HABLAR NO ES UN ACTO INOCENTE
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CAPÍTULO UNO: “LA NATURALEZA DE DIOS”
Cada palabra que pronunciamos esconde consecuencias incalculables (Mateo 12:36-37).
¿Qué es la FE? Confianza, creer, obediencia, seguridad (Hebreos 11:1)
Para funcionar en la dinámica de la fe, tenemos que conocer la naturaleza de Dios y de su palabra. No hay fe
sin confesión (2° Corintios 4:13 – Creemos, por eso hablamos) Ej: Creemos en la Salvación por medio de Cristo,
por eso predicamos.
Cada vez que los discípulos le pidieron a Jesús que les aumentara la fe, Él no les enseñó fórmulas, sino a
confesar la Palabra y eso produciría fe en ellos (Romanos 10:17). Ej: El Centurión en Mateo 8:5-10.
Dios es Espíritu, es abstracto e invisible. No habita en nuestro mundo de 5 sentidos, lo trasciende. Nadie ha
visto a Dios jamás. Es por fe, que creemos en su existencia.
Dios no está sujeto al tiempo y espacio, no responde a patrones físicos, habita en el mundo espiritual (Juan
4:24).
Las incorporaciones de Dios
Para tener efectividad en la confesión de la fe, tenemos que entender que el Verbo o Cristo, es la Palabra. Dios
es Espíritu y necesitó incorporarse para que pudiéramos conocerle.
Incorporarse es: Adquirir un cuerpo, expresar todo lo que somos (Juan 1:14).
1. Dios se incorporó en la Palabra o Verbo (Génesis 1:3)
Dios dijo: “que exista la luz, y la luz llegó a existir”
2. Dios se incorporó a través de Jesús
En el libro de Génesis 1 vemos a Dios incorporándose en la Palabra cuando dijo: ¡Sea la luz!, cuatro mil
años más tarde la Palabra o Verbo se encarnó en una persona como nosotros llamada Jesucristo (Juan
1:14-18).
3. Dios se incorporó en el cuerpo de Cristo que es la Iglesia
(Efesios 1:22-23) Dios se manifiesta por medio de la Iglesia que somos cada uno de nosotros. Por eso
qué gran importancia es ser Iglesia, unidos mediante Cristo.
La Iglesia es el cuerpo de Cristo destinada a expresarle y manifestarle en el mundo.
Cristo no está ni en el Cielo ni en el Abismo, sino que Él está en la Palabra de fe que vos y yo confesamos; esto
quiere decir que cuando nostros confesamos la Palabra de Cristo frente a un determinado problema, traemos
literalmente a Cristo al escenario. ¿No es esto asombroso? La palabra que nosotros pronunciamos, se convierte
en el vehículo en que Cristo viaja al lugar de tu necesidad. Por el contrario, si confesamos incredulidad,
pesimismo y negativismo, traemos literalmente el poder de las tinieblas sobre nuestras circunstancias.
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, y delante de
muchos testigos declaraste la buena confesión (1° Timoteo 6:12)
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CAPÍTULO DOS: “DICIENDO LO MISMO QUE DIOS”
Hebreos 4:14 NVI: “Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha
atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos”.
La palabra profesar o confesar proviene del término griego “homologeo”, cuyo significado básico es:
“Diciendo lo mismo que Dios dice”. Todo el Evangelio, la vida de fe, consisten en hacer coincidir exactamente
nuestras palabras con la Palabra de Dios. Por ejemplo, si nos encontramos en una situación difícil como la de
un hijo enfermo, Dios en su Palabra declaró “que por sus llagas nuestro hijo ya fue sanado”.
Al hacer estas confesiones de fe tal vez nos compliquen, ya que la fe no es lógica desde el punto de vista
humano. No admite razonamiento. La fe declara una respuesta o una solución.
En las Escrituras existe un vínculo inquebrantable entre la fe y nuestra confesión
2° Corintios 4:13: “Sin embargo, seguimos predicando porque tenemos la misma clase de fe que tenía el
salmista cuando dijo: «Creí en Dios, por tanto hablé”.
