La Participación Ciudadana 2
La Participación Ciudadana 2
Consultas ciudadanas,
La participación ciudadana es una pieza fundamental del sistema democrático que promueve
la construcción de una sociedad activa que ayudará a impulsar cualquier aspecto de la vida
social, económica, cultural o política. Esta sociedad, mediante su implicación en los asuntos
públicos, enriquece la acción del Gobierno y la dota de eficacia, pero, al mismo tiempo, este
derecho ciudadano ayuda a generar un equipo de gobierno más exigente y de más calidad.
Estos mecanismos de participación mediante las nuevas tecnologías pretenden ser una
herramienta eficaz y accesible de participación ciudadana como canal de información en dos
direcciones, en tanto en cuánto permita, por una parte, a la ciudadanía conocer en todo
momento las iniciativas, proyectos y políticas que se llevan a cabo en el ámbito de la
comunidad autónoma de las Islas Baleares y opinar sobre ellas y, de otra, proporcione al
Gobierno una valiosa información sobre sus inquietudes, necesidades e intereses.
LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN VENEZUELA
Introducción
Acerca de la participación ciudadana muchos han sido los académicos y representantes de los
distintos factores que hacen vida en el ámbito público que se han dedicado a investigar este
proceso, al mismo tiempo que han propuesto y promovido diferentes acciones encaminadas a
fortalecer este derecho ciudadano que está íntimamente ligado al desarrollo de la
democratización en el mundo; tratando en todo caso de redefinir su contenido frente a la crisis
planteada de la democracia representativa, política partidista y estatal, la ineficiencia
gubernamental en los diferentes aspectos de la gestión pública, el incremento y
profundización de los problemas sociales que no han solucionado. Etimológicamente la
palabra participación proviene del latín "partem capere" que se traduce en "tomar una parte"
o " tomar parte"; en sentido técnico la participación ciudadana es comprendida como un
proceso social, continuo y dinámico, por medio del cual los miembros de una comunidad a
través de mecanismos establecidos y organizaciones legítimas en las cuales se encuentren
representadas todos los miembros de la comunidad, pues resulta difícil dialogar con todos y
cada uno de los miembros, deciden, aportan y participan en la realización del bien común;
también puede traducirse en la actuación de los ciudadanos en las actividades públicas, todo
esto para hacer prevalecer tanto sus intereses sociales así como para defender y garantizar los
derechos colectivos o difusos, a través de mecanismos (estructuras y procesos) idóneas por
medio de los cuales el ciudadano es tomado en cuenta en la toma de decisiones por parte de
la administración pública en materias que de manera directa le afectan , abarcando incluso
etapas anteriores y posteriores a la toma de decisiones en sí, como podrían ser la consulta,
resolución, votación y ejecución de esas decisiones.
La participación ciudadana puede también ser considerada como forma estratégica usada para
activar o reactivar las relaciones entre el gobierno y la sociedad, en aras de afianzar el sistema
democrático como forma de gobierno, pues la misma ofrece elementos eficientes y eficaces
para democratizar y mejorar la sociedad, dando así, igualmente, legitimidad al sistema
democrático; para que los resultados de la participación ciudadana sean abarcar áreas
relacionadas a la formulación, ejecución y control de la gestión pública.
Sin embargo, es de hacer notar que la participación va mas allá de un enfoque puramente
instrumental que la identifica con un medio para alcanzar objetivos limitados de donde se
desprende proponiendo el desarrollo de la capacidad del pueblo a autogobernarse, así pues, la
participación ciudadana ha de expresarse como una acción capaz de crear conciencia y
socializar a quienes forman parte de ella, mediante la identificación del sujeto como actor
importante para la satisfacción de las necesidades colectivas, tanto de las regiones, municipios
o comunidades, auspiciando interrelación directa de la población en los procesos decisorios de
las organizaciones que afectan sus vidas, de manera que no se confía lo político únicamente al
estado, sino que se extiende a otros sectores; igualmente, la participación sirve como un
mecanismo para expresar por medio de actuaciones que se dediquen y se llevan a cabo
socialmente, cuyo fin es hacer uso de manera eficiente y eficaz de los recursos, incluyendo la
potencialidad que tiene cada individuo, grupo o comunidad para resolver sus problemas.
En este contexto de ideas es fundamental que aquellos que pretendan ejercer su derecho a la
participación, ya sea que actúen de manera individual o través de grupos sociales organizados
para tal fin, cuenten con información actualizada y pertinente sobre lo que acontece e el país,
comunidad y su entorno, para así poder decidir, controlar y regular las actividades que se han
de planificar y realizar, de igual forma mantener control de los recursos públicos, de los
programas sociales, ya que no se debe permitir que otros decidan, sino que todos formen
parte de manera activa y responsable, no simplemente votando, sino contribuyendo e
involucrándose en el bienestar general de la sociedad, sin que la mediación de los partidos
políticos o instituciones del Estado sea determinantes en la satisfacción de las necesidades de
su entorno.
Es por ello, que la participación se debe entender como un hecho político que va mas allá del
solo acto administrativo de involucrarse o no en las elecciones, de pertenecer a cierto grupo
político partidista, o la simple transferencia de bienes o recursos que suponía las relaciones de
poder entre Estado y Sociedad, de modo que la sociedad sea capaz de construir socialmente
proyectos desde su entorno que contribuyen con el desarrollo del mismo.
• Participación política: proceso social que tiende a la democratización del poder y de la toma
de decisiones.
En este sentido se observa como de manera conjunta los Estado y municipios, están obligados
a crear, gestionar y promover mecanismos abiertos y flexibles capaces de lograr que las
comunidades organizadas formen parte de la gestión de servicios, formulación de políticas,
participen en el desarrollo de los procesos económicos, en materia laboral en la empresas
públicas organizaciones cooperativas y comerciales.
A nivel nacional la Constitución crea el Consejo Federal de Gobierno, como órgano encargado
de la planificación y coordinación de políticas y acciones para el desarrollo del proceso de
descentralización, formando parte del cuerpo, una representación de la sociedad organizada.
La participación como principio se enmarca dentro del contenido del Artículo 6 en el cual se
define al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la
componen como democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo,
responsable, pluralista y de mandatos revocables.
Como medio para garantizar el derecho a la salud, al establecer el Artículo 84 que el Estado
debe crear y ejercer la rectoría y gestión del sistema público nacional de salud, con las
siguientes características: intersectorial, descentralizado y participativo. En sentido similar,
sostiene que el derecho a la seguridad social, el Estado tiene la obligación de asegurar la
efectividad de este derecho, creando un sistema de seguridad social universal, integral, de
financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo, de contribuciones directas o
indirectas.
Dentro del ámbito orgánico e institucional del Estado se establece como principio rector de la
Administración Pública el hecho de que la misma debe estar al servicio de los ciudadanos y
ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad y participación, entre otros
(artículo 141).
El deber en sentido general se entiende como "aquello a que se está obligado", en estos
términos el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece
que toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de
seguridad ciudadana, al mismo tiempo que se señala el deber de participación de los
ciudadanos y en los programas destinados a la prevención, seguridad y administración de
emergencias a través de medios que se complementen en una ley especial; en el sentido de
deber ciudadano y en torno a la participación política, el artículo 62 establece que los
ciudadanos tienen por un lado el derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
directamente por medio de sus representantes elegidos y por otra el deber de facilitar la
generación de las condiciones más favorables la práctica de la participación.
En sentido general, se señala, que toda persona tiene el deber de cumplir sus
responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política civil y comunitaria del
país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia
democrática y de la paz social (Artículo 132), en torno a la vigencia de la Constitución, se
establece que la misma no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o
porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella, motivo por el cual
se sostiene que todo ciudadano investido o no de autoridad, tiene el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia (Artículo 333).
• Formación, ejecución y control de la gestión pública, entendido esto como el medio para
lograr el protagonismo que garantiza su completo desarrollo, tanto individual como colectivo.
• Por medio de la Constitución se abre la posibilidad de crear mecanismos para que estados y
municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los
servicios que éstos gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlos,
promoviendo:
Ahora bien, de lo anterior sólo se observan los mecanismos para cumplir con este precepto
constitucional no ha sido los mas efectivos, dentro de estos podrían señalarse los Consejos
Comunales con respecto a los cuales se debe acotar la imposibilidad de definir con exactitud su
naturaleza jurídica y el hecho de que puedan ser vistos como un elemento político
dependiente del gobierno central que difiere de los mecanismos propios de participación
ciudadana al no contar con los elementos esenciales que debe tener un grupo social de
participación, a saber la representatividad de toda la comunidad y la libertad de acción y
pensamiento.
Sin embargo, es de hacer notar que mientras los mecanismos de selección de dichos miembros
de la sociedad no sean lo suficientemente transparentes, la participación ciudadana no
alcanzará los objetivos reales establecidos en la Constitución, pues lo que se logra no es la real
representación de los ciudadanos en la toma decisiones sino la ratificación de decisiones ya
tomadas por los sectores políticos del gobierno de turno.
En relación a este punto es de vital importancia considerar en principio los factores descritos a
continuación, no pueden considerarse como los únicos ya que existen múltiples elementos que
hacen difícil la participación, todo esto en principio por las diferencias naturales existentes en
cada una de las regiones y espacios donde se desarrollan los individuos; aclarado este punto,
tenemos entre los factores que inciden en la participación los siguientes:
a. El conocimiento efectivo por parte de los vecinos de los objetivos, metas y visiones de la
organización que funge como medio de participación, así como el prestigio y confianza que
brindan los dirigentes de la misma, sólo de esta manera puede generarse interés en participar,
puesto en su conjunto ambos aspectos permiten entender que se trabaja para la comunidad y
que existe representación por parte de sus líderes.
b. Por otra parte es fundamental el conocimiento critico que se tenga sobre la historia de la
comunidad, lo que se traduce en el conocimiento de factores que tuvieron y tienen influencia
sobre la vida de la comunidad, sus intentos por resolver los problemas, los modos de
organización, ya que tal situación permite tomar conciencia de las causas que lo llevaron a
enfrentar las cosas de una u otra manera tal como lo establece Ramírez. (2006, p. 54)
La figura de los consejos comunales en Venezuela se inspira en los consejos populares creados
en Cuba con rango constitucional, a diferencia de Venezuela, estos órganos de participación
solo tienen facultades de fiscalización y control de la gestión pública, por su parte en
Venezuela se adicionan competencias de orden financiero, todo esto con una peculiaridad
importante representada por la dependencia de la Presidencia de la República.
