UNIVERSIDAD REGIONAL DE GUATEMALA
FACULTAD CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
DERECHO ROMANO
CAPITULO 3 “DERECHO DE FAMILIA”
Lic. Hugo Rodas
de León Ruíz Oscar Vinicio
García Reyes Brandon Alester
Gordillo Plinio Liano
Bonilla Coronado Erick Alexander
Ávila González Kevin Eduardo
Fecha: 11/09/2024
INTRODUCCIÓN
El derecho de familia romano abarca las diversas formas en que las personas se relacionan y
están organizadas dentro del núcleo familiar, destacando dos grandes categorías: los alieni
iuris, sujetos a diversas formas de autoridad, y los sui iuris, que gozan de independencia, pero
pueden enfrentar limitaciones por incapacidad. El paterfamilias, que es el máximo
representante del sui iuris, ejerce una autoridad extensa sobre su familia, aunque esta ha
evolucionado desde un poder absoluto hacia una relación más equilibrada.
En el ámbito del parentesco, el derecho romano distingue entre el parentesco natural, basado
en lazos sanguíneos (cognatio), y el parentesco civil, determinado por la ley (agnatio). La
patria potestas, o autoridad paternal, ha sido fundamental en la estructuración familiar, desde
un control total sobre los descendientes hasta una gestión más equitativa de los bienes y
derechos.
Además, el derecho romano regula otras formas de uniones maritales, como el concubinato
y el contubernio, que, aunque no tienen el mismo rango que el matrimonio legítimo, también
influyen en la posición legal de los individuos y sus descendientes. La manus, autoridad sobre
la esposa, y el mancipium, la potestad sobre personas libres, son figuras que también
configuran las relaciones dentro de la familia romana.
Por último, el derecho romano contempla mecanismos como la tutela y la curatela para
proteger a aquellos que, siendo sui iuris, presentan incapacidades específicas, ya sea por
edad, salud mental o prodigalidad. Estas instituciones han evolucionado para responder a las
necesidades de protección y administración de bienes en diversos contextos familiares.
DERECHO DE FAMILIA
I. Generalidades
En el derecho de familia, se estudia la posición de las personas dentro de la familia. Los
individuos pueden ser alieniiuris (sujetos a la autoridad de un paterfamilias) o sui iuris
(independientes). Los alieniiuris están sometidos a tres tipos de autoridad: la autoridad
paternal (patria potestas), la autoridad del marido sobre su esposa (manus), y la autoridad de
un hombre libre sobre otro (mancipium). Por otro lado, los sui iuris no están sometidos a
ninguna autoridad, pero su capacidad puede estar limitada por razones como la edad,
requiriendo tutela o curatela.
El paterfamilias es el prototipo del sui iuris, con la capacidad de poseer un patrimonio y
ejercer autoridad. No se requiere edad ni ser padre para ser paterfamilias; incluso un recién
nacido puede serlo, aunque necesitará un tutor. En cuanto a la mujer, el título de
materfamilias es honorífico y no confiere derechos específicos.
II. Parentesco
La visión romana del derecho de familia está estrechamente vinculada a la concepción de
parentesco, que se dividía en dos tipos: natural o civil. El parentesco natural, o cognatio, se
basaba en los lazos de sangre, mientras que el parentesco civil, o agnatio, se creaba por la
ley. Cada tipo de parentesco tenía diferentes consecuencias legales y sociales.
Cognatio
La cognatio es el parentesco que une a las personas que descienden unas de otras en línea
recta o que tienen un antepasado común en línea colateral, sin distinción de sexos. Se aplica
tanto en líneas masculinas como femeninas.
Agnatio
La agnatio es el parentesco civil basado en la autoridad paterna o marital y solo se reconoce
en la línea masculina. El sistema familiar romano era patriarcal y solo reconocía el parentesco
agnático, basado exclusivamente en la línea paterna. Esto significa que una persona solo tenía
abuelos paternos y los hermanos del mismo padre y diferente madre eran considerados
agnáticamente como hermanos, pero no así los hermanos uterinos.
La familia agnática incluye a todos los individuos bajo la autoridad de un paterfamilias o
aquellos nacidos del matrimonio legítimo o adoptados. Los hijos del matrimonio legítimo se
consideran agnados entre sí y con sus abuelos paternos, pero no con su madre a menos que
ella esté casada en manu. El derecho romano concedía privilegios a los parientes agnados,
especialmente en tutela, curatela y sucesiones. Sin embargo, la igualdad entre el parentesco
cognático y agnático no se estableció completamente hasta la época de Justiniano, cuando el
parentesco cognático comenzó a conferir todos los derechos familiares.
