Autora: María del Reposo Romero Arrayás
Coordinación: Ana Isabel Caballero Bellido
Edita: Laboratorio de Iniciativas Sociales - Colaboratorias
Subvenciona: Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad
Impresión: Impresionarte
Tabla de contenidos
1. INTRODUCCIÓN 8
2. MARCO CONCEPTUAL 13
2.1. Á MBITO INTERNACIONAL Y REGIONAL 14
2.2. Á MBITO NACIONAL 23
3. TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO EN LÍNEA CONTRA MUJERES Y NIÑAS 26
3.1. DELITOS CONTRA LA LIBERTAD. CIBERACOSO. ARTÍCULO 172 TER CP. 27
3.2. DELITOS CONTRA LA INTEGRIDAD MORAL A TRAVÉS DE LAS TIC.
ARTÍCULO 173 CP. 31
3.3. DELITO DE CIBERACOSO A MENORES DE 16 AÑOS.
ARTÍCULO 183 TER CP (VIGENTE 183). 37
3.4. DELITOS CONTRA LA INTIMIDAD. DESCUBRIMIENTO O REVELACIóN DE
SECRETOS A TRAVÉS DE LAS TIC DEL ARTÍCULO 197 Y 197 BIS CP. 42
3.5. DELITOS DE CALUMNIAS E INJURIAS A TRAVÉS DE LAS TIC.
ARTÍCULOS 205 216 CP. 46
3.6. DELITOS DE EXTORSIÓN, ESTAFA Y DAÑO INFORMÁTICO. 51
4. MARCO NORMATIVO 57
4.1. INTERNACIONAL 58
4.2. REGIONAL 59
4.3. NACIONAL 60
4.4. AUTONÓMICO 63
5. ANÁLISIS DE SENTENCIAS 64
5.1. METODOLOGÍA 65
5.1.1. CRITERIOS PARA LA BÚSQUEDA Y SELECCIÓN DE SENTENCIAS 65
5.1.2. LA CATEGORIZACIÓN DE CASOS PARA EL ANÁLISIS ESTADÍSTICO 68
5.1.3. PROPÓSITO DEL ESTUDIO CUALITATIVO 71
5.2. APROXIMACIÓN CUANTITATIVA 73
5.3. ESTUDIO CUALITATIVO 87
6. ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS SOBRE LA VIOLENCIA
DIGITAL DE GÉNERO: MARCO DE LA DEBIDA DILIGENCIA 113
6.1. DEBIDA DILIGENCIA PARA PREVENIR 117
6.2. DEBIDA DILIGENCIA PARA PROTEGER 120
6.3. DEBIDA DILIGENCIA PARA INVESTIGAR Y SANCIONAR 124
6.4. DEBIDA DILIGENCIA PARA REPARAR 126
7. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 130
7.1. CONCLUSIONES 131
7.2. RECOMENDACIONES 136
Introducción
1. INTRODUCCIÓN
“Empieza con un mensaje y termina con una vida” es el eslogan
principal de la campaña del Ins tuto Andaluz de la Mujer, de la
Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, de la Junta
de Andalucía, para comba r la violencia de género digital y sensibilizar
a la sociedad de las conductas violentas hacia las mujeres en este
ámbito digital.
El entorno sico y digital confluye en el día a día de las personas y
también en el de la violencia de género. Todas las mujeres se ven
afectadas por este po de violencia, si bien las jóvenes y niñas son
especialmente vulnerables. Basta hacer un análisis jurisprudencial como
el presente para conocer las violentas conductas delic vas hacia
mujeres, en general, y jóvenes y niñas en par cular, que la sufren a
manos de un desconocido, de un conocido, o de un miembro del propio
entorno familiar.
Normalizar esta violencia esclaviza a la sociedad. La pérdida de libertad
por la dominación de quien se siente superior afecta a quien la sufre, a
todo su entorno familiar, al profesional, al de amistades, y p or lo tanto
a todo el conjunto de la sociedad.
Esta guía basada en un estudio jurisprudencial de las sentencias sobre
violencia de género digital de los úl mos 5 años ofrece a profesionales,1,
conocer la gravedad que representa este po de violencia; detectarla de
forma temprana especialmente en niñas, mujeres adolescentes y
jóvenes; y poder prevenirla, atenderla y asis rla para enfrentarla.
1 Profesionales de la abogacía, de los Servicios de Asistencia a Víc mas de Andalucía
(SAVA), de las asesorías jurídicas de los Centros Municipales de Información a las
Mujeres (CMIM), personal técnico especializado en la materia que trabaje en
disposi vos de atención de carácter público y privado.
9
Las sentencias que se han analizado abordan:
1. Delitos contra la libertad, como el acoso a través de las TIC
del ar culo 172 ter del Código Penal.
2. Delitos contra la integridad moral, como el trato degradante
a través de las TIC del ar culo 173 del Código Penal.
3. Delitos contra la libertad sexual, como el acoso a menores de
16 años mediante las TIC del ar culo 183 ter del Código
Penal (actual 183 tras la reforma por la Ley Orgánica
10/2022, de 6 de sep embre, de garan a integral de la
libertad sexual).
4. Delitos contra la in midad, como el descubrimiento o
revelación de secretos a través de las TIC del ar culo 197, la
difusión no consen da de imágenes ín mas, ar culo 197.7,
o el ataque o acceso ilegal de sistemas y datos informá cos
del ar culo 197 bis, todos ellos del Código Penal.
5. Delitos contra el honor, como las calumnias o injurias a través
de las TIC de los ar culos 205 a 216 del Código Penal.
6. Delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico,
como la extorsión del ar culo 243, los fraudes informá cos y
estafas u lizando la información sustraída del ar culo 248,
borrar, dañar, deteriorar, alterar, suprimir o hacer inaccesi-
bles datos informá cos, programas informá cos o
documentos electrónicos ajenos, cuando el resultado
producido fuera grave, del ar culo 264, todos ellos del
Código Penal.
10
Las sentencias examinadas han sido dictadas por la Sala de lo Penal del
Tribunal Supremo y la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de
han analizado sentencias de primera instancia de otros tribunales o
juzgados. El periodo de búsqueda jurisprudencial ha ido desde 2019 a
2024.
Los casos han sido catalogados para su estudio conforme a los delitos
señalados, todos come dos a través de medios tecnológicos o en línea.
En la mayoría de los casos examinados, el delito objeto de estudio
concurre con otros delitos que se producen en el mundo sico. Nuestro
enfoque se ha volcado en el análisis de los delitos digitales, pero no
hemos perdido la oportunidad de detectar patrones de conducta de la
violencia de género digital o sica que hemos puesto de relieve.
Ha sido una condición indispensable en la selección de las sentencias
que la víc ma sea una mujer, que el hecho se haya come do en el
ámbito digital o mediante disposi vos tecnológicos y que el agresor sea
un hombre. Otros casos en los que no concurren tal condición no han
sido tenidos en cuenta a nivel cuan ta vo, pero sí nivel cualita vo.
En cada caso se ha analizado el contexto, las consecuencias generadas
para la víc ma sobre su entorno, el impacto psicológico y secuelas
provocado a la víc ma, los elementos probatorios u lizados en el
procedimiento, el tratamiento penal dado al caso y la pena impuesta.
Además, en el estudio cualita vo se han tenido en cuenta los
argumentos legales presentados por las partes, los fundamentos
jurídicos esgrimidos y las pruebas consideradas para el fallo, los
enfoques adoptados por los tribunales, el criterio para la aplicación de
la agravante genérica de discriminación por razones de sexo del ar culo
22.4 del Código Penal, o la aplicación de la circunstancia mixta de
parentesco del ar culo 23 del Código Penal.
11
En el estudio se han iden ficado patrones en las decisiones judiciales
como la interpretación de leyes específicas o la aplicación de
precedentes, la incorporación de la perspec va de género en los hechos
probados y en la fundamentación jurídica, el impacto diferenciado de
la violencia digital entre mujeres y hombres, la aplicación de
circunstancias modifica vas de la responsabilidad criminal, como las
señaladas de los arts. 22.4 y 23 ambos del Código Penal, la mención de
norma va, doctrina o jurisprudencia internacional trascendental, la
existencia de buenas prác cas que han servido de referencia para otras
sentencias y la resolución de casos de ciberviolencia contra las mujeres.
El análisis se ha llevado a cabo de manera é ca, con conciencia de la
información sensible y personal que se ha examinado.
12
Marco conceptual
2. MARCO CONCEPTUAL
Definir un problema es el primer paso para resolverlo y en lo que
concierne a la violencia de género digital, su definición es esencial para
proteger a sus víc mas y perseguirla.
Los actos de violencia de género en la dimensión digital forman parte
de las ya conocidas formas de violencia de género en el ámbito
analógico o fuera de línea, que se amplifican o generalizan por el uso
de internet y de la tecnología digital. No obstante, hay actos de
violencia contra la mujer en línea o facilitada por la tecnología que son
específicos de las plataformas y herramientas digitales y suceden en
ellas: en las redes sociales, web, foros, blogs, aplicaciones, chats, etc.,
con un efecto invasivo y omnipresente.2
En ambos casos se trata de una forma de discriminación contra la mujer
y una violación de los derechos humanos amparados por instrumentos
internacionales, regionales y nacionales. En este apartado se ofrece el
marco conceptual de la violencia de género digital en dichos ámbitos.
2.1. Ámbito internacional y regional
De conformidad con la definición dada por la Declaración sobre la
eliminación de la violencia contra la mujer aprobada por la Resolución
de la Asamblea General de las Naciones Unidas 48/104 del 20 de
diciembre de 1993, se en ende por violencia contra la mujer “todo acto
de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
2 Consejo de Europa (2022). Proteger a las mujeres y niñas de la violencia en la era
digital, la relevancia del Convenio de Estambul y del Convenio de Budapest sobre la
Ciberviolencia para luchar contra la violencia contra las mujeres en línea y facilitada por
la tecnología. Disponible en: h ps://edoc.coe.int/en/violence-against-women/11280-
proteger-a-la-mujeres-y-ninas-de-la-violencia-en-la-era-digital.html
14
pueda tener como resultado un daño o sufrimiento sico, sexual o
sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en
la vida pública como en la vida privada”3.
En el mismo sen do, el Convenio del Consejo de Europa sobre
prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia
domés ca de 2011, más conocido como Convenio de Estambul,
considera que la violencia contra las mujeres, es una violación de los
derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres y
debe entenderse por tal: “todos los actos de violencia basados en el
género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o
sufrimientos de naturaleza sica, sexual, psicológica o económica,
incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la
privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada” 4.
La Recomendación General nº 35 adoptada por el Comité para la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) respecto de
la violencia de género contra las mujeres (2017), que a su vez
complementa y actualiza la Recomendación General nº 19 (1992),
3 Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas [ONU] (1993).
Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Resolución 48/104 del
20 de diciembre. Disponible en:
h ps://www.ohchr.org/es/instruments -mechanisms/instruments/declara on-
elimina on-violence-against-women
4 Consejo de Europa (2011). Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha
contra la violencia contra las mujeres y la violencia domés ca. Disponible en:
h ps://rm.coe.int/1680462543.
Aunque esta definición no hace referencia a la dimensión digital, el ar culo 2 referido
al ámbito de aplicación señala que el Convenio se aplicará a todas las formas de
violencia contra las mujeres, por lo que incluye también la come da en el espacio
digital, tal como se ha confirmado en el informe explica vo del Convenio cuando por
ejemplo se refiere al acoso (art. 34), e indica como contacto no deseado: “la búsqueda
de cualquier contacto ac vo con la víc ma a través de cualquier medio de comunicación
disponible, incluidas las herramientas modernas de comunicación y las tecnologías de
la información y las comunicaciones (TIC)”.
15
define la violencia de género como aquella que: “se manifiesta en una
serie de formas múl ples, interrelacionadas y recurrentes, en diversos
ámbitos, del privado al público, incluidos entornos tecnológicos, y
trasciende las fronteras nacionales en el mundo globalizado
contemporáneo” 5 .
La Relatora Especial de la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias de la Organización de Naciones Unidas (ONU), elaboró en
2018 un informe que analiza la violencia en línea y la facilitada por las TIC
contra las mujeres y niñas desde una perspec va de derechos humanos.
El informe u liza el término "violencia contra la mujer facilitada por las
TIC" como el más inclusivo, si bien u liza principalmente el término
"violencia en línea contra la mujer", como expresión más fácil de usar.
También u liza términos alterna vos como "ciberviolencia" o "violencia
facilitada por la tecnología".6
5 Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (2017).
Recomendación General nº 35 sobre la violencia por razón de género contra la mujer,
por la que se actualiza la Recomendación General nº 19
Disponible en:
h ps://www.refworld.org/es/leg/coment/cedaw/2017/es/127243 .
Párrafo 6 de la Recomendación. También el párrafo 20 señala que: “La violencia por
razón de género contra la mujer se produce en todos los espacios y esferas de la
interacción humana, ya sean públicos o privados, entre ellos los contextos de la familia,
la comunidad, los espacios públicos, el lugar de trabajo, el esparcimiento, la polí ca, el
deporte, los servicios de salud y los entornos educa vos, y en la redefinición de lo público
y lo privado a través de entornos tecnológicos, como las formas contemporáneas de
violencia que se producen en línea y en otros entornos digitales”.
6 Consejo de Derechos Humanos de la ONU (2018). Informe de la Relatora Especial
sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias acerca de la violencia en
línea contra las mujeres y las niñas desde la perspec va de los derechos humanos , p.
5. Disponible en:
h ps://www.pensamientopenal.com.ar/miscelaneas/90642-informe-relatora-
especial-sobre-violencia-contra-mujer-sus-causas-y-
consecuencias#:~:text=En%20el%20a%C3%B1o%202018%2C%20la,perspec va%20de
%20los%20derechos%20humanos.
16
Ofrece una definición de violencia en línea, si bien indica la dificultad
de definir o catalogarlas debido al rápido desarrollo de la tecnología y
los espacios digitales, por lo que en la medida que estos se transformen
y evolucionen también debe hacerlo las normas que lo regulen. Señala
que: “la definición de violencia en línea contra la mujer se aplica a todo
acto de violencia por razón de género contra la mujer come do, con la
asistencia, en parte o en su totalidad, del uso de las TIC, o agravado por
este, como los teléfonos móviles y los teléfonos inteligentes, Internet,
plataformas de medios sociales o correo electrónico, dirigida contra una
mujer porque es mujer o que la afecta en forma desproporcionada” 7.
En línea con ello, ONU Mujeres y el Mecanismo de Seguimiento de la
Convención Belém do Pará (MESECVI) de la Comisión Interamericana
de Mujeres, en el informe sobre Ciberviolencia y ciberacoso contra las
mujeres y niñas en el marco de la Convención Belém Do Pará considera
la necesidad de par r de un concepto abierto, dinámico y genérico en
la definición de la violencia digital de género a fin de permi r incluir una
amplia gama de conductas, ataques y comportamientos agresivos que
estarán en permanente cambio en los espacios tanto sicos como
virtuales. En base a ello considera que puede entenderse la violencia
de género en línea en contra de las mujeres y niñas como Cualquier
acción o conducta en contra de la mujer, basada en su género, que le
cause muerte, daño o sufrimiento sico, sexual o psicológico,
económico o simbólico, en cualquier ámbito de su vida, la cual es
come da, ins gada o agravada, en parte o en su totalidad, con la
asistencia de las tecnologías de la información y comunicación” 8.
7 Ibidem, p. 7.
8 ONU Mujeres, MESECVI - Organización de los Estados Americanos [OEA] (2021).
Ciberviolencia y ciberacoso contra las mujeres y niñas en el marco de la Convención
Belém Do Pará. Págs. 11 y 12. Disponible en: h ps://lac.unwomen.org/es/digital-
library/publica ons/2022/04/ciberviolencia-y-ciberacoso-contra-las-mujeres-y-ninas-
en-el-marco-de-la-convencion-belem-do-para
17
El Grupo de Expertos encargado de vigilar el Convenio de Estambul
(GREVIO), y de supervisar la Recomendación General nº 1 sobre la
dimensión digital de la violencia contra las mujeres,9 considera que los
términos “violencia contra las mujeres en su dimensión digital” o “la
dimensión digital de la violencia contra las mujeres” son lo
suficientemente amplios como para alcanzar los actos de violencia en
línea y los perpetrados a través de la tecnología, incluida la tecnología
aún por desarrollar, y enfa za en el hecho de que esta violencia ene
sus raíces en el mismo contexto de desigualdad de las mujeres, de
inferioridad de las mujeres y de roles estereo pados para mujeres y
hombres10.
La Plataforma de Mecanismos de Expertos Independientes sobre la
Discriminación y la Violencia contra la Mujer (EDVAW) 11 , en su
documento temá co sobre la dimensión digital de la violencia contra
las mujeres señala que comprende cualquier acto de violencia de
género contra la mujer realizado en parte o por completo a través de
9 GREVIO, Recomendación General nº 1, sobre la dimensión digital de la violencia
contra las mujeres, adoptada el 20 de octubre de 2021. Consejo de Europa, noviembre
2021. Disponible en: h ps://edoc.coe.int/fr/violence-l-gard-des-femmes/10643-
grevio-general-recommenda on-no-1-on-the-digital-dimension-of-violence-against-
women.html
10 GREVIO, en su facultad de adoptar recomendaciones generales sobre la
implementación del convenio, que si bien no son vinculantes sirven de referencia y
orientación para su implementación, el 20 de octubre de 2021, adoptó la
Recomendación General nº 1, sobre la dimensión digital de la violencia contra las
mujeres. Con esta Recomendación, GREVIO busca establecer definiciones de términos
y conceptos clave vinculados a la violencia contra las mujeres perpetrada en la esfera
digital y brindar recomendaciones para prevenir y comba rla (párr.18).
11 Plataforma de Mecanismos de Expertos Independientes sobre la Discriminación y la
Violencia contra la Mujer [EDVAW]. Esta plataforma: “reúne a siete mecanismos de
expertos independientes de las Naciones Unidas y regionales dedicados a abordar la
discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas, promover la rendición de
cuentas y promover los derechos de las mujeres y las niñas a nivel internacional y
regional”, disponible en: h ps://www.ohchr.org/en/edvaw, entre ellos el grupo GREVIO.
18
la tecnología de la información y la comunicación, como teléfonos
móviles y teléfonos inteligentes, Internet, plataformas de redes sociales
o correo electrónico, disposi vos de seguimiento de geolocalización,
drones y disposi vos de grabación no contados a Internet e Inteligencia
Ar ficial (IA)12.
El Convenio del Consejo de Europa sobre Ciberdelincuencia (Convenio
de Budapest) 13 , ra ficado por España en 2010 14 , es el instrumento
12 EDVAW (2022). La dimensión digital de la violencia contra las mujeres abordadas por
los siete mecanismos de la Plataforma EDVAW. Disponible en:
h ps://www.prassva.es/documentos/la -dimension-digital-de-la-violencia-contra-la-
mujer-abordada-por-los-siete-mecanismos-de-la-plataforma-edvaw/ y en relación con
lo que la plataforma considera que comprende la dimensión digital de la violencia
contra la mujer: “surgen cuatro pos o categorías principales de violencia en línea y
facilitada por la tecnología: en primer lugar, formas de acoso, violencia o abuso que son
facilitadas por tecnologías específicas y disposi vos habilitados por la tecnología, como
la violencia de pareja ín ma llevada a cabo a través del uso de tecnologías que u lizan
programas espías y otros disposi vos de seguimiento; en segundo lugar, el abuso que
ene lugar y se amplifica en línea, como formas de abuso sexual basado en imágenes
tales como el intercambio no consen do de imágenes ín mas; en tercer lugar, cuando
la tecnología ha generado una nueva forma de abuso, como la pornogra a falsa y el
abuso de nuestra iden dad digital en el metaverso; y, en cuarto lugar, cuando el
entorno en línea se u liza para permi r que se produzcan violencia y abuso, como el
uso de las redes sociales como elemento central de diversas formas de violencia sexual
contra las mujeres y las niñas”.
Este documento temá co recoge la terminología que los Mecanismos de Expertos
Independientes que integran la Plataforma EDVAW u lizan sobre la violencia digital
contra la mujer y las inicia vas llevadas a cabo en dicha materia, pp. 12 a 18.
13 Serie de Tratados Europeos [ETS], N° 185 (2001) El Convenio del Consejo de Europa
sobre Ciberdelincuencia (Convenio de Budapest).
Disponible en: h ps://www.coe.int/en/web/conven ons/full -list?module=treaty-
detail&treatynum=185
Fue adoptado en 2001, siendo conscientes los países firmantes de la necesidad de
proteger a la sociedad frente a la ciberdelincuencia y de establecer una polí ca penal
común que adoptara una legislación adecuada y mejorara la cooperación internacional.
14 Instrumento de Ra ficación del Convenio sobre la Ciberdelincuencia, hech o en
Budapest el 23 de noviembre de 2001. Bole n Oficial del Estado, 226, de 17 de
sep embre de 2010.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/ai/2001/11/23/(1)
19
internacional más importante, jurídicamente vinculante, centrado en la
ciberdelincuencia y las pruebas electrónicas; sirve de guía para
cualquier país en su ejercicio de legislar sobre ello, y complementa al
Convenio de Estambul en lo referente a la violencia en línea contra las
mujeres y la obtención de pruebas para su inves gación y
enjuiciamiento con el apoyo de la cooperación internacional, en su
caso15.
La Direc va (UE) 2024/1385, del Parlamento Europeo y del Consejo, de
14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la violencia contra las
mujeres y la violencia domés ca 16 , define la violencia contra las
mujeres como “todo acto de violencia de género dirigido contra una
mujer o una niña por el hecho de ser mujer o niña, o que afecten de
manera desproporcionada a mujeres o niñas, que causen o sea
probable que causen daños o sufrimientos de naturaleza sica, sexual,
psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar tales actos,
la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en
la vida pública como en la vida privada”, y señala en su párrafo 17, la
necesidad de establecer definiciones armonizadas de las sanciones y
los delitos relacionados con determinadas formas de ciberviolencia
15 El Convenio de Budapest incluye una serie de conductas delic vas referidas a la
confidencialidad, la integridad y la disponibilidad de los datos y sistemas informá cos
(como el acceso ilícito, la interceptación ilícita, la interferencia de datos, la int erferencia
en el sistema y el abuso de los disposi vos); a los delitos informá cos (como
falsificación informá ca y fraude informá cos); a delitos relacionados con el contenido
(como la producción, oferta o puesta a disposición, difusión, adquisición o posesión de
pornogra a infan l); a delitos relacionados con infracciones de la propiedad intelectual
y de los derechos afines. Asimismo, incluye cues ones de derecho procesal para que
los países partes adopten las medidas legisla vas necesarias para poder inves gar y
procesar estos delitos.
16 Direc va (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de mayo de
2024, sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia domés ca.
Bole n Oficial del Estado, 1385, de 24 de mayo de 2024. Disponible en:
h ps://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2024-80770
20
vinculada al uso de las tecnologías de la información y las
comunicaciones (TIC), los cuales regula en sus ar culos 5 a 8, referidos
a la difusión no consen da de material ín mo o manipulado (5), al
ciberacecho (6), ciberacoso (7), incitación a la violencia o al odio por
medios ciberné cos (8)17.
De lo analizado observamos la ausencia de una definición
internacionalmente autorizada de violencia de género digital lo que
genera diferencias considerables de prevención y combate en los
diferentes Estados. En lo que respecta a la Unión Europea (UE), tal
como lo señaló el Parlamento Europeo18, existen grandes disparidades
entre los Estados miembros en cuanto a la protección, apoyo y
compensación a las víc mas, de ahí que solicita a la Comisión y a los
Estados miembros que: “definan y adopten una definición común de
ciberviolencia de género que facilite la labor de análisis de las dis ntas
formas de ciberviolencia de género y la lucha contra ella, garan zando
así que las víc mas de la ciberviolencia de género en los Estados
miembros tengan un acceso efec vo a la jus cia y a servicios de apoyo
especializados”.
17 Cabe mencionar la sentencia 72/2018, de 9 de febrero, (Roj: STS 396/2018), Sala
Segunda, de lo Penal, que condenó a 2 años y medio de prisión a un tuitero por delito
de incitación de odio contra las mujeres.
Comunicación Poder Judicial (2018, 16 de febrero). El Tribunal Supremo condena a dos
años y medio de cárcel a un tuitero por difundir mensajes de odio a las mujeres
asesinadas por violencia machista. Poder Judicial España. Disponible en:
h ps://www.poderjudicial.es/cgpj/en/Judiciary/Supreme-Court/Judicial-News/El-
Tribunal-Supremo-condena-a-dos-anos-y-medio-de-carcel-a-un-tuitero-por-difundir-
mensajes-de-odio-a-las-mujeres-asesinadas-por-violencia-machista
18 En su Resolución del 14 de diciembre de 2021 con recomendaciones des nadas a la
Comisión sobre la lucha contra la violencia de género: la ciberviolencia. Disponible en:
h ps://www.europarl.europa.eu/doceo/document/TA-9-2021-0489_ES.html# tle1
21
Pese a esta ausencia de definición, la Plataforma EDVAW 19 ha
iden ficado una serie de temas claves en la dimensión digital de la
violencia contra la mujer, como son:
a. La dimensión digital de la violencia contra la mujer como un
con nuo de experiencias fuera de línea 20.
b. El prisma interseccional de la dimensión digital de la violencia
contra la mujer 21.
c. La necesidad de prevenir la dimensión digital de la violencia
contra la mujer22.
19 Págs. 19 – 23. EDVAW, op. cit., p. 7.
20 La violencia contra la mujer es vivida como un con nuo de experiencias en línea y
fuera de línea y existe conexión entre ambas, no son actos separados, pese a que
existen leyes que así lo consideran. Así, una violencia puede comenzar en la calle y
transformarse o reubicarse, a través de la tecnología, en una experiencia en línea (ya
sea por la distribución no consen da de imágenes, por una discusión sexista en redes,
por la supervisión de un teléfono móvil, etc.), o al contrario, iniciar en línea (por
ejemplo, a través de una página de citas) y finalizar con una violencia fuera de línea (por
ejemplo, con una agresión sica o amenazas en el mundo sico), o iniciarse la violencia
en línea (como el ciberacoso a mujeres periodistas o defensoras de derechos humanos)
y con nuar con violencia en el mundo sico (con amenazas o agresiones).
21 La violencia contra la mujer ene un componente interseccional, afectando a las
mujeres de diferentes grados o maneras, en base a la vulnerabilidad, la discriminación,
la discapacidad, la orientación sexual, la afiliación polí ca, la religión, el origen social,
el estatus migratorio o el estatus de celebridad, entre otros. Los casos en líneas más
estudiados a la fecha han sido los casos de mujeres periodistas, defensoras de derechos
humanos, ac vistas jóvenes o más adultas, que visibilizan los derechos de las mujeres
o injus cias sociales, que enen que enfrentarse al ciberacoso, ciberacecho, doxeo y
otro po de abuso en línea, incluido el lenguaje sexista agresivo, co n el efecto
es gma zante que ene para estas mujeres, que acaban autocensurándose o
abandonando el mundo virtual.
22 Para lo cual es necesario fomentar la sensibilización, la educación y la formación,
mediante campañas, programas educa vos que promuevan la igualdad y la
alfabe zación digital; la formación de profesionales que trabajan tanto con víc mas
como con autores de la violencia debería ser obligatoria y con nua, que les permita
conocer los efectos que la violencia digital ene sobre las mujeres y niñas para evitar
su revic mización y retrauma zación, así como la obtención de pruebas electrónicas.
22
d. Penalizar la dimensión digital de la violencia contra las mujeres
y las niñas23.
e. El importante papel de las plataformas de internet en la
prevención y reducción de la dimensión digital de la violencia
contra la mujer 24.
2.2 . Ámbito nacional
En España, par endo del concepto amplio de violencia contra la mujer
recogido en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer ya mencionada, se enen en cuenta nuevas formas de violencia
de género que van surgiendo con mo vo de la aparición y desarrollo de
las nuevas tecnologías, redes sociales o internet. A estas nuevas formas
de violencia se le denomina violencia de género digital, que, si bien
afecta a todas las mujeres, el colec vo más vulnerable es el de la
adolescencia y juventud, que enen una percepción muy baja de los
peligrosos efectos que conlleva y normalizan este po de violencia 25.