La creación de estas figuras de participación con rango legal, crean una red comunitaria de
órganos desvinculados de las parroquias, los municipios que dependen de la Presidencia de la
República, que además cuenta con recursos públicos, producto entre otras circunstancias de
las modificaciones de la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización y la Ley
de Asignaciones Económicas Especiales, en las cuales se restan recursos que antes pertenecían
a los Estado y Municipios para aumentar así los fondos destinados a los Consejos Comunales.
En resumen, estos órganos de participación realizan y promueven la realización de actividades
de interés general, son administradores de dineros públicos, así están obligados a llevar
registros de la administración de los fondos y sus soportes, sus miembros tienen la obligación
de presentar declaración jurada de su patrimonio ante la Comisión Presidencia del Poder
Popular, al mismo tiempo que en relación a sus actuaciones tiene responsabilidad civil, penal,
administrativa, de igual forma, también corresponde a los consejos ejercer directamente la
gestión de políticas públicas y recibir transferencias de servicios públicos.
7. Consideraciones finales
Del estudio realizado se desprende que existe un marco legal sólido, representado en primer
término por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en segundo término,
por las distintas normas relacionadas.
De allí que se busque hacer efectiva dicha participación mediante mecanismos que permitan
darle consistencia y factibilidad, con el propósito de cumplir los objetivos previstos en los
programas y proyectos desarrollados y en consecuencia, disminuir la corrupción y generar
confianza, credibilidad, compromiso e identidad en la ciudadanía respecto a las instituciones
públicas, lo cual redundaría en un clima favorable de gobernabilidad.
En tal sentido, se presenta a continuación algunas estrategias que pueden ser útiles para el
logro del fin propuesto:
f. Crear conciencia en los funcionarios sobre el rol y derechos del ciudadano en el control de la
gestión pública
Por lo tanto, según lo expresa Claros "la participación implica comprometerse en un proceso
de organización y formación. Además de generar una cultura de reconocimiento de lo público
como elemento implícito en nuestra vida cotidiana" (2000, p.87).
Se observa, de igual manera que, en Venezuela esta ocurriendo un fenómeno de mal llamada
participación, puesto que se confunde una política de asistencia social, en el cual se esta
beneficiando a la población con distintas acciones del Estado, al mismo tiempo que se dejan si
efecto verdaderos mecanismos de participación enmarcados en la Constitución y en diferentes
leyes, entre ellos el Consejo Federal de Gobierno, en el ámbito nacional, la Coordinación de
Políticas Públicas a nivel estadal y los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas, en
jurisdicción de los municipios.
Toda esta situación radica en que se esta creando un medio para que determinados grupos de
personas tomen parte en los gastos públicos, pero esto no implica que se pueda calificar de
participación ciudadana en políticas públicas ni gestión de servicios públicos, en estas
condiciones lo que se tiene es una relación directa entre los grupos comunales y el presidente,
quien en última instancia discute, aprueba y asigna recursos a los proyectos presentados por
estos grupos, atentando contra los principios y normas constitucionales que definen al Estado
venezolano, como un Estado Federal descentralizado, ya que en realidad lo que se trata de
organizar es un alto centralismo y afectación de las figuras regionales y la provincia, al ser lo
consejos comunales unos órganos que bien podrían catalogarse como dependientes de la
presidencia de la republica a los cuales se les otorga poderes y competencias que
corresponden a dichas instancias gubernamentales al mismo tiempo que se les otorga dineros
públicos.
8. Bibliografía
Garay, J (2001) La Constitución comentada y con índole alfabético explicativo (2ª ed.) Caracas:
Venezuela.
Rondón, H (2001) Análisis de la Constitución Venezolana de 1999 (2ª ed.) Caracas: Venezuela.
Scotto, C. La participación ciudadana como política pública. (en linea): Documentos buscado en
Internet (consulta Febrero 2007).
Se advierte que las estrategias de participación ciudadana requieren de un plan para definir del
modo más apropiado los procesos que dan lugar a distintas etapas en la cuales se establece
quienes participan de la iniciativa y cuáles son los recursos más indicados para dar lugar a esa
planificación. Existen incluso modelos predefinidos, que se fundamentan en especial en las
normativas europeas de ONG.
Los recursos mediante los cuales se lleva la participación ciudadana a actos concretos
comprenden tanto los métodos para obtener datos (encuestas, formularios web) como los
elementos para entregar información a los destinatarios de la acción (medios impresos, como
afiches, boletines, publicaciones, revistas; medios no tangibles, como Internet; medios
audiovisuales, como los programas de radio y televisión). Sin dudas, la importancia de la
participación ciudadana la convierte en una de las herramientas insustituibles de las
sociedades democráticas, que permite diferenciar a los pueblos con libertad política de
aquellos en los cuales no se respetan en su totalidad los elementos de expresión.
Venezuela.
En 1999, mediante una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se promulga una nueva
Constitución Nacional que declara un modelo de democracia participativa y protagónica (al
menos en sus aspectos formales) y cuyo principal desafío consiste en extender la participación
democrática a todas las esferas de la sociedad, tales como: en el Estado, el trabajo, la familia,
la escuela, la universidad, en las iglesias, los partidos políticos, las organizaciones sociales y en
la economía (UBV, 2004: 47)
*** Mgs. en Ciencia Política. Abogada. Lic. en Ciencias Políticas. Investigadora del Instituto de
Estudios Políticos y Derecho Público Dr. Humberto J. La Roche LUZ. E-mail:
[email protected].
1. Introducción
Dentro de las nuevas tendencias de gestión pública, los nuevos procesos de gestión en
Venezuela, intentan recobrar la importancia de la participación ciudadana en las distintas
etapas de diseño, formulación, ejecución y hasta su control, en implementación de las políticas
públicas. Este trabajo tiene como principal objetivo, estudiar la participación ciudadana como
mecanismo e instrumento que permite la integración entre el sector público y la comunidad
organizada local optimizando los procesos de gestión pública.
Quienes habitan un Estado, son sus miembros y por lo tanto están obligados, en virtud del
principio de soberanía popular a impulsar su funcionamiento a través de la práctica de sus
derechos y sus deberes puesto que “...no es lo mismo ser ciudadano que ser individuo, el
ciudadano trasciende al individuo, cuando comunica, es decir, cuando comienza a hacer
común a los demás una cosa que es de todos ” (Bracho, 2001).
Como sujeto activo de la política, es miembro de la sociedad con capacidad para nombrar a sus
representantes y a sus gobernantes; pero también puede organizarse en defensa de sus
derechos, para ser escuchado por el gobierno y, en fin, para influir en los rumbos y direcciones
de la vida política en el sentido más amplio.
En este orden de ideas la tesis, de las relaciones sociedad-Estado consiste en reconocer que la
sociedad no sólo es el problema o la fuente de problemas (a resolver por el Estado), sino que
es parte de la solución. La sinergia Estado-Sociedad es la llave para encontrar la solución a los
múltiples problemas de la vida en sociedad.
El trabajo se divide en dos secciones la primera de las cuales contiene los referentes teóricos
que sustentan la investigación y la segunda se contrae al análisis de las normas
constitucionales y del desarrollo legislativo de la misma, para lograr la identificación del
alcance de los cambios introducidos en el nuevo esquema constitucional, en el cual se
configura la participación ciudadana como elemento integrador del nuevo modelo de Estado y
como expresión directa del Ejercicio comprometido de la ciudadanía.
Efectuando una revisión histórica tenemos que bajo la vigencia de la Constitución de 1961, fue
una necesidad de la colectividad, la ampliación de los mecanismos institucionales de
participación. De hecho, la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), en sus
estudios admitió que la Reforma del Estado no era posible si, al mismo tiempo no implicaba un
cambio en la presencia ciudadana y ese cambio, había que promoverlo creando las condiciones
jurídicas y políticas para que la acción comunitaria fuera posible; por lo que era de esperar que
las reformas legislativas que la COPRE propugnaba, respondieran a ese llamado de
participación (COPRE, 1988).
Podemos afirmar que una premisa básica de los valores y actitudes democráticas es la
participación voluntaria de los miembros de una población. Ahora bien, como unidad de
análisis la participación se presentan de diversas formas, participación social, participación
comunitaria, participación política y la participación ciudadana.
Este enfoque, parte del principio de aprovechar los recursos y realizar una gestión social
eficiente que ayude a fortalecer las relaciones democráticas. De esta manera, puede concluirse
que las nuevas tendencias en gestión pública apuntan a un cambio de cultura gubernativa y
administrativa, otorgando a las organizaciones de la sociedad civil un lugar de importancia
fundamental, al considerarlas agentes necesarios de la governance 2 y la gerencia pública en las
actuales condiciones.
