Índice de Temas de Formación Emaús
TEMA1: Un Dios a mi medida
TEMA 2: Primero Dios
TEMA 3: LA HUMILDAD: Cuando ya no escuchas, ya dejaste
de crecer
TEMA 4: ¿A quién elegiste? ¡Apóyalo! — Del entusiasmo a la
verdadera responsabilidad
TEMA 5: La dicha de servirle a Dios
TEMA 6: Del Encuentro a la Conversión: ¿Qué ha cambiado
en mí desde Emaús?
TEMA 7: Sanar para Servir: El camino de la sanación interior
TEMA 8: No camines solo: El valor de la comunidad
TEMA 9: Fe con obras: No basta decir que soy de Emaús
TEMA 10: Llamados a dar fruto: No basta con asistir
TEMA 11: “La obediencia: clave del camino de fe”
TEMAS PARA LAS ASAMBLEA DE EMAÚS
TEMA1: Un Dios a mi medida
Subtítulo: La tentación de una fe acomodada al pecado
Introducción
Vivimos en un tiempo donde el individualismo y el relativismo han llegado a
permear incluso nuestra relación con Dios. Queremos una fe sin exigencias, una
Iglesia que no confronte, un Evangelio sin cruz. Nos hacemos una imagen de Dios
que no incomoda, que no pide conversión ni obediencia, sino que aprueba
nuestros deseos y justifica nuestras acciones. En otras palabras, queremos un Dios
a nuestra medida.
Pero, ¿es ese el verdadero Dios? ¿Es esa la verdadera Iglesia? ¿Es esa la fe que
salva?
1. La tentación de moldear a Dios
Desde el Antiguo Testamento, el ser humano ha querido fabricar ídolos. El
becerro de oro no era solo una estatua; era una imagen cómoda de divinidad
que no exigía nada. Hoy no hacemos ídolos de oro, pero sí creamos ideas de
Dios a nuestra conveniencia:
“Dios es amor, Él no juzga nada”
“Dios quiere que yo sea feliz, aunque viva en pecado”
“Dios sabe cómo soy y así me acepta”
Estas frases, aunque tienen algo de verdad, también pueden esconder un
rechazo a la conversión. No queremos al Dios que nos llama a la santidad, sino a
uno que bendiga nuestros errores.
📖 “Formaron un becerro y lo adoraron; cambiaron al Dios que es su gloria por
la imagen de un buey que come hierba” (Salmo 106, 19-20).
2. Una Iglesia que acomoda el pecado
Así como queremos un Dios a nuestra medida, también buscamos una Iglesia
que no corrija, que apruebe nuestras decisiones y que se adapte a nuestras
costumbres.
Queremos participar, pero no obedecer.
Servir, pero no convertirnos.
Ser llamados “hermanos” aunque vivamos lejos del Evangelio.
Una Iglesia que no confronta el pecado deja de ser madre y se vuelve cómplice
del error. El verdadero amor no es permisivo, es exigente. La Iglesia, como Madre
y Maestra, debe acompañar, pero también corregir.
📖 “Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprende y
exhorta con toda paciencia y doctrina” (2 Timoteo 4, 2).
3. El verdadero rostro de Dios
Dios no se adapta a nosotros, nosotros estamos llamados a dejarnos moldear por
Él. Su amor no es tolerancia del pecado, sino misericordia que sana y transforma.
Jesús perdonó a la mujer adúltera, pero también le dijo: “Vete y no peques más”
(Juan 8,11).
El Dios verdadero no es “a mi medida”, es el que me hace nuevo. Es el alfarero,
y nosotros barro en sus manos (cf. Jeremías 18,6).
4. Llamados a la conversión
La verdadera fe exige humildad para reconocer que no somos quienes
definimos el bien y el mal. Seguir a Cristo implica renunciar a nosotros mismos,
tomar la cruz y caminar tras Él (cf. Mateo 16,24).
No podemos servir a Dios y al mundo. No podemos buscar una Iglesia cómoda
y pretender vivir el Evangelio.
🕊️ “No se conformen a este mundo, sino transfórmense por la renovación de su
mente” (Romanos 12,2).
Conclusión
Dios no se acomoda a nuestra medida; es eterno, santo e inmutable. Él nos ama
tal como somos, pero demasiado como para dejarnos así. Aceptar su amor es
dejar que nos transforme, aunque duela, aunque nos incomode.
Pidamos la gracia de no hacernos un dios a nuestra imagen, sino de ser
transformados a imagen del Dios verdadero.
