EL ORIGEN DE LA SOCIOLOGIA LOS PADRES
FUNDADORES
La sociología, aunque tiene raíces históricas en reflexiones sobre problemas sociales que se
remontan a muchos siglos atrás, se consolida como un campo definido del conocimiento a
mediados del siglo XIX. A lo largo de la historia, se han desarrollado filosofías y doctrinas para
impulsar reformas sociales, a menudo vinculadas con especulaciones religiosas y enfocadas en
la organización de la sociedad y el poder. Este proceso comienza con los griegos y se extiende
de manera continua a través de la cultura medieval.
La ruptura de la tradición que permitió la formación autónoma de las ciencias sociales se sitúa
en el Renacimiento, con Nicolás Maquiavelo como precursor reconocido. Su obra marca la
emancipación del estudio político de las limitaciones teológicas o filosóficas. La ciencia política
se convierte en el primer campo secularizado del conocimiento, donde se desarrolla la teoría
del gobierno y las relaciones entre este y la sociedad. En este campo, coexisten los aspectos
científicos incipientes y las sutilezas del "arte" que permiten distinguir entre el "buen" y el
"mal" gobierno.
La anticipación de la teoría política sobre otras disciplinas no es casual, sino que está
relacionada con las preguntas que surgen del desarrollo social. El auge de las naciones y
estados centralizados centra el debate en la organización del poder, concebida como un
contrato voluntario entre individuos jurídicamente iguales en un contexto capitalista en
expansión. Pensadores como Hobbes, Locke, Montesquieu y Rousseau contribuyen a esta
nueva comprensión de las relaciones sociales, llevando a ver lo social y lo político no como un
orden fijo, sino como un proceso de construcción colectiva. Se forjan así conceptos como el
"contrato social", la soberanía popular y las formas de representación de dicha soberanía, que
han influido en el pensamiento político desde el siglo XV.
El nacimiento de la ciencia política, considerada la primera de las nuevas ciencias sociales, es
un resultado de la generalización de las relaciones mercantiles. Esto refleja el desarrollo
teórico que acompaña la evolución de las dinámicas económicas y sociales en la sociedad
moderna.
El segundo movimiento, correspondiente a la economía política, está representado por
pensadores como William Petty, Adam Smith y David Ricardo, análogos a Hobbes, Locke y
Montesquieu en el ámbito político. La fundación de la economía política refleja el desarrollo
social, inicialmente enfocándose en problemas de cambio y circulación, y luego, a partir del
siglo XVIII, en cuestiones de producción, coincidiendo con el inicio de la Revolución Industrial.
La ciencia política y la economía política no eran vistas como disciplinas separadas, sino como
partes de una única ciencia de la sociedad. Estos campos de estudio a menudo se entrelazaban
en pensadores como Locke, quien es reconocido tanto por sus aportes a la ciencia política
como a la economía política. Se consideraba que los hechos políticos y económicos se
influenciaban mutuamente
ORIGEN DE LA SOCIOLOGIA
La sociología es frecuentemente definida como "ciencia de la crisis", pero esta definición es
ambigua y debe ser aclarada. Para algunos, el término "crisis" sugiere que la sociología tiene
un carácter intrínsecamente transformador o revolucionario. Esto genera desconfianza desde
perspectivas tradicionales, que consideran que la sociología tiene implicaciones destructivas
para el orden social.
La sociología, surgida en el siglo XIX como un tercer campo de conocimiento sobre las
relaciones humanas, está efectivamente vinculada a una situación de crisis. Sin embargo, a
diferencia de lo que se podría pensar, su objetivo no es necesariamente revolucionario ni
destructivo, sino que busca proponer respuestas, conservadoras o reformistas, que garanticen
un mejor funcionamiento del orden social establecido.
La sociología, surgida en el siglo XIX como un tercer campo de conocimiento sobre las
relaciones humanas, está efectivamente vinculada a una situación de crisis. Sin embargo, a
diferencia de lo que se podría pensar, su objetivo no es necesariamente revolucionario ni
destructivo, sino que busca proponer respuestas, conservadoras o reformistas, que garanticen
un mejor funcionamiento del orden social establecido.