5. Factores que inciden en la Participación
En relación a este punto es de vital importancia considerar en principio los factores descritos a
continuación, no pueden considerarse como los únicos ya que existen múltiples elementos que
hacen difícil la participación, todo esto en principio por las diferencias naturales existentes en
cada una de las regiones y espacios donde se desarrollan los individuos; aclarado este punto,
tenemos entre los factores que inciden en la participación los siguientes:
a. El conocimiento efectivo por parte de los vecinos de los objetivos, metas y visiones de la
organización que funge como medio de participación, así como el prestigio y confianza que
brindan los dirigentes de la misma, sólo de esta manera puede generarse interés en participar,
puesto en su conjunto ambos aspectos permiten entender que se trabaja para la comunidad y
que existe representación por parte de sus líderes.
b. Por otra parte es fundamental el conocimiento critico que se tenga sobre la historia de la
comunidad, lo que se traduce en el conocimiento de factores que tuvieron y tienen influencia
sobre la vida de la comunidad, sus intentos por resolver los problemas, los modos de
organización, ya que tal situación permite tomar conciencia de las causas que lo llevaron a
enfrentar las cosas de una u otra manera tal como lo establece Ramírez. (2006, p. 54)
Resumen: El nuevo papel de los Estados modernos exige ajustar los fines para los cuales
fueron creados a las necesidades que requieren solucionar sus ciudadanos. Las
transformaciones producidas a raíz de la pérdida de capacidad del Estado en resolver los
múltiples problemas públicos, las severas crisis económicas y el desgaste del papel que jugaron
los partidos políticos en las democracias latinoamericanas, conllevaron a la aparición de la
participación ciudadana en contraposición al modelo representativo que prevaleció en el siglo
XX. Los Consejos Comunales en Venezuela vienen a cumplir una función social que les
permitirá de manera organizada y capacitada, coadyuvar en conjunto con las diferentes
instancias del Poder Ejecutivo y Legislativo en la solución de las diferentes problemáticas
públicas y brindarle al sistema democrático venezolano un aliento de legitimidad que le
permita seguir avanzando en el proceso de desarrollo económico y social.
Introducción:
Esta novísima forma de organización aún con múltiples fallas y deficiencias, no debe quedar
tan solo en la simple transferencia de recursos por parte del órgano central, se deben modular
esfuerzos y trabajos de supervisión con los órganos municipales y regionales a fin de articular
el trabajo técnico y de asesoramiento para que estos recursos no se diluyan y la equidad, la
eficiencia, eficacia y transparencia resalten en cada uno de los proyectos o programas a
realizar.
El nuevo papel del Estado y la sociedad pasa por la construcción de una gestión que combine la
satisfacción de las necesidades de los ciudadanos así como la transformación de los entes
públicos en organizaciones con mayor capacidad y efectividad. Esta interrelación busca
mejorar la legitimidad de los gobiernos y afianzar la democracia como el modelo idóneo de
libertades. Tal como lo expresa Vargas (2010), organismos que actúan en América latina tales
como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consideran a la participación ciudadana como un
componente fundamental en el desarrollo de las naciones y la consolidación de las nacientes
democracias. Superar etapas de pobreza, dictaduras y violencia, ha sido un esfuerzo
emprendido por los gobiernos del hemisferio como alternativa para brindar confianza a las
sociedades y reconocer que solo el trabajo conjunto entre el Estado y la sociedad, puede
generar beneficios en un mundo globalizado y con los altibajos económicos que presenta.
La importancia de la sociedad civil ha crecido en los últimos años, no sólo en los espacios
académicos e intelectuales sino también en el ámbito político y social. El surgimiento de este
fenómeno no ha sido un hecho fortuito o casual, entre las causas se pueden destacar; a) La
crisis de los partidos políticos, los cuales desviaron su papel como actor fundamental en una
democracia, perdiendo la cualidad o capacidad de representar los intereses y necesidades de
la población. Lejos de cumplir con esta facultad brindada por los ciudadanos, desvirtuaron su
razón de ser y ser convirtieron en cúpulas clientelares y negociantes de cuotas de poder; b) la
necesidad de redefinir el papel del Estado en virtud de la aparición de nuevos actores y
movimientos sociales que buscan cumplir un rol preponderante en el desarrollo de los
pueblos, y; c) la pérdida de eficacia y eficiencia del Estado benefactor en la solución de los
problemas estructurales de las sociedades, muchos de los cuales a pesar de contar con
inmensos recursos, no percibieron nuevas fórmulas de gestión que les permitieran superar
décadas de pobreza y desigualdad.
El equilibrio logrado a mediados de los años 50 con la aparición del llamado Estado de
Bienestar, sucumbió a mediados de los años setenta y ochenta en especial en Latinoamérica
debido a la aparición de movimientos sociales alternativos a los ya tradicionales, las severas
crisis económicas que afrontaron los países de la región, así como los bajos índices de
crecimiento social que revelaron la incapacidad del Estado tradicional en resolver fallas
estructurales que impedían mejorar sustancialmente la calidad de vida de sus ciudadanos.
La premisa predominante hasta los momentos de “mas Estado, menos sociedad”, vislumbró un
cambio importante para quienes impulsaba “un menor Estado, mayor sociedad” como fórmula
para resolver las diatribas económicas y sociales que reinaban a finales del siglo XX. De
acuerdo a lo expresado por Pérez (2000) citado por Hernández (2009) este enfatiza la
necesidad de construir un equilibrio Estado – sociedad a fin de evitar los excesos
macroeconómicos y sociales que se habían presentado, en el cual las iniciativas ciudadanas
debían ser parte de las políticas implementadas por el Estado y en donde los fines de este, se
solapen con las necesidades de la sociedad.
Sobre esta definición existe un consenso entre los investigadores de ubicar a la participación
ciudadana en el ámbito local, es decir, sobre la base de los gobiernos municipales los cuales
sostienen la relación más inmediata con las comunidades. Reforzar esta capacidad con el
apoyo y corresponsabilidad de las comunidades, refiere a mejorar sus capacidades de
interrelación y los recursos para satisfacer efectivamente las necesidades de los ciudadanos.
Para lograr este fin, es necesario organizar, capacitar y preparar a las comunidades para la
obtención de los resultados esperados.
En tal sentido la figura del Consejo Comunal es un medio de participación ciudadana, cuyo
objetivo principal es que el pueblo o ciudadanía, ejerza directamente la gestión de las políticas
públicas y proyectos en su comunidad, tal como lo establece el artículo 2 de la Ley de los
Consejos Comunales. De igual forma, presentan una estructura organizativa, funciones para
sus miembros y deberes para con la sociedad a la cual se deben. Todo ello enmarcado en la
premisa de que la organización es pilar fundamental en la solución de las diferentes
problemáticas sociales.
La iniciativa de los Consejos Comunales no debe quedar tan solo en una estructura que
se convierta en una carga burocracia y saturada de intereses personales o colectivos, debe
servir de base para la consolidación de la sociedad venezolana y la superación de décadas de
atraso, pobreza y desigualdad. De igual manera debe procurar convertirse en el mecanismo
directo para la solución de los problemas locales en conjunción con los gobiernos municipales
y regionales, a fin de integrarse bajo un modelo de desarrollo endógeno que le permitan
obtener los resultados que enarbola su propósito de creación.
Conclusión
Los tiempos actuales exigen del Estado y la sociedad mayor compromiso e interrelación en la
solución de los problemas. Ya no es suficiente la noción de política pública centrada en la
función gubernamental. Del mismo modo, la sociedad no puede seguir inerte ante los
innumerables problemas que aquejan a los ciudadanos y ante el desbordamiento de intereses
por parte de otros actores sociales.
La distinción entre política pública y acción pública está en el centro de las transformaciones
de la relación Estado-sociedad. En las sociedades modernas donde se ha integrado tal relación
gracias al desempeño democrático de sus ciudadanos y sus organizaciones, la política pública
tiende a concebirse más como una acción que involucra activamente a los actores sociales
que como intervención gubernamental que promueve la participación social.
Bibliografía:
Mascareño, C. (2003) “Políticas públicas siglo XXI: caso venezolano”. CENDES, Caracas,
Venezuela.
La pugna entre ambos modelos fue dominada por el planteamiento centralista(hasta finales de
la década del 80), pero el monopolio de las decisiones, la centralización exagerada y la
ineficiencia en el ejercicio del gobierno desprestigiaron y deslegitimaron a las administraciones
centralizadas.
Frente al fracaso del centralismo político administrativo, emergió lo local como una nueva
realidad, entendida como "Iniciativas y Relaciones de Grupos de Naturaleza e Intereses de
Ciudadanos Locales" (Clahe Ob. Cit Pág. 19/26). Para ellos, debe compartirse una identidad
colectiva de valores y normas por parte de los actores locales que buscan crear sistemas
alternativos frente al centralismo… Pero en ¿Cuáles ámbitos se puede dar esta Participación
Ciudadana en el nivel local?
Arredondo, (Citado por Ortega Vela Pág. 36, 1.995) plantea que la participación ciudadana a
nivel del gobierno local se puede dar: Primero en el nivel institucional, que debe garantizar
condiciones jurídicas por parte del gobierno. Segundo: el nivel civil, por los ciudadanos
organizados de manera autónoma. Tercero: el publico, organizado desde el conocimiento del
marco jurídico para garantizar una participación ciudadana de calidad en el ámbito
gubernamental local.
Sin duda alguna, "Lo Local" es un espacio político que gana cada vez más importancia, sin
embargo, para lograr la consolidación se requiere de una sociedad civil con altos niveles de
organización y movilización ya que ella (La Sociedad Civil) es siempre un actor importante en
los conflictos y negociaciones con los gobiernos locales.
No obstante esta participación en el nivel local debe plantearse en un marco institucional que
para algunos autores (Ruiz Fernández Pág. 10, 1.999) se diferencian en modalidades de
participación, entre otras: Consulta a los ciudadanos locales para determinar las prioridades de
la comunidad, participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, poder de negociación
ciudadana que busca discutir y dirimir opiniones y diferencias de los ciudadanos con los
administradores del gobierno local, consenso y cogestión de los ciudadanos en la formulación
y diseño de sus planes, programas y proyectos locales y, finalmente, la administración
ciudadana de los proyectos o áreas estratégicas en el marco del gobierno local.
El Municipio es la expresión local del Estado, por su intermedio se canaliza la acción social de la
comunidad. La relación gobierno local-ciudadanos es cotidiana, constante y se realiza a través
de la participación ciudadana reforzando los procesos de identidad entre ciudadanos y
gobiernos locales. La participación ciudadana es cercana, vivencial y fortalecerá actitudes
colectivas hacia la solución de problemas. Su objetivo es hacer más directo y cotidiano el
contacto entre ciudadanos e instituciones del Estado para hacer valer sus opiniones e intereses
sin la intermediación de otras organizaciones.
