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TEMA 4 Filosofía

Santo Tomás de Aquino es el principal representante de la escolástica cristiana, conocido por integrar la filosofía aristotélica con la doctrina cristiana en obras como 'Suma contra gentiles' y 'Suma teológica'. Su pensamiento aborda la relación entre fe y razón, proponiendo que ambas son fuentes de conocimiento distintas pero complementarias, y establece cinco vías para demostrar la existencia de Dios. Además, su ética se basa en la ley natural, que guía al ser humano hacia su fin último: la visión de Dios.
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TEMA 4 Filosofía

Santo Tomás de Aquino es el principal representante de la escolástica cristiana, conocido por integrar la filosofía aristotélica con la doctrina cristiana en obras como 'Suma contra gentiles' y 'Suma teológica'. Su pensamiento aborda la relación entre fe y razón, proponiendo que ambas son fuentes de conocimiento distintas pero complementarias, y establece cinco vías para demostrar la existencia de Dios. Además, su ética se basa en la ley natural, que guía al ser humano hacia su fin último: la visión de Dios.
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TEMA 4

3. El esplendor de la escolástica cristiana:


santo Tomás de Aquino
Tomás de Aquino es el pensador más relevante de la escolástica cristiana. Nació en
Roccasecca, cerca de Nápoles. A la edad de cinco años ingresó en el monasterio
benedictino de Montecassino, donde inició su instrucción. En el año 1245 se incorporó
a la orden de los dominicos. Continuó su formación en París, bajo la dirección de San
Alberto Magno.

Influido por San Alberto Magno, santo Tomás logró expresar, sirviéndose de conceptos
aristotélicos, la doctrina cristiana. Sus dos obras más importantes son Suma contra
gentiles y Suma teológica. En la primera lleva a cabo una defensa del cristianismo
frente a determinadas corrientes filosóficas y teológicas. En la segunda realiza una
exposición global de su pensamiento.

3.1. El aristotelismo de Tomás de Aquino


Tomás de Aquino rechazó el averroísmo latino. En cambio, consideraba la filosofía de
Aristóteles compatible con la fe, sirviéndose de conceptos aristotélicos y adoptando
los principios más significativos de su filosofía:

 La teoría del movimiento, entendido como paso de la potencia al acto.


 La teoría hilemórfica, esto es, la composición de materia y forma de las
sustancias materiales.
 La teoría de las cuatro causas: material, formal, eficiente y final.
 La interpretación teleológica de la naturaleza.

Teleología: del griego telos, 'fin' y logos, 'discurso, 'tratado. Es utilizado por aquellas
interpretaciones de la realidad que afirman que todos los seres tienden por su propia
naturaleza hacia la consecución de un fin.

 La distinción entre sustancia y accidentes.


 La concepción de Dios como acto puro.

Acto puro: en la filosofía tomista designa a Dios, el Ser Supremo. En Dios no hay nada
de potencia. Su esencia se identifica con su existencia: la esencia de Dios es existir.

 La convicción de que todo conocimiento comienza por los sentidos.


 El ser humano es una única sustancia, compuesta de alma y cuerpo.

«Nadie entenderá la filosofía tomista sin darse antes cuenta de que su parte
fundamental es el elogio de la vida, el elogio del ser, el elogio de Dios como creador
del mundo».
3.3. Fe y razón
Sirviéndose de la filosofía de Aristóteles, santo Tomás sostiene que nuestro
conocimiento tiene su origen en lo que podemos captar a través de los sentidos. El
objeto adecuado de nuestro conocimiento es la realidad sensible.
En consecuencia, no podemos lograr un conocimiento directo de Dios por ser una
realidad inmaterial. Nuestro conocimiento de Dios es, pues, imperfecto. Este modo de
pensar difiere de la postura de los neoplatónicos y san Agustín, que estimaban que el
objeto adecuado de nuestro entendimiento son los seres inmateriales, como las
ideas.

La fe, pues, afirma san Agustín, no anula a la razón, sino que la enriquece, la
perfecciona.

