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Clase II - Relaciones Entre Estado y Sistema Educativo

La clase aborda la relación entre el Estado y el sistema educativo en Argentina, analizando las políticas educativas desde la creación del sistema hasta el presente, en el contexto de diferentes modelos de Estado. Se destaca el papel del Estado oligárquico liberal en la fundación del sistema educativo y cómo este ha evolucionado hacia un Estado Benefactor con la llegada del peronismo, que buscó integrar a sectores populares a través de la educación. Finalmente, se reflexiona sobre los desafíos actuales del sistema educativo argentino en relación con su historia y estructura social.

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Clase II - Relaciones Entre Estado y Sistema Educativo

La clase aborda la relación entre el Estado y el sistema educativo en Argentina, analizando las políticas educativas desde la creación del sistema hasta el presente, en el contexto de diferentes modelos de Estado. Se destaca el papel del Estado oligárquico liberal en la fundación del sistema educativo y cómo este ha evolucionado hacia un Estado Benefactor con la llegada del peronismo, que buscó integrar a sectores populares a través de la educación. Finalmente, se reflexiona sobre los desafíos actuales del sistema educativo argentino en relación con su historia y estructura social.

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Clase II: Relación entre Estado y Sistema Educativo en Argentina

Introducción

En el desarrollo de esta clase intentaremos abordar los contenidos centrales de la segunda unidad
de la materia.
Los propósitos de esta unidad son conocer las políticas educativas llevadas a cabo en nuestro
país desde el surgimiento del sistema educativo, en relación a los modelos de Estado que las
fueron impulsando, en diferentes momentos históricos. Y a partir de allí, promover la reflexión
sobre los desafíos que estamos atravesando en la actualidad.
Para ello, les voy a proponer algunas reflexiones que se sostienen sobre algunos de los conceptos
que vimos en la unidad 1, para avanzar en los conceptos centrales de los textos que les propongo
para este eje, que serán apoyados además por la propuesta de mirar algunos videos del ciclo de
canal encuentro “Historia de un país” y “Ver la historia”, y la película Memorias del saqueo, para
llegar finalmente a una actividad en la que vamos a intentar sistematizar este recorrido para que
puedan elaborar un material que les sirva de referencia para el estudio.
En este escrito, encontrarán una explicación personal realizada a partir de los textos que les
propongo en la carpeta de la bibliografía: el de Filmus, titulado: “Estado, Sociedad y Educación en
Argentina: Una aproximación histórica”; en el que abordaremos desde el modelo del Estado
Oligarquico liberal hasta el neoliberal de los ‘90; el de Clotilde Yapur: “Del Jardín de América al
infierno de la desnutrición”, con el que analizamos particularmente la situación de Tucumán como
consecuencia de ese neoliberalismo; y el de Gluz y Feldferber: “Las políticas educativas en
Argentina: herencias de los ‘90, contradicciones y tendencias de “nuevo signo”, con el que
abordamos la ruptura y continuidad en el momento del postneoliberalismo. Les sugiero que lean
ese material luego de leída esta clase, para finalizar con los videos.
Entonces, empecemos con el recorrido.

El Estado oligárquico liberal.

El proceso de construcción del Estado en Argentina significó un proceso largo. No se puede


