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La Generación Del 27 (Tema en Apuntes NO LIBRO)

La Generación del 27, un grupo de poetas que se unieron en 1927 para rendir homenaje a Luis de Góngora, se caracteriza por su búsqueda de renovación estética en la poesía española, fusionando influencias de vanguardias y tradiciones literarias. Sus obras evolucionan desde la poesía pura hacia temas más humanizados y comprometidos, especialmente tras la Guerra Civil Española, que marcó su desintegración. Autores destacados incluyen a Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda, quienes exploraron diversas corrientes como el surrealismo, el neopopularismo y el clasicismo.

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La Generación Del 27 (Tema en Apuntes NO LIBRO)

La Generación del 27, un grupo de poetas que se unieron en 1927 para rendir homenaje a Luis de Góngora, se caracteriza por su búsqueda de renovación estética en la poesía española, fusionando influencias de vanguardias y tradiciones literarias. Sus obras evolucionan desde la poesía pura hacia temas más humanizados y comprometidos, especialmente tras la Guerra Civil Española, que marcó su desintegración. Autores destacados incluyen a Federico García Lorca, Rafael Alberti y Luis Cernuda, quienes exploraron diversas corrientes como el surrealismo, el neopopularismo y el clasicismo.

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TEMA 6.- LA GENERACIÓN DEL 27: CARACTERÍSTICAS. AUTORES Y OBRAS PRINCIPALES.

6.1.- La Generación del 27: definición y características generales

Hoy se acepta generalmente el nombre de Generación del 27 o Grupo del 27 frente a otras denominaciones, como
Generación de la Dictadura ,Generación de la vanguardia o Generación de la amistad, etc. La denominación
Generación o Grupo del 27 ha triunfado porque recoge el interés de estos autores por la recuperación de un poeta
prácticamente olvidado a principios del siglo XX: Luis de Góngora. En 1927 se cumplieron trescientos años de la
muerte de Góngora, y por este motivo varios poetas se reunieron en el Ateneo de Sevilla para rendirle un
homenaje. Este hecho generacional puede ser considerado el punto de unión de un gran número de autores.

La colaboración de los autores del 27 en las mismas revistas literarias es otro hecho que debe ser tenido en
cuenta. Alrededor de 1927 las revistas más importantes eran: Mediodía, Litoral, Papel de Aleluyas, Carmen, Verso y
Prosa, La Gaceta Literaria, Gallo, Manantial y Meseta.

Las influencias que los autores del 27 reciben en sus obras son variadas y muy diversas. Entre las más importantes,
se pueden destacar las siguientes:

• Vanguardias: el Futurismo no influye demasiado salvo en algunas etapas de autores como Pedro Salinas o Rafael
Alberti. El Creacionismo tiene como principal representante dentro de este grupo a Gerardo Diego, que en
algunos de sus poemas (Imagen, 1922) se plantea la necesidad de crear una nueva realidad, ajena por completo
al mundo sensible. El Surrealismo influye prácticamente sobre todos los miembros de la Generación. Llega a
finales de la década de 1920 y es acogido por un gran número de poetas. La expresión del mundo subconsciente,
de los elementos oníricos y de las visiones aparece frecuentemente en la obra de Lorca, Alberti, Aleixandre o
Cernuda. La poesía gana en libertad, tanto temática como formal, y vuelve a los contenidos humanos. Gracias al
Surrealismo, la poesía de los años 30 de desarrolla plenamente.
• Entre las influencias sobre los autores del 27, también se debe mencionar a dos poetas que por entonces ya
estaban completamente consagrados: Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Ambos son tomados como
modelos y son admirados y respetados, a pesar de la diferente concepción estética que plasman en sus obras.
• También se debe mencionar la influencia de autores como los franceses Valéry y Mallarmé; el gran introductor
de las vanguardias en España, Ramón Gómez de la Serna; el líder de la Generación del 98, Miguel de Unamuno; el
gran ensayista y filósofo José Ortega y Gasset.
• A pesar de que las vanguardias propugnaran la ruptura absoluta con todo el arte anterior a ellas, los autores del
27, aun aprovechándose de las innovaciones que aportaron los ismos, prefirieron fijarse en lo mejor de la
literatura patria. Así, admiraron a Jorge Manrique, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Lope de Vega o
Quevedo. De Rubén Darío tomaron el valor plástico de la lengua, y de Gustavo Adolfo Bécquer el tratamiento
aparentemente sencillo de los temas y las formas poéticas. Además, autores como Alberti o Lorca se inspiraron
en la poesía popular española (romances y cancioncillas breves), aunque le dieron un tratamiento culto,
denominado neopopularismo.