🔸 Actividad: “¿Estoy moldeando a Dios?”
Objetivo: Ayudar a los participantes a descubrir si están creando una imagen
distorsionada de Dios que se acomoda a sus propios deseos, excusas o pecados.
🧩 Parte 1: “Recortando a Dios” (dinámica visual)
Materiales por grupo (4-5 personas):
Una silueta grande de Jesús o una cruz impresa en papel o cartulina
Tijeras
Lápices o marcadores
Instrucciones:
1. Entrega la silueta de Jesús a cada grupo.
2. Diles: “Imagina que Jesús viene a corregirte, pero tú solo quieres conservar
lo que te conviene. Recorta las partes del Jesús que te incomodan”.
3. Algunos ejemplos que podrían “recortar”:
o “Perdona a tus enemigos”
o “Ve y no peques más”
o “Deja todo y sígueme”
o “Ama la verdad”
o “Negarse a sí mismo”
4. Una vez hecho, cada grupo comparte su silueta “recortada” y explica:
o ¿Qué partes decidieron quitar?
o ¿Por qué esas frases o actitudes les resultan difíciles?
o ¿Qué revela esto sobre su imagen de Dios?
Reflexión grupal:
¿Estoy adorando al verdadero Dios o a una versión cómoda que me
justifica?
¿Moldeo mi vida según Dios o quiero que Dios se moldee a mi vida?
📖 “Se harán maestros a la medida de sus propios deseos, y apartarán los oídos
de la verdad” (2 Timoteo 4,3-4).
🧩 Parte 2: Frases para debate rápido (sí/no/matices)
Lee en voz alta algunas frases y pide a los participantes que respondan
rápidamente si están de acuerdo, en desacuerdo o tienen matices, y luego
abran breve debate:
1. “Dios me ama así, no necesito cambiar.”
2. “Jesús perdonaba todo, no importa si sigo pecando.”
3. “Cada quien tiene su manera de vivir la fe, no hay una sola forma
correcta.”
4. “Mientras tenga a Dios en mi corazón, no necesito ir a Misa.”
5. “Yo creo en Dios, pero no necesito confesarme.”
Esto mostrará cuán común es adaptar la fe a la conveniencia personal.
🧩 Parte 3: Compromiso
En una hoja, cada quien escribe:
📝 “Hoy reconozco que he querido moldear a Dios en...”
📝 “Pero me comprometo a dejar que Él moldee mi vida en...”
(Se puede invitar a depositar este compromiso en una cesta frente a una cruz o
imagen de Jesús como signo de conversión.
TEMA 2: Primero Dios
Subtítulo: ¿Es realmente Él el primero en mi vida?
Introducción
Vivimos en un país donde frases como “Primero Dios”, “Dios dirá”, “Dios
mediante” o “Dios bendiga este lugar” están presentes en la conversación diaria,
en los negocios, en los buses, en los hogares. Esta expresión, que debería ser un
acto de fe y de abandono en la voluntad divina, muchas veces se ha convertido
en una costumbre cultural más que en una verdadera declaración de vida.
La gran pregunta es: ¿Decimos "Primero Dios" pero lo ponemos de último?
1. Una expresión cultural con profundidad espiritual
Frases como:
“Primero Dios consigo trabajo”
“Primero Dios no llueve”
“En el nombre de Dios vamos bien”
Reflejan una cultura que reconoce la existencia de Dios y su poder. En eso hay
algo bueno: la conciencia de que nada sucede sin su permiso. Pero muchas
veces, esas palabras no se acompañan de una vida coherente. Decimos
"Primero Dios", pero en la práctica:
¿Le damos a Dios la primera parte del día?
¿Le pedimos su voluntad o solo su aprobación?
¿Vivimos en gracia o solo lo mencionamos cuando hay necesidad?
📖 “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí”
(Mateo 15,8).
2. ¿Es Dios el primero en mi agenda?
Cuando decimos “Primero Dios”, ¿qué lugar ocupa Dios en nuestras decisiones?
¿Es primero en el día o abrimos el celular antes de orar?
¿Es primero en nuestras finanzas, en nuestros planes, en nuestras familias?
¿Es primero en el domingo, o ponemos el trabajo, el deporte o el descanso
antes que la Eucaristía?
Decir que Dios es primero no es una frase, es una forma de vivir. Es ordenar toda
nuestra vida desde Él y para Él.
