Jesús no pudo

Hoy continuamos con nuestro estudio del libro de Marcos. Este fascinante relato sobre la vida
de Jesús, más precisamente, de los 3 años de su ministerio, nos ha llevado a recordar historias
increíbles que hablan de un Rey que se hizo siervo.
Jesús no pudo. El título del mensaje de hoy suena un poco extraño, fuerte, irreverente, tal vez
hasta blasfemo, pero la frase no es mía, sino que es sacada de la misma Biblia.
Leamos: Marcos 6:1-6
Y sí, Jesús no pudo hacer en su ciudad natal muchos milagros por la incredulidad de ellos.
Decimos, qué barbaros estos de Nazareth…pero en el fondo esta historia se repite cada día en
nosotros y nuestro alrededor…Jesús no puede hacer su obra redentora en nosotros, cuando
hay incredulidad y eso es realmente una tragedia.
Estamos rodeados de tragedias, de eventos desafortunados…este año empezó con incendios
tremendos en California, con accidentes aéreos, con una guerra en Ucrania cada vez más
enardecida, con una crisis en Gaza…con los mercados financieros en alerta por las políticas de
aranceles de USA y acá en Costa Rica con la criminalidad desbordada, con asesinatos a cada
rato y con personas inocentes de por medio. Definitivamente este mundo es una tragedia…
Pero hay una tragedia que aunque no la percibimos así, es aún peor, que es la tragedia de la
incredulidad…porque no sólo tiene efectos sobre la vida presente de la gente, sino también
porque marca el destino eterno de cada hombre y mujer.
Cada día se pierden muchos miles, millones de almas, y muchísimas de ellas no es porque n
hayan escuchado las buenas nuevas de salvación, sino por su incredulidad.
Esta es la idea central de esta enseñanza y creo que es claramente la intención del Señor por
medio de Marcos. Que veamos la tragedia de la incredulidad, que hace que aún el Señor no
pueda hacer su obra en nuestras vidas, corazones, familias, iglesias.
Vamos al texto. Si prestó atención a la lectura, verá que hay un montón de “Y”. Yo conté unas
14, conservando el estilo de Marcos de la inmediatez…y vino, y dijo, y entonces…etc…Marcos
es un evangelio de ritmo frenético.
Contexto:
Jesús ha dedicado gran parte de su ministerio a predicar alrededor del mar de Galilea. Acaba
de hacer una serie increíble de milagros. Acaba de decirle a la gente que no cuente más de sus
señales y milagros…porque la gente lo asediaba y lo esperaba con gozo…
ver Lucas 8:40.
Ahora decide volver a su pueblo de Nazaret, ciudad donde había crecido y donde sería lógico
suponer que se encontraría con vecinos y amigos, con aquellos con quienes había compartido
a diario durante treinta años. Compañeros de escuela, con los que jugaba de niño…amigos de
su juventud, vecinos, clientes…Jesús era carpintero…y no dudo que sería bueno en su trabajo.
Sus maestros, los amigos de sus padres, su familia.
En este momento de la historia Jesús es muy famoso. Gente de todos los pueblos lo buscan…
Nazareth era un pequeño pueblecito…algunos hablan que eran unas 500 personas…nada
bueno había salido de Nazareth…de ahí la expresión que utilizó Natanael a Felipe…De
Nazareth puede salir algo bueno ¿?. Pero ahora llega Jesús…debería ser algo así como el
héroe nacional, como el hijo predilecto del pueblo…si fuera acá ya deberían estar planeando un
feriado por su nacimiento…si fuera en USA ya tendrían una atracción, un museo de pago en su
casa y un tour por el taller de carpintería…
Pero extrañamente Jesús no fue recibido con agrado y con alegría. Al principio de su ministerio,
como vamos a recordar más adelante, ya Jesús había sido rechazado en su propio pueblo,
entonces…
Por qué fue ¿? Para retirarse del asedio de la gente / Para descansar unos días / Para ver a su
madre y hermanos, que como vimos en 3:---- habían ido a verle a Capernaún…No lo
sabemos…lo que sí sabemos es que esta visita causó asombro en Jesús como vamos a ver
más adelante.