En la actualidad existe una tendencia a acentuar las acciones de los gobiernos locales
otorgándole mayores competencias, esta descarga de responsabilidades del gobierno central y
estadal significa una mayor participación ciudadana frente al municipio que abre un espacio
para la revitalización de la democracia participativa vigorizando la articulación gobierno local-
sociedad civil. De esta manera se concibe al poder local como la base socio-política del
municipio que se transforma en el receptor más fuerte de las demandas ciudadanas a las
cuales tiene que dar respuestas evitando el modelo clientelar muchas veces sin tener recursos
ni capacidades técnicas.
En el gobierno local es posible lograr acuerdos con la sociedad civil mediante el dialogo, la
deliberación y la concertación, estas acciones profundizan la democracia y une al gobierno
local con la sociedad civil.
La concertación deber ser una forma institucional de procesar conflictos y alcanzar decisiones
como plantea Dos Santos "La Concertación se vincula a la producción de consensos y de
solidaridades, a la movilización de identidades sociales, a la organización de sectores sociales y
a la asunción de responsabilidades" (Dos Santos 1.987, Pág.13), aun cuando los pactos políticos
y la concertación pueden significar una oportunidad para que las élites manipulen a la opinión
publica; sin embargo las criticas más comunes a la deliberación y a la búsqueda del consenso
se concentran en el hecho de su largo consumo de tiempo para alcanzar su logro.
En los gobiernos locales la concertación es un aspecto nuevo frente a una cultura de gobierno
con visos de caudillismo, ya que la concertación cuestiona las relaciones verticales y reivindica
la tolerancia, la participación y el dialogo con la sociedad civil, es un reconocimiento a la
pluralidad de actores y a su legitimidad para tomar parte de las decisiones del gobierno local
cuando se trata de problemas que afectan al colectivo.
La Constitución Nacional de 1.961 (Articulo 25) define al municipio como "La Unidad Política
primaria y Autónoma dentro de la Organización Nacional son personas jurídicas y su
representación la ejercen los organismos que determine la ley". Al otorgársele al municipio
personalidad jurídica, son entes de derecho público y se les reconoce como "Unidad Política de
Carácter Territorial" que disponen de autonomía en sus competencias legales.
El Título III -de los deberes, derechos humanos y garantías-, en su Capítulo X -De los Deberes,
instituye en su Art. 132, el deber que tiene toda persona, para participar solidariamente en los
asuntos de la vida política, civil y comunitaria del país. Una vez más se ratifica la necesidad de
aproximación de los ciudadanos al poder. En la medida en que el ciudadano participa
integralmente en los asuntos públicos, bajo el sello del interés común, se puede construir un
consenso activo en torno a la acción social y gubernamental. Tal participación es la base de la
legitimidad y de gobernabilidad, y es este consenso sociocultural la justificación ético-política
del gobernante.
En el Título IV -del poder público-, Capítulo I -De las Disposiciones Fundamentales-, Sección
Primera: De la Administración Pública, nos encontramos con el Art. 141 que impone de
manera taxativa el servicio de la administración pública hacia los ciudadanos, y es por ello que
la mejor manera de determinar y mejorar los servicios que el Estado presta a los ciudadanos es
través de la honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición
de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, que exige este marco legal.
Una mención importante que se debe resaltar es la establecida en el Título IV -del poder
público-, Capítulo II -De la Competencia del Poder Público Nacional-, más específicamente en
el Art. 158 de la Constitución, en el mismo se constituye como política nacional, la
descentralización, y a la vez logra establecer los fines de la misma, siendo de especial atención
el acercamiento del poder a los ciudadanos a fines de satisfacer sus cometidos. De esta
manera se logra unir de manera constitucional, algo que ya estaba perfectamente unido, como
lo es la participación ciudadana en el proceso descentralizador.
El Art. 166 de la Constitución se localiza en el Título IV -del poder público-, Capítulo III -Del
Poder Público Estatal garantiza la participación ciudadana en los llamados Consejo de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, cuya función es planificar y coordinar las
políticas públicas estatales, y de esta forma ratificamos la importancia que tienen las
comunidades en las definiciones de las políticas y prioridades públicas.
También él articulo 168 (Título IV -del poder público-, Capítulo IV -Del Poder Público Municipal
de la Constitución Nacional de 1999) plantea que las actuaciones del gobierno local se
cumplirán incorporando la Participación Ciudadana al proceso de definición y ejecución de la
gestión publica y en el control y evaluación de sus resultados, es quizás este el Articulo más
importante de nuestro estudio ya que le da fuerza y rango constitucional en el área que
tratamos a la participación ciudadana, y esta obligación establecida por nuestra Carta Magna
no puede ser objeto de modificación alguna por parte de cualquier persona, bien sea natural o
jurídica.
Particular importancia merece el Art. 182 contenido en el Título IV -del poder público-,
Capítulo IV -Del Poder Público Municipal, siendo este postulado el que establece de manera
constitucional, la creación de los consejos locales de planificación pública, otorgando la
particular importancia que le corresponde a las comunidades y los ciudadanos en la vida de su
comunidad, requisito indispensable para el desarrollo de la misma.
En el Articulo 184 de nuestra Carta Magna, se establecen de forma clara y expedita las
obligaciones del Poder Público Municipal, en cuanto a la descentralización y transferencia a las
comunidades y grupos vecinales organizados de los servicios que estos gestionen, previa
capacidad de los mismos para la prestación del servicio; pero también en su ordinal 2do se
interpreta en forma clara la participación de las comunidades y ciudadanos, a través de las
organizaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de
propuestas de inversión ante las autoridades estadales y municipales encargadas de la
elaboración de los respectivos planes de inversión, así como en la ejecución, evaluación y
control de obras, programas sociales y servicios públicos en su jurisdicción. Mejor no ha
podido establecer el legislador el alcance de la participación ciudadana, ya que de esta manera
no deja ningún tipo de dudas en torno a la inserción del pueblo en la gestión pública. Y en los
diversos ordinales restantes de este articulo, logramos constatar el amplio margen de acción
de las comunidades en los diversos ámbitos de la vida pública local.
También se establece en los demás artículos restantes de nuestra Constitución Nacional, las
formas y maneras generales de insertar la participación ciudadana en las distintas esferas de la
vida pública nacional, regional o municipal, sea cual fuere el organismo, confirmando así una
vez más la política que debe asumir el Estado en esta materia.
Ahora bien, como sabemos, la Constitución establece los principios o preceptos fundamentales
que rigen la vida nacional, y es por ello que debemos remitirnos a otras figuras jurídicas, que
apoyan de manera directa la participación ciudadana, estos instrumentos legales son la Ley
Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencias de competencias del Poder
Público, la Ley Orgánica de Elecciones y Participación Política, la Ley Orgánica de Régimen
Municipal que será la de mayor importancia de análisis en el desarrollo de esta investigación,
puesto que es la que regula las relaciones existentes entre los ciudadanos y el Municipio.
El Municipio está caracterizado como "El espacio de mayor cercanía entre gobierno y
ciudadano y es definido como la unidad política primaria de la organización nacional, con
personalidad jurídica y autónoma"", es decir como una instancia que ejerce una rama del
poder publico en un ámbito local, forma parte del sistema de organización política del Estado y
posee autonomía, siendo catalogada como "Una entidad pública descentralizada "(Brewer
Carías, 1990:15).
La Ley Orgánica de Régimen Municipal cuyo objetivo es " Desarrollar los principios
constitucionales referente a la organización, gobierno, administración, funcionamiento y
control de los municipios y demás entidades locales" (articulo 1) es concebida como un
instrumento jurídico que busca superar el modelo de democracia representativa por el de
participativa en tanto que provee mecanismos de participación, considerados limitados, en la
toma de decisiones en el nivel de los gobiernos locales por parte de la comunidad y la acción
vecinal. Aún cuando estos mecanismos de participación en la toma de decisiones son
limitados, el municipio sigue siendo la instancia de gobierno idónea para desarrollar procesos
de participación.
Podemos empezar por la obligación de las Juntas Parroquiales para promover la participación
ciudadana contenida en el Articulo 32 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, ya que siendo
esta la institución municipal que está más cerca de los ciudadanos le corresponde la tarea de
llevar la administración pública hacia el ciudadano, porque no sólo éste debe buscar la
participación en los asuntos públicos locales, sino también el Estado debe ser un ente capaz de
apoyar y promover a través de sus instituciones la participación ciudadana, todo esto con el fin
de satisfacer los servicios públicos locales. Y en el Articulo 34 se enmarca la participación de los
vecinos en la gestión de asuntos comunitarios en conjunto con las parroquias, siendo éstas,
órganos auxiliares del gobierno municipal, logrando así una estrecha interrelación entre
gobierno y comunidad.
Para Brewer Carías (1990:143) los mecanismos de participación previstos en la Ley Orgánica de
Régimen Municipal pueden clasificarse en "Los de participación política, los de participación
vecinal y los de participación en defensa del patrimonio".
Los mecanismos de participación política, son los referidos a ser elector y elegible, revocatoria
de mandatos, consultas y reconsideración de ordenanzas, la mayoría de estos otorgan una
legitimidad ""electoral o política"", pero hoy día no sólo se debe hablar de este tipo de
legitimidad puesto que una gestión que no considere la participación ciudadana, simplemente
se encuentra destinada al fracaso y por resultado obtendrá una rápida deslegitimación y un
atraso en el desarrollo de la vida local. Ahora bien, nos encontramos con los mecanismos de
participación en asuntos vecinales que son aquello que tienden a favorecer la participación de
la comunidad y la participación de control mediante la solicitud de impugnación o invalidez de
actos que vayan en contra de los intereses del municipio.
Si bien es cierto que existen mecanismos legales para la participación ciudadana, estos lejos de
vincular la acción del gobierno local con las comunidades, en ciertas ocasiones, se han
instrumentado bajo conveniencias políticas y electorales. En este sentido, se reafirma la
necesidad de institucionalizar los mecanismos de Participación Ciudadana y vincularlos a las
necesidades e intereses de las comunidades, todo ello es posible mediante procesos de
negociación entre gobierno y comunidad que apunten al desarrollo local.
