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2 Descartes

René Descartes, nacido en 1596 en Francia, fue un filósofo y matemático que buscó un método universal para unificar todas las ciencias, utilizando la metáfora del árbol para describir la relación entre metafísica, física y otras disciplinas. Su obra más destacada incluye el 'Discurso del método' y las 'Meditaciones metafísicas', donde aborda la búsqueda del conocimiento verdadero y la fundamentación de la ciencia. Descartes murió en 1650 en Suecia, dejando un legado filosófico que influyó en el desarrollo del racionalismo y la ciencia moderna.

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René Descartes, nacido en 1596 en Francia, fue un filósofo y matemático que buscó un método universal para unificar todas las ciencias, utilizando la metáfora del árbol para describir la relación entre metafísica, física y otras disciplinas. Su obra más destacada incluye el 'Discurso del método' y las 'Meditaciones metafísicas', donde aborda la búsqueda del conocimiento verdadero y la fundamentación de la ciencia. Descartes murió en 1650 en Suecia, dejando un legado filosófico que influyó en el desarrollo del racionalismo y la ciencia moderna.

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DESCARTES

RENÉ DESCARTES

Biografía

Descartes nació el 31 de marzo de 1596 en La Haye, en la Turena francesa. Pertenecía a


una familia de la baja nobleza, siendo su padre, Joachin Descartes, Consejero en el
Parlamento de Bretaña. La temprana muerte de su madre, Jeanne Brochard, pocos
meses después de su nacimiento, le llevará a ser criado en casa de su abuela materna, a
cargo de una nodriza a la que permanecerá ligado toda su vida. Posteriormente hará sus
estudios en el colegio de los jesuitas de La Flèche, hasta los dieciséis años, estudiando
luego Derecho en la Universidad de Poitiers. Según la propia confesión de Descartes,
tanto en el Discurso del método como en las Meditaciones, las enseñanzas del colegio le
decepcionaron, debido a las numerosas lagunas que presentaban los saberes recibidos, a
excepción de las matemáticas, en donde veía la posibilidad de encontrar un verdadero
saber.

Esta muestra de escepticismo, que Descartes presenta como un rasgo personal es, sin
embargo, una característica del pensamiento de finales del siglo XVI y principios del
XVII, en los que el pirronismo ejerció una notable influencia. Terminados sus estudios
Descartes comienza un período de viajes, apartándose de las aulas, convencido de no
poder encontrar en ellas el verdadero saber:

"Por ello, tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores,
abandoné completamente el estudio de las letras. Y, tomando la decisión de no buscar
otra ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo o en el gran libro del mundo,
dediqué el resto de mi juventud a viajar, a conocer cortes y ejércitos, a tratar con gentes
de diversos temperamentos y condiciones, a recoger diferentes experiencias, a ponerme
a mí mismo a prueba en las ocasiones que la fortuna me deparaba, y a hacer siempre tal
reflexión sobre las cosas que se me presentaban, que pudiese obtener algún provecho de
ellas." (Discurso del método)

Después de sus estudios opta, pues, por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en
Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un
DESCARTES

joven científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como
"Sobre la presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío", así
como un compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha
amistad, ejerciendo Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la
concepción de una física matemática, en la que había sido instruido por Beeckman.
Continúa posteriormente sus investigaciones en geometría, álgebra y mecánica,
orientado hacia la búsqueda de un método "científico" y universal.

En 1619 abandona Holanda y se instala en Dinamarca, y luego en Alemania, asistiendo


a la coronación del emperador Fernando en Frankfurt. Se enrola entonces en el ejército
del duque Maximiliano de Baviera. Acuartelado cerca de Baviera durante el invierno,
pasa su tiempo en una habitación calentada por una estufa, donde elabora su método,
fusión de procedimientos lógicos, geométricos y algebraicos. De esa época será la
concepción de la posibilidad de una matemática universal (la idea de una ciencia
universal, de un verdadero saber) y se promete emplearla en renovar toda la ciencia y
toda la filosofía.

