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La Participación Ciudadana 2

La participación ciudadana es el involucramiento activo de los ciudadanos en la toma de decisiones públicas, reconocido legalmente en varios países, incluyendo mecanismos como acceso a información, consultas y consejos de la sociedad civil. En Venezuela, este derecho está consagrado en la Constitución, promoviendo una democracia participativa y protagónica a través de diversos mecanismos de participación. La participación ciudadana se considera esencial para fortalecer la gobernabilidad, mejorar la gestión pública y fomentar una sociedad más activa y responsable.

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La Participación Ciudadana 2

La participación ciudadana es el involucramiento activo de los ciudadanos en la toma de decisiones públicas, reconocido legalmente en varios países, incluyendo mecanismos como acceso a información, consultas y consejos de la sociedad civil. En Venezuela, este derecho está consagrado en la Constitución, promoviendo una democracia participativa y protagónica a través de diversos mecanismos de participación. La participación ciudadana se considera esencial para fortalecer la gobernabilidad, mejorar la gestión pública y fomentar una sociedad más activa y responsable.

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LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA

Se entiende por participación ciudadana, el involucramiento activo de los ciudadanos y las


ciudadanas en aquellos procesos de toma de decisiones públicas que tienen repercusión en sus
vidas. Esto recibió reconocimiento legal en nuestro país con la entrada en vigencia de la Ley
sobre Asociaciones y Participación Ciudadana en la Gestión Pública, que incorporó en nuestra
legislación la afirmación de que “el Estado reconoce a las personas el derecho de participar en
sus políticas, planes, programas y acciones”. Lo anterior se materializa a través de los
mecanismos de participación establecidos por cada órgano de la Administración del Estado, y
primordialmente en virtud de los siguientes 4 mecanismos expresamente señalados por la ley:

Acceso a la información relevante,

Consultas ciudadanas,

Cuentas públicas participativas; y

Consejos de la sociedad civil.

La participación ciudadana es una pieza fundamental del sistema democrático que promueve
la construcción de una sociedad activa que ayudará a impulsar cualquier aspecto de la vida
social, económica, cultural o política. Esta sociedad, mediante su implicación en los asuntos
públicos, enriquece la acción del Gobierno y la dota de eficacia, pero, al mismo tiempo, este
derecho ciudadano ayuda a generar un equipo de gobierno más exigente y de más calidad.

El proceso participativo es un diálogo constructivo y argumentado entre la ciudadanía y las


instituciones, en qué tenemos la oportunidad de llevar a término un seguimiento del trabajo y
la acción de nuestros gobernantes y de los asuntos públicos, y la posibilidad de colaborar en la
construcción de una sociedad mejor. Con los procesos participativos las decisiones ganan
legitimidad, representan un proyecto público y generan conocimiento y respeto entre la
Administración y la ciudadanía.

La Administración de la CAIB quiere favorecer los mecanismos de participación y de cultura


democrática mediante las nuevas tecnologías, entre otras vías, mediante mecanismos de
democracia directa debidamente estructurados u otros procesos o instrumentos
participativos.

Estos mecanismos de participación mediante las nuevas tecnologías pretenden ser una
herramienta eficaz y accesible de participación ciudadana como canal de información en dos
direcciones, en tanto en cuánto permita, por una parte, a la ciudadanía conocer en todo
momento las iniciativas, proyectos y políticas que se llevan a cabo en el ámbito de la
comunidad autónoma de las Islas Baleares y opinar sobre ellas y, de otra, proporcione al
Gobierno una valiosa información sobre sus inquietudes, necesidades e intereses.
LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN VENEZUELA

La participación ciudadana en Venezuela es un derecho que se encuentra consagrado en el


Carta Magna, en sus distintas acepciones ya sea como principio, derecho, deber, espacio o
instancia de participación y como proceso sociopolítico; en el desarrollo del articulado
constitucional se tiene que la participación es una característica propia del sistema de gobierno
venezolano, en la actualidad se han creado organismos de participación entre ellos los
Consejos Comunales, los cuales cuentan con una serie de deberes que los podrían convertir en
órganos públicos al depender de la presidencia de la Republica y tener al mismo tiempo una
serie de obligaciones con responsabilidad civil, penal y administrativa.

Introducción

En el debate contemporáneo, sobre todo, en la materia de las ciencias políticas y su relación


con el derecho administrativo público destaca el vínculo entre gobernabilidad y democracia,
cuyo principio radica en la soberanía popular y en sus manifestaciones concretas, como son las
elecciones periódicas y la participación ciudadana. Esta premisa parte de considerar que en un
sistema democrático avanzado, los mecanismos para desarrollar estos principios pueden
encontrarse en las fuentes del federalismo, la separación de poderes, el sistema de partidos, la
correlación entra mayorías y minorías las elecciones periódicas, las posibilidades de la
alternancia y las múltiples formas de participación ciudadana que hacen que la democracia sea
el espacio institucional idóneo para dirimir pacíficamente la confrontación de programas y
proyectos políticos. La presente investigación es el resultado de una revisión documental
bibliográfica y tiene por objetivo el conocimiento y estudio de las disposiciones
constitucionales que sirven de marco para el desarrollo, fortalecimiento y conocimiento de la
Participación Ciudadana, entendida como herramienta necesaria para lograr afianzar el
sistema democrático por medio de las relaciones entre el gobierno y la sociedad organizada

2. Del término participación

Acerca de la participación ciudadana muchos han sido los académicos y representantes de los
distintos factores que hacen vida en el ámbito público que se han dedicado a investigar este
proceso, al mismo tiempo que han propuesto y promovido diferentes acciones encaminadas a
fortalecer este derecho ciudadano que está íntimamente ligado al desarrollo de la
democratización en el mundo; tratando en todo caso de redefinir su contenido frente a la crisis
planteada de la democracia representativa, política partidista y estatal, la ineficiencia
gubernamental en los diferentes aspectos de la gestión pública, el incremento y
profundización de los problemas sociales que no han solucionado. Etimológicamente la
palabra participación proviene del latín "partem capere" que se traduce en "tomar una parte"
o " tomar parte"; en sentido técnico la participación ciudadana es comprendida como un
proceso social, continuo y dinámico, por medio del cual los miembros de una comunidad a
través de mecanismos establecidos y organizaciones legítimas en las cuales se encuentren
representadas todos los miembros de la comunidad, pues resulta difícil dialogar con todos y
cada uno de los miembros, deciden, aportan y participan en la realización del bien común;
también puede traducirse en la actuación de los ciudadanos en las actividades públicas, todo
esto para hacer prevalecer tanto sus intereses sociales así como para defender y garantizar los
derechos colectivos o difusos, a través de mecanismos (estructuras y procesos) idóneas por
medio de los cuales el ciudadano es tomado en cuenta en la toma de decisiones por parte de
la administración pública en materias que de manera directa le afectan , abarcando incluso
etapas anteriores y posteriores a la toma de decisiones en sí, como podrían ser la consulta,
resolución, votación y ejecución de esas decisiones.

La participación ciudadana puede también ser considerada como forma estratégica usada para
activar o reactivar las relaciones entre el gobierno y la sociedad, en aras de afianzar el sistema
democrático como forma de gobierno, pues la misma ofrece elementos eficientes y eficaces
para democratizar y mejorar la sociedad, dando así, igualmente, legitimidad al sistema
democrático; para que los resultados de la participación ciudadana sean abarcar áreas
relacionadas a la formulación, ejecución y control de la gestión pública.

Según Moreno (2004) la participación implica un proceso mutuo de transformación en la


medida en que la persona al mismo tiempo que trasforma, se ve transformada por la realidad
o hecho en el que participa, por su parte en el ámbito de la comunidad la participación
también implica y abarca espacios y estructuras que van desde los espacios de encuentro
informales hasta los plenamente constituidos y legalizados.(2004, p.125)

Como herramienta fortalecedora del régimen democrático la participación ciudadana


contribuye con el desarrollo de un clima general de solidaridad, responsabilidad y trabajo
afianzando de igual forma valores de conciencia ciudadana, de allí que cuando el Estado
estimula y crea espacios de participación activa, conciente, libre, representativa, igualitaria,
responsable y eficaz, donde se democratizan las tomas de decisiones, al mismo tiempo se
desarrollen instituciones con sentido social y de bien común que responden a las necesidades
de la población.

La organización de la Naciones Unidas, según Desarrollo Humano considera la participación


ciudadana como un componente y un elevador de la calidad de vida, como una opción, un
modo de vida, un elemento civilizador y lo que teje la certidumbre social. Por tanto la
participación permite la integración coordinada de un grupo de individuos con el fin de
estimular y establecer acciones que promueven su propio desarrollo.

Sin embargo, es de hacer notar que la participación va mas allá de un enfoque puramente
instrumental que la identifica con un medio para alcanzar objetivos limitados de donde se
desprende proponiendo el desarrollo de la capacidad del pueblo a autogobernarse, así pues, la
participación ciudadana ha de expresarse como una acción capaz de crear conciencia y
socializar a quienes forman parte de ella, mediante la identificación del sujeto como actor
importante para la satisfacción de las necesidades colectivas, tanto de las regiones, municipios
o comunidades, auspiciando interrelación directa de la población en los procesos decisorios de
las organizaciones que afectan sus vidas, de manera que no se confía lo político únicamente al
estado, sino que se extiende a otros sectores; igualmente, la participación sirve como un
mecanismo para expresar por medio de actuaciones que se dediquen y se llevan a cabo
socialmente, cuyo fin es hacer uso de manera eficiente y eficaz de los recursos, incluyendo la
potencialidad que tiene cada individuo, grupo o comunidad para resolver sus problemas.

En este contexto de ideas es fundamental que aquellos que pretendan ejercer su derecho a la
participación, ya sea que actúen de manera individual o través de grupos sociales organizados
para tal fin, cuenten con información actualizada y pertinente sobre lo que acontece e el país,
comunidad y su entorno, para así poder decidir, controlar y regular las actividades que se han
de planificar y realizar, de igual forma mantener control de los recursos públicos, de los
programas sociales, ya que no se debe permitir que otros decidan, sino que todos formen
parte de manera activa y responsable, no simplemente votando, sino contribuyendo e
involucrándose en el bienestar general de la sociedad, sin que la mediación de los partidos
políticos o instituciones del Estado sea determinantes en la satisfacción de las necesidades de
su entorno.

Es por ello, que la participación se debe entender como un hecho político que va mas allá del
solo acto administrativo de involucrarse o no en las elecciones, de pertenecer a cierto grupo
político partidista, o la simple transferencia de bienes o recursos que suponía las relaciones de
poder entre Estado y Sociedad, de modo que la sociedad sea capaz de construir socialmente
proyectos desde su entorno que contribuyen con el desarrollo del mismo.

Dentro de la participación ciudadana encontramos diferentes tipos:

• Participación política: proceso social que tiende a la democratización del poder y de la toma
de decisiones.

• Participación social: proceso social que tiende a integrar al individuo a la sociedad

• Participación económica: proceso social que tiende a integrar al individuo a la generación de


riqueza.

3. La participación ciudadana en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


(principios y mecanismos)

3.1 Principio de la participación

La participación ciudadana en Venezuela es un elemento que se encuentra consagrado en la


Carta Magna, en distintas acepciones ya sea como principio, derecho, deber, espacio o
instancia y como proceso sociopolítico; es así, como incluso en el preámbulo de la misma se
observa, …con el fin supremo de refundar la República para establecer una sociedad
democrática, participativa, y protagónica…, con lo cual se cambia la tradicional concepción del
Estado Venezolano que como lo señalaba la Constitución de 1961 declaraba un sistema de
democracia representativa.

Ya en el desarrollo del articulado constitucional se tiene que la participación es una


característica propia del sistema de gobierno venezolano, es así como en el artículo 5 se
establece que …el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades
políticas que le componen es y será democrático, participativo, electivo, descentralizado,
alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables. Al mismo tiempo en la selección
de los derechos políticos por un lado señala en el artículo 62 que todos los ciudadanos tienen
derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus
representantes electos; y por el otro lado establece los medios de participación y
protagonismo del pueblo en el ejercicio de la soberanía, entre los cuales se tienen las
elecciones de cargos públicos, el referéndum, la consulta popular, la revocatoria del mandato,
las iniciativas legislativas, constitucionales y constituyente, el cabildo abierto y la asamblea de
ciudadanos, cuyas decisiones se consideran vinculantes; en el ámbito social y económico se
consideran medios de participación, las cooperativas en todas sus formas incluyendo las de
carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás formas asociativas
guiadas por los valores de la mutua cooperación y solidaridad (artículo 70 constitucional).

En su concepción de participación como deber la Constitución en el artículo 132 expresa que


toda persona tiene el deber de cumplir con sus responsabilidades sociales y participar de
manera solidaria en la vida política y comunitaria.

La participación ciudadana a través de la Constitución se pretende repartir en los distintos


niveles del Poder Público, a nivel municipal se establece que el gobierno local debe de acuerdo
a sus competencia incorporar la participación ciudadana al proceso de definición y ejecución
de la gestión pública y al control y evaluación de sus resultados, en forma efectiva, suficiente y
oportuna (artículo 168); lo cual se afianza en el desarrollo de la participación y el
mejoramiento en general de las condiciones de vida de la comunidad.

En los niveles de gobiernos descentralizados y autónomos se crean los Consejos Estadales de


Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, donde deberían de tener amplia
participación las comunidades organizadas, así como también los Consejos Locales de
Planificación Pública, considerados como órganos encargados de la planificación integral del
gobierno local, sujetos a lo dispuesto en el artículo 55 del Decreto con Fuerza de Ley Orgánica
de Planificación; tienen el propósito de lograr la integración de las comunidades y grupos
vecinales mediante la participación y el protagonismo dentro de una política general de
Estado, descentralización y de desconcentración de competencias y de recursos, procurando
en todo caso promover y orientar una tipología de municipio atendiendo a las condiciones de
la población, nivel de progreso económico, capacidad para generar ingresos fiscales propios,
situación geográfica, elementos históricos, culturales y otros factores relevantes, todo esto con
la ayuda y participación de la comunidad organizada.

En este sentido se observa como de manera conjunta los Estado y municipios, están obligados
a crear, gestionar y promover mecanismos abiertos y flexibles capaces de lograr que las
comunidades organizadas formen parte de la gestión de servicios, formulación de políticas,
participen en el desarrollo de los procesos económicos, en materia laboral en la empresas
públicas organizaciones cooperativas y comerciales.

A nivel nacional la Constitución crea el Consejo Federal de Gobierno, como órgano encargado
de la planificación y coordinación de políticas y acciones para el desarrollo del proceso de
descentralización, formando parte del cuerpo, una representación de la sociedad organizada.

La participación ciudadana también por medio de la Constitución Nacional pasa a tener la


posibilidad de intervenir en los distinto órganos del Poder Público Nacional, por ejemplo, con
respecto al Poder Legislativo se permite a los electores la posibilidad de ejercer la iniciativa
legislativa constitucional y constituyente, y del mismo modo solicitar los diferentes tipos de
referendos; en relación al Poder Judicial, se abre la posibilidad de que los ciudadanos
participen de acuerdo a los procedimientos de selección y asignación de los jueces; en cuanto
al Poder Moral, se observa como por medio de la Defensoría del Pueblo, los ciudadanos
pueden exigir el cumplimiento de derechos y garantías establecidos en la Constitución; y por
ultimo, en el poder Electoral, se establece, que los ciudadanos tienen el derecho y la obligación
de prestar servicio en funciones electorales de acuerdo a la ley que rige la materia; logrando
de esta manera considerar la participación como principio rector del sistema democrático,
como derecho y como deber.

3.2 La participación como principio

La participación como principio se enmarca dentro del contenido del Artículo 6 en el cual se
define al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la
componen como democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo,
responsable, pluralista y de mandatos revocables.

Dentro del articulado de la Constitución se observa que la participación ciudadana se consagra


en los términos siguientes:

Como medio para garantizar el derecho a la salud, al establecer el Artículo 84 que el Estado
debe crear y ejercer la rectoría y gestión del sistema público nacional de salud, con las
siguientes características: intersectorial, descentralizado y participativo. En sentido similar,
sostiene que el derecho a la seguridad social, el Estado tiene la obligación de asegurar la
efectividad de este derecho, creando un sistema de seguridad social universal, integral, de
financiamiento solidario, unitario, eficiente y participativo, de contribuciones directas o
indirectas.

En el campo de la educación se señala que es un derecho humano al mismo tiempo que un


servicio público y está fundamentada en el respecto a todas las corrientes del pensamiento,
con la finalidad de desarrollar el potencial creativo de cada ser humano y el pleno ejercicio de
su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo y en la
participación activa, consistente y solidaria en los procesos de transformación social.

En lo que concierne al derecho a la asociación de los trabajadores así como de la comunidad,


se reconoce el derecho a desarrollar asociaciones de carácter social y participativo, como las
cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas (Artículo 118
Constitucional). En términos de desarrollo sustentable se señala que para la creación,
aplicación y desarrollo de una política de ordenación del territorio que debe atender a las
realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales, económicas, políticas, los
entes de gobierno deben incluir la información, consulta y participación ciudadana (Artículo
128).

Dentro del ámbito orgánico e institucional del Estado se establece como principio rector de la
Administración Pública el hecho de que la misma debe estar al servicio de los ciudadanos y
ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad y participación, entre otros
(artículo 141).

La Constitución Nacional en el campo de la participación ciudadana señala que también le


competen a la iniciativa vecinal o comunitaria referida a la creación de parroquias conforme a
las condiciones que determine la ley, con el objeto de proveer a la desconcentración de la
administración del municipio, la participación ciudadana, y la mejor prestación de los servicios
públicos.

En torno al régimen socioeconómico de la República Bolivariana de Venezuela, el Estado


conjuntamente con la iniciativa privada debe promover el desarrollo armónico de la economía
nacional garantizando la seguridad jurídica, solidez, dinamismo, sustentabilidad, permanencia
y equidad del crecimiento de la economía, para lograr una justa distribución de la riqueza
mediante una planificación estratégica democrática participativa y de consulta abierta.
(Artículo 299).

4. Mecanismos de participación en el marco de la Constitución Nacional

4.1 Reconocimiento de la participación como Derecho

En el desarrollo del artículo 62 se le reconoce a todos los ciudadanos y ciudadanas el derecho


de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus
representantes elegidos, el derecho al sufragio, el cual se ejerce mediante votaciones libres,
universales, directas y secretas (Artículo 63), el derecho a que los representantes rindan
cuentas públicas, transparentes y periódicas sobre su gestión, de acuerdo con el programa
presentado, el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de
organización, funcionamiento y dirección así como el derecho a concurrir a los procesos
electorales postulando candidatos (Artículo 67).

4.2 Responsabilidades del Estado en las que se plantea la corresponsabilidad ciudadana,


participación como deber

El deber en sentido general se entiende como "aquello a que se está obligado", en estos
términos el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece
que toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de
seguridad ciudadana, al mismo tiempo que se señala el deber de participación de los
ciudadanos y en los programas destinados a la prevención, seguridad y administración de
emergencias a través de medios que se complementen en una ley especial; en el sentido de
deber ciudadano y en torno a la participación política, el artículo 62 establece que los
ciudadanos tienen por un lado el derecho de participar libremente en los asuntos públicos,
directamente por medio de sus representantes elegidos y por otra el deber de facilitar la
generación de las condiciones más favorables la práctica de la participación.