Las principales características de la poesía de la Generación del 27 son las siguientes:

• Intentan la renovación estética de la poesía española. Para ello, toman las innovaciones que aportan las
vanguardias, aunque sin olvidar la importancia de la tradición literaria española.
• En sus poemas, cuidan y renuevan la forma a través de la utilización de léxico culto, palabras coloquiales,
términos alejados hasta entonces de la poesía, etc.
• La metáfora se convierte en el recurso literario más importante. Se trata de una figura muy adecuada para
expresar los contenidos surrealistas.
• En cuanto a la métrica, utilizaron estrofas clásicas como el soneto, el romance o el villancico, pero también
innovaron con la utilización de versos blancos y libres. En cualquier caso, la libertad métrica es uno de los rasgos
característicos de este grupo.
• Evolucionan desde el punto de vista temático. Al principio la preocupación principal era la forma del poema, el
arte por el arte, pero poco a poco (bajo la influencia del Surrealismo) los autores del 27 desarrollan una poesía
humanizada, más preocupada por el dolor, la alegría o los recuerdos. La Guerra Civil acentúa esta visión
humanizada de la poesía, hasta el punto de que muchos autores se decantan por los temas comprometidos. Se
puede ver, así, que un autor como Alberti pasará de la poesía aséptica y pura de Marinero en tierra (1924) al
compromiso más profundo en El poeta en la calle (1936).
Aun teniendo en cuenta las diferencias entre los distintos autores, pueden señalarse, en conjunto, las siguientes
etapas en la evolución poética del grupo:

• Primera etapa (hasta 1929): etapa de juventud. En estos años cultivaron la poesía pura, sobre todo en su
rechazo del exceso retórico.
• Segunda etapa (desde 1929 hasta 1936): etapa de la rehumanización. Los nuevos temas produjeron un proceso
de rehumanización poética con la exploración del yo y de las emociones humanas. Este hecho coincidió con una
complicada situación política, que no permitía que los artistas se mantuvieran al margen. Se dejó sentir la
influencia del chileno Pablo Neruda, por entonces residente en España, que reclamaba una “poesía impura”,
comprometida, cuyo ideal no era la belleza, sino la comunicación.
• Tercera etapa (desde 1939): en 1939 la generación del 27 se desintegró como grupo de forma dramática. El
grupo se dispersa y se puede considerar que la Guerra Civil Española marcó el fin de la Generación como tal.
Lorca murió asesinado; Salinas, Guillén, Cernuda y Alberti tuvieron que exiliarse; Alonso, Aleixandre y Diego
permanecieron en España. Cada autor siguió un camino personal y estético. En el exilio, la nota dominante será,
al correr de los años, la nostalgia de una patria perdida (sobre todo en Cernuda y Alberti).

La nómina de autores del 27 es muy amplia. Los poetas más importantes son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Rafael
Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y Gerardo Diego, Emilio Prados y
Manuel Altolaguirre. Por último, hay poetas cuya adscripción al 27 es más problemática por causas diversas, aunque
indudablemente formaron parte de la gran eclosión de la poesía en el primer tercio del siglo XX: León Felipe, Juan
Chabás, Pedro Garfias,etc. Junto a estos autores, cabe destacar la labor de un grupo de mujeres, muy vinculadas
tanto personal como profesionalmente a este grupo y cuyo estudio ha estado relegado a un segundo plano hasta que
recientemente fueron redescubiertas en un documental y un libro; es un grupo de mujeres conocidas como “Las
sinsombrero”, grupo formado por mujeres de diversas artes, entre las que destacan las escritoras María
Zambrano, María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín o Concha Méndez.