📖 “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará
por añadidura” (Mateo 6,33).
3. Entre lo popular y lo verdadero
Muchos buses llevan letreros como “Dios guarda este bus”, pero adentro se
escucha música que deshonra a Dios. En casas se ve un crucifijo en la pared,
pero reina la indiferencia, el pecado o la violencia. Hay un desfase entre lo que
se dice y lo que se vive.
No se trata de quitar a Dios de los letreros, se trata de ponerlo verdaderamente
en el corazón. No basta mencionarlo: hay que obedecerlo, seguirlo, amarlo.
📖 “No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino
el que hace la voluntad de mi Padre” (Mateo 7,21).
4. ¿Qué significa poner a Dios primero?
Poner a Dios primero es:
Orar antes de actuar
Preguntar “¿qué quiere Dios?” antes de decir “¿qué quiero yo?”
Priorizar la Misa dominical, el servicio, la formación espiritual
Buscar vivir en gracia y alejarnos del pecado
Educar a la familia en la fe
Poner a Dios primero es confiar, obedecer y vivir de acuerdo con su Palabra.
Conclusión
Decir “Primero Dios” debe ser más que un deseo bonito: debe ser una decisión
diaria.
Dios no quiere ser parte de nuestra vida, quiere ser el centro de ella.
Que nuestra fe no se quede en palabras, sino que se transforme en una vida
donde Dios verdaderamente sea el primero.
🕊️ “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda
tu mente” (Mateo 22,37).
🔸 Actividad: “¿Está Dios primero en mi vida?”
Objetivo: Ayudar a los participantes a reflexionar de forma personal y grupal si
Dios realmente ocupa el primer lugar en sus decisiones, tiempo y prioridades.
🧩 Parte 1: Rueda de prioridades (individual)
Materiales: hoja en blanco, lápiz o bolígrafo.
Instrucciones:
1. Dibuja un círculo grande (como una pizza).
2. Divide ese círculo en 8 partes iguales.
3. En cada parte, escribe las siguientes áreas de tu vida:
o Familia
o Trabajo/Estudio
o Amigos
o Diversión/Tiempo libre
o Redes sociales/tecnología
o Iglesia/servicio
o Oración y vida espiritual
o Salud física
4. Luego, colorea cada segmento según cuánto tiempo realmente le
dedicas en una semana normal (más tiempo = más color).
5. Marca con un ✝️ en qué áreas Dios está presente y en cuáles no.
Reflexión personal (5 minutos):
¿Dónde está Dios más presente? ¿Dónde está ausente?
¿Refleja este gráfico que Dios es primero en tu vida?
🧩 Parte 2: Preguntas en grupo (diálogo)
Forma grupos de 3 a 5 personas y responde:
1. ¿Qué significa para ti la frase “Primero Dios”?
2. ¿En qué momentos de tu vida has puesto otra cosa antes que a Dios?
3. ¿Qué obstáculos impiden que Dios sea verdaderamente el primero?
4. ¿Qué decisiones prácticas puedes tomar para poner a Dios primero esta
semana?
🧩 Parte 3: Compromiso personal
Entrega una tarjeta o hoja pequeña con esta frase en blanco:
📝 “Esta semana voy a poner a Dios primero en: ___________”
Cada quien lo completa de forma personal. Luego, quien quiera, puede
compartir su compromiso con el grupo.
🎯 Opcional: Señal visual permanente
Pide a cada participante que escriba o dibuje algo sencillo en una piedra, una
pulsera de hilo, o una hoja que diga:
“Primero Dios”
Y que lo usen o lo guarden en un lugar visible durante la semana como
recordatorio de su compromiso.
TEMA 3: LA HUMILDAD: Cuando ya no escuchas, ya dejaste
de crecer
✝️ Cita base:
“Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes” (Santiago 4,6)
🧩 Objetivo del tema:
Ayudar a los hermanos a reflexionar sobre cómo el orgullo espiritual puede
estancar nuestro crecimiento, y cómo la verdadera humildad nos permite seguir
aprendiendo, sirviendo y enriqueciendo a los demás.
🔹 Desarrollo del tema
1. ¿Qué es la humildad?
La humildad no significa rebajarse ni despreciarse, sino reconocer que todo lo
bueno viene de Dios y que siempre hay algo nuevo que aprender o aportar. Un
corazón humilde está dispuesto a:
Escuchar,
Aprender,
Corregirse,
Servir con alegría.
