0% encontró este documento útil (0 votos)
18 vistas15 páginas

Tomm, K. (1987) - Interventive Interviewing Part I.

El documento aborda la importancia de la entrevista clínica como una herramienta terapéutica, destacando la necesidad de diseñar estrategias que guíen al terapeuta en su práctica. Se introducen cuatro directrices: generación de hipótesis, circularidad, neutralidad y diseño de estrategias, enfatizando cómo estas pueden ser operacionalizadas para mejorar la intervención. El autor argumenta que la toma de decisiones consciente y la reflexión sobre la conducta del terapeuta son cruciales para maximizar el impacto terapéutico en las sesiones.

Cargado por

Salvador Oviedo
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
18 vistas15 páginas

Tomm, K. (1987) - Interventive Interviewing Part I.

El documento aborda la importancia de la entrevista clínica como una herramienta terapéutica, destacando la necesidad de diseñar estrategias que guíen al terapeuta en su práctica. Se introducen cuatro directrices: generación de hipótesis, circularidad, neutralidad y diseño de estrategias, enfatizando cómo estas pueden ser operacionalizadas para mejorar la intervención. El autor argumenta que la toma de decisiones consciente y la reflexión sobre la conducta del terapeuta son cruciales para maximizar el impacto terapéutico en las sesiones.

Cargado por

Salvador Oviedo
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 15

TERAPIA FA.

¡/ILIAR
E
-^:''ñ^^
|L-UIUñAJ- ¡
./
Beyebach y J. L. Rodriguez-Arras (Comps)
tv1.
Publicac¡ones UniversiCad Pontific¡a de Salamanca, 1988
HAGA

La entrevista como intervención. :li .

Parie l: El diseño de estrategias


como una cuarta directnz para el terapeuta

KARL TOMM

Una entrevista clínica proporciona muchas más oportunidades para actuar


tenpéuticamente de /as que la mayoria de /os tenpeutas advierten. Puesto que
tantas de esfas opoñunidades quedan fuen del conocimiento consciente del
terapeuta, es útil elabonr directices que orienten su actividad genenl hacia
Cirecciones susceptibles de ser terapéuticas. EI grupo Ce Milén define tres
directrices óásicas de esfe tipo: genención de hipóiesis, circularidad y neutralidad.
La genención de hipótesis es c/ara y fácil de aceptar. Las nocianes de
circulaidad y neutnlidad han despertado un interés considenble pero no se
entienden ccn la nisma facilidad. Esfas directrices pueden claríficarse y
operacionalizarse cuando se reformulan como posfuras conceptuales. Esle
proceso queda resaltacio al diferenciar una cuarta direclriz, el diseño de
esfrafegias, que supone la toma Ce decisiones por parle del terapeula, incluyendc
decisiones ecerca de cómo emplear esfas posfuras. Este artículc, el primero de
una señe de tres, empleará esfas cualro directrices de /a entrevista. Los ofro¡
artículos apareceran en un número subsiguiente. Le Pefte // se c-ontra rá en cómc
hacer preguntas reflexivas, una forma de investigar dirigida a movilizar l¿
capacidad curativa de la propia familia. La Parte lll proporcionan un esquem¿
pan analizar y escoger entre cuatro tipos principales de preguntas: pregunta.
lineales, preguntas circulares, preguntas reflexivas y preguntas esfrafégicas.

\ITRODUCCION

fule ha llegado a fascinar la variedad de efectos que puede tener una terapia sobr
clientes individuales o familiares en el transcurso de una entrevisia clínica. En un
sesión convencional, la mayoría de las preguntas del terapeuta esián diseñada
osiens¡bleme.nte para ayudar a formular una evaluac¡ón. Las propias preguntas no s
consideran habitualmente como interpicar la curiosidad del cliente en un área ci'ucial
precipitar un cambio importante en los patrones de pensamiento. De hecho, no e
infrecuente que los clientes informen de que fueron influídos significativamente por un
pregunia determinada que al terapeuta le parecía relativamente sin impoñancta.

' Reproduc¡do con el permiso de Family Process. lnten¡entive interviewing: Part


Strategizing as a -- guideline for the therapist, por Karl Tomm, fvl. D. Vol 26, n 1 (-'
(TraduciCo por Mark Beyebach)

Camila Salga
Ps¡cología Clinica
Calle 90 l.¡o. 14 fila.//ñ.\l
:

Adootar la perspectiva de Ia entrevisia como inten¡ención lleva a los ierapeuias a


centrarse más en sus propias concuctas dentro de ias vrcisitudes del sistema
terapéutico, y no solamente sobre el si's:ema del cliente. Al considerar toda acción como
una intervención, los terapeutas se ren obligados a prestar atención a los efectos
continuos de sus comportamientos, a fir de distinguir las acciones que, de hecho, fueron
tearapéuticas de las que no lo fueron. Además, cuando entre los miembros de la familia
ocurre algo indeseable durante ia entret¿ista, los terapeutas son mas propensos a HAGA
examinar su propia conducta como un posible desencadenante. Con este mayor
escrutinio de la interaccion entre brapeuta y cliente, la discrepancia entre intención
terapéutica y efecto sobre ei clienE se hace aún más evidente. En consecuencia, los
terapeutas tienden más a reflexion¡r cuidadosamente sobre todas sus accicnes antes de
actuar, y no solo sobre aquelas que previamente hayan decidido definir como
"intervenciones". Sin embargc es imposible monitorizar todas las respuestas y
reflexiones conscientemente sdfe los detalles de cada acción antes de actuar. La
complejidad de esta perspecti\ri podría volverse rápidamente totalmente inmanejable, a
no ser que el terapeuta degnolle y ponga en práctica algunas prioridades que la
organicen. Una foma de abodar esta complejidad es establecer directrices que, cuando
se dominan, pueden adoptase como posturas terapéuticas no conscientes que faciliten
las acciones deseadas y linten las no deseadas.

LA NECESTDAD DE ¡{A CUARTA DIRECTRIZ

En su artículo ongtal (Selvini-Palazzoli, M.; Bóscolo, L.; Cecchin, G. y Prata, G.