23 Se requiere que los Estados cuenten con respuestas penales para la violencia en línea
y la facilitada por la tecnología, para que las víc mas se sientan protegidas en sus
derechos y dignidad. Para que los autores sean responsables de sus conductas
delic vas, evitando la impunidad, se requiere una revisión de su legislación para que
pifiquen las conductas delic vas, especialmente aquellas como l a distribución no
consen da de imágenes ín mas, el acoso y acecho en línea. Se deben adoptar todas
las medidas apropiadas que conduzcan a eliminar cualquier discriminación contra las
mujeres.
24 Es necesario que estas plataformas que pertenecen al sector privado adquieran el
compromiso de prevenir la dimensión digital de la violencia contra la mujer y la
mi gación del daño que la misma conlleva, que tomen las medidas necesarias para
cualquier po de discriminación, incluida la de la mujer. Se insta a los Estados a que
colaboren con las empresas TIC, para responsabilizar a los autores de la violencia contra
las mujeres, por ejemplo, poniendo en marcha mecanismos efec vos de denuncias,
mecanismos de señalización y eliminación de contenido, prác cas de moderación de
contenido y diseño de tecnología con perspec va de género.
25 Ministerio de Igualdad Gobierno de España, Violencia de Género digital. Delegación
del Gobierno contra la Violencia de Género. Disponible en:
h ps://violenciagenero.igualdad.gob.es/informacion-3/comodetectarla/vg-digital/.
23
Teniendo en cuenta que la violencia de género digital es una extensión
de la violencia de género fuera de línea, esta abarca una amplia variedad
de prác cas. Es importante conocer que en ocasiones una misma
conducta puede suponer simultáneamente dos o más formas de
violencia digital, o que una prác ca sea interdependiente de otra, como
el caso de una ciberamenaza de difundir imágenes y su posterior
distribución. Enumeramos en este punto las que van a ser objeto del
presente estudio que serán analizadas en profundidad en el siguiente
epígrafe referido a los pos de violencia de género digital y en el análisis
jurisprudencial cualita vo:
1. Delitos contra la libertad, como el acoso a través de las TIC del
ar culo 172 ter del Código Penal.
2. Delitos contra la integridad moral, como el trato degradante a
través de las TIC del ar culo 173 del Código Penal.
El Ministerio de Igualdad muestra preocupación por la violencia de género digital y
señala ac vidades encuadrables en esta violencia como: “Acosar o controlar a tu pareja
usando el móvil; Interferir en relaciones de tu pareja en Internet con otras personas;
Espiar el móvil de tu pareja; Censurar fotos que tu pareja publica y compar te en redes
sociales; Controlar lo que hace tu pareja en las redes sociales; Exigir a tu pareja que
demuestre dónde está con su geolocalización; Obligar a tu pareja a que te envíe
imágenes ín mas; Comprometer a tu pareja para que te facilite sus claves pe rsonales;
Obligar a tu pareja a que te muestre un chat con otra persona; Mostrar enfado por no
tener siempre una respuesta inmediata online”.
Igualmente, la Fiscalía General del Estado en su Memoria de 2023 señala que la
violencia de género digital afecta a la población joven o adolescente al no tener tanta
consciencia de los peligros de algunas conductas come das a través de las TIC
banalizando los riesgos que conllevan, e insta que se actúe a nivel educa vo, para
prevenir tales comportamientos.
Fiscalía General del Estado. Memoria 2023. Memoria elevada al Gobierno de S. M.
Disponible en: h ps://www.fiscal.es/memorias/memoria2023/FISCALIA_SITE/index.html
24
3. Delitos contra la libertad sexual, como el acoso a menores de
16 años mediante las TIC del ar culo 183 ter del Código Penal
(183 tras la reforma por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de
sep embre, de garan a integral de la libertad sexual.)
4. Delitos contra la in midad, como el descubrimiento o
revelación de secretos a través de las TIC del ar culo 197, la
difusión no consen da de imágenes ín mas, ar culo 197.7, o
el ataque o acceso ilegal de sistemas y datos informá cos del
ar culo 197 bis, todos ellos del Código Penal.
5. Delitos contra el honor,, como las calumnias o injurias a través
de las TIC de los ar culos 205 a 216 del Código Penal.
6. Delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico, como
la extorsión del ar culo 243, los fraudes informá cos y estafas
u lizando la información sustraída del ar culo 248, borrar,
dañar, deteriorar, alterar, suprimir o hacer inaccesibles datos
informá cos, programas informá cos o documentos
electrónicos ajenos, cuando el resultado producido fuera grave
del ar culo 264, todos ellos del Código Penal (en adelante cp).
25
Tipos de violencia
de género en línea
contra mujeres y niñas
3. TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO EN LÍNEA
CONTRA MUJERES Y NIÑAS
La violencia de género come da a través de las TIC con núa en
aumento de forma proporcional al mayor uso que de las mismas se
hace26. Analizamos en este epígrafe los diferentes pos de violencia de
género digital que son examinados en el presente estudio.
3.1. Delitos contra la libertad. Ciberacoso.
Ar culo 172 ter cp.
El delito de ciberacoso del ar culo 172 ter cp fue incorporado a nuestro
ordenamiento jurídico por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, con
mo vo de las obligaciones asumidas por España tras la ra ficación y
entrada en vigor del Convenio de Estambul, que incluye en su ar culo
34 el acoso como forma de violencia contra la mujer y la obligación de
pificarlo por los Estados que lo ra fiquen.
Está regulado en el Título VI “de los delitos contra la libertad” , y
específicamente en el Capítulo III “de las coacciones” del Libro II del
Código Penal, y el bien jurídico protegido es la libertad, sin perjuicio de
26 El Ins tuto Nacional de Estadís ca señala en su información sobre la población que
usa internet, que: “En 2023, el 95,3% de la población, de 16 a 74 años, ha u lizado
Internet en los úl mos tres meses, 0,9 puntos más que en 2022 (...) El uso de Internet es
una prác ca mayoritaria en jóvenes de 16 a 24 años, con un 99,9% en los hombres y un
99,7% en las mujeres. Al aumentar la edad desciende el uso de Internet, siendo el
porcentaje más bajo el que corresponde al grupo de edad de 65 a 74 años (un 79,7%
para los hombres y un 80,5% para las mujeres). El porcentaje de hombres y mujeres, de
16 a 74 años, que ha u lizado internet en los úl mos tres meses en 2023 es más alto en
España (95,3% y 95,6%) que en la UE-27 (91,7% y 91,1%) (…) La ac vidad más realizada
por Internet, tanto en hombres como en mujeres, es el uso de mensajería instantánea
(vía WhatsApp, Skype, Messenger, …)”.
Ins tuto Nacional de Estadís ca (2023). Población que usa Internet (en los úl mos tres
meses). Tipo de ac vidades realizadas por Internet. Disponible en:
h ps://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925528782&p=1
254735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout
27
la lesión a otros como la integridad moral, la in midad, el honor, la
libertad o indemnidad sexual, como veremos en el análisis
jurisprudencial.
Aunque puede cometerse por cualquier persona tal como lo establece
el ar culo 172 ter cp, al objeto del presente estudio nos centraremos
en el come do por un hombre hacia una víc ma mujer, mayor o menor
de edad, sin que sea necesaria relación entre ambas partes, dato este
que tendrá su repercusión a los efectos de considerar el po agravado.
De conformidad con el precepto referido, el acoso debe ejecutarse de
forma insistente y reiterada, la persona que lo realiza no puede estar
legi mada para ello, y debe producirse una alteración del normal
desarrollo de la vida de la víc ma. El ar culo enumera las conductas
que integran el po, siendo, en primer lugar, la de vigilar, perseguir o
buscar la cercanía sica con la persona acosada; en segundo lugar,
establecer contacto con ella o intentarlo a través de cualquier medio
de comunicación o de terceras personas ; en tercer lugar, hacer un uso
indebido de los datos personales de la víc ma para adquirir productos,
contratar servicios o poner en comunicación con ella a terceras
personas; y en cuarto lugar, atentar contra la libertad o el patrimonio
de la víc ma o de otra persona próxima a ella.
El dolo exigido para el po es un dolo genérico, directo o eventual, que
solo requiere que el acosador conozca que co n su conducta se está
atentando la libertad individual de quien ha decidido de manera clara
no tener contacto o relación con él.
La pena que se prevé para el po básico es de prisión de tres meses a
dos años o multa de seis a vein cuatro meses, sin perjuicio de las penas
que pueda corresponderle por los delitos en que se hubieran
concretado los actos de acoso. Para el caso de víc mas de especial
vulnerabilidad, atendiendo a su edad, enfermedad, discapacidad o
28
cualquier otra circunstancia, se agrava la p ena, siendo la prevista de
prisión de seis meses a dos años, sin posibilidad de pena alterna va de
multa.
En el caso de que la víc ma del acoso sea una de las contempladas en
el ar culo 173.2 cp, es decir, víc mas de violencia de género o
domés ca, la pena a imponer es de prisión de uno a dos años o,
alterna vamente, trabajos en beneficio de la comunidad de sesenta a
ciento veinte días.
En los casos de acoso básico o hacia personas en situación de especial
vulnerabilidad es requisito de perseguibilidad la denuncia de la persona
agraviada o su representante legal, si bien ello no será necesario en los
supuestos de víc mas de violencia de género o domés ca señalados.
La ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre, de garan a integral de la
libertad sexual, modifica el ar culo 172 ter y añade el apartado 5,
referido a la u lización de la imagen de una persona, ya sea para
realizar anuncios o abrir perfiles en redes sociales, páginas de contactos
o cualquier medio de difusión pública, sin consen miento de ella,
ocasionándole una situación de acoso, hos gamiento o humillación.
Para estos casos se ha previsto una pena de prisión de tres meses a un
año o multa de seis a doce meses. Este apartado 5 a diferencia de lo
establecido en los otros del 172 ter cp, solo es posible cometerlo a
través de las TIC27.
27 La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2023 señala que pese a la reforma,
la cual valora posi vamente, persiste la ausencia de una figura delic va específica que
sancione en términos generales la suplantación online y la iden dad de otra persona
existente, pues aunque puedan encuadrarse en otros pos penales, la realidad es que
se denuncian conductas de usurpación de iden dad ajena en los que no concurren los
requisitos para esas conductas y acaban siendo archivadas por falta de picidad.
Fiscalía General del Estado, Memoria 2023… op. cit., p. 10.
29
El ciberacoso ha sido en España una de las formas de violencia de género
digital más frecuentes en la adolescencia y juventud, limita la libertad, y
genera dominación y relaciones desiguales entre hombres y mujeres
que han tenido una relación afec va, afecta a la privacidad y la
in midad, y daña la imagen pública de la víc ma. Al producirse el acoso
en el mundo digital, el efecto acumula vo y reitera vo es fundamental
para lograr que la víc ma actúe conforme a los deseos del acosador, si
bien la víc ma joven, “na va digital”, acostumbrada a comunicarse a
través de las redes sociales y del internet, no percibe esta conducta
invasiva como peligrosa, sino más bien como moles as irrelevantes,
pudiendo intercambiar información o imágenes privadas sin que
perciban riesgo en ello. Sin embargo, los estereo pos tradicionales de la
imagen de la mujer siguen exis endo en las relaciones sociales actuales,
por lo que las mujeres jóvenes son más vulnerables al daño del
ciberacoso por la diferente valoración que sigue exis endo entre
hombres y mujeres 28 .
El Tribunal Supremo abordó por primera vez la figura del ciberacoso en
la sentencia 324/2017, de 8 de mayo, en la que reflejaba que con este
delito España se incorporaba al listado de países que ya lo
contemplaban, como USA, Canadá, Reino Unido, Australia, Nueva
Zelanda, Alemania, Austria, Países Bajos, Dinamarca, Bélgica o Italia .
Algunos de estos países ponían el foco más en la seguridad, en el temor
que siente la víc ma, y España enfa za en la libertad que queda
mermada por la ac vidad del acosador condicionando las costumbres
y hábitos de la víc ma como única forma de escapar del acoso.
28 Delegación del Gobierno para la Violencia de Género (2011). El ciberacoso como
forma de ejercer la violencia de género en la juventud: un riesgo en la sociedad de la
información y del conocimiento. 18 colección Contra la violencia de género.
Documentos. Disponible en:
h ps://violenciagenero.igualdad.gob.es/violenciaencifras/estudios/colecciones/ciber
acoso/
30
En la STS 628/2022, de 23 de junio, señala que el po obje vo requiere
un patrón de comportamiento que puede desarrollarse a través de la
reiteración de un acto o de varios diferentes, si en conjunto puede
decirse que la conducta es insistente y reiterada , y además que ello
altere “gravemente” el desarrollo de la vida co diana de la víc ma.
Entrecomillamos la palabra “gravemente” porque tras la reforma de la
Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre, de garan a integral de la
libertad sexual, se reforma el apartado 1 del ar culo 172 ter cp, y ya no
es necesario que altere “gravemente” el desarrollo de la vida co diana,
sino “el normal” desarrollo de la vida co diana de la víc ma.
Esta alteración debe acreditarse, por lo que será necesario probar los
actos de hos gamiento, la reiteración de estos, la alteración de la vida
co diana, y el nexo causal entre ello.
El acoso debe ejecutarse de forma insistente y reiterada, la persona
que lo realiza no puede estar legi mada para ello, y debe producirse
una alteración del normal desarrollo de la vida de la víc ma, que
debe acreditarse . Se enfa za en la libertad, que queda mermada por
la ac vidad del acosador condicionando las costumbres y hábitos de
la víc ma como única forma de escapar del acoso.
3.2. Delitos contra la integridad moral a través de las TIC.
Ar culo 173 cp.
Estos delitos están regulados en el Título VII “de la tortura y otros
delitos contra la integridad moral” del Libro II del Código Penal y el bien
jurídico protegido es la integridad moral, sin perjuicio de otros bienes
como la paz familiar en el núcleo familiar, la libertad, la in midad, el
honor, la libertad o indemnidad sexual, tal como se conocerá en el
análisis jurisprudencial.
31
En su redacción original de 1995 solo contemplaba un párrafo referido
al delito de infligir trato degradante menoscabando gravemente la
integridad moral de la víc ma. Posteriormente , por la Ley Orgánica
11/2003, de 29 de sep embre, de medidas concretas en materia de
seguridad ciudadana, violencia domés ca e integración social de los
extranjeros, se modificó el ar culo pasando a tener tres apartados : el
1, dedicado a la conducta ya señalada; el 2, que trae a este ar culo la
violencia de género y domés ca habitual, anteriormente incluida en el
ar culo 153 cp; y el apartado 3, que explica lo que se entenderá por
habitualidad.
Tras la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, se
añaden dos párrafos al apartado 1, añadiendo el acoso laboral y acoso
inmobiliario y posteriormente, con la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de
marzo, se modifica el apartado 2 , pudiéndose imponer la medida de
libertad vigilada en los casos de violencia en el ámbito de la familia, y
se añade un apartado 4 sobre injurias o vejaciones leves en el ámbito
de la pareja o familia.
Más recientemente, se han producido tres nuevas modificaciones: la
primera, por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre de garan a
integral de la libertad sexual, que modifica los apartados 1 y 4 del
ar culo, introduciendo la responsabilidad de las personas jurídicas en
los supuestos del apartado 1, y el acoso callejero en el apartado 4; la
segunda, por la Ley Orgánica 14/2022, de 22 de diciembre, de
transposición de direc vas europeas y otras disposiciones para la
adaptación de la legislación penal al ordenamiento de la Unión
Europea, y reforma de los delitos contra la integridad moral,
desórdenes públicos y contrabando de armas de doble uso, que añade
el párrafo segundo vigente al apartado 1; la tercera, por la Ley Orgánica
4/2023, de 27 de abril, para la modificación de la Ley Orgánica 10/1995,
32
de 23 de noviembre, del Código Penal, en los delitos contra la libertad
sexual, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y la Ley Orgánica 5/2000, de
12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores
que modifica el úl mo párrafo del apartado 1.
Es en este delito en el que se están incardinando las conductas referidas
al uso de delincuentes de sistemas de inteligencia ar ficial para
elaborar contenidos pornográficos a par r de imágenes reales de
personas adultas obtenidas de forma irregular, y publicitarlas en
internet, tal como lo señala la Fiscalía General del Estado en su
Memoria de 202429. Si bien en el presente estudio no contamos con
sentencias referidas a estos supuestos 30.
Respecto al concepto de integridad moral, el Tribunal Cons tucional,
aunque no fija un concepto preciso, sí que lo interpreta desde la
inviolabilidad de la personalidad humana, es decir, el derecho a ser
tratado como persona y no como cosa 31.
El Tribunal Supremo en su sentencia 758/2022, de 15 de sep embre,
considera que los elementos que conforman el concepto de atentado
contra la integridad son: “a) Un acto de claro e inequívoco contenido
29 Fiscalía General del Estado. Memoria 2024. Memoria elevada al Gobierno de S. M.
Disponible en:
h ps://www.fiscal.es/memorias/memoria2024/FISCALIA_SITE/index.html
30 Web del Consejo General del Poder Judicial con información sobre la sentencia del
Juzgado de Menores de Badajoz que consideró responsable de vein dós delitos de
pornogra a infan l y vein dós contra la integridad moral, a los quince menores de
edad que manipularon con inteligencia ar ficial imágenes de menores para que
apareciesen desnudas y después las difundieron.
Comunicación Poder Judicial (2024, 9 de julio). Imponen la medida de libertad vigilada
durante un año a los 15 menores acusados de manipular y difundir imágenes de
menores desnudas en Badajoz. Poder Judicial España. Disponible en:
h ps://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/No cias-Judiciales/Imponen-la-
medida-de-libertad-vigilada-durante-un-ano-a-los-15-menores-acusados-de-
manipular-y-difundir-imagenes-de-menores-desnudas-en-Badajoz
31 Sentencia 120/1990, de 27 de junio. Bole n Oficial del Estado, 181, de 30 de julio de
1990. Disponible en: h ps://hj.tribunalcons tucional.es/es-ES/Resolucion/Show/1545
33
vejatorio para el sujeto pasivo. b) La concurrencia de un padecimiento
sico o psíquico. c) Que el comportamiento sea degradante o humillante
con especial incidencia en el concepto de dignidad de la persona-
víc ma".
Dicha sentencia señala, en relación con el ar culo 173.1 cp, que se trata
de un po básico de las conductas incluidas en el Título VII del Libro II
del código penal, sobre torturas y otros medios contra la integridad
moral, que protege la idea de dignidad e inviolabilidad de la persona,
que abarca su preservación no solo contra ataques al cuerpo y espíritu,
sino contra toda clase de intervención en esos bienes que carezca del
consen miento de su tular.
Señala la STS 626/2023, de 19 de julio, que el bien jurídico protegido va
más allá de la integridad personal, al atentar a valores cons tucionales
como el derecho a la dignidad de la persona y al libre desarrollo de la
personalidad del art. 10 de la Cons tución Española (CE), que ene su
consecuencia lógica en el derecho a la vida, a la integridad sica y moral
con prohibición de tratos inhumanos o degradantes, y el derecho a la
seguridad de los arts. 15 y 17 de la CE, con afectación de principios
rectores de la polí ca social y económica, como la protección de la
familia y la infancia del art. 39 de la CE.
El Tribunal Cons tucional interpreta el concepto de integridad
moral, desde la inviolabilidad de la personalidad humana, como el
derecho a ser tratado como persona y no como cosa. Los elementos
que conforman el concepto de atentado contra la integridad son: “a)
Un acto de claro e inequívoco contenido vejatorio para el sujeto
pasivo. b) La concurrencia de un padecimiento sico o psíquico. c)
Que el comportamiento sea degradante o humillante con especial
incidencia en el concepto de dignidad de la persona-víc ma".
34
El delito de maltrato habitual en el ámbito de las relaciones afec vas y
familiares, pificado en el art. 173.2 y 3 cp32, protege el bien jurídico de
la paz familiar o la pacífica convivencia familiar, al perseguir aquellas
conductas que pretenden conver r el ámbito familiar en un
microcosmos regido por el miedo y la dominación. El interés jurídico
objeto de protección es más amplio que el ataque concreto a la
integridad sica o psíquica. Este delito no pretende sancionar la mera
acumulación o sucesión de actos violentos, sino la existencia de un
clima de violencia hacia quienes integran la familia 33.
32 El art. 173.2 cp establece que: “El que habitualmente ejerza violencia sica o psíquica
sobre quien sea o haya sido su cónyuge o sobre persona que esté o haya estado ligada
a él por una análoga relación de afec vidad aun sin convivencia, o sobre los
descendientes, ascendientes o hermanos por naturaleza, adopción o afinidad, propios
o del cónyuge o conviviente, o sobre los menores o personas con discapacidad
necesitadas de especial protección que con él convivan o que se hallen sujetos a la
potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho del cónyuge o conviviente, o
sobre persona amparada en cualquier otra relación por la que se encuentre integrada
en el núcleo de su convivencia familiar, así como sobre las personas que por su especial
vulnerabilidad se encuentran some das a custodia o guarda en centros públicos o
privados, será cas gado con la pena de prisión de seis meses a tres años, privación del
derecho a la tenencia y porte de armas de tres a cinco años y, en su caso, cuando el juez
o tribunal lo es me adecuado al interés del menor o persona con discapacidad
necesitada de especial protección, inhabilitación especial para el ejercicio de la patria
potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento por empo de uno a cinco años, sin
perjuicio de las penas que pudieran corresponder a los delitos en que se hubieran
concretado los actos de violencia sica o psíquica.
Se impondrán las penas en su mitad superior cuando alguno o algunos de los actos de
violencia se perpetren en presencia de menores, o u lizando armas, o tengan lugar en
el domicilio común o en el domicilio de la víc ma, o se realicen quebrantando una pena
de las contempladas en el ar culo 48 o una medida cautelar o de seguridad o
prohibición de la misma naturaleza.
En los supuestos a que se refiere este apartado, podrá además imponerse una medida
de libertad vigilada”.
3. “Para apreciar la habitualidad a que se refiere el apartado anterior, se atenderá al
número de actos de violencia que resulten acreditados, así como a la proximidad
temporal de los mismos, con independencia de que dicha violencia se haya ejercido
sobre la misma o diferentes víc mas de las comprendidas en este ar culo, y de que los
actos violentos hayan sido o no objeto de enjuiciamiento en procesos anteriores”.
33 Jiménez, C. (2021). Delitos de género y de violencia familiar. Cues ones sustan vas y
procesales. Derecho Penal y Procesal Penal. Colección Derecho Penal y Procesal. p. 86.
Disponible en: h ps://www.boe.es/biblioteca_juridica/publicacion.php?id=PUB-DP-2021-235
35
La sentencia mencionada, STS 626/2023, añade respecto a la
habitualidad, que no se trata de un número mínimo de actos
individualizados que suman la cifra que se requiere para acreditar dicha
habitualidad, ni un número concreto de denuncias, sino que responde
a un clima de dominación o in midación, de desprecio sistemá co para
menoscabar la integridad sica y psíquica. Por lo que lo que determina
tal elemento, es la atmósfera general creada, que trasluce superioridad
y dominio hacia la víc ma, que es producto de una reiteración de actos
de violencia psíquica o sica. Por lo tanto, el Alto Tribunal se aparta de
su doctrina anterior enfocada en el número de acciones violentas, que
consideraba que a par r de la tercera acción violenta podría
considerarse habitual la violencia, para centrarse en que lo relevante
es la relación entre el autor y la víc ma, considerando este ilícito penal
como un delito autónomo que no depende del número de acciones
violentas come das.
El delito de maltrato habitual en el ámbito de las relaciones afec vas
y familiares sanciona la existencia de un clima de violencia hacia
quienes integran la familia. La habitualidad no se trata de un número
de actos, sino de la atmósfera de dominio creada tras la reiteración
de actos de violencia.
El delito leve de vejaciones e injurias entre familiares se pifica en el
ar culo 173.4 cp34. Se trata de un delito ejecutado mediante la palabra
o los gestos sin llegar a agredir o maltratar de obra porque, en tal caso,
sería objeto de otro delito (art. 153 cp). El concepto de injuria se define
34Dispone dicho ar culo que: “4. Quien cause injuria o vejación injusta de carácter leve,
cuando el ofendido fuera una de las personas a las que se refiere el apartado 2 del
ar culo 173, será cas gado con la pena de localización permanente de cinco a treinta
días, siempre en domicilio diferente y alejado del de la víc ma, o trabajos en beneficio
de la comunidad de cinco a treinta días, o multa de uno a cuatro meses, esta úl ma
únicamente en los supuestos en los que concurren las circunstancias expresadas en el
apartado 2 del ar culo 84”.
36
en el ar culo 208 cp como “acción o expresión que lesiona la dignidad
de otra persona, menoscabando su fama o atentando contra su propia
es mación”. Y la vejación par cipa de este concepto de injuria.
El párrafo segundo del ar culo 173.4 cp 35 regula el delito de acoso
callejero y en línea (online), introducido por la Ley Orgánica 10/2022,
de 6 de sep embre de garan a integral de la libertad sexual, cuyo bien
jurídico protegido es igualmente la dignidad e integridad moral de la
persona. Las conductas que engloban este delito están tan extendidas
que están normalizadas socialmente.
3.3. Delito de ciberacoso a menores de 16 años.
Ar culo 183 ter cp (vigente 183).
La protección de menores en internet ha sido una constante
preocupación de la comunidad internacional, como lo reflejan los
diferentes instrumentos internacionales que regulan los derechos de
niños y niñas, así, el Protocolo Faculta vo de la Convención sobre los
Derechos del Niño (y la Niña), rela vo a la venta de niños (y niñas), la
pros tución infan l y la u lización de niños (y niñas) en la pornogra a,
36
adoptado en Nueva York el 25 de mayo de 2000 , o el Convenio sobre la
Ciberdelincuencia, firmado en Budapest el 23 de noviembre de 200137.
El Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños (y las
niñas) contra la explotación y el abuso sexual, firmado en Lanzarote el 25
35 Establece dicho párrafo: “Las mismas penas se impondrán a quienes se dirijan a otra
persona con expresiones, comportamientos o proposiciones de carácter sexual que
creen a la víc ma una situación obje vamente humillante, hos l o in midatoria, sin
llegar a cons tuir otros delitos de mayor gravedad”.
36 Instrumento de Ra ficación del Protocolo Faculta vo de la Convención sobre los
Derechos del Niño (y de la Niña). Bole n oficial del Estado, 148, de 22 de junio de
2006. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/ai/2002/12/18/(1)
37 Instrumento de Ra ficación del Convenio sobre la Ciberdelincuencia, op. cit., p. 8.
37
de octubre de 2007, recoge la obligación de las partes de adoptar las
medidas legisla vas, o de otro po, necesarias para pificar como delito
la proposición por un adulto a un/a menor, a través de las TIC, de un
39
encuentro para cometer actos de naturaleza sexual .
La Direc va 2011/92/UE, de 13 de diciembre, del Parlamento Europeo y
del Consejo, rela va a la lucha contra los abusos sexuales y la
explotación sexual de los menores y la pornogra a40, que sus tuye a la
Decisión Marco 2004/68JAI del Consejo41, establece en su ar culo 6,
referido al engaño de menores con fines sexuales por medios
tecnológicos, que los Estados partes sancionen “cualquier tenta va de
un adulto, por medio de las tecnologías de la información y la
comunicación, de cometer las infracciones contempladas en el ar culo 5
39 El ar culo 23 del Convenio de Lanzarote establece que: “Cada Parte adoptará las
medidas legisla vas o de otro po que sean necesarias para pificar como delito el
hecho de que un adulto, mediante las tecnologías de la información y la comunicación,
proponga un encuentro a un niño que no haya alcanzado la edad fijada en aplicación
del apartado 2 del ar culo 18 con el propósito de cometer contra él cualquiera de los
delitos pificados con arreglo al apartado 1.a del ar culo 18 o al apartado 1.a) del
ar culo 20, cuando a dicha proposición le hayan seguido actos materiales conducentes
a dicho encuentro”.
