SUPREMA CORTE DE JUSTICIA PODER JUDICIAL MENDOZA
CUIJ: 13-07242518-3/1((010305-56825))
BENEGAS SUSANA BEATRIZ EN J° 13-07242518-3 (010305-56825)
BENEGAS SUSANA BEATRIZ C/ DIRECCION GENERAL DE ESCUELAS
P/ ACCIÓN DE AMPARO P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL
En Mendoza, a diecisiete días del mes de diciembre de dos mil veinticuatro, reunida la
Ex - Sala Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para
dictar sentencia definitiva la causa N.° 13-07242518-3/1, caratulada: “BENEGAS
SUSANA BEATRIZ EN J° 13-07242518-3 (010305-56825) BENEGAS SUSANA
BEATRIZ C/ DIRECCION GENERAL DE ESCUELAS P/ ACCIÓN DE
AMPARO P/ RECURSO EXTRAORDINARIO PROVINCIAL”.
De conformidad con lo dispuesto por los artículos 140 y 141 del
C.P.C.C.T.M. y teniendo en cuenta las facultades conferidas por Acordada n° 5845, en
el acto del acuerdo, quedó establecido el siguiente orden de estudio en la causa para el
tratamiento de las cuestiones por el Tribunal: primero: DRA. MARÍA TERESA
DAY, segundo: DR. JULIO RAMON GOMEZ; tercero: DR. PEDRO JORGE
LLORENTE.
ANTECEDENTES:
La actora interpone recurso extraordinario provincial contra la resolución
dictada por la Quinta Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y
Tributario en los autos N.° 13-07242518-3 (010305-56825), caratulados: “BENEGAS
SUSANA BEATRIZ C/ DIRECCIÓN GENERAL DE ESCUELAS P/ ACCIÓN DE
AMPARO”.
Se admite formalmente el recurso deducido, se ordena correr traslado a la parte
contraria, quien contesta solicitando su rechazo con costas.
Se registra el dictamen de Procuración General del Tribunal, quien aconseja el rechazo
del recurso deducido.
Se llama al acuerdo para dictar sentencia y se deja constancia del orden de estudio para
el tratamiento de las cuestiones por parte de los Señores Ministros del Tribunal.
De conformidad con lo establecido en el art. 160 de la Constitución de la Provincia, se
plantean las siguientes cuestiones a resolver:
PRIMERA CUESTION: ¿Es procedente el recurso Extraordinario
Provincial interpuesto?
SEGUNDA CUESTION: En su caso, ¿qué solución corresponde?
TERCERA CUESTION: Costas.
A LA PRIMERA CUESTION LA DRA. MARIA TERESA DAY DIJO:
I.-RELATO DE LA CAUSA.
1.- La actora interpone acción de amparo a fin de impugnar la resolución
de la Administración que la intimó a iniciar el trámite jubilatorio en la ANSeS y se
abstenga de hacer cesar los efectos del contrato de trabajo vigente y por ende dejar de
pagar el salario correspondiente, toda vez que la reglamentación específica estatuida en
la Ley nº 24016, que prevalece sobre las condiciones generales fijadas por la Ley nº
24241, formula una distinción discriminatoria a los fines de acceder al beneficio
jubilatorio, que los hombres pueden hacerlo a los 60 años y las mujeres a los 57 y le
impide a la actora seguir ejerciendo su cargo de Directora suplente de la Escuela nº 1-
003 “Justo José de Urquiza”, el cual debería ejercer por el lapso de 12 (doce) meses
continuos para que se reconozca el 82% móvil de su actual salario en el haber
jubilatorio.
2.- La Dirección General de Escuelas solicita se rechace la demanda y
aduce que procedió conforme la legislación vigente, que no se violó ninguna norma
constitucional y niega que el accionar administrativo haya sido arbitrario. Relata que el
07 de marzo de 2023 se intimó a la actora para que iniciara los trámites jubilatorios, que
la prórroga no está contemplada para el régimen especial de jubilaciones para el
personal docente (Ley 24.016) en ningún caso y que esa opción sólo está prevista para
el caso de los regímenes incluidos en la Ley 24.241, pero que la ley especial prevalece
sobre la general, por lo que no es posible hacer uso de la opción que establece el art. 19
de la Ley 24.241.