En torno a la población joven que generalmente es considerada como una parte de la


población ajena al mundo político, por medio de la Constitución Nacional se les ofrece la
posibilidad de ser actores activos en la toma de decisiones por medio de la consagración del
derecho y el deber de ser sujetos activos del proceso de desarrollo del país, al mismo tiempo
que se establece la responsabilidad conjunta ente el Estado, la participación solidaria de las
familias y la sociedad, para la creación de oportunidades para estimular su tránsito productivo
hacia la vida adulta y, en particular, para la capacidad y el acceso al primer empleo; en relación
con la tercera edad se señala que los mismos deben formar parte de manera conjunta también
para hacer respetar la dignidad humana, su autonomía y garantizar la atención integral y los
beneficios de la seguridad social que lleven y aseguren la calidad de vida de los ancianos
(artículos 79,80).

En aras de fomentar la participación ciudadana en el desarrollo de la Constitución se permite a


la comunidad organizada el derecho y el deber de participar en la toma de decisiones sobre la
planificación, ejecución y control de la política en las instituciones y políticas públicas de
sectores como la salud, la educación y la protección ambiental entre otras.

En el artículo 127 se señala que el Estado conjuntamente con la activa participación de la


sociedad deben brindar protección del ambiente, la diversidad biológica, los recursos
genéticos, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás
áreas de especial importancia ecológica; en procura de garantizar que la población se
desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las
costas, el clima, la capa de ozono y las especies vivas, sean especialmente protegidos de
conformidad con la ley.

En sentido general, se señala, que toda persona tiene el deber de cumplir sus
responsabilidades sociales y participar solidariamente en la vida política civil y comunitaria del
país, promoviendo y defendiendo los derechos humanos como fundamento de la convivencia
democrática y de la paz social (Artículo 132), en torno a la vigencia de la Constitución, se
establece que la misma no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o
porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella, motivo por el cual
se sostiene que todo ciudadano investido o no de autoridad, tiene el deber de colaborar en el
restablecimiento de su efectiva vigencia (Artículo 333).

4.3 Cualificación de la participación

La participación ciudadana dentro del marco de la Constitución nacional tiene múltiples


canales de actuación, entre ellos los siguientes:

• Formación, ejecución y control de la gestión pública, entendido esto como el medio para
lograr el protagonismo que garantiza su completo desarrollo, tanto individual como colectivo.

• En el sector salud, en la toma de decisiones sobre la planificación, ejecución y control de la


política específica en las instituciones públicas de salud.

• A nivel de pueblos indígenas participar en la economía nacional y a definir sus prioridades,


así como en la elaboración, ejecución y gestión de programas específicos de capacitación,
servicios de asistencia técnica y financiera que fortalezcan sus actividades económicas en el
marco del desarrollo local sustentable.

• A nivel municipal la participación ciudadana se expresa en la incorporación en procesos de


definición y ejecución de la gestión pública, al control y evaluación de resultados, en forma
efectiva, suficiente y oportuna.

• Por medio de la Constitución se abre la posibilidad de crear mecanismos para que estados y
municipios descentralicen y transfieran a las comunidades y grupos vecinales organizados los
servicios que éstos gestionen previa demostración de su capacidad para prestarlos,
promoviendo:

a. La transferencia de servicios en materia de salud, educación, vivienda, deporte, cultura,


programas sociales, ambiente, mantenimiento de áreas industriales, mantenimiento y
conservación de áreas urbanas, prevención y protección vecinal, construcción de obras y
prestación de servicios públicos.

b. La participación de las comunidades y de ciudadanos, a través de las asociaciones vecinales


y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de propuestas de inversión ante las
autoridades estadales y municipales encargadas de la elaboración de los respectivos planes de
inversión, así como en la ejecución, evaluación y control de obras, programas sociales y
servicios públicos en jurisdicción.

c. La participación en los procesos económicos estimulando las expresiones de la economía


social, tales como cooperativas, cajas de ahorro, mutuales y otras formas asociativas.

d. La participación de los trabajadores y comunidades en la gestión de las empresas públicas


mediante mecanismos autogestionarios y cogestionarios.

e. La creación de nuevos sujetos de descentralización a nivel de las parroquias, las


comunidades, lo barrios y las vecindades a los fines de garantizar el principio de la
corresponsabilidad en la gestión pública de los gobiernos locales y estadales y desarrollar los
procesos autogestionarios y cogestionarios en la administración y control de los servicios
públicos estadales y municipales.

f. La participación de las comunidades en actividades de acercamiento a los establecimientos


penales y de vinculación de éstos con la población.

• En el sistema de justicia la participación ciudadana se puede traducir en los procedimientos


de selección y designación de los jueces.

• En torno al Consejo Moral Republicano la participación ciudadana se expresa en el Comité de


Evaluaciones de Postulaciones del Poder Ciudadano, por medio de los representantes de
diversos sectores de la sociedad, así como también en el Comité de Postulaciones Electores de
candidatos a integrantes del Consejo Nacional Electoral.

Ahora bien, de lo anterior sólo se observan los mecanismos para cumplir con este precepto
constitucional no ha sido los mas efectivos, dentro de estos podrían señalarse los Consejos
Comunales con respecto a los cuales se debe acotar la imposibilidad de definir con exactitud su
naturaleza jurídica y el hecho de que puedan ser vistos como un elemento político
dependiente del gobierno central que difiere de los mecanismos propios de participación
ciudadana al no contar con los elementos esenciales que debe tener un grupo social de
participación, a saber la representatividad de toda la comunidad y la libertad de acción y
pensamiento.

Sin embargo, es de hacer notar que mientras los mecanismos de selección de dichos miembros
de la sociedad no sean lo suficientemente transparentes, la participación ciudadana no
alcanzará los objetivos reales establecidos en la Constitución, pues lo que se logra no es la real
representación de los ciudadanos en la toma decisiones sino la ratificación de decisiones ya
tomadas por los sectores políticos del gobierno de turno.

5. Factores que inciden en la Participación

En relación a este punto es de vital importancia considerar en principio los factores descritos a
continuación, no pueden considerarse como los únicos ya que existen múltiples elementos que
hacen difícil la participación, todo esto en principio por las diferencias naturales existentes en
cada una de las regiones y espacios donde se desarrollan los individuos; aclarado este punto,
tenemos entre los factores que inciden en la participación los siguientes:

a. El conocimiento efectivo por parte de los vecinos de los objetivos, metas y visiones de la
organización que funge como medio de participación, así como el prestigio y confianza que
brindan los dirigentes de la misma, sólo de esta manera puede generarse interés en participar,
puesto en su conjunto ambos aspectos permiten entender que se trabaja para la comunidad y
que existe representación por parte de sus líderes.

b. Por otra parte es fundamental el conocimiento critico que se tenga sobre la historia de la
comunidad, lo que se traduce en el conocimiento de factores que tuvieron y tienen influencia
sobre la vida de la comunidad, sus intentos por resolver los problemas, los modos de
organización, ya que tal situación permite tomar conciencia de las causas que lo llevaron a
enfrentar las cosas de una u otra manera tal como lo establece Ramírez. (2006, p. 54)

En todo caso es necesario observar que la participación ciudadana y comunitaria requiere de


una estructura que la haga posible y que la canalice, estructura que es y debe ser distinta y
adaptada a cada espacio o región, así como a los intereses y necesidades de cada grupo, pues
no se debe olvidar que la participación se hace interesante cuando se siente que por medio de
ella efectivamente se pueden resolver los problemas del entorno, todo esto enmarcado dentro
de un sentido de pertenencia y compromiso que se traduce en objetivos y fines claros y que
constituyen la razón de ser de dicha organización, que además debe contar a su vez con roles
de funciones definidos y diferenciados.

6. Participación por medio de los Consejos Comunales

La figura de los consejos comunales en Venezuela se inspira en los consejos populares creados
en Cuba con rango constitucional, a diferencia de Venezuela, estos órganos de participación
solo tienen facultades de fiscalización y control de la gestión pública, por su parte en
Venezuela se adicionan competencias de orden financiero, todo esto con una peculiaridad
importante representada por la dependencia de la Presidencia de la República.

La creación de estas figuras de participación con rango legal, crean una red comunitaria de
órganos desvinculados de las parroquias, los municipios que dependen de la Presidencia de la
República, que además cuenta con recursos públicos, producto entre otras circunstancias de
las modificaciones de la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización y la Ley
de Asignaciones Económicas Especiales, en las cuales se restan recursos que antes pertenecían
a los Estado y Municipios para aumentar así los fondos destinados a los Consejos Comunales.
En resumen, estos órganos de participación realizan y promueven la realización de actividades
de interés general, son administradores de dineros públicos, así están obligados a llevar
registros de la administración de los fondos y sus soportes, sus miembros tienen la obligación
de presentar declaración jurada de su patrimonio ante la Comisión Presidencia del Poder
Popular, al mismo tiempo que en relación a sus actuaciones tiene responsabilidad civil, penal,
administrativa, de igual forma, también corresponde a los consejos ejercer directamente la
gestión de políticas públicas y recibir transferencias de servicios públicos.

7. Consideraciones finales

Del estudio realizado se desprende que existe un marco legal sólido, representado en primer
término por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y en segundo término,
por las distintas normas relacionadas.

De allí que se busque hacer efectiva dicha participación mediante mecanismos que permitan
darle consistencia y factibilidad, con el propósito de cumplir los objetivos previstos en los
programas y proyectos desarrollados y en consecuencia, disminuir la corrupción y generar
confianza, credibilidad, compromiso e identidad en la ciudadanía respecto a las instituciones
públicas, lo cual redundaría en un clima favorable de gobernabilidad.

En tal sentido, se presenta a continuación algunas estrategias que pueden ser útiles para el
logro del fin propuesto:

a. Educación para la participación (a nivel de educación formal e informal)

b. Información acerca de los mecanismos de la participación (periódicos, radio, televisión,


folletos, entre otros)

c. Incentivos y estímulos para la participación

d. Promoción de la participación a través de las construcciones de redes comunitarias

e. Implantación de los instrumentos legales para la participación

f. Crear conciencia en los funcionarios sobre el rol y derechos del ciudadano en el control de la
gestión pública

g. Desarrollo de una cultura en los funcionarios públicos de entrega de cuentas a los


ciudadanos (cursos, talleres, foros, compromisos y otros mecanismos).

En este sentido, la participación de la sociedad civil a partir de la formulación de políticas,


programas de desarrollo, en la iniciativa, en la concertación y en la fiscalización crea una nueva
relación con el Estado, que se traduciría en un camino hacia la democratización, lo cual según
dice Claros …conduce a la sociedad a erigirse como un ente fiscalizador del Estado e
interventor de los espacios de decisión". (2000,p.87). De esta manera se podrá convocar a las
instituciones para que contribuyan en la organización, promoción y capacitación de la
participación, para que las comunidades intervengan en los escenarios que posibiliten
cooperar, concretar y vigilar la gestión de los bienes y recursos de Estado. Finalmente, se
espera que la participación permita la reducción de los niveles de corrupción en el sector
público, ya que sí un ciudadano participa en el proceso de toma de decisiones, en la ejecución
de políticas o en el control de las mismas, podría considerarse que será un individuo menos
propicio a corromper para obtener beneficios del Estado o dejarse sobornar por funcionarios
estatales. Así pues, al ser los candidatos beneficiarios de las actividades públicas, se generará
una conciencia por lo público como bien común que se incorpora al desarrollo de la calidad de
vida.

Por lo tanto, según lo expresa Claros "la participación implica comprometerse en un proceso
de organización y formación. Además de generar una cultura de reconocimiento de lo público
como elemento implícito en nuestra vida cotidiana" (2000, p.87).

Se observa, de igual manera que, en Venezuela esta ocurriendo un fenómeno de mal llamada
participación, puesto que se confunde una política de asistencia social, en el cual se esta
beneficiando a la población con distintas acciones del Estado, al mismo tiempo que se dejan si
efecto verdaderos mecanismos de participación enmarcados en la Constitución y en diferentes
leyes, entre ellos el Consejo Federal de Gobierno, en el ámbito nacional, la Coordinación de
Políticas Públicas a nivel estadal y los Consejos Locales de Planificación de Políticas Públicas, en
jurisdicción de los municipios.

Toda esta situación radica en que se esta creando un medio para que determinados grupos de
personas tomen parte en los gastos públicos, pero esto no implica que se pueda calificar de
participación ciudadana en políticas públicas ni gestión de servicios públicos, en estas
condiciones lo que se tiene es una relación directa entre los grupos comunales y el presidente,
quien en última instancia discute, aprueba y asigna recursos a los proyectos presentados por
estos grupos, atentando contra los principios y normas constitucionales que definen al Estado
venezolano, como un Estado Federal descentralizado, ya que en realidad lo que se trata de
organizar es un alto centralismo y afectación de las figuras regionales y la provincia, al ser lo
consejos comunales unos órganos que bien podrían catalogarse como dependientes de la
presidencia de la republica a los cuales se les otorga poderes y competencias que
corresponden a dichas instancias gubernamentales al mismo tiempo que se les otorga dineros
públicos.

8. Bibliografía

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republica.shtml#ixzz4Ddl4zEET

Importancia de la Participación Ciudadana

Para definir de forma correcta a la participación ciudadana, corresponde hacer referencia a la


totalidad de las iniciativas cuya meta es la promoción tanto del desarrollo de la comunidad
como de la democracia como estilo de vida. La importancia de la participación de la ciudadanía
en las decisiones queda puesta de manifiesto en la posibilidad de lograr, en cierto modo, el
acceso a las determinaciones del gobierno local sin integrar la estructura de partidos políticos
o del escalafón administrativo.

Sin embargo, la participación ciudadana excede estos límites, y probablemente encuentra en


las organizaciones no gubernamentales (ONG) a su recurso más acentuado. Las ONG permiten
abordar distintas cuestiones sociales, culturales, políticas, estratégicas o financieras mediante
la evaluación crítica o favorable de las acciones de los gobiernos. En este contexto, Internet en
general y las redes sociales en particular han dado lugar a un crecimiento formidable de la
participación de la ciudadanía en los más variados planos de la actividad social.
Estos datos se circunscriben en la evidente necesidad de la presencia del ciudadano común en
la toma de decisiones en los más versátiles aspectos de la realidad diaria. La participación
ciudadana surge así como un mecanismo que antagoniza a las burocracias que, en ocasiones,
pueden empañar las formas democráticas, en especial en los estados municipales o regionales.
De este modo, resulta posible la comunicación aceitada entre la ciudadanía en general, por un
lado, y las estructuras definidas de gobierno, por el otro.

Se advierte que las estrategias de participación ciudadana requieren de un plan para definir del
modo más apropiado los procesos que dan lugar a distintas etapas en la cuales se establece
quienes participan de la iniciativa y cuáles son los recursos más indicados para dar lugar a esa
planificación. Existen incluso modelos predefinidos, que se fundamentan en especial en las
normativas europeas de ONG.
Los recursos mediante los cuales se lleva la participación ciudadana a actos concretos
comprenden tanto los métodos para obtener datos (encuestas, formularios web) como los
elementos para entregar información a los destinatarios de la acción (medios impresos, como
afiches, boletines, publicaciones, revistas; medios no tangibles, como Internet; medios
audiovisuales, como los programas de radio y televisión). Sin dudas, la importancia de la
participación ciudadana la convierte en una de las herramientas insustituibles de las
sociedades democráticas, que permite diferenciar a los pueblos con libertad política de
aquellos en los cuales no se respetan en su totalidad los elementos de expresión.

... de Importancia: http://www.importancia.org/participacion-ciudadana.php

Leer más: http://www.monografias.com/trabajos91/participacion-ciudadana-marco-


constitucion-republica/participacion-ciudadana-marco-constitucion-
republica.shtml#ixzz4DdkNyfjJ

Venezuela.

En 1999, mediante una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) se promulga una nueva
Constitución Nacional que declara un modelo de democracia participativa y protagónica (al
menos en sus aspectos formales) y cuyo principal desafío consiste en extender la participación
democrática a todas las esferas de la sociedad, tales como: en el Estado, el trabajo, la familia,
la escuela, la universidad, en las iglesias, los partidos políticos, las organizaciones sociales y en
la economía (UBV, 2004: 47)

En cuanto a la democracia participativa, se destacan entre sus proposiciones para la


democratización de la sociedad en los distintos ámbitos que la constituyen (UBV, 2004: 47):

- La democratización del poder en la sociedad: en lo político, en lo social y en lo económico.

- El desarrollo de la conciencia individual y colectiva.

- La incorporación de la ciudadanía al debate sobre los temas de interés colectivo.


- El protagonismo de la participación popular en los procesos de toma de decisiones
correspondientes al ámbito de las políticas públicas.

- La creación de organizaciones sociales autónomas.

- La contraloría social de la gestión del Estado.

- La incorporación de la figura del referéndum y potenciar su realización para la toma de


decisiones en los diferentes niveles políticos.

- El respeto y promoción de la diversidad cultural;

- La creación de formas alternativas para la organización de la vida en sociedad.

- La promoción del pensamiento plural y la tolerancia a la diversidad de pensamiento

- Respeto a la condición humana y sus derechos integrales.

En el marco de este modelo formal de democracia participativa y protagónica, los venezolanos


se plantean retos relacionados con la gestión pública, así que es pertinente la incorporación
del ciudadano como sujeto partícipe en el diseño y ejecución de procesos de Innovación
Educativa del país, que faciliten la transformación de la educación en un proceso dinámico,
que fomente la iniciativa para la investigación y autoaprendizaje, haciendo uso de las
herramientas tecnológicas en combinación con la escuela tradicional, así cómo la formación
del ciudadano para la gestión del Desarrollo Sustentable, más aún, teniendo en cuenta que las
políticas públicas constituyen un puente entre el Estado y la sociedad (Salamanca, 1994: 228).

Revista Venezolana de Gerencia

versión impresa ISSN 1315-9984

Revista Venezolana de Gerencia v.11 n.35 Maracaibo sep. 2006

Repensando desde el plano normativo la participación ciudadana en la gestión pública*

Morales, Eduviges** Núñez, Ingrid*** Delfín, María Isabel****

** Dra. en Derecho. Profesora Titular de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la


Universidad del Zulia. Investigadora adscrita al Instituto de Estudios Políticos y Derecho Público
Dr. Humberto J. La Roche. E-mail: eduvigesm.gmail.com.

*** Mgs. en Ciencia Política. Abogada. Lic. en Ciencias Políticas. Investigadora del Instituto de
Estudios Políticos y Derecho Público Dr. Humberto J. La Roche LUZ. E-mail:
[email protected].

**** Mgs. en Gerencia Pública. Abogada. Profesora de la Cátedra Finanzas Públicas en la


Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA).
Resumen

Luego de la promulgación en 1999 de la Constitución en la República Bolivariana de Venezuela


quedó consagrado un nuevo paradigma de conceptualización, organización y funcionamiento
del Estado el cual consecuentemente determina un cambio en los mecanismos de gestión de
los asuntos públicos. El objetivo del presente trabajo es estudiar en el plano normativo la
participación ciudadana como mecanismo e instrumento que permite la integración de la
comunidad organizada en los procesos de gestión del sector público. La metodología utilizada
es de tipo documental puesto que se parte de la revisión de la doctrina nacional y extranjera y
de las normas constitucionales y legales derivadas de la carta Constitucional, para analizar la
relación Estado-Sociedad, a la luz de las interrelaciones generadas por el nuevo marco
impuesto por el ordenamiento jurídico positivo venezolano. Se concluye, que están presentes
los elementos normativos suficientes para fortalecer y retroalimentar la variable participativa
en el desempeño de los cometidos estatales, en todos sus niveles y en todas sus etapas, desde
el diseño hasta su ejecución hasta su control definitivo de la ejecución de las mismas, tomando
en cuenta la participación ciudadana en los presupuestos en el control de ejecución y en los
Consejos Nacionales, Estadales y Locales de Planificación.