Instrumento de Ra ficación del Convenio del Consejo de Europa para la protección de
los niños contra la explotación y el abuso sexual, hecho en Lanzarote el 25 de octubre
de 2007. Bole n Oficial del Estado, 274, de 12 de noviembre de 2010. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/ai/2007/10/25/(1)/con
40 Direc va 2011/92/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de diciembre de
2011, rela va a la lucha contra los abusos sexuales y la explotación sexual de los
menores y la pornogra a infan l, por se sus tuye la Decisión marco 2004/68/JAI.
Diario Oficial de la Unión Europea, 335, de 17 de diciembre de 2011. Disponible en:
h ps://bienestaryproteccioninfan l.es/wpfd_file/direc va -2011-92-ue-del-
parlamento-europeo-y-del-consejo-de-13-de-diciembre-de-2011-rela va-a-la-lucha-
contra-los-abusos-sexuales-y-la-explotacion-sexual-de-los-menores-y-la-pornografia-
infan l/
41 Decisión marco 2004/68/JAI del Consejo, de 22 de diciembre de 2003, rela va a la
lucha contra la explotación sexual de los niños y la pornogra a infan l. Diario Oficial de
la Unión Europea, 13, de 20 de enero de 2004. Disponible en:
h ps://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2004-80095
38
apartados 2 y 3 42, embaucando a un menor que no ha alcanzado la
edad de consen miento sexual para que le proporcione pornogra a
infan l en la que se represente a dicho menor”.
Como resultado de ello, por la Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, se
incluyó el que fue el delito 183 bis cp43, que ya reguló el contacto con
menores de 13 años a través de la tecnología, para proponerle
concertar un encuentro a fin de cometer los delitos descritos del 178 al
183 y 189 del texto penal, siempre que tal propuesta se acompañe de
actos materiales encaminados al acercamiento.
Tras la reforma operada por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo,
se modifica el art. 183 bis cp44 y se introduce el 183 ter cp, referido al
delito de acoso a menores de 16 años mediante las TIC, con la intención
de atentar contra su libertad sexual, o ciberacoso sexual a menores de
16 años, comúnmente llamado “Child grooming”. Este precepto ha
permanecido como tal hasta la reforma introducida por la L ey Orgánica
10/2022, de 6 de sep embre de garan a integral de la libertad sexual,
pasando a ubicarse, en el ar culo 183 cp45.
42 Ar culo 5.: ”2. La adquisición o la posesión de pornogra a infan l se cas gará con
penas priva vas de libertad de una duración máxima de al menos un año. 3. El acceso
a sabiendas a pornogra a infan l por medio de las tecnologías de la información y la
comunicación se cas gará con penas priva vas de libertad de una duración máxima de
al menos un año”.
Direc va 2011/92/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, op. cit., p. 18.
43 Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Bole n Oficial del Estado, 152, de 23
de junio de 2010. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2010/06/22/5/con
44 Este precepto, tras la referida Ley Orgánica 10/2022, ha pasado a regular en parte el
texto recogido en el anterior 183 quater que excluía a responsabilidad penal si el menor
de 16 años daba su consen miento libre y el autor era una persona próxima en ed ad al
menor y grado de desarrollo o madurez.
Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre, de garan a integral de la libertad sexual.
Bole n Oficial del Estado,215, de 7 de sep embre de 2022. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2022/09/06/10/con
45 Se ha mantenido prác camente el mismo texto, solo ha cambiado la referencia al
ar culo 183, ahora 181, conforme a la reforma por la LO 10/2022 mencionada.
39
Se trata de un supuesto en el que el derecho penal adelanta las barreras
de protección al cas gar actos preparatorios de los delitos de agresión
sexual a menores de 16 años. Por lo tanto, el po requiere de la
existencia de un/a menor de 16 años y la realización de actos materiales
dirigidos a un acercamiento. El bien jurídico protegido es la
“indemnidad sexual”, que tras la Ley Orgánica 10/2022, es la libertad
sexual in fieri, en proceso o formación, de menores 46.
La STS 297/2024, de 3 de abril, señala que respecto a la conducta pica
hay que dis nguir entre elementos obje vos y subje vos. En cuanto a
los obje vos, se exige una pluralidad de actos, tales como el contacto
con el/la menor de 16 años, proponer el encuentro y la realización de
los actos materiales dirigidos al acercamiento. El contacto ene que ser
por medios tecnológicos, sin perjuicio que previamente haya p odido
tener un contacto directo en el mundo sico (profesor o monitor del/la
menor), pero la captación debe de con nuar por medios tecnológicos.
Respecto a la proposición del encuentro, si el resto de los elementos se
dan, la consumación se produce por la mera concertación de la cita sin
que esta sea aceptada 47. En cuanto a los actos materiales dirigidos al
acercamiento, han de ser materiales, no meramente formales , y
encaminados al acercamiento, sin que estén acotados los actos, pero
parece referirse a un estrechamiento de la relación de seducción
(como, por ejemplo, envío de regalos) y cuando se dice acercamiento
46 Sobre la desaparición de la terminología “indemnidad sexual” puede verse la Circular
1/2023, de 29 de marzo.
Circular 1/2023, de 29 de marzo, de la Fiscalía General del Estado, sobre criterios de
actuación del Ministerio Fiscal tras la reforma de los delitos contra la libertad sexual
operada por la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre. Bole n Oficial del Estado,
81, de 5 de abril de 2023. Disponible en:
h ps://www.boe.es/diario_boe/txt.php?id=BOE-A-2023-8697
47 Aunque tal como indica la sentencia, esta posición no es compar da por toda la
doctrina: “al considerar que la exigencia de actos materiales encaminados al acercamien-
to que deben acompañar a la propuesta no puede desvincularse de la propia propuesta,
de manera que la consumación se conseguirá cuando la cita propuesta por el delincuente
fuese aceptada por el menor y se inician actos encaminados a que se ejercite la misma”.
40
interpretarlo como “encuentro”. Respecto a los elementos subje vos,
se exige la voluntad de cometer cualquiera de los delitos de los art. 183
cp (181 vigente cp) y 189 cp.
En los casos en los que el autor logra realizar la conducta cuya finalidad
perseguía, agredir sexualmente al/la menor, o captarle conforme al
ar culo 189 del texto penal, el delito del 183 ter (183 vigente cp) podría
quedar absorbido por el ilícito más grave consumado, por aplicación del
ar culo del ar culo 8 cp, concurso de normas.
Así lo señala la STS 871/2022, de 7 de noviembre, cuando el recurrente
sos ene en su defensa, como argumento, la inaplicación indebida del
art. 183 ter 2º cp. Sos ene el Alto Tribunal que el delito de
embaucamiento pifica la conducta de contactar con un/a menor de
16 años, a través de internet, teléfono o cualquier otro medio
tecnológico para lograr que le facilite o muestre imágenes
pornográficas en las que aparezca o se muestre el/la menor. En el caso
enjuiciado, el procesado no se limitó a los actos de embaucamiento,
sino que fue más lejos y logró materializar el objeto de este, logrando
que la menor de 12 años le enviara fotogra as de dis ntas partes de su
cuerpo desnudo. Por lo que: “la relación entre los arts. 183 ter 2º y 189
del cp es la propia del concurso de normas, de suerte que, si a la
estrategia inicial de acercamiento siguen actos ejecu vos propios del
delito de pornogra a infan l, la condena por el art. 189 absorberá el
desvalor de las maniobras aproxima vas que han permi do ese
resultado (art. 8.3 cp)”.
41
3.4.Delitos contra la in midad.
Descubrimiento o revelación de secretos a través de las
TIC del ar culo 197 y 197 bis cp.
Ra ficado por España en Instrumento publicado en el BOE el 17 de sep embre de 2010.
42
En la Circular 3/2017, de 21 de sep embre de 2017. Circular 3/2017, sobre la reforma
del código penal operada por la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, en relación con
los delitos de descubrimiento y revelación de secretos y los delitos de daños informá -
cos. Fiscalía General del Estado, 00003, de 21 de sep embre de 2017. Disponible en:
43
la persona.
Añade la sentencia, que el envío de una fotogra a, en la que aparece la
denunciante con sus pechos desnudos, por parte del que había sido
pareja sen mental, a una amiga, es un delito del art. 197.7 cp, por
cuanto exhibe un aspecto de la in midad de la denunciante, aun cuando
dicha fotogra a fue entregada por la propia denunciante al procesado
cuando eran pareja sen mental.
Respecto al lugar en donde se enmarca la imagen, indica la sentencia,
que la fotogra a no fue tomada en un lugar público, fue tomada por la
propia denunciante en su dormitorio, fuera del alcance de la mirada de
terceros, y enviada al acusado cuando eran pareja sen mental. No es
necesario que sea en un domicilio, ya que: “es un concepto que si se
en ende en su significado genuinamente jurídico (cfr. art. 40 del Código
Civil), restringiría de forma injus ficable el ámbito del po”, sirva de
ejemplo aquellas imágenes que se hayan tomado en un hotel o en otro
lugar dis nto del domicilio. Por lo tanto, lo fundamental de la acción
52
44
pica no es la obtención sino la difusión de las imágenes obtenidas con el
53
consen miento de la víc ma y que le afecte gravemente a su in midad .
Mediante el precepto señalado, y con anterioridad a la reforma
introducida por la Ley Orgánica 10/2022, la distribución de contenidos
comprome dos sin haber par cipado en la acción inicial señalada,
podían llevarse por la Ley Orgánica 1/1982 de protección civil del
derecho al honor, a la In midad personal y familiar y a la propia imagen
y, si se vio afectada la integridad moral, por el ar culo 173.1 cp.
El delito del vigente ar culo 197.7 cp pretende preservar la in midad
como bien jurídico protegido. Da una respuesta a los casos de
imágenes difundidas sin consen miento de la persona afectada, aun
habiendo sido consen da su obtención.
Como señalábamos, por la Ley Orgánica 1/2015 se introdujo el 197 bis
cp, que integra diferentes apartados. El 1 º regulado anteriormente en
el 197.3 cp, que persigue el acceso ilegal a sistemas de información
(allanamiento o intrusismo informá co), incluido por la Ley Orgánica
5/2010 mencionada, con alguna modificación. El acceso debe llevarse
sin autorización y vulnerando las medidas de seguridad para impedirlo,
por lo tanto, se quebranta el código de seguridad, de lo contrario no
estaría dentro del po. Este po concurre con el 197.1 y 2 cp,
procediendo al concurso medial del ar culo 77 cp, al igual que puede
45
ocurrir con otros preceptos, que se accede para descubrir secretos de
una empresa (278 cp) o secretos oficiales (598 y ss cp). En el apartado
2º, referido a la interceptación ilegal de datos informá cos, ya previsto
anteriormente en el 197.1 cp, se penaliza la interceptación no
autorizada de cualquier otra transmisión de datos que se produzca:
“desde, hacia o dentro de un sistema de información, incluidas las
emisiones electromagné cas de los mismos”.
Estos delitos serán perseguidos previa denuncia de la persona
agraviada, salvo en los casos de menores de edad y personas con
discapacidad que requieren de una especial protección. Tampoco será
exigida la denuncia si afecta a los intereses generales o a una pluralidad
de personas o cuando la conducta es come da por funcionario/
público/a prevaliéndose de su cargo.
3.5. Delitos de calumnias e injurias a través de las TIC
.
Ar culos 205 a 216 cp.
El Título XI del Libro II del Código Penal regula los delitos contra el
honor, que comprende n el capítulo I sobre el delito de calumnia (arts.
205 a 207), el capítulo II, sobre el delito de injuria (arts. 208 a 210) y el
capítulo III, sobre las disposiciones generales a ambos delitos (arts. 211
a 216). La mayoría de los ar culos señalados man enen su redacción
original, habiendo sufrido alguna modificación 4 de ellos que
destacaremos durante su análisis.
El delito de calumnia consiste en imputar a una persona un delito a
sabiendas de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad,
afectando con ello al honor, que como bien jurídico protegido y
conforme a la jurisprudencia del Tribunal Supremo (STS 73/2024, de 25
de enero, Roj: STS 352/2024) está ín mamente conectado con la
personalidad de cada individuo e influenciado por criterios culturales y
sociales existentes en cada momento.
46
La jurisprudencia requiere para la consumación del po, la atribución
de un hecho cons tu vo de delito a una persona concreta o varias
personas concretas, bien iden ficables, que, aunque no califique el
hecho conforme al Código Penal contenga los elementos requeridos
para el mismo, así como que se realice con dolo directo (con
conocimiento de su falsedad) o dolo eventual (con temerario desprecio
hacia la verdad).
Además de ello, debe ponderarse y resolver el conflicto que pueda
surgir con el derecho a la libertad de expresión, como pilar de una
sociedad libre y democrá ca. Ello requiere como señala la sentencia
referida: “efectuar un juicio de ponderación caso por caso, a fin de
determinar si el ejercicio legí mo de un derecho a la libertad de
expresión y tutela judicial efec va puede obrar como causa de
jus ficación de expresiones que en otro caso podrían cons tuir un
atentado contra el honor” (Fundamento Jurídico Cuarto de la STS
73/2024, de 25 de enero).
La pena que imponer está en función de la publicidad que se haga de la
calumnia, estableciendo prisión de seis meses a dos años, o multa de
doce a vein cuatro meses si es con publicidad o en caso contrario, de
seis a doce meses54. La persona acusada del delito de calumnia quedará
exenta si logra probar la comisión del hecho delic vo imputado.
54Este precepto fue modificado por la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre. Que
aumenta la pena de multa de 4 a 10 meses a 6 a 12 en caso de calumnias sin publicidad.
Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Bole n Oficial del Estado, 283, de 26
de noviembre de 2003. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2003/11/25/15
47
En cuanto al delito de injurias, regulado en el ar culo 208 55, requiere la
imputación de hecho o manifestación de juicios de valor mediante
acciones o expresiones que lesionen la dignidad de otra persona, ya sea
menoscabando su fama o atentando contra su propia es mación. Al
igual que en el delito de calumnias, el bien jurídico protegido es el
honor, referido a la dignidad de la persona por el hecho de serlo. La
Cons tución no reconoce el derecho al insulto, no podrán verterse
expresiones ofensivas o vejatorias para expresar opiniones o
informaciones.
La STS 344/2020, de 25 de junio, señala en relación con el honor que:
“es lábil y cambiante, en cuanto 'dependiente de las normas, valores e
ideas sociales vigentes en cada momento’ (STC 185/1989). Ahora bien,
cualesquiera que fueren estos, y siempre en relación con ellos, la
divulgación de cualesquiera expresiones o hechos concernientes a una
persona que la difamen o hagan desmerecer en la consideración ajena
o que afectan nega vamente a su reputación y buen nombre (art. 7.3 y
7 L.O. 1/1982) ha de ser calificada como intromisión ilegí ma en el
ámbito de protección del derecho al honor (STC 170/1994, de 7 de
junio)”. Y añade que: “el honor no solo se conforma con la fama que
pueda tener una persona, esto es, con su valoración social o con la
consideración que de ella puedan tener terceras personas, sino que
comporta también que nadie puede ser despreciado en el respeto
personal más elemental, impidiéndose que pueda sufrir una sensación
55Este precepto fue modificado Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se
modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, que añade al
segundo párrafo: “sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 4 del ar culo 173”,
referido a las injurias come das en el ámbito de la familia o pareja. Ya que el párrafo
segundo señala que solo serán cons tu vas de delitos de injurias las expresiones o
acciones que, por su naturaleza, efectos y circunstancias, sean tenidas en el concepto
público por graves.
Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal. Bole n Oficial del Estado, 77, de 31 de marzo de
2015. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2015/03/30/1/con
48
de bajeza humana que pueda socavar la propia autoes ma del
individuo”.
Las injurias pueden realizarse verbalmente, por escrito, de forma
simbólica o por gráfico; deben tener un significado obje vo y
gravemente ofensivo y, para ello, se requiere tener en cuenta las
circunstancias que rodean la acción y el uso del lenguaje, así como el
contexto en el que se produce. Solo las injurias graves serán
cons tu vas de delitos, salvo que se traten de injurias o vejaciones
come das sobre una persona de la familia enumeradas en el ar culo
173.2 cp, en tal caso, se regularán conforme al ar culo 173.4 cp como
injurias leves.
La acción debe realizarse con el ánimo de menospreciar, desacreditar,
deshonrar, con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio
hacia la verdad. Y, además, con lo que se ha venido denominando
“animus injuriandi”, con un dolo específico que implica la intención de
causar un ataque a la dignidad ajena, ofender la dignidad personal,
menoscabar la fama de la persona o atentar su propia es ma , como lo
indica la STS 344/2020, de 25 de junio.
La pena prevista para las injurias graves hechas con publicidad es de
multa de seis a catorce meses, y sin ella, de tres a siete meses. Cuando
se trate de imputaciones dirigidas a funcionarios/as públicos/as sobre
hechos rela vos al ejercicio de su cargo o infracciones administra vas,
quedará exento de responsabilidad penal quien las hubiera come do,
si prueba la verdad de las imputaciones ver das.
Se considera que habrá publicidad cuando se propaguen por imprenta,
radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante (art. 211),
resultando responsable civil solidaria la/s persona/s propietaria/s del
medio a través del cual se haya propagado la calumnia o injuria (art.
212). En el caso de haberse llevado a cabo la acción por precio,
49
recompensa o promesa, se impondrán, además de las penas previstas
en su caso, la de inhabilitación especial para empleo o cargo público
(art. 42) o para profesión, oficio, industria o comercio u otras
ac vidades (art. 45) por empo de seis meses a dos años (art. 213).
Si hubiere arrepen miento por parte de quien comete la calumnia o
injuria ante la autoridad judicial, sobre la falsedad o falta de certeza de
las imputaciones, o se retracte de ella, le será impuesta la pena inferior
en grado. Dicha retractación o reconocimiento podrá ser publicado por
autorización judicial si la persona ofendida lo interesara, en el mismo
medio en el que se difundió la calumnia o injuria (art. 214). Asimismo,
se requiere que la persona ofendida o su representante sea quien
interponga querella, salvo que se trate de funcionar ia/o pública/o,
autoridad o agente de la autoridad, sobre hechos referentes al ejercicio
de sus cargos que se procederá de oficio. El perdón de la persona
ofendida ex ngue la acción penal, salvo que se trate de menores de
edad o de persona con discapacidad necesitada de especial protección
(art. 21556).
Tanto en el delito de calumnia como en el de injuria, la reparación del
daño comprende también la publicación o divulgación de la sentencia
condenatoria, a cargo de la persona condenada por tales delitos, e n el
empo y forma que el/la Juez/a considere más adecuado a tal fin, oídas
las dos partes (art. 216).
56 Este precepto en su redacción original señalaba que bastaría una denuncia, en lugar
de querella, cuando la persona ofendida fuera funcionaria/o pública/o, a diferencia de
la redacción actual, que establece que se procederá de oficio en tal caso, introducida
por Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica
10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
50
El delito de calumnia consiste en imputar a una persona un delito a
sabiendas de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad; y el
delito de injurias consiste en imputar a una persona un hecho o
manifestación de juicios de valor mediante acciones o expresiones
que lesionen la dignidad de otra persona, ya sea menoscabando su
fama o atentando contra su propia es mación. En ambos casos es
necesario que afecte al bien jurídico protegido del honor,
ín mamente conectado con la personalidad de cada individuo/a, e
influenciado por criterios culturales y sociales existentes en cada
momento.
3.6. Delitos de extorsión, estafa y daño informá co.
3.6.1. Extorsión del ar culo 243 del código penal
El delito de extorsión, regulado en el ar culo 243 cp, es aquel por el que
una persona obliga a otra, mediante violencia o in midación, y con
ánimo de lucro, a realizar u omi r un acto o negocio jurídico en
detrimento de su patrimonio o en el de una tercera persona. Se trata
de un precepto que man ene su redacción original.
Tal como señala el Tribunal Supremo, se trata de compeler a otro con
propósito defraudatorio y con ánimo de lucro, mediando violencia o
in midación, para que realice u omita un acto o negocio jurídico. El
hecho se consuma cuando se logra el fin perseguido, tras ejercer la
violencia o in midación. La obtención efec va del lucro pertenece a la
fase de agotamiento, y no a la de consumación delic va, de tal forma
que lo que cons tuye el núcleo mismo del delito es la finalidad
perseguida de imponer a una persona, contra su voluntad, ejecutar un
acto disposi vo de su patrimonio (STS 1022/2009, de 22 de octubre).
De conformidad con dicha sentencia, en el delito de extorsión la acción
51
impuesta, contra su voluntad, al sujeto /a pasivo/a debe estar presidida
por el deseo del autor/a de obtener un beneficio para sí mismo/a o para
una tercera persona.
La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid nº 610/2021, de 7 de
octubre (Roj: SAP M 12786/2021), confirmada en apelación y en
casación por la STS 412/2024, de 16 de mayo (Roj: STS 2636/2024),
aborda el delito de extorsión. Según los hechos probados, el procesado
de 26 años contactó con la víc ma, de 15 años, por internet. Quedaron
en dos ocasiones y mantuvieron relaciones sexuales, decidiendo ella no
con nuar con los encuentros. El procesado le amenazó con pegarle y
con contarle a su madre lo que había sucedido si no le abonaba una
can dad de dinero. La víc ma entregó lo solicitado si bien el
procesado volvió a pedirle dinero, esta vez sin éxito. Señala la sentencia
que esta conducta encaja en el po previsto y penado en el art. 243 cp,
además del delito de agresión sexual a un/a menor de 16 años.
En nuestro ordenamiento jurídico no se encuentra regulada la figura de
la sextorsión como modalidad por la cual se ejerce la in midación
sobre una persona para que la persona lleve a cabo conductas de
contenido sexual. Como señala el magistrado del Tribunal Supremo,
Magro Servet, hubiera sido una gran oportunidad que la Ley Orgánica
10/2022 o la Ley Orgánica 4/2023, que reforman el código penal en
materia de delitos sexuales, lo hubieran contemplado. Regular la figura
de la sextorsión como acción pica y an jurídica, una vez que ha sido
aceptada por la jurisprudencia del Tribunal Supremo, permi ría luchar
mejor contra este fenómeno. No obstante, puede seguirse cas g ando
por la vía de los delitos contra la libertad sexual de los arts. 178 y ss cp,
pero sería deseable que estuviera pificado como tal, a efectos de
picidad y respeto al principio de legalidad 57.
57Magro Servet, Vicente, Cómo prevenir la sextorsión y cómo se sancionan los ataques
sexuales online tras la Ley Orgánica 4/2023, de 27 de abril, Diario LA LEY, nº 10290,
Sección Doctrina, 19 de mayo de 2023.
52
También, en relación a la extorsión, señala la Memoria de la Fiscalía
General del Estado de 2023, que hay conductas de personas que
aprovechan la red para simular entablar una relación amorosa con otra
persona y le solicita realizar determinadas acciones ín mas frente a la
cámara que graba sin consen miento, ge neralmente de carácter
sexual, las cuales u liza posteriormente para exigir desembolsos
económicos o la realización de actuaciones no deseadas. Si bien estos
hechos podrían llevarse por estafa, como veremos en el siguiente
epígrafe, el mismo podría incardinarse en el delito de extorsión del art.
243 cp.
Indica la Memoria que, en supuestos de este po, la adecuada
calificación dependerá de las concretas circunstancias concurrentes, si
bien se decantan hacia las pologías señaladas dado que el bien jurídico
atacado es la libertad de acción de la víc ma. Son conductas que
preocupan a la Fiscalía por: “las ventajas que ofrece el entorno virtual
para su planificación y ejecución, por la intervención en su comisión de
grupos de delincuencia organizada y por la asiduidad con la que se
producen, causando serios perjuicios a los afectados/as no solo
económicos sino especialmente de carácter moral, de tal gravedad que
pueden llegar a poner en riesgo su propia vida como lamentablemente
hemos constatado en alguna ocasión”58.
Se comete delito de extorsión, cuando una persona obliga a otra,
mediante violencia o in midación, y con ánimo de lucro, a realizar u
omi r un acto o negocio jurídico en detrimento de su patrimonio o
en el de una tercera persona.
58 Fiscalía General del Estado, Memoria 2023… op. cit., p. 10.
53
3.6.2. Estafas del ar culo 248 y ss del código penal.
El delito de estafa, regulado en los ar culos 248 y 249 cp, establece que:
“cometen estafa los que, con ánimo de lucro, u lizaren engaño
bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de
disposición en perjuicio propio o ajeno”, configurándose la pena en
función del importe de lo defraudado, el quebranto económico
causado al perjudicado/a, las relaciones entre defraudador/a y víc ma,
los medios empleados, y cualquier otra circunstancia que permita
valorar la gravedad de la infracción.
El elemento central de la estafa es el engaño que concurre, el cual ha
de ser suficiente y proporcional para la consecución de los fines
propuestos, parecer serio y real, de forma que sea capaz de conducir a
error a la víc ma y lograr que ésta lleve a cabo un traspaso patrimonial,
en perjuicio de sí misma. Debe concurrir un ánimo de lucro explícito
por parte de quien infringe y exis r un nexo causal entre el engaño y el
perjuicio sufrido.
Las estafas abarcan una gran variedad de conductas delic vas que
obedecen a dinámicas criminales diferentes, aunque tengan en común
el desplazamiento patrimonial irregular en perjuicio de otra persona y
en beneficio de quien delinque o un tercero. El nivel de conec vidad
entre personas que proporcionan las tecnologías facilita la difusión del
engaño como vector esencial sobre la que se ar cula la estafa
tradicional. Así pueden señalarse como ejemplo y entre otras, la estafa
del amor.
En estas estafas, el fraude se basa en la búsqueda de pareja en internet,
para lo cual quien lleva a cabo el fraude crea perfiles falsos en
aplicaciones de citas en línea a fin de obtener información de las
personas con las que contactarán para posteriormente, obtener un
54
beneficio económico en perjuicio de esta. El modus operandi puede ser
tan diverso como personas hay, pero es común en este po de estafas
contactar con personas interesadas en establecer una relación de
amistad. Una vez ha conseguido la confianza de la persona obje vo de
la estafa, le hace creer que ene penuria económica para lograr que le
envíe cierta can dad de dinero.
La Memoria de la Fiscalía General del Estado de 2024 59, señala que las
estafas por Internet están creciendo de forma alarmante afectando a
un número cada vez mayor de personas que se ven implicadas en
procedimientos judiciales, bien porque han sido engañadas o porque
han suplantado su iden dad para cometer alguna estafa y son objeto
de reclamaciones económicas de ac vidades en las que no han
intervenido.
En el delito de estafa el elemento central es el engaño. Este debe ser
suficiente y proporcional para que la víc ma lleve a cabo el traspaso
patrimonial en perjuicio propio o ajeno. Asimismo, debe concurrir un
ánimo de lucro explícito por parte de quien lo infringe. Y, por úl mo,
debe exis r un nexo causal entre el engaño y el perjuicio sufrido.
3.6.3. Daños informá cos del ar culo 264 y ss del código
penal
El delito de daños informá cos graves, regulado (el po básico) en el
ar culo 264, establece que será condenado por este delito el que: “por
cualquier medio, sin autorización y de manera grave borrase, dañase,
deteriorase, alterase, suprimiese o hiciese inaccesibles datos
informá cos, programas informá cos o documentos electrónicos
ajenos, cuando el resultado producido fuera grave”.
59 Fiscalía General del Estado, Memoria 2024… op.cit., p. 15.
55
Este delito introducido por la Ley Orgánica 5/2010, y modificado por la
Ley Orgánica 1/2015, pretende abarcar todas las posibles conductas
que puedan afectar a los elementos informá cos, tanto las que
impliquen destrucción, total o parcial, como las que comporten
modificación, que podría producirse por alteración o por eliminación,
supresión o borrado parcial del elemento afectado, como la
incorporación de nuevos datos que varíen el alcance o contenido inicial
de tales elementos informá cos. La conducta de “hacer inaccesible”
implica los casos en los que la acción ilícita sobre los datos o programas
informá cos, o cualquier documento electrónico produce la
imposibilidad de acceder a ellos, como ocurre con el programa
malicioso “ransomware”, que no permite el acceso a determinadas
partes o archivos del sistema que se encuentre infectado y solo se
podría recuperar el acceso si se entrega al rescate solicitado por el/la
atacante 60.