olvidar que el punto de origen se encuentra en una relación colonial con España, que se desarrolló
con profundas luchas internas entre el proceso de declaración de la Independencia en 1816, hasta
el inicio de su ordenamiento en base a la Constitución Nacional en 1853. Durante ese período y
todavía de manera posterior, las luchas entre unitarios y federales mostraron las dificultades de
encontrar modos de conciliar los intereses diversos que se encontraban en pugna entre los
sectores más poderosos de nuestro país. Finalmente el Estado fue consolidando sus instituciones
a partir de 1853, esto es: sus instituciones políticas: el Congreso Nacional y el Poder Judicial, la
conformación de un Ejército Nacional, la organización económica: con un sistema tributario y las
Aduanas, los Códigos comerciales y las instituciones financieras como el Banco Nacional, y los
sistemas de comunicación: con la construcción de los sistemas ferroviarios y el telégrafo, entre
otras instituciones que podrían mencionarse.
Es por esto que Oszlak dice que el Estado no surge por generación espontánea ni tampoco es
creado, en el sentido de que "alguien" formalice su existencia mediante un acto ritual. Lo que
sucede es que la existencia del Estado deviene de un proceso formativo a través del cual va
adquiriendo un complejo de atributos que en cada momento histórico presenta distinto nivel de
desarrollo. Es en este sentido como hablamos de "estatidad" para referirnos al grado en que un
sistema de dominación social ha adquirido el conjunto de propiedades que definen la existencia de
un Estado.
En ese largo proceso de construcción del Estado en Argentina, el Estado oligárquico liberal que se
ubica más particularmente a partir de 1880 en nuestro país, consolida y sienta las bases del un
modelo político y de matriz productiva que dejará huellas profundas en la identidad el país, y
particularmente en el sistema educativo.
Veamos por qué.
Diversos autores muestran que la noción de Estado Oligárquico Liberal, puede parecer
contradictorio pues reúne dos términos que tienen sentidos opuestos. Esto es así porque una
oligarquía es un sistema de gobierno en el que el poder está concentrado en las manos de unos
pocos, pertenecientes a una clase social privilegiada. Mientras que el Liberalismo político, que
tuvo origen en Europa y provocó la Revolución Francesa, lo que hizo fue proponer un sistema de
gobierno contractualista, en el que cualquier persona puede gobernar representando al pueblo.
Entonces… ¿Qué características tenía un Estado conformado por una oligarquía pero que
sostenía principios liberales? ¿Cómo es posible que se hayan conciliado estas dos cuestiones?
La respuesta podemos encontrarlas en los origenes coloniales y las luchas internas que
mencionamos antes, así como también la Revolución de Mayo que es entendida como parte de
las revoluciones burguesas tanto en Europa como en América. Entonces, la clase que bregó por
conseguir y consolidar su poder en Argentina fue la clase burguesa, bajo los principios liberales,
pero con serias restricciones en cuanto a la participación de los otros sectores de la población,
que estaban en relaciones de servicio con los primeros, o pertenecían a los pueblos originarios o
inmigrantes. De esta manera, el Estado oligárquico liberal fue aquel que erigió las principales
instituciones del país, y organizó el ingreso de Argentina al comercio internacional bajo el modelo
agroexportador. Este modelo se propuso una posición de mucha dependencia en el esquema
capitalista de acumulación de capital, pues se caracterizaba por la exportación de materias primas
y la importación de productos manufacturados. Esta decisión provocó que en el país en ese
momento no se pensara en un modelo de desarrollo industrial, para asentarse en la producción
agrícola y ganadera.
Lo que diversos autores marcan es que probablemente la característica más distintiva del proceso
latinoamericano y argentino con referencia al europeo en este momento y en su modo de
interpretar el “liberalismo” estuvo vinculada a las condiciones de los actores sociales. La primera
cuestión es que la sociedad civil aún no había adquirido el carácter de "sociedad nacional" con
anterioridad al surgimiento del Estado, ya que por la colonización existían grupos sociales
diversos, entre ellos los descendientes de los colonizados, es decir los pueblos originarios, los
criollos, los mestizos y los inmigrantes que fueron llegando posterior a la Independencia. Esto
provocó un marcado protagonismo del Estado en muchos órdenes de la vida social, para poder de
algún modo “construirla” a imagen y semejanza de las culturas europeas. Filmus explica cómo
distintos autores (Zermeño,S 1983; Barrington Moore 1982) han señalado que en los países de
desarrollo capitalista tardío, el Estado ha debido desempeñar desde sus orígenes, junto a la
unidad territorial admmistrativa, funciones económicas, de estructuración social y política, de
cohesión social, etc. Filmus dice también que con esta impronta surgió el Estado en la región, y
fue una de las principales características distintivas de la relación entre Estado: sociedad y
educación a lo largo del siglo.
Además de las características mencionadas, otra cuestión importante a destacar en esta
caracterización según Filmus, es que Argentina integró el grupo de países que ha sido
denominado como de "modernización temprana" que estuvieron menos marcados por la etapa
colonial, más influidos por una larga y heterogénea inmigración europea y que tenían condiciones
ambientales para producir bienes altamente demandados por las economías,centrales. En estos
casos fue necesario integrar a importantes sectores sociales al modelo productivo e incorporar un
volumen significativo de mano de obra a partir de la inmigración , por lo que nuestro país fue
llamado frecuentemente como un “crizol de razas”.

Fundación del Sistema Educativo Argentino. Ley 1420. Ley Laynez. Reforma Universitaria.

En ese contexto, en ese modelo de Estado, que se caracterizó por ser excluyente en lo político y
económico porque no hubo un acceso masivo ni a la propiedad, ni a la participación política, la
educación fue el mecanismo que encontró el Estado para integrar y modernizar las sociedades.
Es por eso que ese momento de creación del Estado Argentino, el mismo creó un sistema
educativo que se constituyó con características fuertemente "estatistas”. Esto significa según
Filmus, que fue el Estado Nacional quien asumió la tarea educadora por gestión propia o a través
del control de las instituciones de tipo privado. La principal función de la educación en ese sentido,
fue política: “formar al ciudadano”, y con ello “formar el mismo Estado. Con ello, y si bien no tenía
por principal función formar mano de obra, para dar una respuesta a lo económico, de igual modo,
brindó cierta preparación a la mano de obra, al brindar un lenguaje común y al enseñar aspectos
vinculados a la disciplina y la obediencia.
Según Filmus y otros autores, la relación de la educación con la economía estuvo vinculada
fundamentalmente en la estructura escolar que permitió generar un sistema de estratifícación
social acorde con los intereses de los sectores dirigentes. Esto es: una base amplia, para formar a
los sectores inmigrantes, populares, en el nivel primario, con el fin de ir homogeneizando
alrededor de contenidos culturales compartidos. Un sistema de enseñanza media más restringido,
conformado principalmente por los colegios nacionales que, aunque no 'mostraba funciones muy
definidas, cumplía dos importantes tareas. Por un lado, dotaba de personal idóneo a la
administración pública y al sector de transportes y servicios, y por el otro seleccionaba a la élite
que, a través del acceso a la cúspide del sistema, se encontraba en condiciones de incorporarse
al sector de dirección de la sociedad y del aparato estatal.
La representación gráfica con la que muchas veces ilustramos este esquema del sistema
educativo para mejorar su comprensión es la de una pirámide con la siguiente forma:

