Querido Lector,
Invertir inteligentemente se ha convertido en la clave para construir y
proteger la riqueza en el mundo moderno. En un entorno donde la infla-
ción, las crisis económicas y la incertidumbre financiera pueden amena-
zar la estabilidad de cualquiera, saber cómo hacer crecer tu dinero es
más importante que nunca.
El sistema financiero ya no está reservado solo para los expertos de Wall
Street. Hoy en día, cualquier persona con acceso a la información y a las
estrategias correctas pueden aprender a generar ingresos sostenibles.
La pregunta es: ¿cómo puedes hacer que tu dinero trabaje para ti?
Para ayudarte a explorar este mundo, he escrito esta guía para desglosar
el concepto de inversión a través de las historias de múltiples personas
extremadamente exitosas. Cada historia revela no sólo cómo estos líderes
identificaron y definieron su valor, sino también cómo han aprovechado
sus estrategias financieras para generar una impresionante cantidad de
riqueza y dejar una huella imborrable en sus respectivas industrias.
Más importante aún, lo que hace que estos casos de estudio sean particu-
larmente poderosos es su capacidad de ser replicados. Aunque cada ca-
mino es único, las estrategias que estos líderes utilizaron para construir
y amplificar su éxito financiero son accesibles para cualquiera que esté
dispuesto a abordar el proceso con dedicación y propósito.
Esta guía tiene dos propósitos clave: proporcionar un análisis académico
sobre la inversión y ofrecer conocimientos prácticos para aquellos que
buscan establecer y hacer crecer su patrimonio.
Para cualquiera que esté listo para aprovechar el potencial de la inversión,
este trabajo es tanto una guía como un llamado a la acción.
Winston Cordero
COO
Warren Buffett
Hizo su primera inversión en la bolsa
de valores a los 11 años. No era un hijo
de millonarios ni tenía acceso a ciertos
privilegios, solo un chico curioso con
una fascinación por los números y
el dinero. Mientras otros niños de su
edad jugaban en el vecindario, él vendía
chicles, Coca-Cola y periódicos para
ganar sus primeros dólares.
Desde muy joven, Warren entendió algo que la mayoría tarda en aprender:
el dinero puede trabajar por ti. Aprendió esto de su padre, un corredor
de bolsa, pero lo llevó a otro nivel. Compró sus primeras acciones de Cities
Service Preferred con los pocos ahorros que tenía, sin embargo, la acción
cayó, y él sintió ese miedo que cualquier inversionista conoce. Cuando
subió un poco, vendió con una pequeña ganancia, solo para ver cómo días
después se disparaba mucho más arriba. Fue una lección dolorosa, pero
invaluable: la paciencia es clave.
A los 19 años, Buffett aplicó a Harvard y fue rechazado. En lugar de
rendirse, encontró otro camino y estudió con Benjamin Graham, el autor
de El inversor inteligente, en Columbia Business School, quien le enseñó
que la clave del éxito en la bolsa no es la suerte, sino tener la
Universidad de Columbia
disciplina de esperar.
Con el tiempo, Warren comenzó a
aplicar su estrategia con disciplina
casi obsesiva. Compraba empresas
sólidas pero ignoradas, y con los
años, las veía crecer. En 1965, tomó el
control de una fábrica textil llamada
Berkshire Hathaway y la convirtió en
su vehículo de inversión. Mientras
otros buscaban hacer dinero rápido,
él seguía su propia regla: “Nunca
pierdas dinero” y la segunda regla es:
“nunca olvides la primera regla.”
Cuando Buffett adquirió Berkshire Hathaway, la empresa estaba en
crisis. Al principio, intentó salvar el negocio textil, pero rápidamente
se dio cuenta de que no tenía futuro. En lugar de rendirse, comenzó a
transformar la empresa en un holding de inversiones. Con el tiempo,
usó Berkshire como vehículo para adquirir compañías rentables y bien
gestionadas, convirtiéndo se en una máquina de generar riqueza.