2. La soberbia espiritual
El problema no es tener muchos años en la Iglesia, ni tener experiencia. El
problema aparece cuando creemos que:
Ya no necesitamos formarnos,
Nadie puede enseñarnos algo nuevo,
Solo escuchamos a personas “con nivel”,
No vale la pena ir a una reunión sencilla.
“El que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.” (Lucas
14,11)
3. Reflexión clave: “El que no viene, se pierde dos cosas”
Algunos hermanos dicen:
“Ese tema ya lo escuché. No voy a aprender nada nuevo.”
Pero olvidan que en cada encuentro pueden suceder dos cosas muy
importantes:
1. Tal vez no se trata de lo que tú vas a recibir... sino de lo que tú puedes aportar.
Dios puede usar tu experiencia para tocar el corazón de otro. Y si tú no vienes,
quizás te estás negando a ser instrumento de Dios.
2. Dios no siempre habla a través del “más preparado”, sino del más disponible.
Un testimonio sencillo, una reflexión de alguien que consideramos “menos
capacitado”, puede ser exactamente lo que Dios quería decirte hoy.
“Te alabo, Padre, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos
y se las has revelado a los pequeños.” (Mateo 11,25)
4. La madurez espiritual no se mide por lo que sabes, sino por cuánto sirves
Si ya no escuchas, si ya no te dejas enseñar, si ya no quieres compartir lo que
sabes… entonces dejaste de crecer. La humildad es seguir diciendo:
“Señor, enséñame algo hoy, aunque ya llevé muchos años en esto.”
🧩 Actividades para trabajar el tema
🔸 1. Dinámica: “El vaso lleno”
Material: vaso lleno de agua, jarra con más agua.
Desarrollo:
— ¿Qué pasa si intento echar más agua aquí?
— Se derrama.
Conclusión: Así pasa con el corazón orgulloso. Solo el que se vacía, puede ser
llenado de nuevo por Dios.
🔸 2. Actividad en grupo: “Escucho, luego crezco”
Paso 1: Cada quien comparte una enseñanza que haya recibido de una
persona sencilla (niño, anciano, alguien sin formación).
Paso 2: Reflexionan juntos:
¿He subestimado a alguien por creer que sabe menos?
¿En qué momento dejé de escuchar a los demás?
🔸 3. Compromiso personal: “Esta semana me callo… para aprender”
Cada persona completa esta frase en una hoja:
📝 “Esta semana me comprometo a escuchar con humildad a ________, y a
pedirle a Dios que me enseñe algo a través de esa persona.”
🔸 4. Cierre orante (opcional)
Frente a una cruz o en silencio:
“Señor, vacíame de mí mismo.
Hazme pequeño, para poder escucharte incluso en el más sencillo.
No me dejes creer que ya lo sé todo.
Hazme humilde, para que nunca deje de crecer.”
TEMA 4: ¿A quién elegiste? ¡Apóyalo! — Del entusiasmo a la
verdadera responsabilidad
✝️ Cita bíblica base:
“Hermanos, respeten a los que trabajan entre ustedes, los que los dirigen en el
Señor y los corrigen. Ténganlos en alta estima por su trabajo. Vivan en paz unos
con otros.”
(1 Tesalonicenses 5,12–13)
🎯 Objetivo del tema:
Reflexionar sobre el compromiso real que implica elegir a un coordinador en la
comunidad. No basta con votar o aplaudir al principio; es necesario apoyar,
respetar y acompañar a quienes asumen el servicio. Además, identificar
acciones concretas que permitan cambiar la cultura de la indiferencia o la
crítica destructiva por una cultura de corresponsabilidad y respaldo fraterno.
🔶 1. Realidad actual: de la elección al abandono
En muchas comunidades:
Se elige a un coordinador con alegría, a veces hasta por mayoría.
Todos dicen: “¡Lo vamos a apoyar!” pero luego:
o No responden en el grupo.
o No asisten a reuniones.
o No ayudan en actividades.
o E incluso lo critican y cuestionan a sus espaldas.
Esto desgasta y desanima a quien sirve. Muchos terminan renunciando, no
porque les falte fe, sino porque les falta comunidad real.
⚠️ 2. Elegimos con la mano, pero luego herimos con la boca
La crítica sin caridad mata el servicio.
Se convierte en:
Una piedra al que va adelante.
Un peso para el que ya está cansado.
Una barrera para que nuevos líderes se levanten.
“Todo reino dividido contra sí mismo queda desolado.”