UNIV
SECUNDARIA

PRIMARIA

La normativa que dio forma a este Sistema Educativo fueron: la Ley 1420, que fue sancionada en
1884, bajo el gobierno de Roca y que establece que la educación argentina en el nivel primario va
a ser obligatoria, gratuita, gradual. laica y mixta, dependiente totalmente del Estado. La Ley
Lainéz, que establecía que allí donde las provincias no pudieses crear y sostener escuelas con
sus presupuestos, lo haría la Nación, reforzando el lugar principal del Estado para garantizar la
educación de toda la población. Y finalmente la normativa derivada de la Reforma Universitaria de
1918, que estableció que las Universidades Argentinas serían autogobernadas y autónomas,
gratuitas, de acceso libre e irrestricto, con concursos periódicos para sus docentes, entre otros
principios consagrados por el movimiento.
Hay que mencionar que pese a su amplia cobertura en el nivel primario y a la intención de la
obligatoriedad de asistencia, este sistema no llegó a alcanzar a amplios grupos de población en
edad escolar, al tiempo que permitió que los sectores populares y medios fueran alcanzando
algunos niveles de educación de los niveles superiores, permitiendo esto ir de a poco ir
democratizando el mismo
En términos generales, esta fue la estructura del sistema educativo argentino, que aún conserva
algunas huellas en la actualidad, pero veamos cuándo se reconfiguró, cómo y por qué.

El Estado Benefactor en Argentina, el peronismo. Caracterización histórica general. Modelo


político y productivo. Relación entre trabajo y educación.
Cabe aclarar que no vamos a profundizar las características de los gobiernos radicales en este
caso, que llegaron al poder representando a los sectores medios en 1916, porque no
representaron transformaciones de sentido de importancia ni en la estructura económica ni en el
sistema educativo.
Es por eso que para el abordaje de la materia, pasamos a caracterizar al Estado Benefactor que
en Argentina está ubicado con la llegada de Perón al gobierno en 1945, representando a los
sectores populares, que hasta entonces no habían sido concebidos como actores políticos en
Argentina.
El Estado de Bienestar o Benefactor, también llamado en alguna bibliografía Estado Social, surge
conceptualmente en el mundo, como una respuesta política a la crisis económica de 1929 que se
inicia en EEUU y repercute en todo el mundo. Fue una crisis prolongada y profunda, que afectó el
funcionamiento de las economías tanto nacionales como internacionales. En ese marco, se
concibió un nuevo Modelo de Estado, sostenido en algunas teorías que hacían alusión al rol que
el mismo debía asumir en la producción económica y en la distribución de los ingresos de la
población. La teoría más conocida al respecto es la de John Keynes, que piensa al Estado como
un activo agente en la economía que debe regular e intervenir en la producción, controlar los
mercados, el consumo, la producción, el comercio exterior, elaborar nuevas leyes que
reglamenten el funcionamiento económico, nacionalizar las empresas, etc. Keynes creía que la
manera de salir de la crisis económica era incentivar el consumo y con ello la demanda de bienes,
porque eso llevaría al pleno empleo que generará mas demanda de productos, es decir mas
consumo. Sostenidos en estas ideas, empiezan a materializarse Estados de Bienestar en
diferentes lugares del mundo, con Estados que empiezan a intervenir en la sociedad para
garantizar cierto nivel de ocupación y de consumo, incentivando la economía por medio de
políticas que aseguren su funcionamiento, asume el rol protector tanto de consumidores como de
empresarios a fin de impedir abusos de los sectores monopolistas.
Este estado Benefactor surge en países industrializados y postindustrializados utilizando políticas
llamadas sociales que tienden a eliminar o aminorar las diferencias entre los sectores sociales. No
trata de transformar la estructura del sistema económico sino de remediar los males adoptando
medidas que mejoren los servicios de salud, educación, cultura, seguridad y defensa del
ambiente; interviene subsidiando actividades correctivas de las desigualdades sociales. A decir de
Garcia Pelayo, este Estado no es socialista ni capitalista en el sentido clásico, sino que trata de
resolver problemas graves dentro de la estructura estatal liberal. De esta manera, para este
modelo, si se deja a la sociedad librada a sus arbitrios se cae en una irracionalidad donde los que
más tienen tienden a incentivar aun más las diferencias sociales y económicas, y por ello, el
Estado debe ser un regulador de las relaciones sociales.