Santo Tomás, en cambio, propone que existen dos ámbitos de conocimiento con
contenidos propios, el de la razón y el de la fe. Por ejemplo, los conocimientos que
nos ofrece la ciencia pertenecen exclusivamente al ámbito de la razón, mientras que
afirmaciones como «Dios es a la vez uno y trino» o «Jesús es Dios» son verdades de fe,
que el ser humano haciendo uso de su sola razón nunca podría alcanzar, si no les
hubiesen sido reveladas por Dios.

No obstante, existen conocimientos comunes a la razón y a la fe: «El alma es


inmortal» o «Dios existe» son verdades que podemos aprehender tanto por la razón
como por la fe.

Razón y fe son autónomas e independientes, constituyen dos fuentes de


conocimiento distintas, pero no puede haber contradicción entre ellas, pues la verdad
es única. Incluyen, sin embargo, algunos contenidos comunes, lo cual va a permitir la
colaboración entre ambas. Así, la razón puede ayudar a esclarecer las verdades de la
fe, ofreciendo procedimientos y argumentos que las hagan comprensibles. Por su
parte, la fe sirve a la razón de guía, a fin de no extraviarse en sus conclusiones, de
modo que si contradijeran alguna verdad revelada dichas conclusiones serían falsas y
habría que volver a revisar los argumentos para que se acomoden a las verdades de la
fe.

3.4. Cinco vías para la demostración de la


existencia deDios
La afirmación «Dios existe» no es una verdad que sea evidente para el ser humano.
Por tanto, la existencia de Dios exige ser demostrada. Para ello, Tomás ofrece cinco
vías o pruebas, que se acomodan al siguiente esquema:

1. Se parte del conocimiento obtenido a través de los sentidos, el cual nos


permite conocer las realidades materiales que hay en el mundo, que son
consideradas como efectos. Así, «Es innegable que en el mundo hay cosas
que se mueven (...]».
2. Se aplica el principio de causalidad: todo efecto tiene una causa.Por
ejemplo, «todo lo que se mueve es movido por otro».
3. Es imposible la aceptación de la existencia de una sucesión indefinida
4. o infinita de causas.
5. Se concluye, por último, que Dios existe, como primer motor, como ser
perfecto, como ser necesario, etc., siendo la causa última de todo lo real.

Primera vía o prueba cosmológica


Se sustenta en la filosofía de Aristóteles. Se inicia con la constatación del movimiento
en el mundo: «Hay cosas que se mueven». Según el principio de causalidad, todo lo
que se mueve es movido por otro como un efecto domino.
Es necesario aceptar la existencia de un Primer Motor y este es Dios.

Segunda vía o prueba causal


Se basa en Aristóteles y Avicena. Parte de Ia observación a través de los sentidos de
que hay causas que son causadas.
Tiene que haber una causa incausada, que es Dios.

Tercera vía o de la contingencia


Se apoya en las aportaciones de Avicena y de Maimónides. Observamos que todo lo
que existe puede dejar de existir, es decir, es contingente. Si toda la realidad fuera así
podría suceder que nada existiera y entonces nada podría empezar a existir.
Por tanto, la contingencia de todos los seres obliga a aceptar la existencia de un ser
necesario, que no puede no existir, el cual es Dios.

Cuarta vía o prueba de los grados de perfección


Está inspirada en Platón, Aristóteles y el neoplatonismo. En la realidad descubrimos
que hay seres más y menos perfectos que otros, es decir, hay grados de perfección.
La existencia de un ser sumamente perfecto que determina la medida, el cual es Dios.

Quinta vía o prueba del gobierno del mundo


Se fundamenta en Anaxágoras, Platón y Averroes. Comprobamos que todos los seres
naturales que carecen de conocimiento tienden hacia un fin, cuye logro permite que el
universo aparezca como un cosmos, como un todo ordenado, no como un caos.
Esto nos lleva a admitir la existencia de una inteligencia ordenadora, que
es Dios.

3.7. Ética y política


Ley natural
La ética de Tomas de Aquino se fundamenta en el análisis os la naturaleza
humana, siguiendo la tradición de la filosofía griega. Todos los seres naturales tienden
a alcanzar un fin, cuyo logro es su propio bien y su perfección.

Tomás dice que el ser humano, como ser natural, también dirige su conducta a
conseguir el fin o bien que le es propio; pero el bien al que debe aspirar no se
encuentra en las riquezas, ni en el placer, ni en el poder, ni siquiera en el desarrollo de
la actividad intelectual. La felicidad perfecta, el fin último al que debe tender el ser
humano es la visión de Dios, Bien supremo e infinito, en la vida futura.