El enfoque de Buffett es simple: comprar negocios sólidos, bien
administrados y con ventajas competitivas duraderas. Su estrategia de
inversión a largo plazo ha permitido que el precio de una sola acción de
clase A de Berkshire supere los 600,000 dólares, algo nunca antes visto en
la historia de la bolsa de valores.
Hoy, Berkshire Hathaway es una de las
empresas más valiosas del mundo, con un
valor de mercado superior a los 750 mil
millones de dólares. Posee participaciones
en gigantes como Apple, Coca-Cola,
American Express y Bank of America,
además de ser dueña de empresas
enteras como GEICO (seguros), BNSF
Railway (ferrocarriles) y Dairy Queen
(restaurantes).
A sus más de 90 años, Warren Buffett sigue liderando Berkshire
Hathaway con la misma pasión de siempre. A pesar de ser uno de los
hombres más ricos del mundo, con un patrimonio que ha superado los
120 mil millones de dólares, Su filosofía de vida y de inversión es clara: no
se trata de hacer dinero rápido, sino de tomar buenas decisiones y dejar
que el tiempo haga su trabajo.
Warren Buffett ha dejado incontables
enseñanzas sobre la inversión, pero una de las
más poderosas es esta:
“El mercado de valores es un
mecanismo para transferir dinero de
los impacientes a los pacientes.”
La bolsa de valores no es un juego de azar ni un casino; es una
herramienta que permite a las personas ser dueñas de grandes
empresas y beneficiarse de su crecimiento con el tiempo. Invertir con
paciencia y estrategia puede transformar pequeñas cantidades de dinero
en fortunas, incluso para quienes no nacieron ricos.
No se necesita un coeficiente intelectual extraordinario para invertir
exitosamente, sino disciplina y una visión a largo plazo. Los mercados
subirán y bajarán, pero los inversionistas que mantienen su enfoque en
empresas sólidas y evitan las emociones tienen una ventaja clara.
Conclusión
La historia de Warren Buffett demuestra que la riqueza no se construye
con suerte, sino con paciencia, conocimiento y decisiones inteligentes.
No necesitas ser un genio ni empezar con una gran fortuna; lo más
importante es aprender a invertir con disciplina y entender que el tiempo
es el mejor aliado de un inversionista.
Buffett no solo nos enseñó a invertir en la bolsa, sino a pensar a largo
plazo y a valorar la simplicidad. Para aquellos que sueñan con la libertad
financiera, su vida es una prueba de que, con la estrategia correcta,
cualquiera puede lograrlo.
La bolsa de valores no es solo para millonarios, sino para
cualquiera dispuesto a aprender, esperar y aprovechar el
poder del interés compuesto.
RAY DALIO
Creció en una familia de clase media
en Queens, Nueva York, en los años
50. Su padre era músico de jazz y su
madre, ama de casa. A diferencia de
los estereotipos de jóvenes prodigios
de Wall Street, Ray era simplemente
un adolescente inquieto que empezó
a invertir a los 12 años con dinero
que ahorró trabajando como caddie
de golf y repartidor de periódicos.
Compró acciones de Northeast
Airlines por $300 porque era la única
empresa que conocía que cotizaba
por debajo de $5 por acción. Cuando
la compañía se fusionó y sus acciones
subieron, triplicó su inversión. Aquel
primer éxito le enseñó una lección
clave: el mercado financiero podría
ser un puente entre su realidad y sus
sueños.
Pero Ray no era un genio infalible. Estudió finanzas en la Universidad de
Long Island y luego en Harvard, pero su verdadera educación comenzó
en las calles de Wall Street. Empezó como corredor de bolsa en 1975,
pero pronto se dio cuenta de que el sistema tradicional estaba lleno de
prejuicios y ego. Decidió crear su propio camino: fundó Bridgewater
Associates desde su apartamento, con apenas una mesa, una silla y un
teléfono.
A diferencia de otros magnates, Ray no construyó
su imperio con secretos. Más bien, lo hizo con radical
transparencia . En Bridgewater, implementó una
cultura donde los empleados debaten abiertamente
sus errores y aprenden en equipo. “El dolor más
grande ocurre justo antes de tu mayor crecimiento”,
solía decir. Esta filosofía no solo salvó su carrera,
sino que inspiró a millones a través de su libro, un
manifiesto sobre la vida y el trabajo.