Afirma que la Ley 8880 establece la obligatoriedad de iniciar los trámites
jubilatorios reunidos los requisitos necesarios para obtener las prestaciones del sistema
previsional y que la Administración debe intimarlo a su cumplimiento, extendiéndole
los certificados a tal efecto y manteniendo la vigencia de la relación de empleo público
por un plazo que no deberá exceder de 6 meses desde que se obtenga el turno en el Ente
Previsional, debiendo gestionarse el mismo en un plazo no mayor de 15 días desde el
emplazamiento.
3.- La primera instancia rechaza el amparo interpuesto considerando que
la parte actora no ha logrado demostrar que la actitud de la demandada, consistente en el
emplazamiento a iniciar los trámites jubilatorios de conformidad con los arts. 30 y 32 de
la Ley 6921, modificada por la Ley 8880 y el art. 3 de la Ley Nacional 24.016, aparezca
como arbitraria o ilegal, de manera manifiesta, para hacer procedente la presente acción.
Sostiene que la actuación de la accionada ha sido conforme la normativa vigente, cuya
constitucionalidad no ha sido cuestionada. Prevalece la aplicación de la ley especial,
salvo que se renuncie a la misma en forma expresa, lo que no ha acontecido. Refiere que
la invocación de violación de derechos constitucionales y el pedido de aplicar la
Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer, se
hace de manera genérica, sin argumentar ni probar de qué manera se le afectan sus
derechos o se le propicia un trato discriminatorio.
4.- Apela la actora.
5.- La Cámara confirma la sentencia de la instancia anterior con los
siguientes fundamentos:
- La apelante alude a numerosos temas sin lograr desvirtuar el
fundamento central del rechazo de la vía, esto es que se ha cumplido la normativa
vigente y a la que pretende ajustarse, sin haber planteado su inconstitucionalidad.
- De ningún modo la amparista cuestiona el régimen que establece la
edad jubilatoria de 57 años, sino que su queja es debido a la falta de prórroga por unos
meses, sin pretender optar por el régimen de los hombres.
- Por un lado la actora pretende acogerse al régimen que prevé una edad
jubilatoria inferior a la fijada para los hombres, pero por otro lado alude en forma
peyorativa al accionar de la Administración que aplica las normas vigentes. Más allá de
las alusiones relativas a las diferencias legislativas entre hombres y mujeres para
acceder al retiro, no pretende llegar a los 60 años sino permanecer trabajando unos
meses más.
- Respecto a la situación especial que invoca, por estar a cargo de cuatro
hijos, no se conoce su real situación económica, ni la de aquéllos, salvo lo que surge de
su bono de sueldo.
II.- ACTUACIÓN EN ESTA INSTANCIA.
a) Agravios de la recurrente.
La parte actora solicita se revoque la sentencia de la instancia anterior y
se haga lugar al amparo planteado. Razona de la siguiente manera:
- No hay contraposición de dos regímenes jubilatorios diferentes, sino
que la aplicación armónica y conjunta de ambos sistemas jubilatorios conduce a la
solución pretendida por la recurrente.
- La Ley 24.016 se aplica a las jubilaciones y pensiones del personal
docente y en lo no modificado por ella, como la posibilidad de prorrogar la edad
jubilatoria, se aplica el régimen general de jubilaciones y pensiones (Ley 24.241), por
remisión del art. 2 de la Ley 24.016.
- Tampoco resulta necesario pedir la inconstitucionalidad de la Ley 6921,
modificada por la Ley 8880 porque los preceptos de sus artículos 30 y 31 se aplican
salvo que se produzca la excepción de que la trabajadora desee continuar en su puesto
de trabajo (art. 19 de la Ley 24.241).
- Se produce una discriminación a la mujer porque el hombre puede
jubilarse a los 60 años y en el caso, obligarla a jubilarse a los 57 la hace sufrir una grave
merma en su haber jubilatorio al no computarse el salario de su último cargo.
- La Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y
Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha resuelto lo pretendido por la
recurrente, permitiendo a las mujeres continuar en actividad hasta la edad jubilatoria
prevista para los hombres y aplica el art.19 de la Ley 24.241, por ser un principio
general derivado de normas superiores de no discriminación de las mujeres.
b) Contestación del recurrido.