Solo el ser humano puede conocer e instaurar unas normas que orienten su comporta-
miento. Es la razón, pues, la que dirige la actividad del ser humano hacia su fin e
impone las obligaciones, no de manera arbitraria, sino buscando lo que conviene a su
naturaleza. El conjunto de normas de comportamiento, acordes con su naturaleza,
constituyen la ley natural.
Tomás distingue tres tendencias:

1. El ser humano tiende a conservar su propia existencia y establece las


normas necesarias para preservarla.
2. Como animal tiene una inclinación natural a procrear y a criar hijos.
3. Como ser racional aspira a conocer la verdad y a vivir en sociedad.

La ley natural se fundamenta en la naturaleza, es inmutable e inalterable a través del


tiempo que es cognoscible por todos los seres humanos. Por último, es una ley
universal, porque al sustentarse en la naturaleza, es común a todos los individuos,
independientemente de la diversidad racial y cultural.
En definitiva la ley natural es hacer el bien y evitar el mal.
LEY NATURAL
1. Inmutable e inalterable
2. Evidente
3. Universal

Leyes positivas y derecho


La ley natural exige establecer normas que regulen la convivencia, que no han de
proceder de la imposición arbitraria y caprichosa de los gobernantes, ni tampoco
pueden ser fruto de un acuerdo entre los individuos si contradicen a la ley natural. El
derecho y la moral han de estar en armonía.

Por tanto, el derecho y las leyes que el ser humano construye para ordenar la
convivencia son, en realidad, una prolongación y concreción de la ley natural, que se
sustenta en la ley eterna: conjunto de leyes creadas por Dios por las cuales se rige el
Universo. Los seres naturales se rigen por leyes físicas, cuyo cumplimiento es
inevitable, porque carecen de libertad. Sin embargo, el ser humano es libre, por lo que
su comportamiento no se rige por leyes deterministas, sino por la ley moral que se
apoya en la libertad.
Política
Para Tomás, como para Aristóteles, la organización política también se fundamenta en
la naturaleza del ser humano, que es un ser social o político y necesita vivir en
comunidad, para satisfacer sus necesidades. Ahora bien, si vivir en sociedad es natural,
también lo es el gobierno. Es necesaria la existencia de un poder que dirija a los
individuos a alcanzar el bien común.

Pero el fin último del ser humano es llegar a gozar de Dios, un fin sobrenatural,
siendo la tarea del gobernante facilitar también la consecución de ese fin. El Estado
tiene su ámbito propio, no es una organización perversa, pero no ha de impedir al
individuo lograr su fin último. Por tanto, no tiene derecho a promulgar leyes que vayan
contra la ley natural.

Asimismo, los ciudadanos no están obligados a obedecer leyes injustas, ni las que
sean contrarias a la ley divina, puesto que deben obedecer a Dios antes que a los
humanos. Por ello, el gobernante no posee un poder absoluto, Su soberanía ha de
estar orientada al bien de todo el pueblo y no a buscar su propio provecho. Si abusa de
su poder se convierte en un tirano, en cuyo caso el pueblo puede deponerlo.

1.2 Contexto filosófico


El contexto filosófico queda determinado por el resurgir de las filosofías de la
Antigüedad clásica y la aparición del racionalismo moderno y empirismo moderno.

1.2.1. Resurgimiento de las filosofías de la


Antigüedad
Según los renacentistas habían sido olvidadas o no habían sido comprendidas
adecuadamente en el Medievo. Estas son:

• El platonismo:
Se desarrolla en torno a la Academia florentina, fundada Por el bizantino Jorge
Gemisto Pletón con apoyo de los Médicis. Allí destacan Marsilio Ficino y Giovanni Pico
della Mirandola. Más que de un platonismo se trata de un neoplatonismo, al que se
intenta unir con el cristianismo. El hombre es el lazo de unión entre lo espiritual y lo
corporal, es la «cópula» de la creación.

Pico, por su parte, intenta mostrar la concordia entre todas las religiones y filosofías; a
tal fin invitó a todos los sabios del mundo a un congreso en Roma, que no pudo
celebrarse por oposición del Papa. En su Discurso sobre la dignidad del hombre
considera que el ser humano es un microcosmos, un resumen de la creación.