Como toda persona, tuvo sus momentos de crisis, durante el 1982
Bridgewater estaba en bancarrota, tuvo que despedir a sus empleados y
se vio obligado a pedir un préstamo de $4,000 a su padre para pagar sus
facturas. Aquella experiencia lo sumió en una profunda depresión, pero
también le dio una lección invaluable: “El dolor más intenso es el mejor
maestro” .
En lugar de rendirse, Ray analizó
sus errores. Desarrolló un
sistema único para navegar la
incertidumbre: la “Teoría de la
Realidad Económica” , que lo llevó
a crear el fondo All Weather ,
una estrategia revolucionaria
que combina activos para
resistir cualquier crisis.
Bridgewater resurgió, y para la
década de 1990, se convirtió en
uno de los fondos de cobertura
más grandes del mundo.
Hoy, a los 74 años, Ray Dalio tiene un patrimonio estimado en $20,000
millones de dólares (según Forbes, 2023). Bridgewater maneja más de
$150,000 millones en activos, y su enfoque en la diversificación y la gestión
de riesgos es estudiado en universidades. Pero lo más humano de su
historia no es su riqueza, sino su capacidad de convertir cada fracaso en
una herramienta para ayudar a otros.
La historia de Ray Dalio no es solo para millonarios. Es un recordatorio de
que la bolsa no requiere suerte, sino disciplina: Empieza pequeño, pero
empieza
Ray invirtió $300 siendo un adolescente. Hoy, puedes iniciar de la misma
forma, y hasta con menos.
1. Aprende de los errores: Su quiebra en 1982 fue el precio de una
lección invaluable. La bolsa enseña paciencia, control de miedo y
pensamiento crítico.
2. La riqueza pasiva es posible:, ETFs y estrategias de largo plazo (como
el dollar-cost averaging ) permiten generar patrimonio sin ser un
experto. Hoy, cualquiera puede invertir en empresas globales con
un clic.
Conclusión
La historia de Ray Dalio no es solo la de un hombre que acumuló una
fortuna, sino la de un ser humano que convirtió sus fracasos en peldaños
hacia la grandeza. Su vida demuestra que la verdadera riqueza no se
trata de números en una cuenta, sino de resiliencia, aprendizaje constante
y la valentía para cuestionar lo establecido. Dalio no nació en la élite
financiera, sino en un barrio modesto de Nueva York, y su camino estuvo
lleno de obstáculos que muchos de nosotros podríamos reconocer: La
incertidumbre de los inicios, el miedo al fracaso y la lucha por encontrar
un propósito.
La bolsa, en esencia, es un espejo de la vida: está llena de altibajos, pero
también de oportunidades para quienes se atreven a mirar más allá del
presente. No necesitas nacer en la cima ni tener todas las respuestas
desde el primer día. Lo que necesitas es curiosidad para aprender, coraje
para enfrentar errores y disciplina para seguir adelante, incluso cuando
el camino se oscurece.
Steven Cohen
Steven Cohen no creció con lujos.
Nació en 1956 en un barrio obrero
de Long Island, Nueva York, hijo
de un farmacéutico y una ama de
casa. Desde joven, destacó por su
instinto competitivo y su obsesión
por los mercados . A los 16 años,
invirtió $1,000 que ganó trabajando
en un campamento de verano en
acciones de una compañía minera,
doblando su dinero en semanas.
Aquel éxito temprano encendió una
llama: la bolsa sería su campo de
batalla personal.
Empezó como trader en Gruntal & Co., donde su agresividad y habilidad
para leer el mercado lo hicieron destacar. A los 26 años, ya ganaba
$100,000 al año, una fortuna para la época. Sin embargo, Cohen no
buscaba solo dinero; quería dominar el juego. En 1992, fundó SAC Capital
Advisors con $25 millones, sentando las bases de lo que sería uno de los
hedge funds más controvertidos y exitosos de la historia.