1g8O), acerca de cón¿ llevar una entrevista sistémica, el grupo de Milán describió tres
principios para guiadl terapeuta. Estos principios o directrices son bien conocidos hoy
en día, y "entrevis¡:circula/'es el término que se usa con frecuencia para referirse al .i

estilo de investigarón asociado con su aplicación. Varios autores han empezado a


describir y elabori diversos aspectos de este método de hacer preguntas (Deissler, K.,
1986: Fleuridas,,,, Nelson, T.S.y Rosenthal, D. M., 1986, Hoffmann, L., 1981; Lipchik,
E. ydeShazer,,, 1986; Penn, P. 1982: Penn, P. 1985, Tomm K., 1984; Tomm K., 1985;
Viaro, M. y Lpnardi, P., 1983). Al final de su artículo original, el grupo de Milán
planteaba unpregunta intrigante: <¿Puede la terapia familiar producir cambio a través
solamente 66efecto neguentrópico de nuestra forma actual de conducir la entrevista, sin
necesidad 6 haceruna intervención final?> (p.12)r Me gustaría proponer una respuesta
afirmativa: <Sí, la entrevista circular por sí sola puede desencadenar, y desencadena,
cambio ¡s/péutico>. La base para esta respuesta afirmativa se clarifica si se distingue
una cuat directriz, a saber, el diseño de estrategias, y se reconoce que el hacer
pregunta circulares es un tipo de entrevista como intervención.

Cuauiera que haya obserVado a los miembros del grupo de Milán haciendo terapia
sabrálue planifican con sumo cuidado todos y cada uno de sus movimientos. El
procro de generar planes de accion, evaluarlos y decidir qué camino seguir no queda
iimido a la discusión durante la intersesión en la que preparan la intervención final. Se
preuce a lo largo de toda la sesion. De hecho, según se va desanollanCo la entrevista,

El iérmino <neguentrópico> tal y como lo emplea el grupo de Milán suoone ordenar t


organtza(. Véase el artículo original (M. Selvini-Palazzoli, L. Boscolo, Cecchin y G
Prata, 1980), para una elucidación de este concepto

filo.//ñ.\l
l

los entre'¿rsiaoores esián tomando decisiones en todo momento. en eiecto, ccnsciente o


no conscientemente, se esián planteando interrogantes y los están contestando.

Algunos de esos interrogantes podrían ser: <¿Qué hipótesis debería explorar ahora?>.
.ffsta la familia en disposición ,de hablar abiertamente de ese tema?>; <¿Qué
s'[nificaría no explorar esa área justo ahora?>, <¿Qué preguntas 'debería hacer?>;
.iQue efecto deseo producir?>; >¿Como debería formular la pregunta?''' <¿\ quie.n
<¿Deberia
déOería dirigirla?>, .jDeOería continuar con este iema o explorar otro?>;
pañuelo o
recoger anora la trisieza del niño, o ignorarlar>; <¿Debería ofrecerle un
debería hacer una pregunta que podria hacer responder a otros miembros de
la
famailia?>, etc. Las respuestas a estas preguntas surgen de la histori?
9"_-t:-"l"lizacion
terapeuta'
como ser humano en general del terapeuta y de su desarrollo especÍfico como
ei equipo detrás dei espeio está también evaluando activamente la actuacion del
el discurrir de
terapeuia, y si tienen sugerencias para producir un cambio significativo en
la entrevista interrumperila sesión y le sacan para conferenciar brevemente.
La mayorÍa
gana que toda la empresa terapéutica gira en
de los observadores aceptaría de buena
torno a los juicios de qué debería y qué no debeÍia hacer un terapeuta al
"..ri"
interactuar con el cliente o familia.

Este proceso de toma de decisiones queda implÍcito, pero nc se explica


adecuadamente, en las tres directrices de la entrevista que describió originalmente
el
una cuarta direc',riz para guiar a
Erupo de Milán. De ahÍ que resulie apropiado describir podría
ios'terapeutas a la ahora de tcmar estas decisiones. Et diseño.de esfra,legias
al e'taluar /os efeclos de
defínirse como ta actividad cognitiva del tenpeuta (o del equipo)
acciones pesadas, constriir noevos planes de acción, anticipar /as posib/es
iáii","r"ni¡as ae dryersas alternativas y decidir cómo praceder en cualquier momendo
cleCo, a fin de maximizar la utilidad tenpéutica-

Como directnz de la entrevista, supone elecciones intencionadas de


los terapeutas
terapéutico. Al
acerca de lo que deberían hacer o no hacer a fin de guiar al sistema
denominar esta directriz, elegí el término "estrategia" para subrayar
que los terapeutas
adoptan una postura con el Jompromiso definido de alcanzar algún objetivo terapéutico'
La forma en gerundio' se eligió para subrayar su naturaleza .activa' es decir' eS e-la
proceso activo de mantener una red de operaciones ccgnitivas que dan lugar
decisiones de acciÓna

Es posibte distinguir diversos niveles de diseño de estrategias. En estos


artículos, me
centraré especialmente en dos de ellos: diseño de estrategias acerca de posfuras
acerca de
conceptuales generales a adoptar por un terapeuta y diseño de estrategias
accioñes verbales eipecíticas a poner en juego. Las cuatro directrices de la entrevista
serán presentadas como posturas conceptuales (en la Parte l)' mientras
que las

. -estrategizando-'
Se ha traducido como <diseño de estrategia> el término strategizing,
En Ia traducción se pierde este gerundio (N. delT)
r La noción Ce <diseñó de estrategias> tiene mucho en común con, pero no es equivalente a la de
<terapia estrategica>. Esta úttimá imptica la adhesión a una escuela específica de terapia
de la
<ierapia y <terapia estructural> implican un adhesión a escuelas
misma forma que sistémica>
.'alternativas. El diseñá d. .rtt.tegiás implica un compromiso con el cambio terapéutico
general, y como tal directriz podría aplicarse a todas las terapias. En la Parte
lll
intencionado en
se discutirá la inténcionalidad inherente al diser'io de estrategias
+