Hacer una confesión de fe implica primeramente que CREAMOS, y para creer, necesito llenarme de la Palabra
de Dios, que es el combustible esencial para que nuestra fe sea aumentada. La fe no es muda, siempre habla.
Dios le da la clave a Josué para que tenga éxito en TODO lo que haga
Josué 1:8 NTV: “Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para
asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo
lo que hagas”.
Es tan importante llenar nuestra mente con la Palabra de Cristo, que abunde en nuestras vidas (Colosenses
3:16). Memoricemos versículos, porque cuando estemos en situaciones difíciles, el Espíritu Santo nos
recordará lo que dice la Biblia.
A los discípulos Jesús también les reveló este secreto
Cada vez que los discípulos le pidieron a Jesús que les diera fe, lo único que Jesús les dijo fue: Hablen fe. No
les dijo que ayunaran, ni que hicieran ceremonias extrañas, ni largas caminatas; solamente les enseñó a
hablar palabras de fe.
Marcos 11:22-24 NTV: “Entonces Jesús dijo a los discípulos: —Tengan fe en Dios. Les digo la verdad,
ustedes pueden decir a esta montaña: “Levántate y échate al mar”, y sucederá; pero deben creer de
verdad que ocurrirá y no tener ninguna duda en el corazón. Les digo, ustedes pueden orar por cualquier
cosa y si creen que la han recibido, será suya”.
Debemos llegar a un punto tal, de hablar tan naturalmente palabras de fe, como los incrédulos hablan
palabras de incredulidad.
Somos lo que Dios dice que somos
Juan 1:12-13: “pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de
Dios. Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa
humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios”.
Podemos hacer lo que Dios dice que podemos hacer
Marcos 16:17-18: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.
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CAPÍTULO TRES: “LOS FUNDAMENTOS DE NUESTRA CONFESIÓN DE FE”
Mientras más grande sea la autoridad legal de la persona que hace una declaración, más grande será el impacto que
producirá.
Ej: Si alguien te dice que te enviará a la cárcel, eso no significará mucho para vos, pero si un Juez de la Corte Suprema
lo dice, esa declaración cambiará toda tu existencia.
“Mientras más grande sea la autoridad legal de la persona que hace una declaración, más grande será el impacto
que producirá”
Apocalipsis 1:6 “y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre…”
Dios como toda autoridad legal, nos revistió de esa condición para gobernar sobre nuestra vida, sobre nuestras
circunstancias y sobre el pecado…Pero nos cuesta creerlo…
Las promesas de Dios son nuestros Derechos Legales, los cuales establecerán los fundamentos de nuestra Confesión.
1° Corintios 2:5: “para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de
Dios.
1. Lo que Dios hizo por nosotros en la persona de su Hijo Jesús: Efesios 1:3: “Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en
Cristo”
2. Lo que nosotros somos para el Padre en Cristo Jesús: Apocalipsis 5:10: “y nos has hecho para nuestro
Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra”.
3. Lo que el Señor puede hacer por medio de nosotros; Efesios 2:10: “Porque somos hechura suya, creados
en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas”.
4. Lo que la Palabra del Señor hará a través de nuestros labios: Juan 5:14: “Y esta es la confianza que tenemos
en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.”.
5. Que hemos sido crucificados juntamente con él: Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y
ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual
me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
6. Que hemos sido sepultados juntamente con Él: Romanos 6:4: “Porque somos sepultados juntamente con él
para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en vida nueva.
7. Que hemos sido resucitados juntamente con Él: Colosenses 3:1 “Si, pues, habéis resucitado con Cristo,
buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
8. Que hemos sido entronizados juntamente con Él: Efesios 2:6 “y juntamente con Él nos resucitó, y
asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”.
9. Que somos la obra maestra de Él: Efesios 2:10 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”.
TODO ESTO DIOS NOS HA REVELADO EN SU PALABRA PARA QUE NOS APROPIEMOS DE ELLO, Y
SOMETAMOS TODAS LAS ARTIMAÑAS DEL DIABLO BAJO NUESTROS PIES.