Palabras clave: República Bolivariana de Venezuela, Legislación, Participación Ciudadana,


Gestión Pública.

1. Introducción

En el año de 1999 fue promulgada la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en


cuyo texto se introdujeron principios novedosos definitorios a la participación ciudadana en la
gestión pública, relativos a los modos, medios e instancias para su ejercicio, así como también
atinentes a las fases en las cuales dicha participación se hace efectiva como expresión del
carácter protagónico que el texto constitucional atribuye al ejercicio del derecho a la
participación en los asuntos públicos.

Dentro de las nuevas tendencias de gestión pública, los nuevos procesos de gestión en
Venezuela, intentan recobrar la importancia de la participación ciudadana en las distintas
etapas de diseño, formulación, ejecución y hasta su control, en implementación de las políticas
públicas. Este trabajo tiene como principal objetivo, estudiar la participación ciudadana como
mecanismo e instrumento que permite la integración entre el sector público y la comunidad
organizada local optimizando los procesos de gestión pública.

En este sentido, el Constituyente plasma una nueva tendencia que involucra


fundamentalmente al ciudadano como sujeto activo, con una serie de obligaciones y
responsabilidades dentro de una dinámica cónsona con los procesos de participación
ciudadana en aras del fortalecimiento del sistema político establecido en la Constitución la cual
se define como participativo, y en el cual el ejercicio de la ciudadanía cobra particular
importancia, puesto que la misma alcanza su real significado cuando el hombre se involucra en
acciones colectivas.

Quienes habitan un Estado, son sus miembros y por lo tanto están obligados, en virtud del
principio de soberanía popular a impulsar su funcionamiento a través de la práctica de sus
derechos y sus deberes puesto que “...no es lo mismo ser ciudadano que ser individuo, el
ciudadano trasciende al individuo, cuando comunica, es decir, cuando comienza a hacer
común a los demás una cosa que es de todos ” (Bracho, 2001).

La ciudadanía es un concepto político clave y polémico, mediante su ejercicio el ciudadano


vincula su actuación, en la vida pública, de manera que “Esta acción que involucra una
actividad entre hombres, es la condición humana de la pluralidad, debido a que todos somos
humanos y por tanto nadie es igual a cualquier otro, la vida activa es una expresión cargada de
una tradición de pensamiento político que significa formar parte en los asuntos público-
políticos” (Arendt, 1983: 26).

Como sujeto activo de la política, es miembro de la sociedad con capacidad para nombrar a sus
representantes y a sus gobernantes; pero también puede organizarse en defensa de sus
derechos, para ser escuchado por el gobierno y, en fin, para influir en los rumbos y direcciones
de la vida política en el sentido más amplio.

En la actualidad, la emergencia de la ciudadanía supone revertir las relaciones de autoridad


producto de las transformaciones que vive el Estado en la nueva concepción de las relaciones
Estado- Sociedad Civil. La tradicional concepción en donde se atribuían privilegios a los
gobernantes en desmedro de los gobernados, cambia de estilo y requiere una relación que
reivindica y desarrolla un conjunto de derechos y responsabilidades frente a los gobernantes.

En este orden de ideas la tesis, de las relaciones sociedad-Estado consiste en reconocer que la
sociedad no sólo es el problema o la fuente de problemas (a resolver por el Estado), sino que
es parte de la solución. La sinergia Estado-Sociedad es la llave para encontrar la solución a los
múltiples problemas de la vida en sociedad.

La metodología empleada es de tipo documental, se realiza una revisión bibliográfica que


involucra doctrina nacional y extranjera, y algunos dispositivos del ordenamiento jurídico
positivo venezolano, con el propósito de identificar el marco normativo del ejercicio de la
participación ciudadana en la gestión pública. A tales efectos el análisis se reflejará en la
elaboración de cuadros descriptivos de las normas contenidas en la legislación sujeta a
revisión, específicamente aquellas directamente conectadas con la instrumentación de la
participación ciudadana.

El trabajo se divide en dos secciones la primera de las cuales contiene los referentes teóricos
que sustentan la investigación y la segunda se contrae al análisis de las normas
constitucionales y del desarrollo legislativo de la misma, para lograr la identificación del
alcance de los cambios introducidos en el nuevo esquema constitucional, en el cual se
configura la participación ciudadana como elemento integrador del nuevo modelo de Estado y
como expresión directa del Ejercicio comprometido de la ciudadanía.

1. 2. La Participación Ciudadana y la Gestión Pública

Efectuando una revisión histórica tenemos que bajo la vigencia de la Constitución de 1961, fue
una necesidad de la colectividad, la ampliación de los mecanismos institucionales de
participación. De hecho, la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), en sus
estudios admitió que la Reforma del Estado no era posible si, al mismo tiempo no implicaba un
cambio en la presencia ciudadana y ese cambio, había que promoverlo creando las condiciones
jurídicas y políticas para que la acción comunitaria fuera posible; por lo que era de esperar que
las reformas legislativas que la COPRE propugnaba, respondieran a ese llamado de
participación (COPRE, 1988).

La noción de participación ciudadana era muy restringida, casi exclusivamente se concentraba


en la participación electoral (voto), entendiéndose al ciudadano, en relación al accionar estatal
como un usuario del mismo, a quien se minimizaba su intervención directa, salvo en algunas
Comisiones o Consejos de asesoría, quienes ocasionalmente planteaban propuestas
legislativas, y que en definitiva, se convirtieron en actores acostumbrados a ejercer
indirectamente su participación a través de sus representantes oficiales. Su presencia como
órganos contralores en la ejecución de obras o en la prestación de servicios públicos resultaba
exigua1.

Podemos afirmar que una premisa básica de los valores y actitudes democráticas es la
participación voluntaria de los miembros de una población. Ahora bien, como unidad de
análisis la participación se presentan de diversas formas, participación social, participación
comunitaria, participación política y la participación ciudadana.

A los efectos de este artículo interesa profundizar el concepto de participación ciudadana. De


acuerdo al planteamiento de Jessop y Stoker, la corriente llamada “Buen Gobierno”, refiere a
la participación ciudadana como la actividad que busca la eficiencia del gobierno a través de la
incorporación de la sociedad en las tareas del Estado, debido a que la participación es
analizada como una condición de ejecución de la actuación del Estado, es decir, a través de la
participación el Estado busca ser más eficaz en su actuación (Bracho, 2001).

Es así como, se identifican los elementos, la función y la importancia de la participación


ciudadana en los sistemas políticos democráticos, a que la misma se considera “el derecho de
la comunidad, individualmente considerada u organizada a través de las diferentes formas
asociativas legalmente reconocidas, para formar parte, como portadora de intereses sociales,
en el ejercicio del poder público; manifestada a través de su intervención en la conformación
de sus órganos, en la ejecución de las tareas que constituyen sus cometidos públicos y, en su
evaluación y control” (Álvarez, 2000:29).

Ahora bien, la presente investigación asumirá que la participación ciudadana, es aquella


dirigida a promover y crear nuevos mecanismos para que la administración conozca mejor las
actividades de sus administrados, obtenga la colaboración de éstos en la ejecución de algunas
tareas o bien directamente para que se sustituya al Estado en la ejecución de determinadas
funciones. Dejando claro, que la participación ciudadana bajo esta concepción, no pretende
instituirse como un medio para sustituir a la administración, sino que logra sentido, en tanto se
advierte la necesidad de optimizar la administración burocrática en razón de la pérdida de
eficacia de sus mecanismos tradicionales. De esta manera, la participación ciudadana adquiere
un espacio de desarrollo, estrictamente ubicada como una herramienta de gestión (Galeana y
Sáinz, 2003).

En síntesis, puede afirmarse que predomina la idea de considerar la participación como un


instrumento fundamental para mejorar la capacidad de gobierno ya que además de ser un
derecho, es un instrumento de optimación de la gestión pública (Bracho, 2001). Entendida
ésta, como el conjunto de acciones mediante las cuales las entidades tienden al logro de sus
fines, objetivos y metas, los que están enmarcados por las políticas gubernamentales
establecidas por el Poder Ejecutivo. Este planteamiento cobra fuerza en las administraciones
públicas modernas, las cuales experimentan una crisis de legitimación democrática y, procuran
a través de la participación ciudadana ofrecer un cauce para que las demandas sociales sean
expresadas, pero además permitan el control de las decisiones que las autoridades
administrativas adoptan discrecionalmente.

Tomando en cuenta lo anteriormente expresado, se entenderá la Gestión Pública de una


manera amplísima, como las acciones de administrar, gestionar o hacer diligencias que
conduzcan al logro de un asunto público.

Bajo esta concepción, la participación ciudadana se relaciona íntimamente con la política


pública y la administración pública buscando incorporar el pensamiento y la acción ciudadana
a los procesos de decisión y operación del gobierno dentro de la referida gestión. Por tanto, la
participación ciudadana tiene varias fases que buscan eslabonarse y llegar a formar un
continuum, identificables como:

Información: El derecho a la información se vincula con el valor de responsabilidad y rendición


de cuentas de todo gobierno democrático.

Consulta: El derecho a ser consultados en las políticas y programas que conciernen a la


comunidad. Representa el momento de la deliberación de los ciudadanos sobre los asuntos
públicos.

Seguimiento y Control: consiste en el escrutinio de la acción gubernamental por parte de los


ciudadanos, mediante mecanismos de control de legalidad de la actuación (particularmente en
el ejercicio de los recursos públicos – desempeño/ producto/ impacto). Que con frecuencia se
extiende al examen de los procesos mediante los cuales se desarrolla la política o se presta el
servicio.

Estas fases se encuentran vinculadas a la “gestión social”, en términos de participación


ciudadana, que implica buscar y desarrollar formas innovadoras y creativas de concertación
social para potenciar recursos y dirigirlos a prioridades de la sociedad civil a través de
estructuras sólidas y representativas de comunidades o localidades urbanas o rurales, por lo
que va dirigida a fortalecer los mecanismos de organización social generados por los propios
sectores sociales en el marco de sus aspiraciones y procesos culturales (Galeana y Sáinz,
2003:107).

Este enfoque, parte del principio de aprovechar los recursos y realizar una gestión social
eficiente que ayude a fortalecer las relaciones democráticas. De esta manera, puede concluirse
que las nuevas tendencias en gestión pública apuntan a un cambio de cultura gubernativa y
administrativa, otorgando a las organizaciones de la sociedad civil un lugar de importancia
fundamental, al considerarlas agentes necesarios de la governance 2 y la gerencia pública en las
actuales condiciones.
5. Factores que inciden en la Participación

En relación a este punto es de vital importancia considerar en principio los factores descritos a
continuación, no pueden considerarse como los únicos ya que existen múltiples elementos que
hacen difícil la participación, todo esto en principio por las diferencias naturales existentes en
cada una de las regiones y espacios donde se desarrollan los individuos; aclarado este punto,
tenemos entre los factores que inciden en la participación los siguientes:

a. El conocimiento efectivo por parte de los vecinos de los objetivos, metas y visiones de la
organización que funge como medio de participación, así como el prestigio y confianza que
brindan los dirigentes de la misma, sólo de esta manera puede generarse interés en participar,
puesto en su conjunto ambos aspectos permiten entender que se trabaja para la comunidad y
que existe representación por parte de sus líderes.

b. Por otra parte es fundamental el conocimiento critico que se tenga sobre la historia de la
comunidad, lo que se traduce en el conocimiento de factores que tuvieron y tienen influencia
sobre la vida de la comunidad, sus intentos por resolver los problemas, los modos de
organización, ya que tal situación permite tomar conciencia de las causas que lo llevaron a
enfrentar las cosas de una u otra manera tal como lo establece Ramírez. (2006, p. 54)

En todo caso es necesario observar que la participación ciudadana y comunitaria requiere de


una estructura que la haga posible y que la canalice, estructura que es y debe ser distinta y
adaptada a cada espacio o región, así como a los intereses y necesidades de cada grupo, pues
no se debe olvidar que la participación se hace interesante cuando se siente que por medio de
ella efectivamente se pueden resolver los problemas del entorno, todo esto enmarcado dentro
de un sentido de pertenencia y compromiso que se traduce en objetivos y fines claros y que
constituyen la razón de ser de dicha organización, que además debe contar a su vez con roles
de funciones definidos y diferenciados.

La Participación Ciudadana y los Consejos Comunales en Venezuela; un ejemplo de


corresponsabilidad en la solución de los problemas públicos

Resumen: El nuevo papel de los Estados modernos exige ajustar los fines para los cuales
fueron creados a las necesidades que requieren solucionar sus ciudadanos. Las
transformaciones producidas a raíz de la pérdida de capacidad del Estado en resolver los
múltiples problemas públicos, las severas crisis económicas y el desgaste del papel que jugaron
los partidos políticos en las democracias latinoamericanas, conllevaron a la aparición de la
participación ciudadana en contraposición al modelo representativo que prevaleció en el siglo
XX. Los Consejos Comunales en Venezuela vienen a cumplir una función social que les
permitirá de manera organizada y capacitada, coadyuvar en conjunto con las diferentes
instancias del Poder Ejecutivo y Legislativo en la solución de las diferentes problemáticas
públicas y brindarle al sistema democrático venezolano un aliento de legitimidad que le
permita seguir avanzando en el proceso de desarrollo económico y social.

Introducción:

“En el mundo contemporáneo las sociedades se catalogan más democráticas en la medida de


quienes han recibido la autoridad, comprendan que su primer deber debe estar vinculado a la
rendición de cuentas ante los ciudadanos que le confiaron el poder para solventar sus
problemáticas. Por otro lado esta suposición indica que la sociedad será democrática a partir
del hecho que los ciudadanos, sus actores principales, estén también inmersos en un proceso
creciente de exigir esta rendición de cuenta”. (Scotto 2002 citado por Marcareño 2003:69)

En Venezuela a partir de la promulgación de la Constitución de 1999, la participación


ciudadana pasó a tener rango constitucional y comenzó a ser analizado e incluido en muchas
de las planificaciones de políticas públicas a nivel nacional, regional y municipal. Sus diferentes
sentidos ya sea como principio, derecho, deber, espacio o instancia de participación, describen
un nuevo modelo sociopolítico en el cual la sociedad entra a jugar un papel primordial en el
desarrollo y solución de sus problemas.

La puesta en práctica de mecanismos de participación como los llamados Consejos Comunales


a partir del 2007, infiere la pretensión del Gobierno Nacional en brindarles a las comunidades
organizadas las herramientas necesarias para solucionar sus problemas y cooperar de manera
conjunta en el desarrollo local.

Esta novísima forma de organización aún con múltiples fallas y deficiencias, no debe quedar
tan solo en la simple transferencia de recursos por parte del órgano central, se deben modular
esfuerzos y trabajos de supervisión con los órganos municipales y regionales a fin de articular
el trabajo técnico y de asesoramiento para que estos recursos no se diluyan y la equidad, la
eficiencia, eficacia y transparencia resalten en cada uno de los proyectos o programas a
realizar.

El surgimiento del binomio Estado- Sociedad

El nuevo papel del Estado y la sociedad pasa por la construcción de una gestión que combine la
satisfacción de las necesidades de los ciudadanos así como la transformación de los entes
públicos en organizaciones con mayor capacidad y efectividad. Esta interrelación busca
mejorar la legitimidad de los gobiernos y afianzar la democracia como el modelo idóneo de
libertades. Tal como lo expresa Vargas (2010), organismos que actúan en América latina tales
como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), consideran a la participación ciudadana como un
componente fundamental en el desarrollo de las naciones y la consolidación de las nacientes
democracias. Superar etapas de pobreza, dictaduras y violencia, ha sido un esfuerzo
emprendido por los gobiernos del hemisferio como alternativa para brindar confianza a las
sociedades y reconocer que solo el trabajo conjunto entre el Estado y la sociedad, puede
generar beneficios en un mundo globalizado y con los altibajos económicos que presenta.

La importancia de la sociedad civil ha crecido en los últimos años, no sólo en los espacios
académicos e intelectuales sino también en el ámbito político y social. El surgimiento de este
fenómeno no ha sido un hecho fortuito o casual, entre las causas se pueden destacar; a) La
crisis de los partidos políticos, los cuales desviaron su papel como actor fundamental en una
democracia, perdiendo la cualidad o capacidad de representar los intereses y necesidades de
la población. Lejos de cumplir con esta facultad brindada por los ciudadanos, desvirtuaron su
razón de ser y ser convirtieron en cúpulas clientelares y negociantes de cuotas de poder; b) la
necesidad de redefinir el papel del Estado en virtud de la aparición de nuevos actores y
movimientos sociales que buscan cumplir un rol preponderante en el desarrollo de los
pueblos, y; c) la pérdida de eficacia y eficiencia del Estado benefactor en la solución de los
problemas estructurales de las sociedades, muchos de los cuales a pesar de contar con
inmensos recursos, no percibieron nuevas fórmulas de gestión que les permitieran superar
décadas de pobreza y desigualdad.

El equilibrio logrado a mediados de los años 50 con la aparición del llamado Estado de
Bienestar, sucumbió a mediados de los años setenta y ochenta en especial en Latinoamérica
debido a la aparición de movimientos sociales alternativos a los ya tradicionales, las severas
crisis económicas que afrontaron los países de la región, así como los bajos índices de
crecimiento social que revelaron la incapacidad del Estado tradicional en resolver fallas
estructurales que impedían mejorar sustancialmente la calidad de vida de sus ciudadanos.

La premisa predominante hasta los momentos de “mas Estado, menos sociedad”, vislumbró un
cambio importante para quienes impulsaba “un menor Estado, mayor sociedad” como fórmula
para resolver las diatribas económicas y sociales que reinaban a finales del siglo XX. De
acuerdo a lo expresado por Pérez (2000) citado por Hernández (2009) este enfatiza la
necesidad de construir un equilibrio Estado – sociedad a fin de evitar los excesos
macroeconómicos y sociales que se habían presentado, en el cual las iniciativas ciudadanas
debían ser parte de las políticas implementadas por el Estado y en donde los fines de este, se
solapen con las necesidades de la sociedad.

El Consejo Comunal como actor en la sociedad venezolana.

La aparición de la participación ciudadana como una herramienta que permite legitimar el


Estado y fortalecer los procesos democráticos, ha sido el centro de constantes análisis a favor y
en contra en Venezuela. Los esfuerzos por procurar perfeccionar este mecanismo que apenas
comienza a tomar figura, han sido objeto de descalificaciones, agravios y malas
interpretaciones de su verdadera esencia dentro de un modelo de sociedad que exige la
cooperación para la solución de los múltiples problemas públicos, los cuales aquejan a las
sociedades latinoamericanas y en especial a la venezolana.