III. Patria Potestad
La patria potestas es la autoridad que ejerce el jefe de familia sobre sus descendientes,
formando la familia civil o agnática. Esta autoridad pertenece al varón de mayor edad y se
crea para proteger los intereses familiares, otorgando al paterfamilias plenos poderes.
Inicialmente, la patria potestas otorgaba al jefe de familia derechos totales sobre las personas
y bienes bajo su autoridad, sin importar la edad o el estado civil de los descendientes. Con el
tiempo, esta autoridad absoluta se fue moderando, evolucionando hacia una relación de
mayor igualdad con derechos y deberes compartidos entre padres e hijos.
Derecho sobre la persona.
En los primeros siglos de Roma, el poder del paterfamilias era casi ilimitado, incluyendo el
derecho de vida y muerte sobre sus descendientes y la posibilidad de venderlos a terceros.
Este poder absoluto fue paulatinamente limitado por el derecho, y para la época republicana,
ya se había moderado considerablemente.
Derecho sobre los bienes
La evolución del poder del paterfamilias sobre los bienes siguió un proceso similar al de las
personas bajo su autoridad. Inicialmente, todo lo que adquiría un hijo pertenecía al padre,
pero en la época republicana, con la creación del peculio profecticio, los hijos podían
gestionar y formar un patrimonio propio. Durante el reinado de Augusto, se creó el peculio
castrense para los hijos militares, y bajo Constantino, el peculio cuasicastrense para quienes
servían en cargos públicos o eclesiásticos. Finalmente, los hijos no emancipados también
obtuvieron derechos sobre bienes adventicios, como herencias maternas.
Fuentes de la Patria Potestad
Las fuentes de la patria potestad son instituciones que crean la relación de dependencia de un
alieni iuris respecto de un sui iuris. Las principales son: el matrimonio, la adopción y la
legitimación. El matrimonio romano (iusta nuptiae) tenía como fin principal la procreación
y estaba compuesto por la convivencia y la intención de los cónyuges de considerarse marido
y mujer (affectio maritalis). Los hijos nacidos dentro de ciertos plazos quedaban bajo la patria
potestad del padre. Además, los esponsales, o promesas de matrimonio, no eran legalmente
exigibles, pero podían implicar arras esponsalicias.
El matrimonio en Roma exigía pubertad (12 años para mujeres, 14 para hombres),
consentimiento de los esposos y del jefe de la familia, y la aptitud legal llamada conubium.
El consentimiento paterno fue perdiendo importancia con el tiempo. El matrimonio prohibía
uniones con parientes cercanos, patricios con plebeyos, y otras restricciones que fueron
relajándose bajo Justiniano. Los matrimonios podían ser cum manu o sine manu, afectando
la autoridad del marido sobre la esposa y los bienes. Augusto incentivó el matrimonio con
hijos y sancionó la falta de descendencia para resolver problemas demográficos.
La disolución del matrimonio en Roma podía ocurrir por muerte de uno de los cónyuges o
por causas legales. Entre las formas principales estaban: el repudium, una declaración
unilateral de querer terminar la unión, frecuente desde Augusto; el divorcio por mutuo
consentimiento, más común bajo los emperadores cristianos; el divorcio por culpa de uno de
los cónyuges, basado en conducta inapropiada como adulterio; el divorcio unilateral sin causa
legal, que llevaba sanciones, y el divorcio bona gratia, debido a circunstancias como
impotencia o ingreso a órdenes religiosas.
La adopción en Roma buscaba establecer relaciones agnáticas similares a las entre el
paterfamilias y el filiusfamilias. Existen dos tipos principales de adopción: la adrogatio
(adopción de un sui iuris, donde un paterfamilias adopta a otro) y la adopción de un alieni
iuris (adopción de un hijo de otro paterfamilias). La adrogatio requería aprobación religiosa
y social, mientras que la adopción era más sencilla. Bajo Justiniano, las reglas se
simplificaron, otorgando mayor protección al adoptado, especialmente en temas sucesorios.
La extinción de la patria potestad en el derecho romano puede ocurrir por causas fortuitas o
por actos solemnes. Las causas fortuitas incluyen la muerte, la esclavitud o la pérdida de
ciudadanía del paterfamilias o del hijo, mientras que los lazos agnáticos se mantienen.
También se pierde la patria potestad si el hijo adquiere dignidad pública o religiosa. Entre
los actos solemnes se encuentran la adopción y la emancipación, esta última permitiendo al
hijo convertirse en sui iuris, manteniendo los lazos agnáticos y los derechos hereditarios.
