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El Avandono

El texto analiza el rechazo que Jesús experimentó en Nazaret, donde sus propios vecinos, a pesar de asombrarse por su sabiduría y milagros, no pudieron aceptar su autoridad debido a su origen familiar. Este rechazo se debió a la incredulidad de la gente, lo que limitó la capacidad de Jesús para realizar milagros en su tierra. La enseñanza destaca cómo la familiaridad puede llevar al desprecio y a la falta de fe, afectando la percepción de la grandeza de Cristo.

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El Avandono

El texto analiza el rechazo que Jesús experimentó en Nazaret, donde sus propios vecinos, a pesar de asombrarse por su sabiduría y milagros, no pudieron aceptar su autoridad debido a su origen familiar. Este rechazo se debió a la incredulidad de la gente, lo que limitó la capacidad de Jesús para realizar milagros en su tierra. La enseñanza destaca cómo la familiaridad puede llevar al desprecio y a la falta de fe, afectando la percepción de la grandeza de Cristo.

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TEMA: Rechazando al más esperado

TEXTO: Mateo 13:53-58

Introducción: ¿alguna vez hemos experimentado el rechazo y el desprecio


de las personas que nos rodean?, pueden ser de la misma familia ya sea por
resaltar en alguna habilidad, liderazgo, capacidad o posición económica; puede
también pasar en el lugar en donde uno vive, allá en la comunidad o en el
barrio, porque Dios les prosperó con bienes materiales, con hijos profesionales o
emprendedores, con negocios, empresas y con otras bendiciones; de igual
forma esto pasa también en la iglesia, cuando el ministerio crece, el motivo del
rechazo y del desprecio a veces es por los celos y las envidias que se dan entre
pastores y entre miembros, y si un ministro prospera como predicador o los
dones espirituales toman su desarrollo en la iglesia no faltaran las
murmuraciones, burlas u ofensas de unos contra otros. todo esto es causado
solo por no ser aceptados entre los de más.

(Eclesiastés 4:4 DHH) Vi también que el mucho trabajar y el éxito en una empresa
provocan la envidia de unos contra otros…

Cristo nació en un establo en Belén Efrata (Mt 2:5) y creció en Nazaret (Mt 2:22,
23). En su juventud, ejerció el oficio de carpintería. Su madre, una mujer y
madre ejemplar, se llamaba María (Lc 2:4-7). Tuvo también hermanos y
hermanas que se relacionaban con él (Mr 6:3).