Es por ello que es recomendable destacar el concepto de Participación Ciudadana a fin de


engranar la figura del Consejo Comunal. “Por participación se entiende el proceso a través del
cual distintos sujetos sociales y colectivos, en función de sus respectivos intereses y de la
lectura que hacen de su entorno intervienen en la marcha de los asuntos colectivos con el fin
de mantener, reformar o transformar el orden social y político.” (Velásquez y González, 2004
citado por Maingon 2006)

Sobre esta definición existe un consenso entre los investigadores de ubicar a la participación
ciudadana en el ámbito local, es decir, sobre la base de los gobiernos municipales los cuales
sostienen la relación más inmediata con las comunidades. Reforzar esta capacidad con el
apoyo y corresponsabilidad de las comunidades, refiere a mejorar sus capacidades de
interrelación y los recursos para satisfacer efectivamente las necesidades de los ciudadanos.
Para lograr este fin, es necesario organizar, capacitar y preparar a las comunidades para la
obtención de los resultados esperados.

La participación en Venezuela va más allá de un derecho y un deber político consagrado en el


artículo 62 y 132 de la Constitución, busca convertirse en una estrategia para la transformación
del Estado de modo de desarrollarlo como un Estado democrático que utilice de manera
transparente, eficiente y eficaz las capacidades y habilidades de una sociedad venezolana
urgida de soluciones a sus problemas.

En tal sentido la figura del Consejo Comunal es un medio de participación ciudadana, cuyo
objetivo principal es que el pueblo o ciudadanía, ejerza directamente la gestión de las políticas
públicas y proyectos en su comunidad, tal como lo establece el artículo 2 de la Ley de los
Consejos Comunales. De igual forma, presentan una estructura organizativa, funciones para
sus miembros y deberes para con la sociedad a la cual se deben. Todo ello enmarcado en la
premisa de que la organización es pilar fundamental en la solución de las diferentes
problemáticas sociales.

Destacar cual ha sido el balance de los Consejos Comunales en el cumplimiento de su rol


dentro de la sociedad venezolana, requiere de un análisis exhaustivo y objetivo, para lo cual
habría que revisar su comportamiento en la solución de los problemas, la capacidad de
acoplarse a las realidades sociales y políticas de las regiones, la obligación de mantener
capacitados a sus funcionarios y sobre todo la necesidad de fomentar y convencer a toda la
comunidad en participar integralmente.

La iniciativa de los Consejos Comunales no debe quedar tan solo en una estructura que
se convierta en una carga burocracia y saturada de intereses personales o colectivos, debe
servir de base para la consolidación de la sociedad venezolana y la superación de décadas de
atraso, pobreza y desigualdad. De igual manera debe procurar convertirse en el mecanismo
directo para la solución de los problemas locales en conjunción con los gobiernos municipales
y regionales, a fin de integrarse bajo un modelo de desarrollo endógeno que le permitan
obtener los resultados que enarbola su propósito de creación.

Conclusión

Los tiempos actuales exigen del Estado y la sociedad mayor compromiso e interrelación en la
solución de los problemas. Ya no es suficiente la noción de política pública centrada en la
función gubernamental. Del mismo modo, la sociedad no puede seguir inerte ante los
innumerables problemas que aquejan a los ciudadanos y ante el desbordamiento de intereses
por parte de otros actores sociales.

La distinción entre política pública y acción pública está en el centro de las transformaciones
de la relación Estado-sociedad. En las sociedades modernas donde se ha integrado tal relación
gracias al desempeño democrático de sus ciudadanos y sus organizaciones, la política pública
tiende a concebirse más como una acción que involucra activamente a los actores sociales
que como intervención gubernamental que promueve la participación social.

La corresponsabilidad Estado – sociedad tan enarbolada a fines de la década de los noventa en


Venezuela, no debe quedar tan solo en la conformación de los Consejos Comunales y de las
estructuras que la componen. El cumplimiento cabal de su función mediadora a nivel local,
requiere del perfeccionamiento de sus objetivos, la capacitación de sus integrantes así como la
evaluación continua de sus gestión por parte del todos los integrantes de esa comunidad.
Tampoco debe descollar en este modelo de organización social, la aparición cuotas de poder o
de ambiciones desproporcionadas que desvirtúen la razón fundamental del Consejo Comunal.

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Maingon, T. (2006) “Balance y perspectivas de la política social en Venezuela”. CENDES.


Caracas, Venezuela.

Consejos comunales en Venezuela (página 3)

Enviado por Carla Santaella

La pugna entre ambos modelos fue dominada por el planteamiento centralista(hasta finales de
la década del 80), pero el monopolio de las decisiones, la centralización exagerada y la
ineficiencia en el ejercicio del gobierno desprestigiaron y deslegitimaron a las administraciones
centralizadas.

Frente al fracaso del centralismo político administrativo, emergió lo local como una nueva
realidad, entendida como "Iniciativas y Relaciones de Grupos de Naturaleza e Intereses de
Ciudadanos Locales" (Clahe Ob. Cit Pág. 19/26). Para ellos, debe compartirse una identidad
colectiva de valores y normas por parte de los actores locales que buscan crear sistemas
alternativos frente al centralismo… Pero en ¿Cuáles ámbitos se puede dar esta Participación
Ciudadana en el nivel local?

Arredondo, (Citado por Ortega Vela Pág. 36, 1.995) plantea que la participación ciudadana a
nivel del gobierno local se puede dar: Primero en el nivel institucional, que debe garantizar
condiciones jurídicas por parte del gobierno. Segundo: el nivel civil, por los ciudadanos
organizados de manera autónoma. Tercero: el publico, organizado desde el conocimiento del
marco jurídico para garantizar una participación ciudadana de calidad en el ámbito
gubernamental local.

Sin duda alguna, "Lo Local" es un espacio político que gana cada vez más importancia, sin
embargo, para lograr la consolidación se requiere de una sociedad civil con altos niveles de
organización y movilización ya que ella (La Sociedad Civil) es siempre un actor importante en
los conflictos y negociaciones con los gobiernos locales.

Frente, a la burocracia ineficiente y el autoritarismo central existe una demanda de los


ciudadanos por ampliar y profundizar la Participación Ciudadana en el nivel de los gobiernos
locales exigiendo, más autenticidad en la representación popular de los ciudadanos, más
democracia, transparencia, responsabilidad, eficacia y honradez en el manejo de los recursos
públicos.

No obstante esta participación en el nivel local debe plantearse en un marco institucional que
para algunos autores (Ruiz Fernández Pág. 10, 1.999) se diferencian en modalidades de
participación, entre otras: Consulta a los ciudadanos locales para determinar las prioridades de
la comunidad, participación de los ciudadanos en la toma de decisiones, poder de negociación
ciudadana que busca discutir y dirimir opiniones y diferencias de los ciudadanos con los
administradores del gobierno local, consenso y cogestión de los ciudadanos en la formulación
y diseño de sus planes, programas y proyectos locales y, finalmente, la administración
ciudadana de los proyectos o áreas estratégicas en el marco del gobierno local.

Todas estas acciones, desembocan en un fortalecimiento de la participación ciudadana en el


gobierno local, lográndose dos objetivos importantes: la transparencia en la administración
pública y la eficiencia y responsabilidad en la gestión local. Para ello los planes del gobierno
municipal deben ser conocidos por la comunidad lo que conlleva a un mayor control social de
la administración del gobierno local.

PARTICIPACION CIUDADANA Y GOBIERNOS LOCALES

El Municipio es la expresión local del Estado, por su intermedio se canaliza la acción social de la
comunidad. La relación gobierno local-ciudadanos es cotidiana, constante y se realiza a través
de la participación ciudadana reforzando los procesos de identidad entre ciudadanos y
gobiernos locales. La participación ciudadana es cercana, vivencial y fortalecerá actitudes
colectivas hacia la solución de problemas. Su objetivo es hacer más directo y cotidiano el
contacto entre ciudadanos e instituciones del Estado para hacer valer sus opiniones e intereses
sin la intermediación de otras organizaciones.

En la actualidad existe una tendencia a acentuar las acciones de los gobiernos locales
otorgándole mayores competencias, esta descarga de responsabilidades del gobierno central y
estadal significa una mayor participación ciudadana frente al municipio que abre un espacio
para la revitalización de la democracia participativa vigorizando la articulación gobierno local-
sociedad civil. De esta manera se concibe al poder local como la base socio-política del
municipio que se transforma en el receptor más fuerte de las demandas ciudadanas a las
cuales tiene que dar respuestas evitando el modelo clientelar muchas veces sin tener recursos
ni capacidades técnicas.

Así el gobierno local adquiere la responsabilidad de crear mecanismos de participación


ciudadana, ya que la solución a los problemas locales no depende solo de capacidad técnica y
la voluntad política del gobierno local, también son importantes los niveles de participación de
las organizaciones de la sociedad civil o como lo plantea (Arroyo Pág.16, 1.997) "En este
desafío para los gobiernos municipales se deben articular acciones con esa parte de la
sociedad organizada pues los problemas locales no competen solo al equipo de gobierno".

En el gobierno local es posible lograr acuerdos con la sociedad civil mediante el dialogo, la
deliberación y la concertación, estas acciones profundizan la democracia y une al gobierno
local con la sociedad civil.

La concertación deber ser una forma institucional de procesar conflictos y alcanzar decisiones
como plantea Dos Santos "La Concertación se vincula a la producción de consensos y de
solidaridades, a la movilización de identidades sociales, a la organización de sectores sociales y
a la asunción de responsabilidades" (Dos Santos 1.987, Pág.13), aun cuando los pactos políticos
y la concertación pueden significar una oportunidad para que las élites manipulen a la opinión
publica; sin embargo las criticas más comunes a la deliberación y a la búsqueda del consenso
se concentran en el hecho de su largo consumo de tiempo para alcanzar su logro.

En los gobiernos locales la concertación es un aspecto nuevo frente a una cultura de gobierno
con visos de caudillismo, ya que la concertación cuestiona las relaciones verticales y reivindica
la tolerancia, la participación y el dialogo con la sociedad civil, es un reconocimiento a la
pluralidad de actores y a su legitimidad para tomar parte de las decisiones del gobierno local
cuando se trata de problemas que afectan al colectivo.

La concertación, en definitiva es una vía, instrumento, alternativa o herramienta para lograr


reafirmar una verdadera participación democrática de los sectores sociales organizados en la
toma de decisiones y ejecución de proyectos.

En Venezuela, la participación ciudadana en los gobiernos locales nace en el marco del


impuesto proceso de reforma del Estado liderado por la comisión presidencial para la reforma
del estado (COPRE) que impulsó las reformas a la legislación municipal, gracias a la presión de
una creciente organización vecinal. Así, a partir de 1.986 se dinamiza el proceso de
descentralización que buscaba el fortalecimiento de los Estados Federales y Municipios con
una ampliación de la participación política al lograrse la elección popular de gobernadores y la
creación de la figura del alcalde, electo también por el voto popular, proponiéndose
igualmente la elección uninominal a los órganos legislativos estatales y municipales.

Todo esto permitió el fortalecimiento de la democracia local, la formulación, ejecución y


control de políticas por parte de los gobiernos locales y la cooperación de los ciudadanos de las
parroquias que se concebían como entes auxiliares de los órganos de gobierno municipal y
participación local a través de las cuales los vecinos colaboran en la gestión de los asuntos
comunitarios.

Marco jurídico de la participación ciudadana en el nivel local

La Constitución Nacional de 1.961 (Articulo 25) define al municipio como "La Unidad Política
primaria y Autónoma dentro de la Organización Nacional son personas jurídicas y su
representación la ejercen los organismos que determine la ley". Al otorgársele al municipio
personalidad jurídica, son entes de derecho público y se les reconoce como "Unidad Política de
Carácter Territorial" que disponen de autonomía en sus competencias legales.

En el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se establece que


el fin supremo de la misma es crear una Sociedad Democrática, Participativa y Protagónica. De
esta manera se otorga el rango constitucional a la participación ciudadana, despejando de una
vez por todas, todos aquellos obstáculos que sin ningún basamento prohibían la actuación de
los ciudadanos en los asuntos públicos, de carácter trascendental que los afectaba de manera
directa.

En los principios fundamentales que establece la Constitución Nacional, podemos tomar en


cuenta que el Art. 6 propone de manera general la forma de gobierno de la República y de sus
entidades, dejando claro que el mismo debe ser democrático, participativo, electivo,
descentralizado, alternativo entre otros. Todo esto obliga a aquellos que dirigen al poder
ejecutivo del Estado, a reformular la relación con los ciudadanos, que hasta entonces se
encontraba totalmente desvinculada de lo que verdaderamente se puede denominar
participación ciudadana.

El marco jurídico para la participación local en Venezuela obtiene su basamento de manera


explicita, en la Constitución Nacional (1999) específicamente en el Título III -de los deberes,
derechos humanos y garantías-, Capítulo IV -De los Derechos Políticos y del Referendo
Popular-, Sección Primera: De los Derechos Políticos, Artículos 62, 66 y 70, que consagran la
participación de la población en la formulación, ejecución y control de la gestión pública.
También establece la obligación de crear mecanismos legales, abiertos y flexibles para
descentralizar hasta el nivel parroquial y promover la participación de las comunidades a
través de mecanismos autogestionarios y cogestionarios. Así mismo se les otorga a los
ciudadanos el Derecho de exigir a sus representantes la entrega de cuentas de la gestión
pública.

El Título III -de los deberes, derechos humanos y garantías-, en su Capítulo X -De los Deberes,
instituye en su Art. 132, el deber que tiene toda persona, para participar solidariamente en los
asuntos de la vida política, civil y comunitaria del país. Una vez más se ratifica la necesidad de
aproximación de los ciudadanos al poder. En la medida en que el ciudadano participa
integralmente en los asuntos públicos, bajo el sello del interés común, se puede construir un
consenso activo en torno a la acción social y gubernamental. Tal participación es la base de la
legitimidad y de gobernabilidad, y es este consenso sociocultural la justificación ético-política
del gobernante.
En el Título IV -del poder público-, Capítulo I -De las Disposiciones Fundamentales-, Sección
Primera: De la Administración Pública, nos encontramos con el Art. 141 que impone de
manera taxativa el servicio de la administración pública hacia los ciudadanos, y es por ello que
la mejor manera de determinar y mejorar los servicios que el Estado presta a los ciudadanos es
través de la honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición
de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, que exige este marco legal.

Una mención importante que se debe resaltar es la establecida en el Título IV -del poder
público-, Capítulo II -De la Competencia del Poder Público Nacional-, más específicamente en
el Art. 158 de la Constitución, en el mismo se constituye como política nacional, la
descentralización, y a la vez logra establecer los fines de la misma, siendo de especial atención
el acercamiento del poder a los ciudadanos a fines de satisfacer sus cometidos. De esta
manera se logra unir de manera constitucional, algo que ya estaba perfectamente unido, como
lo es la participación ciudadana en el proceso descentralizador.

El Art. 166 de la Constitución se localiza en el Título IV -del poder público-, Capítulo III -Del
Poder Público Estatal garantiza la participación ciudadana en los llamados Consejo de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, cuya función es planificar y coordinar las
políticas públicas estatales, y de esta forma ratificamos la importancia que tienen las
comunidades en las definiciones de las políticas y prioridades públicas.

También él articulo 168 (Título IV -del poder público-, Capítulo IV -Del Poder Público Municipal
de la Constitución Nacional de 1999) plantea que las actuaciones del gobierno local se
cumplirán incorporando la Participación Ciudadana al proceso de definición y ejecución de la
gestión publica y en el control y evaluación de sus resultados, es quizás este el Articulo más
importante de nuestro estudio ya que le da fuerza y rango constitucional en el área que
tratamos a la participación ciudadana, y esta obligación establecida por nuestra Carta Magna
no puede ser objeto de modificación alguna por parte de cualquier persona, bien sea natural o
jurídica.

Particular importancia merece el Art. 182 contenido en el Título IV -del poder público-,
Capítulo IV -Del Poder Público Municipal, siendo este postulado el que establece de manera
constitucional, la creación de los consejos locales de planificación pública, otorgando la
particular importancia que le corresponde a las comunidades y los ciudadanos en la vida de su
comunidad, requisito indispensable para el desarrollo de la misma.

En el Articulo 184 de nuestra Carta Magna, se establecen de forma clara y expedita las
obligaciones del Poder Público Municipal, en cuanto a la descentralización y transferencia a las
comunidades y grupos vecinales organizados de los servicios que estos gestionen, previa
capacidad de los mismos para la prestación del servicio; pero también en su ordinal 2do se
interpreta en forma clara la participación de las comunidades y ciudadanos, a través de las
organizaciones vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de
propuestas de inversión ante las autoridades estadales y municipales encargadas de la
elaboración de los respectivos planes de inversión, así como en la ejecución, evaluación y
control de obras, programas sociales y servicios públicos en su jurisdicción. Mejor no ha
podido establecer el legislador el alcance de la participación ciudadana, ya que de esta manera
no deja ningún tipo de dudas en torno a la inserción del pueblo en la gestión pública. Y en los
diversos ordinales restantes de este articulo, logramos constatar el amplio margen de acción
de las comunidades en los diversos ámbitos de la vida pública local.

También se establece en los demás artículos restantes de nuestra Constitución Nacional, las
formas y maneras generales de insertar la participación ciudadana en las distintas esferas de la
vida pública nacional, regional o municipal, sea cual fuere el organismo, confirmando así una
vez más la política que debe asumir el Estado en esta materia.

Ahora bien, como sabemos, la Constitución establece los principios o preceptos fundamentales
que rigen la vida nacional, y es por ello que debemos remitirnos a otras figuras jurídicas, que
apoyan de manera directa la participación ciudadana, estos instrumentos legales son la Ley
Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencias de competencias del Poder
Público, la Ley Orgánica de Elecciones y Participación Política, la Ley Orgánica de Régimen
Municipal que será la de mayor importancia de análisis en el desarrollo de esta investigación,
puesto que es la que regula las relaciones existentes entre los ciudadanos y el Municipio.

El Municipio está caracterizado como "El espacio de mayor cercanía entre gobierno y
ciudadano y es definido como la unidad política primaria de la organización nacional, con
personalidad jurídica y autónoma"", es decir como una instancia que ejerce una rama del
poder publico en un ámbito local, forma parte del sistema de organización política del Estado y
posee autonomía, siendo catalogada como "Una entidad pública descentralizada "(Brewer
Carías, 1990:15).

La Ley Orgánica de Régimen Municipal cuyo objetivo es " Desarrollar los principios
constitucionales referente a la organización, gobierno, administración, funcionamiento y
control de los municipios y demás entidades locales" (articulo 1) es concebida como un
instrumento jurídico que busca superar el modelo de democracia representativa por el de
participativa en tanto que provee mecanismos de participación, considerados limitados, en la
toma de decisiones en el nivel de los gobiernos locales por parte de la comunidad y la acción
vecinal. Aún cuando estos mecanismos de participación en la toma de decisiones son
limitados, el municipio sigue siendo la instancia de gobierno idónea para desarrollar procesos
de participación.

Podemos empezar por la obligación de las Juntas Parroquiales para promover la participación
ciudadana contenida en el Articulo 32 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, ya que siendo
esta la institución municipal que está más cerca de los ciudadanos le corresponde la tarea de
llevar la administración pública hacia el ciudadano, porque no sólo éste debe buscar la
participación en los asuntos públicos locales, sino también el Estado debe ser un ente capaz de
apoyar y promover a través de sus instituciones la participación ciudadana, todo esto con el fin
de satisfacer los servicios públicos locales. Y en el Articulo 34 se enmarca la participación de los
vecinos en la gestión de asuntos comunitarios en conjunto con las parroquias, siendo éstas,
órganos auxiliares del gobierno municipal, logrando así una estrecha interrelación entre
gobierno y comunidad.