En los años 90 y 2000, Cohen se convirtió en un titán de las finanzas. SAC
Capital generaba rendimientos anuales de hasta el 30% , atrayendo a
inversores institucionales y multimillonarios. Su estilo era único: operaba
rápido, asumía riesgos calculados y exigía a su equipo “saber antes que el
mercado” .
Pero detrás de aquel éxito se escondía una sombra. En 2013, SAC fue
acusado de insider trading (uso de información privilegiada) en uno de
los casos más grandes de la historia financiera. La empresa pagó $1.800
millones en multas, y Cohen fue vetado temporalmente de gestionar
dinero de inversores externos.
La caída fue brutal. Cohen, quien había construido una reputación de
invencibilidad, se vio retratado como un villano en los medios. Perdió
aliados, su fortuna personal se redujo, y su legado parecía manchado
para siempre. Sin embargo, en lugar de retirarse, usó la humillación como
combustible. Declaró años después, “aprendí que el precio de la ambición
sin ética es demasiado alto”.
Tras el escándalo de insider trading, Cohen no se retiró. En 2018,
transformó SAC Capital en Point72 Asset Management , enfocándose en
inversores institucionales y su propio patrimonio. Pero su resurgimiento
no se limitó a los mercados financieros: en noviembre de 2020 , adquirió
el 80% del equipo de béisbol New York Mets por $2.400 millones , un
movimiento que lo convirtió en el dueño mayoritario de uno de los equipos
más icónicos de la MLB.
El patrimonio de Cohen no se limita a su cuenta bancaria. Es un ecosistema
de riqueza multifacético:
1. Inversiones estratégicas: Su enfoque en stock picking (selección
activa de acciones) y análisis de datos masivos (big data) le permite
identificar oportunidades que otros pasan por alto.
2. El equipo de los Mets no es solo un negocio, sino una plataforma para
conectar con comunidades y generar ingresos a largo plazo.
CONCLUSIÓN
La historia de Steven Cohen es una montaña rusa de éxito, caída y
redención. No es un cuento de hadas: es la cruda realidad de un hombre
que pagó caro sus errores, pero que supo reinventarse sin perder su
esencia. Su vida enseña que la verdadera riqueza no se mide en dólares,
sino en la capacidad de resurgir y dejar un impacto duradero
Pero, sobre todo, Cohen personifica la idea de que la riqueza pasiva no
existe sin trabajo activo. Su fortuna no se construyó con suerte, sino con
décadas de estudio, toma de riesgos calculados y una mentalidad que
combina ambición con humildad.
Esto es un recordatorio de que la riqueza duradera se construye con
audacia, pero también con adaptación. Su compra de los Mets no fue
un capricho, sino un movimiento maestro que combinó su instinto
competitivo con visión estratégica.
George Soros
George Soros nació en 1930 en
Budapest, Hungría, en el seno
de una familia judía. Su infancia
estuvo marcada por la ocupación
nazi y el horror del Holocausto.
Para sobrevivir, su padre lo ocultó
en casas de familiares y falsificó
documentos. Aquella experiencia lo
marcó profundamente y aprendió
que: Las reglas pueden romperse,
y que los sistemas aparentemente
invencibles son frágiles.
Tras la guerra, huyó del
comunismo de Hungría a Londres
en 1947 con apenas £10 en el
bolsillo. Trabajó como mesero y
ferroviario mientras estudiaba filosofía en la London School of Economics
, donde conoció a Karl Popper, cuya teoría del “falsacionismo” (la idea
de que ninguna teoría es completamente cierta) influyó su visión de los
mercados.
En 1970, Soros fundó Soros Fund Management (más tarde Quantum
Fund), con un enfoque revolucionario: la teoría de la reflexividad , que
sostiene que los mercados no son racionales, sino que se moldean por
percepciones y realidades que se influyen mutuamente. Este principio lo
llevó a realizar algunas de las operaciones más legendarias de la historia:
• (1992) Black Wednesday:
Apostó contra la libra London School of Economics
esterlina, convencido de
que el Banco de Inglaterra
no podía mantener su
tipo de cambio. Ganó
$1,000 millones en un día
, ganándose el apodo de
“el hombre que rompió el
Banco de Inglaterra”.