En Marcos 6, leemos que Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. Recordemos que para
enseñar debería haber sido invitado y ser reconocido como un maestro de la ley. Es decir, en
principio su reputación lo precedía…sabían que era una persona que ahora era importante…y
le cedieron el lugar. Venía junto a sus discípulos…sus seguidores. Así como los rabinos
andaban con sus discípulos, que los seguían y aprendían de ellos…
Los vecinos sin duda sintieron curiosidad al ver que tomaba la palabra y probablemente
pensarían algo como: “Mira, es Jesús, el hijo de José y María. ¿Qué va a decir? ¿De qué va a
hablar?” Pero cuando el Señor comenzó a enseñar, no lo hizo con timidez ni vacilación, ni
limitándose a comentar algo trivial. No, cuando comenzó a hablar, lo hizo con autoridad y de
sus labios brotaron palabras de sabiduría.
Cuando oyeron la predicación, Jesús causó admiración inmediata. Superó toda expectativa.
Esto fue algo que maravilló a los presentes, que no esperaban escuchar algo semejante. Y
luego vino la reacción netamente humana: “¿Dónde aprendió éste tantas cosas? ¿De dónde ha
sacado esa sabiduría y los milagros que hace?”
Estas preguntas, este asombro, parece indicarnos que pese a que Jesús vivió entre ellos casi
30 años, no había tenido un ministerio público, no andaba enseñando ni haciendo milagros
todos los días…la gente contaba o inventaba historias…de que siendo chiquito hacía unos
pájaros de arcilla…y de pronto tomaron vida y empezaron a cantar y volar…etc…pero nada de
eso es narrado por la Bibia, sino que en el momento cuando el Padre lo llamó, Jesús empezó
su poderoso ministerio. Como si un día de tantos, el calendario le mandó un aviso: “ Hoy
inicias”
Algunos comentaristas opinan que quizás porque conocían tan bien a Jesús, no era fácil para
la gente aceptar sus palabras de autoridad y sabiduría y mucho menos pensar que él pudiera
ser un profeta: ¡Es uno de los nuestros! ¡Lo conocemos muy bien!
Hnos. la incredulidad es una tragedia que puede marcar nuestro destino eterno.
1.La incredulidad nos hace cuestionar lo que no entendemos.
Dice la Biblia que ellos se admiraban, se asombraban…waw…como cuando usted oye a un
excelente cantante, o ve una montaña o lago majestuoso, o presencia un espectáculo en el que
usted queda boquiabierto…es increíble…usted queda extasiado…
Pero el asombro no sirve de nada sino viene acompañado de fe. Hoy las iglesias tienen
grandes espectáculos…y con mucha frecuencia hay mucho show…pero el show no cambia
corazones sino viene acompañado de fe en el que oye. La gente ve, oye y se va…y no pasa
nada…
Ellos estaban viendo el show en vivo. Jesús predicando, enseñando…todos con la boca
abierta…tomando notas, grabando el mensaje, pero en lugar de creer la enseñanza…de que
Hoy se estaba cumpliendo la llegada del Mesías, decidieron No creer, y Si cuestionar.
Veamos que ellos no cuestionan el Mensaje, ni los Milagros…no había nada que objetar…
cuestionan al Mensajero.
¿De dónde viene su sabiduría? ¿Quién se la dio ? y Su poder milagros ¿? Vendrá de Dios /
Beelzebú…??
Es un ataque a la persona, cuando no pueden objetar el mensaje. Lo vemos cada día en
nuestras relaciones, en la política…etc…
Y usted quien es para decirme estas cosas….yo soy el papá / pastor / jefe / presidente…
aunque sean verdad. Porque cuando no queremos enfrentar la verdad, atacamos al
Mensajero.
Estaban atónitos de que un obrero local de su propio pueblo, un artesano común y corriente sin
formación teológica especializada ni credenciales religiosas, afirmara ser el tan esperado
Mesías de Dios
En un mundo materialista, ateo, autosuficiente, donde en teoría nada existe sino se puede ver y
tocar y demostrar, la gente ve la obra de Dios / siente su amor / siente el vacío en su corazón…
y decide No creer. Decide cerrar los ojos, los oídos ante la evidencia de lo que no puede
explicar.
La Incredulidad descalifica
¿ No es éste el carpintero ?