La DGE solicita el rechazo del recurso interpuesto. Aduce que la
prórroga laboral para docentes no se encuentra prevista en la Ley 24.016 y que esa
norma especial, prevalece sobre la Ley General 24.241, por lo que no es posible hacer
uso de la opción del art. 19 de la Ley 24.241. La extinción del empleo público
provincial por jubilación ordinaria es una causa objetiva de extinción del vínculo laboral
que puede ser dispuesta unilateralmente por la Administración Escolar para que la
docente obtenga el beneficio jubilatorio. Tal supuesto es regulado por la Ley 8880, que
establece el plazo de 6 meses para iniciar los trámites jubilatorios por parte del agente.
Luego, el plazo de un año solicitado por la quejosa excede el plazo legal de seis meses,
y no le asiste ninguna razón constitucional o legal a la reclamante para dejar sin efecto
el emplazamiento a jubilarse efectuado por mi parte.
c) Dictamen de Procuración General del Tribunal.
El Ministerio Público sugiere el rechazo del recurso interpuesto. Entiende
que no se ha acreditado la arbitrariedad de la sentencia recurrida, sino que sólo discrepa
con las conclusiones a las que arribó la Cámara que, fundadamente expuso que se
cumplió con la normativa vigente y a la cual pretende ajustarse, sin que se haya
planteado su inconstitucionalidad, que no se cuestiona el régimen que establece la edad
jubilatoria a los 57 años, que la queja se limita a pretender la prórroga de unos meses,
sin pretender acogerse al régimen de los hombres y que la especial situación de la
recurrente no varía la solución.
III.- LA CUESTION A RESOLVER.
Esta Sala debe resolver si resulta arbitraria o normativamente incorrecta
la sentencia que confirma el rechazo de una acción de amparo interpuesta por una
docente contra la DGE a fin de que se deje sin efecto el emplazamiento para que inicie
los trámites jubilatorios a la edad de 57 años, considerando que no hay arbitraridad ni
ilegalidad manifiesta, sino una mera aplicación de la normativa vigente, cuya
constitucionalidad no fue cuestionada por la actora.
IV.- SOLUCION AL CASO.
Tal como surge del relato de la causa y de los agravios formulados ante
esta Sede, la actora - mujer y docente - al cumplir sus 57 años de edad, es emplazada
por la DGE a iniciar los trámites jubilatorios, en virtud de lo establecido por el régimen
especial de jubilaciones y pensiones para el personal docente, Ley 24016, que prevé
entre sus requisitos que los varones tengan cumplida la edad de 60 años y las mujeres la
de 57.
La accionante requiere a la demandada la posibilidad de trabajar unos
meses más, para poder gozar de una jubilación que contemple su mejor salario como
Directora suplente, cargo que necesita ejercer por el lapso de doce meses continuos, los
que a la fecha de la intimación no había cumplido.
La demandada le niega esa posibilidad y en el mismo sentido resuelven
las instancias de grado. Señalan que se ha aplicado la ley vigente, la cual no ha sido
impugnada de inconstitucional. Consideran que el desempeño de la actividad docente de
la actora posee un régimen especial que sustrae de su ámbito de aplicación a la ley
general, salvo que se renuncie al mismo en forma expresa, lo que no ha ocurrido en el
caso de autos.
Esta decisión es resistida en esta instancia por la actora, quien denuncia
la discriminación que provoca la aplicación estricta de la norma, en tanto los varones
pueden jubilarse a los 60 años, en cambio a las mujeres las obliga a hacerlo a los 57.
Insiste en que tanto el régimen especial de la Ley 24.016, como el general de la Ley
24.241, deben interpretarse armónicamente y permitírsele ejercer la opción prevista en
el art. 19 de esta ley general.
Es en función de estos agravios y de las circunstancias acaecidas en la
causa que debe resolverse la queja extraordinaria deducida, la que considero -
adelantando opinión al respecto- que debe prosperar por las razones que analizaré a
continuación.
a) La normativa vigente.
Para una adecuada comprensión del régimen normativo aplicable al caso
de autos, resulta oportuno detenerme en su texto expreso.
