiera) que hayan supuesto al trabajador una
incapacidad laboral superior a un día de trabajo. En estos casos, además el empresario
debe notificar por escrito a la autoridad laboral tal hecho (parte DELTA de accidentes de
trabajo).

Además y en virtud del artículo 25 el empresario debe garantizar de manera específica


la protección a los denominados Trabajadores Especialmente Sensibles (T.E.S.), que
son:

 Menores de Edad.
 Trabajadoras en situación de embarazo.
 Trabajadores de Empresas de Trabajo Temporal.

Por último, según el artículo 24, cuando en un centro de trabajo concurran trabajadores
de diferentes empresas, los respectivos empresarios tienen que colaborar entre sí para
asegurar una eficaz protección de todos. Esta obligación exige al empresario principal
que “vigile” a sus contratistas y subcontratistas para que cumplan con sus obligaciones.
De los incumplimientos de estos contratistas y subcontratistas es responsable solidario
el empresario principal.

Para el diseño y la realización de las actividades de prevención, el empresario tiene que


organizar un sistema de prevención, dotándose de los recursos humanos y técnicos
necesarios. La ley le ofrece diferentes posibilidades: podrá asumir personalmente esta
responsabilidad, designar trabajadores para el desarrollo de funciones preventivas,
organizar un Servicio de Prevención interno o contratar un Servicio de Prevención
externo.

B. Sanciones

El incumplimiento por parte del empresario de sus obligaciones en prevención de


riesgos laborales puede dar lugar a sanciones administrativas y recargos en las
prestaciones económicas del sistema de la Seguridad Social. En determinadas
ocasiones podrán derivar en responsabilidades civiles por daños y perjuicios y en
algunos casos extremos podrán dar lugar a responsabilidades penales. Además todas
estas sanciones y responsabilidades pueden ser compatibles entre sí. (Artículo 42
LPRL).
En cuanto al procedimiento sancionador también queda recogido en esta ley en el
Artículo 43. Cuando el Inspector de trabajo comprueba la existencia de una infracción
de la normativa, se formula un requerimiento al empresario para que subsane dichas
deficiencias en un plazo establecido. Transcurrido el plazo si las deficiencias no se han
subsanado se procedería a la formulación del Acta de Infracción.

En caso de que la deficiencia detectada fuera especialmente grave o el riesgo se


pudiera materializar de forma inminente, el Inspector de Trabajo puede paralizar de
forma inmediata tales trabajos.

Resumimos en la siguiente tabla las responsabilidades y sanciones en las que se puede


incurrir en prevención de riesgos laborales:

Por otro lado mediante la publicación del Real Decreto 306/2007 de 2 de marzo, se
actualizan las cuantías de las sanciones recogidas en el Real Decreto Legislativo 5/2000
de 4 de agosto (en la Ley sobre Infracciones y Sanciones de la Seguridad Social) en el
artículo 40 apartado 2, quedando resumidas en:
C. Responsabilidad medioambiental

En cuanto a las obligaciones de las empresas sobre medio ambiente en nuestro país, la
principal es la Ley 26/2007, de 23 de octubre de Responsabilidad Medioambiental. Esta
se promulgó para dar cumplimiento a la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo
y del Consejo de 21 de abril de 2004, sobre la responsabilidad medioambiental en
relación con la prevención y reparación de daños medioambientales. Ambas normativas
fueron motivadas, a su vez, por los graves episodios de contaminación que se viven y
han vivido en Europa en los últimos años y que exigen nuevos sistemas de
responsabilidad más eficaces.

La Ley 26/2007, fue elaborada tras un amplio proceso de participación pública, e


instaura de facto, un sistema de responsabilidad objetiva e ilimitada, centrada en la
recuperación de lo degradado, basada en dos principios fundamentales:

 El principio de prevención.
 El principio de “quien contamina paga”.

Esta norma presenta dos características fundamentales:

 Es ilimitada: porque el operador responsable adquiere la obligación de devolver


los recursos naturales dañados a su estado original. Implicando que hay una
recuperación del valor medioambiental, no indemnización dineraria y que la
restauración deber ser total.
 Es objetiva: porque las obligaciones se imponen al operador al margen de
cualquier culpa, dolo o negligencia.

El principio “quien contamina paga” se realiza porque los costes se trasladan de la


sociedad al operador económico beneficiario de la explotación de los recursos
naturales.

Se establecen tres tipos distintos de responsabilidad:

 Objetiva, por daños y amenazas medioambientales, con origen en actividades


del anexo III, da lugar a responsabilidad y obliga a prevenir, evitar y reparar.
 Objetiva, por daños y amenazas medioambientales, provenientes de cualquier
actividad, da lugar a responsabilidad y obliga a prevenir y evitar, no recogida en
la Directiva.
 Subjetiva, por daños y amenazas, provenientes de cualquier actividad, en la que
se exige haber incurrido en culpa y negligencia, y que da lugar a responsabilidad
y obliga a prevenir, evitar y reparar.

Otros aspectos reseñables de la ley son que en su ámbito de aplicación, la Ley española
amplía los supuestos de responsabilidad subjetiva, comprendiendo los daños causados
a hábitats y especies protegidos a nivel europeo, por la legislación estatal y autonómica.
También hay una aplicación en cuanto a los daños derivados de contaminación en
aguas y suelo, en estos últimos, incluso cuando no afectando a la salud, perjudiquen el
medio ambiente.

Por otra parte, establece el deber de prevención y evitación que se exige siempre, esto
es, para todas las actividades, estén o no en el anexo III; y aun sin culpa o negligencia.

Contempla también la posibilidad de acción en caso de amenaza de daño ambiental,


que no es sino una aplicación de los principios de prevención y precaución (artículo
174.2 Tratado CE consolidado), para evitar el daño ambiental.

La Ley contempla también, las denominadas “medidas provisionalísimas”, es decir, la


posibilidad de solicitar que se adopten las medidas que se consideren imprescindibles,
aún antes del inicio del procedimiento de exigencia de responsabilidad ambiental. Por
otra parte, se establece la legitimación del Ministerio Fiscal para personarse en
cualesquier proceso que tenga por objeto la aplicación de esta Ley.

En relación a la responsabilidad medioambiental en el exterior, se obliga a las empresas


españolas que realicen actividades fuera de la CE con ayudas públicas a prevenir, evitar
y reparar los daños medioambientales de acuerdo con lo establecido en los convenios
internacionales. Su incumplimiento se sanciona con el reintegro de la ayuda o apoyo
económico a la inversión recibido y la inhabilitación para percibir más ayudas públicas
durante un periodo de dos años.

La Ley 26/2007, establece también, la garantía financiera obligatoria. La norma


española, acoge el requisito de garantía financiera obligatoria, si bien se retrasa su
aplicación, para tomar en consideración el Informe de la Comisión CE al respecto; y la
capacidad de los mercados financieros.

En opinión de los principales agentes relacionados con el medioambiente, el verdadero


valor de esta ley no está tanto en las posibles actuaciones de reparación que de ella se
deriven (que ya de por sí tiene una gran importancia), como en el deber de prevenir y
evitar que instaura, principios cuya generalización, impedirá importantes daños al medio
natural. Esta es la idea fundamental, ya que en relación con el medioambiente, rigen los
principios de cautela, de acción preventiva, y de corrección de los daños al mismo.

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