[1] Cunill Nuria. Participación Ciudadana, dilemas y perspectivas para la democratización de los
Estados Latinoamericanos. CLAD.1991.
[2] Centro latinoamericano de economía humana (Claeh) Universidad Católica Uruguay 1.995
impulsar una autentica participación ciudadana..
En definitiva nos damos cuenta que a pesar de que la Ley Orgánica de Régimen Municipal es
de anterior creación a la Constitución Nacional de 1999, la misma es válida para la aplicación
de la participación ciudadana en los asuntos públicos locales, y lo más importante es que el
objeto de ambas leyes no sufre de grandes modificaciones de fondo, lo que conlleva a una
utilización eficaz de estos instrumentos por parte del Gobierno y de las Comunidades.
Los mecanismos de Participación Ciudadana en el nivel local son de muy reciente data, pues
hasta finales de la década de los años ochenta, el predominio del modelo Keynesiano de
bienestar se desarrolló de una manera centralista y burocrática, dándole poca valoración a la
participación ciudadana local.
La década de los noventa erosionó el modelo Keynesiano de bienestar y dio paso a los
sistemas de gobierno de múltiples niveles, donde lo local salió reforzado. De esta manera, los
gobiernos de proximidad con los ciudadanos comenzaron con sus planteamientos
participativos y de innovación democrática en materia presupuestaria y presupuestos públicos
locales, los cuales trataron de reflejar las prioridades económicas y sociales de los ciudadanos.
Finalmente a pesar de las " Dificultades Políticas " que pudieran existir en la elaboración de un
plan de Participación Ciudadana para la definición de prioridades de inversión social
presupuestarias, este plan constituye un instrumento que puede aumentar la eficacia publica
de los gobiernos locales e instaurar una técnica de consulta a la población, en la cual su
principal riqueza es la democratización de la relación gobierno local y sociedad, pues el
ciudadano deja de ser un simple coadyuvante de la política tradicional para ser un
protagonista activo de la gestión pública; sólo así, es posible crear una esfera pública no
administrativa donde la sociedad puede contribuir a la acción del gobierno local en materia de
definición de prioridades de inversión social presupuestarias del presupuesto municipal.
CAPITULO III
MARCO METODOLÓGICO
En este orden de ideas, se entenderá como "plan de participación ciudadana", para esta
investigación, al conjunto de propuestas de acción sociales, políticas y económicas que
incidirán en un cambio favorable para la definición de prioridades de inversión social del Plan-
Presupuesto Anual de la Alcaldía del Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas.
PROCESO DE TRABAJO
El aprender colectivo que orienta a la generación del conocimiento, principalmente, desde los
involucrados en la situación. Este elemento permite el desarrollo de las estrategias del plan
con un alto grado de los componentes culturales y valores de los ciudadanos. Bajo esta
perspectiva, las estrategias serán de la apropiación de los ciudadanos lo cual apunta al éxito
del mismo en el corto y mediano plazo.
Ambos componentes asumen la participación como estrategia para alcanzar el diseño del plan.
Abordar un plan de participación ciudadana sin la participación de los ciudadanos, es contribuir
a la exclusión social y al fracaso del mismo.
Por ello, para diseñar dicho plan, el proceso de trabajo a seguir contiene las siguientes fases:
Análisis de la situación que perfile el estado de los hechos que ocurren en la realidad y que
oriente los conocimientos y estrategias según lo revelan las asociaciones de vecinos, los
vecinos, los miembros de las juntas parroquiales, los funcionarios de la Alcaldía del Municipio
Antonio José de Sucre del Estado Barinas, entre otros actores sociales.
Diseño del plan de participación ciudadana que estructure de manera comprensiva los valores,
recursos y capacidades disponibles del capital social y capital humano y la cultura
organizacional de la Alcaldía del Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas, en el
corto y mediano plazo.
Las fases del proceso de trabajo incluyen productos y acciones que se han identificado a los
fines de alcanzar con un alto nivel de éxito el resultado de la investigación y la apropiación de
las acciones por arte de los actores sociales. La Tabla No. 1 muestra en detalle los productos y
acciones por fases.
Tabla No. 1
Productos y acciones por fases del plan de participación ciudadana en la definición de
prioridades de inversión social del Plan-Presupuesto Anual del Municipio Antonio José de
Sucre
Realizar el diagnostico.
CONSEJOS COMUNALES
Históricamente se ha dado una lucha por quien detenta el poder. Las estructuras sociales hasta
ahora creadas no han permitido que el pueblo asuma el poder.
Antes de responder a esta pregunta definamos qué entendemos por poder y veamos cómo
está organizado el país desde el punto de vista político -administrativo.
¿QUÉ ES EL PODER?
Poder es la capacidad que tiene una persona, un grupo o sector social para usar y disponer de
recursos propios o que se les han encomendado. Es la capacidad para realizar una idea. Es el
hecho de tener la fuerza para concretarla.
Ahora bien, no hay que ser rígidos en relación con este asunto. Una cosa es un área rural
donde existen pequeños caseríos y otra cosa es un área urbana densamente poblada donde
existen urbanizaciones y barrios con decenas de miles de habitantes.
La propia gente, para resolver sus problemas, se ha ido organizando y ha ido subdividiendo el
territorio. En la mayoría de los casos, la participación en el área urbana se da en áreas que
agrupan algunos cientos de familias (200 a 400) y en el área rural, decenas de familias.
La experiencia práctica irá diciéndonos cuál es el espacio ideal para que sea posible una
verdadera participación, donde la propia comunidad haya establecido su poligonal, o espacio
geográfico donde se instale el Consejo Comunal. En caso contrario, será la propia comunidad la
que establecerá los límites de su área geográfica.
La comunidad suele organizarse para discutir algunas cosas y resolver algunos de sus
problemas por cuadra, escalera, callejón, bloque, edificio. Son pequeños grupos de familias
que por la cercanía tienen lazos de amistad más profundos. A estas áreas menores las
denominaremos micro-unidades vecinales. En consecuencia una comunidad podría estar
conformada por varias micro-unidades vecinales, tantas como la comunidad lo estime.
¿CÓMO ESTÁ ORGANIZADA LA COMUNIDAD?
Cuando se va a realizar un trabajo organizativo en una comunidad hay que tener muy en
cuenta las características específicas de cada una de ellas. Hay comunidades con importantes
tradiciones organizativas y de lucha, que cuentan con un sinnúmero de organizaciones. Hay
otras que cuentan con una o dos de estas organizaciones. Y otras que quizás no cuentan con
ninguna.
Comité de salud.
Grupos culturales.
Club deportivo.
Asociación de vecinos.
Misiones educativas.
Mesas de Energía
Círculo Bolivariano.
Transporte.
Grupos ambientalistas.
Comité de alimentación.
UBE.
Partidos Políticos.
OCV.
Cooperativas.
Microempresas.
Otras.
Donde haya organizaciones existentes habrá que articularlas. Donde no haya, habrá que
promover el surgimiento de las que se estimen necesarias.
El consejo comunal es la forma de organización más avanzada que pueden darse los vecinos de
una determinada comunidad para asumir el ejercicio real del poder popular, es decir, para
poner en práctica las decisiones adoptadas por la comunidad.
Es ella la que elige a las personas que conforman el Consejo Comunal. Esta asamblea es la
máxima autoridad de la comunidad. Sus decisiones tienen poder vinculante para el Consejo
Comunal. Es allí donde radica el poder popular.
El quórum de estas asambleas debe ser del 10 % de la población mayor de 12 años de dicha
área geográfica.
Elaborar un plan único de trabajo para atacar los problemas que la comunidad puede
resolver con sus propios recursos y evaluar sus resultados. Para ello debe analizar los
recursos materiales y humanos con que cuenta la propia comunidad y lograr el apoyo
de los vecinos para resolver los problemas.
Promover la elaboración de proyectos en relación con los principales problemas que
por sus altos montos o complejidad la comunidad no esté en capacidad de resolver.
Estos proyectos deben ir al presupuesto participativo o a otras instancias de
financiamiento.
Sugerimos que el Consejo Comunal sea integrado por tres tipos de voceros o voceras:
En las comunidades más organizadas existen, como hemos dicho, muchas organizaciones, pero
lo que ocurre es que cada una anda por su cuenta. No se han organizado en comisiones de
trabajo. Veamos a continuación como se haría la articulación.
ÁREAS DE TRABAJO
A continuación exponemos ocho posibles áreas de trabajo. No se trata de que todos los
consejos comunales tengan que asumirlas todas, aquí también hay que ser flexible. Habrá
casos en que sea conveniente fusionar tareas, en otros, tal vez tengan que crearse nuevas
áreas de trabajo.
2. Contraloría social.
Solvencia moral.
Espíritu unitario.
Para dar formalidad al proceso de constitución de los Consejos Comunales y evitar que éstos
se constituyan limitándose a reunir a las y los dirigentes de las organizaciones ya existentes,
que no siempre cuentan con el apoyo popular, sugerimos la conveniencia de que exista un
periodo de transición hasta la conformación propiamente tal del Consejo Comunal, tiempo
durante el cual se elija un equipo promotor provisional. Probablemente se requieran algunas
semanas o meses de trabajo y maduración.
El ritmo y los tiempos de creación del consejo comunal están en directa relación con el
nivel de desarrollo y maduración alcanzado por cada comunidad.
En la mayor parte de los casos será necesario contar durante este periodo con un
equipo promotor externo. Este equipo podría estar conformado por promotores de la
Dirección de Participación Ciudadana de las alcaldías y de las gobernaciones,
prefecturas, concejales, consejeros del CLPP, miembros de las Juntas Parroquiales,
promotores provenientes de organismos de nivel nacional o regional que promueven
la participación y organizaciones populares presentes en dichos territorios.
d) Difusión y explicación de los objetivos del Consejo Comunal entre las familias de la
comunidad (visita casa por casa distribuyendo material informativo).
e) Hacer un croquis del área geográfica de dicha comunidad y delimitar los micro-
unidades vecinales.
estatutos.