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CAPÍTULO CUATRO: “MANTENGAMOS FIRME SIN FLUCTUAR NUESTRA CONFESIÓN DE FE”
“Si usted miente y luego dice la verdad, la verdad va a ser considerada una mentira” (John
Mason)
Hebreos 10:23: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que
prometió”.
Hemos sido divinamente instruidos, para mantener y retener la confesión de la Palabra escrita por Dios, por causa de
que el mundo nos programó para confesar fracasos. Necesitaremos mucha disciplina, tenacidad y la ayuda del
Espíritu Santo para retener la confesión de la victoria. Mantenerla, muchas veces significará desafiar lo que nos
revelan nuestros cinco sentidos.
Juan 8:32: “ y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
Juan 8:36: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.
En esta ocasión Jesús está declarando que hay dos clases de verdades por la cuales podemos ser guiados: la verdad
sensorial, que tiene que ver con todo lo que percibimos a través de nuestros cinco sentidos naturales (visión, olfato,
gusto, tacto y audición). Estos han sido los cinco educadores que ha tenido el hombre por seis mil años, desde la
caída de Adán, como por ejemplo: tradiciones, ideas, mitos, pensamientos, convicciones, paradigmas, percepciones,
creencias, etc.
Un ejemplo acerca de esta “verdad sensorial” lo encontramos en la Biblia, en la resurrección de Lázaro. Marta, su
hermana, le dijo al Señor “hiede ya”. Esa declaración indica que ella le creyó más a su nariz o a su olfato que a la
Palabra del Señor. Jesús le respondió ¡“No te he dicho que si crees verás la Gloria de Dios”!
La otra verdad, es la verdad revelada; ésta llega a nosotros por una impartición divina de Dios a nuestro espíritu.
Supera ampliamente lo sensorial y lo trasciende. Lo que realmente dijo Jesús aquí es: “Conoceréis la verdad revelada
y la verdad revelada que es la mismísima persona de Cristo, te hará libre de la verdad sensorial”
Un ejemplo práctico sería: el conocimiento sensorial declara que yo tengo una enfermedad compleja, pero la verdad
revelada me dice que yo fui sanado en la cruz del calvario; yo me aferro a esa Confesión en contraposición de un
diagnóstico médico, pues Dios no es médico, es Creador!!!
1° Timoteo 1:9: “manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe
algunos”. Que nuestra incredulidad no cancele nuestra confesión de fe.
1° Timoteo 6:12: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste
llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. La victoria final en cualquier
asunto, dependerá de la tenacidad con que retengamos la Buena Confesión. Jesús caminó en la luz de su
confesión, él fue lo que confesó, por lo tanto, no digamos no puedo, cuando Dios dice que sí podemos!!!
Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Cuando determinemos firmemente en nuestro
corazón aferrarnos a la Palabra de Dios, recibiremos todo tipo de ataques a nuestra Confesión y todo el
infierno se levantará contra nosotros con una crueldad inusitada, pero todo el Cielo irrumpirá a nuestro
favor!!!
El diagnóstico de un médico, que a veces es una sentencia de muerte. Además de las palabras negativas de un amigo,
la lástima que expresarán nuestros seres queridos, los propios sentimientos de nuestra alma, los pensamientos
depresivos asignados a nosotros desde las tinieblas…todo esto conforma un armamento mortífero, asombrosamente
diseñado para pulverizar nuestra Confesión de Fe, por eso NECESITAMOS LA AYUDA DEL ESPÍRITU SANTO.