IV. Otras uniones de carácter marital.
El derecho romano reconoció y reguló otras uniones lícitas de carácter marital, aunque con
efectos menores que el iustum matrimonium. Estas uniones son: 1) el concubinato, 2) el
contubernio, y 3) el matrimonio sine conubio.
El concubinato era una unión monogámica y duradera, pero de menor rango que el iustum
matrimonium, regulada por ley. Nació por la prohibición de matrimonios entre personas de
diferentes clases sociales. Los hijos seguían la condición de la madre y no formaban parte de
la familia del padre. Con el tiempo, los hijos podían ser legitimados, y el concubinato
convertirse en matrimonio legítimo. El contubernio era una unión entre esclavos o entre un
libre y un esclavo, sin efectos jurídicos. El matrimonio sine conubio se daba entre personas
sin derecho al conubium, y los hijos nacían sui iuris.
V. Manus
El usus era el método más antiguo para establecer la manus, autoridad ejercida sobre una
mujer casada, obtenida por el simple transcurso de un año de convivencia continua. La mujer
podía evitarlo al pasar tres noches fuera del hogar. La manus también podía establecerse por
la confarreatio (ceremonia religiosa para patricios) o la coemptio (venta ficticia de la mujer).
En matrimonios con manus, la mujer entraba en la familia del marido como hija. Para
disolverla, era necesaria una manumisión especial o una ceremonia de diffarreatio si se usó
la confarreatio.
VI. Mancipium
El mancipium era una figura del derecho civil romana que permitía a un hombre libre ejercer
autoridad sobre otra persona libre. Un paterfamilias podía mancipar a sus hijos o a su mujer
in manu. Aunque la mancipatio tenía usos legítimos, como garantizar deudas, abusos llevaron
a limitaciones en la Ley de las XII Tablas, estableciendo que una persona mancipada tres
veces (o dos veces en el caso de una hija) se convertía en sui iuris. A diferencia de un esclavo,
la persona en mancipium mantenía su libertad y ciudadanía y podía ser liberada mediante
manumisión.
VII. Tutela y Curatela
Una persona sui iuris (que no está sujeta a autoridad) puede enfrentar incapacidad y requerir
tutela o curatela según cuatro causas: falta de edad, sexo, alteración mental o prodigalidad.
La tutela se aplica a menores de edad y personas incapaces por razones de sexo, mientras que
la curatela abarca a personas con alteraciones mentales o prodigalidad.
1. Tutela:
Tutela de impúberes: Un tutor administra el patrimonio del pupilo y debe realizar
un inventario de los bienes. Justiniano prohibió que el tutor fuera acreedor o deudor
del pupilo.
Tutela perpetua de mujeres: Originalmente, las mujeres sui iuris estaban bajo tutela
perpetua, pero esta figura se redujo y eventualmente desapareció con el tiempo.
Tipos de tutela: Testamentaria (designada por testamento), legítima (por ley, el
pariente más cercano) y dativa (nombrada por el magistrado).
2. Curatela:
Curatela de locos y pródigos: Se nombraban curadores para personas con problemas
mentales o que malgastaban sus bienes.
Curatela de menores de 25 años: La Ley Plaetoria requería curatela para jóvenes
varones de entre 14 y 25 años por su inexperiencia. La curatela podía ser permanente
o por actos específicos.
Curatela de pupilos: En algunos casos específicos, los pupilos impúberes podían
estar bajo curatela además de tutela, como en conflictos con el tutor o si el tutor no
podía cumplir sus funciones.
CONCLUSIÓN
En conclusión, el derecho de familia romano proporciona una visión compleja y detallada de
la organización y regulación de las relaciones familiares en la antigua Roma. Al distinguir
entre los alieni iuris y los sui iuris, y al establecer sistemas de autoridad como la patria
potestas, el derecho romano estructuraba la familia de manera que reflejaba tanto el poder
absoluto del paterfamilias como la gradual evolución hacia una mayor equidad en la gestión
de bienes y derechos.
El parentesco, tanto natural como civil, desempeñaba un papel crucial en la determinación
de derechos y obligaciones dentro de la familia. Las uniones maritales no solo se limitaban
al matrimonio legítimo, sino que también incluían formas como el concubinato y el
contubernio, cada una con implicaciones legales específicas. Las instituciones de manus y
mancipium, junto con los mecanismos de tutela y curatela, subrayan la preocupación romana
por la protección y administración adecuada de aquellos con incapacidad o vulnerabilidad.
Este marco jurídico, que ha evolucionado con el tiempo, refleja una sociedad que buscaba
equilibrar el poder familiar con el reconocimiento de los derechos individuales, sentando las
bases para muchas de las prácticas familiares y legales que influyen en los sistemas jurídicos
contemporáneos.