El rechazo en Nazaret
Sucedió todo lo contrario. Ante la enseñanza por parte de Jesús, se dio una
reacción no grata por parte de ellos. En Mateo 13:54-58 se registra lo siguiente:
[…] así que (ellos) se asombraban y hablaban ¿De dónde tuvo éste esta
sabiduría y estos poderes milagrosos? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿Su
madre no se llama María y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿Y no
todas las hermanas de él están con nosotros? Por lo tanto ¿De
dónde sacó (este) todas éstas cosas? Y se escandalizaban de él, pero Jesús les
dijo: no es profeta deshonrado sino en su tierra y en su casa. Y no hizo allí
muchos milagros por la incredulidad de ellos.[11]
Antes de analizar estos textos, es necesario recurrir al evangelista Marcos.
Marcos, en 6:1-6,[12] registra la misma escena que Mateo. Ambos narraron el
rechazo hacia Jesús por parte de Nazaret. Sin embargo, recuérdese que el
evangelio de Marcos, probablemente, se escribió primero.
Por ejemplo, en el primer versículo (v. 53), Mateo registra que Jesús partió solo
de Capernaún. Por otro lado, Marcos agrega que Jesús salió con sus discípulos
(v. 1). Mateo no registra el día, pero Marcos afirma que los sucesos ocurridos
fueron en sábado (v. 2). Marcos enfatiza más la frase “este hombre”(v. 2) como
si fuera “una clase de hombre”, de manera despectiva. Marcos es enfático en
los preconceptos y el trato de cada nazareno.
Para Marcos, Jesús es carpintero (v. 3); para Mateo, él es el hijo del carpintero.
Esto permite concluir que Jesús estuvo laborando como carpintero desde su
niñez hasta la adultez; quizá por eso Cristo era muy conocido por todos sus
vecinos.
Por cuanto a los milagros realizados, Marcos es más puntual al decir “sanar
algunos enfermos” (v. 5), puesto que Mateo solo menciona “no hizo muchos
milagros” (v. 58).
Por último, Marcos registra algo importante: el asombro de Jesús ante la
incredulidad de sus vecinos. A pesar de todo el mensaje y los milagros que
vieron y escucharon, aun no creían.
Ahora, se estructurará los versículos 53 al 58:
A. El Maestro terminó de enseñar (v. 53)
B. El Maestro vuelve a enseñar (v. 54)
C. Sorpresa y duda contra el Maestro (vv. 54-56)
D. Escándalo y deshonra contra el Maestro (v. 57)
E. Resultado de la incredulidad al Maestro: pocos milagros (v. 58).
Es interesante que, al analizar las cinco preguntas que hacen los de Nazaret,
encontrar una estructura quiástica que ayudará comprender mejor la perícopa
en estudio:
A: “así que (ellos) se asombraban”
B: “¿De dónde tuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos?”
¿No es este el hijo del carpintero?
X: ¿Su madre no se llama María y sus hermanos […]?
¿Y no todas las hermanas de él están con nosotros?
B’: “¿De dónde sacó (este) todas éstas cosas?”
A’: “Y se escandalizaban”
Al ver la estructura, el aspecto familiar, de procedencia, para aceptar o no a
Jesús como Mesías, es importante. En A, los pobladores se asombraron por la
sabiduría obtenida; mientras que en A’, ellos, también, se escandalizaron.
Ambos términos denotan discordancia y desagrado contra Jesús.
En primer lugar, asombrar viene del término griego «eskandalizo», que
significa maravillar. En los cuatro evangelios y Hechos (Mt 7:28; 13:54; 19:25;
22:33; Mr 1:22; 6:2; 7:37; 10:26; 11:18; Lc 2:48; 4:32; 9:43 Hch 13:12), en sus
distintos usos (tiempo, caso, persona, etc.), tiene dos aplicaciones: 1) En el
sentido de ver algo fuera de lo común. El objetivo es alegrarse, agradecer por
algo “sorprendente”, pero creíble. 2) En el sentido despectivo, insensible,
indiferente. El objetivo es ser escéptico y despreciativo a la vez. En este caso,
según el contexto, se usaría la segunda aplicación. Increíblemente, los de
Nazaret se asombraron de la inteligencia de Jesús, no para felicitarlo, sino con el
solo hecho de ser despectivos con él. En segundo lugar, la
palabra escandalizar viene del término griego «eskandalizo», que significa
desconcertar, dar motivo de ofensa, ofender,[13] poner un lazo o trampa en el
camino (Mt 5:29,30; 11:6; 13:21,57; 15:12; 17:27; 18:6, 8, 9; 24:10; 26:31,
33[2x]; Mr 4:17; 6:3; 9:42, 43, 45, 47; 14:27, 29; Lc 7:23; 17:2; Jn 6:61; 16:1; 1
Co 8:13 [2x]; 2 Co 11:29).[14]
Como sustantivo, designa el escándalo como ocasión de pecado; incitación a la
apostasía y a la incredulidad (Mt 18:7; Ap 2:14; Ro 14:13; 16:17); aquello que
escandaliza, algo que choca o indigna, provoca protesta, que constituye un
impedimento para la fe (1 Jn 2:10; 1 Co 1:23; Gá 5:11; Mt 13:41).[15]
Como verbo, en voz activa, significa: inducir al pecado, dar escándalo (Mt 5:29s;
18:6; 1 Co 8:13); en pasiva: escandalizarse, caer, ser inducido o seducido (Mt
13:21; 24:10; Jn 16:1; 2 Co 11:29); escandalizarse en Jesús (Mt 11:6; 13:57;
26:31, 33). Por último, irritar, encolerizar; desconcertar, suscitar oposición (Mt
17:27; Jn 6:61; Mt 15:12).[16]Por lo tanto, A y A’ enfatizan el desacuerdo contra
Jesús. Los de Nazaret se maravillaron y escandalizaron. Quedaron
desconcertados y ofendieron al Maestro. A pesar de sus milagros, no creyeron
en él. Se indignaron y protestaron contra él. Y no solo eso, se opusierona su
enseñanza. Despreciaron el mensaje y al mensajero.
Jesús regresó a su propio país y fue rechazado
Después de enseñar estas parábolas, el Señor Jesús salió y se dirigió hacia
Nazaret, la ciudad de su infancia. Leamos el versículo 54:
"Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que
se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste está sabiduría y estos
poderes milagrosos?"
Quiero destacar el hecho de que en aquellos días, la gente no se
cuestionaba si Cristo podía realizar milagros o no. Este versículo revela
cuál era la pregunta a nivel popular. ¿Dónde había obtenido Jesús esa
sabiduría y el poder para realizar semejantes milagros? La gente
reaccionaba así, como dicen los versículos 55 y 56:
"¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus
hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con
nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas?"
Su origen familiar les confundía. No reconocieron quién era realmente.
Para ellos sólo era el hijo de un carpintero. Y esto es todo lo que Jesús es
para muchos hoy en día. Le consideran un gran maestro, un gran hombre
y una personalidad admirable. Pero nada más. Para aquellas personas de
Su tiempo, solo era el hijo del carpintero. La familia se completaba con
sus medio hermanos, más jóvenes que El. Hasta después de Su
resurrección no comprendieron que, verdaderamente, era el Hijo de Dios.
Continuemos con el versículo 57:
"Y se escandalizaban a causa de Él. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin
honra, sino en su propia tierra y en su casa."
Es que en aquel pueblo de sus primeros años, la gente estaba tan
familiarizada con El y los suyos, que se sentían ofendidos ante la sabiduría
de su enseñanza. Y la descripción de su etapa en Nazaret concluye con las
palabras del versículo 58:
"Y no hizo muchos milagros allí a causa de la incredulidad de ellos."
Esta afirmación constituye una revelación tremenda. Observemos qué fue
lo que limitó al poder de Dios cuando Jesús se encontraba allí. Fue la
incredulidad. No fue que El no fuese capaz de realizar los milagros, sino su
incredulidad. Por ello, hizo allí pocos milagros.
Estimado oyente. El gran problema tuyo y mío es que no tenemos fe para
creer --y estoy hablando de fe para la salvación de hombres y mujeres.
Necesitamos tener esa clase de fe que cree que Dios puede salvar a los
que están perdidos. El está hoy limitado en tu comunidad, en tu familia,
en tu iglesia, e incluso en tu propia vida, por la incredulidad. Y esto es
igualmente cierto en mi caso. Nuestro Señor estaba pronunciando allí una
gran verdad. No la pasemos por alto.
(Mateo 12:38–39).

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