(Mateo 12,25)
🔄 3. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta cultura?
✔ Hacer un examen de conciencia:
¿Respaldo a quien está sirviendo?
¿Espero que todo se haga como yo quiero?
¿Corrijo con amor o critico por costumbre?
✔ Cambiar crítica por intercesión:
Si algo me incomoda, primero oro.
Luego hablo con respeto, cara a cara.
La crítica sin oración es soberbia disfrazada.
✔ Asumir un compromiso concreto:
Confirmar asistencia a reuniones.
Ayudar en algo puntual.
Decir: “Aquí estoy, ¿en qué te echo la mano?”
✔ Entender el valor del servicio:
No es un favor, es una vocación.
Lo eligieron entre todos… y es deber de todos sostenerlo.
“El que los escucha a ustedes, me escucha a mí”
(Lucas 10,16)
✔ Fomentar una cultura de respaldo:
Cambiar el “que lo haga el coordinador” por:
“¿Qué puedo hacer yo para ayudarlo?”
🧩 Actividades sugeridas
🔹 1. Dinámica: “La silla del coordinador”
Colocar una silla al frente con un letrero: “COORDINADOR”.
Cada hermano pasa y dice:
o Algo que admira del servicio de un coordinador actual o pasado.
o Algo en lo que pudo ayudar pero no lo hizo.
Leer 1 Tesalonicenses 5,12–13 y hacer una breve reflexión comunitaria.
🔹 2. Compromiso escrito: “Mi ayuda concreta”
Cada persona escribe en un papel:
“Hoy me comprometo a apoyar a mi coordinador en: ________”
Recogerlos en una caja o mural (puede ser anónimo).
🔹 3. Crear una Red de Apoyo al Servidor
Un pequeño grupo (3–4 personas) comprometidas a:
Orar por el coordinador.
Ayudarlo en lo logístico y espiritual.
Ser un respaldo firme cuando otros lo juzguen.
🙌 Frase para recordar y compartir:
“El que levanta la mano para elegir, debe extenderla para ayudar.”
“El buen cristiano no pregunta: ‘¿Qué hacen por mí?’, sino: ‘¿Qué estoy haciendo
por mi comunidad?’”
TEMA 5: La dicha de servirle a Dios
“Servir al Señor no es un peso… es un privilegio.”
📖 Cita bíblica base:
“Sirvan al Señor con alegría; vengan ante Él con cánticos de júbilo.”
(Salmo 100,2)
🎯 Objetivo del tema:
Descubrir y valorar la bendición que significa servirle a Dios, reconociendo que
todo servicio dentro de la Iglesia, por pequeño que parezca, es una forma de
participación en la obra del Reino. A veces se pierde el entusiasmo por el
cansancio o la rutina, pero cuando comprendemos que servimos por amor y no
por obligación, se transforma el corazón y renace el gozo.
🧩 1. El servicio: más que una tarea, es una vocación
Dios no llama a los más capaces, sino que capacita a los que llama. El servicio
en la Iglesia:
No es solo “hacer cosas”.
Es ofrecerle al Señor lo que soy y lo que tengo.
Es una respuesta de amor al amor primero de Dios.
“¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?… Alzaré la copa
de la salvación e invocaré su nombre.”
(Salmo 116,12-13)
🧩 2. ¿Por qué muchos pierden la dicha de servir?
Porque olvidan a quién sirven.
Porque buscan reconocimiento humano y no recompensa eterna.
Porque no alimentan su servicio con oración y Eucaristía.
Porque confunden el “activismo” con el verdadero servicio.
🔔 Servir no es correr mucho, sino amar mucho en lo que se hace.
🧩 3. La dicha del servicio auténtico
El que sirve con amor:
Experimenta alegría interior, incluso en el cansancio.
Aprende a ser humilde, porque todo lo hace por y para Dios.
Crece espiritualmente al compartir con otros lo que ha recibido.
Lleva en sí el testimonio vivo del Evangelio.
“Hay más alegría en dar que en recibir.”
(Hechos 20,35)
🧩 4. Servir con gratitud, no con queja
Algunos sirven:
Porque les tocó.
Porque nadie más quiso.
Porque no saben decir que no.
Pero el servidor que descubre la dicha del servicio, no se queja ni se cansa de
amar.
Agradece la oportunidad de ser útil en el Reino.
🧩 5. El modelo: Jesús, el siervo por excelencia
“No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida por muchos.”