acciones (vease Parte ll y Parte lll)' Estos


preguntas hechas en la ses¡ón ejemplificarán t?il::-je que es más fácil hacer una
nivetes esián, oo, .uol"."ü,¿*'¡"illáoár,-.n "l po:!Y.tl_d"'neutralidad,.y es más fácil
una
pregunta verdaderamente explorato¡a'o"ioe
hacerunapreguntaconfrontadoradesdeunaposturadediseñodeestrategtas'
de que la propia postura guiará sus
HabiendooptadoporadoptarunaPosturadeterminada,etterapeutapuedecentrarsu
y
atenc¡ón sobre otros detalles, "stai-segrro
acüones.
HIPOTESIS'
UNA FORIV1UI-ACION MENOR DE_
órácuuntDAD'/ NEUTRALIDAD
AldescribiresiastresdirectriceScomoposturasconceptuales,estoyintentanoo
principios, trascendeátes e introducirlas
en la
det ámbiü aOstracto de los
sacarlas a aceptar una
ctinica, y-"nitn"i a los terapeutas podría definirse como
mayor
concreción de la
".ti"iO"U Uiia postura conceptual
responsabitidad personal por adoptarlal 'cognitivas
que mantien.en un punto de
una constelación dunden ae operacion"" ,n pJtOn OeiJrminado de pensamientos
y acciones
referenciaesfab/e, e[ cual apoya puede que se
e.inn¡u. i*pic" otroi. Al igual que una postura fisica'
implicitamente durante una
".oni"iente durante et ttu¡o espontáneo de actividad
adopte ,in ,ono",rl"nio deliberadamelt-e mmo forma de
entrevista. Como alternativa, poCria ,"i
"Oopi"da
prepararclenasaccionesoevitarotras.Puedequelaconscienciaalasr:mirunapostura patrones
sea útrl cuando un t"r"peuiá tp"ndiendo a desarrollar nuevos parte del
específica "t1" tiende a convertirse en
ce conducta, pero, una vez que se d;;;;, la postura a como ocurre con la
oer teiáf"rt" to'" forma muy simitar
fiu.io de acti,ricad no consciente
un atleta)'
fisrca de un actor' un músico' o
"p'o.iuru
de Oe.ne7c21 hipótesis supone apticar
Optar por adcptar un"- 111Y1" prJpios-para crear eiplicacion?^t:, S" activan
-de
deliberadamente los recursos cogniÑos datos
que buscan conexiones entre observaciones'
aquellas operaciones cognitivas a fin de formular un
informados, experiencia personal y La
generador que podria el fenomeno que se desea.entender'
"onociml.entgs-previos,
J"p["".
mecanismo
exposicionquehaceelgrupooetr¡titándelageneracióndehipotesisincluyeuna que aun
de los ur"t"nü'lmpti"uOot' Animo a todos los lec"ores
descripcron excelente
(selvini-Par".ror¡, rt¡.; BÓscolo, L';
cecchin' G' y
con su articuio
no están familiarizados
Prata,G.,1980),aquetoestu¿ien"uio"oo,"*ente.Elúnicopuntoquequisiera
ae n¡Ñtesii circulares y generación de
subrayar aqui es'ta diierencia "nn" é"i"r"iion
hipótesis lineates. Si nuestra
po'-t"t conceptuat se orienia asicrear explicaciones
nuestra postura se
y srsrémicas, tenderemos a hacer preguntas circulares. embargo' al
haremos p'"g;t"t lineales'
circulares srn
, orienta a crear explicaciones lineales, son
, y linealeJ en cuanto intervenciones
misróo tiempo las preguntas ",r"uür"tdiferentes en la entrevista' Las preguntas
susceptibles de tener efectos
bastante
un pli"-n:i"i1;t1e-"utico mucho mayor que las lineales
circulares tienen habitualmente
(véasePartelll).Portanto'i?'Y]1"útildesarrotlarciertapericiaenlaaccpcióndeuna terapéurico
postura o" g"náru.ián Oe hipótesis
cii"ufu'O O"t",optim'zar nuestro impacto
como intervencton'
durante el proceso de la entrevista
ccmentarios
como una postura conceptual requiere algunos
Describir la circularidad
..previos.Esteprincipio,ta|y:1Totódescrioieraorignarmenteelgry?:deMilán,ha de lo que
considerable, con diversas iiterpretaciones acerca
llevado a una confusión
implica'Pareceque|aconfusiÓnl.tasurgidoatnoestablecerseunadistinciónclaraentre
)

los aspecios circulares del sistema observado (la familia) y la circularidad


del sistema
separa la cibernética de primer
observador (la unidad ierapeuta-familia). Esta distinciÓn
de segundo ordens
orden (la cibernet¡..-0" üs sistema s ábseruados) de la cibernética
(la cibernética de sisiemas obsetyadores) y delimita dominios muy diferentes
(a pesar de (
discusion
que el primero se incorpora como un componente en el segundo)' En esia
segundo dominio y la
limitaré la nocion de circularidad como directriz de la entrevista al
(observador). otros aspectos de
aplicaré al feedback redursivo en el sistema terapéutico
las descnpciones
la definición onginal se incluyen en otras directrices. Por ejemplo,<diferencias>
cibernéticas de primer orden referentes a la reciprocidad en las
ya
generac;Ón
patrones circulares entre miembros de la familia son ccnsideradas parte de la
'de preguntas hacer' como
hipotesis circulares. Las decisiones respecto a qué tipo de
por eJemplo preguntas triádicas para revelar los patrones circulares de la familia' se
incluyen en la nueva directriz del diseño de estrategias'

Dada esta reformulación, la circularidad se refiere at acoplamiento estructural


dinámico entre terapeuta y familia, que permite al terapeuta establecer distinciones
por parte
acerca de ésta. En cuanto postura conceptual, supone una sensibilidad aguda
de los terapeuias hacia los matices en sus propias respuestas sensoriales durante su
interacción recursiva con los clientes. tncluye el reconocimiento de la discontinuidad
entre intención y efecto (tal y como se describió en la introducción) y orienta a
los
terapeuts a atender a lo que ellos perciben ccmo la conducta de los clientes
en el
sistáma ierapéutico en e,¿blucion. Cuanto más perspicaz sea la obsen¡ación'
más
pueden afinarse las respuestas terapéuticas para ajustarse a las respuestas de la familia
y mayor será el accplamiento entre terapia y familia. Los terapeuias no son de ningun
moOo pasivos en eri" proceso de observación. De la misma forma
en que el ojo' para
ccntinuo para distinguir
ver, necesrta moverse de un lado a otro en un micronistogmus
<diferencias> en los patrones de luz que inciden sobre la retina, así los terapeutas deben
preguntas, parafraseando
sondear continuamenie a los miembros de la familia haciendo
SuS respuestas, y tomando nota de SuS respuestas verbales
y no verbales a fin Ce
por parte de
obtener distinciones acerca de sus experiencias. De hecho, esta actividad
<circularidad> y
los terapeutas es ta principal razÓn por la que esta directriz se denomina
en
no simplemente <observación>. El movimiento continuo por parte del terapeuta han de
relacion con los movimientos del cliente o familia es esencial si los terapeutas
terapéutico' Es la
afinar más en su acoplamiento esiructural con ellos en el sis','ema
para las demás
naturaleza de este aóoplamiento la que proporciona la base todas
operaciones cognitivas en el transcurso de la terapiao
postura de
Al igual que sucede con la generación de hipótesis, hay variaciones en la
<circularidad
circularidad. Hay dos formas diferentes, que se pcdrían calificar como
primera se basa en el
basada en el afecto> y <circularidad basada en la obligación>. La
amor humano natural, la segunda, en la coerción. Llevan a modos diferentes de estar
una postura afecti'¡a es
accplado estructuralmente en el sistema terapéutico' Adoptar que
o de los clientes
atender selectivamente a aquellas diferencias en las respuestas del
'l
ofrecen al terapeuta la oportunidad de apoyar verdaderamente su crecimiento