A los 93 años, su patrimonio neto es de $8,000 millones (Forbes, 2023),
pero su verdadero legado está en su influencia global.
A diferencia de otros magnates, Soros no acumuló su fortuna para
sí mismo. En 1979, fundó Open Society Foundations , una red de
organizaciones que promueven democracia, derechos humanos y
transparencia en más de 120 países. Ha donado $32,000 millones de su
patrimonio personal, financiando causas como:
• Educación para refugiados en todo el mundo.
• Reformas judiciales en América Latina.
• Lucha contra la discriminación racial en Estados Unidos.
Su activismo político lo ha convertido en figura polémica: gobiernos
autoritarios lo acusan de conspirar contra ellos, mientras activistas lo ven
como un aliado crucial. Para Soros, “No basta con ganar dinero; hay que
usarlo para cambiar las reglas del juego” .
Conclusión
La vida de Soros es una paradoja: un superviviente del Holocausto que
se convirtió en uno de los inversionista más temidos, pero también en un
defensor de los más vulnerables. Soros ganó apostando contra lo se creía
“imposible”. Su fortuna no se construyó en un día, sino con décadas de
análisis y paciencia.
La ética importa : Usó su dinero para luchar contra la corrupción y la
desigualdad, demostrando que invertir con conciencia es posible.
George Soros no es solo un inversionista; es un filósofo que entiende que
el dinero es un medio, no un fin.
Carl Icahn
Carl Icahn nació en 1936 en el Bronx,
Nueva York, en el seno de una familia
judía de clase media. Su padre era
cantante de ópera y su madre, maestra
de escuela. Desde joven, destacó por
su inteligencia y su carácter combativo.
Estudió filosofía en Princeton, pero
abandonó la escuela de medicina tras
dos años, sintiendo que no era su
vocación.
Su entrada en Wall Street fue casi
accidental. En 1961, comenzó como
corredor de opciones en la firma
Dreyfus Corporation , donde aprendió el
arte de analizar empresas subvaluadas.
Con $150,000 que reunió de familiares
y amigos, fundó Icahn & Co. en 1968, enfocándose en arbitraje de riesgo.
Su primer gran movimiento llegó en 1978, cuando compró acciones
de Tappan Company , una fabricante de electrodomésticos en crisis.
Presionó a la junta directiva para vender la empresa, y cuando lo logró,
multiplicó su inversión por seis. Aquello definió su estilo: “Compra barato,
presiona para cambiar, vende caro”.
Sus tácticas eran disruptivas:
• 1985: Tomó el control de Trans World Airlines (TWA) , despidió a
miles de empleados y vendió activos para pagar deudas, lo que le
valió el odio de sindicatos pero le generó una fortuna.
• 1988: Lideró una batalla épica por RJR Nabisco , una de las
adquisiciones más grandes de la historia. Aunque no ganó, su
presión forzó una venta récord que inspiró el libro Barbarians at
the Gate.
TWA (Trans World Airlines)
Sin embargo, no todo fueron victorias. En los 90, su intento de
desmembrar Time Warner fracasó, y perdió cientos de millones. La
prensa lo llamaba “el depredador de las empresas”, y muchos CEO lo veían
como una amenaza. Pero Icahn no se arrepiente: “Si quieres hacer un
omelette, tienes que romper huevos” , declaró.
A sus 80 años, Icahn sigue siendo una fuerza imparable. Su compañía,
Icahn Enterprises , controla activos por $34,000 millones en sectores
como energía, casinos y automóviles. Su estrategia es clara:
Invierte en empresas mal gestionadas, desde Occidental Petroleum hasta
Xerox .
Usa su influencia para exigir cambios: desde despidos de CEOs hasta
recompras de acciones. En 2021, vendió su participación en eBay
tras lograr la salida de su CEO, demostrando que su enfoque sigue
funcionando.
Con un patrimonio de $16,000 millones (Forbes, 2023), Icahn no solo
acumula dinero, sino poder para moldear el mundo corporativo.
