Actividad N° 1
A) - Lean el cuento "Esa mujer" de Rodolfo Walsh, publicado en Los oficiones
terrestres en 1966. Si quieren, pueden escucharlo leído por el mismo escritor
en el siguiente enlace: Esa mujer leído por Walsh
B) - Después de leer, respondan las siguientes actividades:
¿A qué acontecimiento histórico hace referencia? ¿Qué referrencias
específicas se pueden encontrar en el texto?
Describí al narrador de este cuento a partir de indicios del cuento.
Describí al Coronel a partir de indicios del cuento.
¿Qué datos le ofrece el Coronel al narrador personaje? ¿Le sirven para
desentrañar el misterio?
¿Qué frase marca el cierre del cuento? ¿Cómo puede interpretarse?
C) - Leamos un fragmento de Ricardo Piglia sobre este relato ¿con qué otros
textos leídos este año podemos asociar las ideas presentadas por Piglia?
Fragmento de la conferencia "¿Qué va a ser de ti?", La Habana, 2000.
El cuento “Esa mujer” narra la historia de alguien que está buscando el cadáver
de Eva Perón, que está tratando de averiguar dónde está el cadáver de Eva
Perón y habla con un militar que ha formado parte de los servicios de
inteligencia del Estado. Y la investigación de este intelectual, el narrador, un
periodista que está ahí negociando, enfrentando a esta figura que concentra el
mundo del poder, tratando de ver si puede descifrar el secreto que le permita
llegar al cuerpo de Eva Perón, con todo lo que supone encontrar ese cuerpo,
encontrar a esa mujer que encarna toda una tradición popular, porque,
digamos, encontrar ese cadáver tiene un sentido que excede el acontecimiento
mismo, esa busca, entonces, es el motor de la historia.
Y el primer signo de la poética de Walsh es que Eva Perón no está nunca
nombrada explícitamente en el relato. Está aludida, por supuesto, todos
sabemos que se habla de ella, pero aquí Walsh practica el arte de la elipsis, el
arte de iceberg a la Hemingway. Lo más importante de una historia nunca debe
ser nombrado, hay un trabajo entonces muy sutil con la alusión y con el
sobreentendido que puede servirnos, quizá, para inferir algunos de estos
procedimientos literarios (y no sólo literarios) que podrían persistir en el futuro.
Esa elipsis implica, claro, un lector que restituye el contexto cifrado, la historia
implícita, lo que se dice en lo no dicho. La eficacia estilística de Walsh avanza
en esa dirección: aludir, condensar, decir lo máximo con la menor cantidad de
palabras.
Por otro lado, a la posición de ese letrado, de este intelectual que en el relato
de Walsh se enfrenta con un enigma de la historia, la podríamos asimilar con la
situación narrativa básica del que para muchos ha sido el relato fundador de la
literatura argentina, “El matadero”, el texto de Echeverría (escrito en 1838) que,
como ustedes recuerdan, es también la historia de un letrado que se confronta
con el Otro puro, encuentra a los bárbaros, a las masas salvajes del rosismo.
Esta confrontación que ha sido contada con matices y vaivenes a lo largo de la
literatura argentina (Borges, por supuesto ha contado su versión de este
choque en “La fiesta del monstruo” y Cortázar lo ha narrado en “Las puertas del
cielo”) encuentra un punto de viraje en “Esa mujer”. Hay una continuidad entre
“El matadero” y “Esa mujer” pero hay también una inversión. Antes que nada la
continuidad de cierta problemática: es elintelectual puesto en relación con el
mundo popular. Podríamos decir que “El matadero” de Echeverría postula una
posición paranoica respecto a lo que viene de ahí, porque lo que viene de ahí
es la violación, la humillación y la muerte. Es la tensión entre civilización y
barbarie; este unitario vestido como un europeo que llega al matadero en el
sur, por la zona de Barracas y es atrapado por los mazorqueros, narra bien lo
que sería la percepción alucinada y sombría que un intelectual como
Echeverría tiene del mundo popular. Como ve él esa tensión entre el intelectual
y las masas. De qué manera está percibiendo esa relación entre el letrado y el
otro. Es una amenaza, un peligro, una trampa salvaje. Uno puede encontrar
eso también en Sarmiento, naturalmente. Podríamos decir que hay una gran
tradición en la literatura argentina que percibe una relación de enfrentamiento y
de terror extremo.
Y sin embargo, yo creo que el gran mérito de Echeverría es que Echeverría
supo captar la voz del otro, el habla popular ligada a la amenaza y al peligro.
Estaba por supuesto tratando de denunciar ese universo bajo, de pura
barbarie, enfrentado con el refinamiento y con la educación del héroe. Pero el
lenguaje que recrea al intelectual unitario es un lenguaje alto, literario, retórico
que ha envejecido muchísimo. Mientras que el lenguaje que se usa para
representar al otro, al monstruo, es un lenguaje muy vivo, que persiste y abre
una gran tradición de representación de la voz y de la oralidad. (De hecho es la
primera vez en la literatura argentina que aparece el voseo.) Habría entonces
una verdad implícita en el uso y la representación del lenguaje que iría más allá
de las decisiones políticas del escritor y de los contenidos directos de la historia
que se narra. Un efecto de la representación que le abre paso a la voz popular
y fija su tono y su dicción.
Entonces, se podría pensar que esta tensión entre el mundo del letrado -el
mundo intelectual– y el mundo popular –el mundo del otro– visto en principio de
un modo paranoico pero también con fidelidad a ciertos usos de la lengua, está
en el origen de nuestra literatura y que el relato de Walsh redefine esa relación.
Podríamos decir que, para Walsh, Eva Perón, que condensaría ese universo
popular, la tradición popular del peronismo lógicamente aparece primero como
un secreto, como un enigma que se trata de develar pero también como un
lugar de llegada. “Si yo encontrara a esa mujer ya no me sentiría solo”, se dice
en el relato. Ir al otro lado, cruzar la frontera ya no es encontrar un mundo de
terror, sino que ir al otro lado permite encontrar en ese mundo popular, quizás,
un universo de compañeros, de aliados.
Y en un sentido, podríamos decir que este relato de Walsh, escrito en una
época muy anterior a las decisiones políticas de Walsh. El sentido múltiple
cifrado en el cuerpo perdido de Eva Perón anticipa, quiero decir, las decisiones
políticas de Walsh, podría ser leído casi como una alegoría que anticipa la
fascinación por el peronismo. El sentido múltiple cifrado en el cuerpo perdido
de Eva Perón anticipa, quiero decir, las decisiones políticas de Walsh, su
incorporación a Montoneros, su conversión al peronismo.
Este relato condensa esa tensión y dice entonces algo más de lo que dice
literalmente. El intelectual, el letrado, no solamente dice el mundo bárbaro y
popular como adverso y antagónico, sino también como un destino, como un
lugar de fuga, como un punto de llegada. Y en el relato todo se condensa en la
busca ciega del cadáver ausente de Eva Perón.
D) - A partir de lo trabajo en clase y la presentación sobre este cuento en el
programa "Nacido por escrito" de Canal Encuentro, escriban un texto de
análisis del cuento "Esa mujer" de Rodolfo Walsh que incluya al menos la
relación con dos relatos literarios leídos en clase.