No era una simple e inocente forma de describir o de identificar al Maestro. Era una pregunta
que pretendía descalificarlo. No porque el oficio o la profesión de carpintero fuera deshonrosa
o causara vergüenza; no le estaban diciendo que era un ladrón o un corrupto…no para nada,
pero decirle “el carpintero” pretendía subrayar su origen humilde, su condición de hombre
sencillo. Un hijo de carpintero no podría haber pagado la educación formal en una escuela
rabínica, por lo que en realidad estaban haciendo era atacándole por ser un obrero y no un
hombre de una condición privilegiada en la sociedad.
Era habitual que los padres enseñaran a sus hijos a seguir su oficio. Jesús aprendió a ser
carpintero de parte de José, y es probable que dirigiera el negocio familiar después de la
muerte de José. La palabra traducida carpintero (tektōn) es un término amplio que significa
constructor o artesano. Se podría referir a un carpintero, albañil, herrero o constructor de
barcos. Alguna tradición de la iglesia primitiva sugiere que José y Jesús se especializaban en la
fabricación de yugos y arados. Al haberse criado en Nazaret, Jesús probablemente habría
hecho muchos implementos agrícolas, y quizás trabajó en otros proyectos de construcción para
sus vecinos.
A través de los siglos, algunas personas han pensado que el empleo de Jesús como un
carpintero de alguna manera desacreditaba Su mensaje. En la antigua Roma hubo una terrible
persecución bajo el Emperador Juliano. En ese tiempo, un filósofo se burlaba de un Cristiano
preguntándole, “¿Qué piensas que estará haciendo ahora el hijo del carpintero?” Y el Cristiano
sabiamente respondía, “Esta construyendo un ataúd para el emperador Juliano.”
“ hijo de María, ….Simón “
Es interesante que diga que hijo de María y no el hijo de José. Como todos sabemos, lo
normal era llamar a una persona por ser el hijo de su padre…hijo de Adán, hijo de Abraham,
hijo de Leví, etc… Los comentaristas señalan que es muy probable que esto refuerce la idea
que desde muy temprano la tradición cristiana ha sostenido y es que José probablemente
murió joven…y ya no estaba presente en estos momentos de la vida de Jesús. Que él
asumiría el taller de su padre.
También es posible que propusieran esto como un insulto, sugiriendo que Jesús había nacido
de manera ilegítima (cp. Jn. 8:41); cuando se desconocía el nombre del padre se llamaba a la
persona como hijo de su madre.
Los vecinos no solo sabían que Jesús era el hijo mayor de María, sino que también sabían que
Él era el hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón. Es probable que en ese pequeño
pueblo la gente comprendiera cómo se sentían los hermanos de Jesús respecto a Él. De ser
así, esto solo habría añadido más a la incredulidad de los ciudadanos, ya que en este momento
“ni aun sus hermanos creían en él” (Jn. 7:5). Los hermanos creían que Él se hallaba “fuera de
sí” (Mr.225:3:21); sus conciudadanos pudieron haber tenido esa misma perspectiva.
No fue sino hasta después de la muerte y resurrección de Jesús que sus medios hermanos se
añadieron a la iglesia (Hch. 1:14; cp. 1 Co. 15:7). Jacobo (cuyo nombre es literalmente Jacob)
se convirtió en el líder de la iglesia en Jerusalén (cp. Hch. 15:13) y escribió la epístola de
Santiago. Judas también tuvo influencia en la iglesia primitiva al escribir la epístola de Judas.
Para completar esta imagen familiar, los ciudadanos de Nazaret también cuestionaron: ¿No
están también aquí con nosotros sus hermanas? El hecho de que Jesús tuviera varios
hermanos es una verdad muy clara en la Biblia por más que la gente quiera decir que eran sus
primos…esto en nada quita el carácter y la sumisión de María como la mujer escogida por Dios
para traer a su hijo al mundo (cp. Mt. 12:46-47; Lc. 2:7; Jn. 7:10; Hch. 1:14). Como indica este
pasaje, María dio a luz a por lo menos seis hijos más después del nacimiento de Jesús.
LA INCREDULIDAD ATACA Y DESTRUYE
Y se escandalizaban de él. Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia
tierra, y entre sus parientes, y en su casa. (6:3b-4)
La incredulidad pronto envenenó el asombro inicial de la multitud, Y se escandalizaban de él.
La palabra traducida escandalizaban (una forma de la expresión griega skandalizō, de la cual
se deriva el vocablo “escandalizar” en español) significa “atrapar” o “hacer tropezar” (cp. 1 Co.