La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como
un mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que
concede Descartes a estos sueños choca con las características que se le atribuyen
ordinariamente a su sistema ( racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata,
estarían en la base de su determinación de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la
idea de la posibilidad de fundamentar con certeza el conocimiento y, con ello,
reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros. Habiéndose dotado
con su método de una moral provisional, renuncia a su carrera en el ejército. De 1620 a
1628 viaja a través de Europa, residiendo en París entre los años 1625-28, dedicando su
tiempo a las relaciones sociales y al estudio, entablando amistad con el cardenal Bérulle,
quien le animará a desarrollar sus teorías en afinidad con el catolicismo. Durante este
período se ejercita en su método, se libera de los prejuicios, acumula experiencias y
elabora múltiples trabajos descubriendo especialmente en 1626 la ley de refracción de
los rayos luminosos. También en esta época redacta las "Reglas para la dirección del
espíritu", obra inacabada que expone lo esencial de su método.
DESCARTES

En 1628 se retira a Holanda para trabajar en paz. Permanecerá allí veinte años,
cambiando a menudo de residencia, completamente ocupado en su tarea filosófica.
Comienza por componer un pequeño tratado de metafísica sobre el alma y Dios del que
se dice satisfecho y que debe servir a la vez de arma contra el ateísmo y de fundamento
de la física. Dicho tratado contendría ya las ideas fundamentales de lo que serían
posteriormente las "Meditaciones metafísicas", según algunos estudiosos del
cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado temprana la fecha
como para que Descartes estuvisese ya en posesión de su metafísica.

Interrumpe la elaboración de dicho tratado para escribir en 1629 un "Tratado del mundo
y de la luz" que acaba en 1633 y que contiene su física, de caracter mecanicista. Pero,
habiendo conocido por azar la condena de Galileo por haber sostenido el movimiento de
la tierra (que también sostenía Descartes), renuncia a publicar su trabajo. Por una parte
no quiere enfrentarse con la Iglesia a la cual está sometido por la fe. Por otra, piensa que
el conflicto entre la ciencia y la religión es un malentendido. En fin, espera que un día el
mundo comprenderá y que podrá editar su libro. Este "miedo" de Descartes ante la
condena de Galileo ha llevado a algunos estudiosos a buscar en su obra un significado
"oculto", llegando a interpretar la demostración de la existencia de Dios que realiza en
las Meditaciones como un simple ejercico de prudencia, que no se correspondería con el
"auténtico" pensamiento cartesiano sobre la cuestión. Para difundir su doctrina mientras
tanto publica resúmenes de su física, precedidos por un prefacio. Es el famoso
"Discurso del método", seguido de "La Dióptrica", los "Meteoros" y "La Geometría",
que sólo son ensayos de este método (1637). El éxito le conduce a dedicarse
completamente a la filosofía. Publica en 1641, en latín, la "Meditaciones sobre la
filosofía primera", más conocida como Las Meditaciones metafísicas, que somete
previamente a los grandes espíritus de la época (Mersenne, Gassendi, Arnauld,
Hobbes...) cuyas objeciones seguidas de respuestas serán publicadas al mismo tiempo.
En 1640 muere su hija Francine, nacida en 1635, fruto de la relación amorosa mantenida
con una sirvienta. En 1644 publica en latín los "Principios de la filosofía". La
publicación de estas obras le proporciona a Descartes el reconocimiento público, pero
también es la causa de numerosas disputas.

En 1643 conoce a Elizabeth de Bohemia, hija del elector palatino destronado y exiliado
en Holanda. La princesa lo adopta como director de conciencia, de donde surgirá una
DESCARTES

abundante correspondencia en la que Descartes profundiza sobre la moral y sobre sus


opiniones políticas y que le conducen en 1649 a la publicación de "Las pasiones del
alma", más conocida como el Tratado de las pasiones, que será la última obra publicada
en vida del autor y supervisada por él.

Posteriormente realiza tres viajes a Francia, en 1644, 47 y 48. Será en el curso del
segundo cuando conozca a Pascal. Su fama le valdrá la atención de la reina Cristina de
Suecia. Es invitado por ella en febrero de 1649 para que le introduzca en su filosofía.
Descartes, reticente, parte sin embargo en septiembre para Suecia. El alejamiento, el
rigor del invierno, la envidia de los doctos, contraría su estancia. La reina le cita en
palacio cada mañana a las cinco de la madrugada para recibir sus lecciones. Descartes,
de salud frágil y acostumbrado a permanecer escribiendo en la cama hasta media
mañana, coge frío y muere de una neumonía en Estocolmo el 11 de febrero de 1650 a la
edad de 53 años.