• El aristotelismo:
Más inclinado a la investigación natural y menos proclive a su relación con la teología,
muy distinto del escolástico. Sus dos temas principales son la inmortalidad del alma y
la relación entre la libertad humana y el orden necesario del mundo.
• El estoicismo:
Lipsio, actualiza el estoicismo haciéndolo compatible con el cristianismo. Lipsio
entiende el destino como un eterno decreto de laProvidencia de Dios.

• El epicureísmo:

Lorenzo Valla, para el que «todo placer es bueno» porque pertenece a la naturaleza
humana.

• El escepticismo:

Miguel de Montaigne: el ser humano nada puede conocer.

1.2.2. El racionalismo moderno


El racionalismo moderno se desarrolla durante el siglo XVII y parte del
XVIII. Esta corriente filosófica considera a la razón no solo como fuente de todo
conocimiento verdadero, sino también como fundamentadora de la realidad.

Este concepto de razón deriva de la revolución científica del siglo XVI, en la que una
ciencia plenamente racional como las matemáticas se convertirá en la herramienta
más adecuada para entender y explicar la experiencia.

Características del racionalismo moderno:

• Sistematizacion:
Los racionalistas entienden que el saber filosófico constituye un conjunto ordenado y
preciso.
• Negación del criterio de autoridad:

No valen las opiniones de los filósofos anteriores solo porque se les considere muy
importantes. Únicamente se admite como verdadero lo que se ajuste a la razón.

 Innatismo:

El conocimiento de mayor valor no procede de la experiencia, sino que es innato.

 Transposición del método matemático al ámbito de la filosofía:

El racionalismo recoge dos rasgos fundamentales de las matemáticas: la búsqueda de


verdades absolutas y la aplicación del método deductivo como método privilegiado de
conocimiento.

 Infravaloración de la experiencia:

La experiencia sensible, los sentidos, no nos ofrecen un conocimiento cierto. El


conocimiento sensible puede ser engañoso.
• Coincidencia entre el orden del ser y el orden del pensar:

Todo el planteamiento racionalista se basa en la estrecha relación que establece entre


pensamiento y realidad, entre el orden de las ideas y el orden de las cosas.

4. Descartes y el problema del método


El racionalismo moderno se inicia con la portentosa figura de René Descartes y se
desarrolla a través de diversos pensadores, entre los que destacan Spinoza, Leibniz y,
en menor medida, Malebranche. A Descartes corresponde el mérito de ser el primero
en plantear los principales problemas que desde ese momento iban a ocupar la
filosofía moderna.
Su importancia no solo radica en su labor como filósofo, sino también como
matemático y físico.

Descartes comienza su reflexión filosófica planteando la necesidad de un método para


el conocimiento. Esto no era algo nuevo, ya se había hecho antes, en la Antigüedad
griega. La novedad radica en que el método se convierte en uno de los problemas
centrales de la filosofía.

El pensador francés considera que la continua disputa entre las diferentes tesis
filosóficas, sin llegar a una solución definitiva, se debe a la carencia de un método que
sirva para encontrar la verdad. Al comienzo del Discurso del método dice:

«El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo. .... La capacidad de juzgar y de
distinguir lo verdadero de lo falso, que es lo que propiamente se entiende por buen
sentido o razón, es por naturaleza igual en todos los seres humanos. ... No es
suficiente, pues, poseer un buen ingenio, sino que lo principal es aplicarlo
correctamente».

Lo mismo sucede con el método cartesiano: la búsqueda de la verdad tiene un


carácter universal. La verdad es la misma e independiente de quien la busca.

4.1. Las reglas del método


Para determinar el método de conocimiento,

VOCABULARIO
• Método: según Descartes es el conjunto de «reglas ciertas y fáciles, cuya observación
permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso, y que, sin gastar
inútilmente ningún esfuerzo de inteligencia, llegue al verdadero conocimiento de todo
lo que sea capaz de conocer».