Dios nos dice hoy: “Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo” (Mateo 24:13)
No es el que comienza bien, sino el que termina bien
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CAPÍTULO CINCO: “CRISTO ES EL SUMO SACERDOTE DE NUESTRA CONFESIÓN DE FE”
“Por gracias eres salvo por medio de la fe, y esta fe no es tuya, sino un regalo de Dios (Apóstol Pablo)”
El significado básico de la palabra Sacerdote es: acercar o eliminar. Esto indica que un sacerdote tiene la función
asignada por Dios de eliminar la distancia que existe entre el hombre y Dios. En el Antiguo Testamento o Viejo Pacto,
los sacerdotes desarrollaron esta labor por miles de años. La gente traía un animal para el sacrificio, el sacerdote lo
sacrificaba y a través de este sacrificio acercaba a dicha persona a Dios. E la Biblia se reconocen sólo dos órdenes
sacerdotales: La Orden de Aarón y la Orden de Melquisedec. Aarón ejerció bajo la ley, pero Melquisedec ministra la
gracia.
Jesús fue ambos. En su ministerio terrenal que abarcón 33 años, Él fue Aarón, ya que resolvió el problema del pecado
con su muerte; pero después que resucitó, Él vino a ser Melquisedec, el cual ministra vida zoe (vida eterna) al espíritu
del hombre.
Hebreos 5:10: “y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec”.
En el Nuevo Pacto, Jesucristo como nuestro Sumo Sacerdote, llamado Melquisedec, nos ha unido de una manera
profunda con Dios.
Hebreos 3:1: “Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo
sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús”.
Hebreos 4:14: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos
nuestra profesión”.
SI YO LE CONFIESO DELANTE DE LOS HOMBRES, ÉL ME CONFIESA DELANTE DEL PADRE
Mateo 10:32-33: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de
mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante
de mi Padre que está en los cielos”.
Si confesamos a Cristo, que Él es el Verbo o la Palabra de Dios, delante de los hombres, tocante a un problema
puntual, entonces Él nos confesará delante del Padre.
Es un Pacto condicional que el Señor hace con nosotros, estableciendo que lo que Cristo diga de nosotros delante de
su Padre, dependerá absolutamente de lo que nosotros digamos de Cristo delante de la gente.
1° Timoteo 6:12: “Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado,
habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”.
SI YO LO NIEGO DELANTE DE LOS HOMBRES, ÉL ME NEGARÁ DELANTE DEL PADRE
Hablar nunca es un acto inocente, siempre tiene consecuencias para nosotros. Asombra pensar que una confesión de
incredulidad nos cierra todo acceso al Trono del Padre. ¿Cómo se puede negar al Señor delante de los hombres?
Confesando otra cosa que no sea la Palabra escrita de Dios frente a un problema determinado. Por ejemplo: Frente a
un familiar enfermo declaro otra cosa distinta a lo que la Biblia dice, en vez de creer que por las llagas de Jesús
fuimos curados.
Negar a Cristo, es simplemente no tener acceso a la Presencia de Dios, que nuestras oraciones sean llenas de
incredulidad y por eso no sean respondidas.
Romanos 3:3-4: “¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad
de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso.”
Lo que Dios nos dice aquí es que ante un determinado problema, en donde no confesamos fe y por lo tanto
salimos derrotados, Dios sigue siendo veraz y nosotros, mentirosos. Mi incredulidad no invalida la grandeza y
veracidad de Dios.
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CAPÍTULO SEIS: “LA PALABRA CONFESADA, ES UN INSTUMENTO PARA ATAR Y DESATAR”
“La fe no es una píldora que tomamos, sino un músculo que usamos”
Mateo 16:19: “Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos;
y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos”.
Jesús deja asentado un principio por el cual debemos “aprender a hablar” y que fue entregado a la Iglesia, pero no
podremos comprender ni dimensionar ese principio, sin antes saber dos cosas fundamentales:
¿Quién es Jesús? Y ¿Qué es lo que Jesús hizo? …………………………………………………………………………………………………………
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▪ Mateo 16:15-16 y 18
Sólo el Espíritu Santo puede hacer que Cristo sea conocido por una persona. Ningún ser humano puede hoy llamar a
Jesús “Señor” sino por medio del Espíritu Santo. Sólo Él puede tomar las cosas de Cristo y revelarlas a nosotros. Por
eso Jesús le dijo a Pedro: “Ningún hombre te ha revelado esto”.