[email protected])hasidounafiguracentra|en|ae|aboracióndeesa
distinción. para una excelente revisión histórica, véase Kenney (Kenney, B'.P'' 1983)'
,(, para una fundamentación teórica referente a la naturaleza de la cognición sobre la que se ha
(Matufana' H' R' y \/arela'
elaborado urt. p.rrp""tiva de la circularidad, véase Maturana y Varela
tr |
| . v.r
ronn\
I vvv/.
(r

desarro|loautonomos'Porotraparte,adoptarunaposturadecircularidadpor
<necesidad>,talvezporqueelterapeutaSedacuentadequecebeobrarasíafindeSer
un<buen>clínico,esatenderselectivamenteaaquellasrespuestsdetodelosclientes
-ia¡..ion"r
quepropcrcionanaperiurasparaqueelterapeutaseaterapéuticamenteeficaz.Aunque
siempre mutuamente
puede que estas !n .la ciicularidad -L:-,,t"un
influirá significativamenie
adopte como prioridad
excluyentes, la postura que e| terapeuta Puede que el cliente o los clientes
en ta direccion y el tono o" ll "nü"rii. afectuosa y sensible Y; Por otra' un
exoerimente(n) por una parte ,n"
"o*lránaion
escrutinio insensible y penetrante'
de entender
de la entrevista es una noción difícil
La neutntidad como principio rector pennanecer absotutamente
puesto que, en l.i;;;, ;;riii"" v LogL-amellt 'lf:lbte respecto a esa
neutral. En et momento en que se áctua, no se está siendo neutral conductual
atirm-a a''i m¡'mu Así' la manifestación
acción especÍfica; ia en las
de la "onOucta'se
neutralidad podria ,",-.no actuar>. Sin embargo, en situaciones
más c|ara es
interpretado como una acción definitiva:
que se espera acción, no actuar puede ier En la práctica
accion que impone la circularidad'
antitético respecto a la necesidad de esfuerza por equilibrar
po¡ ras ólras'Oirectrices) pero se
real, el terapeuta ,¡i"t6" Ñ"Oo postura g/obal de
neto sea *"nttn"t una
lcs movimientos de forma que el resuttado
neutralidad.Portanto'eltiempou.-***ponenteimpodantedeestapostura.El
con el cliente o la familia y mantiene
un
<danza> en-marcha
tefapeut3 participa en una O" la familia
cuidadoso equilibrio en relación con
los diversos O""o''i" tos miemorot
cont¡nuos cel equilibrista sobre la cuerda para
(de forma muy similar a los movimienios refiere al nivel
iJ gá.O"Ol La dificultad logica se
mantener el equitibrio en relación .on posrcion. respecto a un
Ce signiiicados y valores donde
un terapÉuta o adopia una cie.ia
temaonolaadopta'Noadopta,un.posiciónesadoptar|aposiciondeadoptar
no decioir o ser deliberadamente
nrnguna, es Oecir,' no comprcrn","rra-"-decidir el comienzo de
ui ta sintesi, á" .amoos/yt-escala al dilema' La sintesis es es
ambiguo. El problema de establecer distinciones
una nueva dicotomia: ambos/y versus o/o.
no poo"áo. Respecto a los significados y valores
inherente al tenguaje, al que
la ta adopción de la posición de permanecer
'neutraiioad es- a".."p"r.
a los que u"
evaslvo.
"á?""

Peseaestasdificultaces,laneutralidadesunadirectrizextremadamenieimportante posiura en la que


una entre,¡ista es adoptar una
en la ,,erap¡a sist¿mrca. ser neutral en
elterapeutaaceptatodota|y.o,noestáocurriendoenelpresentey'.Yitucualquier
tr¡"nte o los áiántes diga(n) o haga(n)'
El
araque a, o recházo de, cualqui", "r que.suceda' y se desliza a favor de la
se mantiene abierto a "olr"-!ü cosa
cualquier
terapeuta Al mismo tiempo sin embargo'
ccrriPnte ¿" espontan"u' ü-"n ti*1"^1:,:,'11
""tiuiJád
etterapeutaevitasedanastradoa.adoptaruna?."']:]:iqueestéencontra-oafavorde cualquier
cualquier p"r.orl-o't";;. Además,
el terapeuta sigue abierto a reconsrderar propias
pasando Al liberarse de toda atadura a sus
interpretacion de lo que estuviera t.-r"l-"^l:" asegura una maycr flexibilidad
percepciones e intencion.es, r" n"i!Li,o"lo"1
enlaconductaglobaldeintervencton.Haymásespacioparaque|osaspec..osintuitivos
y Se vuelvan actlvos en el procesc terapéutico'
y no consciente! de la cogniciÓn emerjan exacto o verdadero' lo que es
el terapeutu no i1Oe1]^o
En la neutraltdad, "'f:'''n1" ::-"^."t
entre paréntesis>7 Por eiennpio'
cuando un
sino que coloca <la obietividad
útit o inútil,
Jistrnción entre
7 Maturana estabtece la impoilante
En su trabajo teórico sobre la cognición, -- de que un obleto' evento' idea'
objetividad entre paréntesis. gsta ¡ttima supone
objetr'/idad Y
'l

marico se queja de que su mujer no es razcnable con su hijo, el terapeuta escucha y