Recoger ideas para definir con que sistema se va a votar: voto secreto o a mano
alzada.
Es conveniente que las elecciones se hagan al menos una semana después de las
postulaciones. Legalidad de la propuesta: La Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela consagra en su texto que el poder reside en el pueblo soberano (Art. 5°), que todos
los ciudadanos tenemos el derecho a la participación (Art. 62°) y, que se crearán los
mecanismos para la descentralización y transferencia de competencias a las comunidades
organizadas (Art. 184°).
redacción de un acta con los resultados de la elección, la que debe ser enviada al CLPP,
junto con el acta constitutiva, para el registro legal del consejo comunal.
Debemos poner el énfasis en el Artículo 32° de la Ley orgánica del Poder Público Municipal
donde se señala a quién cabe la iniciativa de crear parroquias y otras entidades locales dentro
del territorio municipal:
El primer paso es tomar conciencia de que somos nosotros los que debemos asumir el poder y
conformar el equipo promotor provisional.
Hay personas que se resisten a dividir el barrio o urbanización en espacios menores, porque
asocian eso a divisionismo, a debilitamiento. Nosotros pensamos, por el contrario, que al
dividir el barrio o urbanización en espacios geográficos menores no estamos debilitándolo sino
fortaleciéndolo en su base.
En esos espacios menores se pueden enfrentar problemas como la limpieza de las calles y
veredas o escaleras, el tema de la seguridad o las iniciativas deportivas, culturales y
humanitarias.
Todas estas iniciativas suelen ser realizadas en forma más productiva cuando se trata de
grupos humanos menores, es decir, a nivel de lo que hemos denominado comunidades.
Hay quienes, aceptando que es mejor realizar la participación en espacios más reducidos, al no
disponer de promotores suficientes para afrontar simultáneamente el trabajo en más lugares y
temiendo que las personas se decepcionen si no llegan a su comunidad, consideran más
apropiado constituir primero el Consejo Comunal a nivel de todo el barrio o urbanización y
luego ir creando algo así como consejos hijos, paridos por ese consejo madre.
Nuestro criterio es que es mucho más fructífero destinar los promotores con que contamos a
promover uno o algunos consejos comunales en áreas más pequeñas, concentrando allí el
esfuerzo, para transformar a esas comunidades en vitrinas que irradien y sirvan de ejemplo a
las comunidades aledañas.
¿Qué relación tiene el Consejo comunal con el Consejo local de planificación pública y la
Junta parroquial?
El plan de trabajo elaborado por el Consejo Comunal debe entenderse como el eslabón básico
del Sistema Nacional de Planificación. Este plan de trabajo comunal debe nutrir los Planes de
Desarrollo elaborados en los subsiguientes ámbitos del sistema: sector sub-parroquial,
parroquia, municipio, estado, región y nación. Y, a su vez, debe enmarcarse dentro de éstos.
Todos estos planes deben tomar en consideración lo dispuesto en los "Objetivos Estratégicos
de la Nueva Etapa", las "Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la
Nación 2001-2007" y la "Constitución de la República Bolivariana de Venezuela". Y, a la vez,
deben enriquecerlos y concretarlos.
Por eso, los Consejos Comunales son un medio para mantener activado permanentemente el
poder constituyente y el ejercicio de la soberanía popular.
Sólo a modo ilustrativo, pensemos en una parroquia pequeña de un área urbana, por ejemplo,
una parroquia de unos 12 mil habitantes. En esa área geográfica deberían conformarse al
menos 6 consejos comunales (estimando que cada comunidad tiene alrededor de 400 familias,
es decir, unas 2 mil personas). El Consejo Parroquial debería entonces estar conformado por
los voceros de los diferentes Consejos Comunales.
Este Consejo Parroquial integrará los diferentes planes sectoriales de desarrollo en el Plan
Parroquial de Desarrollo, el cual articulará los diferentes programas y proyectos provenientes
de los Consejos Comunales y los presentará al Consejo Local de Planificación Pública, para ser
incluidos en el Plan Municipal de Desarrollo; al Consejo Estadal de Planificación y Coordinación
de Políticas Públicas, para ser incluidos en el Plan Estadal de Desarrollo; o al Consejo Federal
de Gobierno, para ser incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo.
De esta manera se establece un Sistema Nacional de Planificación que va "de abajo hacia
arriba" y regresa "de arriba hacia abajo", en una relación mutuamente complementaria.
Los programas y proyectos de las comunidades nutren los lineamientos de los planes
sectoriales, parroquiales, municipales, estadal, regional y nacional y a la vez dichos
lineamientos sirven de marco referencial para estos.
2. Elaborar un plan único de trabajo para atacar los problemas que la comunidad
puede resolver con sus propios recursos y evaluar sus resultados.
3. Analizar los recursos materiales y humanos con que cuenta la propia comunidad.
15. Nombrar voceros y voceras para que el Consejo esté presente en las instancias
superiores de participación.
5. En caso de que la mano de obra no sea voluntaria, verificar que el pago sea
solidario.
10. Sostener reuniones con otros comités de contraloría social de otras comunidades
para compartir e intercambiar experiencias.
11. Capacitar a los miembros del Comité de Contraloría Social en cuanto a procesos
administrativos y ejecución de obras.
6. Ajustar el desembolso del dinero de acuerdo con el lapso de ejecución del proyecto.
7. Realizar el control sobre la ejecución del proyecto a fin de efectuar los pagos
correspondientes.
8. Presentar el informe a la comunidad sobre rendición de cuentas del uso de los
recursos financieros.
9. Supervisar que los egresos de las cooperativas sean puntuales para la ejecución del
proyecto.
10. Capacitarse mediante talleres en áreas sociales: social, financiera y técnica para la
elaboración y presentación de proyectos.
11. Realizar reuniones periódicas con las comunidades a fin de informar sobre el
manejo de los recursos financieros de la cooperativa.
ESTRUCTURA Y FUNCIONES
Cada Consejo Comunal estará integrado por: el órgano ejecutivo, la unidad de Gestión
Financiera y la unidad de Contraloría Social.
La unidad de Gestión Financiera estará integrada por cinco habitantes de la comunidad electos
por la Asamblea de Ciudadanos y funcionará como ente de ejecución financiera de los consejos
comunales para administrar recursos financieros y no financieros, servir de ente de inversión y
crédito, y realizar intermediación financiera con los fondos generados, asignados o captados.
Este órgano de control deberá cumplir con las siguientes funciones: dar seguimiento a las
actividades administrativas y de funcionamiento ordinario del Consejo Comunal, ejercer la
coordinación en materia de Contraloría Social comunitaria, ejercer el control, fiscalización y
vigilancia de la ejecución del plan de desarrollo comunitario y del proceso de consulta,
planificación, desarrollo, ejecución y seguimiento de los proyectos comunitarios, y rendir
cuenta pública de manera periódica.
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Más cercano a una idea de “sistema de clasificación” de estas modalidades que caracterizan a
la participación ciudadana, se presenta un marco de tipología de la participación ciudadana en
razón de la visión teorética contemporánea, adaptada a la realidad del poder local. En tal
sentido se parte cinco criterios de clasificación usualmente considerados por el común
denominador de los teóricos en la materia. Estos criterios son: obligatoriedad; fase del proceso
decisional, en el cual se concreta la participación; e intensidad, según sean mediados o no por
algún tipo de organización.
Los objetivos específicos que surgieron de las acciones, o Mesas de Concertación, son:
Aumentar la eficacia de los programas de desarrollo estableciendo de manera participativa
prioridades efectivas, estratégicas y con potencial de impacto; Aumentar la eficiencia
realizando la coordinación entre las diversas instituciones que trabajan en la región,
optimizando los recursos humanos y económicos y evitando la duplicidad de esfuerzos;
Construir canales de participación ciudadana y delegar capacidad de decisión, gestión y
control; Apoyar la descentralización del gobierno regional hacia los gobiernos locales y de
centros poblados menores; Reactivar el crecimiento económico tomando en cuenta la defensa
de los recursos naturales; e Incorporar la dimensión ambiental a las diversas propuestas y
decisiones de gobierno local.
Las acciones, Mesas de Concertación, han estado organizadas en áreas temáticas: 1) Medio
Ambiente Urbano, 2) Recursos Naturales y Producción Agraria, 3) Producción y Empleo, 4)
Turismo y Patrimonio Cultural, 5) Educación y Cultura, 6) Población, Mujer y Familia. Cada
mesa temática funcionó de manera independiente, en un primer nivel, para luego concertar
los distintos temas en la elaboración del Plan de Desarrollo Urbano Local que llegó a
materializarse en octubre del año 2004.
En cuanto a los Gobiernos Municipales, se impone un corte tradicional que no tiene ingerencia
en aspectos relacionados a la generación de empleo, a actividades productivas y al manejo del
medio ambiente. Más aún, no existía una preocupación por relacionar lo urbano con su
entorno rural, no existían mecanismos de participación ciudadana efectivos, y menos aún la
voluntad de construir concertadamente de abajo hacia arriba a partir de los conocimientos y
expectativas de la población. No existe, por último, los conocimientos necesarios para la
formulación de planes integrales de desarrollo.
Las acciones de los poderes locales en cuanto a la participación ciudadana nacieron como el
mecanismo adecuado para poner en práctica un control y seguimiento de la gestión local. Por
ello, desarrollo sustentable, democracia, entre otros; son los principios que orientaron estas
experiencias que están inmersas en el plan de Desarrollo Local Bolivariano.
Sin duda que los mecanismos de participación ciudadana han logrado interesar a un amplio
número de ciudadanos e instituciones, de todos los sectores públicos y privados, promoviendo
un medio de debate y elaboración intersectorial e interdisciplinaria.
Por otro lado, los enfoques monotemáticos que sustentaban las propuestas de desarrollo han
sido reemplazados por enfoques que integran lo social con lo económico y lo político. Los
avances de la experiencia comunitaria, indican que se trata de innovaciones promisorias de la
que se puede obtener un importante aprendizaje de colaboración institucional, avanzando en
la formulación de políticas integradas con especial énfasis en el manejo de los recursos
naturales, aprovechando la experiencia de investigación desarrollada por las ONG`s y por el
ámbito académico universitario.