La confesión de la palabra que ata y desata, es sobre Cristo, el Hijo del Dios viviente (quien es la Palabra). Él es la roca
(el fundamento, la base) sobre la cual se edifica la Iglesia (cuerpo de Cristo, hermanos en la fe) y el resultado de esta
combinación arroja un principio espiritual: “las puertas de la muerte NO PREVALECERÁN (no dominará, no
impedirá, no influirá) contra la Iglesia”.
“y a ti te daré las Llaves del Reino de los Cielos” Mateo 16:19a ¿Para qué sirven las llaves?
Con nuestra “confesión de fe”, atamos la probreza y desatamos la abundancia; atamos las imposibilidades
y desatamos los milagros; atamos la ignorancia y desatamos la sabiduría, etc. En cada momento de
nuestra vida seremos puestos frente a situaciones en las cuales tendremos que atar ciertas cosas y
desatar otras, y tod esto se lleva cabo mediante nuestra “confesión de fe”.
Ahora bien, ¿conocemos al Jesús de los milagros y prodigios únicamente, o nos atreveremos a mantenernos en
nuestra confesión de fe acerca del Cristo Revelado también?
1° Juan 5:1: “Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró,
ama también al que ha sido engendrado por él”.
1° Juan 5:4: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo,
nuestra fe”.
Creer que Jesús es el Cristo es nacer de Dios y lo que nace de Dios, vence al mundo!!!
ÁREAS EN QUE PODEMOS ATAR Y DESATAR, según la Palabra de Dios:
a) Podemos atar y desatar seres humanos: Juan 20:23, ¿qué explica?...............................................................
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Sólo a Dios le corresponde perdonar pecados. Cristo, simplemente les encargó que en Su Nombre
proclamasen el perdón de pecados. El perdón de los pecados tiene lugar única y exclusivamente por la
sangre de Jesucristo. ¿Cuál es nuestra función para que esto suceda? Predicando el Evangelio.
b) Podemos atarnos o desatarnos a nosotros mismos. Proverbios 13:2
c) Podemos atar o desatar nuestras bendiciones. Proverbios 6:2; Romanos 10:12
“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca”.
Salmos 33:6
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CAPÍTULO SIETE: “GOBERNAMOS A TRAVÉS DE NUESTRA CONFESIÓN”
Debemos gobernar nuestro tiempo, palabras, economía. Seguramente tengamos que perfeccionar
nuestro hablar.
La realidad de Dios est otra, nuestra naturaleza tiende a contradecir lo que Dios ya dijo. El problema lo
tenemos en nuestra mente.
La palabra confesada en el A.T., se denomina Marshall, que era un juez. La palabra Marshall o Proverbio es
una palabra gubernamental con la cual se dirigía al pueblo. Salomón recibía de parte de Dios un Proverbio y
con él gobernaba al pueblo ese día.
Veamos unos ejemplos de con los cuales podemos identificarnos: Jeremías y Moisés:
Jeremías 1:7-9: “Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo
lo que te mande”. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió
Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca
Éxodo 4:10: “Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni
desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua”.
Dios escogió a estos tremendos hombres que se reconocían o se veían como incapaces de hacer la tarea a
la que Dios los estaba encomendando. Probablemente nosotros nos veamos de la misma forma: YO NO
PUEDO, YO NO ESTOY CAPACITADA/O PARA ESTO O AQUELLO….NADIE ME REGISTRA, ETC, ETC. Nos cuesta
vernos como Dios nos vé.
Tal vez tengamos un pasado cruel y eso nos está determinando en el presente, pero Dios hoy nos dice que
aún esas vivencias no gratas, Dios las usará para mi bien y el de otros.