acepta la queja det marrdo en cuanto acción suya en el presente, y luego escucha y
acepta lo que tiene que decir la mujér. El terapeuta no se muesira de acuerdo o en
desacuerdo con 1os puntos de vista det marido o de la mujer; es decir, evita',omar pariido
por alguno de los dos. Ni tampoco insiste en que Ia afirmaclón del marido sea, de
hecho, <una queJa>. Al desprenderse de cualquier atadura a una percepción de esie
tipo, aumentan las posibilidades de que surjan otras percepciones intuitivas. Por
ejemplo, la afirmación del mando podría construir <una súplica> a la mujer para que ie
acepte más. Pero si el terapeuta se hubiera comprometido con la interpretacion en
términos de queja, no se hubiera tenido en cuenta la oosibilidad de que fuera una
súplica. Puede que durante el transcurso de la entrevista el ierapeuta elija o no indicar
une falta de acuerdo o desacuerdo (por ejemplo, con el contenido o inienciÓn de la
afirmación del marido) en forma de pregunta o comentano, pero esta decision tiene que
ver con el diseño de estrategias. La neutralidad en cuanto tal se limita a una postura
conceptual en la que el terapeuta se dedica a experimentar el presente tan de lleno
como le es posible y a aceptar como necesario e ineütable rodo lo que ocufre,
incluyendo sus propias interpretaciones y las de la familia.

Es posible diferenciar diversas variaciones en esta postura. La neutralidad


indiferente, la forma más pura, supone una posiura en la que el terapeuta atiende a todo
y acepta todo con el mismo interés. Sin embargo, puede que al obrar de esta forma se
transmita una relativa falta de interés por los clientes en cuanto seres humanos únicos.
La neutralidad positiva es más diferenciada. Orienta a un terapeuta a atender a los
indivicuos en cuanto personas y a aceptarlos como seres humanos, sean corno sean.
Tiende a sustentar las conductas del terapeuta que confirman al otro y, por tanto,
aumenta la compenetración. En este sentiio, la circulandad basada en el afecto y la
neutraliCad positiva consiituyen posturas sinergísiicas que se apoyan mutuamente. La
neutralidad distante surge cuando un terapeuta adopta una recta posición y se mantiene
un tanto alejado. La neutralidad est¡'atégica implica deslizarse hac:a el diseño de
estrategias, hacia la utilización de la neutralidad como una técnrca estratéErca de cambio
más que como una postura de aceptación. Por jemplo, cuando el terapeuta percibe que
la familia está organizada con un solo portavoz. el mantenerse deltberadamente neutral
respecto a tas personas igualando la duracion de las intervenciones refleja una decisrón
nacida del diseño de estrategias.

En esencia, sin embargo, la neutralidao contrasta marcadamente con el dieño de


estrategias. Mientras que la neutralidad se basa en la aceptacion de <lo que es>, el
diseñq de estrategias se basa en un compromiso con <lo que debería ser> Inclinarse
dema5iado en cualquiera de las dos direcciones pueCe construir el cc:encial de un
terapéuta. Si un terapeuta adopta demasiado neutralidad, y se limita a ace3tar las cosas
tal y como son, termina dejando de hacer terapia. Por lo tanto, ese :esgo es auto-
limitador. Por otra parte, si un terapeuta recurre demasiado al diseño ce estrategias, se
vuelve demasiado intencional, puede que se vuelva ciego o vioierlc in sus escntos
sobre la mente, Bateson (Bateson, G.,1972 y 1979) nos previene acerca de la ceguera y
falta de sabiduría inherentes a un exceso de intencion. A no ser ;.e ios ierapeutas sear
capaces de adoptar cierto grado de neutralidad, no sreán capac3s ce ver <la otra parte>

creencia, etc. es una distinción he ---- un observador puede hacef ianlas distinciones diferente:
pero válidas como da -- haya para hacerlas, y cualquier obsefiaC:r,ndividual pude distingui
tantos --- o fenómenos como permita la coherencia en sus operaclcles ccgn¡tivas.
E

implicados ccn Sus pfoplas


de un iema. Además, los terapeutas que esián demasiadopueden íácilmente volverSe
<correctas>
ideas y valores a.at"" O" la soluciones
<violenr,,os> e imponerlas a un clienie o a una familia <resistenies>' cuando esto
terapéuticos y se impone claramente
ocurre, los meolos esiratégicos derrotan a los fines
esti3.!éSico con la neutralid¿d como
una mayor neutraliad. Por fortuna, un .On'tgromiso
tan positivó, puede ayudai' a reducir la
postura por derecho propiO, es decir, el no ser
i.gu"r"'y la violencia poiencial de un exceso de intencionalidad'

ilustrar las consecuencias de l¿


Puede que un breve ejemplo clinico ayude a
tenido.una relaciÓn incestuosa con 5ci
neutralidad, al entrevistar a un hombre que había
hijastra, me di cuenta de que yo esiaba cada
vez más frustrado por su negativa i')
Intentaba hacerle aceptar "r
reconocer su responsabilidad por lo que había hecho. por cambiar su'
responsabilidad personal como un primer paso
hacia un compromiso
patrones de comptrtamiento. Me. daba cuenta de
que no estaba siendo lo
me ü incapaz
suficientem"nt" n.Ltr"l pero, al resultarme repulsiva su.conducta' la ira' me excusé
de
casi el punto de
cambiar m¡ postura. Cuando mi frustración alcanzaba
pude concentrarme en intentar
y salí de la sala de terapia. una vez en el vestíbulo,
recuperar una postura neutral. Fui capaz de volver una postura emociona¡ y
.a circulares acerca de cómo
conceptual de neutralidad desarrollando hipótesis
"lgun"t
(asi como también algunos recuerdos Ce
ciertas actividades de su mujer y de su hiiaslra
su infancia) part¡c¡paoán uÁ patrón sistemico que inciuía su conducta inces',uosa.
"n'
Cuando volvi y reanudé la entrevista, él empezó a responder
a mi cambio (de forma y de
en ese momento pude empezar a darme
tono) volviéndose cada vez más abierto. Solo
mismo de io que eS"a'Oa yo ccn él'
Cuenta de que él estaba muchg más frus'.rado consigo
punto de convertirse en suicida por
De hecho,'estaba enfadado consigo mismo hasia el
senttmrentos y a ayudarle a
lo que había hecho. Pasé entonges a trabajar con eS"oS prioridad a la
Así, el dar
modificar algunas de sus ideas y ccnductas inapropiados
postura de neutralidad resultÓ ser muy terapéutico en este caso'

posible adoptar a la vez posiuras de diseño de


¿Es razonable preguntarse si es posiciones contradictorias en
estrateg¡as y Oe neutrálidad?. A fin de cuentas constituyen
muchos sentidos. Por fortuna, el sistema nervioso humano
es lo suficientemente
comple¡o como para que podamos operar simultáneamente
a múltiples niveles
conceptuates y dentro de dominios diferentes. Así
a un nivel podemos diseñar
estrategias acerca de la necesidad de mantener la neutralidad,
a otro, adoptar esta
preguntas a partir de
postura relac¡onal, y a la vez, en otro terreno, estar haciendo
en la circularidad' De hecho'
hipótesis circulares y ajustarnos a la sensibilidad del cliente
empleando no
al llevar la terapia ás probable que la mayor parie del tiempo estemos
conlcientemente aspectos de todas las posturas'