1:23).
La NTV dice:
Marcos 6:3
Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de María[a] y hermano de Santiago, José,[b]
Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente
ofendidos y se negaron a creer en él.
Durante su visita anterior a Nazaret, Jesús había escandalizado igualmente al pueblo (cp. Lc.
4:28-31) tanto por afirmar que era el Mesías (v. 21) como por confrontarles su hipocresía y su
incredulidad (v. 23). En esta ocasión no se registra el contenido de su mensaje en la sinagoga,
pero sin duda Jesús resaltó verdades que eran parecidas a lo que enseñó la primera vez. Una
vez más, los lugareños estaban indignados. No podían superar el hecho de que alguien tan
conocido para ellos como Jesús se atreviera a hacer una afirmación tan exaltada o a
exhortarlos o regañarlos. Quién es este ¿? Usted quíen es para decirme a mí estas
cosas ¿?
El Señor respondió a la ira y el resentimiento que mostraban citando el mismo proverbio tan
conocido que había citado en su visita anterior (cp. Lc. 4:24). Jesús les decía: No hay profeta
sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa. Jesús utilizó una
progresión de círculos sociales, del más amplio al más estrecho, a fin de resaltar este
punto. En su planteamiento, nadie en su propia tierra de Nazaret creía en Él. Incluso dentro de
su propia familia, entre sus parientes, y en su casa, solamente su madre creía (cp. Lc. 2:19),
aunque como se indicó antes, los hermanos de Jesús más tarde llegarían a la fe que salva.
Muchas personas fuera de Nazaret lo consideraban un profeta (cp. Mt. 21:11, 46; Mr. 6:15; Lc.
7:16; 24:19; Jn. 6:14; 7:40; 9:17), pero en su propia tierra Jesús fue rechazado con hostilidad y
antagonismo. En esencia, los antiguos vecinos del Señor se vieron preguntándose con
indignación: “¿Quién se cree este tipo que es?”. Es cierto que su curiosidad despertó al
enterarse de cuán popular se había vuelto Jesús desde que salió de casa. No obstante, no
podían creer que su conocido vecino tuviera la audacia de regresar y confrontarlos con
reprimendas mientras afirmaba ser el Mesías.
Mientras que…
La incredulidad se alimenta del Orgullo / Vanidad / Envidia
La fe florece en un corazón Humilde / Sencillo / Amoroso
Este rechazo era también una escuela para los discípulos. Jesús les advirtió que ellos también
enfrentarían persecución por causa del evangelio. En muchos casos la hostilidad empieza en
casa. El Señor les exhortó: “Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y
en sus sinagogas os azotarán… Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su
padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre
serán los de su casa” (Mt. 10:17, 35-36).
La noche antes de su muerte Jesús reiteró el hecho de que los cristianos deberían esperar
persecución: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a
vosotros… Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han
guardado mi palabra, también guardarán la vuestra” (Jn. 15:18, 20).
Al no poder refutar el mensaje del Señor, los incrédulos no dudarián en atacarlo a Él y a todos
los que hablen en su nombre. Aunque están rodeados de la verdad, contraatacan ridiculizando,
despreciando, burlándose y a veces hasta con violenta persecución. Los fariseos y saduceos
respondieron finalmente a Jesús recurriendo a este tipo de tácticas. Al negarse a creer en sus
enseñanzas y milagros, pero sin poder refutarle su sabiduría y su poder, idearon un plan para
silenciarlo de manera permanente.
Esta frase o dicho popular que Jesús citó en ese momento, sigue aplicándose a cada
momento. Nadie es profeta en su propia tierra, escuchamos a cada rato.
Los padres aconsejan a sus hijos con todo amor, y los hijos deciden no escucharlos pero sí
escuchar a otros amigos / conocidos / compañeros. Hay menosprecio a los padres
La gente tiene un pastor que los ama, que ora por ellos, que se preocupa por alimentarlos
espiritualmente y de vivir una vida limpia y digna…y la gente prefiere escuchar otros
consejeros, que en muchos casos ni conocen del Señor o no tienen una buena doctrina, o no
viven dignamente, pero tal vez tienen un mejor verbo, tienen fama o simplemente no te
conocen. Hay menosprecio a los líderes…qué me puede enseñar ese a mí ¡ ese es el corazón
detrás de las actitudes.