La sociología surge en un momento en que el nuevo orden social ha madurado, con relaciones
de mercado y liberalismo representativo ya establecidos. Esta nueva sociedad enfrenta
conflictos radicalmente diferentes a los del pasado, surgidos como resultado del
industrialismo.
La aparición de la sociología está impulsada por la Revolución Industrial, especialmente por la
crisis social y política que resulta de esta transformación económica. Surge un nuevo actor
social, el proletariado, que busca establecer un nuevo orden social justo después de la caída
del "ancien Régime" tras la Revolución Francesa. Esto da lugar a dos corrientes antitéticas: el
socialismo, promovido por Karl Marx desde una perspectiva científica, y la tradición sociológica
clásica.
El orden estamental del precapitalismo mantenía una unificación entre lo social y lo político-
jurídico. Sin embargo, el capitalismo rompe esta identidad, desdibujando la distinción entre lo
público y lo privado y desestabilizando la idea de un orden integrado. La sociología surge con el
propósito de reconstruir las bases de este orden social perdido, que ha quedado sumido en el
caos de la lucha de clases
La sociología surge con el objetivo de proporcionar respuestas conservadoras a la crisis del
siglo XIX, buscando estabilidad social para las clases dominantes. Se presenta como una
ideología del orden y el equilibrio, al tiempo que representa un avance en el conocimiento al
establecer la sociedad como objeto de estudio. Al desvincularse de la alienación estatal, los
temas de la sociedad civil se convierten en un área de investigación autónoma, marcando un
paso hacia la secularización en el estudio de las relaciones humanas, que luego sería
complementado por el psicoanálisis en el siglo XX
La complejidad de los problemas sociales exige un enfoque científico, ya que la filosofía social,
la política y las doctrinas jurídicas no pueden abordar efectivamente los conflictos colectivos
derivados de la crisis de las monarquías y de la Revolución Industrial. Ante esto, los fundadores
de la sociología buscan establecer leyes científicas sobre la evolución social y desarrollar
técnicas adecuadas para manejar los conflictos presentes en Europa.
La ciencia social debe establecerse de manera positiva, similar a las ciencias naturales,
actuando como una rama autónoma de la ciencia general de la vida. Esto se debe a que las
demás ciencias positivas no pueden responder adecuadamente a las cuestiones que surgen de
la dinámica social, aunque comparten una actitud metodológica común
Saint-Simon comparaba la sociedad con un organismo, sugiriendo que su estudio debería
incluir tanto una morfología (análisis de las partes) como una fisiología (análisis del
funcionamiento). Definía una "fisiología social" basada en hechos observables y una "higiene"
que incluyera preceptos prácticos, como las bases positivas para establecer un sistema de
organización que corrija las disfunciones del organismo social.
El positivismo proponía que la sociedad debía ser estudiada de manera similar a la naturaleza,
utilizando métodos de la biología, que estaba en expansión en el siglo XIX. Emile Durkheim, en
su obra "Las reglas del método sociológico" (1895), fundamentó su enfoque en el modelo
presentado por Claude Bernard en su "Introducción al estudio de la medicina experimental"
(1865).
El positivismo, que marcó el origen de la sociología, no solo se refiere a la creación de una
disciplina científica para el estudio de la sociedad, sino que también representa una reacción
contra el negativismo de la filosofía racionalista de la Ilustración, que era contemporánea a la
Revolución Francesa.
Los significados del positivismo y la Ilustración se entrelazan, ya que la tradición revolucionaria
del Iluminismo contrastaba la realidad social con una Razón que trascendía el orden
establecido, destacando la miseria, la injusticia y el despotismo. Por ello, se le consideraba una
"filosofía negativa" que criticaba la realidad.
La escuela positiva partía de un enfoque radicalmente diferente, donde la realidad no se
subordinaba a ninguna Razón Trascendental. En su lugar, se destacaban los hechos y la
experiencia, priorizando el reconocimiento de lo dado sobre cualquier crítica a la realidad.