DISEÑO DE ESTRATEGIAS ACERCA OE LAS POSTURAS


CONCEPTUALES
det diseño de estrategtas Se
Como Se ha señafado más arriba, puede que la directnz
espectro oe actividades
aplique a diversos niveles. De hecho, podría dirigir todo el
perceptivas, conceptuales y ejecutivas del terapeuta'
Codria permear
De esia manera, el inherente compromiso con el cambio "erapéutico
hasta el nivel de las conductas no
todo el proceso de ia entrevista, descéndiendo incluso
verbales y paraverbales, tales como movimientos de
manos y piertas' orientacion
de la intervenciÓn, etc, Sin
corpora|, dtreccion de la mirada, tono de voz, cadencia
seria el diseñar estrategias
embargo, lo que sería extremadamente importante incluir,
Ya se ha aludido más arnba a esto' que
acerca Ce nuestro propio diseño de estrategias'
que se producen en el *
requiere generar hipótesis acerca de tos desarrollos
decisiones de actuar
terapéutico. Necesitamos seguir sabiendo si nuestras o no en cualquier momento dado'
terapeutrcarnente están, de hecho, srendo terapéuticas
ejemplo, yo necesitaba reconocer que mi decision anterior
de animar' persuadir'
Por
empujareincluso<torza|>a|padreinclinadoalincestoaquereconocieraexp|ícitamente
ya que puede que de otra
,, |."rponrabilidad estaba limitando mi capacidad terapéutica,
y hubiera perdido el caso del todo'
forma no hubiera abandonado ese curso de acción
(Tomm' K';
En otras ocasiones me ha resultado útil intentar ayudar no ayudando
más susceptibles de
Lannamann, J.; y McNamee, s., 1983). Los terapeutas Son
diseño de estrategias si
desanollar esta capácidad de diseñar estrategias acerca del
con lo que me refiero a
deciden optar por u-ná postura ce diseño personalde estrategias,
por sus decisiones y acciones' Esia
que decidan tomar toda la responsabilidad personal
jostura podria contraponers. el diseño proyectivo de estrategias' en el que se
"on
tom:n las decisiones porque el terapeuta <fue fozado a> o <real>
<no tenia elección> a
consecuencia Ce factores extemos (por ejemplo la situación
o las reglas
<correctas> de tratamiento). Personaiizar las propias decisiones eS una rnanera
de
en el diseño de estrategias-
mantener una mayor flexibilidad y libertad de movimientos
Es decir, siempre iesutta más fácil cambiar las decisiones
e interpretaciones propias que
cambiar una situación <determinada extemamente>'
11.unidad de
otra dimension importante del diseño de estrategia,s,es el tamaño.de
Obviamente esio se
actívidad acerca de la cual el terapeuta diseña esirategias
movimiento no verbal
relaciona con el nivel del foco estratégicc (elección de un
general a emplear' postura
específico, tipo de pregunta a hacer, técnica terapéutica por el nivel' Por
conceptual a adopiar, etc), pero no está determinada exclusivamente o es"ra'regias
ejempto, s¡ el terapeuta está diseñando estrategias al nivel de técnicas
pcdría formular una pregunta determinaCa cara superar un
terapéutica,
"rp"iíti"as,
aparente .impassát o podría diseñar estrategias acerca Oe tcda ura Secuencia de
Esla más allá del
preguntas que podrían ocupar un parte importánte de la entrevista'
objeto de este artículo el discutir la forma en que la postura
de diseñc Ce eSi:ategias
Mi pr;ncipai ci'cpcsito
apoyq la rmplementaciÓn de técnicas concretas de tratamiento'
fundameniac:o¡ ce la
aquÍ es jntroductr la nocion de diseño de estrategias como una
entrevista como intervenqion.
seria diseñar es:raleglas
Una tarea al adoptar esta perspectiva acerca de la entrevisia
respecto al desanollo de la habilidad de mantener una constelacrcn
de
pcsturas'
conceptuales cuidadosamente afinadas, de modo que resulta
probabre tu: ias
Para hacer
respuesias espontáneas en cualquier momento dado Sean terapéutrcas
que examinar crit:c¿rnente
esto de forma deliberada y consciente, el terapeuta tendrá
(preferentemente con la ayuda Ce un SuceMsor o
cuáles Son SuS inclinacionés actuales
de específicas Por e;:rnolo, si
. .a*jiál-t ;;'d;; ta modificación y/o éi refuezo áreas
ce crrculares ocdria
alguien decidiera me¡orar su naoit¡oao en la generaciÓn hrpotesis
ideas sistémicas Sin emoargo'
unrrse a un equrpo clínico que praciicase la tormenta de
l0

si alguien quisiera desarrollar una pericia sustancial en esta área (especialmente tras una
historia de prolongada inmersión en una cultura dispuesia hacia el pensamiento lineal) ¡
tenciría que desarrollar un esiudio teoíico considerable y someterse a auto'exploración y
quizás a algunas experíencias persónales <conectoras>. A meCida que se desari'oilan la
pericia y la seguridad en el mantenimiento de una cieria postura, se produce un cai'¡bio
natural de foco desde las decisiones acerca de la postura a sus proCuctos conduciuales,
es declr, a las preguntas y secuencias específicas y a la actividad no verbal qLe se
derivan de ella.

