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Modulo 8

El documento aborda la formación en registros akáshicos y los principios de ayuda según Bert Hellinger, enfatizando la importancia del equilibrio en las relaciones de ayuda y el respeto por el destino de los demás. Se presentan cinco órdenes de la ayuda que destacan la necesidad de reconocer límites, circunstancias y la conexión familiar en el proceso de ayudar. Además, se invita a los terapeutas a trabajar en su propio desarrollo personal para poder asistir a otros desde un lugar de adultos y con amor hacia la totalidad del sistema del cliente.
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Modulo 8

El documento aborda la formación en registros akáshicos y los principios de ayuda según Bert Hellinger, enfatizando la importancia del equilibrio en las relaciones de ayuda y el respeto por el destino de los demás. Se presentan cinco órdenes de la ayuda que destacan la necesidad de reconocer límites, circunstancias y la conexión familiar en el proceso de ayudar. Además, se invita a los terapeutas a trabajar en su propio desarrollo personal para poder asistir a otros desde un lugar de adultos y con amor hacia la totalidad del sistema del cliente.
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MÓDULO 8

Formación en
Registros Akáshicos

NIVEL 2 & 3

LIFE COACH
Los órdenes de
la ayuda

Equilibrio en Respeto por el


el intercambio destino del otro
Solo puedes dar lo que tienes Solo puedes dar lo que tienes
y recibir lo que necesitas y recibir lo que necesitas

Mantenimiento de una La empatía ha de


relación adulta ser sistemática
Tu no eres el padre o la Mirar realmente a una
madre de tus pacientes persona es mirar a su familia

Amor a todo tal


como es
Por mucho que el otro se
diferencie de ti, ámalo

Bert Hellinger, creador de las Constelaciones familiares, nos deja en su libro “Los órdenes de la
ayuda” mucha claridad para tener en cuenta a la hora de disponernos al servicio.
Esta herramienta nos invita a tomar consciencia y conocimiento de cómo nos movemos en
nuestro sistema familiar, que lugar ocupamos allí y en nuestra sociedad.
Hellinger nos invita a mirarnos en el lugar en el que nos posicionamos como ayudador ante los
demás, como nos presentamos al linaje de otras personas y como esto puede ser beneficioso o
no para que suceda una ayuda equilibrada.

01
Libro “Los órdenes de la ayuda”

Nos ejercitamos en ayudar tan solo hasta donde el otro lo necesita. Cuando lo esencial ha
sido reconocido, de inmediato confiamos a la persona su propia independencia.

¿Qué significa ayudar?


“La ayuda es un arte. Como todo arte, requiere de una destreza que se puede aprender a
ejercitar. También requiere empatía con la persona que viene en busca de ayuda. Es decir,
requiere comprender aquello que le corresponde y, al mismo tiempo, trasciende y la
orienta hacia un contexto más global.
Los humanos dependemos, en todos los sentidos, de la ayuda de otros.
La ayuda, por lo tanto, no solo sirve a los demás sino también nos sirve a nosotros mismos.
La ayuda es mutua, quien recibió de otros aquello que deseaba y necesitaba, también
quiere dar algo para así compensar la ayuda.

Primer orden de la ayuda

Significa, por tanto, que uno solo da lo que tiene y solo espera y toma lo que realmente
necesita. El primer desorden en la ayuda comienza cuando uno pretende dar lo que no
tiene y otro quiere tomar lo que no necesita, o cuando uno espera y exige de otro lo que
este no le puede dar porque no lo tiene.
El dar y el tomar tienen límites. Percibir esos límites y respetarlos, forma parte del arte de la
ayuda.

Segundo orden de la ayuda

La ayuda está al servicio de la supervivencia, a su vez, sirve al desarrollo y al crecimiento.