LA INCREDULIDAD IMPIDE LA OBRA DE DIOS

Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre
ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de
alrededor, enseñando. (6:5-6)
En respuesta a la incredulidad de la gente, Jesús decidió no hacer milagros en Nazaret, con la
excepción de unas pocas curaciones. Así lo explica Marcos: Y no pudo hacer allí ningún
milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
El asunto no era que a Él le faltara poder sobrenatural para realizar milagros. Por el contrario,
no había motivo para hacer milagros allí, ya que el propósito de sus milagros era dar testimonio
de la verdad y revelarse como el Señor y Mesías, y llevar así a pecadores a la fe salvadora.
Puesto que el pueblo de Nazaret ya había demostrado su rechazo, no había lugar para los
milagros.
Eso era como perfumar un chancho…
Entonces la falta de fe hace que yo no pueda recibir mi milagro ¿?? O lo que es lo mismo…
cree y recibirás tu milagro ¿??
Ah…es que usted no tiene fe…por eso la tarjeta de crédito no amaneció con saldo “cero”. Ahh
es que como no tiene fe sigue con diabetes, no le creció el diente que se le cayó….su hijo no
ha vuelto a casa…o no se ha arrepentido de sus malos caminos…mi esposo no se ha vuelto un
dulce angelito….
No hermano. No estoy diciendo eso. La fe es el vehículo que Dios utiliza para cumplir sus
propósitos. Es por esa razón que la incredulidad es un gran obstáculo a la fe. La incredulidad
opera cuando una vez que conocemos lo que Dios ha dicho, decidimos no creerle, para creerle
más a nuestra circunstancia, más a nuestra situación, más a nuestros sentimientos o a las
evidencias de su amor y su gracia.
En su comentario de Marcos, Mc Arthur señala acertadamente…
A fin de eliminar toda conclusión falsa de que la habilidad de Jesús para hacer milagros
dependía de la fe de las personas, frecuentemente curaba gente que no expresaba nada de fe
en Él. Por ejemplo, en Lucas 17:11-19 solo uno de los diez leprosos curados confesó fe en
Jesús y fue salvo. El paralítico en el pozo de Betesda (Jn. 5:13) ni siquiera conocía la identidad
de Jesús cuando fue sanado; el hombre que nació ciego (Jn. 9:1, 7) no habló de su fe en Jesús
hasta después que le fue concedida la vista (v. 38). Los endemoniados a quienes Jesús liberó
(cp. Mr. 1:23-26; 5:1; cp. Mt. 12:22) tampoco hicieron profesión de fe antes de ser liberados.
Cuando Jesús resucitó de los muertos a personas obviamente no lo hizo exigiendo primero fe
de parte de ellas (Lc. 7:14; Jn. 11:43). Además, el Señor curó multitudes de individuos, aunque
no todos ellos creyeron (cp. Mt. 9:35; 11:2-5; 12:15-21; 14:13-14, 34-36; 15:29-31; 19:2). Está
claro que la incredulidad no disminuyó en absoluto el poder de Jesús. Sin embargo, el
endurecido rechazo de Nazaret fue tal que no había motivo para hacer milagros allí.
Por otra parte, la decisión de Jesús fue misericordiosa. Si hubiera hecho milagros adicionales
en Nazaret, la condenación que recibieron por rechazarlo solo habría empeorado. Para ellos el
infierno eterno habría sido peor. La gente del pueblo natal de Jesús habría sido juzgada igual
que las ciudades no arrepentidas de Corazín, Betsaida y Capernaúm. Así lo explicó Mateo:
(Mt. 11:20-24).
Entonces comenzó a reconvenir a las ciudades en las cuales había hecho muchos de sus
milagros, porque no se habían arrepentido, diciendo: ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!
Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras,
tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. Por tanto os digo que en el día del
juicio, será más tolerable el castigo para Tiro y para Sidón, que para vosotras. Y tú,
Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en
Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta
el día de hoy. Por tanto os digo que en el día del juicio, será más tolerable el castigo para la
tierra de Sodoma, que para ti
Cada uno de nosotros será juzgado según la cantidad de luz, de revelación que hemos
tenido…Algunos de nosotros seremos como estas ciudades…Dios nos ha hablado miles de
veces, en ocasiones desde niños han aprendido las sagradas escrituras, han escuchado el
evangelio, han visto a Dios trabajando en sus padres, en sus iglesias, en sus vidas mismas…
pero llega el momento en donde el orgullo, la vanidad y la soberbia invaden el corazón…y
voluntariamente deciden No creer.