Una segunda tarea sería organizar una dirección heurística para el flulo ce la
conciencia del terapeuta. Por ejemplo, una secuencia lÓgica para la focaiizaciÓn Ce la
atención sería examinar los resultados de la circularidad, luego los de la generacicn de
hipótesis, luego los del diseño de estrategias, después los de la neutralidao, y vuelta a la
circulandad. En otras palabras, los terapeutas pueden empezar establectenCo
distinciones acerca de la familia en las interacciones recursivas de la circularidad y llevar
estas observaciones a la generación de hipótesis. Habiendo desanollado una hrpÓiesis
de algún tipo (incluyendo posiblemente la hipótesis de que lo que aún le falta a uto es
una hipótesis clara sobre la familia), toman algunas decisiones estratégicas acerca de
por dónde seguir (por ejemplo, eliciiar primero más información) y cómo hacerlo (tai vez
explorar cómo decidieron ir a terapia). Esias decisiones se convierten en la base para
acciones intencionadas (como por ejemplo preguntar acerca de la iniciativa pa:a la
derivación). Habiendo intervenido, se vuelve (conceptual y conductualmenie) a una
posicron de neutralidad para aceptar lo que ocurra. Se observa a la familia iijárccse en
las diferencias en sus respuestas (puede que el padre interrumpa a la í'ria:i3 sara
señalar que les envó el pediatra) y empieza un nuevo círculo. Las nuevas ocser^':asicnes
se incluyen en el proceso ccntinuo de generación Ce hipótesis, y, en base a la ¡tcciesis
modificada (por ejemplo, el marido esiá minimizancjo la iniciativa de la famiiia ai oedir
ayuda), el terapeuta comienza una vez más a Cesanollar estrategias acerca ce qué
hacer (¿Debería preguntar a la mujer quién tuvo la idea pnmero, y esiá mas ir,iei'esado
por la terapia, o debería respetar el punto de vista del marido y preguntar cor Ia corniÓn
del pediatra?). Así, mientras tiene lugar la entrevista, puede que el terapeuta at¡enda a
los resuftados de la circularidad, la generación de hipótesis, el diseño de esirategtas, la
neutralidad y la circularidad en un circuito recursivo paralelo al método cieniíílco. La
aplicación disciplinada de este patrón recursivo de pensamiento y accicn aurnentaría
probablemente de forma significativa la efectividad terapéutica de la er'ti'evisia como
intervención.

Otra tarea sería desanollar una sensibilidad especial hacia las señales en el sistema
terapéufico que sugieran que está indicado un cambio importante de posiura. Por
jemplo, cuando la atmósfera en la entrevista se ha vuelto rígida o es de oposic:cn, es
probable que el terapeuta se esté inclinando demasiado hacia el diseño de esiretegias.
Puede que el o los clientes esté(n) sintiendo que el terapeuta es muy criirca o cue ie(s)
esiá exigiendo demasiado cambio. Esto debería ser una indicación para ei lereoe',ta de
que cambie Ce postura y se vuelva más neutral. Por otra parte, si la ses;c¡ caiece rnás
bren insulsa o aburrida, probablemente se necesite un diseño rnas '' !3isc de
estrategias. Cuando una entrevista parece carecer de direccion es:¿ :,aramente
incjicada una mayor generac:ón de hipótesis (incluyendo hipotesis ac=-:: :=, s.s'\ema
.. terapéutico). Si el terapeuta parece tenerhipótesis claras, pero la sesici:
-. :a:3c3 muy
fructÍiera, se puede prestar una atención más afinada a lo que lcs :,e::3s están
haciendo y experimentando realmente, centrándose en el feedback ce a : :c,l'-iandad.
il

Se necesita establecer nuevas <diferencias> o distinciones de las experiencias de los


miembros de la familia que puede que intervengan en las hrpotesis existentes del
terapeuta. Además de aprender a lecoger estas señales y a responder a ellas, un
terapeuta debería mantenerse abierto a la reevaluación y al perfeccionamiento
intermitente de posturas establecidas. Habitualmente se prodr-ce algún grado de
desviacion inadvertida como resultado de las intervenciones continuas de los miembros
de la famiiia. Por ejemplo, si el terapeuta no tiene sensibilidad para captar el engaño, la
circularidad basada en el afecto podría derivar hacia la ingenuidad ante clientes con
habilidad para explotar la buena intención y la confianza de otros. Aquí se requiere ser
perceptlvo a los cambios de uno mismo (asÍ como a los cambios en la familia y en el
sistema terapéutico). finalmente, las estrategias para movilizar, mantener y alterar estas
posturas se <sumergírán> en los procesos no conscientes, así como las propias posturas
conceptüales, de forma que la conciencia del terapeuta pueda <flotar> iibremente hacia
donde más se necesite para aumentar al máximo la efectividad clínica de la entrevtsta.

BIBLIOGRAFIA

Bateson, G. (1972). sfeps to an ecology of mind (san Francisco. chandler)


_ (1979). Mind and nature; A necessa ry unity (New york: E. p. Dutton)
Deissfer, K. (1986) Recursive creation of information: Circular questioning as informacion
production. unpublished manuscript, translated from the German by S. Awocey.
Fleuridas. C.: Nelson, T. S y Rosenthal, D. fU. (1986): The evolution of circutar questions:
Training family therapist, Journal of Maritat and Family Therapy, 12, .,13-127.
Foerster, H. von (1981) Obseruing syslems Seaside Ca.: Intersystems Publications)
HoÍfman, L. (1931) Foundation of Limity therapy: A conceptual framework for sysferns
change (New York: Basic Books)
Kenney, B. P. (1985) Aesfhefics of change (New york: Guilford pi'ess)
Lipchik, E. y de Shazer, S. (1980) The purposeful interuiew, Jpumal of Sirategic and
Sysfemic Thenpies, 5, BB-89
Maturana, H R.y Varcia, F. J. (1980) Aufoporsrs and cognition: The realization of living
(Boston: Reidel)
Méndez, C.; Coddou, F. y Maturana, H. The bringing forth of pathotogy. Submitted for
publication
Penn, P (1982) Circularquestioning, Famity process, 21,267-2BO
_ (1985) Feedforward: Future questions, future unaps, Famity process, 24,299-310
Selvini-Palazzoli, M.; Boscolo, L.; Cecchin, G.; y prata, G. (19g0): Hypothesizing I

circulqrity-neutrality: Three guidelines for the conductor of the session. Family Press,
1^
tv. 4J- /^tz
Tomm, K. (1984): One perspective on the Mitan systemic approach Part ll, Description of I

session formal, interviewing style and interventions, Journal oi Mantel an Family


Thenpy, 1A, ZSS-271
(1 985) Circular interviewing: A Multifaceted clinical tool, in D. Campbe[ y R. Draper
(eds): Applications; of sysfemic family thenpy: The Milan approach (London: Grune y
Stration)
Tomm K.; Lannamann, J. y McNames, S (1983): No interview tcday: A consultation team
intervenes by not intervening , Joumalof Sfralegic and Systemic Tenpies, 2, 48-61
"Viaro, M. y Leonardi, P. (1983) Getting and givíng ¡nformation. Anatysis of a famity
interview strategy, Family Process, 22, ZT-42
:

Tomm, K. (1985): Circular interviewing: A multifaceted clinical tool, in D. Campbell y R.