6.2.- La tendencia a la deshumanización en la poesía de la Generación del 27. Poesía pura, vanguardista,
neopopular, clasicista... Autores y obras más destacados.

Durante los primeros años de la andadura poética de la Generación del 27 se suceden tres tendencias: poesía
pura, el vanguardismo, el neopopularismo y el clasicismo.

POESÍA PURA

La poesía pura, como ideal poético de los años en que comienzan a escribir los poetas del 27, influye en todos ellos,
y en algunos de manera decisiva. Hay un esfuerzo de depuración formal, la supresión de la anécdota, la búsqueda de
la precisión expresiva, la eliminación de todo patetismo, una tendencia a la intelectualización...

La influencia y el magisterio lírico de Juan Ramón Jiménez y de lo que él llamaba poesía desnuda serán muy
importantes. El contacto entre algunos miembros del 27 y Juan Ramón Jiménez fue, al menos al principio, muy
frecuente, y aunque posteriormente empezaron a distanciarse, la razón fue más de tipo personal que estética.

Algunos rasgos de la poesía pura son:

• Marcada ausencia de todo lo narrativo. Búsqueda de lo que se considera esencial de la realidad.


• Consideración del poema como algo autónomo, cerrado y autosuficiente, como si en el poema se encerrase la
auténtica realidad.
• Gusto por la palabra exacta, desnuda y limpia, sin acumulación de adjetivos, ni adornos retóricos.
• Predominio del estilo nominal, lo que acentúa la idea de estatismo e inactividad.
• Empleo frecuente de expresiones exclamativas e interrogativas que transmiten el asombro del poeta frente al
conocimiento del mundo.
• Preferencia por el verso corto y las estrofas con medida. La décima es la más usual.

Jorge Guillén ha sido siempre considerado el más fiel representante del ideal de la poesía pura dentro de la
Generación del 27. En su obra Cántico (1928) exalta el mundo natural donde se alcanza la plenitud del ser, todo
ello con una cuidada construcción y un lenguaje preciso.
Otro autor dentro de esta corriente es Pedro Salinas, tomando como ejemplo alguna obra de su primera etapa. En
obras como Presagios (1923) o Seguro azar (1929) cultiva una poesía en la línea de la pureza estética de Juan
Ramón Jiménez, aunque no faltan algunos elementos futuristas como automóviles, teléfonos, etc. Otros autores que
cultivan este tendencia en su obra son Dámaso Alonso en Poemas puros, Vicente Aleixandre en Ámbito o Luis
Cernuda en Perfil de aire.

POESÍA VANGUARDISTA

La importancia de las vanguardias en el grupo del 27 es decisiva. En todos los autores se perciben las huellas del
Vanguardismo.

• Se observan continuamente ecos futuristas: los nuevos espectáculos deportivos, coches, aviones, máquinas de
escribir y otros objetos característicos de la época dejan su huella en la literatura.
• El interés por el cine, gran espectáculo en los tiempos modernos, es especialmente importante entre los jóvenes
artistas.
• Importancia de la imagen. El poema se convierte en una acumulación de imágenes sin referente real.
• Rechazo de lo sentimental, lo transcendente y lo subjetivo como forma de acabar con el romanticismo anterior
• Exploración del yo del poeta por medio de lo inconsciente, lo onírico y lo ilógico.
• Empleo del ingenio y del humorismo como forma de expresar lo irracional.
• Experimentación lingüística y poética por medio de la supresión de la rima, de los enlaces sintácticos y de los
signos de puntuación.
• Nueva disposición tipográfica de las palabras en la página. Interés por el valor visual del poema, además del
auditivo.
• Creación constante de neologismos y empleo frecuente de palabras esdrújulas por su sonoridad.

En general, todo el talante del grupo en sus comienzos es típicamente vanguardista: cosmopolitas, provocadores,
bromistas, antisentimentales.

Luis Cernuda ya observó la influencia directa del vanguardismo de Ramón Gómez de la Serna en el modo de
componer versos en algunos de sus compañeros de generación, a modo de greguerías.

