O SANDERS. ed. Liderazgo espiritual, Illinois: Ediciones Portavoz 1995, páginas 171.
El libro Liderazgo espiritual de Oswald es un libro vibrante y fácil de leer que
entrega al lector una serie de características que toda persona que aspire el liderazgo o
que ya lo ejerza, debe alcanzar. La facilidad de su lectura se debe a la sencillez de su
lenguaje, el cual es poco técnico y más bien cotidiano, lo que resulta agradable en
cuanto a la lectura. Otra característica importante del libro, es que cuenta con una gran
cantidad de ejemplos e ilustraciones para cada caso, esto es relevante por al menos dos
motivos. En primer lugar, permite que el autor respalde con ejemplos de la vida real lo
que está proponiendo al lector y por lo tanto, le otorga más autoridad y respaldo a sus
tesis. En segundo lugar, permite que quien lea el libro se traslade del terreno de lo
supuesto a lo real, al constatar a través de ejemplo de personas reales, lo que se lee en el
libro. Esto hace que la lectura resulte más familiar y cercana y no tan ajena a la
experiencia de los lectores.
El autor se las ingenia para entregar una cantidad considerable de ejemplos,
ilustraciones y frases de otros autores, lo cual demuestra el trabajo riguroso con que ha
realizado su investigación y enriquece los párrafos con el dinamismo que aportan estas
citas. Personalmente, estos ejemplos son los que en muchos casos me han ayudado a
acabar de entender alguna idea o tesis que el autor expresó. En muchos casos esas
ilustraciones sirven para complementar una idea.
En cuanto al contenido del libro, este cuenta con 22 capítulos de corta duración,
lo cual facilita también la lectura, ya que al ser tantos los consejos que el autor entrega,
los capítulos no deben ser muy extensos porque impiden que el lector se quede con
información relevante. La extensión de cada capítulo es lo suficientemente largo y breve
al mismo tiempo como para permitir al lector analizar lo leído, sin que haya sido
demasiada información para retener.
El tema en sí que aborda el libro ha sido y será siempre de suma relevancia para las
iglesias locales, sobre todo en tiempos como los de ahora, cuando cualquier idea de
autoridad está siendo rechazada por considerarse como tiranía u opresiva. Los
movimientos sociales de nuestras generaciones son más sensibles y propensos al
rechazo de organizaciones establecidas con roles de liderazgo, rechazan las intuiciones
jerárquicas, en el hogar, en las empresas y por supuesto también en la iglesia. Con todo
eso, los líderes espirituales deben ser más cuidadosos que nunca, pues con mucha
frecuencia las acusaciones de abuso espiritual o de otro tipo, fortalecen este rechazo por
parte de las nuevas generaciones. No obstante, el libro se anticipa a estos desafíos y reta
al líder a vivir una vida íntegra de acuerdo al llamado de Dios. Los consejos que entrega
a simple vista se dan por hecho, es decir, no entrega ningún consejo original o nuevo,
nada que no se haya dicho otras veces en algún libro del mismo tipo, sin embargo, el
libro resulta igualmente necesario, porque como seres humanos somos propensos a
olvidar lo que hemos aprendido. A veces es necesario recordar a nuestro corazón lo que
nuestra mente ya sabe, en este sentido, este libro es una gran herramienta para mantener
el corazón sensible a la voz del Espíritu Santo.
Vemos este ideal de liderazgo en Jesucristo. Él fue el líder espiritual perfecto por
excelencia, toda la suma de las perfecciones que debería tener un buen líder se
encuentra en Jesús. El hecho de que se haya vuelto hombre y aun así, en ese estado de
vulnerabilidad haya servido a las personas de la manera íntegra en que lo hizo, siendo
intachable en todo y un objeto de estudio hasta el día de hoy, incluso por aquellos
quienes no profesan ningún tipo de fe, nos dice que de alguna manera, es posible para
aquellos que han nacido de nuevo, alcanzar un estándar similar por medios espirituales.