El Keynesianismo entendido como intervención activa del estado en la economía, surge en


Argentina en la década de los `30 con anterioridad al Estado de Bienestar que se va a desarrollar
con toda su potencialidad recién con la llegada del peronismo. La década del ´40 fue entonces la
que contó con las condiciones propicias para consagrar el nuevo estilo de relación Estado-
Sociedad en nuestra nación.
Las características de este Modelo de Estado fueron:
a) La provisión estatal de servicios sociales a individuos o familias
b) La reglamentación de las actividades privadas individuales y empresariales que
alteren las condiciones de vida.
En lo político intentó establecer una alianza entre los sectores favorecidos con el proceso de
industrialización y el crecimiento del mercado interno. Con ello, surgió una nueva clase en la
escala social: la burguesía, que se gesto y creció con la sustitución de importaciones; lo cual trajo
consigo también la entrada en la escena de la vida política a un incipiente proletariado industrial
que presionaba permanentemente por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo.
En lo social, el Estado reconvirtió en forma total su función. Dejó de ser el protector de los
derechos individuales, característico del liberalismo, para transformarse en garante de los
derechos sociales. Como tal, ejerció una influencia decisiva en le proceso de redistribución de los
recursos a favor de los sectores trabajadores.
En lo económico, el modelo que se impulsa es el de industrialización por sustitución de
importaciones. Esto es, como gran parte de los países centrales tienen dificultades para producir y
enviar sus productos a los países dependientes, ya sea por efectos de la crisis o por los efectos
de la posguerra, se empiezan a producir en el país aquellos productos que no podían importarse.
De esta manera, se sientan las bases del capitalismo de Estado.
En este momento histórico, las relaciones entre el Estado argentino y la sociedad están signadas
por el imperativo de que el primero asuma la tarea de armonizar los distintos intereses
competitivos, legitimando al mismo tiempo el orden social que se dará con el pleno empleo
motorizado por la obra pública, la gestión estatal de los servicios públicos y una distribución de la
renta nacional sensiblemente mas justa que el promedio histórico, la cual se expresaba en
salarios altos y un solido mercado interno.

Ampliación del Sistema Educativo Argentino. Educación técnica. Universidad Obrera. La


escuela como aparato ideológico.

En este marco de cambios se fortalece y adquiere su máxima expresión el Estado Educador, que
entendió a la educación no solo como un derecho de los ciudadanos sino también como una
estrategia de capacitación de mano de obra para satisfacer las demandas de la creciente
industria. Ya se no trataba de un ámbito donde se "formaban ciudadanos" sino un lugar donde se
los "formaba para el trabajo" pasando a llamarse luego "formación de recursos humanos". El
amplio campo laboral surgido de la mano de la incipiente industrialización, exigía una
alfabetización básica que el sistema educativo debía brindar, también comenzó a requerir ciertos
niveles técnicos-profesionales y conocimientos de oficios y especialidades que no podían ser
aprendidos solo en el lugar de trabajo ni en el hogar.
Así se creó el 1944 la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional que desarrollo
una importante variedad de modalidades de capacitación básica y profesional para jóvenes y
trabajadores: Escuelas fabricas, Escuelas de capacitación obrera, Cursos complementarios,
Escuelas de Tiempo Parcial, Capacitación profesional para mujeres, etc.
Con el primer Plan Quinquenal, que eran los programas políticos y de obras públicas planificados
cada cinco años del peronismo, se introdujeron diversos cambios en el sistema educativo
principalmente en la educación técnica con el objeto de redefinir la relación pedagógica entre
educación y trabajo dotando al alumno de una orientación y formación profesional.
En esta misma dirección fue creada la Universidad Obrera Nacional, que hoy conocemos como
Universidad Tecnológica Nacional, que estaba pensada para los obreros y por eso su principal
característica es que concentra los horarios de clases, sobre todo en los turnos nocturnos para
que los jóvenes puedan trabajar y estudiar a contraturno del trabajo, en carreras que se
relacionaban directamente con el desarrollo industrial tales como las familias de ingenierías. Con
ello, se intentó promover el aporte educativo a la investigación científico-tecnológica para
desarrollar la actividad productiva del país.
Entonces, respecto a la universidad, el gobierno peronista propuso la modificación de las bases
reformistas de la institución, pretendiendo abiertamente modificar el perfil liberal de su oferta
educativa. Para ello, entre otras medidas, dictó dos leyes universitarias, la nº 13.031 de 1.947, y la
ley nº 14.297 de 1.954. Con esas medidas, el gobierno peronista efectivamente eliminó los
aranceles y el examen de ingreso, lo que provocó una democratización real del acceso, con la
triplicación de la matrícula entre los años 1947 y 1960, dando inicio a lo que se llamó el proceso
de masificación de la Universidad. Este proceso favoreció en mayor medida a los sectores medios
pero también a los sectores populares que vieron por primera vez una posibilidad real de acceder
a los estudios superiores. Por un lado, incorporándose a las universidades nacionales,
tradicionales, y por otro lado, ingresando a la Universidad Obrera Nacional, creada por el
peronismo y destinada particularmente a los jóvenes que por sus condiciones de vida no podían
dejar de trabajar para dedicarse con exclusividad al estudio. Según Buchbinder (2005) los nuevos
grupos dirigentes del peronismo entendían que: “Las universidades eran impugnadas en principio
por su carácter extremadamente elitista y por estar controladas por un pequeño núcleo
perteneciente a las clases dirigentes” (pág. 151). En consonancia con las medidas que buscaron
la democratización del acceso a otros grupos sociales, a finales de los años cuarenta se
implementó por primera vez un sistema de becas desde el Estado Nacional para que estudiantes
de escasos recursos pudieran acceder a la Universidad a partir de un impuesto del 2% sobre los
sueldos, establecido en la Ley N° 13.013 (Artículos 87 y 107). “Esta política permitió ampliar la
base social del estudiantado y el ingreso de individuos provenientes de los sectores populares”
(Buchninder, 2005, pág. 160).
De esta manera, la estructura del sistema educativo, a partir del peronismo se complejizó de la
siguiente manera:
1) Una enseñanza primaria, que amplió su cobertura porque con los planes quinquenales se
construyó una vasta cantidad de escuelas que permitieron el ingreso de más niños al sistema.
2) La enseñanza secundaria, que también amplió su cobertura, sobre todo con opciones de
enseñanza técnica, que se sumó a las orientaciones comerciales, bachilleres y de magisterio que
ya existían.
3) La enseñanza técnica, que si bien presentaba variadas ofertas, se puede advertir un pequeños
subsistema de dos años de duración, que como post primaria, pretendía incorporar en los jóvenes
rudimentos de un oficio, arte u ocupación manual.
4) La enseñanza universitaria, que amplía su cobertura por decretarse la gratuidad de la misma, y
también por la aparición de la Universidad Obrera.
De esta manera, la estructura que ya presentamos, se transformó de la siguiente manera:

UNIV UNIV
OBRERA
SECUNDARIA OFERTAS
TÉCNICAS
PRIMARIA AMPLIA SU COBERTURA

Durante este modelo, la educación dejó de ser vista como un gasto social para transformase en
una inversión que tenía como principal objetivo alcanzar la renta individual y social, pudiendo
entenderse desde las teorías del capital humano. Así también, siendo conscientes de la función
ideológica de la educación y comprendiendo las posibilidades homogeneizadoras, con la escuela
se intentó incorporar a toda la población a las pautas, valores y normas de un orden social
emergente. Al mismo tiempo, mediante su efecto diferenciador intentó dotar a los individuos de
capacidades distintas según el lugar en la producción que deban ocupar.
La función ideológica de la educación fue claramente manifiesta en los contenidos ideológicos-
partidarios que contuvieron tanto el diseño curricular como los textos escolares y la práctica
educativa de la época peronista. La crítica más repetida por los antiperonistas es que se
enseñaba a leer utilizando frases tales como “Evita me ama”. Entre los textos de lectura
obligatoria, se incluyó a la muerte de Evita “La razón de mi vida” de contenido autobiográfico. Lo
cual demuestra que la educación siempre ha sido un instrumento clave en la política, y el gobierno
cualquiera sea su ideología se ha valido de ella para inculcar en los futuros ciudadanos los valores
que considera positivos, además de buscar apoyo en su gestión
Por otro lado, uno de los rasgos más sobresalientes de la política educativa del periodo 1945-
1955 fue precisamente articular una vía de ascenso educativo para los sectores populares, a
través de la democratización sobre todo de los niveles medios y superior. El resultado de esta
política se expresa en los datos de los Censos Nacionales de Población del 60 al 75 donde se
observa que el porcentaje de analfabetos había disminuido, y que el 89.8% de los
establecimientos de nivel primario eran estatales, repartido en las diferentes jurisdicciones,
mientras que solo el 10.2% eran privado, según las publicaciones del Ministerio de Educación de
la Nación.
Pero el periodo de expansión del modelo de Estado Benefactor concluirá sin que las promesas
realizadas en torno a las funciones del sistema educativo cumpliera sus objetivos debido a crisis
desatada por la hiperinflación, desempleo, déficit fiscal y hundimiento del sistema político de
representación, que desemboca en el golpe de Estado del marzo de 1976. El colapso tuvo que ver
con la debilidad de las instituciones republicanas que no supieron o no pudieron garantizar el
control de un Estado cada vez mas involucrado en crear condiciones para la acumulación, ni
mantener el dinamismo productivo de las empresas conformadas por el capital social.

El Estado Neoliberal en Argentina. Caracterización histórica general. Modelo político y


económico.

En 1976, dictadura militar mediante, se pone en marcha el proceso de desmembramiento del