Los docentes poseen un régimen especial de jubilaciones y pensiones,
previsto en la Ley 24.016, el cual prevé distintos beneficios a los trabajadores de la
actividad docente en comparación con el régimen general del resto de trabajadores,
específicamente en cuanto al haber jubilatorio (el que establece en el 82% móvil) y en
cuanto a la edad para acceder a la jubilación, la que reduce y fija en 60 años para los
varones y 57 para las mujeres (art. 3 y 4 Ley 24.016).
Vale recordar que el régimen general, regulado en la Ley 24.241 dispone
la edad jubilatoria en 65 años para los varones y 60 años para las mujeres, permitiendo a
estas últimas optar por continuar su actividad laboral hasta los 65 años de edad. (art. 19
Ley 24.241).
Finalmente, resulta oportuno citar, en tanto ha constituído fundamento de
los decisorios venidos en revisión, lo dispuesto por la Ley Provincial 8880/16 que al
modificar el art. 32 de la Ley 6921 establece que todo agente de la Administración
Pública Provincial que reuniere los requisitos necesarios para obtener una de las
prestaciones del sistema previsional en vigencia, deberá obligatoriamente iniciar los
trámites pertinentes y la administración lo intimará a su cumplimiento, manteniéndose
la vigencia de la relación de empleo público hasta que el agente obtenga el beneficio
previsional, por un plazo que no deberá exceder de seis meses.
Este es el marco normativo en el cual el decisorio de grado y a su turno el
de alzada han sustentado la resolución dictada, desestimando la pretensión de la
quejosa. Han señalado también, en posición que no comparto, que tal régimen
normativo no ha sido cuestionado constitucionalmente por la actora, lo que impediría, a
su entender, cualquier apartamiento de su texto. En este sentido, corresponde seguir la
doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en cuanto establece que el
examen constitucional puede realizarse aún de oficio por el Tribunal (CSJN, “Rodriguez
Pereyra...”, fallos 335:2333, Fallos 327:3117; 340:345, entre otros).
Aclarado lo expuesto, corresponde ingresar en el análisis de los agravios
vertidos.
b) Análisis de la causa.
Las especiales circunstancias de esta causa me persuaden de la
razonabilidad de los planteos efectuados por la actora, en tanto la respuesta que ha
recibido en las instancias de grado, conforme una interpretación estricta y rigorista de la
normativa vigente, resulta arbitraria y notoriamente discriminatoria en razón del género
femenino de la peticionante.
Tal como anticipé en cuanto al examen constitucional de la causa, en el
mismo sentido dicho control difuso de convencionalidad convierte a todos los jueces en
guardianes de las convenciones de Derechos Humanos, entre las que se encuentra la
Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la Mujer
-CEDAW- y la Convención Americana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
violencia contra la mujer. Estos instrumentos recurren a fórmulas específicas sobre el
derecho a la igualdad de las mujeres enfocadas a la no discriminación y deben ser
tenidas en cuenta al aplicar las leyes internas y al resolver los conflictos que involucren
al género femenino. (conf. Sentencia de este Tribunal, en Expte:13-05734440-1/1 –
Soto...en j° Comeglio...” - Fecha:03/05/2022 – Ubicación: LS 652-144, Sala I).
Resulta oportuno recordar entonces que la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) establece
en su artículo 1 que se entenderá por “discriminación contra la mujer” toda distinción,
exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado
menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer de los derechos
humanos y las libertades fundamentales en cualquier esfera.
Asimismo, en el artículo 2 de la citada Convención, los Estados partes se
comprometen a condenar la discriminación contra la mujer en todas sus formas, lo que
implica adoptar medidas adecuadas, legislativas y de otro carácter, con las sanciones
correspondientes, que prohíban toda discriminación contra la mujer (inc. b) y establecer
la protección jurídica de los derechos de la mujer sobre una base de igualdad con los del
hombre y garantizar, por conducto de los tribunales nacionales o competentes y de otras
instituciones públicas, la protección efectiva de la mujer contra todo acto de
discriminación (inc. c). En forma expresa, los Estados se comprometen a adoptar todas
las medidas adecuadas, incluso de carácter legislativo, para modificar o derogar leyes,
reglamentos, usos y prácticas que constituyan discriminación contra la mujer (inc. f).
En la misma línea, la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer - “Convención Belem do Pará”,
(ratificada por Ley 24.632) en el artículo 4 establece que toda mujer tiene derecho a
igualdad de protección ante la ley y de la ley.