Entiendo que esta es también la visión de Chambers. Si el autor no creyera que es
posible alcanzar la calidad del liderazgo que él menciona, no habría invertido tiempo en
escribir tantas páginas en su libro. Esto es importante recordar, porque personalmente
cuando leo este tipo de libros, libros prácticos que buscan entregar tips o consejos a los
lectores para mejorar en una u otra área de su vida, siempre tengo la sensación de que la
vara es demasiado alta y por lo tanto inalcanzable. Un libro como este puede resultar
agobiante si no se tiene en cuenta la asistencia espiritual que se requiere para llegar a
convertirse en un gran líder espiritual. Tras páginas y páginas llenas de “debes hacer” o
“debes hacer aquello”, el lector puede sentirse abrumado, frustrado y sin saber siquiera
por dónde empezar a hacer los cambios que se necesita para empezar.
En esta misma línea, creo que este libro al igual que otros del mismo estilo tiene una
debilidad que pasa casi inadvertida por los autores. La mayoría de ellos invierten
demasiado tiempo en decirle al lector qué deberían ser, es decir, el lector debe ser
íntegro, el lector debe ser responsable, paciente, humilde y todo lo demás. La larga lista
de exigencias salta a la vista, pero por ningún lado se vislumbra algún consejo práctico
que ayude al lector a alcanzar ese nivel. Esto es peligroso, porque puede dejar al lector
con una sensación de frustración, es como el médico que diagnostica la enfermedad,
pero no ofrece ninguna cura. Los autores así podrían excusarse diciendo que la cura es
la Biblia y esto en parte es cierto. Sin embargo, ya que ha dedicado tanto tiempo a
señalar los defectos del carácter a los que el líder espiritual es propenso, es también
necesario que señale una ruta de escape una manera en la que pueda este pueda superar
esas deficiencias.
No obstante, es necesario destacar que el autor tiene en alta estima las Escrituras y
que constantemente acude a ellas como base fundamental de lo que está diciendo. Se da
cuenta de que Dios es quien forma a los líderes y enseña que una persona no se
convierte en líder sólo porque ocupa un cargo. Apunta a la dependencia del Espíritu
Santo que la persona debe tener, no es posible lograr ningún cambio sin su asistencia y
guía.
Uno de los consejos que más me ha gustado, es que el líder espiritual debe estar
preparado para pasar la antorcha. El no hacerlo puede volverse un verdadero obstáculo
para el avance del reino, un ejemplo claro de ello, son algunas iglesias en Barcelona,
que contando con la antigüedad y un espacio físico óptimo, se niegan a dejar el control a
líderes más jóvenes, y por eso están condenadas a morir lentamente en el rincón de la
irrelevancia. Esto resulta bastante triste, porque algunas iglesias u organizaciones
olvidan que toda visión por muy local que sea, responde sobre todas las cosas a una
visión mayor, esta es la visión del reino de Dios y en la visión del reino de Dios, nadie
es imprescindible y todos pueden ser capacitados por el Espíritu Santo para perpetuar la
obra.
Otro aspecto que vale la pena mencionar, es el líder y el manejo del tiempo. Oswald
enseña que nuestro problema no es tener muy poco tiempo, sino el hacer uso adecuado
del tiempo que tenemos. Esto es extremadamente difícil en la aldea global en la que
vivimos actualmente. La entretención es el pan nuestro de cada día y cada vez hay más
dispositivos y pantallas que claman por nuestra atención. El famosos scroll puede
atrapar gran cantidad de horas de nuestra vida cada día, siendo incapaces de recordar
siquiera algo relevante de todo el contenido que ha entrado por nuestros ojos. Este
tiempo de ocio perdido no es solo perjudicial para nuestra salud física, sino también
para la espiritual, porque genera una adicción y dependencia que nos aleja de Dios, nos
hace menos efectivos e incluso mata nuestra capacidad creativa.
Con todo, el líder espiritual debe continuar siendo lo más fiel posible en su llamado.
Este libro nos recuerda que nada podemos lograr por nosotros mismos, sino con la
asistencia del Espíritu Santo en nosotros. En el mundo laboral, el jefe de turno busca a
las personas más capacitadas para desempeñar algún rol del liderazgo, en el reino de los
cielos no es así. Jesús elige lo vil y lo menospreciado, a los sencillos y los capacita hasta
convertirlos en líderes espirituales que reflejan su gloria y son dignos de imitar.