Modelo de Estado de Bienestar, para reinstalar un Modelo de Estado que no intervenga en la
economía, que fue propiciado por Estados Unidos, Inglaterra y otros centros de poder
hegemónicos, apoyados en nuevas teorías que se denominaron neoliberales, y que llegaron a su
apogeo en la década del ‘90.
La dictadura militar en Argentina, empieza a proponer por ello, políticas de ajuste que invierten
radicalmente los términos en que se distribuye la Renta Nacional y que se manifiesta en el bajo
nivel de los salarios y la escasa inversión en salud y educación pues los críticos del Estado
Benefactor sostienen que la alta inflación surgía de la financiación del gasto publico excesivo,
dirigidos tanto en la expansión de los servicios como al desarrollo de las costosas políticas de
industrialización a través del estimulo de la demanda. De esta premisa la solución era reducir
gastos públicos y puesta en marcha de una nueva política monetaria.
Hay que mencionar que en Argentina se había llegado a este momento, por las tensiones entre los
sectores conservadores y el peronismo que derivaron en el derrocamiento de Perón en 1955,
abriendo un período en el que se sucedieron gobiernos de facto y elegidos mediante elecciones
donde el peronismo se encontraba proscripto, por lo que no se podría hablar de una democracia
plena. Esto, había puesto en crisis al Estado Benefactor, que se evidenciaba en problemas como
altos niveles de desempleo, precarización en las condiciones laborales de quienes tenían empleo,
una aguda crisis de representación política, y un proceso de pauperización progresivo de vastos
sectores de la sociedad aumentando así la pobreza
Estos problemas fueron seguidos por otros como consecuencia de las políticas de la dictadura.
Algunos de ellos son un proceso de reprimarizacion de la economía por escasos componentes de
fabricación, déficit fiscal que se financia con deuda a mediano y largo plazo, ausencia de políticas
sociales que amortigüen el impacto que resulta del cambio de paradigma en las relaciones Estado
Sociedad, y altos niveles de corrupción como condición sine qua non para operacionalizar el
modelo.
En el ámbito educativo, durante la dictadura se dio la clausura de los mecanismos de participación
social en la orientación y conducción del sistema de enseñanza y el disciplinamiento autoritario de
todos los agentes comprometidos en la actividad educativa, junto a la exclusión de docentes y
contenidos curriculares que no brindaban garantía ideológica. También se caracterizó por la
distribución a través del currículo oculto de pautas de socialización individualista y falsamente
meritocráticas, notándose nuevamente el uso de la educación como medio para fomentar y
potenciar una ideología a favor del gobierno de turno. La educación tenía la función de concebir
orden y disciplina más que ser un sistema de enseñanza y aprendizaje para el crecimiento social.
Cabe mencionar que este modelo autoritario y represivo que la dictadura puso en marcha, dejó
como saldo 30.000 desaparecidos, y un sinnúmero de niños y bebés cuyas identidades fueron
robadas y aún hoy siguen buscándose. El gobierno de Alfonsín, que recuperó la democracia en
1983, pudo llevar a cabo el Juicio a las Juntas Militares como un acto de reparación importante
para empezar el período de reconstrucción de las libertades políticas en Argentina pero no pudo
cambiar el rumbo del neoliberalismo que crecía como ideología política y que se materializó con el
gobierno de Menem.
De esta manera, el gobierno de Menem, que se desarrolló entre 1989 y 1999 se caracterizó por la
consolidación del Modelo de Estado Neoliberal en nuestro país. Para graficar sus ideas podemos
tomar una frase del Ministro de Economía de ese momento, Domingo Cavallo, quien explicó:
“nada de lo que deba ser estatal, quedará en manos del Estado”. El postulado central es que el
Estado debía construirse como un Estado mínimo, concibiendo todos los ámbitos de la vida social
como susceptibles de ser transformados en mercancías que pueden intercambiarse bajo las leyes
de la oferta y la demanda, y responsabilizando a los individuos de sus posibilidades de acceso a
los mismos.
Sus políticas incluyeron la desregulación de la economía y los mercados, la fuerte reducción de
aranceles a la importación, la privatización de empresas públicas de servicios, los cambios en la
legislación laboral tendientes a la flexibilización, la reprogramación de la deuda externa con un
permanente y renovado endeudamiento, el abandono del rol de desarrollo del Estado y cambios
en las políticas sociales con la finalidad de reducir el gasto público y abrir al sector privado nuevos
campos de actividad. Todas estas medidas fueron acompañadas de un discurso que enfatizaba la
necesidad de un proceso de ajuste estructural, que se mantuvo aún en el gobierno de Fernando
de la Rúa, quien no cambió el rumbo del modelo neoliberal y cuya administración culminó con la
crisis del 2001, mundialmente conocida.
Hasta ese momento, la estructura social argentina presentaba algunos rasgos que la
diferenciaban en el contexto de América Latina. Entre ellos, “el tamaño y la composición de sus
clases medias, la acentuada movilidad social ascendente, la cohesión social y reducidos bolsones
de pobreza considerados por entonces, como un fenómeno marginal” (Chiroleu, A. 2009). Si bien
ya con la dictadura del ’76 estas peculiaridades fueron alterándose, con el gobierno de Menem,
“se culminó este proceso con el resultado de una pauperización masiva de la población,
observándose la consolidación de una capa de pobreza estructural que pasa del 5% al 20 o 25%
de la población”.

La Transformación educativa: Ley de Transferencia. Ley de Educación Federal. Ley de


Educación Superior.

