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46 - La Fe Es Tu Fortuna Por Neville Goddard, Capítulo 6

El documento explora la relación entre la conciencia y la creación, afirmando que todo lo que existe es una manifestación de la conciencia de Dios. Se enfatiza que la concepción que uno tiene de sí mismo determina su realidad y que al cambiar esta concepción, se transforma el mundo que se percibe. Además, se destaca la importancia de la autodefinición y la fe en la manifestación de deseos, sugiriendo que la verdadera libertad y victoria provienen de la conciencia de ser.
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46 - La Fe Es Tu Fortuna Por Neville Goddard, Capítulo 6

El documento explora la relación entre la conciencia y la creación, afirmando que todo lo que existe es una manifestación de la conciencia de Dios. Se enfatiza que la concepción que uno tiene de sí mismo determina su realidad y que al cambiar esta concepción, se transforma el mundo que se percibe. Además, se destaca la importancia de la autodefinición y la fe en la manifestación de deseos, sugiriendo que la verdadera libertad y victoria provienen de la conciencia de ser.
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Porque si no cre�is que YO SOY, en vuestros pecados morir�is. . � Juan 8:24. .

�Todas las cosas por �l fueron hechas, y sin �l nada de lo que ha sido hecho, fue
hecho� [Juan 1:3]. .

Es una afirmaci�n dif�cil de aceptar para quienes han sido formados en los diversos
sistemas de la religi�n ortodoxa, pero ah� est�. .

Todas las cosas, buenas, malas e indiferentes, fueron creadas por Dios. . �Dios
hizo al hombre (la manifestaci�n) a su imagen, a semejanza de Dios lo hizo.
[G�nesis 1:27]. . Aparentemente, para aumentar esta confusi�n, se afirma: �Y vio
Dios que su creaci�n era buena. [G�nesis 1:31]. . .

�Qu� va a hacer usted con esta aparente anomal�a?. �C�mo va a relacionar el hombre
todas las cosas como buenas cuando lo que le ense�an niega este hecho?.

O bien la comprensi�n de Dios es err�nea o bien hay algo radicalmente err�neo en la


ense�anza del hombre. .

�Todas las cosas son puras para los puros. [Tito 1:15]. . Esta es otra declaraci�n
desconcertante. . Toda la gente buena, la gente pura, la gente santa, son los
mayores prohibicionistas. . Combine la declaraci�n anterior con esta otra: �No hay
condenaci�n en Cristo Jes�s� [�Ahora, pues, ninguna condenaci�n hay para los que
est�n en Cristo Jes�s, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Esp�ritu�, Romanos 8:1], y obtendr� una barrera infranqueable para los jueces
autodesignados del mundo. .
Esas declaraciones no significan nada para los jueces moralistas que cambian y
destruyen sombras a ciegas. . Siguen creyendo firmemente que est�n mejorando el
mundo. .

El hombre, ignorando que su mundo es su conciencia individual reflejada, se


esfuerza en vano por conformarse a la opini�n de los dem�s en lugar de conformarse
a la �nica opini�n existente, es decir, su propio juicio sobre s� mismo. .

Cuando Jes�s descubri� que Su conciencia era esta maravillosa ley de autogobierno,
declar�: �Y ahora yo me santifico a m� mismo, para

que tambi�n ellos sean santificados en la verdad� [�Y ahora yo me santifico a m�


mismo, para que tambi�n ellos sean santificados en la verdad�]. .

por ellos yo me santifico a m� mismo, para que tambi�n ellos sean santificados en
la verdad�, Juan 17:19]. .
Sab�a que la conciencia era la �nica realidad, que las cosas objetivadas no eran
m�s que diferentes estados de conciencia. .
Jes�s advirti� a sus seguidores que buscaran primero el Reino de los Cielos (ese
estado de conciencia que producir�a lo deseado) y todas las cosas les ser�an
a�adidas. [Mateo 6:33]. .
Tambi�n afirm�: �YO SOY la verdad. [Juan 14:6]. . �l sab�a que la conciencia del
hombre era la verdad o
causa de todo lo que el hombre vio que era su mundo. .
Jes�s se dio cuenta de que el mundo estaba hecho a semejanza del hombre. . Sab�a
que el hombre ve�a su mundo ser lo que era porque el hombre era lo que era. .
En resumen, la concepci�n que el hombre tiene de s� mismo determina lo que ve que
es su mundo. .
Todas las cosas son hechas por Dios (conciencia) y sin �l nada de lo que ha sido
hecho es hecho. [Juan 1:3]. .
La creaci�n es juzgada buena y muy buena porque es la perfecta semejanza de la
conciencia que la produjo. .
Ser consciente de ser una cosa y luego verse expresando algo distinto de lo que uno
es consciente de ser es una violaci�n de la ley del ser; por lo tanto, no ser�a
bueno. . La ley del ser nunca se rompe; el hombre siempre se ve a s� mismo
expresando aquello que es consciente de ser. .
Sea bueno, malo o indiferente, es, sin embargo, una perfecta semejanza de su
concepci�n de s� mismo: es bueno y muy bueno. .
No s�lo todas las cosas fueron hechas por Dios, sino que todas las cosas fueron
hechas por Dios. . Todos somos descendientes de Dios. . Dios es uno. . Las cosas o
divisiones son proyecciones del Uno. . Dios, al ser uno, debe ordenarse a S� mismo
ser el otro aparente, pues no hay otro. .
Lo absoluto no puede contener en s� algo que no sea �l mismo. . Si lo tuviera, no
ser�a absoluto, el �nico. .