(La obra de referencia sobre la vida de Descartes es la de Adrien Baillet: "Vie de M.


Descartes", que se puede consultar en línea en la BNF.)

Obras filosóficas de Descartes

La obra cartesiana, pese a la temprana muerte de su autor, abarca una extensión


considerable, si incluimos en ella la abundante correspondencia mantenida a lo largo de
su vida y las obras no publicadas por él. La edición de referencia de sus obras completas
es la realizada por Charles Adam y Paul Tannery de 1897 a 1909 en 11 tomos, con un
suplemento añadido en 1913. El tomo 12 contiene una vida de Descartes escrita por
Charles Adam. La última reedición de estas obras completas data de 1996.

A) Obras publicadas durante la vida de Descartes

1637.

"Discours de la méthode pour bien conduire sa raison, et chercher la Verité dans les
sciences. Plus la Dioptrique, le Météores et la Géometrie, qui sont des essais de cette
DESCARTES

méthode". ("Discurso del método", seguido de la "Dióptrica", los "Meteoros" y la


"Geometría"), editada en Leyden por Jean Maire.

1641.

"Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", editada por Michel Soly en


París. En esta primera edición en latín de las "Meditaciones metafísicas" se incluyen
sólo las seis primeras series de objeciones y respuestas.

1642.

"Renati Descartes Meditationes de Prima Philosophia", segunda edición en Amsterdam,


a cargo de Louis Elzevier, en las que se incluyen las séptimas objeciones y la carta al P.
Dinet.

1643.

"Epistola Renati Descartes ad celeberrimum virum D. Gisbertum Voetium", también


editada por Louis Elzevier, en la que Descartes responde a un escrito denigratorio
editado por Voetius.

1644.

"Renati Descartes Principia Philosophiae", primera edición de los "Principios de la


filosofía", a cargo de Louis Elzevier en Amsterdam, obra dedicada a Elisabeth de
Bohemia.

1644. Edición en latín del "Discurso del método", traducido por Et. de Courcelles y
revisado por Descartes, con la "Dióptrica" y los "Meteoros", pero no la "Geometría",
(que será editada en latín en 1649 por Schooten en traducción no revisada por
Descartes.)

1647.

"Les Méditations métaphysiques de René Descartes", traducidas por el duque de Luynes


son la primera edición en francés de las "Meditaciones", editadas en París por Veuve
Jean Camusat y Pierre Le Petit. Se incluyen las respuestas a las primeras, segundas,
DESCARTES

terceras, cuartas y sextas objeciones, traducidas por Clerselier. Ambas traducciones


fueron revisadas por Descartes

1647. "Les principes de la philosophie", primera edición en francés, en París, a cargo de


Henri Le Gras. La traducción del abate Picot fue revisada por Descartes, quien añade
una carta prefacio.

1649.

"Les Passions de l'âme", (más conocida entre nosotros como el "Tratado de las
pasiones"), publicada por varios editores: en Holanda por Louis Elzevier y en Francia
por Henri Le Gras, entre otros.

B) Obras publicadas tras la muerte de Descartes

El principal editor de Descartes es su cuñado Claude Clerselier. A la muerte de


Descartes en Estocolmo el embajador de Francia Hector-Pierre Chanut se hace cargo de
sus escritos, que envía a Clerselier, quien procede a editar algunas de sus obras y gran
parte de su correspondencia:

1657.

"Lettres de Descartes", editadas por Charles Angot y Henri Le Gras, en París. Un


segundo volumen será editado en 1659, con traducciones más o menos afortundas de su
correspondencia en latín.

1664.

"L' homme de Descartes" (el Tratado del hombre) y el "Traité de la formation du


foetus", ambas editadas por Charles Angot y Théodore Girard.

1667.

"Le Monde", según el texto original, editado por Michel Bobin y Nicolas Le Gras, junto
a una nueva edición del Tratado del hombre .
DESCARTES

1668.

Ediciones del "Tratado de mecánica" y del "Tratado de música", así como de nuevas
entregas de la correspondencia cartesiana, a cargo de varios editores.

El resto de las obras inéditas de Descartes se publicaron esporádicamente a lo largo de


los siglos XVIII y XIX, culminando en la edición de sus obras completas por Charles
Adam y Paul Tannery entre los años 1897 y 1909, convertida en la obra de referencia de
la bibliografía cartesiana.