Las pautas establecidas en la normativa internacional y supranacional
vigente arrojan luz sobre la cuestión debatida en autos y permiten advertir con notoria
claridad la injusticia y discriminación que sufre la actora al rechazarse su legítimo
planteo de acceder al beneficio jubilatorio en igualdad de términos y requisitos exigidos
a los varones.
Tanto en el régimen especial de la Ley 24.016, como en el general de la
Ley 24.241, las mujeres pueden jubilarse antes que los varones. Se trata de un beneficio
o prerrogativa que las leyes consagran a favor de las mujeres en forma expresa. Es la ley
vigente a la fecha de los hechos la que determina tal beneficio.
En consecuencia, no puedo compartir la decisión dictada por las
instancias anteriores que, en lugar de permitir a la destinataria de tal prerrogativa legal
gozar de esos beneficios, la castiga haciéndole perder los derechos que el régimen
especial contempla o la obliga a renunciar al mismo y permanecer en el régimen general
notoriamente más perjudicial a sus intereses. Ello luce, sino arbitrario, notoriamente
contradictorio con el texto expreso de la ley y con la finalidad misma de aquella de
reconocer la mayor carga laboral de una docente.
En este sentido, el Tribunal Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires ha sostenido que “los regímenes que permiten a las mujeres obtener el beneficio
jubilatorio antes que a los hombres no puede ponerlas en una situación desventajosa,
vedando su posibilidad de continuar dentro de una carrera o de participar de concursos u
obtener ascensos o nuevos cargos en una edad distinta a la de los trabajadores de sexo
masculino, pues, si lo que busca es realizar una discriminación positiva, no puede luego
derivarse la situación contraria” (Tribunal Superior de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, “Liskowicz...”, 10/03/2010, cita LA LEY AR/JUR/9044/2010).
En esta línea se ha inclinado también el voto en disidencia de la Dra.
Argibay al señalar que “debe exigirse prudencia cuando se intenta aplicar leyes
previsionales en perjuicio de las personas a las cuales se ha intentado proteger” (CSJN,
voto en disidencia Dra. Argibay, “Redondo de Negri...”, 08/11/2005, Fallos: 328:3985).
En consecuencia y por las razones apuntadas entiendo que cuando la Ley
especial 24.016 exige que las mujeres cuenten con 57 años de edad para acceder a los
beneficios jubilatorios previstos en dicho régimen, debe entenderse como un mínimo
etario establecido a favor del género femenino, pero nunca como un máximo cuya
transgresión le haga perder derechos.
Ninguna razón advierto tampoco que justifique la distinción de
tratamiento respecto al régimen general de la Ley 24.241. Si en este último régimen, las
mujeres pueden optar por continuar con su actividad laboral hasta la edad fijada para los
varones, no encuentro elemento alguno que explique por qué en el régimen especial
dicha opción se encontraría vedada.
Tal como señala la recurrente, ambos regímenes pueden y deben
interpretarse armónicamente. En ambos la edad fijada para las mujeres es un beneficio o
prerrogativa y por ello debe entenderse que es un mínimo. Pero si la mujer prefiere
continuar en actividad un tiempo más porque ello le resulta más conveniente, dicha
decisión no puede irrogarle perjuicios ni pérdida alguna de derechos.
Esta interpretación armónica de ambos regímenes ha recibido también
respuesta jurisprudencial, al señalarse en un caso que guarda grandes similitudes con el
presente, que “a efectos de evitar una interpretación que pueda consagrar un trato no
igualitario en razón del sexo, cabe concluir que al régimen de la Ley 24.016 (...) le
resulta aplicable (...) el art. 19 de la Ley 24.241, en cuanto dispone que las mujeres
podrán optar por continuar su actividad laboral hasta la edad prevista para los hombres,
que en el caso concreto asciende a 60 años”. (Expte. Nº 34957/0, “Izaguirre Graciela...”,
Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 15 de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires, 01/09/2010, sentencia confirmada por la Cámara en lo Contencioso
Administrativo y Tributario la Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Sala II).