Descartes se fija en los procedimientos seguidos por los matemáticos, ya que solo
estos han podido establecer verdades universalmente aceptadas. Así, obtiene de las
matemáticas las cuatro reglas siguientes:
Las reglas del método cartesiano
1. Evidencia: No aceptar cosa alguna como verdadera, si no se la ha conocido de
forma evidente
2. Análisis: Reducir las cuestiones más complicadas a otras más simples.
3. Síntesis: Pasar del conocimiento de los objetos más simples y fáciles de conocer
a los más complejos mediante un orden deductivo.
4. Enumeración: Realizar recuentos y revisiones para no olvidar

Al igual que un análisis clínico descompone la sangre en sus elementos constitutivos, el


análisis cartesiano descompone las cuestiones complejas en otras simples.

Estas reglas reflejan las dos maneras como procede el razonamiento matemático:
intuición y deducción.

VOCABULARIO
• Intuición: visión directa e inmediata de algo, que puede ser una realidad o una
idea. La intuición es algo sensible, la intuición es empírica; si no es sensible, la
intuición es intelectual.

Una vez establecidas las reglas, es necesario fijar el punto de partida, que debe ser
firme y seguro. Esto es esencial, pues si falla el punto de partida, fala todo lo demás,
por muy bien que apliquemos las reglas del método.

El proceso para determinar el punto de partida constituye la fase crítica (o destructiva)


del método.

4.2. La duda metódica


Para determinar el punto de partida Descartes acude a la duda.

VOCABULARIO
• Duda: estado de vacilación o irresolución. La duda no es una falta de creencia,
sino una indecisión sobre las creencias. Para Descartes es solo un medio para
llegar a la verdad.

No se trata de una duda escéptica, ni de una duda existencial, sino de una duda
metódica, que tiene como fin establecer una verdad absolutamente segura. Asimismo,
se trata de una duda universal.
En definitiva, hay 3 clases de duda:
• Duda escéptica: Estado al que se llega tras el rechazo de todos los argumentos
que pretenden demostrar la verdad de algo.
• Duda existencial: Vacilación o indeterminación ante la elección entre dos o
más decisiones. Es una duda práctica, vital.
• Duda metódica: Procedimiento seguido para llegar a una verdad evidente.

En el Discurso del método Descartes empieza dudando del conocimiento que nos
ofrecen los sentidos, ya que frecuentemente nos inducen a error. En un segundo
momento aplica la duda a la realidad como tal, tomando como justificación la
imposibilidad de diferenciar con precisión entre la vigilia y el sueño.
Por último, aplica la duda a las demostraciones que hacen los matemáticos, basándose
en que a veces nos equivocamos.

En las Meditaciones metafísicas Descartes añade una nueva duda, todavía más radical,
porque se refiere al funcionamiento de la mente: supongamos que existe un «genio
maligno», cuyo fin es engañarme. Es la hipótesis del genio maligno.

4.3. El cogito
Ahora bien, por más que dude o me engañen, siempre hay algo de lo que no es posible
dudar o ser engañado, y es que, cuando dudo o me engañan, pienso; y si pienso,
existo.
«Pienso, luego existo» («Je pense, donc je suis», «Cogito, ergo sum») es el punto de
partida del método cartesiano.

5.2. Las ideas y sus clases


Descartes dice que la actividad del pensar termina en las ideas.

Según Descartes, las ideas pueden entenderse de dos maneras: como actos mentales o
como contenidos objetivos de la mente. En cuanto actos mentales todas las ideas son
igualmente reales, mientras que por su contenido las ideas se dividen en innatas,
adventicias y facticias, y no todas son igualmente verdaderas:

 Las ideas innatas son aquellas que proceden exclusivamente del pensamiento.
EJ: Dios
 Las ideas adventicias son aquellas que vienen a la mente desde fuera, desde la
experiencia, como la idea de casa o la idea de gato. EJ: mesa
 Las ideas facticias son aquellas que fabrica nuestra mente a partir de otras,
como la idea de centauro (mitad hombre, mitad caballo). EJ: seres
mitológicos, sirena.

Las ideas adventicias, al llegar a través de los sentidos, son con frecuencia oscuras y
confusas. Lo mismo se puede decir de las ideas facticias, que se construyen a partir de
las anteriores.

Solo las ideas innatas son claras y distintas. La primera de todas es el cogito, pero hay
algunas más, con las que Descartes construirá su sistema filosófico.