En el Art. 79 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, se establece algo muy importante, y no


es otra cosa que la obligación que tiene la Junta Parroquial de elevar a la consideración del
Alcalde las aspiraciones de la comunidad, relacionándolas con la prioridad y urgencia que la
solicitud tenga. De esta manera logramos encontrar otro punto de encuentro en la definición
de prioridades presupuestarias, entre el Estado y el Ciudadano, por cuanto las Juntas
Parroquiales son órganos auxiliares del Alcalde quien a su vez representa a través del Poder
Ejecutivo al Municipio, constituyéndose esto en una magnifica ventaja para la realización de un
verdadero plan que logre satisfacer las necesidades de la comunidad.

Existe también en el Titulo X de la participación de la comunidad, en el Art. 167 de la Ley


Orgánica de Régimen Municipal, el derecho o la obligación de los vecinos en la participación de
la gestión municipal, todo esto con el fin de dar un carácter comunitario a la gestión, de
manera que en la construcción de una o varias comunidades todos sean miembros
participantes de las decisiones que se tomen. Igual lo establece el Art. 168 Ordinal 3 de esta
misma Ley, a partir del Derecho a la Información que tiene todo ciudadano sobre la vida local,
y lo más interesante es que logra vincular de manera perfecta la información a través del
proceso de promoción de la participación ciudadana, como una de las principales ventajas y
utilidades de este articulo.

El Articulo 170 de la Ley Orgánica de Régimen Municipal, extiende la invitación a los


ciudadanos para participar en los asuntos económicos de la gestión municipal, todo esto tiene
como fin último el impulso del desarrollo de la vida local favoreciendo los intereses colectivos,
a través del desarrollo de las Asociaciones de Vecinos u otras organizaciones que hagan vida en
el ámbito local.

Para Brewer Carías (1990:143) los mecanismos de participación previstos en la Ley Orgánica de
Régimen Municipal pueden clasificarse en "Los de participación política, los de participación
vecinal y los de participación en defensa del patrimonio".

Los mecanismos de participación política, son los referidos a ser elector y elegible, revocatoria
de mandatos, consultas y reconsideración de ordenanzas, la mayoría de estos otorgan una
legitimidad ""electoral o política"", pero hoy día no sólo se debe hablar de este tipo de
legitimidad puesto que una gestión que no considere la participación ciudadana, simplemente
se encuentra destinada al fracaso y por resultado obtendrá una rápida deslegitimación y un
atraso en el desarrollo de la vida local. Ahora bien, nos encontramos con los mecanismos de
participación en asuntos vecinales que son aquello que tienden a favorecer la participación de
la comunidad y la participación de control mediante la solicitud de impugnación o invalidez de
actos que vayan en contra de los intereses del municipio.

Si bien es cierto que existen mecanismos legales para la participación ciudadana, estos lejos de
vincular la acción del gobierno local con las comunidades, en ciertas ocasiones, se han
instrumentado bajo conveniencias políticas y electorales. En este sentido, se reafirma la
necesidad de institucionalizar los mecanismos de Participación Ciudadana y vincularlos a las
necesidades e intereses de las comunidades, todo ello es posible mediante procesos de
negociación entre gobierno y comunidad que apunten al desarrollo local.

[1] Cunill Nuria. Participación Ciudadana, dilemas y perspectivas para la democratización de los
Estados Latinoamericanos. CLAD.1991.
[2] Centro latinoamericano de economía humana (Claeh) Universidad Católica Uruguay 1.995
impulsar una autentica participación ciudadana..

Sin duda alguna desde 1.961, el municipio ha evolucionado en el ámbito de la participación, se


ha logrado la elección popular de los alcaldes, quien ejerce la autoridad unipersonal
responsable de la administración del municipio, Articulo 174 Constitución 1.999,
Correspondiendo la función legislativa del municipio (Articulo 175 Constitución de 1.999) al
Consejo Municipal, y la función de control, vigilancia y fiscalización a la contraloría municipal
(Articulo 176 Constitución 1.999) y también la Constitución de 1.999 (Articulo 184 Numerales
1,2,3,4,5) contempla la participación ciudadana a través de asociaciones vecinales,
organizaciones no gubernamentales en obras, programas sociales y servicios públicos,
expresiones de economía social, cooperativas, gestión de empresas públicas y comunales

En definitiva nos damos cuenta que a pesar de que la Ley Orgánica de Régimen Municipal es
de anterior creación a la Constitución Nacional de 1999, la misma es válida para la aplicación
de la participación ciudadana en los asuntos públicos locales, y lo más importante es que el
objeto de ambas leyes no sufre de grandes modificaciones de fondo, lo que conlleva a una
utilización eficaz de estos instrumentos por parte del Gobierno y de las Comunidades.

La definición de prioridades de inversión y el plan-presupuesto local

Los mecanismos de Participación Ciudadana en el nivel local son de muy reciente data, pues
hasta finales de la década de los años ochenta, el predominio del modelo Keynesiano de
bienestar se desarrolló de una manera centralista y burocrática, dándole poca valoración a la
participación ciudadana local.

La década de los noventa erosionó el modelo Keynesiano de bienestar y dio paso a los
sistemas de gobierno de múltiples niveles, donde lo local salió reforzado. De esta manera, los
gobiernos de proximidad con los ciudadanos comenzaron con sus planteamientos
participativos y de innovación democrática en materia presupuestaria y presupuestos públicos
locales, los cuales trataron de reflejar las prioridades económicas y sociales de los ciudadanos.

Con estas experiencias, los grupos locales avanzaron en la construcción de espacios


democráticos de participación en la decisión de prioridades frente a los gobiernos municipales
lo cual permitió vigilar y defender sus intereses y las necesidades de los grupos más
vulnerables.

Tradicionalmente, el tema del presupuesto público había permanecido aislado y hasta


desconocido por las comunidades. El reto, entonces, es abrir un espacio para la participación
de los diversos actores sociales en el nivel local en el proceso de definición de prioridades,
tanto sociales como políticas, de la población, pues él presupuesto público, debe reflejar
prioridades socio – económicas de la población y el compromiso de la administración local con
la sociedad. Este reto ha comenzado, y prueba de ello es la facultad que tiene la sociedad, para
concretar proyectos de inversión pública y obtener financiamiento, todo esto comprendido en
la Ley del FIDES y la Ley LAEE.

La participación de los ciudadanos en el proceso de determinar prioridades de la gestión


pública local permite avanzar en la construcción de sociedades más abiertas, transparentes,
equitativas, democráticas y participativas lo cual a la postre reduce la discrecionalidad
administrativa y la corrupción.

La posibilidad de la participación ciudadana en la identificación de necesidades y definición de


prioridades en la inversión municipal, son las características más relevantes de la práctica
conocida como presupuesto participativo que constituye una alternativa frente al modelo
tradicional de gestión de ciudades y municipios. La definición de prioridades del plan y el
presupuesto con la participación ciudadana establece una nueva articulación de intereses
entre el Estado y la Sociedad Civil, un avance en la democratización y una mayor equidad
social.

Sin embargo, la institucionalización de la Participación Ciudadana significa conciliar intereses


en conflictos, entre otros, los intereses de la Sociedad Civil, de las esferas técnico –
administrativas, y de las instancias de poder, lo que plantea instrumentar formulas jurídicas y
operacionales en procura de conducir la negociación de los intereses en conflicto de una
manera armónica.

En este sentido, promover la Participación Ciudadana en el proceso de definición de


prioridades presupuestarias en el nivel local, implica el desarrollo de nuevas formas de
asociación de la sociedad organizada, en un esfuerzo de búsqueda que contribuye al logro de
la gobernabilidad local y la consecución de una mayor equidad social en la inversión, todo esto
entre otros objetivos.

Un plan de Participación Ciudadana en la definición de prioridades del presupuesto local


supone que su aplicación será capaz de:

 Orientar la acción del gobierno local en materia de formulación del plan-presupuesto.

 Promover la participación ciudadana como mecanismo para el control de las


prioridades incluidas en el presupuesto. Para solicitar en forma realista el
cumplimiento de sus demandas prioritarias.

 Apuntar hacia los sectores excluidos de la población en término de beneficios sociales.

 Disminuir el sesgo técnico, administrativo y político de los presupuestos locales

 Optimizar los recursos asignados.

 Evitar el clientelismo político.

 Crear un mecanismo democrático para la inversión social prevista en el presupuesto.

Sin embargo, estas condiciones chocan contra el tradicional comportamiento de la


administración pública en el nivel local en cuanto a formular los planes y presupuestos en
forma hermética, centralizadora, tecnocrática y en muchas ocasiones sin transparencia y en
contra de la representatividad del poder municipal (cámara municipal) y con escasa o sin
Participación Ciudadana.

El proceso de elaboración de los planes y presupuestos y la definición de prioridades es un


"área restringida" a la Participación Ciudadana por sus criterios, técnicos, tradicionales,
formalistas y hasta políticos condicionados por decisiones administrativas y jurídicas
generalmente muy rígidas que no dan cabida a ninguna forma de participación, es por ello,
que se hace difícil luchar contra estos "racionalismos técnicos jurídicos ". En este sentido, un
plan de participación ciudadana evidencia una innovación contra la subversión, el racionalismo
técnico jurídico y la burocracia local gubernamental, planteando un racionalismo participativo
entre los actores sociales involucrados en la definición de prioridades presupuestarias que
reforzará la legitimidad de la representación popular local.

Finalmente a pesar de las " Dificultades Políticas " que pudieran existir en la elaboración de un
plan de Participación Ciudadana para la definición de prioridades de inversión social
presupuestarias, este plan constituye un instrumento que puede aumentar la eficacia publica
de los gobiernos locales e instaurar una técnica de consulta a la población, en la cual su
principal riqueza es la democratización de la relación gobierno local y sociedad, pues el
ciudadano deja de ser un simple coadyuvante de la política tradicional para ser un
protagonista activo de la gestión pública; sólo así, es posible crear una esfera pública no
administrativa donde la sociedad puede contribuir a la acción del gobierno local en materia de
definición de prioridades de inversión social presupuestarias del presupuesto municipal.

Seguidamente, se expone en el capitulo a continuación la metodología a seguir para alcanzar


diseñar un plan de participación ciudadana. Esta metodología está presentada por un proceso
de trabajo, las estrategias a seguir para lograr dicho proceso de trabajo, las fuentes de
información, instrumentos y las técnicas de recolección de datos.

CAPITULO III

MARCO METODOLÓGICO

Este capítulo expone la definición de un plan de participación ciudadana y el proceso de


trabajo, compuesto por fases, productos y acciones, para alcanzar diseñar dicho plan de
participación. También se presentan las estrategias a seguir para lograr con éxito las fases
propuestas. Por último, se describen las fuentes de información, instrumentos y técnicas de
recolección de datos, la estratificación de las entrevistas y cuestionarios y la descomposición
de la variable participación ciudadana en variables específicas e indicadores; así como las
categorías a indagar en dichas entrevistas y cuestionarios.

ASPECTOS ACERCA DE LA DEFINICIÓN DE UN PLAN DE PARTICIPACIÓN CIUDADANA

La formulación de un Plan de Participación Ciudadana partirá del análisis del problema


asociado a la escasa participación ciudadana en la definición de prioridades de inversión social
del Plan-Presupuesto Anual del Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas.
Igualmente, este plan de participación ciudadana contendrá acciones y decisiones que apunten
a la mejora de la participación ciudadana en dicho municipio.

En este orden de ideas, se entenderá como "plan de participación ciudadana", para esta
investigación, al conjunto de propuestas de acción sociales, políticas y económicas que
incidirán en un cambio favorable para la definición de prioridades de inversión social del Plan-
Presupuesto Anual de la Alcaldía del Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas.

PROCESO DE TRABAJO

El enfoque asumido para abordar la situación planteada en cuanto al diseño de un plan de


participación ciudadana, tiene dos aspectos de suma importancia:

La transdisciplinariedad, la cual garantiza el aporte de las diferentes disciplinas científicas para


explicar y comprender situaciones complejas. En este sentido, un plan de participación
ciudadana tiene un componente altamente social, como también, un componente político. Por
ello, es indispensable abordar esta situación desde las apreciaciones, valoraciones,
experiencias y empirismos de los actores involucrados en el problema y bajo la óptica de las
ciencias.

El aprender colectivo que orienta a la generación del conocimiento, principalmente, desde los
involucrados en la situación. Este elemento permite el desarrollo de las estrategias del plan
con un alto grado de los componentes culturales y valores de los ciudadanos. Bajo esta
perspectiva, las estrategias serán de la apropiación de los ciudadanos lo cual apunta al éxito
del mismo en el corto y mediano plazo.

Ambos componentes asumen la participación como estrategia para alcanzar el diseño del plan.
Abordar un plan de participación ciudadana sin la participación de los ciudadanos, es contribuir
a la exclusión social y al fracaso del mismo.

Por ello, para diseñar dicho plan, el proceso de trabajo a seguir contiene las siguientes fases:

Análisis de la situación que perfile el estado de los hechos que ocurren en la realidad y que
oriente los conocimientos y estrategias según lo revelan las asociaciones de vecinos, los
vecinos, los miembros de las juntas parroquiales, los funcionarios de la Alcaldía del Municipio
Antonio José de Sucre del Estado Barinas, entre otros actores sociales.

Diseño del plan de participación ciudadana que estructure de manera comprensiva los valores,
recursos y capacidades disponibles del capital social y capital humano y la cultura
organizacional de la Alcaldía del Municipio Antonio José de Sucre del Estado Barinas, en el
corto y mediano plazo.

Diseño de la estrategia de seguimiento del plan de participación ciudadana que oriente a la


mejora continua del plan bajo la óptica de un proceso social que promueva el protagonismo de
las asociaciones de vecinos, las comunidades, los miembros de las juntas parroquiales, entre
otros actores sociales.

Las fases del proceso de trabajo incluyen productos y acciones que se han identificado a los
fines de alcanzar con un alto nivel de éxito el resultado de la investigación y la apropiación de
las acciones por arte de los actores sociales. La Tabla No. 1 muestra en detalle los productos y
acciones por fases.

Tabla No. 1
Productos y acciones por fases del plan de participación ciudadana en la definición de
prioridades de inversión social del Plan-Presupuesto Anual del Municipio Antonio José de
Sucre

Fase Producto Acción

Análisis de la situación de la participación ciudadana en la definición de prioridades de


inversión social del Plan-Presupuesto Anual del Municipio Antonio José de Sucre del Estado
Barinas.

 Actores sensibilizados acerca del proceso de trabajo.

 Diagnostico validado por los actores

 Alternativa seleccionada por los actores

 Realizar talleres de divulgación de información del proceso de trabajo.

 Crear un equipo mixto de trabajo.

 Realizar el diagnostico.

 Discutir con los actores el diagnóstico.

 Elaborar y distribuir a los actores un resumen del diagnostico.

 Identificar las causas y efectos de la situación que puedan cambiar positivamente.

 Identificar diferentes alternativas.

 Realizar un análisis de pre factibilidad de las alternativas seleccionadas.

 Elaborar y distribuir a los actores un resumen del análisis de la alternativa


seleccionada.

CONSEJOS COMUNALES

BASE DEL PODER POPULAR

¡CONSTRUIR EL PODER DESDE ABAJO!

¿CÓMO CONSTRUIR PODER DESDE ABAJO?

Históricamente se ha dado una lucha por quien detenta el poder. Las estructuras sociales hasta
ahora creadas no han permitido que el pueblo asuma el poder.

Antes de responder a esta pregunta definamos qué entendemos por poder y veamos cómo
está organizado el país desde el punto de vista político -administrativo.

¿QUÉ ES EL PODER?
Poder es la capacidad que tiene una persona, un grupo o sector social para usar y disponer de
recursos propios o que se les han encomendado. Es la capacidad para realizar una idea. Es el
hecho de tener la fuerza para concretarla.

¿CUÁLES SON LOS ESPACIOS TERRITORIALES DONDE SE EJERCE EL PODER?

Desde el punto de vista territorial y político-administrativo, la Nación se organiza en 22


Estados, el Distrito Capital, las dependencias federales y los territorios federales. Los estados, a
su vez, se dividen en Municipios, el Municipio divide en parroquias y las parroquias se dividen
en sectores y sub-sectores, como urbanizaciones, barrios y caseríos, que a su vez se conforman
de calles, manzanas, cuadras, etc.

La experiencia muestra, que la verdadera participación y protagonismo del pueblo se da en los


espacios geográficos menores. La gente ha venido identificando estos espacios con el término
de comunidad, entendida ésta como el espacio geográfico que reúne a un determinado
número de familias, de acuerdo a las siguientes prerrogativas:

 Que se conocen entre sí y pueden relacionarse fácilmente.

 Que pueden reunirse sin depender del transporte.

 Que comparten una historia común.

 Que usan los mismos servicios públicos.

 Que comparten problemas similares económicos, sociales, urbanísticos.

Ahora bien, no hay que ser rígidos en relación con este asunto. Una cosa es un área rural
donde existen pequeños caseríos y otra cosa es un área urbana densamente poblada donde
existen urbanizaciones y barrios con decenas de miles de habitantes.

¿CUÁNTAS FAMILIAS COMPONEN UNA COMUNIDAD?

La propia gente, para resolver sus problemas, se ha ido organizando y ha ido subdividiendo el
territorio. En la mayoría de los casos, la participación en el área urbana se da en áreas que
agrupan algunos cientos de familias (200 a 400) y en el área rural, decenas de familias.

La experiencia práctica irá diciéndonos cuál es el espacio ideal para que sea posible una
verdadera participación, donde la propia comunidad haya establecido su poligonal, o espacio
geográfico donde se instale el Consejo Comunal. En caso contrario, será la propia comunidad la
que establecerá los límites de su área geográfica.

El micro unidades vecinales

La comunidad suele organizarse para discutir algunas cosas y resolver algunos de sus
problemas por cuadra, escalera, callejón, bloque, edificio. Son pequeños grupos de familias
que por la cercanía tienen lazos de amistad más profundos. A estas áreas menores las
denominaremos micro-unidades vecinales. En consecuencia una comunidad podría estar
conformada por varias micro-unidades vecinales, tantas como la comunidad lo estime.
¿CÓMO ESTÁ ORGANIZADA LA COMUNIDAD?

Cuando se va a realizar un trabajo organizativo en una comunidad hay que tener muy en
cuenta las características específicas de cada una de ellas. Hay comunidades con importantes
tradiciones organizativas y de lucha, que cuentan con un sinnúmero de organizaciones. Hay
otras que cuentan con una o dos de estas organizaciones. Y otras que quizás no cuentan con
ninguna.

Organizaciones con que puede contar una comunidad

 Comité de Tierra Urbana.

 Comité de salud.

 Grupos culturales.

 Club deportivo.

 Asociación de vecinos.

 Misiones educativas.

 Mesa técnica de agua.

 Mesa técnica de electricidad.

 Mesas de Energía

 Círculo Bolivariano.

 Transporte.

 Grupos ambientalistas.

 Comité de alimentación.

 Club de abuelos y abuelas.