Respecto a la “gravedad” del resultado producido, señala la Circular
3/2017 de la Fiscalía que, los criterios para medirla van desde el valor
de la destrucción defini va de los datos informá cos, al valor
económico cuan ficable del coste de restablecer el sistema, programas
o datos afectados, incluido el perjuicio económico supuesto durante el
periodo de empo en que los sistemas estuvieron sin poderse u lizar.
Hay que añadir a ello la desconfianza social generada hacia la en dad,
empresa o marca afectada, el valor reputacional.
En este sen do lo indica también la STS 91/2022, de 7 de febrero, que,
haciéndose eco de la Circular de la Fiscalía, considera que la gravedad
pica se alcanza cuando es imposible recuperar la opera vidad del
sistema o cuando se requieren esfuerzos notables de dedicación
técnica y económica para recomponerlo (Fundamento Jurídico Quinto).
60 Circular 3/2017, op. cit., p. 21.
56
Marco norma vo
4. MARCO NORMATIVO
4.1. Internacional
· Declaración Universal de los Derechos Humanos 61 proclamada
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10
de diciembre de 1948, en su (Resolución 217 A (III)) como un
ideal común para todos los pueblos y naciones.
· Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer. Adoptada y abierta a la firma y
ra ficación, o adhesión, por la Asamblea General en su
resolución 34/180, de 18 de diciembre de 197962.
· Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer.
20 de diciembre de 199363.
· Declaración y Plataforma de Acción de Beijing 1995. Cuarta
Conferencia Mundial sobre la Mujer. Beiijing, China. 4 -15 de
sep embre de 199564.
61 Asamblea General de la ONU (1948). Declaración Universal de los Derechos
Humanos. Resolución 217 A (III), 10 de diciembre. Disponible en:
h ps://www.un.org/es/about-us/universal-declara on-of-human-rights
62 Asamblea General de la ONU (1979). Convención sobre la eliminación de todas las
formas de discriminación contra la mujer. Adoptada y abierta a la firma y ra ficación,
o adhesión. Resolución 34/180, de 18 de diciembre. Disponible en:
h ps://www.ohchr.org/es/instruments -mechanisms/instruments/conven on-
elimina on-all-forms-discrimina on-against-women
63 Asamblea General de la ONU, Declaración sobre la eliminación…, op. cit., p. 5.
64 Declaración y Plataforma de Acción de Beijing (1995). Cuarta Conferencia Mundial
sobre la Mujer. Disponible en:
h ps://www.un.org/es/conferences/women/beijing1995
58
4.2. Regional
· Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea
(2000)65.
· Instrumento de Ra ficación del Convenio sobre la
Ciberdelincuencia, hecho en Budapest el 23 de noviembre de
200166.
· Instrumento de Ra ficación del Convenio del Consejo de
Europa para la protección de los niños contra la explotación y
el abuso sexual, hecho en Lanzarote el 25 de octubre de 2007 67.
· Direc va 2011/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo,
de 5 abril de 2011 rela va a la prevención y lucha contra la trata
de seres humanos y a la protección de las víc mas y por la que
se sus tuye la Decisión marco 2002/629/JAI del Consejo 68.
· Convenio del Consejo de Europa para prevenir y comba r la
violencia contra la mujer y la violencia domés ca de 2011
(Convenio de Estambul)69.
· Direc va (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del
Consejo, de 14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la
violencia contra las mujeres y la violencia domés ca 70.
65 Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000). Diario Oficial de
la Unión Europea, C202/02, de 7 de junio de 2016. Disponible en:
h p://data.europa.eu/eli/treaty/char_2016/oj
66 Instrumento de Ra ficación del Convenio sobre la Ciberdelincuencia, op. cit., p. 8.
67 Instrumento de Ra ficación del Convenio del Consejo de Europa para la protección
de los niños contra la explotación y el abuso sexual, op. cit., p. 18.
68 Direc va 2011/36/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de abril de 2011,
rela va a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de
las víc mas y por la que se sus tuye la Decisión marco 2002/629/JAI del Consejo. Diario
Oficial de la Unión Europea, 101, de 15 de abril de 2011. Disponible en:
h p://data.europa.eu/eli/dir/2011/36/oj
69 Consejo de Europa, Convenio…, op. cit., p. 5.
70 Direc va (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, op. cit., p. 8.
59
4.3. Nacional
· Cons tución española, 197871.
· Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal 72.
· Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica
del Menor, de modificación parcial del Código Civil y de la Ley
de Enjuiciamiento Civil73.
· Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de
protección de las víc mas de la violencia domés ca 74.
· Ley Orgánica 11/2003, de 29 de sep embre, de medidas
concretas en materia de seguridad ciudadana, violencia
domés ca e integración social de los extranjeros 75.
· Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de Género 76.
71 Cons tución Española. Bole n Oficial del Estado, 311, de 29 de diciembre de 1978.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/c/1978/12/27/(1)/con
72 Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Bole n Oficial del
Estado, 281, de 24 de noviembre de 1995. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/lo/1995/11/23/10/con
73 Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, de
modificación parcial del Código Civil y de la Ley de Enjuiciamiento Civil. Bole n Oficial
del Estado, 15, de 17 de enero de 1996. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/lo/1996/01/15/1/con
74 Ley 27/2003, de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de las víc mas de
la violencia domés ca. Bole n Oficial del Estado, 183, de 1 de enero de agosto de 2003.
Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/l/2003/07/31/27/con
75 Ley Orgánica 11/2003, de 29 de sep embre, de medidas concretas en materia de
seguridad ciudadana, violencia domés ca e integración social de los extranjeros .
Bole n Oficial del Estado, 234, de 30 de sep embre de 2003. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2003/09/29/11/con
76 Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra
la Violencia de Género. Bole n Oficial del Estado, 313, de 29 de diciembre de 2004.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2004/12/28/1/con
60
· Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efec va
de mujeres y hombres77.
· Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víc ma del
delito78.
· Real Decreto 1109/2015, de 11 de diciembre, por el que se
desarrolla la Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la
víc ma del delito, y se regulan las Oficinas de Asistencia a las
Víc mas del Delito79.
· Pacto de Estado. Documento Refundido de Medidas del Pacto
del Estado en materia de Violencia de Género. Congreso +
Senado80.
· Real Decreto-ley 9/2018, de 3 de agosto, de medidas urgentes
para el desarrollo del Pacto de Estado contra la violencia de
género 81.
· Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la
infancia y la adolescencia frente a la violencia82.
77 Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efec va de mujeres y
hombres. Bole n Oficial del Estado, 71, de 23 de marzo de 2007. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2007/03/22/3/con
78 Ley 4/2015, de 27 de abril, del Estatuto de la víc ma del delito. Bole n Oficial del
Estado, 101, de 28 de abril de 2015. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/l/2015/04/27/4/con
79 Real Decreto 1109/2015, de 11 de diciembre, por el que se desarrolla la Ley 4/2015,
de 27 de abril, del Estatuto de la víc ma del delito, y se regulan las Oficinas de Asistencia
a las Víc mas del Delito. Bole n Oficial del Estado, 312, de 30 de diciembre de 2015.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/rd/2015/12/11/1109/con
80 Pacto de Estado contra la violencia de género (2019) . Documento Refundido de
Medidas del Pacto del Estado en materia de Violencia de Género. Congreso + Senado .
Disponible en: h ps://violenciagenero.igualdad.gob.es/fondos-pacto-de-estado-
contra-la-violencia-de-genero-para-comunidades-autonomas/
81 Real Decreto-ley 9/2018, de 3 de agosto, de medidas urgentes para el desarrollo del
Pacto de Estado contra la violencia de género. Bole n Oficial del Estado, 188, de 4 de
agosto de 2018. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/rdl/2018/08/03/9/con
82 Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la
adolescencia frente a la violencia. Bole n Oficial del Estado, 134, de 5 de junio de 2021.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2021/06/04/8/con
61
· Plan Estratégico para la igualdad efec va de mujeres y
hombres 2022-202583.
· Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y
la no discriminación84.
· Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre, de garan a integral
de la libertad sexual85.
· Orden PCM/126/2023, de 10 de febrero, por la que se crea y
regula la Comisión de seguimiento de la Ley Orgánica 8/2021,
de 4 de junio, de protección integral de la infancia y la
adolescencia frente a la violencia86.
· Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efec va
de las personas trans y para la garan a de los derechos de las
personas LGTBI87.
· Ley Orgánica 2/2024, de 1 de agosto, de representación
paritaria y presencia equilibrada de mujeres y hombres 88.
83 Ins tuto de las mujeres (2022). Plan Estratégico para la igualdad efec va de mujeres
y hombres 2022-2025.
Disponible en: h ps://www.inmujeres.gob.es/elIns tuto/PlanesEstrategicos/
84 Ley 15/2022, de 12 de julio, integral para la igualdad de trato y la no discriminación.
Bole n Oficial del Estado, 167, de 13 de julio de 2022. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/l/2022/07/12/15/con
85 Ley Orgánica 10/2022, op. cit., p.19.
86 Orden PCM/126/2023, de 10 de febrero, por la que se crea y regula la Comisión de
seguimiento de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral de la
infancia y la adolescencia frente a la violencia. Bole n Oficial del Estado, 38, de 14 de
febrero 2023. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/o/2023/02/10/pcm126/con
87 Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efec va de las personas trans y
para la garan a de los derechos de las personas LGTBI. Bole n Oficial del Estado, 51,
de 1 de marzo de 2023. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/l/2023/02/28/4/con
88 Ley Orgánica 2/2024, de 1 de agosto, de representación paritaria y presencia
equilibrada de mujeres y hombres. Bole n Oficial del Estado, 186, de 2 de agosto de
2024. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es/lo/2024/08/01/2/con
62
4.4. Autonómico
· Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la
igualdad de género en Andalucía 89.
· Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de prevención y
protección integral contra la violencia de género 90.
· Ley 8/2017, de 28 de diciembre, para garan zar los derechos,
la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI
y sus familiares en Andalucía91.
· Ley 4/2021, de 27 de julio, de infancia y adolescencia de
Andalucía92.
89 Ley 12/2007, de 26 de noviembre, para la promoción de la igualdad de género en
Andalucía. Bole n Ofical del Estado, 247, de 18 de diciembre 2007. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es-an/l/2007/11/26/12/con
90 Ley 13/2007, de 26 de noviembre, de medidas de prevención y protección integral
contra la violencia de género. Bole n Oficial del Estado, 247, de diciembre de 2007.
Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es-an/l/2007/11/26/13/con
91 Ley 8/2017, de 28 de diciembre, para garan zar los derechos, la igualdad de trato y
no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares en Andalucía. Bole n Oficial
del Estado, 10, de 15 de enero de 2018. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es-
an/l/2017/12/28/8/con
92 Ley 4/2021, de 27 de julio, de Infancia y Adolescencia de Andalucía. Bole n Oficial
del Estado, 189, de 9 de agosto de 2021. Disponible en: h ps://www.boe.es/eli/es-
an/l/2021/07/27/4/con
63
Análisis de sentencias
5. ANÁLISIS DE SENTENCIAS
5.1. Metodología
El presente estudio ha desarrollado un análisis jurídico de sentencias en
materia de violencia digital de género que servirá de recurso para
profesionales que enen a su cargo la prevención, atención y asistencia
de las víc mas de esta violencia; permi rá detectar de forma temprana
en los colec vos más vulnerables como adolescentes y jóvenes los
delitos que integran esta violencia; fortalecerá la respuesta judicial dada
a la violencia digital de género; propondrá, en su caso, mejoras al Pacto
de Estado93; y favorecerá la generación de una mayor conciencia social
sobre la gravedad de este po de violencia digital contra las mujeres.
La metodología seguida en el estudio ha sido la siguiente:
5.1.1. Criterios para la búsqueda y selección de sentencias
Se ha llevado a cabo una búsqueda y selección de sentencias que ha
tenido como fuente principal la base de datos del Consejo General del
Poder Judicial, a través del Centro de Documentación Judicial (CENDOJ),
órgano técnico encargado de la publicación oficial de la jurisprudencia.
93El Pacto de Estado contra la Violencia de Género, adoptado en 2017, refleja el gran
acuerdo polí co dirigido a reforzar la protección de las mujeres contra la violencia y a
adoptar una definición más amplia de violencia contra las mujeres. Fue una inicia va
propuesta desde Andalucía, ante el problema estructural de la violencia de género que
con el uso de las TIC ampliaba sus redes de some miento y control en la juventud y
perpetuaba los roles sexistas, tal como se reflejaba en el documento “Propuesta desde
Andalucía: Por un Pacto de Estado para la Erradicación de la Violencia contra las
Mujeres”.
Consejería de Igualdad y Polí cas Sociales. Propuesta desde Andalucía: Por un Pacto de
Estado para la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres. Disponible en:
h ps://www.juntadeandalucia.es/organismos/saludyconsumo/areas/salud-
vida/adulta/paginas/propuesta-pacto-erradicacion.html
65
Se han u lizado como filtro principal la búsqueda de sentencias del
Tribunal Supremo y del Tribunal Superior de Jus cia de Andalucía, que
son el obje vo del presente estudio.
Los delitos que han sido analizados son los pificados en los siguientes
ar culos del Código Penal: 172 ter, 173, 183 ter, 197, 197 bis, 205 a 216,
243, 248 y 264, por lo que se han estudiado las sentencias referidas a
tales delitos de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, así como las de
la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Jus cia de Andalucía
en el periodo comprendido entre 2019 y 2024.
Considerando las limitaciones encontradas en la selección de
sentencias de algunos delitos, se ha acudido a algunas sentencias de
Audiencias Provinciales o de Juzgados de lo Penal tanto de Andalucía
como de otras comunidades autónomas (CCAA). Ha sido una condición
indispensable que la víc ma fuera mujer, que el hecho se come era en
el ámbito digital o mediante disposi vos tecnológicos y que el agresor
fuera un hombre. En algunas de las sentencias analizadas hemos
encontrado más de una víc ma, pero siempre es mujer (niña, joven o
adulta).
Por lo tanto, para la búsqueda de sentencias en la base de datos del
CENDOJ, se u lizaron en primer lugar, los filtros señalados del ar culo
objeto de estudio, el Tribunal sentenciador y Sala, el po de resolución,
solo sentencias y el periodo de búsqueda, de 2019 a 2024.
En segundo lugar, y tras la primera discriminación, se procedió a leer el
resumen que con ene cada sentencia y se descartaron aquellas que no
se correspondían con el delito a estudiar, seleccionando el resto para su
posterior lectura, incluso aquellas otras cuyo resumen no daban
información clara sobre el delito que trataba.
66
En tercer lugar, se leyó de las sentencias seleccionadas, aquella parte
referida a los “hechos probados” 94 y se descartaron las que no
contemplaban la comisión del delito de forma digital y las que no
contemplaban los delitos objeto de estudio.
Cabe señalar que, en la discriminación de las sentencias, se
seleccionaron algunas que, pese a no ser estrictamente objeto de
estudio, se consideraron que trataban cues ones de interés para el
estudio, como la agravante de género o de parentesco, la perspec va
de género, las redes sociales como un espacio de lugar de comisión del
delito, la atenuante de la reparación del daño, la declaración de la
víc ma, o cualquier otro dato de interés para el estudio.
Teniendo en cuenta que la base de datos ofrece máximo 20 páginas de
búsqueda sobre una materia o un ar culo y cada página con ene 10
sentencias, en algunos de los delitos se han podido contar hasta 200
sentencias para su selección, como en el caso del delito de revelación
de secretos del art. 197 cp, el delito contra la integridad moral del art.
173 cp, los delitos contra el honor (injurias y calumnias) de los ar culos
205 a 2016 cp, o las estafas del art. 248 cp. Así, el total de sentencias
que en primer lugar fueron seleccionadas fueron 2.683, de las cuales,
tras leer el resumen de estas, se redujo a la mitad y de ahí, tras leer los
hechos probados, a poco más de 500 sentencias. Finalmente, y
conforme a los criterios establecidos, seleccionamos las 39 sentencias
que han sido analizadas tanto cuan ta vamente como
cualita vamente, sin perjuicio del examen de otras de interés para el
estudio cualita vo. Además, en algunas sentencias se ha u lizado la
94Es la parte de la sentencia en la que se hace un relato histórico de los hechos que son
objeto de enjuiciamiento. Y que la autoridad judicial considera como ciertos y
relevantes para el fallo de la sentencia.
67
técnica de la “ingeniería inversa”95, de tal forma que se han analizado
las sentencias en las que se han basado los argumentos de la sentencia
objeto de estudio, especialmente en las más recientes.
Nos hemos encontrado con la limitación de que en los delitos de fraude
informá co y estafas (arts. 248 y 249 cp), así como en el de daño
informá co (art. 264 cp), no contamos con sentencias del Tribunal
Supremo o del Tribunal Superior de Jus cia de Andalucía, conforme a
los criterios establecidos.
5.1.2. La categorización de casos para el análisis estadís co
Para el estudio cuan ta vo de casos de violencia digital de género que
han llegado al Tribunal Supremo y Tribunal Superior de Jus cia de
Andalucía y que por lo tanto no forman parte de la “cifra oculta”96, se
ha realizado una clasificación de las sentencias seleccionadas, conforme
a diferentes categorías y variables, como puede observarse en la
herramienta de análisis estadís co siguiente:
95Se llama “ingeniería inversa” al proceso que permite conocer cómo se diseñó o
construyó un determinado producto, trabajando hacia atrás hasta su diseño original.
96
Se denomina “cifra oculta” a la cifra invisible de conductas delic vas que no
han sido denunciadas, y que por lo tanto no están reflejadas en las estadís cas
oficiales, si bien, se ene conocimiento de que se han producido. En el caso de
la violencia de género digital, son los delitos de esta violencia, come dos y no
denunciados.
68
CATEGORIZACIÓN DE CASOS VARIABLES CATEGORÍAS
Edad de la víc ma Edad a los hechos, no consta,
discapacidad.
Sexo de la víc ma Femenino, masculino, desconocido.
PERFIL DE LA VÍCTIMA
Esposa, exesposa, pareja, expareja,
menor embaucada, hija, amiga,
Relación con el agresor exempleadora, exempleada,
sobrina, conocida de recursos
humanos (RRSS).
Convivencia con el agresor Sí, no, no consta.
Hijos/as en común Sí, no, no consta.
Hijos/as solo de la víc ma Sí, no, no consta.
Edad del agresor Edad a los hechos, no consta.
Sexo del agresor Femenino, masculino, desconocido.
Esposo, exesposo, pareja, expareja,
PERFIL DEL AGRESOR embaucador tecnológico, padre,
Relación con la víc ma amigo, exempleado, o, conocido
de RRSS.
Convivencia con la víc ma Sí, no, no consta.
Sí, con antecedentes computables al
caso; sí, con antecedentes ya
Reincidente cancelados; sí, con antecedentes no
computables al caso; no, sin
antecedentes; no consta.
HECHOS DENUNCIADOS Lugar de comisión del hecho Fuera de línea (offline), online, ambos.
Medidas cautelares tras la
Sí, no.
denuncia
ADOPCIÓN DE MED CAUT
Aproximación, comunicación, otras,
Tipo de medidas
No aplica N/A.
69
CATEGORIZACIÓN DE CASOS VARIABLES CATEGORÍAS
CONDENA EN CASACIÓN. 172 ter, 173, 183 ter, 197, 197 bis, 205
Tipo/delito
TIPIFICACIÓN a 216, 243, 248 y 264.
Violencia de género Offline, online, ambas.
Concurrencia de otros delitos Sí, no.
172 ter, 173, 183 ter, 197, 197 bis, 205
Tipo/delito 2 a 216, 243, 248 , 264 y otros.
172 ter, 173, 183 ter, 197, 197 bis, 205
Tipo/delito 3
a 216, 243, 248 , 264 y otros.
Pena prisión + Sí, no.
CONDENA EN CASACIÓN Pena susp. rég. visitas hijos/as Sí, no, no consta, no aplica -N/A.
Contenidos digitales Sí, no.
Eliminado, frenado, no aplica - N/A,
Control digital
decomiso, otros.
Género, parentesco, ambas, no,
Agravantes
ninguna.
Perspec va de género Sí, (explica la respuesta), no.
Alteración vida Sí, no, no consta.
CONSECUENCIAS PARA LA VÍCTIMA
Impacto psicológico Sí, no, no consta.
Secuelas Sí, no, no consta.
70
5.1.3. Propósito del estudio cualita vo
Tras el análisis estadís co basado en los criterios anteriores, se ha
llevado a cabo un estudio en profundidad de las sentencias más
relevantes conforme a la siguiente información:
ESTUDIO CUALITATIVO
Hechos probados.
Argumentos legales presentados por las partes.
Fundamentos jurídicos esgrimidos para el fallo.
Pruebas consideradas para el fallo de la sentencia.
Enfoques adoptados por los tribunales, como el
Análisis de criterio para la aplicación de la agravante genérica
de discriminación por razones de género del
ar culo 22. 4ª cp, o la aplicación de la circunstancia
mixta de parentesco del ar culo 23 cp.
La incorporación de la perspec va de género en los
hechos probados y en la fundamentación jurídica.
El impacto diferenciado de la violencia digital entre
mujeres y hombre. Mención de norma va, doctrina
o jurisprudencia internacional trascendental.
Patrones en las decisiones judiciales.
Interpretación de leyes específicas.
Iden ficación de Aplicación de precedentes.
Existencia de buenas prác cas que sirvan de
referencia para otras sentencias y resolución de
casos de ciberviolencia contra las mujeres.
71
Juzgar con perspec va de género cons tuye una metodología o técnica
jurídica que permite visibilizar y erradicar, mediante la interpretación y
aplicación de las normas en sede judicial, los prejuicios que generan y
sustentan las desigualdades de derechos y oportunidades entre
mujeres y hombres97. Se trata de un mandato legisla vo contenido en
la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efec va de
Mujeres y Hombres, cuyo ar culo 4 obliga a la integración del principio
de igualdad en la interpretación y aplicación de las normas, y que
encuentra un amplio respaldo en la norma va y doctrina
internacionales. Así, el Comité para la eliminación de la discriminación
contra la mujer, ha sostenido que las “resoluciones insensibles al
género” inciden nega vamente en la calidad de las leyes, y que: “las
mujeres deben poder confiar en un sistema de jus cia libre de mitos y
estereo pos y en un poder judicial cuya imparcialidad no se vea
comprome da por estas suposiciones sesgadas”98.
En España, una sentencia pionera que ha marcado un punto de inflexión
en este ámbito ha sido la dictada por la jueza Gloria
Poyatos, Magistrada del Tribunal Superior de Jus cia de Canarias. En
este fallo se aplica, por primera vez, la técnica de juzgar con perspec va
de género en nuestro país, en un caso en el que otorga la pensión de
viudedad a una mujer divorciada víc ma de violencia de género99.
97 Jiménez, A. (2018). Juzgar con perspec va de género en la Jurisdicción de lo Socia l.
Ponencia impar da en las 2as. Jornadas Jurídicas de Derecho Laboral y Sindical del
Gabinet Tècnic Jurídic de CCOO de Cataluña “La precariedad laboral: desigualdad y
discriminación”. Barcelona, 8 de noviembre.
98 ONU: Comité para la Eliminación de la Discriminación Contra la Mujer (CEDAW),
Recomendación General Nº 33 sobre el acceso de las mujeres a la jus cia.
CEDAW/C/GC/33, 3 de agosto de 2015.
99 Tribunal Superior de Jus cia de Las Palmas de Gran Canaria (Sala de lo Social),
Sentencia Nº 242/2017 de 7 de marzo de 2017 (Roj: STSJ ICAN 421/2017).
72
Se trata, en defini va, de que se tome en consideración una nueva
dimensión interpreta va de la realidad, que integra el “género” (lo
“cultural” o “aprendido”) como categoría jurídica que ampara los
derechos de las mujeres, y que es diferente del sexo (aquello que es
“biológico”)100.
El análisis se ha llevado a cabo de manera é ca, con conciencia de la
información sensible y personal que se está examinando.
5.2. Aproximación cuan ta va
* Hay que recordar que por la ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre,
de garan a integral de la libertad sexual, se modificaron los delitos
contra la libertad sexual suponiendo ello un cambio tanto en la
numeración del ar culado como en su nomenclatura, desapareciendo
la diferencia entre abuso y agresión sexual, indemnidad sexual, entre
otros. No obstante, en este apartado y en el siguiente, se hace un
análisis de los delitos anteriores a esta ley por lo que la numeración y
nomenclatura son anteriores a las úl mas reformas.
El presente estudio está centrado en los casos de violencia de género
digital que han sido denunciados y concretamente en los que han
llegado al Tribunal Supremo o al Tribunal Superior de Jus cia de
Andalucía, por lo que somos conscientes de la limitación de las cifras
100 Torres Díaz, María Concepción. Jus cia y género: de la teoría iusfeminista a la
prác ca judicial. En Revista catalana de derecho público (5 de abril de 2017). En opinión
de la profesora de derecho cons tucional de la Universidad de Alicante y secretaria de
la Red Feminista de Derecho Cons tucional, María Concepción Torres Díaz, juzgar con
perspec va de género supone: “1. La traslación a la prác ca del iusfeminismo como
teoría crí ca del Derecho a través de la implementación de la perspec va de género de
forma inequívoca en un caso concreto. 2. La centralidad del ‘género’ como categoría
jurídica con la capacidad suficiente de erigirse en una garan a específica para el
reconocimiento, la tutela y protección de los derechos de las mujeres”.
73
que se manejan101. Sin embargo, pese a ello, se ofrece en este apartado
información cuan ta va de las sentencias analizadas, teniendo en
cuenta las categorías y variables señaladas en la metodología.
Tal como se ha señalado en el apartado anterior, solo hemos tenido en
cuenta para la aproximación cuan ta va, aquellas sentencias en las que
el agresor era un hombre y la víc ma una mujer de cualquier edad
(niña, adolescente, joven o adulta).
Así, en base a los criterios tenidos en cuenta, se observa que la edad de
las víc mas no suele reflejarse en las sentencias analizadas (sólo se
indica en el 20,5% de las mismas). Así, en el delito de ciberacoso del art.
172 ter cp, no consta en ninguna de las 8 sentencias seleccionadas, en el
delito contra la integridad moral del art. 173 cp solo en 2 de ellas
aparece, siendo las edades de 19 y 20 años. En el caso del delito de
revelación de secreto del art. 197 cp, solo en 3 sentencias se refleja la
edad de las 13 sentencias, siendo aquellas 9, 15 y 40 años, no constando
en el delito contra el honor del 208 y 209 cp. Solo en el delito de
extorsión sexual del art. 243 cp, se reflejan la edad de las víc mas, de 15
años y adulta con una discapacidad psíquica. Y, por supuesto, en el delito
de ciber embaucamiento a menores de 16 años del art. 183 ter cp
(vigente 183 cp), que al tratarse de un delito en el que la edad de la
víc ma es un elemento del po, es imprescindible incluirla (100 %).
101 La “bolsa oculta” de la violencia de género es del 70% y en los casos de violencia
sexual llega al 90%, Según los datos presentados por la delegada del Gobierno contra
la Violencia de Género, sobre la situación de la violencia de género en el año 2022 en
España.
Igualdad (2023, 25 de enero). Presentados los datos de violencia machista y del 016 del
año 2022. La Moncloa. Disponible en:
h ps://www.lamoncloa.gob.es/serviciosdeprensa/notasprensa/igualdad/Paginas/202
3/250123-violencia-genero-balance-2022.aspx
74
GRÁFICA 1. Sobre si la edad de la víc ma y agresor se refleja en las sentencias
No se indica Sí se indica
(agresor) (agresor)
Tampoco las edades de los agresores, par endo de que todos son
mayores de edad, aparecen en todas las sentencias, pero sí se observa
en un mayor número que las víc mas. En un 31% de las sentencias
analizadas se indica la edad. En las sentencias por delito de acoso del art.
172 ter cp, en 1 sentencia, 40 años, en el art. 173 cp, en dos, 54 y 40 años;
en el 183 ter cp, en 4 sentencias, 25, 35, 38 y 50 años; en el 197 cp, en 2
sentencias, siendo 43 y 63 años; en el 208 y 209 cp, de 28 años y en el de
243 cp, 26 y 27 años. En total, serán solo 12 sentencias las que especifi-
quen la edad del agresor.