(Mateo 20,28)
Jesús lavó los pies a sus discípulos. Nos enseñó que:
El más grande es el que sirve.
El que se entrega por amor nunca será olvidado por Dios.
✅ Conclusión:
Si alguna vez sientes que servir es una carga…
recuerda para quién estás sirviendo.
No estás sirviendo a un grupo, ni a una persona.
Estás sirviendo al mismo Dios… y eso es una gracia inmensa.
🧩 Actividad sugerida: “Mi historia con Dios en el servicio”
✏ Dinámica personal y grupal:
1. Pide a cada persona que escriba en un papel:
o ¿Cómo fue que comencé a servirle a Dios?
o ¿Qué momentos de alegría he vivido sirviendo?
o ¿Qué me ha hecho sentir cansado o desanimado?
o ¿Qué me motiva a seguir?
2. Luego, en grupos pequeños, compartir libremente lo que deseen.
3. Cerrar con una oración comunitaria donde cada uno mencione en voz
alta una razón por la que da gracias a Dios por servirle.
🙌 Frases finales para reflexión o compartir:
“Servir a Dios no me quita tiempo… me da eternidad.”
“Cuando sirvo a otros, estoy tocando a Cristo en sus heridas.”
“No todos pueden predicar, pero todos podemos servir con amor.”
TEMA 6: Del Encuentro a la Conversión: ¿Qué ha cambiado
en mí desde Emaús?
Objetivo del tema: Reflexionar si el encuentro con Cristo en el retiro de Emaús ha
producido una verdadera conversión en nuestra vida diaria, e identificar los
pasos necesarios para seguir avanzando en el camino de la fe.
Frase clave: “No basta con habernos encontrado con Jesús una vez; hay que
seguir caminando con Él cada día.”
Puntos para desarrollar:
1. El retiro fue un inicio: Muchos creen que Emaús es un fin, pero es solo el
primer paso de un camino que debe continuar con perseverancia.
2. El verdadero encuentro transforma: Cuando nos encontramos con Cristo
de verdad, hay un antes y un después. Se nota en nuestras decisiones,
actitudes y prioridades.
3. La conversión es un proceso: No es un cambio de un solo momento. Es una
renovación continua, diaria.
4. Se manifiesta en los frutos: Amor, paciencia, perdón, oración constante,
servicio desinteresado.
5. Los riesgos del estancamiento: Cuando no avanzamos, nos volvemos
críticos, fríos, y nos alejamos.
Citas bíblicas:
"Por sus frutos los conocerán." (Mt 7,16)
"No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba...?" (Lc 24,32)
"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día y sígame." (Lc 9,23)
Preguntas para el grupo:
¿Qué cambios visibles ha habido en mi vida desde Emaús?
¿Estoy viviendo un camino de conversión o me detuve?
¿Qué obstáculos me impiden seguir creciendo en mi relación con Dios?
Actividades sugeridas:
1. "Mi camino desde Emaús": Dibujar un camino con estaciones. Cada
estación representa un avance espiritual o un reto superado. Reflexión
personal y luego compartir.
2. "Luz y sombra": Escribir dos listas: cambios positivos desde Emaús (luz) y
actitudes negativas que aún persisten (sombra). Terminar con oración
pidiendo luz para vencer la sombra.
3. "Renueva tu sí": Cada uno escribe una nueva decisión de conversión, la
guarda en un sobre sellado con su nombre. Se abrirá en seis meses para
evaluar el proceso.
TEMA 7: Sanar para Servir: El camino de la sanación interior
Objetivo del tema: Comprender que servir a Dios implica primero dejarse sanar
por Él. Nuestras heridas, si no son sanadas, pueden contaminar nuestro servicio.
Frase clave: "Dios no te usa a pesar de tus heridas, sino a través de ellas… si se las
entregas."
Puntos para desarrollar:
1. Todos estamos heridos: Heridas emocionales, familiares, afectivas,
espirituales, etc.
2. Dios es médico del alma: Solo Cristo puede sanar en profundidad. Pero
necesita que abramos la puerta.
3. Heridas que nos bloquean: El resentimiento, el orgullo, la falta de perdón,
la baja autoestima...
4. El servicio no es refugio para huir de nuestros vacíos: Debemos servir desde
un corazón libre, no para ocultar carencias.
5. Sanar para testimoniar: Una herida sanada es un testimonio que puede
salvar a otros.