La supervivencia, desarrollo y crecimiento dependen de circunstancias especiales, tanto
externas como internas. Muchas circunstancias externas nos vienen dadas y no son
modificables, por ejemplo: una enfermedad hereditaria.
Si la ayuda pasa por alto o no quiere admitir las circunstancias externas, queda
destinada al fracaso.
02
A muchos ayudadores puede parecerles duro el destino de otro y desearían modificarlo.
Pero muchas veces no, porque el otro lo necesite o desee, sino porque a ellos mismos les resulta
difícil soportar ese destino. Cuando el otro, a pesar de todo, se deja ayudar por ellos no es tanto
por su propia necesidad, sino por su deseo de ayudar a los ayudadores. Así, esta ayuda se
convierte en un tomar y el aceptar la ayuda, en un dar.

El segundo orden de la ayuda significa que uno se somete a las circunstancias y solo interviene
hasta donde ellas lo permitan. Esta ayuda se contiene y tiene fuerza. El desorden en la ayuda
sería aquí negar o tapar las circunstancias en lugar de afrontarlas junto con la persona que busca
ayuda.

La pretensión de ayudar en contra de estas circunstancias debilita tanto al ayudador como a la


persona que espera la ayuda. Lo mismo le ocurre a la persona a quien se le ofrece ayuda e
incluso a quien se ve obligado a aceptarla.

Tercer orden de la ayuda

Muchos ayudadores, ante personas que buscan ayuda, creen que deberían ayudarles como
algunos padres lo hacen con sus hijos.
Muchas personas que buscan ayuda esperan que los ayudadores se dirijan como padres a sus
hijos, para así recibir de ellos lo que de sus padres siguen esperando o exigiendo.

¿Qué pasa cuando un ayudador responde a estas expectativas?


Se embarca en una larga relación.

¿Y dónde lleva esta relación?


Los ayudadores acaban en la misma situación que los padres en cuyo lugar se colocaron con
su deseo de ayudar de esta forma. Paso a paso tienen que poner límites o frustrar a aquellos
que buscan ayuda. Así, los clientes muchas veces desarrollan hacia los ayudadores los
mismos sentimientos que antes albergaba hacia los padres. De esta manera, los ayudadores
se situaron en el lugar de los padres o incluso pretendían ser los mejores padres. En los ojos
de los clientes acaban siendo iguales que sus padres.
Muchos ayudadores permanecen atrapados en la transferencia y contratransferencia del hijo a
los padres, dificultando a los clientes la despedida de sus padres y, también, de ellos mismos.
Esto obstaculiza el desarrollo y la maduración personal del ayudador.
El tercer orden de la ayuda significa, por tanto, que ante un adulto que acude en busca de
ayuda, el ayudador se presenta también como adulto. De esta manera rebate los intentos de
colocarlo en el papel de madre o padre.
El desorden consiste aquí en permitir que un adulto demande al ayudador tal como un niño lo
hace con sus padres, y permitirle al ayudador tratar al cliente como si fuera un niño,
asumiendo en su lugar asuntos cuyas responsabilidades y consecuencias únicamente
puede y debe asumir él. 03
Cuarto orden de la ayuda

Muchos ayudadores tratan a los clientes como un individuo aislado, también caen con facilidad
en el peligro de la transferencia hijo-padre.
El individuo es parte de una familia. Solo cuando el ayudador lo percibe como parte de su
familia, también percibe a quien necesita el cliente y a quien quizás, le debe algo. Si el ayudador
ve a la persona junto con sus padres y antepasados, quizá también con su pareja y sus hijos,
lo percibe tal como es en realidad. Así también percibe y comprende “quién es” en esta familia.
La empatía del ayudador ha de ser menos personal. No se establece ninguna relación personal
con el cliente.

Aquí el desorden sería no mirar ni reconocer a otras personas decisivas que, por así decirlo,
tienen en sus manos la clave para la solución. Entre ellos cuentan, sobre todo, los que fueron
excluidos de la familia, porque por ejemplo, son considerados una vergüenza para ella.
También aquí existe el peligro de que el cliente reciba esta empatía sistémica como dureza,
sobre todo aquel que aborda a sus ayudadores con demandas infantiles. En cambio, quien
busca ayudar de forma adulta, recibe este procedimiento sistémico como liberación y como
fuente de fuerza.