No se indica Sí se indica
(víc ma) (víc ma)
75
Respecto a la relación del agresor con la/s víc ma/s según el delito: en el
172 ter cp, en las 8 sentencias seleccionadas son exparejas (100%), en el
173 cp, de las 9 sentencias analizadas, en 5 consta que son expareja o
exesposa (55,56%) y en 4 siguen siendo pareja o esposa al momento de
los hechos (44,44%). En el 183 ter cp, de las 7 sentencias examinadas, en
3 son alumna/profesor o alumna/entrenador (42,86%); en 3 son
personas desconocidas para el agresor (42,86%) y en 1 es hija no
biológica del agresor (14,29%). En una de las sentencias de alum-
na/profesor hay dos víc mas más que no tenían relación de alumna,
eran desconocidas. En el 197 cp, de las 12 sentencias analizadas, en 7
son expareja o exesposa (58,33%), en 4 son pareja al momento de los
hechos (33,33%), de las cuales una es pareja online (8,33%); en 1 es una
amiga (8,33%) y en 1 una sobrina (8,33%). En el 208 y 209 cp, solo
contamos con 1 sentencia y en ella la víc ma es la encargada de un
establecimiento que despidió al agresor, ex empleado de este (100%).
En el 243 cp, de las 2 sentencias estudiadas, en 1 la pareja se conoció por
las redes sociales (50%) y en la otra son exparejas (50%).
GRÁFICA 2.1. Respecto de la relación del agresor con la víc ma según delito
76
Teniendo en cuenta el total de las sentencias analizadas, en el 50% de
los casos, víc ma y agresor eran exparejas, y en un 16,6% eran todavía
pareja en el momento de los hechos. En un 2,4% de las sentencias eran
pareja online, y otro 2,4% se habían conocido a través de redes sociales.
Del total de las sentencias, 3 eran desconocidas, lo que supone un 12%,
y otras 3 eran alumnas del agresor (7%). En una de las sentencias, la
víc ma era la hija no biológica del agresor, lo que supone un 2,4% del
total de sentencias, y en otro caso, la víc ma era sobrina del agresor
(2,4%). En otro caso mantenían una relación de amistad, lo que supone
el 2,4% del total, y en otra sentencia, la relación era laboral (2,4%).
GRÁFICA 2.2. Respecto de la relación del agresor con la víc ma (general)
Sobre si víc ma y agresor tenían hijos/as o no en común, en el 172 ter
cp, en 3 casos sí, en 3 no y en 2 no consta si tenían o no hijos/as en
común. En 2 de las sentencias en que no tenían hijos/as en común, la
víc ma sí tenía hijos/as propios/as. En el art. 173 cp, en 5 sentencias sí
y en 4 sentencias no. En 2 de las sentencias en que, sí tenían hijos/as en
77
común, la víc ma también tenía hijos/as propios/as. En el art. 183 ter
cp, ninguno de los casos estudiado, dado el po de delito que es. En el
art. 197 cp, en 3 sentencias sí, en 8 sentencias no y en 1 no consta si
tenían o no hijos/as en común. En los arts. 208 y 209 cp, no tenían
hijos/as en común, ni relación personal, habían tenido una relación
en común.
GRÁFICA 3. Respecto de si tenían hijos/as
En la mayoría de las sentencias analizadas, agresor y víc ma no
compar an descendencia (45%). Un 28,2% de los casos sí tenían hijos/as
en común y en un 10,2% la víc ma sí tenía hijos/as. En sólo el 7,7% de las
sentencias estudiadas no se menciona este dato. Tampoco consta en
ninguna de ellas si el agresor tenía descendencia.
De las 39 sentencias analizadas, en 17 aparece que el agresor convivía o
había convivido con la víc ma (43,59%), en 19 sentencias no han
convivido (48,72%) y en 3 no consta nada sobre ello (7,69%).
78
GRÁFICA 4. Respecto de si convivían agresor - víc ma
No conviven Sí conviven No consta
Asimismo, de las 39 sentencias, en 18 el acusado no era reincidente
(46,15%), en 13 había sido condenado anteriormente (33,33%), y de
estas, en 10 los antecedentes estaban ya cancelados o no eran computa-
bles al caso (25,64%), y en 3 sí eran computables al caso (7,69%). En 8
casos no consta en la sentencia referencia a los antecedentes penales
(20,51%).
GRÁFICA 5. Respecto de si el agresor era reincidente
En 30 de las 39 sentencias seleccionadas, los hechos se producen en el
entorno privado de la pareja o expareja, o mo vada por razones
relacionadas con las relaciones afec vas presentes o pasadas (76,92%).
De los 9 restantes, en 1 sentencia los hechos se producen en venganza,
tras un despido laboral, pero una venganza con un claro componente de
género, como se verá en el análisis cualita vo (2,56%). En las 7 senten-
cias por delito del art. 183 ter cp, 3 de ellas enen su origen en el ámbito
escolar o depor vo (42,86%), ya que los agresores eran profesores o
79
monitores depor vos, en 3 no se conocían previamente y se inicia el
contacto directamente en las redes (42,86%); y en 1, el hecho se produ-
ce en el entorno familiar al tratarse de una hija no biológica del agresor
(14,29%). En 1 de las sentencias del art. 197 cp, los hechos se producen
en un entorno privado de amistad (8,33%), al tratarse del envío, por
parte del acusado a un tercero, de una fotogra a de una mujer desnuda,
que en ese momento era compañera sen mental del receptor y que
había sido amiga del acusado anteriormente.
GRÁFICA 6. Respecto del entorno en el que se producen los hechos
Por otro lado, en 14 de los 39 casos analizados, el delito solo se comete
online (35,9%) y en los 25 restantes tanto online como offline (64,1%).
Los delitos de ciberacoso del art. 172 ter cp se comenten en ambos
espacios, online y offline, pues concurre con otros delitos come dos en
el mundo sico, como agresiones sexuales, quebrantamiento de medida
cautelar o condena, amenazas, vejaciones, maltrato habitual, e incluso,
en 2 casos con asesinatos y en 1 con homicidio en grado de tenta va. Los
delitos contra la integridad moral del art. 173 cp, también se cometen en
80
ambos espacios, concurriendo con otros delitos, solo en 1 caso el delito
fue come do online, tratándose de vejaciones, coaccione y amenazas,
todas en el ámbito familiar. El delito de ciberacoso a menores del art. 183
ter cp, se comete online en 5 de los 7 casos analizados. En los supuestos
de descubrimientos y revelación de secretos del art. 197 cp, de los 12
casos estudiados, 7 se han come do online y 5 en ambos espacios,
online y offline. El supuesto del delito del art. 208 y 209 cp se come ó
online y los 2 del delito de extorsión del art. 243 se come eron en ambos
espacios.
GRÁFICA 7. Respecto del espacio en el que se produce el delito (online, online-offline)
Online Online y offline
La pena de prisión se ha impuesto en 37 de las 39 sentencias
seleccionadas (94,9%), tan solo en 2 de ellas, se ha condenado a una
pena de multa, 1 por delito de descubrimiento de secretos del art.
197.7 cp y 1 por delito de injurias del art. 208 y 209 cp. Las 37 sentencias
con pena de prisión contemplan también las penas accesorias de
prohibición de aproximación y de comunicación a la víc ma, y en 11 de
ellas se condena también a la pena de prohibición de tenencia y porte
de armas. En los casos de delito de ciberacoso a menores del art. 183
ter, la pena va, además, acompañada de la inhabilitación profesional
81
con menores, así como de libertad vigilada102 posterior al cumplimiento
de la pena de prisión. En los casos en los que concurren los delitos
objeto de estudio con los delitos de agresión sexual también se condena
a la libertad vigilada.
GRÁFICA 8. Respecto de la pena impuesta al agresor
Pena de No existe pena
prisión de prisión
En solo un supuesto se impone la privación de la patria potestad por 5
años y prohibición de aproximarse y comunicarse con la hija menor por
el mismo empo impuesto a la madre.
Respecto a la imposición de algún po de control del contenido digital
existente, en solo 1 sentencia aparece la eliminación de contenido
digital y en 4 se ha decomisado todos los disposi vos tecnológicos
102 La pena de libertad vigilada regulada en el art. 106 cp, consiste en el some miento del
condenado a control judicial mediante el cumplimiento de determinadas medidas como,
estar localizable permanentemente con aparato electrónico, presentación periódica ante
la autoridad judicial, comunicar si cambia de lugar de residencia o puesto de trabajo,
prohibición de ausentarse o de acudir a un determinado territorio sin autorización judicial,
de aproximarse y comunicarse con la víc ma y familiares que determine la autoridad
judicial, de desempeñar determinadas ac vidades que puedan ofrecerle o facilitarle la
ocasión para cometer hechos delic vos de similar naturaleza al que ha come do y por el
que ha sido condenado, la obligación de par cipar en programas forma vos, laborales,
culturales, de educación sexual u otros similares, así como la obligación de seguir
tratamiento médico externo, o de someterse a un control médico periódico. Esta pena se
impondrá en la sentencia para su cumplimiento posterior a la pena priva va de libertad.
82
incautados. En 1 de estas 4 señaladas, se canceló la cuenta de correo
electrónico usada para la comisión de los hechos. Estas 4 sentencias se
corresponden a los delitos de ciberacoso a menores del art. 183 ter.
De las sentencias analizadas, en solo 5 aparece explícitamente que tras la
interposición de la denuncia se acordaran medidas cautelares, como la de
prohibición de aproximarse y de comunicarse con la víc ma o solo de
aproximarse como ocurre en 1 de las 5 sentencias. En las otras 34 no
consta que se adoptaran las medidas. No puede asegurarse que no se
acordaran, sino simplemente que no aparece tal información en la
sentencia. Nos encontramos con sentencias condenatorias por delitos
muy graves de agresión sexual o de homicidio en grado de tenta va en las
que no se refleja que se adoptara ningún po de medida cautelar, de ahí la
opinión de que se trate más bien de una omisión de las sentencias que de
que no se adoptaran las medidas. Además, en 2 de las 5 sentencias en las
que, sí se consta la adopción de las medidas, se trataba de un delito de
quebrantamiento de medida del art. 468 cp, por lo que era obligatorio
incluirlo en los hechos probados.
Del delito de descubrimiento y revelación de secretos del art. 197 CP es
del que se han podido seleccionar un mayor número de sentencias, 18 de
las 39 (46,2%), concurriendo con otros delitos como el de malos tratos del
art. 153 CP y malos tratos habituales del 173.2 CP, asesinato del art. 138 y
139 CP, delitos con nuados de agresión sexual del art. 178 y 179 CP, abuso
sexual del art. 181.1.2 y 4 CP, detención ilegal del art. 163 CP o elaboración
de pornogra a del art. 189 CP.
Del delito de ciberacoso o ciberhos gamiento del art. 172 ter CP, se han
seleccionado 8 sentencias (20,5%), concurriendo este delito con otros
como el de malos tratos habituales del art. 173.2 CP, con el de amenazas
del 169.2 CP, vejaciones leves con nuadas del art. 173.4 CP, agresión
83
sexual del art. 178, 179 y 180.1.4 CP, amenazas del art. 171.4 CP, descubri-
miento y revelación de secretos del 197 CP.
El delito contra la integridad moral del art. 173 CP lo hemos encontrado en
13 de las 39 sentencias analizadas (33,3%). Este delito ha concurrido con
otros como el de coacciones del art. 172.2 CP y el de amenazas leves en el
ámbito familiar del art. 171.4 CP, el de amenazas graves del art. 169.2 CP,
lesiones en el ámbito de la violencia de género del art. 153 CP, y lesiones
agravadas del art. 147.1 y 148.4 CP, descubrimiento y revelación de
secretos del art. 197 CP, agresión sexual de los arts. 178, 179 y 180.1.1 CP.
El delito de ciberacoso a menores del art. 183 ter CP aparece en 7 de las 39
sentencias seleccionadas (17,9%), concurriendo en concurso con otros
delitos como captación de menores para elaboración de pornogra a
infan l del art. 189.1.a) y 2.a) CP, de abuso sexual del 183.1.3.4.d) CP, de
exhibicionismo del art. 185 CP, o de provocación sexual del art. 186 CP. En
los casos de ciberacoso a menores, hay 2 supuestos (28,6%) en los que
hay varias víc mas; en uno hay cinco y en otro hay dos..
GRÁFICA 9. Respecto del total de sentencias estudiadas según delito
84
En los delitos contra el honor de los arts. 205 a 216 CP, solo se ha podido
seleccionar 1 sentencia (2,6%), que ha sido por delito de injurias con
publicidad del art. 208 y 209 CP. En los delitos contra el patrimonio y el
orden socioeconómico, solo se han encontrado 2 sentencias de las 39
seleccionadas (5,1 %), correspondiendo al delito de extorsión, no
habiéndose hallado ninguna otra que cumpliera con los requisitos
exigidos en el presente estudio de los delitos de fraude informá co y
estafa del art. 248, ni de daño informá cos con resultado grave del art.
264.
En 21 de las 39 sentencias analizadas, en el 53,8% de los casos la víc ma
ha tenido una alteración de la vida co diana, en 8 (20,5%) no la tuvo y en
10 (25,6%) no consta de forma explícita si hubo o no alteración.
Respecto a si los hechos delic vos come dos tuvieron un impacto
psicológico en la víc ma, consta en 17 sentencias (43,6%) que sí lo hubo,
en 10 no (25,6%) y en 12 (30,8%) no consta de forma explícita si lo hubo o
no. En relación con las secuelas, hay 11 sentencias (28,2%) en las que, sí
constan que las víc mas tuvieron secuelas, en 12 no (30,8%) y en 16 no
consta (41%). Hay 3 sentencias en las que las víc mas fueron asesinadas
(7,7%) y 1 que no logró el homicida darle muerte (2,6%), pero la víc ma
quedó con una discapacidad importante.
GRÁFICA 10. Respecto de las consecuencias de la agresión a las víc mas
Sufre alteración en su No sufre alteración en No consta
vida co diana su vida co diana
85
De las 39 sentencias seleccionadas en el análisis cuan ta vo, en 29, los
delitos objeto de estudio concurren con otros delitos, en su mayoría
relacionados con delitos contra la libertad sexual, la vida, la integridad
moral o la in midad, entre otros. En 12 de las 39 sentencias selecciona-
das se han contemplado las agravantes de parentesco y de esas 12, en 6
se han contemplado también la agravante de género, es decir, ambas
agravantes.
86
5.3. Estudio cualita vo
Conocida la información cuan ta va, hemos detectado algunos
pronunciamientos relevantes para la tutela y protección de los
derechos de las víc mas, tanto en el ámbito digital como fuera de línea,
de ahí, que en el presente apartado profundicemos en algunas de las
sentencias que consideramos que pueden servir de referencias de
buenas prác cas en materia de ciberviolencia contra las mujeres.
Las sentencias que vamos a tratar son, la STS 843/2021, de 04 de
noviembre, (ROJ: STS 4045/2021); la STS 626/2023, de 19 de julio, (ROJ:
STS 3544/2023); la STS 935/2023, de 18 de febrero, (ROJ: STS
5691/2023); la STS 351/2021, de 28 de abril, (ROJ: 1732/2021) y la STS
344/2020, de 25 de junio, (ROJ: STS 2100/2020) 103.
En cada sentencia se han analizado: los hechos probados, los
argumentos legales presentados por las partes, los fundamentos
jurídicos esgrimidos determinantes del fallo, las pruebas consideradas
y los criterios seguidos en la aplicación de circunstancias modifica vas
de la responsabilidad criminal, como la agravante genérica de
discriminación por razones de género del art. 22. 4ª cp o la de
parentesco del art. 23 cp.
Nos hemos enfocado en aquellas que han incorporado la perspec va
de género, ya sea en los hechos probados, al contextualizarlos, al
valorar la prueba, o en la fundamentación jurídica. En este análisis de
perspec va de género se han tenido en cuenta tres criterios: en primer
lugar, si el tribunal a lo largo de la sentencia ha aludido de forma
específica al impacto diferenciado de la violencia digital en mujeres y
hombres, par cularmente, cuando ene una connotación sexual; en
103Sin perjuicio de analizar dentro de cada sentencia, aquellas otras que hayan servido
de precedente al tribunal.
87
segundo lugar, si los tribunales han aplicado las circunstancias
agravantes de parentesco regulada en el ar culo 23 cp 104 y de
discriminación por razones de género del ar culo 22.4ª cp105, o una de
las dos; y en tercer lugar, si ha mencionado norma va, doctrina o
jurisprudencia internacional (incluso de derecho comparado) de
especial trascendencia en orden a la protección de los derechos
humanos de las mujeres y las niñas.
Este estudio nos ha permi do iden ficar patrones en las decisiones
judiciales que se reflejan en el análisis.
STS 843/2021, de 04 de noviembre, Roj: STS 4045/2021
Conforme a lo señalado en la sentencia, el procesado, que había sido
ejecutoriamente condenado como autor de un delito de
quebrantamiento de medida cautelar en concurso de normas con un
delito de amenazas en el ámbito familiar, mantuvo una relación
sen mental con la víc ma durante 5 años. Esta relación finalizó por
decisión de la víc ma, si bien el procesado no aceptó la ruptura y siguió
en una relación de amistad, pero transcurrido un empo comenzó a
enviarle mensajes por WhatsApp y a llamarla por teléfono pidiendo
explicaciones (84 mensajes en 5 días y 87 llamadas en un periodo corto
104 Establece el ar culo 23 que: “Es circunstancia que puede atenuar o agravar la
responsabilidad, según la naturaleza, los mo vos y los efectos del delito, ser o haber
sido el agraviado cónyuge o persona que esté o haya estado ligada de forma estable
por análoga relación de afec vidad, o ser ascendiente, descendiente o hermano por
naturaleza o adopción del ofensor o de su cónyuge o conviviente”.
Ley Orgánica 10/1995, op. cit., p.29.
105 Establece el ar culo 22.4ª que es circunstancia agravante : “Cometer el delito por
mo vos racistas, an semitas, an gitanos u otra clase de discriminación referente a la
ideología, religión o creencias de la víc ma, la etnia, raza o nación a la que pertenezca,
su sexo, edad, orientación o iden dad sexual o de género, razones de género, de
aporofobia o de exclusión social, la enfermedad que padezca o su discapacidad, con
independencia de que tales condiciones o circunstancias concurran efec vamente en
la persona sobre la que recaiga la conducta.…”.
Ídem.
88
de empo), pasando por delante de la casa de la víc ma para controlar
sus movimientos. Un día llegó a presentarse en la puerta de la casa de
la víc ma cuando ésta estaba con sus amistades para salir, llegando a
agarrarle del brazo diciéndole que no iba a ningún lado y que tenía que
hablar con él.
Por estos hechos el procesado fue condenado por un delito de acoso
(172 ter.1. 1ª y 2ª y 2 cp) sin concurrir a las circunstancias modifica vas
de la responsabilidad criminal, quedando absuelto de los delitos de
amenazas y coacciones de los que también venía siendo acusado.
La sentencia fue recurrida en apelación por el procesado, dictando la
Audiencia Provincial otra por la que absolvía al acusado del delito de
acoso. No ficada la sentencia a las partes, la víc ma la recurrió en
casación, alegando infracción de ley por la no aplicación del art. 172
ter. 1. 1ª y 2ª y 2 cp, interesando se respeten los hechos probados en la
sentencia recurrida, en base a los cuales resultó condenado el
procesado en primera instancia.
El Tribunal Supremo en su Fundamento Jurídico Tercero, hace
referencia a la STS 599/2021, de 7 de julio, en la que el acusado, al igual
que en este caso y también por un delito de acoso, resultó condenado
en primera instancia, absuelto en apelación y condenado en casación.
Asimismo, señala que el acoso abordado en el presente caso ha sido
tratado en varias resoluciones, como la STS 324/2017 de 8 Mayo, la STS
554/2017 de 12 Julio, la STS 117/2019 de 6 Marzo y la STS 717/2020 de
22 Diciembre, que orientan cómo afrontarlo.
En el Fundamento Jurídico Cuarto (STS 843/2021) se centra en el delito
de acoso de género o stalking de género, dada la relación de pareja que
había exis do entre el procesado y la víc ma. En relación con el mismo
señala, que el legislador ha querido introducir en el po penal el
apartado 2º sobre la especialidad propia del acoso en la violencia de
89
género, por ello establece que: “cuando el ofendido fuere alguna de las
personas a las que se refiere el ar culo 173.2 cp, se impondrá una pena
de prisión de uno a dos años, o trabajos en beneficio de la comunidad
de sesenta a ciento veinte días”, e indica que los actos de acoso en la
pareja o ex pareja deben observarse con cautela y cuidado, ante la
posibilidad de un incremento del estado de riesgo de la víc ma, si
persisten los actos de acoso. Por esta razón , es por la que el legislador
incluyó este po penal en la Ley Orgánica 1/2015 de 30 de marzo, pues
el acosador lo que pretende es con nuar con la situación de dominio o
poder sobre la pareja o expareja, dejando claro, mediante tales
mensajes la dominación que ejerce sobre ella y que no la va a dejar en
libertad ni en paz hasta que no vuelva con él.
La sentencia señala la importancia de diferenciar el acoso entre
personas extrañas o conocidas y el acoso en la pareja o expareja, pues
los lazos interpersonales que se han creado intensifican la situación de
exigencia del acosador, de dominación o humillación sobre la víc ma,
y de que tales mensajes son una advertencia porque el paso siguiente
puede ser peor, colocando los actos de acoso en la antesala de una
violencia mayor. Pretende que el miedo se apodere de la víc ma y ésta
acabe cediendo a fin de no llegar a esa violencia más grave.
Añade la sentencia que, analizar los casos de acoso en la pareja o
expareja con perspec va de género es fundamental para comprender
y valorar la posición en la que se encuentra la víc ma, y valorar la
concurrencia de los elementos del po penal en lo que respecta a la
alteración grave de la vida co diana de la víc ma, ante el miedo de que
puedan cumplirse actos más graves que los meros mensajes de acoso.
En el presente caso, el procesado pretende vencer la voluntad de la
víc ma de querer mantener la ruptura mediante los mensajes para que
regrese con él y rever r la situación creada por la víc ma. Y , tal como
se refleja en los hechos probados, hubo 171 mensajes y llamadas en los
90
que quería convencer a la víc ma para que volviera con él, pasando por
delante de la casa de la víc ma para controlar sus movimientos,
llegando en una ocasión a acercarse a la casa de la víc ma cuando se
encontraba con sus amistades y a agarrarla por el brazo diciéndole que
no iba a ningún lado y que tenía que hablar con él. Por lo que es
evidente la intención de control y dominación del procesado sobre la
víc ma, que no acepta la ruptura y que con los actos de acoso lo que
pretende es hacerle ver que no va a ser tan fácil deshacerse de él.
Cuando ve que, pese a todo esto, la víc ma no cede a sus pretensiones
se acerca a hablar con ella y le dice: “Tú no vas a ningún lado, tú vienes
a hablar conmigo”.
Estos hechos supusieron una constante presión que causaron
alteración grave de la vida co diana de la víc ma y solo cesó cuando la
víc ma interpuso la denuncia. La víc ma dejó de asis r al trabajo
algunos días por el hos gamiento que sufría, pues el procesado acudía
al trabajo de ella casi cada día y evitaba salir a la calle si iba sola.
La sentencia otorga pleno crédito a las declaraciones de la víc ma, y
considera que los hechos no son meras moles as que deba soportar la
víc ma sino actos graves de control que afectan a su vida co diana,
alterando sus hábitos de conducta por el miedo a no saber cuál puede
ser la siguiente reacción del acosador, generándole más miedo , si cabe,
y más inquietud e intranquilidad si no revierte la situación de ruptura y
vuelve con él. Solo desde este enfoque se puede comprender el drama
que sufre la víc ma acosada.
En el presente caso, el Tribunal Supremo no hace referencia a las
agravantes de parentesco o de género, siguiendo sus precedentes, ya
que el propio apartado 2 del ar culo 172 ter cp contempla en el po
ser pareja o expareja y de aplicarse se estaría vulnerando el non bis in
idem que veremos en la siguientes sentencias que se analizan.
91
Cabe decir que el procesado, cuando se le no ficó la sentencia,
promovió un incidente de nulidad de actuaciones contra la sentencia
del Tribunal Supremo, al considerar que tras la sentencia de la
Audiencia Provincial no le fue designado letrado conforme al art 881
Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECR), ni se le dio traslado para
alegaciones conforme al art 882 LECR.
El Ministerio Fiscal interesó retrotraer las actuaciones al momento
procesal correspondiente a fin de preservar los intereses del
procesado. Así, por resolución de 1 de marzo de 2022, se dictó Auto
(ROJ ATS 3339/2022), que acordó es mar el incidente de nulidad ,
declarar nula la sentencia y retrotraer las actuaciones al momento de
la exigencia de los arts. 881 y 882 LECR para que, una vez verificado el
traslado, se proceda a un nuevo señalamiento para deliberación,
votación y fallo.
Así, en la STS 628/2022 de 23 de junio, Roj: STS 2682/2022, se volvió a
dictar una sentencia por los mismos hechos pero teniendo en cuenta las
alegaciones del procesado, que finaliza con el mismo fallo: condenar al
autor por un delito de acoso del art. 172 ter.1,1ª, 2ª cp y 172 ter.2 cp, si
bien reduciendo la pena de prisión de un año y seis meses a un año,
manteniendo el resto de los pronunciamientos de la sentencia del
Juzgado de lo Penal no afectados por lo resuelto en la sentencia de
casación.
Tanto la sentencia de primera instancia como la de casación, han
incorporado la perspec va de género al aludir de forma específica el
impacto diferenciado del acoso entre personas extrañas o conocidas y
el producido en el ámbito de la pareja o expareja, así como al
mencionar la norma va y jurisprudencia fundamental para la
protección de los derechos humanos de las mujeres.
92
STS 626/2023, de 19 de julio, (ROJ STS 3544/2023)
En la presente sentencia se tuvo por hechos probados que el acusado
mantuvo una relación afec va con la víc ma con convivencia. Tuvieron
una hija en común y desde el nacimiento de ésta el acusado comenzó a
tener una conducta altamente agresiva y violenta con su pareja ( sica,
verbal y digitalmente), some éndola a con nuas vejaciones y
humillaciones, enviando mensajes de texto y voz demostra vos de la
sumisión que quería de ella, amenazantes, humillantes, con el ánimo de
menoscabar su integridad sica y psíquica, consiguiendo alterar la paz
familiar y crear en la víc ma una con nua situación de desasosiego y
un sen miento de temor constante. Los hechos que fueron acreditados
ocurrieron entre 2017 y 2018. Algunos de los mensajes telefónicos
decían: "te mato perra de mierda", "como vuelvas a subir con alguien
te mato hija de puta", "como yo te vea con alguien te mato", "subo y te
reviento la boca pedazo de perra", "y ahora que pasa que te pica el
coño, ven pa aca que te voy a reventar la cabeza hija de puta".
Se condenó en primera instancia al acusado como autor de un delito
de amenazas de carácter con nuado (169 cp), tres delitos de lesiones
en el ámbito de la violencia de género (153 cp) y un delito de maltrato
habitual en igual ámbito (173.2 cp), absolviéndolo de los delitos de
agresión sexual (178) y otros delitos de lesiones en el ámbito de la
violencia de género (153 cp), por los que venía siendo acusado también.
Se recurrió en apelación y el Tribunal Superior de Jus cia de la
Comunidad Valenciana (TSJ CV) dio por reproducidos los hechos
declarados probados, si bien reconoció que el acusado sufría
dependencia al alcohol que le afectaba a sus facultades intelec vas y
voli vas, especialmente para el envío de los mensajes y la violencia
habitual, por lo que rebajó las penas para el delito con nuado de
amenazas y de violencia habitual.
93
En el recurso de apelación por parte del condenado se había alegado,
tal como puede leerse en la sentencia de apelación, STSJ CV 8126/2021
(Roj: STSJ CV 8126/2021), la indebida aplicación de la agravante de
género del art. 22. 4ª cp, por considerar que no había quedado probado
que los hechos se come eron con la víc ma por el mero hecho de ser
mujer y con la intención de dejar patente la superioridad frente a ella,
ni signo de dominación o abuso de poder. Además, también alegó la
incompa bilidad de la agravante de género y de parentesco del art. 23
cp.