Aunque este rechazo al trascendentalismo favorecía el avance del pensamiento científico
sobre la metafísica y la teología, también conllevaba una tendencia a aceptar lo existente
como natural
La sociedad puede experimentar cambios, pero estos deben ocurrir dentro de un marco de
orden establecido. La misión consiste en identificar y entender las leyes que rigen este orden,
así como corregir cualquier desviación. Por lo tanto, cualquier conflicto que amenace con
destruir radicalmente dicho orden debe ser prevenido y abordado, similar a cómo se trataría
una enfermedad en un organismo
La sociología clásica nace con una carga ideológica conservadora, al intentar integrar el estudio
de los hechos sociales a través de un modelo organicista. Este enfoque caracteriza a todos sus
exponentes, aunque existen diferencias culturales significativas, como las que separan las
tradiciones ideológicas alemana y francesa, representadas por Max Weber y Emile Durkheim,
respectivamente. A pesar de sus distintos puntos de partida, comparten preocupaciones
fundamentales que, como señaló Talcott Parsons, se entrelazan en su análisis
PADRES FUNDADORES
La sociología se desarrolla a través de una doble discusión: en su etapa inicial, confronta las
ideas del Iluminismo, mientras que en su madurez se enfrenta al marxismo. Los pensadores
racionalistas del siglo XVIII son considerados antecedentes directos de la sociología, pues
fueron los primeros en establecer un campo de investigación sistemático que busca descubrir
leyes sobre el desarrollo social.
Montesquieu (1689-1755) es comúnmente recordado como un teórico de la ciencia política,
pero Durkheim acertadamente lo define como un precursor de la sociología debido a su
enfoque en el análisis sociológico de las instituciones políticas.
Aunque Montesquieu se centra en el análisis de las instituciones políticas, lo hace desde una
perspectiva sociológica. En el prólogo de "El Espíritu de las Leyes", sostiene que las diversas
leyes y costumbres de los hombres no son meros caprichos, sino que se pueden entender a
través de principios generales que explican la historia de las naciones y las interconexiones
entre distintas leyes.
Montesquieu argumenta que las instituciones políticas están condicionadas por el tipo de
Estado, el cual a su vez depende del tipo de sociedad. Por lo tanto, no existe un régimen
político universalmente aceptable; cada sociedad debe diseñar el suyo según sus
particularidades. Este relativismo lo distingue de sus contemporáneos que apoyaban una
Racionalidad universal, anticipando así las críticas que los fundadores de la sociología harían a
la cosmovisión trascendentalista de los iluministas
Montesquieu propone una tipología de sociedades que se basa en la experiencia histórica y se
organiza en una sucesión de complejidad creciente. Este desarrollo de las estructuras
económicas y sociales provoca cambios en el Estado, especialmente en las formas de
solidaridad entre los individuos, que varían desde sociedades primitivas simples hasta
sociedades modernas con una división del trabajo más compleja. Esta noción de solidaridad
influirá posteriormente en la obra de Durkheim.
Montesquieu es considerado un precursor de la sociología por su esfuerzo en construir una
tipología de sociedades que facilite su comparación y su búsqueda de leyes sociales, así como
por sus hipótesis sobre las relaciones entre el desarrollo social y político. Su enfoque establece
un puente conceptual hacia el desarrollo de la sociología como una disciplina autónoma de
conocimiento dentro de la filosofía de la Ilustración.
El pensamiento reaccionario es clave en la formación de la sociología, ya que busca reivindicar
el orden, la unidad y la armonía de la época medieval. Robert Nisbet destaca que el
redescubrimiento de las instituciones, valores y estructuras medievales fue un acontecimiento
significativo en la historia intelectual del siglo XIX.
El pensamiento reaccionario es clave en la formación de la sociología, ya que busca reivindicar
el orden, la unidad y la armonía de la época medieval. Robert Nisbet destaca que el
redescubrimiento de las instituciones, valores y estructuras medievales fue un acontecimiento
significativo en la historia intelectual del siglo XIX
Auguste Comte (1798-1857) es generalmente reconocido como el fundador de la sociología,
aunque él prefería el término "física social" para su disciplina, ya que creía que reflejaba mejor
su objetivo de abordar los fenómenos sociales desde una perspectiva científica similar a la de
las ciencias naturales.