Las políticas educativas de ese gobierno estaban en consonancia con su política económica y
social. Las mismas, nuevamente expresaban parte de un núcleo de recomendaciones de los
organismos financieros internacionales (BM, FMI, BID) que se denominó como “Consenso de
Washington” y que tuvo repercusión en toda América Latina a partir de los diagnósticos que
realizaron estos organismos sobre la realidad.
Las principales recomendaciones para la educación, eran: la diversificación de los sistemas y de
las fuentes de financiamiento en las instituciones públicas, la redefinición de la función del Estado
en la enseñanza superior y la adopción de políticas destinadas a otorgar prioridad a los objetivos
de calidad y equidad. La finalidad era incorporar la lógica del mercado en el ámbito de la
educación con las metas de eficiencia y eficacia que se proclamaban desde los discursos
políticos. El supuesto era que la competencia deriva en la optimización de los procesos y recursos
en las organizaciones para lograr mayor productividad en los resultados educativos. Por lo tanto,
“el aporte fiscal debía ser sólo una excepción en caso de ser inevitable, procurándose de distintas
formas que los individuos se hagan cargo de sufragar los costos de la educación que reciben (por
ejemplo, préstamos a estudiantes, aranceles, etc.)” (Chiroleu, 2004).
Para llevar a cabo este proyecto, se promulgaron tres leyes que se presentaron como las artífices
de una transformación que modernizaría un sistema que era diagnosticado con grandes déficit en
relación a la cobertura y calidad de sus procesos.
Estas leyes fueron: la Ley de Transferencia se servicios Educativos, que transfirió las escuelas
que hasta entonces dependían del Estado Nacional a las provincias, pero sin los presupuestos
correspondientes; la Ley de Educación Federal sancionada en 1993, que fue la primera ley
orgánica, es decir que incorporó en una misma Ley todos los niveles del sistema, transformó la
estructura del sistema educativo y llevó la obligatoriedad a 10 años (desde la sala de 5 años hasta
el tercer ciclo de la Educación General Básica); y la Ley de Educación Superior que intentó
generar una ley para articular los sistemas universitarios y los no universitarios dentro de un
mismo marco legal. Pero el aspecto central de esta legislación es el corrimiento del Estado como
garante de los derechos a la educación de los sujetos para presentarse como un responsable más
entre otros, entre los que se mencionaban ONG, iglesias, familias y particulares que puedan
interesarse en la educación.
Esta legislación y el desfinanciamiento del sistema educativo, al mismo tiempo que la exigencia de
transformar la estructura, llevó a una profunda fragmentación del sistema generándose profundas
diferencias entre las provincias y aún en las provincias entre los subsistemas de gestión pública y
privada. Entre aquellos que pudieron garantizar la construcción de aulas y provisión de materiales
para la implementación del tercer ciclo de la Educación General Básica como obligatorio, y
aquellos que no pudieron hacerlo, sobre todo en los sectores rurales y de menor capacidad de
gestión de recursos.
Así también en relación a la universidad, la apertura democrática de 1983 había provocado un
explosivo crecimiento de la matrícula en las universidades públicas que fue impulsado
principalmente por los sectores medios que aprovecharon la puesta en vigencia nuevamente de
las modalidades de acceso de ingreso directo, irrestricto y sin aranceles. Pero este notable
incremento en la matrícula, al no acompañarse de un aumento de recursos económicos, agravó
los problemas de deserción y prolongación de estudios que ya se habían diagnosticando en los
‘60, dando paso a un discurso que enfatizaba el deterioro de la calidad educativa.
En ese contexto, la Ley de Educación Superior de 1995 (LES), reconocía y decía garantizar el
derecho a cumplir con ese nivel de la enseñanza a todos aquellos que quieran hacerlo y cuenten
con la formación y capacidad requeridas. Sin embargo, respecto a la gratuidad y el ingreso
irrestricto se adopta una posición laxa, en el sentido que si bien se reconoce la principalidad del
Estado como garante del funcionamiento de las Universidades, abre la posibilidad de que estas
instituciones busquen financiamiento externo con los mecanismos que crea necesarios, al igual
que especifica que cada universidad tiene la posibilidad de arancelar sus cursos.
Por su constitución histórica y por las condiciones socioeconómicas que trajo el neoliberalismo a
nuestro país, este sistema universitario, formalmente abierto tampoco fue suficiente para
garantizar la permanencia de los estudiantes en las universidades hasta completar sus estudios.
Con ello, lo que vemos es que fue un período donde el ingreso y la permanencia de los
estudiantes en todos los niveles educativos se vio fuertemente condicionada por las dificultades
económicas que atravesaban.

El Estado Postneoliberal en Argentina. Caracterización histórica general. Modelo político y


productivo.
El modelo de Estado Postneoliberal, representado en Argentina por los gobiernos de Cristina
Fernández y de Néstor Kirchner se incluyeron en una tendencia consolidada en un nuevo polo
latinoamericano, que fue visible en el surgimiento de gobiernos de centro-izquierda, como el de
Lula Da Silva en Brasil y Hugo Chávez en Venezuela, en un contexto de crisis del consenso
neoliberal (Svampa, 2006).
Estos gobiernos se caracterizaron por intentar diferenciarse profundamente de “los años ´90” y por
sus consecuentes ambiciones fundacionales. Cristina Fernández, en su gobierno marcó la
continuidad y profundización del modelo de “recuperación del Estado” que se había iniciado en el
año 2003. En lo económico, se exhibieron logros importantes respecto de la gran crisis de 2002,
visible en la generación de empleo, el descenso paulatino de la tasa de desocupación y en el
superávit fiscal, articulados en torno a dos ejes principales: el aumento sostenido en el gasto
público con fines redistributivos y una política fiscal y cambiaria favorables a la inversión privada.
Sin embargo, y a pesar de estos indicadores positivos, Svampa señala que las brechas
económicas y sociales abiertas en los ´90, no se habían logrado revertir, manteniéndose altos los
índices de desigualdad, aunque hayan descendido los de pobreza.
Es un modelo que de algún modo recupera los principios del Estado de Bienestar, y del
Keynessianismo, de modo tal que muchos teóricos establecen comparaciones permanentes entre
estas ideas, por sus intenciones de intervenir en la economía en función de redistribuir de manera
más equitativa la producción económica y por la intención de generalizar las políticas sociales
garantizando ingresos a grandes grupos de población a través de prestaciones tales como la
Asignación Universal por Hijo, o las moratorias jubilatorias. La idea es que esos ingresos puedan
ayudar a motorizar el movimiento económico mediante el incentivo del consumo.
En relación a otros sentidos que caracterizaron a estos gobiernos podemos mencionar por un lado
la reivindicación de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, a través de las cuales se promovió
el avance de los juicios a los involucrados en los crímenes de lesa humanidad de la dictadura y se
diseñaron políticas educativas y culturales en relación a ese período. También se pueden
mencionar las políticas vinculadas a la ampliación de derechos de sujetos históricamente
relegados, tales como la comunidad LGBTIQ, mediante las leyes de matrimonio igualitario e
igualdad de género, también todas las acciones que se fueron desarrollando para promover la
democratización de la cultura.