Este mismo argumento de apelación fue esgrimido en el recurso de
casación, como mo vo tercero: “indebida aplicación de la agravante de
género del art. 22.4 CP o, alterna vamente, indebida aplicación
conjunta de la agravante de género y de parentesco en el delito de
amenazas y violencia domés ca”. En ambas sentencias, tanto en
apelación como en casación se hizo referencia a sentencias que han
sentado precedentes en la delimitación de las agravantes de género y
también en la de parentesco.
La sentencia del TSJ CV recurrida haciendo referencia a la STS 136/2020,
de 8 de mayo, en su Fundamento Jurídico Quinto señala que la
agravante de género ene un ma z netamente subje vo, basado en la
intención de llevar a cabo por el agresor actos de dominación sobre la
mujer, mientras que la agravante de parentesco ene un componente
obje vo basado en la convivencia, incluso desconectado de un vínculo
afec vo, por ello son compa bles ambas agravantes, la de género
basada en la condición de la víc ma como mujer por razón de su género
y la de parentesco fundada en vínculos familiares presentes o pasados.
La agravante de género puede aplicarse aisladamente si la mujer
atacada no ene relación alguna de pareja con el agresor y puede
probarse que el ilícito penal se ha come do con dominación del hombre
hacia la mujer por el mero hecho de serlo.
94
La sentencia objeto de estudio (STS 626/2023), también hace referencia
a la STS 99/2019 de 26 de febrero, la cual dio un paso importante en la
interpretación de la agravante por razones de género, al considerar que
para apreciarla no se necesita que concurra un elemento subje vo del
injusto, como haber obrado con un ánimo gravemente discriminatorio
hacia la víc ma, sino que es suficiente un dolo genérico, que
posicionara a la mujer en esa posición subordinada, humillada o
dominada. Esta sentencia recuerda que la introducción de la agravante
por la Ley Orgánica 1/2015 lo que pretendió fue cumplir con el
compromiso internacional adquirido por España como signataria del
Convenio de Estambul, y así lo refleja en su preámbulo, donde deja
constancia de conformidad con el Convenio, lo que debe entenderse
por “género”, como: “los papeles, comportamientos o ac vidades y
atribuciones socialmente construidos que una sociedad concreta
considera propios de mujeres o de hombre” y la inclusión de la
agravante 4ª del ar culo 22 aplicable a aquellos delitos en los que la
discriminación no ha sido tenida en cuenta para la configuración del
correspondiente po penal. No será aplicable a aquellos delitos que
fueron modificados ya por la Ley Orgánica 1/2004, que adoptaron en su
momento lo que se conoce por perspec va de género, al tener en
cuenta el plus de an juridicidad que implica ejecutar un hecho como
manifestación de dominio, de relación de poder, de desigualdad, en
defini va, en discriminación de la mujer por razón de género.
En dicha sentencia del TS 99/2019, de 26 de febrero, se hace referencia
a otras en las que el Tribunal Supremo ya había aplicado la nueva
agravante, si bien en esta ma za el criterio hasta entonces mantenido
y rela viza la referencia al subje vo propósito del autor. Así la STS
420/2018, de 25 de sep embre, que es mó el recurso interpuesto por
la Fiscalía y aplicó la agravante de actuar por discriminación basada en
razones de género, declarando que esta había ampliado la protección
95
de la mujer a todos los casos: “en los que la discriminación por esas
razones, basadas en la intención de dominación del hombre sobre la
mujer, que dentro de las relaciones de pareja es considerada por el autor
como un ser inferior, vulnerando, por lo tanto, su derecho a la igualdad,
aparezcan como mo vos o móviles de la conducta”. Añade, citando al
Convenio de Estambul, que el sexo hace referencia a las caracterís cas
biológicas y fisiológicas que diferencian a hombres y mujeres; y el
género a la construcción cultural relacionada con los papeles,
comportamientos, ac vidades y atributos considerados propios de
hombres o mujeres.
También en la STS 565/2018, de 19 de noviembre, se aplica dicha
agravante y la de parentesco del ar culo 23 cp, en un caso de delito de
homicidio en grado de tenta va, en la que se planteaba la
compa bilidad de ambas agravantes y se manifestó afirma vamente
ser compa ble al contener fundamentos diferentes, así, mientras que
la de parentesco ene un fundamento obje vo, la existencia de vínculos
familiares o de afec vidad, la de género ene un fundamento subje vo,
como es el ánimo del autor de mostrarse superior frente a la mujer y
que ésta es inferior por el simple hecho de ser mujer, con
independencia de la existencia o no de una relación de pareja entre
víc ma y agresor106.
La STS 99/2019 de 26 de febrero, que mencionábamos, proclama que
será suficiente para aplicar la agravante genérica del 22. 4ª cp, que de
los hechos probados se desprenda que el delito se en ende como
manifestación obje va de la discriminación caracterís ca de la misma.
106Consejo General del Poder Judicial. Sentencia del Tribunal Supremo, Sala de lo Penal,
19-11-2018 (rec. 10279/2018):
h ps://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Temas/Violencia-domes ca-y-de-
genero/Legislacion-y-jurisprudencia/Jurisprudencia-espanola/Sentencia-del-Tribunal-
Supremo--Sala-de-lo-Penal--19-11-2018--rec--10279-2018-
96
Argumento que se sigue esgrimiendo en la STS 626/2023, de 19 de julio,
objeto de estudio cuando en su Fundamento Jurídico Tercero proclama
que: "…la igualdad de género, como valor que debe ser objeto de
especial protección, determinará una mayor culpabilidad cuando se
ejecuta una acción pica que tenga connotaciones con la subcultura
machista y vulnere la paridad. Sin embargo, por las razones ya
expuestas, la agravación no supone que cualquier conducta pica sea
siempre merecedora de exacerbación puni va si lesiona bienes jurídicos
de una mujer y la comisión del delito se hubiera desplegado por un
hombre, sino que su opera vidad dependerá de que el sujeto ac vo
perpetre el delito bajo una demostración grave y arraigada de
desigualdad y- con proyección de una pretendida supremacía machista,
que trascienda la previsión del po penal a/ que pretende aplicarse".
Este argumento ya fue proclamado también en la STS 650/2021, de 20
de julio.
Esta STS 626/2023, se ubica en el concepto de género del Convenio de
Estambul, diferenciando sexo y género. De esta forma y haciéndose eco
de la sentencia recurrida, que aplicaba la agravante de género, del
dictamen del Ministerio Fiscal y, reproduciendo el Fundamento Jurídico
Noveno c) de la Sentencia del Tribunal Cons tucional 59/2008 107 ,
señaló que: “el término 'género' que tula la Ley y que se u liza en su
ar culado, pretende comunicar que no se trata de una discriminación
por razón de sexo. No es el sexo en sí de los sujetos ac vo y pasivo lo que
107La cual resuelve la cues ón de incons tucionalidad 5939-2005.
Pleno. Sentencia 59/2008, de 14 de mayo de 2008. Cues ón de incons tucionalidad
5939-2005. Planteada por el Juzgado de lo Penal núm. 4 de Murcia, en relación con el
ar culo 153.1 del Código penal, redactado por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de
diciembre, de medidas de protección integral contra la violencia de género. Supuesta
vulneración de los principios de igualdad y de culpabilidad: trato penal di ferente en el
delito de maltrato familiar ocasional. Votos par culares. Bole n Oficial del Estado, 135,
de 4 de junio de 2008.
Disponible en: h ps://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-T-2008-9606
97
el legislador toma en consideración con efectos agravatorios, sino -una
vez más importa resaltarlo- el carácter especialmente lesivo de ciertos
hechos a par r del ámbito relacional en el que se producen y del
significado obje vo que adquieren como manifestación de una grave y
arraigada desigualdad. La sanción no se impone por razón del sexo del
sujeto ac vo ni de la víc ma ni por razones vinculadas a su propia
biología. Se trata de la sanción mayor de hechos más graves, que el
legislador considera que lo son por cons tuir una manifestación
específicamente lesiva de violencia y de desigualdad".
En relación con la compa bilidad de la agravante de género y la de
parentesco reitera los argumentos ya señalados en sentencias
anteriores, la STS 253/2020, de 20 de mayo y la STS 351/2021, de 28 de
abril, las cuales se pronunciaron en sen do afirma vo sobre dicha
compa bilidad, señalando que: "En efecto, la primera ene un ma z
netamente subje vo, basado en consecuencia en la intención -
manifestada por actos de violencia-, de llevar a cabo actos de
dominación sobre la mujer, mientras que la agravante de parentesco
ene un marcado componente obje vo basado en la convivencia,
incluso desconectado de un vínculo afec vo. En consecuencia, no se
exige éste, pero sí un requisito de convivencia, trabado en la relación de
pareja. Hemos declarado también que existe ese requisito en supuestos
de reanudación de la convivencia cuando ha habido una ruptura y la
víc ma vuelve al hogar media zada por actos del agresor para que
regrese al mismo, con nuando con las agresiones que en muchos casos
acaban con la vida de la víc ma, tal y como ocurrió en el supuesto
analizado por esta Sala en Sentencia 371/2018, de 19 de julio, ante un
supuesto de asesinato come do hacia su pareja que había abandonado
el hogar y que regresó para con nuar su convivencia con quien más
tarde acabaría matándola de 51 puñaladas. Es por ello por lo que son
compa bles, la referida circunstancia agravante de parentesco,
fundada en vínculos familiares y de afec vidad, presentes o pasados en
98
el caso de cónyuges o parejas de hecho, con la agravación basada en el
hecho de haberse come do el delito con una determinada mo vación,
relacionada con la condición de la víc ma como mujer por razones de
su género. Pero la circunstancia de que sea compa ble con la agravante
de parentesco en las situaciones de pareja con convivencia no excluye
que la agravante de género del art. 22.4 cp pueda aplicarse también
aisladamente si el ataque se hace a una mujer con la que el sujeto ac vo
no ene ninguna relación de pareja o expareja, pero se pueda
desprender de la prueba prac cada que se ha realizado el ilícito penal
con actos que implican dominación del hombre hacia una mujer por el
hecho de ser mujer”.
La STS 626/2023, de 19 de julio, hace referencia en su Fundamento
Jurídico Tercero al Convenio de Estambul para señalar lo que debe
entenderse por violencia contra las mujeres, violencia contra la mujer
por razón de género 108 , y la sanción de los delitos previstos en el
convenio que se condenarán con independencia de la relación existente
entre la víc ma y el autor del delito, de conformidad con lo establecido
en el ar culo 43 del Convenio.
En el mismo Fundamento Jurídico Tercero delimita la aplicación de las
agravantes para los delitos que no con enen en su configuración tales
circunstancias agravantes dado que : “los elementos que conforman el
po no pueden separarse del mismo para cons tuir circunstancias
independientes”, es el principio de prohibición de la doble valoración o
108 Señala el Convenio de Estambul en su ar culo 3 que a los efectos del Convenio se
deberá entender por violencia contra las mujeres: “una violación de los derechos
humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y designará todos los actos
de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres
daños o sufrimientos de naturaleza sica, sexual, psicológica o económica, incluidas las
amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en
la vida pública o privada”. Y violencia contra las mujeres por razones de género, “ toda
violencia contra una mujer porque es una mujer o que afecte a las mujeres de manera
desproporcionada”.
Consejo de Europa, Convenio…, op. cit., p. 5.
99
desvaloración establecida en el ar culo 67 del código penal 109 , en
relación con las reglas del ar culo 66 de aplicación de las penas en
función de las atenuantes o agravantes concurrentes en el caso. No será
viable aplicar la agravante de género ni la de parentesco respecto de
aquellos pos penales que ya prevén entre sus elementos que
necesariamente exista o haya exis do entre víc ma y autor esta
relación, como ocurre con los delitos recogidos en los ar culos 148.4º
cp, 153.1 cp, 171.4 cp, 172.2 cp, pues de lo contrario se estaría
vulnerando la prohibición non bis in idem.
Señala el argumento jurisprudencial la dificultad que entraña la
incorporación de la agravante 22. 4ª cp, al coexis r con otras
agravaciones con las que pueden compar r puntos de confluencia. Pese
a ello, el Tribunal Supremo ha ido sentando precedentes en relación con
su aplicación, tal como hemos visto en las resoluciones analizadas.
STS 935/2023, de 18 de febrero, Roj: STS 5691/2023
En esta sentencia, el procesado, que ya había sido condenado
anteriormente por delitos de malos tratos en el ámbito de la violencia
de género, mantuvo una relación sen mental, con convivencia, con la
víc ma durante unos meses, hasta que fue de nuevo condenado e
impuesta la prohibición de acercarse a la víc ma y de comunicarse con
ella. Pese a todo contactó con ella y hablaron de su relación. El
procesado no aceptaba la ruptura de la relación y con nuó llamando y
enviando mensajes a la víc ma desde su móvil y desde otros cuando
éste era bloqueado. Un día se acercó a la víc ma, le cambió
intencionadamente el móvil sin que ella se percatara, le instaló una
aplicación y se lo devolvió. Con esta aplicación el procesado podía
109 El cual dispone que: “Las reglas del ar culo anterior no se aplicarán a las
circunstancias agravantes o atenuantes que la Ley haya tenido en cuenta al describir o
sancionar una infracción, ni a las que sean de tal manera inherentes al delito que sin la
concurrencia de ellas no podría cometerse”.
100
vigilar sus movimientos, salidas, conversaciones, incluso hablarle a
través de esta llegando un día a decirle: “¿quién hay ahí hija de puta?,
gira la cámara”. La víc ma le recriminó esta conducta y el procesado le
amenazó diciéndole que si quitaba la aplicación al móvil la mataría
delante de sus hijas. Aun así, decidió desinstalarla. El procesado la llamó
con la excusa de que su madre estaba muy enferma y acudió a verlo,
recriminándole este haber desinstalado la aplicación y la obligó a ir a
un lugar donde comenzó a insultarla, a agredirla y la amenazó con
matarla. Ella, ante el peligro, cedió a todo lo que le pidió, agrediéndola
sexualmente con penetración vaginal y con una felación, a la vez que la
culpaba de todo lo que había sucedido. Tras estos acontecimientos la
víc ma presenta sintomatología ansioso-depresiva y postraumá ca.
El procesado fue condenado en primera instancia 110 por 7 delitos: un
delito con nuado de quebrantamiento de co ndena (art. 468 cp), uno
de maltrato habitual (art. 173.2 cp), uno de maltrato de obra (art. 153
cp), uno de amenazas en el ámbito de la violencia de género (art. 171.4
y 5.2 cp), uno de acoso (art. 172 ter cp), uno de descubrimiento de
secretos (art. 197 cp), y uno de agresión sexual (art. 178 cp).
En primera instancia la acusación par cular solicitó la aplicación de la
agravante de parentesco y la de género , a los delitos de revelación de
secreto y de agresión sexual, además de la de reincidencia al delito de
maltrato, siendo apreciada por el tribunal que consideró en cuanto a la
de parentesco que la víc ma y el procesado mantuvieron una relación
de carácter estable de afec vidad análoga a la conyugal y respecto de
la de discriminación de género, que las circunstancias del caso reflejan
la dominación que el acusado pretende ostentar y ejercer sobre la
víc ma por el hecho de ser mujer, u liza expresiones am enazantes
dirigidas a doblegar la libertad de criterio de la víc ma, tratando de
110
Sentencia Audiencia Provincial de Baleares 352/2022, de 22 de julio de 2022, (Roj:
SAP IB 2111/2022).
101
imponer su voluntad sobre ella, dentro de ese ámbito de control y
celos. Señala la sentencia de instancia que: "La causa úl ma de la
violencia contra las mujeres no ha de buscarse en la naturaleza de los
vínculos familiares, sino en la discriminación estructural que sufren las
mujeres como consecuencia de la ancestral desigualdad en la
distribución de los roles sociales".
La sentencia de primera instancia proclama con relación a ambas
agravantes, que si bien la sentencia del Tribunal Superior de Jus cia de
las Islas Baleares nº 131/2021, de 16 de febrero rechaza la
compa bilidad de las agravantes de género y de parentesco, ello es
contrario a lo admi do por el Tribunal Supremo en sus sentencias, la
STS 257/2020, de 28 de mayo; la STS 136/2020, de 8 de mayo; la STS
707/2018, de 15 de enero; la STS 99/2019, de 26 de febrero y la STS
233/2019, de 29 de abril, entre otras. Además, recuerda las directrices
de la reforma del Código Penal operada por la Ley Orgánica 1/2015 en
consonancia con el Convenio de Estambul ra ficado por España en
2014. Por ello reconoció ambas agravantes para los delitos de
descubrimiento de secretos y agresión sexual.
Esta sentencia fue recurrida por el procesado en apelación, ante el
Tribunal Superior de Jus cia de Baleares, que es mó en parte el
recurso, al considerar que no estaba acreditado el delito de maltrato
de obra en el ámbito de la violencia de género ni el de agresión sexual.
Para el tribunal, las circunstancias de que la víc ma solo pudiera
determinar de forma aproximada la fecha de los hechos, que no diera
no cia de lo acaecido al policía tutor y de que la víc ma tardara meses
en poner la denuncia, era di cilmente jus ficable por el miedo que
pudiera sen r la víc ma, ya que ésta anteriormente lo había
denunciado y había resultado condenado por malos tratos, siendo la
“mera” sustracción del móvil el desencadenante de la nueva denuncia
que dio lugar al proceso. Todo ello causa duda al tribunal sobre la
102
fiabilidad del tes monio de la víc ma, contradicciones y la ausencia de
corroboraciones externas sobre hechos concretos. Por ello, el tribunal
de apelación absolvió al procesado por los delitos señalados y confirmó
el resto de la sentencia en todos sus extremos.
Tras la no ficación de esta nueva resolución, ambas partes, procesado
y víc ma recurrieron en casación, argumentando el procesado, entre
otras cues ones, aplicación indebida del delito de acoso del art. 172 ter
cp y del delito de malos tratos habituales del art. 173.2 cp, y la víc ma,
inaplicación indebida del delito de agresión sexual del art. 178 cp.
El Tribunal Supremo en su sentencia es ma los argumentos ver dos
por el procesado en su recurso en cuanto al delito de maltrato habitual,
al considerar que cuando se denunciaron los hechos no exis a
convivencia por lo que di cilmente podía generarse un clima
persistente en el hogar. Por el contrario, no es mó el argument o
respecto del acoso, al considerar que sí que quedó probado que la
víc ma tuvo una efec va alteración de la vida co diana tras los
mensajes recibidos.
En cuanto al argumento de la víc ma de inaplicación indebida del delito
de agresión sexual, señala el Alto Tribunal, que: “Aunque cabría en
abstracto anular la sentencia del Tribunal Superior de Jus cia
rehabilitando la condenade la Audiencia Provincial, ello solo sería
posible si se observase una valoración absolutamente ilógica; tan
irracional que pudiese ser ldada de irrespetuosa con el derecho a la
tutela judicial efec va. Pero no es así. La argumentación del Tribunal
Superior de Jus cia, más allá de que la recurrente la comparta o no, o
de que le pueda parecer más adecuada la de la Audiencia Provincial, es
razonable y no se aparta de la lógica. No es por tanto fiscalizable en
casación, al ser una valoración pro reo”. Solo al sujeto pasivo del
proceso, al agresor, corresponde el derecho fundamental a la
103
presunción de inocencia. Las partes acusadoras no gozan de tal
derecho, carecen de legi mación para invocarla y tampoco existe un
reverso de tal derecho, de tal forma, que las discrepancias de las
acusaciones con una indebida aplicación de la presunción de inocencia
habría que buscarlo en otro argumento casacional que no es el que se
ha planteado.
No obstante, señala la sentencia que el recurso podría haberse
enfocado desde la tutela judicial efec va si se ve que los órganos
jurisdiccionales se han apartado de unos estándares mínimos de
“razonabilidad”. Añade que: “La impugnación aquí ven lada podría
enfocarse desde el prisma de la tutela judicial efec va, pero con ese
preciso y estrecho contenido definido que no puede expansionarse
hasta abarcar todas las discrepancias sobre valoración de la prueba o
aplicación del derecho. Solo se pueden corregir con esa herramienta,
que se ob ene combinando los arts. 852 LECrim y 24.1 CE, aquellas
decisiones que por su irracionabilidad supongan algo más que un
quebranto de la legalidad o aplicación de discu bles criterios de
valoración. Solo cuando una sentencia absolutoria sea arbitraria,
incurra en un error patente, carezca de mo vación, introduzca una
mo vación extravagante o irracional o realice una aplicación de la
presunción de inocencia absolutamente al margen de sus contornos
racionales, podrá anularse por la fuerza del derecho a la tutela judicial
efec va”.
Entendemos por esta argumentación, que el planteamiento del recurso
por parte de la representación de la víc ma hizo que el Tribunal
Supremo no pudiera entrar a valorar la indebida inaplicación del delito
de agresión sexual. Debió interponer el recurso de casación
fundándose en la infracción de un precepto cons tucional del ar culo
852 LECr, combinándolo con el ar culo 24.1 CE, del derecho a obtener
la tutela judicial efec va en el ejercicio de sus derechos e intereses
104
legí mos sin que pueda producirse indefensión. De esta forma y tal
como señala la sentencia se hubiera podido entrar a valorar el
argumento, lo que no quiere decir, que hubiera resultado es mado,
pero al menos sí valorado en casación.
El tribunal de primera instancia (Sentencia de la Audiencia Provincial de
Baleares nº 352/2022 de 22 de julio, Roj: SAP IB 2111/2022), consideró
como prueba de cargo esencial la declaración de la víc ma, dado que
los hechos se produjeron en la clandes nidad, como es frecuente en
los delitos de violencia contra la mujer y para dicha prueba contó con
determinados elementos de corroboración, señalando en la sentencia
el valor que la doctrina jurisprudencial concede a la declaración de la
víc ma como prueba de cargo, indicando referencias de sentencias del
Tribunal Supremo sobre los requisitos y algunas citas de ellas. Lo
narrado por la víc ma se consideró creíble, cumplía con los requisitos
mencionados por el Alto Tribunal, estando dotada de gran coherencia
interna y contenía datos obje vos de carácter periférico corroborados
con las declaraciones de su hija y de una amiga y compañera de trabajo.
No obstante, en apelación no se consideró fiable la declaración de la
víc ma respecto a este delito de agresión, como se ha señalado, y el
Tribunal Supremo, en relación con el delito de agresión sexual, no pudo
entrar a valorar por lo señalado anteriormente.
En relación con las agravantes de parentesco y género respecto al
delito de revelación de secreto, se mantuvo la sentencia de instancia
que mantenía la compa bilidad de ambas, tal como se ha indicado con
anterioridad, manteniendo la sentencia dictada en apelación a dichos
argumentos.
Podemos concluir que, la sentencia de primera instancia se dictó
incorporando la perspec va de género al apreciar las agravantes de
género y parentesco en los delitos que podía incluirlas, así como que
105
tuvo en cuenta en su argumentación norma va y doctrina internacional
de especial trascendencia para la protección de los derechos humanos
de las mujeres.
STS 351/2021, de 28 de abril, (ROJ 1732/2021)
En esta sentencia, el acusado ya contaba con una condena por un delito
de maltrato habitual, otro de inducción a un/a menor a abandono del
domicilio, dos delitos de maltrato no habitual, y un delito de amenazas
leves, con suspensión de la ejecución de las penas de prisión. Conforme
a los hechos probados, el acusado tenía una relación sen mental con la
víc ma, con convivencia desde que tuvieron a una hija en común.
Desde ese momento, los celos, la falta de respeto, insultos del acusado
hacia su pareja hicieron que ésta estuviera some da a él, sufriendo
agresiones sicas que nunca llegó a denunciar simulando haberse caído
y haber tenido pequeños accidentes, todo ello por temor a señalar al
acusado como autor de tales hechos. Controlaba sus horarios,
supervisaba su móvil, leía las conversaciones, controlaba su cuenta
bancaria, hasta provocar en la víc ma, de 19 años, los síntomas de la
“indefensión aprendida”, considerando normal lo que le ocurría.
La sentencia relata unos hechos sicos de un día concreto de gran
brutalidad, de lesiones con objeto peligroso como cable a modo de
lá go, agresiones sexuales con penetración anal, vaginal y bucal; orinar
encima de ella y obligarle a beber la orina; obligarle a introducirse
dis ntos pos de objetos por el ano, llaves calentadas y quemarla en las
piernas y nalgas con cigarrillos. Le causó lesiones psicológicas que
requirieron tratamiento psiquiátrico y lesiones sicas que requirieron
de tratamiento médico para estabilizar las lesiones de 277 días y
valoración de posible cirugía, curas múl ples de heridas y quemaduras,
realización de endoscopia rectal para estudiar lesiones anales y si
persisten las secuelas. La policía acudió al domicilio al día siguiente de
106
los hechos ocurridos tras un aviso anónimo y al abrir el acusado la
puerta, ella logró ar cular la palabra “ayuda” sin emi r sonido alguno,
procediendo a la detención del acusado.
La Audiencia Provincial de Navarra condenó al acusado por los
siguientes delitos: un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar
(173.2 cp), un delito con nuado de agresión sexual con acceso carnal
(178, 179 y 180.1.a) cp), con la agravante de parentesco del art. 23 cp y
de cometer el delito por razones de género del art 22.4ª cp, un delito
de lesiones agravadas en el ámbito familiar (147.1, 148.1 y 4 cp), un
delito de revelación de secretos (197.1 y 5 cp), y un delito de amenazas
(169 cp).
El condenado interpuso recurso de apelación ante el Tribunal Superior
de Jus cia de Navarra, el cual mantuvo íntegramente la sentencia de la
Audiencia Provincial salvo respecto al delito de amenazas, por el que
absolvió al condenado111. Dicha sentencia fue recurrida en casación por
el acusado, alegando error en la apreciación de la prueba, impugnando
toda la prueba valorada por el tribunal juzgador de todos los delitos y
de las agravantes de parentesco y género, entre otras.
Esta STS 351/2021, de 28 de abril, en su Fundamento Jurídico Cuarto
analiza las agravantes de parentesco y género y su compa bilidad,
esgrimiendo los argumentos que hemos señalado anteriormente. El
fundamento de la agravante de género se encuentra en la mayor
reprochabilidad que supone cometer un ilícito penal contra una mujer
por el hecho de ser mujer y en los actos que implican o evidencian un
obje vo y fin de sen rse superior a ella. No puede excluirse este
comportamiento por el hecho de no exis r una previa relación
sen mental, actual o pasada. Ya que tal actuación se basa en la
consideración de trato desigual y la agravante viene a ampliar la
111 STSJ NA 10/2020, de 23 de sep embre, (ROJ: STSJ NA 365/2020).
107
protección de los derechos de las mujeres frente a la criminalidad
basada en razones de género. Es una agravación por cons tuir una
manifestación específicamente lesiva de violencia, de desigualdad y
dominación del hombre sobre la mujer.
En cuanto a su compa bilidad, también señala que la circunstancia
modifica va de la responsabilidad criminal de parentesco ene un
fundamento obje vo de agravación que se aplica siempre que medie
entre autor y víc ma las relaciones previstas para que se dé esta
agravante, y la agravante de género ene un fundamento subje vo,
requiriendo del autor que actúe con el ánimo de mostrar su
superioridad frente a la víc ma mujer y demostrarle que ésta es inferior
por el mero hecho de serlo. Por ello no se vulnera la doble valoración
non bis in idem, al exis r dos hechos dis ntos, que no enen por qué
darse necesariamente juntos, permi endo fundamentar la agravación
en uno y otro caso.
También recurre al Convenio de Estambul para señalar lo que éste
señala como violencia contra las mujeres, como violencia contra la
mujer por razón de género y la sanción de los pos señalados en el
convenio con independencia de la relación existente entre la víc ma y
el autor del delito.
STS 344/2020, de 25 de junio Roj: STS 2100/2020
En virtud de lo señalado en la sentencia, el procesado había sido
despedido por la encargada de la pizzería donde trabajaba, estaba
molesto con ella y, como conocía su número de teléfono, publicó en
páginas de Internet, como pasión.com, milanuncios.com y
mundoanuncios.com, diversos anuncios que indicaban querer tener
sexo de forma muy explícita y gra s, indicando el número de teléfono
al que debían llamar, que era el de la encargada de la pizzería. Estos
108
hechos llevaron a la víc ma a recibir un número no preciso de llamadas
solicitando la prestación de los servicios sexuales que anunciaba, sin
que conste acreditado que se alterase gravemente el desarrollo de su
vida co diana. El Juzgado de lo Penal consideró que los hechos no eran
cons tu vos de delito alguno, por considerar que los mensajes no
habían afectado a la víc ma gravemente en el desarrollo de su vida
co diana, por lo que no podía condenarle por un delito del art. 172
ter.1 cp y , por lo tanto, absolvió al procesado.