 UBE.

 Partidos Políticos.

 OCV.

 Unidad de defensa popular.

 Comité de Protección Social.

 Cooperativas.

 Microempresas.

 Consejo de economía popular.


 Organización No Gubernamentales ONG.

 Otras.

Donde haya organizaciones existentes habrá que articularlas. Donde no haya, habrá que
promover el surgimiento de las que se estimen necesarias.

¿QUÉ ES EL CONSEJO COMUNAL?

El consejo comunal es la forma de organización más avanzada que pueden darse los vecinos de
una determinada comunidad para asumir el ejercicio real del poder popular, es decir, para
poner en práctica las decisiones adoptadas por la comunidad.

Es además, la instancia básica de planificación, donde el pueblo formula, ejecuta, controla y


evalúa las políticas públicas. Así, incorpora a las diferentes expresiones organizadas de los
movimientos populares.

El consejo comunal también es la base sobre la cual se construye la democracia participativa y


protagónica que plantea la Constitución Bolivariana. Así como una casa puede derrumbarse
fácilmente si su base no es suficientemente fuerte, así también puede ocurrir con la nueva
democracia que estamos construyendo: ella sólo será invencible si su base es fuerte y esa base
son los consejos comunales.

¿DÓNDE RESIDE EL PODER DE LA COMUNIDAD?

El poder no reside en el Consejo Comunal sino en la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas,


conformada por las personas que habitan en esa área geográfica y que se reúnen para tratar
acerca de los asuntos de su interés.

Es ella la que elige a las personas que conforman el Consejo Comunal. Esta asamblea es la
máxima autoridad de la comunidad. Sus decisiones tienen poder vinculante para el Consejo
Comunal. Es allí donde radica el poder popular.

El quórum de estas asambleas debe ser del 10 % de la población mayor de 12 años de dicha
área geográfica.

PRINCIPALES OBJETIVOS DE LOS CONSEJOS COMUNALES

 Articular las organizaciones de base presentes en la comunidad y promover la creación


de nuevas donde sea necesario. Hay sumas que multiplican. Eso debe ser el Consejo
Comunal

 Elaborar un plan único de trabajo para atacar los problemas que la comunidad puede
resolver con sus propios recursos y evaluar sus resultados. Para ello debe analizar los
recursos materiales y humanos con que cuenta la propia comunidad y lograr el apoyo
de los vecinos para resolver los problemas.
 Promover la elaboración de proyectos en relación con los principales problemas que
por sus altos montos o complejidad la comunidad no esté en capacidad de resolver.
Estos proyectos deben ir al presupuesto participativo o a otras instancias de
financiamiento.

 Ejercer el control social en todas las actividades que se desarrollan en la comunidad,


sean éstas de orden estatal, comunitario o privado (alimentación, educación, salud,
cultura, deportes, infraestructura, cooperativas, misiones, y otras.)

¿Cómo integrar el Consejo comunal?

Sugerimos que el Consejo Comunal sea integrado por tres tipos de voceros o voceras:

 Voceros y voceras de las diferentes actividades sectoriales (salud, educación, cultura,


deportes, vivienda y otras).

 Voceros y voceras de las microunidades vecinales.

 Voceros y voceras que tendrían tareas de coordinación ejecutiva y administrativa


(coordinador o coordinadora principal, persona responsable de tareas administrativas,
otra para las tareas de secretaría). Estos cargos pueden ser rotativos si así lo estima la
comunidad.

¿CÓMO ESTÁ CONFORMADO EL CONSEJO COMUNAL?

En las comunidades más organizadas existen, como hemos dicho, muchas organizaciones, pero
lo que ocurre es que cada una anda por su cuenta. No se han organizado en comisiones de
trabajo. Veamos a continuación como se haría la articulación.

ÁREAS DE TRABAJO

Las diversas organizaciones existentes en la comunidad deben integrarse a la comisión


respectiva de acuerdo a su área de trabajo.

A continuación exponemos ocho posibles áreas de trabajo. No se trata de que todos los
consejos comunales tengan que asumirlas todas, aquí también hay que ser flexible. Habrá
casos en que sea conveniente fusionar tareas, en otros, tal vez tengan que crearse nuevas
áreas de trabajo.

 1. Economía popular (Consejo de Economía Popular, cooperativas, microempresas,


bodegas solidarias, Mercalito y otros).

 2. Contraloría social.

 3. Educación y deportes (misiones educativas, club deportivo y otros).

 4. Cultura (grupos culturales, grupos religiosos y espirituales, y otros).

 5. Comunicación e información (medios alternativos comunitarios y otros).


 6. Salud, Desarrollo Social y Alimentación (comité de salud, comité alimentación,
Comité de Protección Social, club de abuelos y abuelas y otros).

 7. Vivienda, Infraestructura y Hábitat (Comité de Tierra Urbana, mesa de agua, mesas


de energía, cuadrilla ambientalista y otros).

 8. Justicia de Paz, Seguridad y Defensa (unidad de defensa).

Vocero o vocera: Es la persona electa por la asamblea de ciudadanos y ciudadanas para


cumplir con los mandatos de la comunidad. No está facultada para negociar o tomar
decisiones individuales. No es un o una representante a quien le hemos entregado nuestro
poder para que decida por nosotros.

Un vocero o vocera es un servidor popular, un servidor o servidora de la comunidad.

¿QUÉ SE REQUIERE PARA SER VOCERA O VOCERO?

 Ser habitante de la comunidad.

 Solvencia moral.

 Disposición y tiempo para el trabajo comunitario.

 Espíritu unitario.

 Capacidad de trabajo en colectivo.

 Compromiso con los mandatos de la comunidad.

 Que no acumule cargos directivos de elección popular.

Para dar formalidad al proceso de constitución de los Consejos Comunales y evitar que éstos
se constituyan limitándose a reunir a las y los dirigentes de las organizaciones ya existentes,
que no siempre cuentan con el apoyo popular, sugerimos la conveniencia de que exista un
periodo de transición hasta la conformación propiamente tal del Consejo Comunal, tiempo
durante el cual se elija un equipo promotor provisional. Probablemente se requieran algunas
semanas o meses de trabajo y maduración.

Pasos previos a la instalación de los consejos comunales

 El ritmo y los tiempos de creación del consejo comunal están en directa relación con el
nivel de desarrollo y maduración alcanzado por cada comunidad.

 En la mayor parte de los casos será necesario contar durante este periodo con un
equipo promotor externo. Este equipo podría estar conformado por promotores de la
Dirección de Participación Ciudadana de las alcaldías y de las gobernaciones,
prefecturas, concejales, consejeros del CLPP, miembros de las Juntas Parroquiales,
promotores provenientes de organismos de nivel nacional o regional que promueven
la participación y organizaciones populares presentes en dichos territorios.

TAREAS DEL EQUIPO PROMOTOR EXTERNO:


 a) Realizar un estimado de la población mínima que debe asistir a dicha asamblea para
que ésta sea considerada válida.

 b) Promover y realizar una asamblea de ciudadanos para explicar el proyecto y


conformar el equipo promotor (10 a 15 personas) provisional entre los ciudadanos y
ciudadanas de la comunidad. Si ya existen dirigentes, éstos seguramente serán
ratificados en dicha asamblea o se puede promover a nuevas personas.

 c) Capacitar al equipo promotor provisional. A estos talleres se podría invitar también


a otros activistas de la comunidad.

 d) Difusión y explicación de los objetivos del Consejo Comunal entre las familias de la
comunidad (visita casa por casa distribuyendo material informativo).

 e) Hacer un croquis del área geográfica de dicha comunidad y delimitar los micro-
unidades vecinales.

 f) Búsqueda de información acerca de la historia de dicha comunidad para una


posterior elaboración de un texto sobre ella.

TAREAS DEL EQUIPO PROMOTOR PROVISIONAL INTERNO:

 1. Organización, planificación y realización del censo de la comunidad con la misma


gente.

 2. Organización, planificación y realización del diagnóstico participativo con la misma


gente de la comunidad y establecer las líneas generales del plan único de trabajo de la
comunidad.

 3. . Realización de la Segunda Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas para informar de


los resultados obtenidos (croquis, censo). Oír observaciones y exigencias, y elegir la
comisión electoral.

Reuniones más pequeñas en las micro áreas vecinales para:

Elaborar y aprobar pre- proyectos acerca de:

 las reglas de convivencia.

 estatutos.

 acta constitutiva del consejo comunal.

b) Preparar la elección de los miembros del consejo comunal

 Establecer el perfil o características personales necesarias según el área de trabajo y la


idoneidad moral que debe poseer cada candidata o candidato para poder ser
postulado.
 Establecer con precisión quienes votarán en la comunidad. El quórum de estas
asambleas constituyentes debe ser del 20% de la población mayor de 12 años de la
comunidad.

 Recoger ideas para definir con que sistema se va a votar: voto secreto o a mano
alzada.

 Recoger ideas para la elaboración del reglamento electoral.

 Recoger ideas para la postulación de candidatas y candidatos e inicio de campaña


electoral.

8. Convocar y realizar la Primera Asamblea Constituyente de Ciudadanos y Ciudadanas de la


Comunidad para:

 Informar ámbito territorial definitivo y sus áreas vecinales

 Aprobar los estatutos, las normas de convivencia, el acta constitutiva y el reglamento


electoral.

 Postular los candidatos y candidatas a voceros y voceras.

Llevar adelante la campaña electoral.

Es conveniente que las elecciones se hagan al menos una semana después de las
postulaciones. Legalidad de la propuesta: La Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela consagra en su texto que el poder reside en el pueblo soberano (Art. 5°), que todos
los ciudadanos tenemos el derecho a la participación (Art. 62°) y, que se crearán los
mecanismos para la descentralización y transferencia de competencias a las comunidades
organizadas (Art. 184°).

Convocar y realizar la Segunda Asamblea Constituyente de Ciudadanos de la Comunidad:

 A esta asamblea debe asistir al menos un representante de la alcaldía, de la Junta


Parroquial o del CLPP y dentro de lo posible el Defensor del Pueblo.

 La elección y la juramentación de los voceros y voceras.

 redacción de un acta con los resultados de la elección, la que debe ser enviada al CLPP,
junto con el acta constitutiva, para el registro legal del consejo comunal.

 La conformación de las comisiones de trabajo.

La Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública consagra, en su Artículo 8°, la


participación de la comunidad organizada a través de la creación de los consejos comunales y
parroquiales. En la recientemente aprobada Ley Orgánica del Poder Público Municipal esta
propuesta es ratificada en los artículos 4°, 7°, 31°, 32°, 33°, 34°; 37°, 56°, 71°, 95°, 112°, 114°,
253°, 260°, 261°, 273° y 278°.
LEY ORGÁNICA DEL PODER PÚBLICO MUNICIPAL

Debemos poner el énfasis en el Artículo 32° de la Ley orgánica del Poder Público Municipal
donde se señala a quién cabe la iniciativa de crear parroquias y otras entidades locales dentro
del territorio municipal:

 A los ciudadanos y ciudadanas inscritas en el Registro Electoral, en un numero no


menor al quince por ciento (15%) de residentes en el territorio municipal que servirá
de base a la entidad local, mediante solicitud escrita al Concejo Municipal.

 Al alcalde o alcaldesa mediante acuerdo razonado ante el Concejo Municipal.

 Al Concejo Municipal, mediante acuerdo razonado de la mayoría de sus integrantes.

¿CUÁL ES EL PRIMER PASO?

El primer paso es tomar conciencia de que somos nosotros los que debemos asumir el poder y
conformar el equipo promotor provisional.

Hacer varios Consejos Comunales en un barrio o urbanización ¿divide? ¿Debilita?

Hay personas que se resisten a dividir el barrio o urbanización en espacios menores, porque
asocian eso a divisionismo, a debilitamiento. Nosotros pensamos, por el contrario, que al
dividir el barrio o urbanización en espacios geográficos menores no estamos debilitándolo sino
fortaleciéndolo en su base.

En esos espacios menores se pueden enfrentar problemas como la limpieza de las calles y
veredas o escaleras, el tema de la seguridad o las iniciativas deportivas, culturales y
humanitarias.

Todas estas iniciativas suelen ser realizadas en forma más productiva cuando se trata de
grupos humanos menores, es decir, a nivel de lo que hemos denominado comunidades.

En cambio, en el barrio o urbanización se deben analizar y buscar solución a otro tipo de


problemas: el tema del acueducto que cruza todo el barrio; la escuela secundaria que requiere
dicha urbanización; el saneamiento del lago que forma parte de esa área; la cancha deportiva
común a varios consejos comunales.

¿Y SI NO TENEMOS SUFICIENTES PROMOTORES?

Hay quienes, aceptando que es mejor realizar la participación en espacios más reducidos, al no
disponer de promotores suficientes para afrontar simultáneamente el trabajo en más lugares y
temiendo que las personas se decepcionen si no llegan a su comunidad, consideran más
apropiado constituir primero el Consejo Comunal a nivel de todo el barrio o urbanización y
luego ir creando algo así como consejos hijos, paridos por ese consejo madre.

Nuestro criterio es que es mucho más fructífero destinar los promotores con que contamos a
promover uno o algunos consejos comunales en áreas más pequeñas, concentrando allí el
esfuerzo, para transformar a esas comunidades en vitrinas que irradien y sirvan de ejemplo a
las comunidades aledañas.
¿Qué relación tiene el Consejo comunal con el Consejo local de planificación pública y la
Junta parroquial?

El Consejo Comunal es la instancia de planificación más directamente ligada a la comunidad.


Las necesidades y planes que ella plantee a través de su Consejo Comunal deberán ser
tomados en cuenta tanto por las autoridades de la parroquia como por el CLPP. Por otra parte,
es fundamental que los consejos comunales estén informados de los planes estratégicos del
municipio para que inserten sus planes comunitarios dentro de ese plan general.

El plan de trabajo elaborado por el Consejo Comunal debe entenderse como el eslabón básico
del Sistema Nacional de Planificación. Este plan de trabajo comunal debe nutrir los Planes de
Desarrollo elaborados en los subsiguientes ámbitos del sistema: sector sub-parroquial,
parroquia, municipio, estado, región y nación. Y, a su vez, debe enmarcarse dentro de éstos.

Todos estos planes deben tomar en consideración lo dispuesto en los "Objetivos Estratégicos
de la Nueva Etapa", las "Líneas Generales del Plan de Desarrollo Económico y Social de la
Nación 2001-2007" y la "Constitución de la República Bolivariana de Venezuela". Y, a la vez,
deben enriquecerlos y concretarlos.

Por eso, los Consejos Comunales son un medio para mantener activado permanentemente el
poder constituyente y el ejercicio de la soberanía popular.

¿CÓMO SE ARTICULAN LOS CONSEJOS COMUNALES CON LA PARROQUIA?

Sólo a modo ilustrativo, pensemos en una parroquia pequeña de un área urbana, por ejemplo,
una parroquia de unos 12 mil habitantes. En esa área geográfica deberían conformarse al
menos 6 consejos comunales (estimando que cada comunidad tiene alrededor de 400 familias,
es decir, unas 2 mil personas). El Consejo Parroquial debería entonces estar conformado por
los voceros de los diferentes Consejos Comunales.

Parroquia densamente poblada con múltiples barrios y urbanizaciones

En estos casos encontraríamos al menos tres ámbitos territoriales: la comunidad, el barrio o


urbanización y la parroquia, aunque podrían llegar hasta a 4 niveles allí donde la parroquias se
dividen en zonas, éstas en barrios y urbanizaciones, y cada una de estas últimas en
comunidades.

Los Consejos Parroquiales dentro del Sistema Nacional de Planificación

Este Consejo Parroquial integrará los diferentes planes sectoriales de desarrollo en el Plan
Parroquial de Desarrollo, el cual articulará los diferentes programas y proyectos provenientes
de los Consejos Comunales y los presentará al Consejo Local de Planificación Pública, para ser
incluidos en el Plan Municipal de Desarrollo; al Consejo Estadal de Planificación y Coordinación
de Políticas Públicas, para ser incluidos en el Plan Estadal de Desarrollo; o al Consejo Federal
de Gobierno, para ser incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo.

De esta manera se establece un Sistema Nacional de Planificación que va "de abajo hacia
arriba" y regresa "de arriba hacia abajo", en una relación mutuamente complementaria.
Los programas y proyectos de las comunidades nutren los lineamientos de los planes
sectoriales, parroquiales, municipales, estadal, regional y nacional y a la vez dichos
lineamientos sirven de marco referencial para estos.

FUNCIONES DE LOS INTEGRANTES DEL CONSEJO COMUNAL

 1. Articular las organizaciones de base presentes en la comunidad y promover nuevas


organizaciones donde sea necesario.

 2. Elaborar un plan único de trabajo para atacar los problemas que la comunidad
puede resolver con sus propios recursos y evaluar sus resultados.

 3. Analizar los recursos materiales y humanos con que cuenta la propia comunidad.

 4. Lograr el apoyo de los vecinos para resolver los problemas de la comunidad.

 5. Promover la elaboración de proyectos para resolver los principales problemas que


no están a su alcance. Estos deben ir al presupuesto participativo para introducirlos
ante las instituciones de financiamiento: FIDES, LAEE, entre otras.

 6. Participar con un vocero en la elaboración del presupuesto participativo.

 7. Recopilar, procesar y dar prioridad a las propuestas de las organizaciones


comunitarias.

 8. Ejercer el control social en todas las actividades que se desarrollan en la comunidad,


sean éstas de orden estatal, comunitario o privado (alimentación, educación, salud,
cultura, deportes, infraestructura, cooperativas, misiones, etc.).

 9. Promover la constitución de cooperativas y elaboración de proyectos de desarrollo


endógeno.

 10. Promover la movilización del a comunidad en defensa de sus proyectos.

 11. Defender los intereses colectivos, coordinando la ejecución de los mandatos de la


asamblea de ciudadanos y ciudadanas.

 12. Contribuir al desarrollo político y cultural integral de los miembros de la


comunidad.

 13. Organizar el voluntariado social en cada una de las comisiones de trabajo.

 14. Establecer el orden y luchar contra la delincuencia y la corrupción.

 15. Nombrar voceros y voceras para que el Consejo esté presente en las instancias
superiores de participación.

FUNCIONES DEL COMITÉ DE CONTRALORÍA SOCIAL

 1. Solicitar copia certificada del proyecto de la comunidad e informar a la misma sobre


el proyecto.
 2. Solicitar copia simple de las actas de los estatutos de las cooperativas de
administración de recursos populares e informar a la comunidad sobre su contenido.

 3. Verificar el presupuesto del proyecto, monto, comparación de precios, entre otros.

 4. Velar porque los materiales sean de buena calidad y se mantengan en buen


resguardo.

 5. En caso de que la mano de obra no sea voluntaria, verificar que el pago sea
solidario.

 6. Solicitar ante la Cooperativa de Administración de Recursos Populares el


movimiento financiero de la cuenta corriente e informar a la comunidad.

 7. Verificar que la obre se ejecute en el tiempo estimado.

 8. Solicitar a la ingeniería municipal la asistencia técnica a la obra.

 9. Informar a la comunidad sobre los avances del proyecto.

 10. Sostener reuniones con otros comités de contraloría social de otras comunidades
para compartir e intercambiar experiencias.