¿Cuál es el papel del adestramiento de lideres si solo Dios confiere el
liderazgo? Aunque Dios da dones espirituales a cada creyente, es necesario que el
creyente saque el mejor provecho de su don, no solo poniéndolo en práctica sino
preparándose todo lo que pueda para ser más eficaz en el manejo de este.
¿Este libro fue escrito en 1967 y se usa en muchos ámbitos de educación cristiana,
tomando en cuenta los cambios culturales desde la primera edición, que temas le
añadirías al libro y por qué? Añadiría el uso del tiempo teniendo en cuenta el
surgimiento de las redes sociales. La accesibilidad a la pornografía es una grave
adicción que está arraigada en la cultura de la iglesia. Además, agregaría consejos
sobre cómo lidiar con la creciente identidad de género de nuestros niños y jóvenes en
la iglesia.
¿Es importante que alguien fracase tanto como Pedro a fin de aprender humildad, por
qué sí / por qué no? ¿Cómo has aprendido humildad en tu función de líder en el
ministerio? Creo que es necesario darnos cuenta de nuestra propia vulnerabilidad
como seres humanos, para que aprendamos dependencia de Dios. En el caso de
Pedro, aprendió que no puede confiar en él mismo y que sin el Espíritu Santo de
Dios, no está preparado para vivir la vida que Dios le mandó a vivir. Es igual para
nosotros hoy, nuestros fracasos y aun nuestro pecado nos deben llevar a la humildad
y a la dependencia divina.
H BLACKABY. ed. Spiritual Lidership, Nashville: Broadman & Holman Publishers
2001, páginas 306.
El libro Liderazgo espiritual de Blackaby, toma lo mejor del mundo secular y de
ejemplos bíblicos para equipar al líder a ejercer su rol con integridad y eficacia. De esta
manera, el líder puede ser influyente tanto si se tiene personas a cargo en su iglesia o en
el mundo laboral. Para lograrlo, desarrolla el libro con abundante cantidad de ejemplos
y citas, mientras que inspira al lector a sumergirse en el reto desafiante de convertirse en
un líder útil en las manos de Dios, para los propósitos de su reino. La versatilidad de
este libro, hace que sea adecuado de leer tanto para personas que profesan fe en
Jesucristo, como quienes no. No obstante, el autor deja claro que el enfoque de su libro
es guiar a hombres y mujeres a convertirse en herramientas útiles en manos de Dios,
teniendo como contexto principal la iglesia local. Los ejemplos que luego cita, son sólo
circunstanciales.
La discusión sobre si el líder se nace o se hace es controvertida, porque por un lado
es preciso reconocer que hay quienes desde su nacimiento ostentan lo que parecen
rasgos de liderazgo innatos a su carácter, mientras que al mismo tiempo juegan un papel
crucial, la formación, el ambiente y las oportunidades que cada persona tenga, para
llegar a convertirse en un líder eficaz. Henry Blackaby, resuelve el dilema cuando dice:
“El liderazgo implica habilidades específicas, pero en última instancia se trata más de
ser que de hacer 1”. El autor cree que ambas premisas son verdad, el líder es, pero el
líder se hace también. Menciona el ejemplo de varios hombres que hoy son conocidos
por haber ejercido algún tipo de liderazgo relevante y que en su niñez mostraron claros
signos de liderazgo. Sin embargo, reconoce también que según el ambiente en que
crezca ese niño, puede alcanzar a desarrollar todo su potencial o no. Esto es importante
de mencionar, porque el ambiente también influye en la inclinación que seguirá ese
liderazgo. Si el niño cuenta con referentes amorosos y pacientes que le animan a sacar
todo su potencial puede que el niño se transforme en un gran líder con dotes de piedad e
integridad moral. Pero un ambiente insano, contribuirá a que ese carácter de liderazgo
en el niño se deforme y acabe en algún liderazgo autoritario que lastime a otros. Esto es
1
H BLACKABY, Liderazgo espiritual, 60
evidente por ejemplo en caso de niños que han sido abusados sexualmente, en su
adultez acaba perpetuando los mismos hechos maliciosos sobre otros menores.