¿Y cuáles son estas leyes de la mente? La claridad y la distinción. Una cosa clara es
una cosa de la que no tengo duda. Una cosa distinta es una cosa perfectamente
diferenciada de las demás.
La claridad no implica la distinción, pero sí al revés: puedo ver muy claramente un
coche, pero puedo no distinguir a qué marca pertenece; ahora bien, si distingo la
marca de un coche, es que lo estoy viendo con claridad.
6. La explicación de la realidad
Para explicar la realidad, Descartes utiliza el concepto de sustancia, entendiendo como
tal una cosa que existe por sí misma y no necesita de nada más para existir.

6.1. Clases de sustancia


Descartes clasifica la sustancia en dos tipos: sustancia infinita (Dios) y sustancia finita
(los seres creados). A su vez la sustancia finita se divide en sustancia pensante (res
cogitans) y sustancia extensa (res extensa).

Sustancia Atributo Principal Modos


Infinita Dios Perfección
Finita Res cogitans Pensamiento Percepción
Determinación
Res extensa Extensión Tamaño
Figura
Movimiento

En Dios el atributo principal es la perfección, pero no tiene modos, porque no tiene


cambios. En la sustancia pensante el atributo principal es el pensamiento' y en la
sustancia extensa la extensión.

VOCABULARIO

 Pensamiento: todo aquello que acontece en nuestra mente y de lo que somos


conscientes. Incluye no solo operaciones intelectivas como el entender, sino
volitivas y afectivas como el querer, el imaginar, la voluntad y el sentir.
 Extensión: propiedad de los seres que ocupan un espacio y pueden dividirse en
partes.

6.2. Deducción de las sustancias


Tras la determinación de las tres clases de sustancia, Descartes pasa a deducirlas
metódicamente.

DEDUCCIÓN METÓDICA DEL SISTEMA CARTESIANO


1. Cogito: yo pienso
2. Res cogitans: sustancia pensante
3. Mundo: sustancia extensa
4. Dios: sustancia infinita

La primera deducción es muy clara: puedo fingir que no tengo cuerpo o que no existe
mundo, pero no puedo fingir que no existo, porque fingir es pensar, y si pienso, existo.
Por el contrario, si todo lo demás existiera, pero yo no pensara, no podría deducir que
yo existo. Luego yo soy una cosa que piensa.
Para la segunda deducción, existe en mi mente la idea de un ser omniperfecto. Esta
idea no puede provenir de la experiencia (no es una idea adventicia), pues esta solo
me muestra seres imperfectos, y lo perfecto no puede derivarse de lo imperfecto.
Tampoco la puedo construir (no es una idea facticia), porque un ser imperfecto no
puede producir la idea de un ser perfecto. Luego ha sido Dios el que ha puesto esta
idea en mi mente.

La tercera deducción afirma la existencia del mundo entendido al modo matemático.


Si Dios es un ser sumamente perfecto y veraz, no puede permitir que las ideas de mi
mente sean falsas. Luego el mundo existe.

8. La concepción del ser humano


La explicación del ser humano, basada en una neta distinción entre las dos clases de
sustancia finita: la sustancia pensante y la sustancia extensa; esto da lugar a una
concepción dualista del ser humano bastante radical.

El ser humano es el único ser creado en el que conviven esas dos sustancias,
pues el resto de los seres vivos, incluidos los animales, carece de alma, no tiene
sustancia pensante.

La explicación que ofrece Descartes de estos seres es tan mecanicista como la que
hace del mundo en general: los organismos vivos funcionan como máquinas muy
complejas.

Como el ser humano está formado por dos sustancias totalmente distintas, el cuerpo,
que es sustancia extensa, y el alma, que es sustancia pensante (la única alma que
concibe Descartes es el alma racional), aparece un problema:
¿cómo se relacionan dos sustancias tan diferentes?

Para Descartes alma y cuerpo son dos sustancias completas, pero no puede negar su
interacción.

El alma no está alojada meramente en el cuerpo ni se sirve de él como de un


instrumento externo, sino que la relación entre ambos es mucho más fuerte, tal como
pone de relieve la observación empírica. Sin embargo, la explicación que Descartes
propone de esta interacción es muy insatisfactoria: supone que en el cerebro humano
existe un elemento de conexión, la glándula pineal, a través de la cual las órdenes del
alma se comunican a los músculos del cuerpo.