Gerardo Diego en su obra Manual de espumas (1924) hace un uso constante de elementos vanguardistas: verso
libre, sintaxis quebrada, metáforas brillantes y atrevidas, etc.

Rafael Alberti en Cal y canto (1929) fusiona de manera atrevida el gongorismo y la vanguardia. Aparecen poemas
del más puro espíritu futurista, dedicados al fútbol, al moderno cinematógrafo, etc

POESÍA NEOPOPULAR

El ejemplo de Juan Ramón Jiménez también es importante, con su gusto por la poesía popular, en la afición de
algunos poetas del 27 a formas y ritmos propios del folclore y de la poesía tradicional. Así, formas métricas como
los romances, villancicos o seguidillas y el empleo de recursos estilísticos como repeticiones, paralelismos,
diminutivos... nutrirán las composiciones de muchos autores de la Generación del 27. El Romancero viejo, los
cancioneros tradicionales, los versos populares de Lope de Vega llegan a estos autores, gracias a la importante
labor de rescate de esa cultura tradicional que llevan a cabo en esa época filólogos e historiadores.

Otras características de este tipo de poesía serían:

• El poema es la expresión de un sentimiento íntimo y vivido.


• Frecuente aparición de ambientes naturales y paisajes o espacios cercanos a las vivencias del poeta.
• Presencia de estructuras dramatizadas para acentuar la tensión del poema.
• Abundancia de repeticiones que dotan de ritmo y agilidad al poema.
• El estribillo se convierte en el eje central del poema, como en las composiciones populares.

Dentro de esta corriente, podemos citar a dos autores: Rafael Alberti y Federico García Lorca.
Rafael Alberti con su obra Marinero en tierra (1925) recuerda con nostalgia el mar de su infancia y la bahía de
Cádiz. El paraíso está representado por el mar de Cádiz que simboliza la libertad. En él mezcla sonetos con formas
populares.

Federico García Lorca con su Romancero gitano (1928) elige como protagonistas de esta obra a los miembros del
pueblo gitano, marginado socialmente. Son seres dominados por la insatisfacción, el amor y la muerte y símbolo del
pueblo andaluz, de sus raíces y de su esencia.

POESÍA CLASICISTA

Un espíritu clasicista de armonía y equilibrio lo encontramos en los versos de la mayoría de estos poetas, que
pretenden aunar en ellos los principios artísticos más novedosos de su época con la tradición lírica. Así, es patente
la influencia de Góngora, Lope de Vega, Garcilaso, etc.

La celebración del centenario de Góngora fue una muestra más del fervor de los nuevos escritores por el poeta
barroco. En él veían a un escritor puro entregado a la creación poética, donde la metáfora y la imagen estaban en la
línea de los postulados creacionistas y ultraístas. Así, revalorizaron a través del poeta cordobés las formas
métricas tradicionales y admiraron en él el ingenio y el rasgo conceptista.

El influjo clásico se advierte, sobre todo, en el uso de formas como el endecasílabo, la décima, la octava real y el
soneto, empleadas en obras como Alondra de verdad, de Gerardo Diego; Égloga, elegía y oda, de Luis Cernuda, y
Sonetos del amor oscuro, de García Lorca. El culteranismo barroco también está presente en la obra Cal y canto de
Rafael Alberti.

6.3.- La tendencia a la rehumanización en la poesía de la Generación del 27. Poesía surrealista,


neorromántica, social… y etapa de posguerra. Autores y obras más destacadas.

A partir de la década de los 30, y debido a los hechos históricos que tienen lugar en Europa, los escritores del 27
manifiestan un renovado interés por los temas humanos y adoptan una actitud de compromiso con los problemas de
su tiempo. Así, se intensifica el proceso el rehumanización iniciado tímidamente en las composiciones neopopulares
de la etapa anterior.

POESÍA SURREALISTA

Este nuevo interés por lo humano hace que lo escritores se sientan atraídos por el Surrealismo, movimiento que
escudriña los más íntimos sentimientos del hombre.