El libro también aborda la realidad de que a veces las situaciones complejas de la
vida, sobre todo aquellas ligadas con las personas cercanas de referencia a nuestros
primeros años de vida, tiene influencia directa en el desarrollo del carácter de liderazgo,
algunos de ellos logran superarlo y salir adelante, sin embargo, otro número son
perseguidos toda la vida por la sombra de su pasado, y no logran alcanzar todo el
potencial que pudieran. Con lo cual el autor apunta a la esperanza cristiana que logra
incluso sanar esas heridas de la infancia y capacitar a la persona para liderar más
efectivamente.
Algo que impresiona de este libro, es la cantidad de historias y bibliografía que el
autor emplea para demostrar su tesis. El autor menciona a una gran cantidad de líderes
fácilmente reconocibles tanto del mundo empresarial como del mundo evangélico y nos
ayuda a ver, que incluso aquellos que alcanzaron la grandeza en términos humanos,
fracasaron y fueron rechazados, antes de alcanzar lugares de liderazgo visibles. Aunque
el autor no anima a los lectores a perseguir la fama ni la visibilidad, intenta mostrar a
través de casos reales, la importancia de perseverar y sobreponerse a las dificultades.
El autor advierte sobre usar los métodos del mundo para cumplir la voluntad de
Dios. Esta es una advertencia que crea tensión, ya que nos encontramos en un mundo
que cada vez más abraza la tecnología como medio indispensable para el desarrollo y
las relaciones humanas. Encontrar el equilibrio no resulta fácil, ya que, el buen uso de
muchas de estas herramientas contribuye al avance del reino de Dios. Por ejemplo,
durante la pandemia la gran mayoría de iglesias no pudieron reunirse presencialmente
por meses, sin embargo, gracias a las videollamadas los creyentes pudieron hacer sus
reuniones de manera telemática y no morir de soledad y desesperación durante ese
tiempo. Por otro lado, los líderes eclesiales pueden verse tentados a reemplazar la labor
del Espíritu Santo, por técnicas de mercadotecnia o tecnologías, por el deseo de ver
resultados inmediatos o un incremento en los números, lo cual a la larga solo llevará a
esa iglesia al fracaso.
Otro aspecto interesante del libro es que el líder espiritual no sigue su propia visión
y ni siquiera su propia agenda, sino la agenda de Dios. La máxima meta de todo líder
debe ser glorificar a Dios, sea que trabaje en una empresa o como siervo en una
congregación. Este consejo es útil ya que nos ayuda a no hacer una separación entre lo
sagrado y lo secular, sino a mirar todo lugar en el que nos encontremos como un puesto
de misión. El líder espiritual debe estar preparado en todo momento y en todo lugar,
para realizar su trabajo con la mayor profesionalidad posible, entendiendo que no
trabaja para los hombres, ni para su propia gloria, sino para la de Dios.
Este libro entonces resulta una herramienta útil para los cristianos que están a cargo
de otras personas, les ayuda superar la falsa dicotomía, sagrado/secular y a considerarse
embajadores de Cristo a donde sea que vayan, teniendo como meta principal el avance
del reino de Dios y su gloria.
¿Cómo has crecido como líder desde que comenzaste a estudiar en IBSTE? Mis
estudios teológicos me han hecho ser más consciente de mis propias carencias y mi
propia vulnerabilidad. De alguna manera ha servido como espejo para verme
realmente cómo soy y querer un cambio en varios aspectos de mi vida. Esto me ha
ayudado a ser más empática y realista en cuanto a mi trato y exigencia con los demás.
¿Cómo te cuidas del orgullo? Reflexionando en mi propio pecado y en mis carencias.
¿Hasta ahora cual ha sido tu mayor recompensa como líder? Ver la respuesta positiva
y el crecimiento que algunas de las personas a las que he acompañado, han tenido. Ha
sido gratificante verlos acercarse a Dios y ver sus vidas transformadas. Es un refresco
para mi propia fe y me recuerda que Dios aún está actuando.