Citas bíblicas:
"Él sana a los que tienen el corazón roto..." (Sal 147,3)
"Por sus heridas hemos sido sanados." (Is 53,5)
"Venid a mí los que están cansados y agobiados..." (Mt 11,28)
Preguntas para reflexión:
¿Qué heridas reconozco en mí que todavía me afectan?
¿He buscado ayuda espiritual o emocional para sanarlas?
¿Estoy sirviendo con libertad o desde la necesidad de ser reconocido?
Actividades sugeridas:
1. "La herida en papel": Escribir en un papel una herida que necesita
sanación. Colocarla ante una imagen de Jesús misericordioso. Terminar
con oración de sanación.
2. "Abrazo del consuelo": En parejas, compartir una herida (con libertad) y
orar el uno por el otro.
3. "Cartas a Jesús": Escribir una carta a Jesús contándole una herida y
pidiendo su ayuda. Llevarla a casa para releerla en oración.
TEMA 8: No camines solo: El valor de la comunidad
Objetivo del tema: Fortalecer el sentido de pertenencia a la comunidad Emaús,
promoviendo la corresponsabilidad, el apoyo mutuo y la perseverancia.
Frase clave: "Un cristiano sin comunidad es como una brasa fuera del fuego: se
apaga."
Puntos para desarrollar:
1. Jesús fundó una comunidad: Los Doce eran su comunidad cercana. No
quiso caminar solo.
2. La fe se alimenta en comunidad: Nos corregimos, motivamos y sostenemos.
3. Sin compromiso no hay comunidad: No basta con asistir, hay que
participar.
4. El enemigo quiere aislarnos: Las excusas, la crítica, el desgano son
herramientas para romper la unidad.
5. Una comunidad imperfecta: No buscamos una comunidad ideal, sino una
familia donde todos estamos creciendo.
Citas bíblicas:
"No dejemos de reunirnos..." (Heb 10,25)
"Donde están dos o más reunidos en mi nombre..." (Mt 18,20)
"Un solo cuerpo con muchos miembros..." (1 Cor 12,12)
Preguntas para el grupo:
¿Me siento parte activa de mi comunidad?
¿Qué aporto y qué me hace falta recibir?
¿Cómo reacciono ante los errores de mis hermanos?
Actividades sugeridas:
1. "Te necesito": Cada uno menciona a otro hermano diciendo qué cualidad
valora de él y por qué es importante en el grupo.
2. "La cuerda de la unidad": Se pasa una cuerda entre todos, formando un
círculo. Cada uno nombra algo que hará para fortalecer la comunidad.
3. "Construimos juntos": Por equipos, crear un cartel con frases de
compromiso comunitario. Luego colgarlo en el salón de reuniones.
TEMA 9: Fe con obras: No basta decir que soy de Emaús
Objetivo del tema: Motivar a los hermanos a vivir una fe coherente en la vida
diaria, como verdadero testimonio cristiano.
Frase clave: "Ser de Emaús es un estilo de vida, no una etiqueta."
Puntos para desarrollar:
1. La fe sin obras está muerta: No podemos decir que creemos y vivir como si
no.
2. Somos carta viva de Cristo: La gente nos observa. Nuestro ejemplo puede
acercar o alejar.
3. El cristianismo es acción: Amor concreto, justicia, compasión, verdad.
4. Las redes sociales, nuestra casa y el trabajo: ¿Ahí también somos de
Emaús?
5. Vivir como cristiano no es fácil, pero es posible: Con gracia, oración y
comunidad.
Citas bíblicas:
"La fe sin obras está muerta." (Sant 2,17)
"Brille su luz ante los hombres..." (Mt 5,16)
"No todo el que dice 'Señor, Señor'..." (Mt 7,21)
Preguntas para reflexión:
¿Doy testimonio en mi casa, trabajo, redes?
¿Mis obras reflejan mi fe?
¿Qué incoherencias debo corregir?
Actividades sugeridas:
1. "Mi testimonio en casa": Escribir una acción concreta para mejorar la
convivencia familiar.
2. "Redes con fe": En grupo, revisar ejemplos de publicaciones coherentes o
incoherentes con la fe.
3. "Desafío semanal": Cada uno asume una obra concreta (ayuda, perdón,
generosidad) para realizar en los próximos 7 días.
TEMA 10: Llamados a dar fruto: No basta con asistir
Objetivo del tema: Fomentar el compromiso activo en la comunidad,
reconociendo que todo bautizado está llamado a dar frutos concretos para el
Reino.