La Educación en el Proyecto Nacional y Popular. Ley de Educación Nacional.

En pos de dar respuesta al malestar y preocupación generalizados por el deterioro de la


educación, atribuida a la reestructuración del sistema educativo en los años ´90, aparece
discursivamente el papel principal e indelegable del Estado en cuanto al sostenimiento de la
educación en todos sus niveles y en la orientación de las políticas referidas a ella. Para eso, se
establecieron por ley porcentajes de asignación de presupuesto a la educación sobre el Producto
Bruto Interno (PBI) inéditos en la historia argentina. Estos crecieron desde el 3,64% en 2003 a
6,02% en 2010.
Para garantizar este papel del Estado, se sancionó una nueva Ley de Educación Nacional en el
año 2006, que buscó fundamentalmente posicionar al Estado como garante del derecho a la
educación, así como también reorganizar la estructura del sistema que había sido fragmentada, y
aumentar la obligatoriedad de los años de escolaridad elevandolo a todo el nivel secundario. Se
establecieron también nuevas modalidades de educación, y se elaboraron una serie de
recomendaciones tendientes a democratizar los saberes culturales y artísticos haciendo nuevas
propuestas sobre todo para la educación secundaria.
Esta legislación, acompañada de mayor financiamiento permitió también establecer leyes de
garantía salarial para los docentes lo que llevó a mejorar las condiciones laborales de los mismos,
y por lo tanto se cumplieron proyectos de mantener alrededor de 180 días de clases anualmente.
Otras leyes y acciones que acompañaron y tuvieron impacto en el ámbito educativo fueron la
asignación universal por hijo que promovió la escolarización de los niños, el programa conectar
igualdad que democratizó el acceso a dispositivos tecnológicos, la educación sexual integral que
fue en consonancia con la promoción del cuidado de las infancias en relación a la sexualidad, y
otros.
Otra característica de este modelo es que se promovió el desarrollo científico con acciones como
la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en el año 2007,
engrosando también el presupuesto destinado a la misma.
Es por esto que las políticas universitarias también dan cuenta de algunos intentos por articular la
universidad a las necesidades del país, advirtiendo que la tendencia de crecimiento de la
matrícula general continúa en este período, aunque no así la de las carreras científico-
tecnológicas. “En el año 2003 las estadísticas mostraban que en el sistema público las carreras de
abogacía, contador público y medicina concentraban más de un 25 % de la matrícula”.
(Buchbinder, 2005, pág. 232)
La respuesta política de estos gobiernos consistió en abandonar el tono economicista en relación
a la universidad para apuntalar como problemática, la cuestión de la elevación de la calidad y la
pertinencia como dos de los ejes imbricados entre sí, junto con programas que focalizan en la
ampliación de la matrícula en carreras prioritarias y en la inserción argentina en el proceso de
internacionalización de la educación superior (Chiroleu, 2010), promoviendo becas para carreras
científicas.

Ideas para seguir pensando


Luego de este modelo y como si se tratase de un péndulo, el gobierno de Mauricio Macri trajo de
nuevo al escenario de nuestro país las ideas neoliberales, que si bien no consiguieron transformar
estructuralmente nuevamente el sistema sí abandonaron de hecho algunas de las políticas que se
habían consolidado en el momento anterior. De igual modo, podemos pensar que el reciente
gobierno de Alberto Fernández intenta recuperar el modelo de Estado de Bienestar. Pareciera que
de eso se trata la puja entre estos dos modelos y que en nuestro país es caracterizada como la
“grieta”.
En relación a la educación se trata de pensar cuál es la responsabilidad del Estado y hasta dónde
llegan también las responsabilidades de los individuos. Los desafíos pendientes siguen siendo las
enormes brechas entre quienes tienen acceso a mejores oportunidades, recursos y capitales
económicos, culturales y simbólicos (y ahora tecnológicos) y quienes no tienen acceso a ninguno
de estos bienes. ¿Para quiénes son los libros, las obras de arte, el teatro? ¿Para quiénes las
oportunidades que abre la posibilidad de asistir a la escuela? ¿Cómo se pueden acortar esas
brechas? Como docentes en formación debemos conocer la historia para poder dar una respuesta
fundamentada a estas cuestiones y trabajar en consonancia con nuestras convicciones.

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