Las �rdenes, para ser efectivas, deben ser dirigidas a uno mismo. . �YO SOY EL QUE
SOY� es la �nica orden efectiva. .
�Yo soy el Se�or y fuera de m� no hay nadie m�s. [Isa�as 45:5; Joel 2:27]. . .
No puedes ordenar lo que no es. . Como no hay otro, debes ordenarte a ti mismo ser
aquello que quieres que parezca. .
Perm�tanme aclarar lo que quiero decir con mando efectivo. . No se debe repetir
como un loro la frase �YO SOY EL QUE SOY�; una repetici�n tan vana ser�a est�pida e
infructuosa. .
No son las palabras las que lo hacen efectivo; es la conciencia de ser la cosa lo
que lo hace efectivo. .
Cuando dices �YO SOY�, est�s declarando que eres. . La palabra que en la
declaraci�n �YO SOY el que SOY� indica lo que quieres ser. . El segundo �YO SOY� en
la cita es el grito de victoria. .
Todo este drama ocurre interiormente con o sin el uso de palabras. .
Qu�date quieto y sabe que existes. .
Esta quietud se alcanza observando al observador. .
Repite en voz baja pero con sentimiento: �YO SOY � YO SOY�, hasta que hayas perdido
toda conciencia del mundo y te conozcas simplemente como ser. .
La Conciencia, el saber que eres, es Dios Todopoderoso; YO SOY. .
Una vez que esto se haya logrado, def�nete a ti mismo como aquello que deseas ser
sinti�ndote como lo que deseas: YO SOY eso. . Esta comprensi�n de que eres lo que
deseas har� que un escalofr�o recorra todo tu ser. . Cuando la convicci�n est�
establecida y realmente creas que eres aquello que deseabas ser, entonces el
segundo �YO SOY� se pronunciar� como un grito de victoria. . Esta revelaci�n
m�stica de Mois�s puede verse como tres pasos distintos: YO SOY; YO SOY libre; �YO
SOY realmente!

No importa c�mo sean las apariencias a tu alrededor. . Todas las cosas abren paso a
la venida del Se�or. .
YO SOY el Se�or que viene en la apariencia de aquello que soy consciente de ser. .
Todos los habitantes
de la tierra no pueden detener mi venida ni cuestionar mi autoridad para ser
aquello que YO SOY consciente de que YO SOY [�Todos los habitantes de la tierra son
como nada, y �l hace seg�n Su voluntad en los ej�rcitos del Cielo y entre todos los
habitantes de la tierra; y nadie puede detener Su mano, ni decirle:
'�Qu� haces?. Daniel 4:35]. . .
�YO SOY la luz del mundo. [Juan 8:12], cristaliz�ndose en la forma de mi concepci�n
de m� mismo. .

La conciencia es la luz eterna, que cristaliza s�lo a trav�s del medio de tu


concepci�n de ti mismo. .

Cambia la concepci�n que tienes de ti mismo y cambiar�s autom�ticamente el mundo en


el que vives. . No intentes cambiar a las personas; ellas s�lo son mensajeras que
te dicen qui�n eres. . Reval�ate y ellas confirmar�n el cambio. .

Ahora comprender�is por qu� Jes�s se santific� a s� mismo en lugar de otros. [Juan
17:19], por qu� para los puros todas las cosas son puras. [Tito 1:15], por qu� en
Cristo Jes�s (la conciencia despierta) no hay condenaci�n. [Romanos 8:1]. . .

Despierta del sue�o de la condenaci�n y prueba el principio de la vida. . Deja de


juzgar no s�lo a los dem�s, sino tambi�n de condenarte a ti mismo. .

Escuchemos la revelaci�n del iluminado: �Yo s� y estoy persuadido por el Se�or


Cristo Jes�s que nada es inmundo en s� mismo, pero para el que ve algo que es
inmundo, para �l lo es� [Romanos 14:14], y nuevamente: �Bienaventurado el hombre
que no se condena a s� mismo en lo que permite� [�Bienaventurado el que no se
condena a s� mismo en lo que permite. Romanos 14:22]. .

Deja de preguntarte si eres digno o indigno de proclamar que eres lo que deseas
ser. . El mundo te condenar� s�lo mientras te condenes a ti mismo. .

No necesitas hacer ning�n trabajo. .

Las obras est�n terminadas. .

El principio por el cual todas las cosas son hechas y sin el cual nada de lo que es
hecho existe es eterno. .

T� eres este principio. .

Tu conciencia de ser es esta ley eterna. .

Nunca has expresado nada que no fueras consciente de ser y nunca lo har�s. .