Conclusión
La vida de Carl Icahn es un testimonio de que los mercados no son
neutrales: son un reflejo de la lucha por el poder y la eficiencia Muchas
de sus jugadas tardaron años en dar frutos, pero su enfoque en el largo
plazo fue clave.
Es un hombre con principios claros como:
• Las empresas existen para servir a los accionistas, no a los CEOs o
a los empleados.
• El riesgo es inevitable, pero la ignorancia es fatal: Estudia,
cuestiona las narrativas y nunca asumas que algo es “demasiado
grande para caer”.
Es un visionario que expone las grietas del sistema mientras se beneficia
de ellas, un crítico del poder que lo ejerce sin remordimientos. Su vida nos
desafía a preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a incomodar al sistema para
lograr cambios reales?
Al final, Icahn es un recordatorio de que la riqueza no se trata solo de
acumular, sino de influir . Y aunque sus métodos sean cuestionables, su
mensaje es claro: En Wall Street, como en la vida, el cambio nunca llega de
los que se conforman .
Elon Musk
Elon Musk nació en 1971 en Pretoria,
Sudáfrica, en una familia acomodada
pero disfuncional. Su padre, ingeniero, y
su madre, nutricionista, se divorciaron
cuando era adolescente. Desde niño, Musk
se refugió en los libros y los videojuegos,
desarrollando una obsesión por resolver
problemas. A los 12 años, creó un juego
llamado “Blastar” y lo vendió por $500, una
semilla de su mentalidad emprendedora.
A los 17 años, huyó de Sudáfrica para evitar
el servicio militar en el apartheid. Llegó a
Canadá con apenas $2,000, trabajando en
granjas y cortando leña. Estudió física y
economía en la Universidad de Pensilvania,
pero su verdadera educación comenzó en
Silicon Valley a mediados de los 90.
Su primer gran éxito llegó con Zip2 , una guía digital para negocios
locales, vendida en 1999 por $307 millones. Musk usó sus ganancias
para cofundar X.com , un banco online que se fusionó para convertirse
en PayPal . Cuando eBay compró PayPal en 2002 por $1.500 millones,
Musk obtuvo $165 millones. Pero en lugar de retirarse, apostó todo a dos
sueños: colonizar Marte y revolucionar la energía sostenible.
• SpaceX (2002): Invertido $100 millones de su fortuna, Musk
quería reducir el costo de los viajes espaciales. Los primeros
tres lanzamientos de Falcon 1 fracasaron, llevándolo al borde de
la quiebra. En 2008, con solo $40 millones en el banco, el cuarto
lanzamiento exitoso salvó a la compañía.
• Tesla (2004): Musk invirtió $6.5 millones en una startup de autos
eléctricos. La crisis financiera de 2008 casi destruye Tesla, y Musk
tuvo que pedir dinero prestado para pagar nóminas. En una
entrevista, admitió: “Lloré de frustración más veces de las que
puedo contar” .
Hoy, Musk es sinónimo de disrupción :
• Tesla domina el mercado de vehículos eléctricos, con un valor de
mercado de $700,000 millones (2023).
• SpaceX es el líder en vuelos espaciales privados, con contratos de
la NASA y planes de llevar humanos a Marte en 2026.
• SolarCity , Neuralink y The Boring Company expanden su
influencia a energía solar, interfaces cerebro-máquina y túneles
subterráneos.
Con un patrimonio de $250,000 millones (el más alto del mundo en 2023),
Musk no acumula yates o mansiones (aunque posee varias), sino que
reinvierte en sus visiones:
1. SpaceX : Valuada en $150,000 millones, es clave para el turismo
espacial y la defensa planetaria.
2. Tesla : Su éxito no solo es financiero; aceleró la transición global
hacia la energía limpia.
3. Proyectos de riesgo : Neuralink (implantes cerebrales) y Starlink
(internet satelital) podrían redefinir la medicina y la conectividad.
Si algo define a Elon Musk es su capacidad para usar los mercados
financieros como herramienta para materializar sueños que otros
consideraban descabellados. Su relación con la bolsa no es casual: es
estratégica, disruptiva y, en ocasiones, polémica. La bolsa premia a los
visionarios , pero castiga a los que subestiman la ejecución.