Aunque Comte es a menudo considerado el padre de la sociología, Claude Henri de Saint-
Simon (1760-1825) podría reclamar ese título con mayor justificación. Algunos historiadores
sostienen que Comte plagió la teoría de Saint-Simon, dándole un enfoque más conservador.
Comte y Saint-Simon tuvieron una estrecha colaboración entre 1817 y 1823, período en el que
Comte fue secretario de Saint-Simon y trabajaron juntos en un plan para reorganizar la
sociedad. Este plan proponía que la política se transformara en "física social", con el objetivo
de descubrir las leyes naturales de la evolución social. Según esta visión, el estudio de la
sociedad alcanzaría una tercera etapa, la positiva, que seguiría a las anteriores etapas teológica
y metafísica del desarrollo del pensamiento humano.
La relación de Comte con de Maistre y Bonald contrasta con la imagen de Saint-Simon como
precursor del socialismo o "socialista utópico". El pensamiento de Saint-Simon es complejo,
combinando elementos revolucionarios y conservadores. Aunque él mismo no debe ser
considerado un socialista utópico, sus discípulos, como Bazard y Enfantine, abrazaron esa
etiqueta y promovieron ideas anticapitalistas. Saint-Simon admiraba el orden social medieval,
pero también es visto como un teórico del industrialismo y un visionario de la sociedad
tecnocrática. Criticó a la "escuela retrógrada" por intentar restaurar un orden que consideraba
obsoleto, defendiendo que el progreso debía apoyarse en la producción industrial para
satisfacer las aspiraciones del sentido común.
Saint-Simon propone que en la nueva sociedad, el conocimiento científico reemplace a la fe
religiosa, y un sistema industrial autoritario será liderado por una élite de científicos y
"productores", que incluyen capitalistas y asalariados. Esta élite tendría la responsabilidad de
mantener la unidad social, perdida tras la caída del orden medieval, con la Ciencia en lugar de
la Religión y los técnicos en lugar de sacerdotes. Aunque esta visión se aleja del socialismo,
destaca la importancia de las leyes económicas como base de la sociedad. La influencia de
Sismondi, y su enfoque en el bienestar de las clases desfavorecidas, empieza a notarse en el
pensamiento de Saint-Simon, quien empieza a preocuparse por la situación de los más pobres,
aunque no aborde completamente el conflicto entre asalariados y propietarios que sí reconoce
Sismondi.
Después de la muerte de Saint-Simon en 1825, sus discípulos fundaron la escuela
saintsimoniana en 1828, la cual empezó a cuestionar y ampliar las ideas del maestro. En un
contexto marcado por la crisis industrial en Francia (1825) y la lucha de clases entre 1830 y
1848, los saintsimonianos decidieron enfocar su trabajo hacia los intelectuales y el pueblo, en
lugar de dirigirse a los industriales. Sus escritos comenzaron a incluir conceptos como la lucha
de clases y críticas a la propiedad privada y a la explotación capitalista, lo que los alinea más
con el socialismo utópico. Así, su enfoque combina economía, sociedad y política de una
manera crítica y totalizadora,.
Tras la influencia de Comte, un discípulo de Saint-Simon, la sociología clásica adoptará un
enfoque que separa los problemas sociales de los económicos. Según Lukács, esta metodología
se basa en la idea de autonomía entre las ciencias sociales. Así, la sociología se definirá como
independiente de la economía y la ciencia política, mientras que la economía, especialmente
con el auge de la escuela marginalista, se enfocará en una "economía pura". Ambas disciplinas
se limitarán a observar las correlaciones entre hechos, reafirmando su independencia.
La insistencia en la autonomía de las ciencias sociales puede generar conocimiento científico;
sin embargo, al centrarse únicamente en los hechos y las apariencias, estas disciplinas
fragmentadas se verán incapaces de abordar preguntas fundamentales. Esta limitación
proviene de la necesidad de una perspectiva global que abarque todas las relaciones sociales
dentro de un contexto histórico específico. Samir Amin sostiene que la única ciencia válida es
la de la sociedad, ya que el hecho social es integral y no puede dividirse en categorías discretas
como 'económico', 'político' o 'ideológico'. Si bien cada disciplina puede abordar aspectos
particulares, su eficacia radica en reconocer sus límites y contribuir a una comprensión más
holística de la realidad social.