Asume la conciencia de aquello que deseas expresar. .

Recl�malo hasta que se convierta en una manifestaci�n natural. . Si�ntelo y vive


dentro de ese sentimiento hasta que lo conviertas en tu naturaleza. .
He aqu� una f�rmula sencilla: aparta tu atenci�n de la concepci�n que tienes de ti
mismo en la actualidad y c�ntrala en ese ideal que hasta ahora hab�as considerado
inalcanzable. . Afirma que eres tu ideal, no como algo que ser�s en el futuro, sino
como lo que eres en el presente inmediato. .

Haz esto y tu actual mundo de limitaciones se desintegrar� a medida que tu nueva


reivindicaci�n surja como el f�nix de sus cenizas. .

�No tem�is ni os amedrent�is delante de esta gran multitud; porque no es vuestra la


guerra, sino de Dios. [2 Cr�nicas 20:15]. . .

No luches contra tu problema; tu problema s�lo vivir� mientras seas consciente de


�l. .

Aparta tu atenci�n de tu problema y de la multitud de razones por las que no puedes


alcanzar tu ideal. .

Concentra tu atenci�n completamente en la cosa deseada. .

�Deja todo y s�gueme. [Mateo 8:22; 9:9; Lucas 5:27]. . .

Frente a obst�culos aparentemente enormes, reclama tu libertad. .

La conciencia de la libertad es el Padre de la libertad. .

Tiene una manera de expresarse que ning�n hombre conoce. .

�No tendr�is necesidad de pelear en esta batalla. . Estad quietos, y ved la


salvaci�n del Se�or con vosotros. (2 Cr�nicas 20:17). . .

�YO SOY el Se�or�. .

YO SOY (tu conciencia) es el Se�or. . La conciencia de que la cosa est� hecha, de


que el trabajo est� terminado, es el Se�or de cualquier situaci�n. .

Escuche atentamente la promesa: �No tendr�is necesidad de pelear en esta batalla;


preparaos y estad firmes, y ved la salvaci�n de Jehov� con vosotros. [2 Cr�nicas
20:17]. . .

�Contigo!

Esa conciencia particular con la que est�s identificado es el Se�or del acuerdo. .
�l, sin ayuda de nadie, establecer� lo acordado en la tierra. .

�Puede usted, frente al ej�rcito de razones por las cuales algo no se puede hacer,
entrar tranquilamente en un acuerdo con el Se�or para que se haga?

�Puedes, ahora que has descubierto que el Se�or es tu conciencia de ser, tomar
conciencia de que
�La batalla est� ganada?

�Podr�s, no importa cu�n cerca y amenazante parezca estar el enemigo, continuar


confiado, manteni�ndote firme, sabiendo que la victoria es tuya?

Si pod�is, ver�is la salvaci�n del Se�or. . Recordad que la recompensa es para el


que persevera. (Mateo 24:13). . .

Estad quietos [Salmo 46:10]. . .

Permanecer inm�vil es la profunda convicci�n de que todo est� bien, que todo est�
hecho. . No importa lo que se oiga o se vea, uno permanece impasible, consciente de
ser victorioso al final. .

Todas las cosas se hacen mediante tales acuerdos, y sin tal acuerdo, no hay nada
hecho que sea hecho. [Juan 1:3]. . �YO SOY EL QUE SOY. [�xodo 3:14]. . .

En Apocalipsis, se registra que aparecer�n un cielo nuevo y una tierra nueva. .

A Juan, cuando se le mostr� esta visi�n, se le dijo que escribiera: �Hecho est�. .

El cielo es tu conciencia y la tierra su estado solidificado. .

Por tanto, aceptadlo como lo hizo Juan: �Hecho est�. .

Todo lo que se requiere de ti, quien busca un cambio, es elevarte a un nivel de


aquello que deseas; sin detenerte en la forma de expresi�n, registra que se hace
sintiendo la naturalidad de serlo. .

He aqu� una analog�a que podr�a ayudarle a ver este misterio. .

Supongamos que entramos en una sala de cine justo cuando la pel�cula llega a su
fin. . Todo lo que vemos de la pel�cula es el final feliz. . Como queremos ver toda
la historia, esperamos a que se repita. . En la secuencia anticlim�tica, el h�roe
es presentado como acusado, rodeado de pruebas falsas y todo lo que sirve para
arrancar l�grimas a la audiencia. .
Pero nosotros, seguros de saber cu�l es el final, nos mantenemos tranquilos
sabiendo que, independientemente de la direcci�n aparente de la pel�cula, el final
ya est� definido. .

De la misma manera, ve hasta el final de aquello que buscas; s� testigo de su final


feliz sintiendo conscientemente que expresas y posees aquello que deseas expresar y
poseer; y t�, a trav�s de la fe, entendiendo ya el final, tendr�s la confianza
nacida de este conocimiento. .

Este conocimiento le sostendr� durante el intervalo de tiempo necesario que tarda


la imagen en desarrollarse. .

No pidas ayuda al hombre; siente: �Est� hecho�, al afirmar conscientemente que


eres, ahora, aquello que como hombre esperas ser. .

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