Así las cosas, en tanto el texto expreso del artículo 3 de la Ley 24.016 -
aplicado en forma estricta por la sentencia aquí cuestionada - no prevé la opción para la
mujer de acceder a los beneficios jubilatorios en igualdad de términos, condiciones y
edad que los varones si ello le resulta más ventajoso o es su voluntad hacerlo, entiendo
que debe declararse su inconstitucionalidad en el caso concreto, por violentar lo
dispuesto por el art. 16 de la Constitución Nacional y los tratados que prohíben el trato
discriminatorio contra la mujer (Convención sobre la Eliminación de todas las formas
de discriminación contra la mujer -CEDAW - y Convención Belem do Pará, ya citados).
A lo dicho cabe agregar que la interpretación rigorista de la Ley
Provincial N° 8.880, realizada por la demandada y justificada en las sentencias de
grado, no tiene sustento alguno en función de una hermenéutica razonable,
constitucional y convencional. Dicha Ley, en cuanto fija un plazo máximo de seis meses
de mantenimiento de la relación de empleo público hasta que el agente obtenga el
beneficio previsional (art. 32), no puede aplicarse violentando los derechos de las
mujeres destinatarias del régimen especial o general de jubilaciones y pensiones, en
tanto tal emplazamiento sólo puede tener validez cuando el agente cumpla los requisitos
necesarios para obtener las prestaciones del sistema previsional y, tratándose de una
mujer, siempre y cuando ella no opte por la prórroga hasta la misma edad establecida
para los varones.
Finalmente, la sentencia de alzada funda el rechazo de la apelación en la
circunstancia de que la actora no pretende llegar a la edad de 60 años trabajando, “sino
permanecer unos meses más”, en el entendimiento de que ello también estaría vedado
en la legislación vigente.
No comparto este razonamiento en modo alguno. La Cámara de
Apelaciones interviniente parece olvidar que el derecho de acceder a la jubilación es
irrenunciable y goza de tutela constitucional (art. 14 bis Constitución Nacional). Por
ello, si una mujer docente reúne los requisitos para acceder a la jubilación, cumplida la
edad de 57 años puede hacerlo, o puede optar por permanecer hasta la edad de los
varones, o también antes de los 60 años, por cuanto ya reúne todos los requisitos para
gozar de los beneficios jubilatorios y ninguna sanción o pérdida de derechos puede
irrogarle el hecho de permanecer más allá de los 57 años.
En razón de todo lo expuesto y si mi voto resulta compartido por mis
distinguidos colegas de Sala, corresponde hacer lugar al recurso extraordinario
interpuesto, revocar la decisión venida en revisión y declarar la inconstitucionalidad en
el caso concreto del art. 3 de la Ley 24.016 en tanto no prevé la opción para la mujer de
acceder a los beneficios jubilatorios en igualdad de términos, condiciones y edad que los
varones si ello le resulta más ventajoso o es su voluntad hacerlo.
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. JULIO RAMÓN GÓMEZ y PEDRO
JORGE LLORENTE, adhieren al voto que antecede.
A LA SEGUNDA CUESTION LA DRA. MARÍA TERESA DAY DIJO:
Atento el modo como se resuelve la cuestión anterior, corresponde hacer
lugar al recurso extraordinario interpuesto por la Sra. Susana Benegas y, en
consecuencia, revocar la sentencia dictada por la Quinta Cámara de Apelaciones en lo
Civil, Comercial, de Minas, de Paz y Tributario de la Primera Circunscripción Judicial,
en los autos N° 13-07242518-3 (010305-56825), caratulados “BENEGAS SUSANA
BEATRIZ C/ DIRECCIÓN GENERAL DE ESCUELAS P/ ACCIÓN DE AMPARO”,
en fecha 03 de octubre de 2023 y, en su lugar, hacer lugar al amparo incoado, de
conformidad con las razones expuestas en la primera cuestión y declarar la
inconstitucionalidad sobrevenida en el caso concreto del art. 3 de la Ley 24.016, en
tanto no prevé la opción para la mujer de acceder a los beneficios jubilatorios en
igualdad de términos, condiciones y edad que los varones si ello le resulta más
ventajoso o es su voluntad hacerlo.
Así voto.
Sobre la misma cuestión Dres. JULIO RAMÓN GÓMEZ y PEDRO
JORGE LLORENTE, adhieren al voto que antecede.
A LA TERCERA CUESTIÓN LA DRA. MARÍA TERESA DAY, DIJO:
De conformidad al resultado al que se arriba en el tratamiento de las
cuestiones que anteceden, corresponde imponer las costas de la instancia extraordinaria
a la parte recurrida vencida. (art. 36 CPCCTM).