La autonomía de la sociología fue establecida por Comte, pero más de un siglo después, sus
obras son percibidas como obsoletas y difíciles de comprender para el lector contemporáneo,
convirtiendo su estudio en una labor similar a la de arqueólogos.
Comte integró y reformuló ideas ya existentes en su época, construyendo un discurso
totalizador. Su obra se basa en el pensamiento de Saint-Simon, del cual depuró elementos
utopistas para resaltar su enfoque conservador. A través de sus obras, como "Curso de filosofía
positiva" y "Sistema de política positiva", intentó instaurar orden en una sociedad que
consideraba caótica, proponiendo una ciencia que permitiera a los gobernantes restaurar la
unidad social. Aunque reconoció su deuda con pensadores como Bonald y Maistre, al igual que
Saint-Simon, se opuso a la idea de restaurar el antiguo régimen
Comte integra en su discurso las ideas de evolución y progreso, pero como conservador,
sostiene que los cambios deben mantenerse dentro de un marco ordenado. Propone estudiar
la sociedad como un organismo a través de dos dimensiones: la Estática Social, que analiza las
condiciones de existencia y orden, y la Dinámica Social, que examina su movimiento y
progreso. Ambos aspectos están interrelacionados; el orden se basa en el consenso que
garantiza la solidaridad social, mientras que el progreso debe gestionarse de manera que
preserve esa solidaridad, evitando así la desintegración social.
La idea de evolución en el pensamiento de Comte se refiere al desarrollo de la humanidad a
través de tres etapas: la teológica, la metafísica y la positiva. Esta última sintetiza el orden
inmóvil de las dos etapas anteriores con el progreso anárquico. Comte sostiene que la etapa
positiva representa el estado final de la inteligencia humana y sitúa a la sociología en la
cúspide de las ciencias, definiéndola como la "ciencia que estudia los fenómenos sociales bajo
principios de leyes naturales invariables"
La conexión entre el positivismo y los intereses políticos orientados a mantener el orden social
se vuelve más evidente en Herbert Spencer. Su obra se desarrolla en el contexto del esplendor
victoriano, durante el cual Gran Bretaña se consolida como una potencia hegemónica mundial.
Herbert Spencer fue más positivista que Comte, atacándolo y defendiendo que no había
diferencias metodológicas entre el estudio de la naturaleza y la sociedad. Spencer unificó
ambos campos a través del principio de evolución, considerando que las leyes biológicas eran
universalmente aplicables. Su pensamiento se vio influenciado por Charles Darwin, quien
publicó "El origen de las especies" en 1859, poco antes de que Spencer comenzara a
desarrollar sus tratados que abarcan diversas disciplinas, incluyendo sociología, psicología,
ética y biología.
La teoría de Herbert Spencer consolidó el predominio del capitalismo libre y la influencia
imperialista británica. Era ferozmente individualista y aplicó el principio de la supervivencia de
los más aptos, de Darwin, al ámbito social para justificar la conquista de pueblos. Defensor del
laissez faire, abogó por la eliminación de la intervención estatal, como se expresa en su obra
"El hombre contra el Estado". Esto representó una ruptura con el paternalismo de Comte, al
sostener que la sociología debía mostrar que no debía haber intervención en los procesos
sociales. Su enfoque se alineó con los intereses de las clases dominantes británicas, pero
también tuvo un impacto notable en elite de sociedades dependientes, como Argentina a
finales del siglo XIX.
Se pueden establecer claras conexiones entre los problemas de la sociedad francesa y la teoría
de Auguste Comte, así como entre la era victoriana en Inglaterra y los principios de Herbert
Spencer. De manera similar, también se puede trazar una relación entre la Alemania de la
segunda mitad del siglo XIX y la obra de Ferdinand Tönnies, quien representa una importante
vertiente en los orígenes de la sociología clásica.