EL PROYECTO FILOSÓFICO DE DESCARTES


El proyecto cartesiano supone la unificación de todas las ciencias en una sola. Ello es
posible, ya que, existe un método universal. Descartes explica la unidad de las ciencias
mediante la metáfora del árbol.
Toda la filosofía es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, el tronco es la física,
y las ramas que salen de este tronco son todas las demás ciencias, las cuales se pueden
reducir a tres principales: la medicina, la mecánica y la moral. Quiero decir la más
elevada y perfecta moral, que, al presuponer un completo conocimiento de las otras
ciencias, es el último grado de la sabiduría (Principios, carta al traductor).
Los pasos que se guirá Descartes para consumar su proyecto de unificación son los
siguientes:
- la formulación de un método;
- el desarrollo de las diversas ciencias, comenzando por la metafísica -que "contiene los
principios del conocimiento"-, siguiendo por la física -en la que "se examina cómo está
compuesto el Universo en su conjunto"-, y concluyendo por las demás ciencias. El
hecho de que la metafísica se incluya entre las ciencias (cosa que negarán los
empiristas y Kant), y que sea su "raíz", determinará todos los desarrollos científicos
de Descartes. S u física se basará en presupuestos metafísicos y no en la
experimentación como la física de Galileo y Newton. Esta será la gran debilidad de la
física cartesiana.
DESCARTES

EL MÉTODO
Por método entiendo lo siguiente: unas reglas ciertas y fáciles, gracias a las cuales
todos los que las observen exactamente no tomarán nunca por verdadero lo que es
falso, y alcanzarán, sin fatigarse con esfuerzos inútiles, sino acrecentando
progresivamente su saber, el conocimiento verdadero de todo aquello de que sean
capaces (Reglas, 4).
La primera ventaja del método es que permitirá evitar el error. Además, segunda
ventaja, no es un simple método de exposición o demostración de lo que ya se conoce
(como es el caso, según Descartes, de la lógica aristotélica), sino que permite aumentar
los conocimientos, descubrir nuevas verdades: es un método de descubrimiento. Las
reglas del método son cuatro:
a) Primera regla: Evidencia
No admitir jamás como verdadero cosa alguna sin conocer con evidencia que lo era; es
decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis
juicios más que lo que se presentase a mi espíritu tan clara y distintamente que no
tuviese motivo alguno para ponerlo en duda
El método presupone una confianza absoluta en la razón, ésta es, de por sí, infalible.
Sin embargo, puede ser desviada por los prejuicios, la precipitación, las pasiones, etc.
Por ello, la primera regla dice que sólo se ha de aceptar como verdadero aquello que
aparece con absoluta evidencia. Pero la evidencia se da en la intuición, es decir, en un
acto puramente racional por el que la mente "ve" de modo inmediato y transparente
una idea. El sello propio de las ideas evidentes e inmediatamente intuidas es doble: han
de ser claras y distintas. Dice Descartes:
Llamo "clara" a la percepción que es presente y manifiesta a un espíritu atento [...] Y
"distinta" a la que es de tal modo precisa y diferente de todas las demás que no
comprende en sí misma más que lo que aparece manifiestamente a quien la considera
como es debido
(Principios, I, 45).
Al formular esta primera regla, Descartes introduce un nuevo concepto de verdad: ya
no consiste en la "adecuación" del pensamiento con la realidad (concepto aristotélico
de verdad), sino que es una propiedad de las ideas en sí mismas: la verdad es
inmanente al espíritu.
DESCARTES

b) Segunda y tercera reglas: análisis y síntesis.


• Segunda regla: Análisis
Dividir cada una de las dificultades que examinase en tantas partes como fuese posible,
y cuantas requiriese su mejor solución
• Tercera regla: Síntesis
Conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetos más simples y
más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, como por grados, hasta el
conocimiento de los más compuestos, y suponiendo un orden aun entre aquellos que no
se preceden naturalmente unos a otros.
Indican cómo se ha de proceder para alcanzar la verdad, y qué hay que hacer cuando ya
se está en posesión de ideas claras y distintas. Se trata de un procedimiento de análisis-
síntesis: el problema a estudiar ha de ser analizado hasta encontrar sus elementos más
simples -las naturalezas simples, en la expresión cartesiana-, los cuales pueden ser
intuidos mediante ideas claras y distintas. Una vez en posesión de las "naturalezas
simples", se procede, inversamente, a recomponer la cuestión por un procedimiento
semejante al empleado en geometría; es decir, la síntesis consiste en un proceso
ordenado de deducción que encadena unas ideas a otras.
Para Descartes las "naturalezas simples" y, en general, todos los principios de los cuales
se puede deducir legítimamente algo, son ideas innatas Esta expresión significa para
Descartes "ciertos gérmenes de verdades que están naturalmente en nuestras almas" lo
cual tiene cierta semejanza con la reminiscencia platónica.