Conclusión
Es un arquitecto de realidades que usa la bolsa como un puente entre el
presente y su visión del futuro. Musk nos recuerda que la bolsa no es solo
números en una pantalla, sino un reflejo de lo que la humanidad valora.
• Para el soñador: Wall Street le permitió transformar empresas
deficitarias (como Tesla en 2008) en gigantes. Sin acceso a capital
público, sus proyectos de Marte y energía limpia serían ficción.
• Para el inversor común: Su trayectoria enseña que invertir
en innovación exige tolerancia al riesgo y visión de largo plazo.
Quienes compraron acciones de Tesla en 2013 (a $20) vieron
multiplicar su inversión por 50 en una década.
• Para el mercado: Musk demostró que las empresas pueden ser
plataformas de cambio global, no solo máquinas de ganancias.
Ahora que conoces estas historias…
Puedes ver como cada historia que has leído aquí tiene un punto en
común: ninguno de estos inversionistas nació con un mapa del tesoro en
sus manos. No fueron la suerte ni los privilegios los que los llevaron al
éxito, sino su capacidad de aprender, adaptarse y actuar con convicción.
Lo que los hizo diferentes no fue su punto de partida, sino la decisión de
tomar control de su futuro financiero en lugar de dejarlo en manos del
azar o de terceros.
El mundo de las inversiones puede parecer complejo desde fuera, pero la
verdad es que los principios que han llevado a estos ejemplares a la cima
son los mismos que cualquier persona puede aplicar, los mismos que yo
apliqué. La clave está en la paciencia, la educación y la disciplina.
Y créeme, sé por lo que estás pasando. Sé lo que es esforzarse día tras
día, soñando con algo más grande pero sin saber exactamente cómo
alcanzarlo. Desde niños nos enseñaron a seguir un camino seguro:
estudiar, conseguir un buen trabajo, trabajar duro y ahorrar. Nos dijeron
que si hacemos todo bien, algún día podríamos jubilarnos y disfrutar de
la vida. Sé lo que es mirar alrededor y sentir que estás atrapado en un
ciclo donde sin importar que trabajes más, que ahorres, y que trates de
mantenerte dentro del sistema el dinero nunca parece ser suficiente…
Si alguna vez has mirado a tu alrededor y te has preguntado cómo
algunas personas logran multiplicar su riqueza mientras la mayoría
apenas sobrevive, entonces ya has desbloqueado el primer paso, esa
sensación de que hay algo más allá de lo que te han contado.
La verdad es que sí, hay algo más. Y está al alcance de aquellos que están
dispuestos a verlo.
Ahora, ya que estás aquí, no quiero que mires hacia atrás en cinco años y
pienses: ojalá hubiera empezado antes. No quiero que sigas postergando
tu futuro por miedo, por dudas o por la falsa creencia de que esto no es
para ti. Las mismas personas cuyas historias has leído en estas páginas
no tenían más ventaja que tú en su punto de partida. Lo que los hizo
diferentes fue su decisión de actuar.
El mejor momento para empezar fue ayer. El segundo mejor momento es
ahora.
Y justo esto es lo que quiero enseñarte en “El Secreto del Dinero”. No te
hablaré de teorías inalcanzables ni de promesas vacías, sino de la misma
estrategia que han utilizado los grandes inversionistas para construir
su riqueza. Voy a mostrarte, paso a paso, cómo puedes aplicar estos
principios en tu vida, sin importar de dónde vengas o cuánto capital
tengas hoy. Porque la diferencia entre los que logran el éxito y los que no,
no es el talento ni la suerte… es la acción.
Así que espero que aproveches esta información, porque es justo lo que
me hubiera gustado aprender cuando comencé. De haberla tenido, habría
logrado mis resultados en la mitad del tiempo.
Ahora, la bola está en tu cancha.
Winston Cordero.
Para seguir adquiriendo conocimiento, y ser parte de todas las clases es imprescindible
ser parte de cada una de ellas. Aún estás a tiempo antes de que todo este contenido sea
eliminado.
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