Psicólogo: Hola, me alegra que hayas venido hoy.
Tomar la decisión de buscar ayuda no siempre es
fácil, así que valoro mucho que estés acá. ¿Cómo estás? ¿Cómo te sentís hoy?
Paciente: Un poco nervioso, la verdad. Nunca había venido a terapia antes.
Psicólogo: Es completamente normal sentirse así la primera vez. Estás en un espacio seguro, sin
pre juicios. Acá vamos a ir a tu ritmo. Si algo te incomoda o no quieres hablar de algo todavía, está
bien. ¿Quieres contarme qué te motivó a venir?
Paciente: Sí… siento que últimamente todo me sobrepasa. Estoy ansioso casi todo el tiempo. Me
cuesta dormir, tengo la cabeza llena de pensamientos todo el día.
Psicólogo: Te escucho… y suena realmente agotador. Vivir así, con la mente acelerada y sin
descanso, puede sentirse como cargar un peso constante. ¿Esto viene pasando hace mucho o fue
algo más reciente?
Paciente: Empezó hace unos meses, pero ahora está peor. En el trabajo estoy con mucha presión,
y siento que no puedo desconectarme. Hasta me cuesta disfrutar de las cosas.
Psicólogo: Gracias por compartirlo conmigo con tanta honestidad. Lo que estás viviendo tiene
sentido, y es válido que te sientas así. En momentos así, el cuerpo y la mente nos hablan, y pedir
ayuda es una gran muestra de fortaleza.
Paciente: Gracias necesitaba hablarlo con alguien que no me juzgue.
Psicólogo: Y este es justamente ese espacio. Vamos a ir trabajando juntos para que puedas
entender lo que te está pasando y recuperar tu bienestar. Estoy para acompañarte, no estás solo
en esto.
Paciente: Me alivia escucharlo, de verdad.
Psicólogo: Me alegra que lo sientas así. Hoy ya diste un paso importante, y eso dice mucho de vos.
Con el tiempo, vamos a ir encontrando herramientas que te ayuden a sentirte mejor contigo
mismo y con tu entorno.