c) Cuarta regla: Comprobaciones


Hacer en todo enumeraciones tan completas, y revisiones tan generales, que estuviera
seguro de no olvidar nada (Discurso del método, II).
Puesto que es la evidencia intuitiva lo que garantiza la verdad de nuestros
conocimientos, Descartes exige que se hagan frecuentes comprobaciones del análisis y
revisiones del proceso sintético, de tal modo que se pueda abarcar todo el conjunto de
un solo golpe de vista y se pueda poseer una cierta evidencia intuitiva del mismo.
DESCARTES

LA METAFÍSICA
Veamos, ahora, cómo construye Descartes esa metafísica que es la raíz del árbol de la
ciencia. En primer lugar, deberá establecer una primera verdad absolutamente
evidente, de la que se pueda deducir todo lo demás. A partir de ella, y en segundo lugar,
construirá un sistema deductivo de explicación de la realidad basado en la idea de
sustancia.

a) El "Cogito"
Pero para fundar la filosofía hay que basarse únicamente en evidencias absolutas, en
ideas "claras y distintas". ¿Cómo proceder? Descartes escoge el camino de la duda:
dudar de todo para ver si queda algo que resista a toda duda, es decir, un resto
indudable y cierto. Éste es el famoso pasaje del Discurso del método:
Deseando yo en esta ocasión tan sólo buscar la verdad, pensé que debía [...] rechazar
como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor duda, para
ver si, después de hecho esto, no me quedaba en mis creencias algo que fuera
enteramente indudable. Así, puesto que los sentidos nos engañan a veces, quise suponer
que no hay cosa alguna que sea tal como ellos nos la hacen imaginar. Y como hay
hombres que se equivocan al razonar, aun acerca de las más sencillas cuestiones de
geometría, y cometen paralogismos, juzgué que estaba yo tan expuesto a errar como
cualquier otro, y rechacé como falsos todos los razonamientos que antes había tomado
por demostraciones. Finalmente, considerando que los mismos pensamientos que
tenemos estando despiertos pueden también ocurrírsenos estando dormidos, sin que en
tal caso sea verdadero ninguno, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces
habían entrado en mi espíritu no eran más ciertas que las ilusiones de mis sueños. Pero
advertí en seguida que, aun queriendo pensar, de este modo, que todo es falso, era
necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa. Y al advertir que esta verdad;
pienso, luego soy (cogito, ergo sum; je pense, donc le sois)- era tan firme y segura que
las suposiciones más extravagantes de los escépticos no eran capaces de conmoverla,
juzgué que podía aceptarla sin escrúpulos como el primer principio de la filosofía que
buscaba
Sobre este texto pueden hacerse las siguientes indicaciones:
DESCARTES

1. Descartes utiliza la duda tan sólo para buscar la verdad: dudar de todo es sólo un
procedimiento metodológico para encontrar una verdad indudable. Por eso su duda no
es escéptica sino una duda metódica.
2. El criterio de la duda se aplica entonces a todas las creencias, especialmente a las que
parecen más sólidas y evidentes. Si es posible dudar de ellas, deben, de momento,
dejarse de lado: no pueden valer como fundamento sólido de la metafísica. En primer
lugar, es posible dudar de la información dada por los sentidos (cosa bastante lógica en
un racionalista): si los sentidos nos engañan a veces, se podría suponer que nos engañan
siempre. En segundo lugar (y esto es ya más notable en un racionalista), también es
posible dudar de nuestros razonamientos, puesto verdaderos. En tercer lugar, es
posible dudar incluso de la realidad del mundo que nos rodea: ¿cómo distinguir la
realidad de las ilusiones del sueño?
3. La duda, pues, parece haber eliminado todas las creencias, y los escépticos tendrían
razón. Pero, de pronto, del interior mismo del acto de dudar, surge un resto indudable,
algo que resiste toda duda: estoy dudando. Lo único, pues, que no puede eliminar la
duda es la duda misma, el acto de dudar: al dudar "pongo" -no elimino- el dudar. Y
Descartes concluye: "Pienso, luego existo"; ése será el primer principio absolutamente
evidente de la filosofía.