 11. Capacitar a los miembros del Comité de Contraloría Social en cuanto a procesos
administrativos y ejecución de obras.

 12. Reunirse con todos los miembros de la Contraloría Social permanentemente.

 13. Elaborar informe final del proceso de ejecución de la obra.

 14. Controlar, hacer seguimiento y evaluar todo lo concerniente a la ejecución del


proyecto comunitario.

FUNCIONES DE LOS INTEGRANTES DE LA COOPERATIVA DE ADMINISTRACIÓN DE RECURSOS


POPULARES

 1. Representar a la comunidad ante el ente bancario.

 2. Ser responsable de los recursos presupuestados y asignados para el desarrollo del


proyecto.

 3. Solicitar copia certificada del proyecto comunitario.

 4. Realizar un cronograma financiero de acuerdo con el tiempo de ejecución de la


obra.

 5. Enviar reportes financieros quincenales al Comité de Contraloría Social

 6. Ajustar el desembolso del dinero de acuerdo con el lapso de ejecución del proyecto.

 7. Realizar el control sobre la ejecución del proyecto a fin de efectuar los pagos
correspondientes.
 8. Presentar el informe a la comunidad sobre rendición de cuentas del uso de los
recursos financieros.

 9. Supervisar que los egresos de las cooperativas sean puntuales para la ejecución del
proyecto.

 10. Capacitarse mediante talleres en áreas sociales: social, financiera y técnica para la
elaboración y presentación de proyectos.

 11. Realizar reuniones periódicas con las comunidades a fin de informar sobre el
manejo de los recursos financieros de la cooperativa.

ESTRUCTURA Y FUNCIONES

Cada Consejo Comunal estará integrado por: el órgano ejecutivo, la unidad de Gestión
Financiera y la unidad de Contraloría Social.

El órgano ejecutivo promoverá y articulará la participación organizada de los integrantes de la


comunidad, los grupos sociales y organizaciones comunitarias en los diferentes comités de
trabajo. Éstos comités cubrirán las siguientes áreas: Salud, i¡ Educación, Tierra Urbana o Rural,
Vivienda y Hábitat, Protección e Igualdad Social, Economía Popular, Cultura, Seguridad
Integral, Medios de Comunicación e Información, Recreación y Deportes, Alimentación,
Técnica de Agua, Técnica de Energía y Gas, Servicios, y cualquier otro que considere la
comunidad. Entre sus funciones se encuentran: ejecutar las decisiones de la Asamblea de
Ciudadanos, articular con las organizaciones sociales presentes en la comunidad y promover la
creación de nuevas organizaciones en defensa del interés colectivo y el desarrollo integral,
sostenible y sustentable de las comunidades, elaborar planes de trabajo para solventar los
problemas que la comunidad pueda resolver con sus propios recursos y evaluar sus resultados,
y elaborar el plan de desarrollo de la comunidad a través del diagnóstico participativo, en el
miroo de la estrategia endógena.

La unidad de Gestión Financiera estará integrada por cinco habitantes de la comunidad electos
por la Asamblea de Ciudadanos y funcionará como ente de ejecución financiera de los consejos
comunales para administrar recursos financieros y no financieros, servir de ente de inversión y
crédito, y realizar intermediación financiera con los fondos generados, asignados o captados.

Esta Unidad se denominará Banco Comunal y pertenecerá a un Consejo Comunal. Sus


funciones, entre otras, son: administrar los recursos asignados, promover la constitución de
cooperativas para la elaboración de proyectos de desarrollo endógeno, impulsar el diagnóstico
y el presupuesto participativo, promover el desarrollo local, los núcleos de desarrollo
endógeno y cualquier iniciativa que promueva la economía popular y solidaria, y rendir cuenta
pública anualmente o cuando le sea requerido por la Asamblea de Ciudadanos.

La unidad de Contraloría Social estará conformada por cinco habitantes de la comunidad,


electos por la Asamblea de Ciudadanos para realizar la contraloría social y la fiscalización,
control y supervisión del manejo de los recursos asignados, recibidos o generados por el
consejo comunal, así como sobre los programas y proyectos de inversión pública
presupuestados y ejecutados por el gobierno nacional, regional y municipal.

Este órgano de control deberá cumplir con las siguientes funciones: dar seguimiento a las
actividades administrativas y de funcionamiento ordinario del Consejo Comunal, ejercer la
coordinación en materia de Contraloría Social comunitaria, ejercer el control, fiscalización y
vigilancia de la ejecución del plan de desarrollo comunitario y del proceso de consulta,
planificación, desarrollo, ejecución y seguimiento de los proyectos comunitarios, y rendir
cuenta pública de manera periódica.

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Leer más: http://www.monografias.com/trabajos91/consejos-comunales-en-venezuela/


consejos-comunales-en-venezuela3.shtml#ixzz4DdhII3UN
La participación ciudadana y las comunidades: experiencia del estado Portuguesa

Por: Ramón E. Azócar A. | Miércoles, 29/09/2010 04:39 PM | Versión para imprimir

La ciudadanía requiere para su total desenvolvimiento igualdad de oportunidades y un


conjunto de garantías que hagan efectiva esa igualdad orientadas fundamentalmente a
asegurar la participación de la sociedad en el control y discusión de las políticas del gobierno
local; en este sentido, la participación tendrá su lugar en el debate público y dispondrá de
mecanismos que aseguren que la política del gobierno depende de la voluntad y preferencias
de los ciudadanos. Eso es precisamente la democracia participativa y protagónica, en la cual
está inmersa la ideología política del estado Portuguesa.

Por tipología se ha de entender, un sistema de clasificación de las modalidades de los canales


de participación ciudadana que contemplan características concreta y distintiva. En el caso de
la participación ciudadana, se presentan varias modalidades de participación, variando de
acuerdo a dos factores: niveles y ámbito en los que recae la participación y carácter de la
intervención de los ciudadanos en las actividades y/o órganos públicos. Estos factores se
aprecian en dos planos: el político y el de la gestión pública. Aquel es el que se relaciona con
las decisiones de interés público; éste es el que se vincula con la generación de bienes y
servicios públicos y con las actividades de apoyo a éstos. En este sentido, la participación
ciudadana se refiere a la intervención de los particulares en actividades públicas en tanto sean
portadores de determinados intereses sociales.

Más cercano a una idea de “sistema de clasificación” de estas modalidades que caracterizan a
la participación ciudadana, se presenta un marco de tipología de la participación ciudadana en
razón de la visión teorética contemporánea, adaptada a la realidad del poder local. En tal
sentido se parte cinco criterios de clasificación usualmente considerados por el común
denominador de los teóricos en la materia. Estos criterios son: obligatoriedad; fase del proceso
decisional, en el cual se concreta la participación; e intensidad, según sean mediados o no por
algún tipo de organización.

Lo que se entiende por obligatoriedad o no de los resultados de la participación ciudadana,


tiene que ver con el marco de ley vigente que hace obligante o no obligante, la participación.
En el caso de Venezuela se tiene expreso el derecho de participación ciudadana en el artículo
62 de la Constitución de 1999, así como sus modalidades en el artículo 70 respectivamente.
Por ello, la organización social de Venezuela está relacionada tanto con la obligatoriedad o no
de la participación según acción consultiva, o según acción resolutiva, por lo tanto es una
tipología afín con la realidad sociopolítica venezolana.

En lo que respecta a la fase decisional, en la cual se concreta la participación ciudadana, en el


poder público municipal, caso de Araure, Páez y Guanare, se priorizan los problemas puntuales
de la sociedad, como formulación de proyectos en beneficio de la comunidad, en acciones
independientes de la comunidad para ejecutar proyectos y en el control de servicios o
programas, tanto por parte del sector Gobierno como por las comunidades.

En lo que respecta a la intensidad de la participación ciudadana en el Estado Portuguesa, ha


habido una experiencia moderada de iniciativa por parte tanto del sector Gobierno como por
parte del sector sociedad civil. Se ha dado mayor prioridad a encontrar metodologías
participativas que respalden los planes de acción ya estructurados por el sector Gobierno y no
metodologías participativas que permitan identificar los problemas reales de la comunidad, lo
cual confronta directamente el principio de participación ciudadana establecido en la
legislación constitucional.

Otro aspecto que se ha promovido en el Gobierno Regional en lo que ha participación


ciudadana se refiere, es el constituido por la experiencia en materia de formulación y gestión
de políticas de desarrollo, en la que concurren el gobierno municipal, las oficinas
gubernamentales sectoriales, la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales
“Ezequiel Zamora”, las ONG`s de investigación y de desarrollo, así como organizaciones de
base rurales y urbanas representadas en los Consejos Comunales.

La actuación de los gobiernos locales en el estado Portuguesa, han tenido variedad de


acciones; para efectos pedagógicos es necesario reducir a un concepto matriz esas acciones y
sus efectos; por lo tanto se asigna en nombre de Mesas de Concertación Interinstitucional y
Ciudadana, a todas las iniciativas de participación generadas a partir del año 2002 en la
mayoría de las Alcaldías de Portuguesa, como preámbulo a las Asambleas de Ciudadanos; estas
acciones, denominadas Mesas de Concertación, tuvo como objetivo global la elaboración de
diagnósticos, políticas, planes y proyectos necesarios para el desarrollo regional (modelo que
fue reproducido en otros municipios del estado Portuguesa y reciben el nombre de mesas de
agua, mesas eléctricas, entre otras) y en la elaboración de mecanismos participativos para su
implementación. En este sentido fue un instrumento de gestión y de planificación del
desarrollo local que se concretó en un plan de desarrollo sostenible para el estado Portuguesa,
elaborado a partir de la participación y concertación de los distintos actores tanto del gobierno
local como de la ciudadanía rural y urbana.

Los objetivos específicos que surgieron de las acciones, o Mesas de Concertación, son:
Aumentar la eficacia de los programas de desarrollo estableciendo de manera participativa
prioridades efectivas, estratégicas y con potencial de impacto; Aumentar la eficiencia
realizando la coordinación entre las diversas instituciones que trabajan en la región,
optimizando los recursos humanos y económicos y evitando la duplicidad de esfuerzos;
Construir canales de participación ciudadana y delegar capacidad de decisión, gestión y
control; Apoyar la descentralización del gobierno regional hacia los gobiernos locales y de
centros poblados menores; Reactivar el crecimiento económico tomando en cuenta la defensa
de los recursos naturales; e Incorporar la dimensión ambiental a las diversas propuestas y
decisiones de gobierno local.

Las acciones, Mesas de Concertación, han estado organizadas en áreas temáticas: 1) Medio
Ambiente Urbano, 2) Recursos Naturales y Producción Agraria, 3) Producción y Empleo, 4)
Turismo y Patrimonio Cultural, 5) Educación y Cultura, 6) Población, Mujer y Familia. Cada
mesa temática funcionó de manera independiente, en un primer nivel, para luego concertar
los distintos temas en la elaboración del Plan de Desarrollo Urbano Local que llegó a
materializarse en octubre del año 2004.

En Portuguesa, hasta el 2002, era un estado tradicional, preocupado fundamentalmente por


los problemas urbanos, ignorando la realidad rural que predomina en los entornos de las
ciudades y demás poblados de los municipios. Se dedicaba a satisfacer los servicios urbanos
básicos, como la limpieza pública, los servicios de agua y desagüe, el funcionamiento del
mercado, actividades culturales y el ornato de la ciudad.

En cuanto a los Gobiernos Municipales, se impone un corte tradicional que no tiene ingerencia
en aspectos relacionados a la generación de empleo, a actividades productivas y al manejo del
medio ambiente. Más aún, no existía una preocupación por relacionar lo urbano con su
entorno rural, no existían mecanismos de participación ciudadana efectivos, y menos aún la
voluntad de construir concertadamente de abajo hacia arriba a partir de los conocimientos y
expectativas de la población. No existe, por último, los conocimientos necesarios para la
formulación de planes integrales de desarrollo.

Esta experiencia concreta de las acciones, o Mesas de Concertación, ha permitido introducir en


la gestión local nuevos conceptos, como la necesidad de un enfoque más integral de los
problemas a partir de la noción de cuenca; la participación activa de la propia población en la
formulación y ejecución de los planes de desarrollo; la necesidad de la descentralización hacia
niveles inferiores de gobierno y trabajo conjunto con otros gobiernos municipales; la visión
ecológica; y la perspectiva del desarrollo sostenible.

Las acciones de los poderes locales en cuanto a la participación ciudadana nacieron como el
mecanismo adecuado para poner en práctica un control y seguimiento de la gestión local. Por
ello, desarrollo sustentable, democracia, entre otros; son los principios que orientaron estas
experiencias que están inmersas en el plan de Desarrollo Local Bolivariano.

Sin duda que los mecanismos de participación ciudadana han logrado interesar a un amplio
número de ciudadanos e instituciones, de todos los sectores públicos y privados, promoviendo
un medio de debate y elaboración intersectorial e interdisciplinaria.

Por otro lado, los enfoques monotemáticos que sustentaban las propuestas de desarrollo han
sido reemplazados por enfoques que integran lo social con lo económico y lo político. Los
avances de la experiencia comunitaria, indican que se trata de innovaciones promisorias de la
que se puede obtener un importante aprendizaje de colaboración institucional, avanzando en
la formulación de políticas integradas con especial énfasis en el manejo de los recursos
naturales, aprovechando la experiencia de investigación desarrollada por las ONG`s y por el
ámbito académico universitario.

La experiencia indica que la iniciativa funciona cuando existe voluntad política en los gobiernos
municipal y de la sociedad civil. La metodología de mesas de trabajo puede generar más
transparencia del proceso de toma de decisiones y de la evaluación de los programas, pero
requiere de gran capacidad de negociación y aprendizaje de reglas del juego que permitan
negociar. Esto es particularmente difícil en el área rural donde esta práctica puede ser muy
escasa. El desarrollo de un país será viable en la medida en que los pueblos participen en la
formulación de políticas y en la toma de decisiones que de ella emanen.

En este aspecto, partiendo de la experiencia venezolana, existen dos vías diferenciadas en el


acometimiento de la participación ciudadana: la pasiva, en donde la población se limita sólo a
hacer valer su derecho político de elección de sus representantes; y la activa en la cual los
ciudadanos se organizan e intervienen en la fijación de prioridades, formulación de objetivos,
definición de proyectos y control de la gestión gubernamental.

En este sentido, la sociedad venezolana ha pernotado más tiempo en la tipología pasiva, sin
embargo, sería a partir de 1989, cuando aperturándosele los derechos de elección de cargos
para el poder regional y local, esa pasividad pasa a un cierto grado de actividad y se van
creando en el seno de la sociedad civil organizaciones que buscan profundizar los valores de la
participación ciudadana. La Constitución de 1999 daría la apertura a canales de participación
más explícitos y directos y de este modo hoy podemos mencionar que si bien el grueso de la
población venezolana se identifica más con una participación pasiva, hay una corriente
ciudadana muy conciente de que se tiene que fortalecer la participación activa. *.-

Participación social y consejos comunales en Venezuela

Jesús E. Machado M

Sociólogo. Actualmente coordina el Observatorio de Participación y Convivencia Social de


Venezuela de la Fundación Centro Gumilla. [email protected]

Resumen

En este artículo se presentan un breve desarrollo de la participación social en Venezuela


durante el siglo xx y lo que va del xxi, destacando que la organización social ha sido en torno a
la necesidad de hacer más habitable el espacio que se ocupa. En una segunda parte, se aborda
el rol que ha desempeñado el Estado en el fomento de formas organizativas para la
participación social. Finalmente, en una tercera parte, se analiza la experiencia de los consejos
comunales, destacando su génesis, sus alcances, sus ámbitos de acción y su financiamiento.

Palabras clave: participación social, consejos comunales, Venezuela.

Social Participation and Communal Councils in Venezuela

Abstract

This article starts with a brief review of social participation in Venezuela during the 20th
century and the first decade of the 21st, emphasizing that social organization has been
stimulated basically by the need to improve living conditions in the urban areas. In the second
part, there is an analysis of the role of the State in the promotion of organizational forms for
social participation. Finally, in a third part, the experience of the communal councils is
examined, in terms of their origins their coverage, their competences and their source of
financing.

Key Words: Social Participation, Communal Councils, Venezuela.

I. La participación social en Venezuela

La participación social y política en Venezuela es de larga data. Existen registros desde 1934
que dan cuenta del proceso organizativo en comunidades. Los pioneros que coadyuvaron en la
fundación de los primeros conglomerados urbanos populares, tales como San Agustín del Sur,
La Vega y Antemano, crearon organizaciones comunitarias llamadas Ligas de Colonos que
luego pasarían a llamarse Juntas Profomento o Promejoras.

Lo que comenzó como formas organizativas para resolver problemas del espacio social que
ocupaban adquiere mayor consistencia organizativa y fortaleza y se convierten en
organizaciones populares, con capacidad de movilización comunitaria y de organizar protestas
callejeras como instrumento de presión política al gobierno de Eleazar López Contreras. Una
de estas manifestaciones tuvo que ver con las protestas en contra de los propietarios de casas
destinadas al arriendo, obligando al gobierno a dictar un decreto mediante el cual se
estableció un conjunto de regulaciones sobre el cobro de los alquileres.

Para 1940 se había creado la Junta Central en la que se agrupaban las juntas promejoras. Para
1944 éstas se habían extendido a gran parte del país y dan un paso más: se constituyen en
federaciones de juntas promejoras.

Varios partidos políticos comenzaron a evaluar el potencial que le brindaban estas formas
organizativas comunitarias para el desarrollo de sus agrupaciones y orientaron parte de sus
acciones hacia éstas, realizando trabajos de penetración en los que trataban de imponer sus
respectivas líneas políticas: Como resultado de ello, hacia finales del 45 lo que había
demostrado un dinamismo organizativo comunitario daba muestra de fuerte estancamiento.

Dado el cambiante clima político al inicio de los 60 resurgen las juntas promejoras. Las
situaciones de alta conflictividad político-social de entonces las hacen sucumbir nuevamente.

En 1964 el gobierno de Raúl Leoni lanza el Programa Nacional de Desarrollo de la Comunidad,


desde el cual se coordinarían las acciones gubernamentales y comunitarias para la dotación de
infraestructura para la urbanización, apoyo a las actividades deportivas y culturales con un
marcado acento en el populismo asistencialista. Más que una forma de estimular la
organización autónoma de las comunidades era una estrategia política diseñada para
garantizar una adhesión al pacto de elites para garantizar la gobernabilidad tras la dictadura de
Pérez Jiménez y neutralizar la influencia que pudieran tener otras fuerzas disidentes en estos
sectores. Otro elemento que se destaca es que el Estado asume el rol de organizador de
formas organizativas comunitarias.

Estas organizaciones fomentadas desde el Estado, guiadas por intereses del partido en
funciones de gobierno, tuvieron poco éxito y pronto se convirtieron en correaje de transmisión
de Acción Democrática. Cayendo en el desprestigio y su posterior desaparición.

La década de los 70 bien la podríamos caracterizar como un período de auge considerable de


las formas organizativas populares. Se caracterizaban por dinámicas autónomas, prácticas
democráticas y elevados niveles de participación social. Su accionar estaba fuertemente
impregnado por demandas de carácter reivindicativo. Muchas de ellas realizaron
planteamientos que trascendían lo social-reivindicativo para proponer transformaciones
políticas en la formación social venezolana.