Ahhh yo fui criado en el evangelio, pero ahora no quiero nada con el Señor…eso no es para
mí…
Este rechazo impactante y endurecido de la gente de Nazaret fue tan duro que incluso Jesús
estaba asombrado de la incredulidad de ellos. La palabra asombrado indica que Jesús se
estremeció por la falta de fe y la abierta hostilidad tan arraigadas que Él encontró allí.
Jesús se asombró por su incredulidad. Sólo hay otro pasaje donde Jesús se asombra en la
Biblia.. Cc Lucas 7:9…se asombró por la fe del centurión. Son los 2 polos opuestos / la otra
cara de la moneda…Se asombra por la fe, y se asombra por la incredulidad.
Cómo se asombrará Jesús de usted y de mí ¿ Por ser creyentes o incrédulos ¿?
El poder cegador de la incredulidad (cp. 2 Co. 4:3-4).
Una vez que se hizo claro que los habitantes de Nazaret habían rechazado a Jesús, Él los
rechazó. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando. El Salvador salió del lugar e inició un
recorrido de enseñanza en otros pueblos más receptivos de Galilea.
La incredulidad no puede, no debe frenar la predicación del evangelio.
Siempre habrá otros más receptivos con los que Dios trabajará.
Dios hace todo su esfuerzo por llamarte, por hablarte, por buscarte…pero no podrá transformar
tu corazón si no crees…si lo rechazas por incredulidad…
Si ya eres creyente, si un día tomaste una decisión por él, qué bueno…pero muchos creen pero
con el tiempo su fe se ha enfriado…han descuidado su primer don…el don de la salvación y
hoy están lejos…son hijos pródigos…tal vez no han caído al fondo, pero está fríos, indiferentes
y parece que su fe es sólo un lejano recuerdo de su infancia Hebreos 3: 12-13

Protocolo de Cena
LA CENA DEL SEÑOR.
Hoy celebramos 1 de los 3 ordenanzas que el Señor dejó para la Iglesia, la Cena del Señor.
Inclusive nos dejó instrucciones específicas para ello. La Biblia dice:
1 Corintios 10:27-29. “De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del
Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. 28 Por tanto, pruébese
cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa.29 Porque el que come y bebe
indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí”.
Antes de tomar la Cena de Señor tomamos un tiempo para que usted examine su corazón,
confiese su pecado para tomarla dignamente.
 Los miembros bautizados y que están en condición de tomar la Cena del Señor,
pueden ponerse de pie.

 Si usted es miembro bautizado de otra iglesia de la misma fe y doctrina que la nuestra y

desea tomar la cena del Señor con nosotros puede ponerse de pie.
Los hermanos encargados de servir la cena pueden pasar.
(Reparten el pan y el jugo)
 Oración: El hno encargado de orar por el pan, lo puede hacer.
1 Corintios 11:23-24
Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que
fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi
cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.
En memoria de él comamos.
 El hno encargado de orar por el jugo, lo puede hacer.
1 Corintios 11: 25 Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta
copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria
de mí

En memoria de él bebamos.
Pablo termina diciendo:
1 Corintios 11:26 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la
muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.
 Comentario.
Hoy hablamos de que Jesús no pudo…no pudo hacer su obra por la incredulidad del corazón
de aquellos cercanos a él. Gracias a Dios que nuestra incredulidad fue vencida un día por la fe
y aceptamos su mensaje y su salvación…hoy usted y yo podemos celebrar el privilegio que
tenemos de ser hijos de Dios, y por la fe, esperamos también su venida…cuando suene la final
trompeta seremos arrebatados y estaremos en la presencia del Señor.
Vivamos valorando ese sacrificio con los pies puestos en la tierra para cumplir su misión, pero
con la mirada y la esperanza puesta en el pronto regreso del Señor Jesucristo.
Hoy cuando el mundo desprecia, ridiculiza y ataca a Cristo, nosotros sus hijos anunciamos su
pronta venida.
Cuando Pablo nos enseña sobre la venida del Señor, termina su relato con estas palabras:
“Por tanto, alentáoslos unos a los otros con estas palabras”
Oremos…