b) La sustancia
Descartes emplea como sinónimos las palabras "sustancia" y "cosa", lo cual ya es una
indicación importante: la sustancia es lo concreto existente. Lo propio de la sustancia
es la existencia, pero no cualquier forma de existencia, sino la existencia completa: no
necesita de nada más que de ella misma para existir.
Cuando concebimos la "sustancia", concebimos solamente una cosa que existe de tal
manera que no tiene necesidad sino de sí misma para existir
(Principios, I, 51).
De esta definición se seguiría que sólo Dios es sustancia, puesto que las criaturas
necesitan de Dios para existir. De ahí que Descartes diga que el concepto de "sustancia"
no se aplique del mismo modo a Dios y a las criaturas, y que, por tanto, haya dos clases
de sustancias:
1. la sustancia infinita (Dios), a quien conviene absolutamente esta definición;
DESCARTES

2. las sustancias finitas (almas y cuerpos) , que no necesitan de nada más para existir,
salvo de
Dios (por tanto, una sustancia finita no necesita, para existir, de ninguna otra sustancia
finita: el alma, por ejemplo, no necesita del cuerpo para existir; de aquí se sigue,
inmediatamente, el dualismo cartesiano).
Por otro lado, Descartes dice que a cada sustancia le corresponde un atributo. El
"atributo" constituye la esencia de la sustancia y se identifica con ella. Cada tipo de
sustancia posee un solo atributo: el alma es pensamiento, y los cuerpos son extensión.

(1) La sustancia infinita


El que yo pueda dudar y suspender el asentimiento respecto a lo que a primera vista
parece evidente, demuestra que soy libre; pero también demuestra que soy imperfecto:
"hay mayor perfección en conocer que en dudar". Descartes descubre entonces en su
alma una idea singular: la idea de perfección. ¿De dónde procede tal idea? No puede
haber sido construida por mí mismo (es lo que Descartes llama una idea "facticia"), ni
venir de fuera (idea "adventicia"), ya que ni yo ni las cosas del mundo somos
perfectos: tiene que ser una idea innata, puesta en mí por un ser que realmente sea
perfecto: Dios. Dios, por tanto, existe. De nuevo nos encontramos aquí con el
descubrimiento de la existencia - una sustancia a partir de una idea.
Descartes aporta otras pruebas de la existencia de Dios, entre ellas el "argumento
ontológico", creado por Anselmo. Pero lo importante es que Dios ocupa la clave de
bóveda del sistema cartesiano:
1. El criterio de evidencia encuentra su última garantía en Dios: en efecto, se podría
dudar incluso de la misma evidencia; si las ideas claras y distintas son siempre
verdaderas es porque Dios –que es un Dios bueno y veraz, y no un "genio engañador"-
no ha podido dotar al hombre de una facultad de conocimiento que le induzca al error.
Dios también es garantía de la relativa fiabilidad de mis sentidos y, por tanto, de la
existencia del mundo externo.
2. Las sustancias se mantienen en la existencia gracias a una "creación continua";
3. El mundo se mueve gracias al primer impulso recibido de Dios (quien también
conserva constante la cantidad de movimiento- reposo otorgada al mundo).
DESCARTES

(2) Las sustancias finitas


El alma no es sino pensamiento: es una sustancia finita cuyo único atributo o esencia
es el pensamiento (juzgar, razonar, querer, imaginar, sentir). Por eso Descartes llama al
alma cosa o sustancia pensante. El tipo de razonamiento empleado por Descartes para
demostrar que el pensamiento es el único atributo del alma es muy curioso y se
encuentra ya en Galileo: la ficción mental. Puedo, en efecto - dice Descartesfingir
mentalmente que no tengo cuerpo y que no dependo del espacio (y no por ello dejaría de
existir), pero no puedo fingir que no pienso; por tanto, lo que constituye mi esencia es
pensar.
El cuerpo (cualquier cuerpo) no es sino extensión: la extensión es su único atributo o
esencia. Los
"modos" propios del cuerpo son, fundamentalmente, la figura y el movimiento (y
reposo). Se acepta, por tanto, la subjetividad de las "cualidades secundarias"
(Galileo). De este modo, Descartes geometriza el mundo corpóreo.
La concepción del hombre será, en consecuencia, dualista. Si el alma y el cuerpo son
sustancias, no se necesitan mutuamente para existir. Tampoco se ve cómo puro
pensamiento y pura extensión podrían estar unidos y en interrelación. Este problema
recibe, en la historia de la filosofía, el nombre de "problema de la comunicación de las
sustancias".