El quinto orden de la ayuda

El trabajo de constelaciones familiares une aquello que antes estaba separado. En este sentido
se halla al servicio de la reconciliación, sobre todo, con los padres.
Cuando un cliente se queja de sus padres o de las circunstancias de su vida o de su destino, y
cuando el ayudador adopta como propia esta visión del cliente, más bien se encuentra al
servicio del conflicto y de la separación que de la reconciliación. Sólo es posible para quien
inmediatamente da un lugar en su corazón a la persona de la cual el cliente se queja.

El quinto orden de la ayuda sería el amor a toda persona tal como es, por mucho que se
diferencie de mi. De esta manera el ayudador abre el corazón para otro y lo que se ha
reconciliado en su corazón, también puede reconciliarse en el sistema del cliente.

El desorden de la ayuda sería aquí, juzgar a otro; en la mayoría de los casos esto equivale a
sentencia y la consecuente indignación desde la moral. Quien realmente ayuda, no juzga.

04
Cuándo una persona acude al terapeuta y se presenta como necesitada, ¿Qué ocurre en ese
momento? Se da una transferencia del niño a los padres, y se da una contratransferencia del
terapeuta hacia el cliente, como de un padre o de una madre hacia su hijo.
De esta manera se traza ya el camino para una larga terapia que está destinada a fracasar, a
no ser que por fin el cliente se enfade con el terapeuta y se despida de la terapia por su propia
iniciativa.

Despedirse de la transferencia resulta difícil. Quien se coloca como padre o como madre en la
transferencia para el cliente, sigue siendo un niño. Por eso, resulta tan difícil desprenderse.
Solo quien esté dispuesto a colocarse en un lugar de iguales, puede encarar este hecho.

Quien asume la transferencia ofreciendose al cliente como madre (sobre todo como madre) en
algún momento adoptó una postura arrogante ante sus padres, pensando que podría
ayudarles. Es decir, la superioridad del niño ante los padres se perpetúa en la superioridad del
ayudador ante el cliente.

Envío de la Receptor de la
información información

tro de la tierra
Cen

Proyecto Anillo Karmico

Mundo paralelo

05
La maestría de construir nuestra
mejor versión

Más allá de que realicemos otro tipo de terapias que no sean constelaciones familiares, los
invito a que lean sobre el tema y tengan conocimiento del funcionamiento de los sistemas
familiares y cómo este influye en la vida nuestra y de los clientes que llegan.

Es importante comprender también tal como Hellinger manifestó que para dar a otro primero
tuve que haber tomado la fuerza que de atrás viene, esto quiere decir, tomar la vida, tomar la
fuerza, tomar a la propia madre y con eso hacer algo importante.

Como lo dije, es importante que cada terapeuta sepa su posición al momento de asistir a otros,
mirando no solo al cliente, sino a todo su sistema porque es allí donde encontraremos también
fuerza para la transformación que el cliente está buscando. Todos nacimos en el propio linaje y
en determinada familia para cumplir con el rol necesario en el planeta tierra. Los guías siempre
hablan sobre el linaje y la importancia de él. Esto invita a indagar mucho más en uno mismo
para realmente poder asistir a otros desde un rol de adultos, parados en nuestro lugar,
sostenidos por nuestro sistema y mirando con amor la totalidad de lo que el otro es.
Es él y todo su sistema completo.

Tomar a la propia madre permite también la conexión con la expansión, el dinero, la abundancia,
el amor propio, la validación, autoestima, respeto, creatividad… siempre lo digo, los padres
tienen nuestro boleto al éxito. Por esta razón, es muy importante tomar todo lo que de ellos
viene para seguir con nuestro camino.