La sociología surgió tarde en Alemania en comparación con Francia e Inglaterra. Inicialmente,
se rechazó la idea de establecerla como un campo autónomo de conocimiento, considerando
que los problemas sociales eran simplemente problemas políticos del Estado, incluidos en la
ciencia jurídica. Esta tradición, que se mantuvo por muchos años, fue luego sustituida por otra
que también era negativa hacia la sociología, aunque basada en argumentos epistemológicos.
A finales del siglo XIX en Alemania, se debatía la legitimidad de establecer una ciencia social
equiparable a las ciencias de la naturaleza. La corriente dominante, de origen neokantiano,
rechazaba la aplicación de métodos analíticos al ámbito humano, estableciendo una distinción
entre ciencias de la naturaleza y ciencias del espíritu. Se sostenía que solo los fenómenos
materiales podían ser comprendidos, mientras que lo cultural y espiritual era solo intuible.
Además, se consideraba que los hechos históricos eran únicos e irrepetibles, lo que hacía inútil
buscar regularidades o leyes en ellos, como se hacía en las ciencias naturales.
En un contexto cultural influenciado por el historicismo y el rechazo al positivismo y al
marxismo, surge Ferdinand Tönnies. Su importancia radica, más allá de sus propios aportes, en
haber allanado el camino para el desarrollo de la obra de Max Weber.
El libro fundamental de Tönnies, "Comunidad y Sociedad" (1887), define la sociología como el
estudio de las relaciones sociales, que son entendidas como productos de la voluntad humana.
Tönnies distingue entre dos tipos de relaciones: la "comunidad", que incluye la familia y el
vecindario y se basa en lazos naturales, y la "sociedad", representada por la ciudad o el Estado,
que se fundamenta en contratos y racionalidad, similar a una máquina.
La tipología de Tönnies sobre "comunidad" y "sociedad" influye en las teorías de Max Weber,
quien utiliza sus definiciones, y en Émile Durkheim, que relaciona la comunidad con la
solidaridad mecánica y la sociedad con la solidaridad orgánica. Para Tönnies, estos conceptos
son "tipos ideales", que, aunque no existen puramente en la realidad, sirven como extremos
en el análisis de relaciones sociales. Los pensadores como Saint-Simon, Comte, Spencer y
Tönnies forman una "prehistoria" de la sociología clásica, cuyos métodos y conceptos, aunque
considerados desactualizados, fueron fundamentales para el avance de la disciplina, en la que
Durkheim y Weber sobresalen como figuras clave.
DURKHEIM EL PROBLEMA DEL ORDEN
Émile Durkheim, nacido en 1858 y fallecido en 1917, desarrolló su pensamiento en un contexto
de crisis y consolidación de la Tercera República francesa, marcada por políticas liberales
anticlericales y represivas frente al movimiento obrero. Su vida estuvo influenciada por el
antisemitismo y el nacionalismo del caso Dreyfus. Proveniente de una familia judía y rabínica,
Durkheim fue un producto del laicismo y el cientificismo de la Francia republicana post-
bonapartista. En este contexto, se propuso contribuir a establecer un orden moral que
proporcionara estabilidad a la nación, a la vez que se alejaba de las bases tradicionales del
antiguo régimen.
La pregunta central de Durkheim se centra en cómo garantizar el orden en la compleja
sociedad industrial, donde los lazos tradicionales que unían al individuo con la comunidad han
desaparecido
En su obra "El suicidio" (1897), Durkheim argumenta que la felicidad humana depende de no
aspirar a más de lo que es razonablemente alcanzable. Se plantea la cuestión de cómo definir
el nivel legítimo de bienestar y confort que una persona puede buscar. Según él, estos límites
no provienen de la naturaleza del individuo, sino que deben ser establecidos externamente
por una autoridad moral que la sociedad reconoce y respeta. Esta autoridad tiene la capacidad
de moderar las pasiones humanas, actuando como el poder moral superior al individuo que
sostiene el orden y la justicia dentro de la sociedad.
El orden moral se iguala al orden social, el cual se manifiesta a través de un sistema de normas
que forman instituciones. Así, la sociología se define como el estudio de estas instituciones y
de la relación que mantienen los individuos con ellas.