La palabra que confesás, se transforma en la espada del Espíritu Santo
Efesios 6:17: “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”
El E.S. que mora en nosotros es quien peleará por cada uno de nosotros, pero si no le proveo de la espada,
con qué peleará. Por eso es de vital importancia estudiar la Biblia, memorizar versículos, pasajes….serán
nuestro auxilio en tiempos de angustia.
Cuando nos paramos ante la adversidad y decimos “la Biblia dice”, o “escrito está”, o “Dios dice”…soltamos
la Palabra de Dios en ese instante, y todo cambia. Viene Cristo a la escena, porque Él es la Palabra!!!
Por el contrario, cuando confesamos derrota, fracaso, incredulidad, le proveemos una espada al diablo,
quien la usará obviamente en nuestra contra. CUIDADO!!!
La confesión de la Palabra de Dios es decisiva para lograr la victoria
Satanás: Apocalipsis 12:11: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la
palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.
Nuestros enemigos: Isaías 54:17: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda
lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación
de mí vendrá, dijo Jehová”.
Nuestra propia naturaleza caída: Hebreos 4:12: “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más
cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y
los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
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CAPÍTULO OCHO: “UNA CLAVE PARA CONSTRUIR NUESTRA PROPIA FE”
Mateo 17:19-20: “Viniendo entonces los discípulos a Jesús, aparte, dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo
fuera? 20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza,
diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible”.
Es muy interesante descrubrir en la escritura que cada vez que los discípulos le pidieron al Señor que les aumentara
la fe, Él no les enseñó fórmulas artificiosas o mitos raros, simplemente les enseñó a confesar la palabra que
produciría fe. Les enseñó a hablar fe.
¿Qué sería hablar fe? ………………………………………………………………………………………………………………………………………
Mateo 17:16: “Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.”
¿Por qué?............................................................................................................................................................................
Diccionario bíblico Strong “¡Oh generación carente de confianza y que ha sido torcida
completamente”! Mateo 17:17: “Respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa!
Hablar sin fe tuerce el pensamiento. Jesús le habló a toda una generación. Una generación es toda la gente que nace
y vive más o menos al mismo tiempo, considerada colectivamente.
Los discípulos le preguntaron a Jesús, ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? POR SU POCA FE. No era que no
tenían fe, sino que era insuficiente.
“La calidad de nuestras confesiones afectan de manera poderosa nuestro espíritu, y esto es debido a que la fe y la
incredulidad están hechas de afirmaciones. Si yo digo “no tengo fe”, “no creo”, la duda surgirá como un gigante
armado que vendrá sobre nosotros y nos dominará”
1. La fe, al igual que todo lo vivo, va creciendo (2° Tesalonicenses 1:3 DHH): “Hermanos, siempre tenemos que
dar gracias a Dios por ustedes, como es justo que hagamos, porque la fe de ustedes está creciendo y el amor
que cada uno tiene por los otros es cada vez mayor”.
2. Dios desea profundamente que seamos ricos en fe (Santiago 2:5): “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha
elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a
los que le aman?”
3. Cuando hablamos la Palabra de Dios, la fe se manifiesta (Proverbios 18:20-21) “Del fruto de la boca del
hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto de sus labios. La muerte y la vida están en poder de la
lengua, Y el que la ama comerá de sus frutos”.
“Toda persona come, se alimenta y se llena de sus propias confesiones”
4. Si leemos la Palabra en voz alta, oímos a Dios mismo hablándonos (Romanos 10:17) “Así que la fe es por el
oír, y el oír, por la palabra de Dios”.
Cuando nosotros hablamos la Palabra de Dios, Él habla en nuestro hablar.
Cuando nosotros cantamos en el Espíritu, Él canta en nuestro cantar.
Y cuando oramos, Él ora en nuestro orar.
NO HAY FE SIN CONFESIÓN, Y LA ÚNICA MANERA CONSISTENTE DE TENER PALABRAS DE FE EN NUESTRA
BOCA, ES CONFESANDO LA PALABRA DE DIOS.
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que está escrito: Creí, por lo cual
hablé, nosotros también creemos, por lo cual también hablamos” (2° Corintios 4:13)