La glándula pineal es una pequeña glándula endocrina con forma de piña.


Desde tiempos antiguos ha atraído la atención de los médicos, que le han asignado
diversas funciones. Para Descartes es el asiento del alma, del que esta se sirve para
conectar con el cuerpo.
9. El voluntarismo moral
La moral está presente en su pensamiento desde los inicios, hasta el punto de ejercer
una primacía sobre el conocimiento, como puede comprobarse:

• En la decisión cartesiana de buscar la verdad, que es una decisión moral.


La búsqueda de la verdad y el rechazo de las opiniones falsas es una obligación
moral.
• En la aplicación universal de su método, que no es un acto meramente
intelectual.
• En el valor dado al conocimiento, que no solo es teórico sino también práctico,
ya que puede aplicarse en las diversas circunstancias de la vida.

Consciente de la importancia de la moral, pero sin tiempo para desarrollarla, Descartes


formula en el Discurso del método tres reglas provisionales imprescindibles para su
proyecto. Estas son:

Reglas provisionales de moral


1 «Obedecer las leyes y costumbres de mi país».
ª
2 «Ser lo más firme y decidido que pudiera en mis acciones».
ª
3 « Intentar siempre vencerme a mí mismo antes que a la fortuna».
ª

La primacía de la moral sobre el conocimiento lleva a un planteamiento voluntarista.

VOCABULARIO
• Voluntarismo: doctrina que establece la supremacía de la voluntad sobre el
entendimiento, de la acción sobre el conocimiento.

Descartes distingue, como sabemos, dos modos generales del pensamiento: la


percepción y la determinación. La primera es función del entendimiento y la segunda
es función de la voluntad.

El entendimiento tiene que atenerse a los objetos que la percepción le presenta. Es,
por tanto, pasivo y finito, ya que no puede ir más allá de lo que le ofrece la
percepción. Por el contrario, la voluntad es infinita, porque el ámbito de las acciones y
de las pasiones, que son las dos clases de determinación de la voluntad, no tiene
límites.

VOCABULARIO
 Pasión: afección del alma, algo que le llega y le altera por su relación con el
cuerpo.
Ahora bien, mientras las acciones son voluntarias, pues proceden directamente del
alma, las pasiones son involuntarias, porque están en el alma, pero no dependen de
ella, sino de su relación con el cuerpo. Entre las acciones se incluyen el afirmar, el
negar y el dudar. Por su parte, las seis pasiones primarias son la admiración, el amor, el
odio, el deseo, la alegría y la tristeza.

Modos generales del pensamiento

Percepción Determinación

Entendimiento Voluntad
(pasivo y finito) (infinita)

Acciones Pasiones
(voluntarias) (involuntarias)

El voluntarismo se muestra con claridad en la explicación del error. La verdad y su


contrario, el error, residen en el juicio, en la acción de juzgar; solo podemos hablar de
verdad o error cuando afirmamos o negamos.
Pero el juicio es un acto de la voluntad, por la que esta da su conformidad o
disconformidad a las ideas que le presenta el entendimiento.

La voluntad es, por tanto, la culpable del error.

Este sometimiento de la voluntad al entendimiento se halla también en el origen de la


libertad, que para Descartes tiene un carácter primario. Sin libertad no hay posibilidad
de dudar. La libertad es una elección guiada por el entendimiento.
Actualidad de las ideas de Descartes
Varias son las ideas de este filósofo que han llegado a nuestros días.
Si para Descartes era el «yo pienso», en nuestra época es la vida, como hacen
Nietzsche y Ortega. Se trata de una filosofía que parte del sujeto y desde él aborda el
resto de las cuestiones filosóficas. La modernidad y su concepto de razón es la que
mejor retrata la filosofía europea.

Otra de las ideas está en relación con la neurociencia. Aparentemente la separación


radical que establece Descartes entre sustancia pensante y sustancia extensa está en
las antípodas; de ahí que el neurocientífico Antonio Damasio lo critique, aunque con
matices. Pero si se lee en profundidad el Tratado del hombre, se puede comprobar que
su explicación mecanicista del cerebro, con toda su insuficiencia teórica y práctica, está
en la línea de las investigaciones actuales.

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