Frase clave: "Jesús no te llamó para que llenes una silla, sino para que des fruto."
Puntos para desarrollar:
1. La fe es fecunda por naturaleza: No puede quedarse estéril.
2. Todos tenemos dones y talentos: No hay excusa para no hacer nada.
3. Dios espera frutos concretos: Servicio, evangelización, ayuda al prójimo,
alegría.
4. Asistir no es comprometerse: El cristiano es constructor del Reino.
5. La parábola de los talentos: ¿Dónde está enterrado el mío?
Citas bíblicas:
"Yo los he elegido para que vayan y den fruto..." (Jn 15,16)
"Al que mucho se le dio, mucho se le pedirá." (Lc 12,48)
"El Reino es como una semilla..." (Mc 4,26)
Preguntas para reflexión:
¿Cuáles son mis dones?
¿Dónde puedo servir en mi comunidad?
¿Qué me impide comprometerme más?
Actividades sugeridas:
1. "Mis talentos en acción": Identificar un don personal y planear cómo usarlo
en el grupo o parroquia.
2. "El árbol de frutos": En un mural, cada uno pega un fruto de papel con su
compromiso concreto.
3. "Carta de disponibilidad": Escribir una carta donde cada uno expresa en
qué está dispuesto a servir. Se entrega al coordinador como acto de
compromiso.
TEMA 11: “La obediencia: clave del camino de fe”
Objetivo:
Invitar a los hermanos a comprender que la obediencia no es esclavitud, sino un
acto de amor que fortalece nuestra relación con Dios y con la Iglesia. Fomentar
una actitud de apertura para aceptar indicaciones, correcciones y
orientaciones con humildad y confianza.
Frase guía:
“Más vale obedecer que ofrecer sacrificios.” – 1 Samuel 15,22
Desarrollo:
Muchas veces queremos hacer cosas grandes por Dios, pero no estamos
dispuestos a obedecer en lo pequeño. En la Iglesia, esta actitud se manifiesta
cuando solo queremos participar a nuestra manera, cuestionamos a quienes
tienen alguna autoridad o ignoramos llamados concretos al servicio.
La obediencia no es una debilidad, sino una muestra de confianza. Jesucristo fue
obediente hasta la muerte (cf. Filipenses 2,8), y su obediencia abrió las puertas
de la salvación.
Cuando somos obedientes:
Nos dejamos moldear por Dios.
Reconocemos que no lo sabemos todo.
Aceptamos que otros también pueden guiarnos.
Nos unimos en armonía al cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
La desobediencia, en cambio, rompe la unidad, genera división, y muchas veces
es fruto del orgullo o de traumas no sanados.
Citas bíblicas clave:
Filipenses 2,8: “Y se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.”
Hebreos 13,17: “Obedezcan a sus pastores y sométanse a ellos, pues ellos
velan por ustedes.”
1 Samuel 15,22: “¿Acaso se complace el Señor tanto en los holocaustos
como en la obediencia a su voz? Obedecer vale más que el sacrificio.”
Preguntas para reflexión personal o grupal:
¿Soy obediente cuando algo no me gusta, pero es lo que conviene?
¿He desobedecido por orgullo, comodidad o autosuficiencia?
¿Acepto con humildad las decisiones del coordinador, párroco o guía
espiritual?
¿Entiendo la obediencia como un acto de amor o como una imposición?
Actividades sugeridas:
1. Dinámica: "El oído de Samuel"
Se forma un círculo. Una persona en el centro con los ojos vendados debe
seguir las instrucciones que se le dan con voz suave. El grupo reflexiona
sobre cómo es necesario agudizar el oído espiritual para obedecer.
2. Ejercicio de discernimiento en equipo
Se plantean casos prácticos donde se deben tomar decisiones
obedeciendo a una autoridad legítima. Ejemplo: “Tu coordinador te pide
apoyar una actividad que no te gusta, ¿cómo respondes?” Se reflexiona
en grupo sobre el valor del acto obediente.
3. Compromiso personal
Se invita a cada participante a escribir una acción concreta en la que se
comprometerá a obedecer con alegría esta semana. Luego, se invita a
compartirlo en pareja o en pequeño grupo.
Cierre del tema:
Recordemos que obedecer no nos disminuye, sino que nos libera del ego, nos
hace disponibles para la gracia, y nos permite caminar como verdaderos
discípulos de Cristo. Quien aprende a obedecer en lo pequeño, estará listo para
obedecer en lo grande.