Tras la no ficación a las partes de la sentencia, la víc ma recurrió ante
la Audiencia Provincial, la cual, es mó parcialmente el recurso y, en
base a los mismos hechos probados, consideró que el procesado era
autor de un delito de injurias graves con publicidad, sin la concurrencia
de circunstancias modifica va de la responsabilidad (SAP GI 134/2019,
de 12 de marzo, Roj: SAP GI 2304/2019).
Esta sentencia que resuelve la apelación considera que, insertar en
páginas de periódicos digitales que anuncian bienes, servicios y
contactos de po sexual por una persona ajena al propio anunciante,
sin su consen miento, incluyendo a esta persona como prestadora de
tales servicios sociales gratuitos y casi rayando la ninfomanía, es una
acción desarrollada en descrédito y humillación de tal persona. No es
una simple moles a por tener que contestar al teléfono, sino que es
poner en entredicho una cues ón tan ín ma como la del ejercicio
sexual en todas sus facetas que afecta a la consideración social de un
bien personal muy ín mo.
La sentencia va más allá y señala que téngase en cuenta que la prác ca
sexual es todavía, lamentablemente, un estereo po u lizado en
nuestra sociedad para la degradación y vilipendio de las personas,
especialmente de las mujeres, acusándolas de prác cas que se ldan
de inapropiadas, como las relaciones frecuentes con varios hombres, o
con hombres que no son su pareja estable, o de prác cas deseadas por
109
ellas mismas en donde adoptan un comportamiento ac vo (todo ello
en el ámbito de la heterosexualidad), de suerte que quien imputa falsa
y voluntariamente a una mujer ese es lo de sexualidad exagerada no
lo hace de manera simplemente descrip va o sin adoptar postura o
juicio de valor, sino todo lo contrario, con intención de que las
moles as que reciba de los clientes la humillen.
Añade la sentencia que de haber querido el procesado solo molestar,
podía haberlo hecho con otro po de anuncios, como la venta de un
piso o de determinados objetos a un precio bajo, en lo que debería
soportar las llamadas de personas que quisieran comprar a buen
precio, pero no soportar las llamadas lascivas requiriendo
comportamientos sexuales. Y que en este caso lo ofrecido en el
mercado generalista no era un piso lujoso o un objeto preciado, sino la
propia perjudicada como objeto sexual.
Por todo ello, la Audiencia Provincial, consideró que los hechos eran
cons tu vos de un delito de injurias graves con publicidad, sin realizar
una nueva interpretación probatoria de lo ya realizado en el acto del
juicio.
No ficada la sentencia, el procesado recurrió en casación por la
infracción de ley y la indebida aplicación de los ar culos 208 y 209 cp,
convocándose el Pleno Jurisdiccional de la Sala Penal del Tribunal
Supremo para la deliberación y fallo.
Alega el recurrente que no exis ó “animus injuriandi ”, no exis ó el
ánimo de menoscabar la fama ajena o de atentar contra la es ma de
una persona. No publicó fotos de ella, ni creó un perfil falso, ni hizo
fotomontaje. Los anuncios no con enen datos que desvelen la
iden dad de la denunciante, nadie podría conocerla, por lo que no
concurren la conexión entre la ofensa y la persona a la que se ofende
necesario en el “animus unjuriandi”.
110
Sin embargo, proclama el Tribunal Supremo en el Fundamento Jurídico
Cuarto de su sentencia, que el bien jurídico protegido del delito de
injurias del art. 208 cp es el derecho al honor, el cual es cambiante en
cuanto a que depende de las normas, valores e ideas sociales vigentes
en cada momento. El honor no se conforma solo con la fama que pueda
tener una persona, la valoración social o la consideración que de ella
puedan tener terceras personas, sino que comporta también que nadie
sea despreciado en el respeto personal más elemental. El ar culo 208
tutela la dignidad del ser humano frente a: “acciones o expresiones que
sacuden el marco interno de la es mación del sujeto pasivo”, protege
el derecho de cada persona a ser respetada y valorada como ser
individual y social con sus caracterís cas y condiciones par culares, por
el hecho de ser persona.
Con núa argumentando la sentencia en el Fundamento Jurídico
Quinto, que los mensajes publicados por el procesado enen un
significado infamante, degradante y de menosprecio, a lo que se añade
la intención injuriante, pese a que el recurrente alegue la ausencia de
tal intención. El honor puede ser lesionado por una agresión profunda
a la autoes ma y a la dignidad inmanente al ser humano, por lo que el
elemento subje vo del po de injurias se cumple con la realización de
actos o emisión de expresiones que saben que comportarán
humillación y vejación personal de la persona des nataria.
No se ha aplicado la agravante por razón de género, ni en apelación ni
en casación, pese a que en ambas se señala que no se trata de una
simple cues ón de moles a por tener que responder a las llamadas de
teléfonos, sino que pone en entredicho una cues ón tan ín ma como
la del ejercicio sexual en todas sus fases (de cómo, cuándo y con quién),
que afecta a la propia es mación y a la consideración social de un bien
personal ín mo.
111
Por el po de hechos producidos, la sentencia podría haberse dictado
con una perspec va de género mayor de la mencionada en la sentencia
que solo hace referencia a lo que señala la de apelación cuando dice
que: “quien imputa falsa y voluntariamente a una mujer ese es lo de
sexualidad exagerada no lo hace de manera simplemente descrip va o
sin adoptar postura o juicio de valor, sino todo lo contrario, con
intención de que las moles as que reciba de los clientes la humillen. De
no ser así y pretender simplemente la moles a, como ya hemos
apuntado, el ámbito de invasión podía haber sido otro muy diferente,
como por ejemplo publicitar que se vende un piso céntrico o un objeto
de colección a precios muy baratos, puesto que en este caso lo que se
debería soportar serían las llamadas abrumadoras de los compradores
interesados, pero no llamadas lascivas requiriendo comportamientos
sexuales".
112
Enfoque de derechos humanos
sobre la violencia digital de género:
marco de la debida diligencia
6. ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS SOBRE LA
VIOLENCIA DIGITAL DE GÉNERO: MARCO DE LA
DEBIDA DILIGENCIA
La violencia de género digital como con nuum de la violencia contra las
mujeres es una violación de los derechos humanos. Es una
manifestación del desequilibrio histórico entre la mujer y el hombre que
ha llevado a la discriminación y dominación del hombre sobre la mujer.
Por ello, la violencia de género digital hay que analizarla bajo la
perspec va de derechos humanos y aplicando las mismas normas
internacionales, regionales, nacionales y autonómicas que tenemos en
cuenta para la prevención, persecución, sanción, resarcimiento y
erradicación de la violencia contra las mujeres.
El informe de la Relatora Especial de la violencia contra la mujer, sus
causas y consecuencias de la ONU de 2018, señala en sus conclusiones,
párrafo 89, que: “el derecho internacional de los derechos humanos y
los Obje vos de Desarrollo Sostenible y sus metas sobre el logro de la
igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y las niñas y la
eliminación de la violencia contra la mujer en la vida pública y privada
son plenamente aplicables en espacios digitales y ac vidades facilitadas
por las TIC”. Añade que las TIC deben permi r: “acelerar el logro de los
derechos humanos, como la igualdad de género, el empoderamiento de
la mujer y la eliminación de la discriminación y violencia contra la
mujer”. Así como que: “el principio de que los derechos humanos y los
derechos de la mujer deben ser protegidos tanto por los medios
tradicionales como en línea debe formar parte integral del derecho a
una vida libre de nuevas formas de violencia en línea y facilitada por las
TIC contra la mujer, respetando al mismo empo el derecho a la libertad
de expresión y el derecho a la privacidad y la protección de los datos”112.
112 Párrafo 89, página 20. Consejo de Derechos Humanos de la ONU, op. cit., p. 6.
114
La in midación, el acoso y la violencia que mujeres y niñas sufren en los
contextos digitales, impiden que puedan disfrutar de sus derechos
humanos y libertades fundamentales como el derecho a la libertad de
expresión, el derecho a la privacidad y protección de datos personales,
el derecho de reunión y asociación o derecho a la integridad personal.
Esta dificultad obstaculiza la par cipación plena, efec va y en
condiciones de igualdad de las mujeres en los asuntos económicos,
sociales, culturales y polí cos, lo que impide el logro de la igualdad de
género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas. Así lo ha
señalado el informe del Consejo de Derechos Humanos: “Acelerar los
esfuerzos para eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas:
prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas en los contextos
digitales” de 2 de julio de 2018, en su párrafo tercero113.
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, en su ar culo 2.e), establece que los
Estados parte condenan la discriminación contra la mujer en todas sus
formas y convienen en llevar adelante una polí ca dirigida a eliminar la
discriminación contra la mujer, para lo que se comprometen a tomar las
medidas adecuadas para eliminar tal discriminación prac cada por
cualquier persona, organización o empresa114.
El ar culo 4.c) de la Declaración sobre la eliminación de la violencia
contra la mujer, indica que los Estados no proclamarán ninguna
costumbre, tradición o consideración religiosa para eludir la eliminación
de la violencia contra la mujer, debiendo aplicar una polí ca dirigida a
113 Consejo de Derechos Humanos. Acelerar los esfuerzos para eliminar la violencia
contra las mujeres y las niñas: prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas
en los contextos digitales. Proyecto A/HRC/38/L.6, de 2 de julio de 2018. Disponible en:
h ps://ap.ohchr.org/documents/dpage_e.aspx?si=A/HRC/38/L.6
114 Asamblea General de la ONU, Convención sobre la eliminación…, op. cit., p. 28.
115
eliminarla y a tal fin: “proceder a la debida diligencia115 a fin de prevenir,
inves gar y conforme a la legislación nacional, cas gar todo acto de
violencia contra la mujer, ya se trate de actos perpetrados por el Estado
o por par culares”116.
El Convenio de Estambul señala en su ar culo 5 y, en relación con las
obligaciones del Estado y la debida diligencia, que los Estados se
abstendrán de cometer actos de violencia contra las mujeres y que por
lo tanto, las autoridades, personal funcionarial, agentes e ins tuciones
estatales que actúan en nombre del Estado deben comportarse
conforme a esta obligación, asimismo, los Estados adoptarán las
medidas legisla vas y las que consideren necesarias para actuar con la
diligencia debida para prevenir, inves gar y cas gar los actos de
violencia incluidos en el Convenio y resarcir por éstos, cuando son
come dos por actores no estatales117.
Asimismo, como obligación general, el art. 18 del Convenio de Estambul
proclama que, contra cualquier nuevo acto de violencia el Estado
protegerá a las víc mas con las medidas legisla vas o cualquier otra que
sea necesaria, velará para que existan mecanismos adecuados que
permitan una cooperación eficaz entre los organismos estatales
per nentes, incluidas las autoridades judiciales, fiscales, fuerzas y
cuerpos de seguridad, autoridades locales y regionales, así como
organizaciones y en dades para proteger y apoyar a las víc mas. Estas
medidas se basarán en una comprensión fundamentada en el género
de la violencia contra las mujeres y la violencia domés ca; y se
115 La debida diligencia permite evaluar si un Estado ha cumplido o no sus obligaciones
de adoptar medidas posi vas para impedir la violencia y proteger a la mujer, cas gar a
los autores de actos violentos e indemnizar a las víc mas de la violencia. No se trata de
responder a la violencia una vez se ha producido sino de prevenir que ocurra y
transformar las estructuras y valores patriarcales que perpetúan esta violencia.
116 Asamblea General de la ONU, Declaración sobre la eliminación…, op. cit. p.5.
117 Consejo de Europa, Convenio…, op. cit, p. 5.
116
concentrarán en los derechos humanos y la seguridad de la víc ma, en
un enfoque integrado que tenga en cuenta la relación entre las víc mas,
los autores, el entorno social, que evite la vic mización secundaria, que
estén dirigidas a la autonomía e independencia económica de las
mujeres víc mas de la violencia y que respondan a las necesidades
específicas de personas vulnerables118.
Vemos como todos los instrumentos internacionales y regionales
exigen la implementación de la debida diligencia para prevenir,
proteger, inves gar, sancionar y reparar a las víc mas de actos de
violencia de género ya sean come dos por agentes estatales, como por
actores no estatales y empresas privadas.
6.1. Debida diligencia para prevenir
La prevención crea conciencia sobre la violencia de género digital como
forma de violencia contra las mujeres y facilita información acerca de
los servicios de los que se disponen para frenar esta violencia, así como
de la protección jurídica que se puede obtener, evitando que esta
violencia se repita. Es obligación de los Estados adoptar las medidas que
se es men necesarias para evitar las violaciones de los derechos
humanos come dos en el extranjero por intermediarios de internet, tal
como lo indicó la Relatora Especial de la violencia contra la mujer, sus
causas y consecuencias de la ONU, en su informe de 2018119.
La Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, trasladó a la esfera pública un problema
considerado del ámbito privado, como era la violencia ejercida en la
pareja o expareja, se iniciaron campañas de sensibilización a gran escala
a fin de introducir nuevos valores basados, en el respeto a los derechos
y libertades fundamentales y la igualdad entre hombres y mujeres, en
118 Idem.
119 Párrafo 66, página 15 del informe. Consejo de Derechos Humanos de la ONU, op.
cit., p.6.
117
fomentar cambios en los patrones de comportamiento y normas
sociales que normalizan la violencia del hombre contra las mujeres en
el ámbito de la pareja o expareja. Sin embargo, como señalaba el primer
informe de Evaluación España del Grupo de Expertas en Lucha contra la
Violencia contra las Mujeres y la Violencia Domés ca (GREVIO), no
reconocía el mismo cambio para otras formas de violencia incluidas en
el convenio de Estambul que enen sus raíces en la creencia de la
superioridad masculina sobre las mujeres y niñas. La mo vación para
realizar determinadas conductas como la agresión sexual, el acecho y
otras, es el poder y el control sobre la mujer, sobre su cuerpo, su mente,
su situación económica, su sexualidad o sus funciones reproduc vas,
valores que normalizan tal poder y que deben ser deconstruidos en
todos los sectores de la sociedad120.
Las agresiones sexuales en nuestro país, tanto offline como online, son
numerosas, pese a que solo una pequeña parte es denunciada. Sobre
ello se pronuncia el primer informe GREVIO, que manifiesta que les
preocupa el aumento en el número de violaciones en grupo en general,
en la que están involucradas víc mas y agresores menores. Ello
requiere la adopción de medidas sobre educación sexual basada en el
respeto a la autonomía sexual de todas las mujeres y hombres, niñas y
niños, por lo que anima a las autoridades españolas a involucrar a la
sociedad en general a este cambio, en par cular a hombres y niños, a
través de programas de prevención, campañas y otras medidas a fin de
prevenir y comba r las diferentes formas de violencia contra las
mujeres, mediante el desarrollo de respeto por la autonomía y el
consen miento sexual, la concienciación sobre el acoso sexual y la
violencia contra las mujeres ejercida por medios telemá cos121.
120 GREVIO (2019). Primer Informe de Evaluación España, Convenio de Estambul,
Consejo de Europa, párr. 76 a 78. Disponible en:
h ps://violenciagenero.igualdad.gob.es/marco -internacional/informesgrevio/
121 Ibidem, párr. 79 y 80.
118
Los compromisos internacionales asumidos, así como las
movilizaciones promovidas por movimientos feministas, están
permi endo que las agresiones sexuales online y offline, estén teniendo
una mayor visibilidad, dando a conocer los desa os existentes para
enfrentar esta situación por parte de los poderes públicos. Las
violencias sexuales son una cues ón social y un problema estructural
relacionado con una cultura machista, arraigada en patrones
discriminatorios que debe empezar a transformarse desde la
educación, por ello la prevención es fundamental.
El Estado debe adoptar y aplicar un marco jurídico sobre la prevención
de la violencia contra las mujeres tanto offline como online 122 y, en
atención a esta obligación, diferentes leyes y acuerdos han sido
aprobadas, como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género,
adoptado en 2017, o la Ley Orgánica 10/2022, de 6 de sep embre, de
garan a integral de la libertad sexual, que prevé en su Título II
actuaciones para la prevención y sensibilización contra las violencias
sexuales en el ámbito educa vo, sanitario, digital, de la comunicación,
publicitario y laboral; previendo el desarrollo de protocolos y formación
para detectar las violencias123. También cabe mencionar la Ley Orgánica
8/2021, de 4 de junio, de protección integral de la infancia y la
adolescencia frente a la violencia, que combate la violencia sobre la
infancia y la adolescencia desde una aproximación integral, otorgando
prioridad a la prevención, estableciendo medidas de sensibilización,
prevención y detección precoz124.
122 En el informe GREVIO de 2024, puede obtenerse información de los avances en
materia de violencia contra las mujeres desde 2019 a 2023.
GREVIO (2024). Informe presentado por España de conformidad con el ar culo 68,
apartado 1 del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la
violencia contra las mujeres y la violencia domés ca (1ª ronda de evaluación temá ca).
Disponible en: h ps://rm.coe.int/grevio-inf-2024-1-spain-1st-thema c-evalua on-
round-eng/1680ae0c38
123 Ley Orgánica 10/2022, op. cit. p. 19.
124 Ley Orgánica 8/2021, op. cit., p. 30.
119
Es una obligación de los Estados pificar las conductas violentas
digitales contra las mujeres, pero igualmente es obligatorio que esta
pificación se realice con claridad, evitando la inclusión de conceptos
confusos. Es todo un reto para las autoridades jurisdiccionales la
aplicación de leyes confusas, que en no pocas ocasiones genera dudas
que acaban favoreciendo al reo y perjudicando a las víc mas de estas
violencias. Por ello, el Estado debe ser especialmente cauteloso en las
modificaciones legisla vas y en la regulación de los nuevos delitos, para
asegurar que contengan definiciones claras que no den lugar a
confusión.
6.2. Debida diligencia para proteger
El Convenio de Estambul regula las órdenes urgentes de prohibición
(art. 52) que podrán adoptarse contra el agresor, en caso de peligro
inmediato, como son el abandono del domicilio de la víc ma y la
prohibición de comunicarse con ella durante un período determinado,
y las órdenes de protección (art. 53), a través de las cuales las víc mas
pueden recibir una protección inmediata por un período de empo
determinado.
Para la protección de las mujeres y las niñas víc mas de la violencia
digital, se requiere igualmente la adopción de órdenes de protección
que eliminen un contenido perjudicial o su distribución, así como una
rápida intervención de los intermediarios de internet, y, en su caso si es
necesario, la cooperación internacional, tal como los recoge el informe
de 2018 de la Relatora Especial de la violencia contra la mujer, sus
causas y consecuencias de la ONU125.
125Que añade en su párrafo 67, página 16, que la protección implica también: “la
obligación de los Estados de adoptar medidas posi vas para erradicar todas las formas
de violencia, incluidas las manifestaciones de violencia en línea, aunque una persona no
haya presentado una denuncia (por ejemplo, en el caso de los foros en línea que en
general promueven la violencia contra la mujer)”. Consejo de Derechos Humanos de la
ONU, op. cit., p. 6.
120
España cuenta con una regulación bastante completa en cuanto a la
protección de las mujeres víc ma de violencia de género en el ámbito
de la pareja o expareja, y de sus hijos e hijas, pues desde la Ley 27/2003,
de 31 de julio, reguladora de la Orden de protección de las víc mas de
la violencia domés ca 126 , se consideraba imprescindible establecer
instrumentos jurídicos que atajaren desde el inicio cualquier conducta
que pudiera ser más grave en el futuro. También por la Ley 15/2003, de
25 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23
de noviembre, del Código Penal, se introdujo un apartado en el ar culo
503 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que permi a acordar la prisión
provisional en los casos de maltrato del entonces ar culo 153 del
Código Penal127.
Sin lugar a duda que la Ley Orgánica 1/2004 y sus posteriores
modificaciones, ha sido el más importante avance en la protección
integral para las víc mas de violencia de género en el ámbito de la
pareja o expareja, al regular nuevos pos penales y un buen número de
medidas penales, civiles, asistenciales, para proteger a las víc mas y a
hijos e hijas de éstas 128 , que fue complementado con las acciones
tomadas en el Pacto de Estado.
126 Con esta ley nació la orden de protección para las víc mas de la violencia domés ca
que pretendía mediante un rápido y sencillo procedimiento ju dicial, obtener para la
víc ma una protección integral de naturaleza civil y penal.
Ley 27/2003, op. cit., p. 30.
127 Con la finalidad de evitar que el inves gado pudiera actuar contra los bienes
jurídicos de la víc ma, eliminando el límite existente de que la pena del delito come do
tenía que ser superior a 2 años, lo que permi ó que por delitos de maltrato del art. 153
con pena inferior a los 2 años, si exis a grave riesgo de reiteración de los hechos, se
pudiera acordar la prisión provisional para el agresor.
Ley Orgánica 15/2003, op. cit., p. 23.
128 Estableciéndose la imposición de penas como la inhabilitación especial para el
ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento o la privación de
la patria potestad si tales derechos hubiesen tenido relación con el delito come do.
121
En relación con la Ley Orgánica 1/2004, si bien es cierto que es un
ejemplo a seguir al ofrecer a las mujeres toda una serie de derechos
legales y socioeconómicos, con independencia de su situación irregular
en España y crear juzgados especializados en violencia contra las
mujeres, también es cierto, como ha señalado el informe GREVIO, que
la violencia contra las mujeres es mucho más amplia que la violencia en
el ámbito de la pareja o expareja y afecta a las mujeres de manera
desproporcionada, especialmente en relación con la violencia sexual o
el acoso sexual, entre otras. La violencia sexual no está recogida en la
Ley Orgánica 1/2004, por lo que las mujeres víc mas de este po de
violencia enen dificultades para acceder a las ayudas sociales.
También preocupa al Grupo, que a fecha del informe (2019), el 33% de
las mujeres asesinadas a manos de sus parejas desde 2003 sean
extranjeras, cuando éstas representan menos del 10% de la población,
y pese a que, según los datos, estas mujeres recurren más a los
tribunales en busca de protección. Se plantea el Grupo si puede exis r
un sesgo ins tucional contra las mujeres migrantes víc mas de la
violencia en el ámbito de la pareja o expareja, ya que algunas podían
haber salvado sus vidas de haber recibido una respuesta ins tucional
más rápida y eficaz129.
129 El párrafo 20 del informe GREVIO añade que: “Inves gaciones recientes muestran
que las mujeres migrantes víc mas de violencia ejercida en el ámbito de la pareja, a
pesar de su importante capacidad de resiliencia, se enfrentan a mayores obstáculos
para ejercer sus derechos que las mujeres españolas, pero también en lo rela vo al
acceso al empleo, vivienda, educación de sus hijos, recursos sociales y ayudas
económicas. Además, el hecho de que muchas mujeres migrantes desconozcan los
cambios legisla vos recientes que permiten el reconocimiento como víc ma de
violencia de pareja sin la necesidad de otorgar una orden de protección o documento
oficial emi do por la Fiscalía … significa que las mujeres extranjeras en situación
irregular que temen no ser creídas o que no pueden probar suficientemente la violencia
no buscarán ayuda de las autoridades. El riesgo de enfrentarse a una devolución
después de que se les haya negado una orden de protección es simplemente demasiado
alto. Inves gaciones recientes muestran las barreras que existen en la prestación de
servicios en el caso de mujeres migrantes víc mas de la violencia ejercida en el ámbito
de la pareja”. Grevio, Primer Informe… op. cit., p.58.
122
También el informe GREVIO ha mostrado su preocupación por la
protección de las mujeres con discapacidad, señalando que la falta de
formación y concienciación sobre situaciones par culares de
dependencia y las intersecciones entre discapacidad y género, así como
ausencia de protocolos estandarizados, lleva a respuestas inadecuadas
por parte de los/as profesionales. La discapacidad sigue siendo un
obstáculo para recibir apoyo especializado en situaciones de violencia,
incluida la violación 130 . También se observan diferencias de
implementación del Convenio de Estambul entre las diferentes CCAA,
exis endo por lo tanto dis ntos niveles de protección y de apoyo frente
a los dis ntos pos de violencia, para lo que considera el Grupo que se
debe fortalecer la coordinación.
En España, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), ofrece
una protección específica de datos personales y cuenta con el “canal
prioritario” 131 , al que se puede comunicar la difusión de contenidos
sensibles, sexuales o violentos, aunque no seas la persona afectada y
solicitar su re rada, de forma rápida y gratuita, sin perjuicio de la
denuncia que se interponga en la Policía, Juzgado o Fiscalía.
Sin dejar de reconocer los avances referidos en la protección de las
víc mas, es importante ser consciente del largo camino que aún queda
por recorrer en materia de violencia de género en general y de violencia
de género digital en par cular, para lo cual debe hacerse un
seguimiento y evaluación de las acciones implementadas para
iden ficar las fisuras existentes e ir mejorando.
130Ibidem, párr. 22.
131Agencia Española de Protección de Datos [AEPD]. Canal Prioritario.
Disponible en: h ps://www.aepd.es/canalprioritario
123
6.3. Debida diligencia para inves gar y sancionar
El Convenio Europeo de Derechos Humanos proclama la obligación de
los Estados de regular un marco legal apropiado para proteger a las
personas contra toda forma de violencia y la obligación de las
autoridades competentes de tomar las medidas necesarias para
remediar el riesgo. Todo ello con respeto a las garan as procesales y los
derechos de las personas inves gadas132.
De conformidad con el art. 5 del Convenio de Estambul, inves gar y
sancionar es parte de las obligaciones del Estado para actuar con la
diligencia debida requerida. Por lo que, en los casos de violencia de
género digital es una obligación que las autoridades lleven a cabo una
inves gación imparcial, efec va, orientada a determinar la verdad y con
perspec va de género; debiendo las víc mas ser escuchadas y actuar
en el proceso para esclarecer los hechos y para ser reparadas.
La Relatora Especial de la violencia contra la mujer, sus causas y
consecuencias de la ONU, en su informe de 2018, señalaba la
frecuencia con la que los órganos de hacer cumplir la ley trivializan la
violencia en línea contra la mujer, al considerarlas a menudo culpables
de lo ocurrido, con las consecuencias lamentables que ello conlleva.
Una actuación de este po potencia la cultura del silencio y genera baja
tasa de denuncia, dado que las mujeres víc mas no desean hablar por
temor a ser culpadas. Incluso cuando denuncian, las mujeres
132Consejo de Europa (1950). Convenio para la protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales. Disponible en: h ps://www.echr.coe.int/european -
conven on-on-human-rights
Instrumento de Ra ficación del Convenio para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales, hecho en Roma el 4 de
noviembre de 1950, y enmendado por los Protocolos adicionales números 3 y
5, de 6 de mayo de 1963 y 20 de enero de 1966, respec vamente. Bole n
Oficial del Estado, 243, de 10 de octubre de 1979. Disponible en:
h ps://www.boe.es/eli/es/ai/1950/11/04/(1)
124
encuentran obstáculos debido a la falta de conocimientos teóricos y de
capacidad de las autoridades policiales, fiscales y judiciales. A ello se
suman el coste económico de soportar un procedimiento penal. Por lo
que considera que es fundamental evaluar el funcionamiento de los
equipos de respuesta inicial, incluidos los intermediarios de internet, la
policía, las líneas telefónicas de asistencia, el poder judicial y cuantos
organismos par cipen, a fin de obtener una descripción fiel de lo
ocurrido y de las experiencias de las mujeres para facilitarles el acceso
a la jus cia y a los recursos previstos133.
Añade el Informe de la Relatora en su párrafo 69 la importancia de la
sanción a los responsables de sus delitos, mediante penas
proporcionales y adecuadas al hecho delic vo, pues el mensaje que
transmite es de que no habrá tolerancia con estos hechos, y tampoco
impunidad ante la violencia digital contra las mujeres y las niñas, así
como que las víc mas serán escuchadas y se dará una respuesta eficaz
por parte de las autoridades competentes.