El rol como terapeuta o ayudador es un camino realmente infinito. No tengo dudas de que en
otras vidas hemos acumulado aún más conocimientos y que hoy tan solo estamos recordando
nuestra mágica esencia y los mágicos dones.
Todavía hay muchos dones que activar. Hay que seguir caminando y aprendiendo para animarnos
a más… a que todos tengamos el mismo enfoque para una humanidad realmente en armonía,
una mirada hacia el futuro de conciencia expandiendo consciencia. Que cada persona
reconozca dentro de Sí, su propio poder, su propia sabiduría, su propio amor expansivo para
luego, desde eso, poder dar a los demás. No podemos dar lo que no tenemos, por esta razón,
es más que prioridad seguir trabajando en uno mismo, tal como lo sigo haciendo, si bien, hoy
doy clases, seminarios y talleres, estoy al servicio de muchas personas pero aún así, cada día
me descubro un poco más, cada día algo nuevo aparece y eso es lo mágico de este camino
que es infinito. Uno puede descubrir nuevas cosas todo el tiempo, se va conociendo y
construyendo a la vez.

06
Construir la mejor versión que queramos ser. Dar lo mejor que podamos dar porque por ley de
causa y efecto es lo que vamos a recibir.
Sabemos que este camino es una construcción de confianza. Eso sucede paso a paso. Es una
relación de amor con tu Yo más puro y tu Yo más sabio queriendo dar en la humanidad. Pero no
te apures, esto lleva tiempo pero que no te sea un límite. No trates de sentirte listo y preparado
para dar, si los das desde el corazón, todo será más que perfecto. Y no solo eso, sino que la
experiencia te va a dar maestría, lo repito siempre “LA PRÁCTICA HACE AL MAESTRO”.
No existe otro modo de ser bueno en algo si no lo practicas y si no construimos la confianza.
Ese es un gran modo de construirla, brindar con amor y construir la propia confianza.
Como lo hablamos en toda esta formación, cuidarse, ponerse en prioridad, elegir quién quiero
ser como terapeuta, a quiénes me quiero brindar y qué valor voy a darme, todo esto, cada vez lo
vas a tener más claro y, cada vez, te sentirás más segura/o al momento de expandirte.
Este camino invita a la expansión, al entusiasmo, a descubrirse y, por sobre todas, las cosas a
abrazar la incertidumbre, a no tener nada por seguro, porque pensar en algo seguro es limitarnos
por nuestra mente. Dejen que sea el alma quien guíe. Dejen que el alma resuene con la conexión
de la fuente y seamos guiados a algo mucho mucho más grande.

Deseo que esta formación sea una puerta a la consciencia. Aquí el aprendizaje, aunque parece
mucho, es muy poco en comparación de lo que hay que seguir absorbiendo.

“El conocimiento es poder”

Por eso no paren hasta tener todo lo que creen que necesitan. Estudien todo lo que les resuene
y, luego con todos esos condimentos, preparen su mejor plato. Este camino mágico invita a la
creatividad, creen, vibran y crean en ustedes mismo. Este bello y mágico camino es de descubrirse,
de hallarse haciendo lo que aman y apasiona, pero para llegar a este punto, hay que sacar del
camino todo aquello que no va con nuestra misión o visión. El camino del autoconocimiento y del
dar, invita siempre a SOLTAR. Saber desapegarse absolutamente de todo porque con menos
resistencia el camino realmente fluye de modos inimaginables.

Recuerden, la humanidad es un hermoso juego, donde vinimos a experimentar la materia y


recordar toda la magia que llevamos dentro. Jueguen y manifiesten todo aquello que desean,
porque ese, es uno de los más grandes dones que tenemos. La materialización de todo lo que
es. Somos maestros manifestadores, esto también es una práctica y la práctica de maestría.
Ser maestros en el arte de materializar, de dar y de ser.

Gracias
Honro su respeto, su confianza
y su reconocimiento 07

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