La experiencia indica que la iniciativa funciona cuando existe voluntad política en los gobiernos
municipal y de la sociedad civil. La metodología de mesas de trabajo puede generar más
transparencia del proceso de toma de decisiones y de la evaluación de los programas, pero
requiere de gran capacidad de negociación y aprendizaje de reglas del juego que permitan
negociar. Esto es particularmente difícil en el área rural donde esta práctica puede ser muy
escasa. El desarrollo de un país será viable en la medida en que los pueblos participen en la
formulación de políticas y en la toma de decisiones que de ella emanen.
En este sentido, la sociedad venezolana ha pernotado más tiempo en la tipología pasiva, sin
embargo, sería a partir de 1989, cuando aperturándosele los derechos de elección de cargos
para el poder regional y local, esa pasividad pasa a un cierto grado de actividad y se van
creando en el seno de la sociedad civil organizaciones que buscan profundizar los valores de la
participación ciudadana. La Constitución de 1999 daría la apertura a canales de participación
más explícitos y directos y de este modo hoy podemos mencionar que si bien el grueso de la
población venezolana se identifica más con una participación pasiva, hay una corriente
ciudadana muy conciente de que se tiene que fortalecer la participación activa. *.-
Jesús E. Machado M
Resumen
Abstract
This article starts with a brief review of social participation in Venezuela during the 20th
century and the first decade of the 21st, emphasizing that social organization has been
stimulated basically by the need to improve living conditions in the urban areas. In the second
part, there is an analysis of the role of the State in the promotion of organizational forms for
social participation. Finally, in a third part, the experience of the communal councils is
examined, in terms of their origins their coverage, their competences and their source of
financing.
La participación social y política en Venezuela es de larga data. Existen registros desde 1934
que dan cuenta del proceso organizativo en comunidades. Los pioneros que coadyuvaron en la
fundación de los primeros conglomerados urbanos populares, tales como San Agustín del Sur,
La Vega y Antemano, crearon organizaciones comunitarias llamadas Ligas de Colonos que
luego pasarían a llamarse Juntas Profomento o Promejoras.
Lo que comenzó como formas organizativas para resolver problemas del espacio social que
ocupaban adquiere mayor consistencia organizativa y fortaleza y se convierten en
organizaciones populares, con capacidad de movilización comunitaria y de organizar protestas
callejeras como instrumento de presión política al gobierno de Eleazar López Contreras. Una
de estas manifestaciones tuvo que ver con las protestas en contra de los propietarios de casas
destinadas al arriendo, obligando al gobierno a dictar un decreto mediante el cual se
estableció un conjunto de regulaciones sobre el cobro de los alquileres.
Para 1940 se había creado la Junta Central en la que se agrupaban las juntas promejoras. Para
1944 éstas se habían extendido a gran parte del país y dan un paso más: se constituyen en
federaciones de juntas promejoras.
Varios partidos políticos comenzaron a evaluar el potencial que le brindaban estas formas
organizativas comunitarias para el desarrollo de sus agrupaciones y orientaron parte de sus
acciones hacia éstas, realizando trabajos de penetración en los que trataban de imponer sus
respectivas líneas políticas: Como resultado de ello, hacia finales del 45 lo que había
demostrado un dinamismo organizativo comunitario daba muestra de fuerte estancamiento.
Dado el cambiante clima político al inicio de los 60 resurgen las juntas promejoras. Las
situaciones de alta conflictividad político-social de entonces las hacen sucumbir nuevamente.
Estas organizaciones fomentadas desde el Estado, guiadas por intereses del partido en
funciones de gobierno, tuvieron poco éxito y pronto se convirtieron en correaje de transmisión
de Acción Democrática. Cayendo en el desprestigio y su posterior desaparición.
Las muy variadas demandas de los sectores populares de alguna manera eran atendidas por
una avalancha de recursos financieros. Parte de la renta petrolera fue usada para anular todo
tipo disenso y crear consensos socio-políticos artificiales mediante la conciliación populista de
intereses por parte de las elites que manejaban el Estado.
Al final de la misma década, coincidiendo con el inicio de una prolongada crisis económica,
tienen un reimpulso diversos tipos de organizaciones con finalidades distintas al igual que el
origen de clases de las mismas. Es el auge de las asociaciones de vecinos y organizaciones
sociales los cuales se ocupaban de temas como los problemas comunitarios y vecinales, lucha
por instalación o mejoras en los servicios sociales y públicos, hasta organizaciones que tenían
como interés el trabajo con jóvenes, niños y mujeres, organizaciones ecológicas, deportivas y
religiosas, entre muchas otras.
En el 92 se producen dos intentos de golpes de Estado. Hay un creciente apoyo de una porción
considerable de los sectores populares a los responsables de las dos intervenciones militares y
aumento del rechazo a la institucionalidad democrática liberal hasta el momento vigente.
Muchas de las nuevas formas organizativas populares estaban motivadas por la adhesión a
estos militares. La participación popular tiene un auge ciertamente multitudinario.
En la Gaceta Oficial Extraordinaria n° 5.890 del 31 de julio de 2008, salen publicados veintiséis
(26) decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley que abordan diferentes materias. En 14 de las
cuales hay mención a consejos comunales, otras formas de organización y participación
comunitaria, participación popular, formas de organización social, cualquier forma de
organización y participación comunitaria, las comunidades organizadas.
En una nota de prensa del Ministerio del Poder Popular para la Participación y la Protección
Social se señala que “hay 6.600 Mesas Técnicas de Agua, 6.740 Comités de Tierra Urbana,
3.600 Bancos Comunales, 472 Mesas Técnicas de Telecomunicaciones, 27.872 Consejos
Comunales, 4.156 Mesas Técnicas de Energía, 485 Medios Comunitarios y 7.800 Comités de
Salud...” (Ministerio del Poder Popular para la Participación y la Protección Social, 2009,
Internet)1
A partir de la promulgación del texto constitucional de 1999 y con mayor énfasis a partir de
2006, luego de la reelección del actual Presidente, se ha estado estimulando fuertemente la
participación y la organización social comunitaria disponiendo gran cantidad de recursos
económicos, técnicos y logísticos para fortalecer lo que desde la nueva hegemonía en la
conducción del Estado ha llamado la construcción del socialismo del siglo xxi, teniendo como
uno de sus pilares el poder popular.
El origen de estos bien la podemos rastrear hasta el texto constitucional de 1999. El artículo
62 refiere a la participación popular en la gestión pública. El artículo 70 determina las formas
de participación en lo económico, social y político. El artículo 182 establece la creación del
Consejo Local de Planificación Pública (CLPP), el cual estaría "presidido por el Alcalde o
Alcaldesa e integrado por los concejales y concejalas, los presidentes o presidentas de las
juntas parroquiales y representantes de organizaciones vecinales y otras de la sociedad
organizada, de conformidad con las disposiciones que establezca la ley".
La Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, del 12 de junio de 2002 es cuando
aparecen por primera vez la mención de los consejos comunales “los miembros del Consejo
Local de Planificación Pública estarán obligados a cumplir con sus funciones, en beneficio de
los intereses colectivos, mantendrá una vinculación permanente con las redes de los consejos
parroquiales y comunales, atendiendo sus opiniones y sugerencias, y prestará información
oportunamente, de las actividades del Consejo Local de Planificación Pública”.2
Los consejos locales de planificación pública no fueron aceptados tan fácilmente por las
autoridades municipales quienes debían estimular su conformación. En vista de ello se
modifica la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides – Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.805 Extraordinario, de fecha 22 de marzo de
2006) permitiendo la creación acelerada de estos consejos locales de planificación, ya que en
su artículo 20 se exige que los programas y proyectos de las alcaldías deben ser presentados
por los mismos CLPP para su aprobación, “Los programas y proyectos serán presentados para
su aprobación: en el caso de las gobernaciones a través de los Consejos Estadales de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas; en caso de las alcaldías, a través de los
Consejos Locales de Planificación Pública. Los programas y proyectos de los Consejos
Comunales de acuerdo con lo previsto en su respectiva ley”3
Para junio de 2005 se promulga Ley Orgánica del Poder Público Municipal (Gaceta Oficial n°
38.204 del 8 de junio de 2005). En este texto quedaba claro que los consejos comunales eran
una instancia de los CLPP. Art. 112: “Los consejos parroquiales y comunales son instancias del
Consejo Local de Planificación Pública que tendrán como función servir de centro principal
para la participación y protagonismo del pueblo en la formulación, ejecución, control y
evaluación de las políticas públicas, así como para viabilizar las ideas y propuestas que la
comunidad organizada presente ante el Consejo Local de Planificación Pública”4.
El artículo 113, de esta misma ley, señalaba que “el alcalde o alcaldesa en su carácter de
presidente o presidenta del Consejo Local de Planificación Pública, promoverá la conformación
de los consejos parroquiales y comunales5. A la luz de los hechos, poco fueron los consejos
parroquiales y comunales promovidos por las autoridades municipales.
En el artículo 30 se crea la Comisión Nacional Presidencial del Poder Popular, designada por el
Presidente de la República, a través de esta comisión se establece el enlace de los consejos
comunales con el Estado. Se trata de la conformación de instancias de participación
comunitaria, sin cuerpos intermedios de relación con el Ejecutivo. Estableciéndose una
relación directa entre los consejos comunales y el Ejecutivo nacional.
En esta ley los consejos comunales son definidos como “instancias de participación,
articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales y los
ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión
de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de
las comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social” (Ley de los
Consejos Comunales, 2006. Art. 2)7
A partir de abril de 2006 hay un gran esfuerzo desde el Gobierno nacional para la
conformación de consejos comunales en el país. El para entonces, ministro del Poder Popular
para la Participación y Protección Social, David Velásquez, había señalado, en una nota de
prensa ese mismo año, que la meta para 2007 era la conformación de unos 50 000 consejos
comunales8 y para 2008 la meta era de unos 100 000 consejos comunales en todo el país9
Según información aportada por Fudacomunal10, para marzo de 2008 en Venezuela existían
36.812 consejos comunales, de los cuales 26.143 están constituidos y 10.669 en proceso de
conformación en todo el país.