Draper (eds): Applications of sysfemic thenpy: Tbe Milán approach (London: Grune y
Stratton). ¿

(1987): Interventive interviewíng: l. Strategizing as a fourth guideline for


the
therapist, Family Process, 26, 3-13
(1987): Interventive interviewing: ll. Reflexive questioning as a means to enable
-self-healing , Family Process, 26, 167-183

i
I

I
t5

Figura 2

Propósito predominante y eiectos probables de diferentes preguntas

La figura 2 resume.el propósito predominante y los efectos más prcbables asociados


con cada conjunto de preguntas. Se incluyen en el diagrama los efectos de las
preguntas sobre el terapeuta así como sobre la famiiia. Con los paréntesis se pretende
indicar que los efectos reales siempre siguen siendo impredecibles. Según la estructura
de una familia, en un momento dado, una pregunta estratégica podría tener un efecto
generador en vez de tener un efecto limitador. Una pregunta lineal podría tener un
efecio liberador y una pregunta reflexiva podría tener un efecto fimitador, etc. Lo único
que se puede decir es que es más probable que los miembros de la familia experimenten
respeto, novedad y transformación espontánea como resultado de que se hagan
preguntas circulares y reflexivas, y que se sientan juzgados, interrogados o fozados,
como consecuncia de preguntas lineales y estratégicas. Si los miembros de la familia
empiezan a sentirse juzgados o manipulados, la sesión suele volverse tensa o <helada>.
Esto podría ser una indicación para el terapeuta de que cambie el tipo de preguntas para
hacer aquellas que resultan más neutrales y aceptadoras (o abandonar temporalmente
todo el proceso de hacer preguntas). De forma altemativa, si los miembros de la familia
se han vuelto demasiado cómodos y complacientes en el proceso de terapia, tal vez
unas pocas preguntas estratégicas bien colocadas puedan estimularles a considerar
nuevas direcciones. Lo que aquí se propone es que la utilización de esias distinciones
podrÍa pemitiq al terapeuta elegir aquellos tipos de preguntas que son más susceptibles
de orientar la entrevista de modo que se convierta en una conversación oara la curación.

COMENTARIOS FINALES

La imposibilidad de predecir los efectos que se producen realmente apunta a la


importancia que tiene la continua actividad del terapeuta de controlar las reacciones
t6

inmediatas de los miembros de la familia y revisar las hipótesis a medida que se


desarrolla la sesión. Sin embargo, con frecuencia no se pueden observar los efectos
reales de una pregunta; las reaccionés de los miembros de la familia son en conjunto
demasiado difícites de <leer>. Puede que a veces los efecios ni siquiera se materialicen
en el rnomento de la entrevista. Puede que los miembros de la familia no empiecen a
darse cuenta de las implicaciones pertinentes hasta después de la sesión, tal vez el dia
siguiente, o incluso más tarde. Hay algunas preguntas que permanecen en la mente de
los clientes durante semanas, meses, y a veces años, y siguen teniendo efecto. En gran
medida, un terapeuta siempre tiene que <trabajar en la oscuridad> y nunca sabe cuál es
el resultado final de las preguntas específicas. Esto hace recaer una responsabiliCad
aún mayor sobre la intencionalidad del terapeuta en la toma de decisiones acerca de qué
preguntar. En otras palabras, los terapeutas deben asumir la responsabilidad por las
preguntas que hacen, sin saber nunca cuáles podrían ser sus efectos completos. Al
mismo tiempo, sin embargo, puede avanzarse mucho en los que respecta al desarrollo
profesional personal para aumentar la probabilidad de que la conducta espontánea de
un terapeuta en una entrevista sea más susceptible de ser terapéutica que no
terapéutica o antiterapéutica> Hay que tener en cuenta que, en buena medida, la
pregunta <prefigura> la respuesta por cuanto estructura el dominio de una respuesta
<apropiada>. Es decir, una pregunta presupone una respuesta particular, o al menos
una respuesta en un determinado dominio.

Entonces, hacer una determinada pregunta es suscitar una contestación


determinada. El tipo de pregunias que un terapeuta decide hacer depende del tipo de
contestación que le gustai'ía oir: El que el cliente acepte o no la invitación del terapeuta
de proporcionar la pregunta supone restringir el abanico de respuestas <legítimas>.
Esta selectividad da al terapeuta una influencia enorme a la hora de establecer y
mantener una dirección en una conversación.

Las distinciones que se establecen en este artículo reflejan los resultados de algunas
invesiigaciones cualiiativas a las que he estado dedicado en los últimos años. Si un
investigador empÍrico quisiera explorar más estos temas y determinar, por jemplo, si una
pregunta dada es lineal, circular, estratégica o reflexiva, tendría el problema de tener que
identificar las intenciones y asunciones del terapeuta al hacerla. La vía más directa para
ello sería pedir al terapeuta que intentara articular sus pensamientos al formular
preguntas. Tal vez podría conseguirse esto durante la revisión de un video
inmediatamente después de la sesión. Un observador extemo podría también e,¿aluar
cada pregunta en su contexto. Posteriormente se podrÍa comparar el graCo de ajuste de
estas estimaciones y ponerlas junto a descripciones de las experiencias de los clientes
en cada momento, hechas por los clientes al revisar también la cinta. Puede que
estudios ulteriores en estas lÍneas contribuyan considerablemente a obtener un
conocimiento más profundo del proceso de entrevistar interviniendo.

BIBLIOGRAFIA

Bateson, G. (1972): Steps to an ecology of mind (New york: Ballantine Bcoks).


(1979): Mind and nature: a nec-óssa ry unity (New ycrk: E. Dutton).
i
i

los padres están dándole al hijo (de forma no consciente) indicaciones para que no I

revele i

También podría gustarte