El Convenio de Estambul recoge en sus ar culos 49 y 50, la obligación
de los Estados de llevar a cabo inves gaciones sobre violencia de
género sin demoras injus ficadas, sin perjuicio del derecho de la
víc ma a todas las fases del proceso penal, con perspec va de género,
actuando de forma rápida y eficaz y ofreciendo la protección adecuada
e inmediata. Las autoridades competentes deben tomar de forma
rápida y adecuada las medidas de prevención y protección frente a
todas las formas de violencia establecidas en el convenio, incluidas las
medidas opera vas preven vas y la recogida de pruebas.
133
Véase el párrafo 68 del informe, página 16, sobre el enjuiciamiento. Consejo de
Derechos Humanos de la ONU, op. cit., p. 6.
125
En relación con la obtención de prueba en el ámbito digital, se está
haciendo un trabajo ingente para adquirir los conocimientos sobre la
evidencia electrónica, porque si bien es fundamental conseguirlas, en
el proceso deben respetarse todos los derechos humanos y en
par cular la protección y respeto del derecho a la privacidad y a la
protección de los datos, garan zando que éstos se recojan, conserven,
procesen, u licen, transfieran y divulguen de manera que se proteja la
privacidad de la persona134.
En toda inves gación la víc ma debe estar en el centro de todos los
esfuerzos, y las autoridades competentes deben llevar a cabo una
inves gación diligente, es decir, inmediata tras tener conocimiento del
hecho, profesional, especializada y por supuesto, realizada con
perspec va de género, para lo cual es necesario que los y las
profesionales que enen a su cargo tanto la inves gación como la
sanción de la violencia de género digital, tengan una formación
específica en la materia a inves gar, estén sensibilizados con la
temá ca, conozcan los conceptos básicos sobre estereo pos, principio
de igualdad y no discriminación, ges ón del riesgo, valoración de
pruebas, conocimiento del derecho y de la jurisprudencia (ambos a
nivel nacional, regional e internacional).
6.4. Debida diligencia para reparar
La Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, en su ar culo 2, consagra el principio de
igualdad comprome éndose los Estados firmantes a adoptar las
medidas que prohíban la discriminación contra la mujer, a establecer la
protección efec va contra todo acto de discriminación, a velar para que
las autoridades e ins tuciones públicas actúen conforme a tal
134ONU (2022). Guía prác ca para la solicitud de pruebas electrónicas transfronterizas.
Disponible en: h ps://sherloc.unodc.org/cld/en/st/evidence/prac cal -guide.html
126
protección, a tomar las medidas apropiadas para eliminar la
discriminación contra la mujer prac cada por cualquier persona,
organización o empresa y a modificar cualquier norma o derogarla si es
discriminatoria contra la mujer135.
En el caso de Ángela González Carreño contra España136, el Comité de
las Naciones Unidas para la Eliminación de la Discriminación contra la
Mujer, concluyó que España había violado sus derechos humanos en
virtud de la Convención sobre Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, y realizó entre otras recomendaciones,
que se pagara una indemnización a la Sra. González, la cual llevó el caso
a los tribunales españoles para hacer cumplir la recomendación del
Comité, llegando el caso al Tribunal Supremo, que reconoció la violación
de sus derechos por parte de España y ordenó el pago de una
indemnización de 600.000 euros a la Sra. González por los daños
sufridos (la STS Sala de lo Contencioso 1263/2018, de 17 de julio, Roj:
STS 2747/2018).
El Convenio de Estambul también establece como obligación de los
Estados, actuar con la diligencia debida para conceder una
indemnización a las víc mas por los actos de violencia incluidos en el
Convenio, así en su ar culo 30, prevé el derecho de las víc mas a
solicitar una indemnización por parte de los autores del delito, regulado
135 Asamblea General de la ONU. Convención sobre la eliminación… op. cit., p. 28.
136 Ángela González Carreño, tras sufrir violencia por parte de su esposo se separó en
1999. Durante varios años presentó decenas de denuncias contra su esposo solicitando
órdenes de alejamiento respecto de éste, para él y su hija. En una de las audiencias le
dijo el exesposo que le quitaría lo que más le importaba y empo después asesinó a su
hija. En 2012 la Sra. González remi ó su caso al Comité de la CEDAW alegando haber
sido víc ma de una violación por el Estado de los ar culos 2 a), b), c), d), e) y f); 5 a); y
16 solo y juntamente con los ar culos 2 y 5 de la Convención sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación contra la mujer, que las acciones de las autoridades
policiales, administra vas y judiciales cons tuían una violación de su derecho a no ser
objeto de discriminación por mo vos de género.
127
en el convenio. Asimismo, el Estado deberá conceder, en un plazo
razonable, una indemnización adecuada a quienes hayan sufrido daños
contra su integridad sica o contra la salud, en el perjuicio no cubierto
por otras fuentes, como el autor, los seguros o los servicios sociales y
médicos que pueda financiar el Estado.
El informe GREVIO ha detectado barreras en el camino de las mujeres
para recibir la indemnización, especialmente en los casos de violencia
sexual. Indica en base a un estudio realizado, ya que no existen datos
oficiales al respecto, que más de un tercio de las víc mas no reciben
indemnización y las que la reciben, suele ser el 25% del monto total de
la misma y tarda unos 5 años en hacerse efec va. Los tribunales
declaran insolventes a los condenados y no ordenan ninguna
inves gación para conocer su patrimonio. En los casos en los que la
condena es una multa suele recibirse la indemnización porque la multa
solo sur rá su efecto cuando se haya abonado toda la indemnización.
Igualmente, cuando la suspensión de la condena está supeditada al
pago de la indemnización también se abona en su totalidad. El informe
muestra que interesa se adopten medidas para garan zar el recibo de
las indemnizaciones y en un empo razonable, conforme al art. 30 del
Convenio137.
En cuanto a la reparación, además de las compensaciones financieras,
se debe contemplar la eliminación inmediata de los contenidos nocivos
en internet, como señala la Relatora Especial de la violencia contra la
mujer, sus causas y consecuencias de la ONU, en su informe de 2018, y
otras formas de: “res tución, rehabilitación, sa sfacción y garan as de
no repe ción, que combinen medidas simbólicas, materiales,
individuales y colec vas, en función de las circunstancias y de las
137 Párrafos 190-194. Grevio, Primer Informe… op. cit., p. 58.
128
reclamaciones de la víc ma. También deberían incluir un requerimiento
inmediato a fin de impedir la publicación de contenidos nocivos”138.
Para cerrar este apartado de la debida diligencia, señalar que cuando el
grupo redactor del informe GREVIO solicitó información del número de
resoluciones o casos judiciales contra personal funcionarial del Estado
por no tomar medidas preven vas o de protección de conformidad con
la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la
Violencia de Género, no se le proporcionó, por lo que pareciera que no
se responsabiliza al personal funcionarial por el incumplimiento de su
obligación de diligencia debida, con lo que ello implica especialmente
en los supuestos de derechos de custodia y visita de padres abusivos
que en ocasiones han llevado a resultados letales como hemos visto.
También hay que indicar que, desde dicho informe a la fecha, en España
se han adoptado leyes e instrumentos jurídicos relevantes que se
fundamentan en la debida diligencia, y se ha impar do formación a
cientos de profesionales de la administración en materia de igualdad y
perspec va de género, en garan a de esta debida diligencia.
138 Párrafo 70 del informe, página 17. Consejo de Derechos Humanos de la ONU, op.
cit., p.6.
129
Conclusiones y
recomendaciones
7. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
7.1. Conclusiones
En relación con el marco conceptual. No contamos con una definición
internacional sobre la dimensión digital de la violencia contra la mujer,
si bien sí existe acuerdo en considerarla como un con nuo de
experiencia de la violencia contra la mujer en el mundo sico ; que no
afecta por igual a todas las mujeres (componente interseccional); que
necesita mucho trabajo de prevención, a través de la sensibilización, la
educación, la formación, con campañas y programas educa vos
promotores de igualdad y alfabe zación digital; que requiere ser
perseguida penalmente para evitar la impunidad y la desprotección de
las mujeres y niñas víc mas; y que las plataformas de internet enen
un papel importante tanto en la prevención como en la reducción de la
dimensión digital de la violencia contra la mujer.
La Direc va (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo, de
14 de mayo de 2024, sobre la lucha contra la violencia contra las
mujeres y la violencia domés ca, si bien no da una definición de
violencia de género digital o ciberviolencia contra las mujeres, sí que
contempla la definición como delitos de determinadas conductas que
se planifican y ejecutan en línea como los regulados en sus ar culos del
5 al 8, referidos a la difusión no consen da de material ín mo o
manipulado (art. 5), al ciberacecho ( art. 6), ciberacoso ( art.7),
incitación a la violencia o al odio por medios ciberné cos ( art. 8).
En España, para definir la dimensión digital de la violencia contra la
mujer, se ha par do del concepto amplio de violencia con tra la mujer
recogida en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra
la Mujer, y se han tenido en cuenta nuevas formas de violencia de
131
género que van surgiendo con mo vo de la aparición y desarrollo de
las nuevas tecnologías, redes sociales o Internet. A estas nuevas formas
de violencia se les ha denominado violencia de género digital.
Actos de acoso a través de las TIC (art. 172 ter cp). Lo abordó por primera
vez el Tribunal Supremo en su STS 324/2017, de 8 de mayo. El bien
jurídico protegido del delito de acoso es la libertad, que se ve mermada
por la obsesiva ac vidad del acosador, que condicionaba los hábitos y
costumbres de la víc ma como única forma de escapar del acoso. No
se requiere un número mínimo de actos intrusivos, ni fijar un lapso,
pero sí, una vocación de perdurabilidad que es lo que lleva a provocar
una alteración grave de la vida ordinaria. La STS 628/2022 reitera lo
anterior y afirma que el po obje vo exige la realización insistente y
reiterada de actos, no siendo suficiente ac tudes aisladas, transitorias
o incidentales y como consecuencia de esa conducta la víc ma ve
alterada gravemente el desarrollo de la vida co diana. Y con núa en la
STS 935/2023 en el mismo sen do, cuando proclama que, serán actos
de acoso, concretamente en el presente caso de vigilancia con nua
domiciliaria y contactos que son persistentes y prolongados en el
empo, que solo cesan a raíz de la denuncia y que producen una
efec va alteración de la vida co diana de la víc ma.
Habitualidad (art. 173.2 cp). En relación con el delito de malos tratos
habituales a través de las TIC, del art. 173.2 cp. La sentencia STS
626/2023, de 19 de julio, señala respecto a la habitualidad, que no se
trata de un número mínimo de actos individualizados que suman la cifra
que se requiere para acreditar dicha habitualidad, ni un número
concreto de denuncias, sino que responde a un clima de dominación o
in midación, de desprecio sistemá co para menoscabar la integridad
sica y psíquica. Por consiguiente, lo que determina tal elemento es la
atmósfera general creada que trasluce superioridad y dominio hacia la
víc ma, que es producto de una reiteración de actos de violencia
132
psíquica o sica. Por lo tanto, el Alto Tribunal se aparta de su doctrina
anterior enfocada en el número de acciones violentas, que consideraba
que a par r de la tercera acción violenta podría considerarse habitual
la violencia, para centrarse en que lo relevante es la relación entre el
autor y la víc ma, considerando este ilícito penal com o un delito
autónomo que no depende del número de acciones violentas
come das.
Barreras de protección a menores en el ciberacoso sexual (art. 183 ter
cp anterior a la reforma de la Ley Orgánica 10/2022, en el vigente código
penal es el art. 183 cp). En el delito de ciberacoso sexual el derecho
penal adelanta las barreras de protección y cas ga los actos
preparatorios de los delitos de agresión sexual a menores de 16 años.
El bien jurídico protegido es la “indemnidad sexual” que tras la LO
10/2022, es la libertad sexual in fieri, en proceso o formación, de
menores.
La STS 297/2024, de 3 de abril, señala que respecto a la conducta pica
hay que dis nguir entre elementos subje vos y obje vos. Respecto a
los subje vos, se exige la voluntad de cometer cualquiera de los delitos
de los art. 183 cp (181 en el vigente código penal) y 189 cp. En cuanto
a los elementos obje vos, se exige una pluralidad de actos, tales como,
el contacto con el/la menor de 16 años, por un lado, proponer el
encuentro, por otro y, por úl mo, la realización de los actos materiales
dirigidos al acercamiento. El contacto ene que ser por medios
tecnológicos, sin perjuicio de que previamente haya podido tener un
contacto directo en el mundo sico (profesor o monitor del/la menor),
pero la captación debe con nuar por medios tecnológicos. Respecto a
la proposición del encuentro, si el resto de los elementos se dan, la
consumación se produce por la mera concertación de la cita sin que
esta sea aceptada (aunque no toda la doctrina lo comparte) y en cuanto
a los actos materiales dirigidos al acercamiento, han de ser materiales,
no meramente formales y encaminados al acercamiento.
133
Difusión de imágenes sin consen miento (art. 197.7 cp). La STS
70/2020, de 24 de febrero, fue la primera que confirmó una sentencia
condenatoria por el ar culo 197.7 cp tras su modificación por la Ley
Orgánica 1/2015, de 30 de marzo. La sentencia condena al acusado por
el reenvío a una tercera persona de una foto, de una mujer desnuda,
que tenía en su poder porque la perjudicada se la había enviado volun-
tariamente. Esta conducta no era encuadrable en el precepto anterior
del art. 197 cp, que requería haberla obtenido sin consen miento.
Hasta entonces, conductas de este po venían penalizándose por el
ar culo 173.1 cp siempre que la conducta hubiera supuesto un
menoscabo para la integridad moral de la víc ma. En la STS 699/2022,
de 11 de julio, se reiteran los argumentos, si bien no es suscrita por dos
magistrados que emiten un voto par cular y consideran que la
conducta del envío a una tercera persona de una foto ín ma, que poseía
porque se la hizo llegar voluntariamente la persona afectada, esto es
porque "in casu la divulgación no menoscabó gravemente la in midad"
de la víc ma, al no cons tuir un desnudo integral, lo que estos
en enden como un ma z diferencial respecto del po (la imagen capta
el pecho) y ser enviada a una sola persona, una amiga ("no una tercero").
Circunstancia agravante de género. En 2019 se dio un paso importante
en la apreciación de la agravante de género y fue la STS 99/2019, de 26
de febrero, la que consideró que para que la misma concurriera, no era
necesario obrar con un ánimo gravemente discriminatorio hacia la
víc ma, como se había apreciado en sentencias anteriores, entre ellas
las SSTS 420/2018, de 25 de sep embre y 565/2018, de 19 de
noviembre, sino que era suficiente un dolo genérico, que posicionara a
la mujer en ese lugar de subordinación, humillación y dominación. La
STS 626/2023, de 19 de julio, man ene este criterio y añade que esta
agravante puede aplicarse: “aisladamente si el ataque se hace a una
mujer con la que el sujeto ac vo no ene ninguna relación de pareja o
expareja, pero se pueda desprender de la prueba prac cada que se ha
realizado el ilícito penal con actos que implican dominación del hombre
hacia una mujer por el hecho de ser mujer”.
134
Circunstancia agravante de parentesco. La STS 626/2023, de 19 de julio,
haciéndose eco de otras sentencias anteriores, considera que esta
agravante ene un marcado componente obje vo basado en la
convivencia, incluso desconectado de un vínculo afec vo. Por lo que no
se requiere la existencia de éste, pero sí un requisito de convivencia,
ligado en la relación de pareja. Considera que ese requisito existe , en
supuestos de reanudación de la convivencia, cuando ha habido una
ruptura y la víc ma vuelve al hogar media zada por los actos del
agresor para que regrese al mismo, con nuando con las agresiones que
en muchos casos acaban con la vida de la víc ma.
Compa bilidad de las agravantes de género y parentesco. Las SSTS
253/2020, de 20 de mayo y 351/2021, de 28 de abril, ofrecen
argumentos afirma vos de su compa bilidad al considerar que la
agravante de género ene un ma z subje vo basado en la intención,
manifestada por los actos de violencia de actuar de forma dominante
sobre la mujer, y la agravante de parentesco ene un marcado
componente obje vo que se basa en la convivencia, aunque no exista
vínculo afec vo, pero sí convivencia. Estos argumentos fueron tenidos
en cuenta por la ya referida STS 626/2023, de 19 de julio.
Perspec va de género. La STS 99/2019, de 26 de febrero, expresa que
cuando la agravante de género se introdujo por la LO 1/2015, lo que
pretendió fue cumplir con el compromiso internacional adquirido por
España como signataria del Convenio de Estambul, y así lo refleja en su
preámbulo, cuando alude a lo que debe entenderse por “género”,
como: “los papeles, comportamientos o ac vidades y atribuciones
socialmente construidos que una sociedad concreta considera propios
de mujeres o de hombres” y la inclusión de la agravante del ar culo
22.4ª cp aplicable a aquellos delitos en los que la discriminación no
había sido tenida en cuenta para la configuración del correspondiente
po penal. Por lo que esta agravante no será aplicable a aquellos delitos
135
que fueron modificados ya por la Ley Orgánica 1/2004, que adoptaron
en su momento lo que se conoce por perspec va de género, al tener
en cuenta el plus de an juridicidad que implica ejecutar un hecho como
manifestación de dominio, de relación de poder, de desigualdad, en
defini va, en discriminación de la mujer por razón de género. Se
man ene esta línea jurisprudencial en la STS 626/2023, de 19 de julio,
cuando proclama que: "...la igualdad de género, como valor que debe
ser objeto de especial protección, determinará una mayor culpabilidad
cuando se ejecuta una acción pica que tenga connotaciones con la
subcultura machista y vulnere la paridad (…) la agravación no supone
que cualquier conducta pica sea siempre merecedora de exacerbación
puni va si lesiona bienes jurídicos de una mujer y la comisión del delito
se hubiera desplegado por un hombre, sino que su opera vidad
dependerá de que el sujeto ac vo perpetre el delito bajo una
demostración grave y arraigada de desigualdad y- con proyección de
una pretendida supremacía machista, que trascienda la previsión del
po penal a/ que pretende aplicarse".
7.2. Recomendaciones
Confusión en los pos penales. La Direc va (UE) 2024/1385 del
Parlamento Europeo y del Consejo, de 14 de mayo de 2024, sobre la
lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia domés ca,
contempla la definición como delitos de determinadas conductas que
se planifican y ejecutan en línea, por lo que es una gran oportunidad
para aclarar los pos penales aún confusos en nuestra legislación . Las
imprecisiones dan lugar a interpretaciones doctrinales diferentes que
merman el principio de tutela judicial efec va. La duda en un tribunal
siempre beneficia al agresor y perjudica a la víc ma. Esta oportunidad
aclaratoria de los pos está en línea con la Medida 109 del Pacto de
Estado que interesa: “Perfeccionar la pificación de los delitos en el
ámbito digital”.
136
Formación y sensibilización de profesionales de la judicatura, fiscalía,
policía y abogacía en perspec va de género. Se detecta disparidad en la
aplicación de las agravantes de género y parentesco en los dis ntos
niveles jurisdiccionales, sirva de ejemplo la Sentencia de la Audiencia
Provincial de Baleares 352/2022, de 22 de julio, que contempló las
agravantes de parentesco y género, pese a conocer que el Tribunal
Superior de Jus cia de las Islas Baleares (nº 131/2021, de 16 de febrero)
rechazaba la compa bilidad de ambas agravantes, cuando ya exis a
jurisprudencia consolidada del Tribunal Supremo sobre su
compa bilidad (SSTS 257/2020, de 28 de mayo; 136/2020, de 8 de
mayo ; 707/2018, de 15 de enero ; 99/2019, de 26 de febrero y
233/2019, de 29 de abril). Se requiere sensibilización y formación de
profesionales de la judicatura, fiscalía, policía y abogacía en perspec va
de género, para poder comprender los sesgos de género y corregirlos
en la aplicación del derecho. Elaborar protocolos de actuación
especializados y claros para los casos de violencia de género digital, que
les permitan conocer las caracterís cas de esta violencia, sus causas y
sus consecuencias y puedan ofrecer un buen servicio público.
También se detecta en las sentencias analizadas, ausencia en las
condenas de medidas dirigidas a la destrucción del material sensible o
ín mo que pueda seguir en manos de los condenados. Así, de las
sentencias seleccionadas en este estudio, en tan solo 1 se expresa que
el condenado deberá proceder: “por sí mismo, en caso contrario, a su
costa a la eliminación/borrado seguro, que imposibilite la recuperación,
de los archivos de vídeo e imágenes de contenido sexual obtenidos
mediante su ilícita actuación que almacene en cualquier disposi vo o
soporte, sico o digital; aunque se hallen bajo el dominio de tercero, en
cuyo caso deberá requerírsele para su eliminación en estos mismos
términos”. De ahí la necesidad de formación y sensibilización de los y
las profesionales.
137
Igualmente se detecta en las sentencias analizadas, ausencia de la
adopción de la medida o pena priva va de derechos, de prohibición de
comunicarse a través de las redes, tal como se recoge en el Pacto de
Estado en su Medida 143, que pretende que en los casos en que el
delito se cometa a través de las nuevas tecnologías, se establezca la
prohibición de comunicarse a través de las redes sociales como medida
cautelar y como pena priva va de derechos. Reiteramos la necesidad
de formación y sensibilización de profesionales del derecho.
En la inves gación e instrucción de los delitos que atentan a la
in midad, iden dad y la imagen de las víc mas, es fundamental la
protección de los datos durante todo el proceso. Es vital evitar la
revic mización, especialmente, en los casos de pornogra a
infan l/material de abuso sexual infan l. Para los y las profesionales
que abordan estas inves gaciones y causas se les debe exigir un alto
nivel de sensibilización y formación, así como elaborar protocolos de
actuación respecto de esta materia y su tratamiento con respeto a los
derechos de la víc ma.
Es fundamental la interpretación de las normas y circunstancias con
perspec va de género que permita considerar las experiencias en línea
vividas por las mujeres y las niñas como fuente de interpretación.
Polí cas públicas para el combate de la violencia de género digital, con
medidas de prevención y presupuesto. Los bienes jurídicos protegidos
en los diferentes delitos que se han tratado en este estudio y que
integran la violencia de género digital, como la in midad, la integridad
sica y moral, la libertad, la libertad sexual y la libertad sexual in fieri, el
honor y el patrimonio, bien merecen que se adopten polí cas públicas
dirigidas a comba r y erradicar esta violencia. El impacto de esta
violencia afecta a muchos derechos humanos y ene un alto impacto
en la sociedad. Es preciso ampliar los mecanismos de denuncias y de
138
protección. Aumentar el número de canales de denuncias, así como de
canales del po “Canal Prioritario” de la AEPD e indudablemente el
presupuesto para ello.
Información estadís ca. La ausencia de datos estadís cos en relación
con los delitos que integran la violencia de género digital dificulta la
adopción de las mejores medida legales u opera vas para enfrentar el
fenómeno criminal con rigor. Así lo señala la Fiscalía de Criminalidad
Informá ca en la Memoria de la Fiscalía General del Estado (FGE) de
2024, en relación con todos los delitos come dos a través de la
tecnología, entre los que se encuentran los de violencia contra la mujer.
Expresa la Memoria que el aumento de la ciberdelincuencia hace más
necesario contar con sistemas debidamente desarrollados, en los que
se pueda anotar o consultar con facilidad las diferentes variantes que
pueden encuadrarse en un determinado po penal. Añade, el gran
valor que tendrían las conclusiones de la Fiscalía si estuvieran avaladas
por un control detallado y preciso de los expedientes relacionados con
la materia. Se podría conocer la evolución que tendrían las conductas
delic vas, tener un mejor conocimiento de éstas y analizar las causas y
circunstancias que pueden estar influyendo en su aumento. Por úl mo,
indica la Memoria que el Ministerio Fiscal, por su intervención en la casi
totalidad de delitos que se tramitan por los órganos judiciales y su
capacidad de coordinación interna, les coloca en una situación
privilegiada para realizar esta función.
Consideramos posi vamente que sea el Ministerio Público quien lleve
a cabo tal tarea de recopilación estadís ca y sea la ins tución que
canalice esta información a los observatorios, ins tuciones y
organismos encargados del control estadís co de la violencia de género
en España.
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Evaluación de eficacia norma va. Hay delitos que no están muy
representados a nivel jurisprudencial conforme a los criterios que
hemos señalado, de víc ma mujer y hombre agresor, como son los
delitos contra el honor, la extorsión -sextorsión, el fraude o los daños
informá cos. Sería recomendable hacer una evaluación de su eficacia
norma va. La única sentencia que hemos podido seleccionar de los
delitos contra el honor, es la STS 344/2020, de 25 de junio, cuya
acusación par cular solicitaba condena por acoso del art. 172 ter.1 cp,
y al no quedar acreditado que los actos llevados a cabo por el agresor
afectaran gravemente al desarrollo de la vida co diana de la víc ma,
resultó absuelto en primera instancia y condenado en Apelación por
injurias con publicidad de los arts. 208 y 209 cp, la cual fue confirmada
por el Tribunal Supremo. Esta evaluación tendría encaje en el marco de
la Medida 112 del Pacto de Estado, que persigue no considerar las
injurias y calumnias a través de las redes sociales en el ámbito de la
violencia de género como únicamente delito leve.
Cooperación e Intermediarios de Internet. Sin lugar a duda, para lograr
una mayor eficacia frente a los delitos de violencia de género digital, se
hace necesario reforzar la cooperación tanto a nivel interno de las
ins tuciones de la administración de jus cia y de seguridad, como de
éstas con la sociedad civil y, por supuesto, con las empresas
intermediarias de Internet a través de las cuales se llevan a cabo las
conductas delic vas. Será importante observar el camino en nuestro
país y en el resto de países de la UE, del Reglamento (UE) 2023/1543,
sobre las órdenes europeas de producción y conservación a efectos de
prueba electrónica en procesos penales y de ejecución de penas
priva vas de libertad a raíz de procesos penales, y la Direc va (UE)
2023/1544, por la que se establecen normas armonizadas para la
designación de establecimientos designados y de representantes
legales a efectos de recabar pruebas electrónicas en procesos penales,
porque facilitará bastante la obtención de evidencias electrónica s
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almacenadas en los Estados miembros, que son imprescindibles para el
éxito de las inves gaciones penales y enjuiciamiento de los casos.
Alfabe zación digital. Los casos de ciberacoso del art. 183 ter cp
(vigente el art. 183 cp) son numerosos, aunque en ocasiones queden
absorbidos por delitos de pornogra a infan l y agresiones sexuales.
Además de las medidas o recomendaciones que se han venido
señalando, es necesario reconocer la importancia de la educación en el
ámbito digital. A través de esta educación se pueden minimizar los
riesgos a los que están expuestos menores y jóvenes. Conocer las
ventajas de la tecnología, pero también los riesgos que conlleva, es
esencial. Las personas adultas que acompañan a menores y jóvenes en
su desarrollo (madre, padre, tutora, tutor, etc.) deben ayudarles en
este camino, establecer límites y supervisar su ac vidad. La AEPD
cuenta con herramientas valiosas para esta alfabe za ción digital que
pueden difundirse a través de las ins tuciones de jus cia y de
seguridad, así como de organizaciones de la sociedad civil a la
ciudadanía.
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Definir un problema es el primer paso para resolverlo y en lo que concierne a la
violencia de género digital, su definición es esencial para proteger a sus víc mas y
perseguir a los agresores.
Según la Direc va (UE) 2024/1385 del Parlamento Europeo y del Consejo de 14
de mayo de 2024 sobre la lucha contra la violencia contra las mujeres y la
violencia domés ca, “la ciberviolencia se dirige y afecta de manera
desproporcionada a las mujeres, y puede tener el efecto de silenciarlas y
obstaculizar su par cipación social”.
Este exhaus vo estudio ofrece un análisis pionero sobre la violencia de género en
el ámbito digital. A través de una revisión de 39 sentencias dictadas entre 2019 y
2024, en las que se abordan diversas formas de ciberviolencia, desde el
ciberacoso hasta delitos contra la in midad y la integridad moral, el estudio
revela patrones de conducta, vacíos legales y la necesidad de polí cas públicas
más efec vas.
Con un enfoque prác co, dirigido a profesionales jurídicos y sociales, este trabajo
se posiciona como una herramienta clave para prevenir, atender, asis r y
comba r este fenómeno creciente.