Así voto.
Sobre la misma cuestión los Dres. JULIO RAMÓN GÓMEZ y PEDRO
JORGE LLORENTE, adhieren al voto que antecede.
Con lo que se dio por terminado el acto, procediéndose a dictar la
sentencia que a continuación se inserta:
SENTENCIA:
Mendoza, 17 de diciembre de 2024.
Y VISTOS:
Por el mérito que resulta del acuerdo precedente, la Ex - Sala Primera de
la Excma. Suprema Corte de Justicia, fallando en definitiva,
RESUELVE:
1. Hacer lugar al Recurso Extraordinario Provincial
interpuesto por la Sra. Susana Benegas y, en
consecuencia, declarar la inconstitucionalidad en el caso
concreto del art. 3 de la Ley 24.016, por los motivos
expuestos en los considerandos y, por ello, revocar la
sentencia dictada por la Quinta Cámara de Apelaciones en
lo Civil, Comercial, de Minas, de Paz y Tributario de la
Primera Circunscripción Judicial, en los autos N° 13-
07242518-3 (010305-56825), caratulados “BENEGAS
SUSANA BEATRIZ C/ DIRECCIÓN GENERAL DE
ESCUELAS P/ ACCIÓN DE AMPARO”, en fecha 03 de
octubre de 2023, la que queda redactada de la siguiente
manera:
“I.- Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto por la actora y, en
consecuencia, revocar la sentencia dictada por el Cuarto Tribunal de Gestión Asociada
en fecha 24 de julio de 2023, la que queda redactada de la siguiente manera:”
““1) Hacer lugar a la acción de amparo interpuesta por la Sra. Susana
Benegas en contra de la Dirección General de Escuelas y, por ello, dejar sin efecto el
emplazamiento a iniciar el trámite jubilatorio cursado por la demandada, en fecha
07/03/2023, mediante Cédula de Notificación N° 0163/2023 y de todos los actos que
sean su consecuencia.””
““2) Imponer las costas a la demandada vencida. (arts. 35 y 36
CPCTM).””
““3) Regular los honorarios profesionales de los Dres. María Florencia
AYALA, Mauricio TOMASELLI y Ana Laura OLIVERA, en la suma de PESOS
CIENTO TREINTA Y OCHO MIL CUATROCIENTOS VEINTIOCHO CON 80/100
($138.428,80) a cada uno. (art. 10 Ley 9131 y art. 33 CPCTM)”.
“II.- Imponer las costas de alzada a la apelada vencida.”
“III.- Regular los honorarios profesionales por el trámite de alzada de la
siguiente manera: Dra. María Florencia AYALA, en la suma de pesos SESENTA Y
DOS MIL DOSCIENTOS NOVENTA Y TRES ($62.293); Dra. Ana Laura OLIVERA,
en la suma de pesos CIENTO TRES MIL OCHOCIENTOS VEINTIUNO CON 60/100
($103.821,60) y Dr. Mauricio TOMASELLI, en la suma de pesos CIENTO TRES MIL
OCHOCIENTOS VEINTIUNO CON 60/100 ($103.821,60). (art. 15 y 31 Ley 9131)”.
2. Imponer las costas de la instancia extraordinaria a la
recurrida, vencida. (art. 36 CPCCTM).
3) Regular los honorarios profesionales por la actuación en instancia
extraordinaria de la siguiente manera: Dra. María Florencia AYALA, en la suma de
pesos DOSCIENTOS SETENTA Y CINCO MIL SETENTA Y TRES CON 34/100
($275.073,34); Dr. Mauricio TOMASELLI, en la suma de pesos CUATROCIENTOS
CINCUENTA Y OCHO MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y CINCO CON
58/100 ($458.455,58); y Dra. Ana Laura OLIVERA, en la suma de pesos
CUATROCIENTOS CINCUENTA Y OCHO MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA
Y CINCO CON 58/100 ($458.455,58). (arts. 16 y 31 Ley 9131).
NOTIFIQUESE.
DRA. MARÍA TERESA DAY DR. JULIO RAMON GOMEZ
Ministro Ministro
DR. PEDRO JORGE LLORENTE
Ministro