• Pretende que revelemos una realidad superior, no solo la perceptible por los sentidos, para ofrecer
• una imagen totalizadora del ser humano.
• Influido por el psicoanálisis de Freud y la doctrina marxista.
• Emplea técnicas como la escritura automática o la transcripción de los sueños.

Los libros más representativos de esta tendencia son Pasión de la tierra o Espadas como labios, de Vicente
Aleixandre, Sobre los ángeles, de Rafael Alberti o Poeta en Nueva York, de Federico García Lorca.

POESÍA NEORROMÁNTICA

El interés por la tradición clásica, centrado ahora en Bécquer, pervive. Es este autor el que alienta la poesía
amorosa de Pedro Salinas y Luis Cernuda.

• El amor en todas sus fases (preludio, consumación y adiós) es el tema central.


• El poeta expresa su propia experiencia, unas veces de forma alegre, otras, de forma dolorosa.
• Idealización de la persona amada.
• Fusión del amor y la muerte.

De Pedro Salinas podemos destacar dos de sus obras maestras, La voz a ti debida y Razón de amor, donde concibe
el amor como una experiencia intelectual.
De Luis Cernuda citaremos como ejemplos dos títulos, Los placeres prohibidos en donde reivindica su derecho a
gozar de un amor (el homosexual) que los convencionalismos morales y sociales de su época no veían con buenos
ojos. La segunda obra Donde habite el olvido (debe su título a un verso de un Rima de Bécquer) nos muestra cómo el
olvido de experiencias amorosas fracasadas, deja en el ánimo desesperación y amargura.

POESÍA SOCIAL

Esta tendencia es el resultado del compromiso cívico de estos autores con la realidad conflictiva del momento. Los
rasgos principales de esta poesía son los siguientes:

• El hombre es un ser inmerso en su circunstancia político-social.


• La temática se centra en lo humano, lo social, la lucha de clases, el paro...
• La poesía debe ser útil, debe servir para poner remedio a los males que atacan a la realidad.
• El tono es unas veces combativo y otras, de rechazo e indignación.
• El lenguaje es directo y el vocabulario y la sintaxis no entrañan mucha dificultad.

Sirvan como ejemplo autores como Dámaso Alonso y su obra Hijos de la ira (1944) y Miguel Hernández, epígono de
esta Generación, y su obra Viento del pueblo (1937) en la que abundan composiciones de tono épico y combativo.

ETAPA DE POSGUERRA

Acabada la Guerra Civil, algunos miembros del grupo han muerto (Lorca fue asesinado en 1936 y Miguel Hernández
murió en prisión en 1942) y otros, han iniciado el camino hacia el exilio, salvo Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre y
Gerardo Diego.

En el exilio, algunos escriben desde la nostalgia y el desarraigo. En España, la poesía se llena de un tono angustiado
y existencial.

Entre los autores que permanecen en España se retoma el clasicismo que había impregnado gran parte de las
producciones de los años treinta. Son los autores del llamado “exilio interior”, con una poesía de angustia
existencial Destaca Gerardo Diego y obras como Amor solo o Amazona, que se convierte en un referente de la
poesía arraigada de la posguerra, que exalta las glorias del pasado imperial español o canta al amor, la familia o el
paisaje. Otras muestras son Sombra del paraíso de Vicente Aleixandre o Hijos de la ira de Dámaso Alonso.

Los autores que sufren el destierro ahondan en la rehumanización de su poesía y padecen un profundo desarraigo,
condenando los horrores de la guerra, denunciando el materialismo del mundo moderno, evocando la patria perdida,
etc. Son un claro ejemplo de esta poesía desarraigada las obras Entre el clavel y la espada, de Rafael Alberti o
Todo más claro, de Pedro Salinas. La nostalgia por la patria aflora en la poesía de Pedro Salinas, en obras como
Todo más claro, frente a autores que muestran un rechazo de España, como Luis Cernuda en Desolación de la
quimera.

En definitiva, podemos decir que los rasgos más notorios que definen a los poetas del 27 son el acierto de saber
fusionar lo nuevo con lo antiguo, la variedad temática y el estilo único y personal de sus miembros. Todo ello ha
convertido a esta generación en una de las más brillantes de la literatura española.

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