En el estudio sobre las misiones sociales del Gobierno nacional, llevado a acabo por el Centro
para la Paz de la Universidad Central de Venezuela del 2 al 12 de agosto de 2008 a nivel
nacional, consultaron: “En la comunidad donde usted vive ¿Se han formado consejos
comunales?” 62,6% de las personas consultadas respondieron que Sí, mientras 20,2% dijeron
que No y 17,2% dijeron no saber12
No conocemos una data organizada que nos dé cuenta de cuántas personas están involucradas
de manera directa en la organización y funcionamiento de los consejos comunales, lo que hace
difícil conocer la cobertura poblacional exacta de los mismos. Aun así, las estimaciones
posibles que podamos hacer estarían señalando que gran cantidad de personas están
involucradas en las mismas.
Lo que es evidente, partiendo de los datos obtenidos, es que los consejos comunales son la
forma organizativa, fundamentalmente popular, con mayor extensión, números de miembros
y mayor extensión en la Venezuela contemporánea.
Financiamiento
Los recursos que son utilizados por los consejos comunales para la ejecución de los proyectos
comunitarios son manejados a través de la Unidad de Gestión Financiera, 13 integrada por cinco
habitantes de la comunidad, electos por la asamblea para ejercer la función de ejecución
financiera del consejo, encargado de administrar los recursos. La ley lo denomina Banco
Comunal y tiene la figura de una cooperativa.
El Banco Comunal tiene por funciones: administrar los recursos, promover la constitución de
cooperativas, impulsar el presupuesto participativo, promover formas alternativas de
intercambio, articularse con el resto del sistema microfinanciero, promover los núcleos
endógenos, rendir cuentas, prestar servicios no financieros, prestar asistencia social y realizar
la intermediación financiera.14
Los recursos son los transferidos por la República, los estados y los municipios. En específico se
señalan las transferencias dispuestas a las comunidades en la Ley del Fides y la Ley de
Asignaciones Económicas derivadas de Minas e Hidrocarburos Especiales (LAEE). 15 También
incluyen aquellos que provengan de la actividad de los Consejos Comunales, sea por los
servicios transferidos, o generados por su actividad o recibido por donaciones.16
En el I Estudio sobre los Consejos Comunales realizado por la Fundación Centro Gumilla, 19 los
voceros de la comisiones de trabajo de estas instancias organizativas señalaron en 58% que
recibían financiamiento, mientras que 35% de los consultados respondieron negativamente.
Sobre la consulta sobre si el financiamiento se otorgaba en el tiempo programado, en 51% de
los casos fue afirmativo. En los casos en los cuales no llega el financiamiento oportunamente
se ubica en 43%. En otras palabras, de acuerdo con la información aportada por los voceros
consultados, sólo 29,43% de los consejos comunales que hacen solicitud de fondos públicos
para la realización de proyectos comunitarios lo reciben a tiempo.
Al consultárseles sobre la contraloría, 78% de los voceros consultados afirmaron que ejercen
contraloría comunitaria a los proyectos ejecutados. 15% manifestaron no realizar contraloría
comunitaria de los proyectos ejecutados por los consejos comunales. Los entrevistados
señalaron que las causas por las cuales no se realizaba contraloría comunitaria a los proyectos
de debía a que no había proyectos en ejecución/ estaban empezando, 42%; la falta de
organización fue el causal para 5%; por falta de participación comunitaria 6%; no sabían cómo
hacerlo un 3%; falta rendición de relación de gastos 4%; y por falta de comisión de contraloría
3%. Se señalaron otras causas varias: 23%, y no se obtuvieron respuesta en 13% de los casos.
Si bien es cierto que existe una alta proporción en el ejercicio de la acción de contraloría de los
gastos en proyectos comunitarios realizados por mediación o con intervención de los consejos
comunales, no deja de llamar la atención que en una pequeña parte de estas formas
organizativas no se realice control de los fondos asignados para la ejecución de proyectos para
sus respectivas comunidades.
Los consejos comunales, al manejar fondos públicos, generan responsabilidad civil, penal y
administrativa, por lo que, sin tener el estatuto de funcionario público, los miembros del
órgano financiero adquieren las responsabilidades propias de un Funcionario Público. 20
Los miembros de las comunidades perciben que la corrupción en los consejos comunales es
tremendamente alta. Ante el enunciado: “En la administración de los Consejos Comunales no
existe corrupción”, las respuestas mayoritarias fueron “totalmente en desacuerdo” 39% y
“parcialmente en desacuerdo” 22%, lo que sumaría un 61%. Al formular el planteamiento “Hay
mucho descontrol del dinero que va a los consejos comunales” las opciones “totalmente de
acuerdo” y “parcialmente de acuerdo” obtuvieron 45% y 18% respectivamente.21
Según la ley que rige los consejos comunales, éstos pueden establecer áreas y comités de
trabajos de acuerdo con las particularidades y problemas más relevantes de la comunidad,
pudiendo establecer tantas comisiones de trabajo como lo requiera la asamblea de
ciudadanos.22
La necesidad de hacer cada vez más digno el espacio social que se ocupa habitacionalmente,
procurando elevar la calidad de vida, implica para los habitantes de las comunidades una
motivación para el diagnóstico social, elaboración de propuestas y proyectos y realizar las
gestiones ante los organismos gubernamentales correspondientes, esto de alguna manera
explica el éxito que han tenido los consejos comunales.23
En la consulta que se hizo a varios consejos comunales en la cual se les preguntaba ¿cuáles
proyectos ha puesto en marcha este consejo comunal en esta comunidad?, se señalaba lo
siguiente: “Casi de manera absoluta señalaron proyectos de infraestructura pública, urbanismo
y servicios. Para viviendas 23%, si le sumamos lo del programa Sustitución de Vivienda (SUVI),
un 10%, llega a 33%, una diferencia bien marcada con respecto al resto de los demás
proyectos. Red de agua potable y servidas 21%; vialidad 15%; electrificación 14%; obras
relacionadas con el deporte 13%; construcción sede de CC 12%; obras para escuelas 12%;
aceras, caminerías, escaleras 10%; plazas, parques 4% (…) En las ejecutorías de los proyecto
muestra que las comunidades están utilizando los consejos comunales para resolver
problemas de infraestructura, en especial la infraestructura habitacional y servicios
concomitantes. En estas realizaciones los consejos comunales van obteniendo logros que
potencian su motivación para seguir participando colectivamente”.24
Otras acciones realizadas a través de los consejos comunales son reuniones de trabajo con
diferentes entes gubernamentales para plantear problemas en búsqueda de soluciones a los
mismos con una temática amplia que abarca temas de: “inseguridad, la escasez de electricidad
y las deficiencias en la vialidad; problemas en el suministro de agua; sustitución de techado;
costo transporte; canalización aguas servidas; recolección de desechos sólidos; salud; vivienda;
transporte; construcción de infraestructura de servicios”.25
En términos generales los consejos comunales mantienen buenas relaciones con las
instituciones del Estado, según lo señalado por 74% de entrevistados. En los casos en que
indicaron que es mala, ésta se debe a procedimientos lentos, ausencias de respuestas , o no
atienden las demandas de los consejos comunales en 52% de los casos.26
Se encontró que existe una buena relación entre comunidad y consejo comunal en 71% de los
casos, Se observó un patrón, aunque bajo, en cuanto a la no relación de los consejos
comunales de las comunidades desde la que nacen (2%), 27 esto pudiera estar señalando la
constitución de consejos comunales como franquicias personales para captación de renta,
dejando las necesidades de los pobladores al margen, pero utilizándolos para su propio
beneficio.
En una gran mayoría los consejos comunales se han conformado por iniciativa de la
comunidad o por motorización de algunos de los líderes de estas, 85%.
Dado el desarrollo que han tenido los consejos comunales y su dependencia de presupuestos
públicos canalizados a través del Ejecutivo nacional, gobernaciones y alcaldías, están
tremendamente expuestos a chantajes y manipulaciones de quienes manejan los recursos
económicos. En declaraciones del actual gobernador del estado Guárico, Willian Lara 28,
señalaba que “los consejos comunales, cuya trayectoria, como manifestación auténtica del
Poder Popular, se ha topado en algunos sitios con grupos de poder político y económico que le
han impuesto alcabalas, peajes, sometiéndolos a presiones lesivas a su autonomía,
independencia y soberanía, por ejemplo con la práctica […] de exigirles incondicionalidad
política como precio del derecho a recibir financiamiento de sus proyectos. La más brutal
expresión del secuestro de los consejos comunales, del sometimiento de su soberanía por el
chantaje de los burócratas que administran el presupuesto público”.
El luchador social Santiago Arconada30 señalaba que muchos consejos comunales los están
convirtiendo en apéndices del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y que esto
constituye la mejor formar de aniquilar esta experiencia organizativa.
Algunas conclusiones
Los consejos comunales son la organización social más extendida y numerosa actualmente y
quizá en todo la historia de la organización para la participación social del país.
Es a través de los consejos comunales que muchos sectores populares están concretando
formas de realizar una mayor habitabilidad del espacio social que se ocupa para vivienda.
Las formas de organización y toma de decisiones pudieran estar siendo una escuela de
ciudadanía en la que los habitantes de una comunidad se entrenan para el ejercicio de un
modo no tan conocido y menos practicado de la democracia.
Por su extensión y su vinculación con los fondos públicos, además de ser el Estado el principal
impulsor de estas formas de organización social, están fuertemente sometidos a
manipulaciones, chantajes, prácticas, clientelares, centralización y cooptación de diversas
fuerzas políticas, lo que conllevaría, por un lado, a asfixiar esta interesante experiencia
organizativa social en Venezuela y, por otra, impedir la construcción real y efectiva de un
poder popular.