LA FÍSICA
Lo esencial de la física aparece en Principios de la filosofía (1644). Descartes siempre
se mostró muy cauteloso con sus hipótesis: "quiero que lo que he escrito sea tomado
meramente como una hipótesis que quizá está muy alejada de la realidad", dice en los
Principios. Este "ficcionalismo" le ha valido a
Descartes el sobrenombre de "filósofo de la máscara". En cualquier caso, Descartes
creó el segundo gran sistema científico de la época siendo el primero el de Galileo.
a) El método científico
Descartes propone un método estrictamente deductivo que trabaja a partir de la idea de
Dios y otras ideas innatas como extensión, movimiento y "leyes de la naturaleza".
Este método se opone frontalmente al método inductivo propuesto por los empiristas y
por Newton como el verdadero método de la ciencia. Para Newton una hipótesis es
científica si y solo si está extraída de la experiencia.
DESCARTES

b) Mecanicismo.
El mundo es concebido según el modelo de la máquina. Todo se reduce a materia y
movimiento. Pero la materia no es sino extensión lo cual conduce a consecuencias
importantes como que no existen átomos ni vacío ni cualidades secundarias ni
"fuerzas invisibles".
Esta última cuestión es fundamental. Descartes elimina todas las "fuerzas". Así pues,
no hay fuerza de gravedad. De este modo, todo movimiento se explica por contacto en
el interior de un espacio "lleno". Y el origen del movimiento queda sin explicar, salvo
que se recurra a Dios, que es lo que precisamente hace
Descartes.
c) Las "leyes de la naturaleza"
Así pues, la máquina del mundo se mueve por causa de Dios. Dios, pues, ha creado la
materia con movimiento y reposo, y conserva esta misma cantidad de materia-
movimiento-reposo siempre. Tal conservación se deduce de la inmutabilidad divina:
Dios no cambia y tampoco modifica su obra, sino que la conserva siempre igual.
De esta inmutabilidad divina deduce leyes de naturaleza como el principio de inercia
y la ley de conservación del movimiento. Estas leyes son obtenidas a priori y no por
inducción, sin recurrir a la experiencia lo cual distancia muchísimo a Descartes de la
nueva física de Galileo y Newton basada en la experimentación científica.
d) El Universo
Puesto que el espacio está lleno de fragmentos de materia, cualquier movimiento de un
cuerpo origina el desplazamiento de todos los demás. Así es como Descartes concibe
que el Universo está compuesto por un conjunto de torbellinos de materia que se tocan
entre sí y que son de distinto tamaño. El sistema solar, por ejemplo, sería un conjunto de
estos torbellinos.
e) Fisiología
Finalmente, Descartes da una explicación mecanicista de los organismos, a los cuales
concibe como máquinas muy complejas. De este modo rechaza Descartes
explícitamente la necesidad de un alma vegetativa o sensitiva para explicar la vida: los
animales son máquinas. Con lo cual el hombre, que es ante todo el alma espiritual e
inmortal, queda netamente separado del mundo animal. La relación del alma humana
con su propio cuerpo máquina queda sin explicar suficientemente por Descartes (quien
supone, únicamente, que se realiza a través de la glándula pineal situada en el cerebro).
DESCARTES

7. Conclusión
Descartes es, pues, después de Galileo, el creador del "otro" gran sistema científico de
la Edad Moderna.
Sistema total, deductivo y con fundamentos metafísicos que ejercerá una enorme
influencia en su época y que sólo podrá ser desmontado por Newton. Así, toda la
ciencia moderna basculó entre el empirismo de Bacon y Galileo, enemigos de los
"sistemas totales", y el racionalismo sistemático y metafísico de Descartes.

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