Las muy variadas demandas de los sectores populares de alguna manera eran atendidas por
una avalancha de recursos financieros. Parte de la renta petrolera fue usada para anular todo
tipo disenso y crear consensos socio-políticos artificiales mediante la conciliación populista de
intereses por parte de las elites que manejaban el Estado.

Al final de la misma década, coincidiendo con el inicio de una prolongada crisis económica,
tienen un reimpulso diversos tipos de organizaciones con finalidades distintas al igual que el
origen de clases de las mismas. Es el auge de las asociaciones de vecinos y organizaciones
sociales los cuales se ocupaban de temas como los problemas comunitarios y vecinales, lucha
por instalación o mejoras en los servicios sociales y públicos, hasta organizaciones que tenían
como interés el trabajo con jóvenes, niños y mujeres, organizaciones ecológicas, deportivas y
religiosas, entre muchas otras.

A lo largo de la década de los 80 lo que existía en términos organizativos se encontraba en


situación de dispersión, debilitamiento y fragmentación. Se había llegado a una situación de
retroceso en las forma organizativas. El copamiento de los partidos políticos de las
asociaciones de vecinos, las cuales usaban como espacio de disputas y control, terminó por
desgastar y desprestigiar esta forma organizativa vecinal.

En la década de los 90 se inicia el resurgimiento de las organizaciones populares. Un renacer


lento, progresivo, superando antiguos vicios, con planteamientos de horizontes políticos
distintos ante la pérdida de referentes sistémicos que de alguna manera las alimentaron. Las
movilizaciones populares tienen un incremento significativo, con un fuerte matiz
reivindicativo. Las protestas van adquiriendo un carácter confrontacional violento. Las
demandas reivindicativas y las de tipo político se van equilibrando abriendo paso a más formas
organizativas.

En el 92 se producen dos intentos de golpes de Estado. Hay un creciente apoyo de una porción
considerable de los sectores populares a los responsables de las dos intervenciones militares y
aumento del rechazo a la institucionalidad democrática liberal hasta el momento vigente.
Muchas de las nuevas formas organizativas populares estaban motivadas por la adhesión a
estos militares. La participación popular tiene un auge ciertamente multitudinario.

II. El rol del Estado en el fomento de las organizaciones comunitarias

Con la aprobación de un nuevo texto constitucional en 1999, se da un nuevo impulso a las


formas participativas posibilitando la aparición de diversos tipos de las mismas. A lo que habría
que añadir la estimulación profunda que hace el actual Presidente de la República para la
organización social comunitaria. En el texto constitucional existen, al menos, existen unos 70
artículos que promueven la participación ciudadana en varios aspectos de la vida pública del
país. Algunos de ellos hacen alusión directa a la participación popular.

El mismo Estado nacional se ha reestructurado para facilitar la organización a través de


mecanismos de información y atención ciudadana (líneas telefónicas gratuitas de atención,
servicios de recepción y entrega documentos, servicio de taquilla única, horarios especiales de
atención); estructura institucional gubernamental (Sistema de Planificación, Sistema Nacional
de Control Fiscal, Sistema de Participación y Planificación Social); reconocimiento de derechos
(derecho de petición, derecho de información, derecho de queja y reclamo, derecho de ser
consultado, derecho de formular opinión, derecho de presentar propuestas)
Promulgación de leyes en las que se alude de manera directa la participación social en los
procesos que deben llevar a cabo instancias del gobierno, tales como la Ley Orgánica de
Planificación; Ley de Asignaciones Económicas Especiales derivadas de Minas e Hidrocarburos
(2006).

La actual administración gubernamental elaboró un documento titulado “Líneas Generales del


Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001-2007”, que marca las directrices para
la creación de de formas organizativas desde el poder central. A partir de estas líneas
generales, el Estado se concibe como un facilitador del proceso de organización y participación
dirigidos a la creación de un poder popular.

En la Gaceta Oficial Extraordinaria n° 5.890 del 31 de julio de 2008, salen publicados veintiséis
(26) decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley que abordan diferentes materias. En 14 de las
cuales hay mención a consejos comunales, otras formas de organización y participación
comunitaria, participación popular, formas de organización social, cualquier forma de
organización y participación comunitaria, las comunidades organizadas.

En una nota de prensa del Ministerio del Poder Popular para la Participación y la Protección
Social se señala que “hay 6.600 Mesas Técnicas de Agua, 6.740 Comités de Tierra Urbana,
3.600 Bancos Comunales, 472 Mesas Técnicas de Telecomunicaciones, 27.872 Consejos
Comunales, 4.156 Mesas Técnicas de Energía, 485 Medios Comunitarios y 7.800 Comités de
Salud...” (Ministerio del Poder Popular para la Participación y la Protección Social, 2009,
Internet)1

A partir de la promulgación del texto constitucional de 1999 y con mayor énfasis a partir de
2006, luego de la reelección del actual Presidente, se ha estado estimulando fuertemente la
participación y la organización social comunitaria disponiendo gran cantidad de recursos
económicos, técnicos y logísticos para fortalecer lo que desde la nueva hegemonía en la
conducción del Estado ha llamado la construcción del socialismo del siglo xxi, teniendo como
uno de sus pilares el poder popular.

III. Consejos Comunales

Uno de los mayores esfuerzos que ha realizado el Gobierno nacional en torno a la


organización para la participación social ha sido a través de los consejos comunales.

El origen de estos bien la podemos rastrear hasta el texto constitucional de 1999. El artículo
62 refiere a la participación popular en la gestión pública. El artículo 70 determina las formas
de participación en lo económico, social y político. El artículo 182 establece la creación del
Consejo Local de Planificación Pública (CLPP), el cual estaría "presidido por el Alcalde o
Alcaldesa e integrado por los concejales y concejalas, los presidentes o presidentas de las
juntas parroquiales y representantes de organizaciones vecinales y otras de la sociedad
organizada, de conformidad con las disposiciones que establezca la ley".

La Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública, del 12 de junio de 2002 es cuando
aparecen por primera vez la mención de los consejos comunales “los miembros del Consejo
Local de Planificación Pública estarán obligados a cumplir con sus funciones, en beneficio de
los intereses colectivos, mantendrá una vinculación permanente con las redes de los consejos
parroquiales y comunales, atendiendo sus opiniones y sugerencias, y prestará información
oportunamente, de las actividades del Consejo Local de Planificación Pública”.2

Los consejos locales de planificación pública no fueron aceptados tan fácilmente por las
autoridades municipales quienes debían estimular su conformación. En vista de ello se
modifica la Ley del Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides – Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela N° 5.805 Extraordinario, de fecha 22 de marzo de
2006) permitiendo la creación acelerada de estos consejos locales de planificación, ya que en
su artículo 20 se exige que los programas y proyectos de las alcaldías deben ser presentados
por los mismos CLPP para su aprobación, “Los programas y proyectos serán presentados para
su aprobación: en el caso de las gobernaciones a través de los Consejos Estadales de
Planificación y Coordinación de Políticas Públicas; en caso de las alcaldías, a través de los
Consejos Locales de Planificación Pública. Los programas y proyectos de los Consejos
Comunales de acuerdo con lo previsto en su respectiva ley”3

Para junio de 2005 se promulga Ley Orgánica del Poder Público Municipal (Gaceta Oficial n°
38.204 del 8 de junio de 2005). En este texto quedaba claro que los consejos comunales eran
una instancia de los CLPP. Art. 112: “Los consejos parroquiales y comunales son instancias del
Consejo Local de Planificación Pública que tendrán como función servir de centro principal
para la participación y protagonismo del pueblo en la formulación, ejecución, control y
evaluación de las políticas públicas, así como para viabilizar las ideas y propuestas que la
comunidad organizada presente ante el Consejo Local de Planificación Pública”4.

El artículo 113, de esta misma ley, señalaba que “el alcalde o alcaldesa en su carácter de
presidente o presidenta del Consejo Local de Planificación Pública, promoverá la conformación
de los consejos parroquiales y comunales5. A la luz de los hechos, poco fueron los consejos
parroquiales y comunales promovidos por las autoridades municipales.

Desde mediados de 2005 el mismo Presidente de la República ha estado realizando


exhortaciones para la organización de los consejos comunales como forma de participación
social. Los programas de “Aló Presidente”6 han sido una plataforma de amplia difusión para
promover esta forma organizativa, a fin de estimular la participación organizada de las
comunidades en la solución de los problemas más urgentes y cotidianos en relación al espacio
social que habita.

Al momento de rendir memoria y cuenta de lo actuado ante la Asamblea Nacional en febrero


de 2006, el Presidente de la República hace un llamado para que las comunidades se
organizaran en consejos comunales, a la vez que exhortó a la Asamblea Nacional para que
promulgara una ley sobre esta figura de organización comunitaria. El 7 de abril de 2006, se
promulga la Ley de los Consejos Comunales y publicada en Gaceta Oficial Extraordinaria Nº.
5806 de fecha 10 de abril 2006.

La disposición transitoria de la Ley de los Consejos Comunales señala: “Queda derogado el


artículo 8 de la Ley de los Consejos Locales de Planificación Pública y todas las disposiciones
que contradigan lo previsto en esta Ley” con lo que se separan de los Consejos Locales de
Planificación Pública.
Se reforma la Ley Orgánica del Poder Público Municipal para suprimir la relación de los
consejos comunales con las alcaldías y las juntas parroquiales.

En el artículo 30 se crea la Comisión Nacional Presidencial del Poder Popular, designada por el
Presidente de la República, a través de esta comisión se establece el enlace de los consejos
comunales con el Estado. Se trata de la conformación de instancias de participación
comunitaria, sin cuerpos intermedios de relación con el Ejecutivo. Estableciéndose una
relación directa entre los consejos comunales y el Ejecutivo nacional.

En esta ley los consejos comunales son definidos como “instancias de participación,
articulación e integración entre las diversas organizaciones comunitarias, grupos sociales y los
ciudadanos y ciudadanas, que permiten al pueblo organizado ejercer directamente la gestión
de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades y aspiraciones de
las comunidades en la construcción de una sociedad de equidad y justicia social” (Ley de los
Consejos Comunales, 2006. Art. 2)7

Desarrollo de los consejos comunales

Antes de la promulgación de la Ley de los Consejos Comunales, habían organizaciones de este


tipo partiendo de lo establecido en la Ley de Consejos Locales de planificación Pública.

A partir de abril de 2006 hay un gran esfuerzo desde el Gobierno nacional para la
conformación de consejos comunales en el país. El para entonces, ministro del Poder Popular
para la Participación y Protección Social, David Velásquez, había señalado, en una nota de
prensa ese mismo año, que la meta para 2007 era la conformación de unos 50 000 consejos
comunales8 y para 2008 la meta era de unos 100 000 consejos comunales en todo el país9

Según información aportada por Fudacomunal10, para marzo de 2008 en Venezuela existían
36.812 consejos comunales, de los cuales 26.143 están constituidos y 10.669 en proceso de
conformación en todo el país.

En un informe de indicadores y coyuntura política, realizado a nivel nacional entre el 26 de


mayo y el 6 de junio de 2008 por el Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), se hizo la
siguiente pregunta: “¿Sabe si existe en esta comunidad un Consejo Comunal?”: 71,5% de los
entrevistados respondieron afirmativamente.11

En el estudio sobre las misiones sociales del Gobierno nacional, llevado a acabo por el Centro
para la Paz de la Universidad Central de Venezuela del 2 al 12 de agosto de 2008 a nivel
nacional, consultaron: “En la comunidad donde usted vive ¿Se han formado consejos
comunales?” 62,6% de las personas consultadas respondieron que Sí, mientras 20,2% dijeron
que No y 17,2% dijeron no saber12

No conocemos una data organizada que nos dé cuenta de cuántas personas están involucradas
de manera directa en la organización y funcionamiento de los consejos comunales, lo que hace
difícil conocer la cobertura poblacional exacta de los mismos. Aun así, las estimaciones
posibles que podamos hacer estarían señalando que gran cantidad de personas están
involucradas en las mismas.
Lo que es evidente, partiendo de los datos obtenidos, es que los consejos comunales son la
forma organizativa, fundamentalmente popular, con mayor extensión, números de miembros
y mayor extensión en la Venezuela contemporánea.

Financiamiento

Los recursos que son utilizados por los consejos comunales para la ejecución de los proyectos
comunitarios son manejados a través de la Unidad de Gestión Financiera, 13 integrada por cinco
habitantes de la comunidad, electos por la asamblea para ejercer la función de ejecución
financiera del consejo, encargado de administrar los recursos. La ley lo denomina Banco
Comunal y tiene la figura de una cooperativa.

El Banco Comunal tiene por funciones: administrar los recursos, promover la constitución de
cooperativas, impulsar el presupuesto participativo, promover formas alternativas de
intercambio, articularse con el resto del sistema microfinanciero, promover los núcleos
endógenos, rendir cuentas, prestar servicios no financieros, prestar asistencia social y realizar
la intermediación financiera.14

Los recursos son los transferidos por la República, los estados y los municipios. En específico se
señalan las transferencias dispuestas a las comunidades en la Ley del Fides y la Ley de
Asignaciones Económicas derivadas de Minas e Hidrocarburos Especiales (LAEE). 15 También
incluyen aquellos que provengan de la actividad de los Consejos Comunales, sea por los
servicios transferidos, o generados por su actividad o recibido por donaciones.16

El primer mandatario nacional señaló en un encuentro con consejos comunales en el Teatro


Municipal el 17 de octubre de 2008 que “en 2006 fueron orientados 3.2 billones de bolívares
(antiguos) a este sector, mientras que en 2007 fueron otorgados 2,1 billones de bolívares
(antiguos) y en 2008 han sido otorgados 3,2 millardos de bolívares fuertes, para atender más
de 8.800 proyectos”.17

En el II Estudio sobre Consejos Comunales en Venezuela, 18 67% de los entrevistados consideran


que el Gobierno nacional debe financiar y aportar recursos a los Consejos Comunales.
Mientras 25% les atribuyen esa responsabilidad a las alcaldías y 22% a los gobernadores.

En el I Estudio sobre los Consejos Comunales realizado por la Fundación Centro Gumilla, 19 los
voceros de la comisiones de trabajo de estas instancias organizativas señalaron en 58% que
recibían financiamiento, mientras que 35% de los consultados respondieron negativamente.
Sobre la consulta sobre si el financiamiento se otorgaba en el tiempo programado, en 51% de
los casos fue afirmativo. En los casos en los cuales no llega el financiamiento oportunamente
se ubica en 43%. En otras palabras, de acuerdo con la información aportada por los voceros
consultados, sólo 29,43% de los consejos comunales que hacen solicitud de fondos públicos
para la realización de proyectos comunitarios lo reciben a tiempo.

Al consultárseles sobre la contraloría, 78% de los voceros consultados afirmaron que ejercen
contraloría comunitaria a los proyectos ejecutados. 15% manifestaron no realizar contraloría
comunitaria de los proyectos ejecutados por los consejos comunales. Los entrevistados
señalaron que las causas por las cuales no se realizaba contraloría comunitaria a los proyectos
de debía a que no había proyectos en ejecución/ estaban empezando, 42%; la falta de
organización fue el causal para 5%; por falta de participación comunitaria 6%; no sabían cómo
hacerlo un 3%; falta rendición de relación de gastos 4%; y por falta de comisión de contraloría
3%. Se señalaron otras causas varias: 23%, y no se obtuvieron respuesta en 13% de los casos.

Si bien es cierto que existe una alta proporción en el ejercicio de la acción de contraloría de los
gastos en proyectos comunitarios realizados por mediación o con intervención de los consejos
comunales, no deja de llamar la atención que en una pequeña parte de estas formas
organizativas no se realice control de los fondos asignados para la ejecución de proyectos para
sus respectivas comunidades.

Los consejos comunales, al manejar fondos públicos, generan responsabilidad civil, penal y
administrativa, por lo que, sin tener el estatuto de funcionario público, los miembros del
órgano financiero adquieren las responsabilidades propias de un Funcionario Público. 20

Los miembros de las comunidades perciben que la corrupción en los consejos comunales es
tremendamente alta. Ante el enunciado: “En la administración de los Consejos Comunales no
existe corrupción”, las respuestas mayoritarias fueron “totalmente en desacuerdo” 39% y
“parcialmente en desacuerdo” 22%, lo que sumaría un 61%. Al formular el planteamiento “Hay
mucho descontrol del dinero que va a los consejos comunales” las opciones “totalmente de
acuerdo” y “parcialmente de acuerdo” obtuvieron 45% y 18% respectivamente.21

Ámbitos de acción de los consejos comunales

Según la ley que rige los consejos comunales, éstos pueden establecer áreas y comités de
trabajos de acuerdo con las particularidades y problemas más relevantes de la comunidad,
pudiendo establecer tantas comisiones de trabajo como lo requiera la asamblea de
ciudadanos.22

La necesidad de hacer cada vez más digno el espacio social que se ocupa habitacionalmente,
procurando elevar la calidad de vida, implica para los habitantes de las comunidades una
motivación para el diagnóstico social, elaboración de propuestas y proyectos y realizar las
gestiones ante los organismos gubernamentales correspondientes, esto de alguna manera
explica el éxito que han tenido los consejos comunales.23

En la consulta que se hizo a varios consejos comunales en la cual se les preguntaba ¿cuáles
proyectos ha puesto en marcha este consejo comunal en esta comunidad?, se señalaba lo
siguiente: “Casi de manera absoluta señalaron proyectos de infraestructura pública, urbanismo
y servicios. Para viviendas 23%, si le sumamos lo del programa Sustitución de Vivienda (SUVI),
un 10%, llega a 33%, una diferencia bien marcada con respecto al resto de los demás
proyectos. Red de agua potable y servidas 21%; vialidad 15%; electrificación 14%; obras
relacionadas con el deporte 13%; construcción sede de CC 12%; obras para escuelas 12%;
aceras, caminerías, escaleras 10%; plazas, parques 4% (…) En las ejecutorías de los proyecto
muestra que las comunidades están utilizando los consejos comunales para resolver
problemas de infraestructura, en especial la infraestructura habitacional y servicios
concomitantes. En estas realizaciones los consejos comunales van obteniendo logros que
potencian su motivación para seguir participando colectivamente”.24
Otras acciones realizadas a través de los consejos comunales son reuniones de trabajo con
diferentes entes gubernamentales para plantear problemas en búsqueda de soluciones a los
mismos con una temática amplia que abarca temas de: “inseguridad, la escasez de electricidad
y las deficiencias en la vialidad; problemas en el suministro de agua; sustitución de techado;
costo transporte; canalización aguas servidas; recolección de desechos sólidos; salud; vivienda;
transporte; construcción de infraestructura de servicios”.25

Las comunidades no solamente están demandando soluciones de servicios y satisfacción de


necesidades sino que están planteando y realizando soluciones a los mismos. Son las mismas
comunidades populares las que están dando respuesta a necesidades históricas. Se muestra un
cambio emergente protagonizado por los sectores populares, que van asumiendo en grado
creciente mayores niveles de responsabilidad social.

En términos generales los consejos comunales mantienen buenas relaciones con las
instituciones del Estado, según lo señalado por 74% de entrevistados. En los casos en que
indicaron que es mala, ésta se debe a procedimientos lentos, ausencias de respuestas , o no
atienden las demandas de los consejos comunales en 52% de los casos.26

Se encontró que existe una buena relación entre comunidad y consejo comunal en 71% de los
casos, Se observó un patrón, aunque bajo, en cuanto a la no relación de los consejos
comunales de las comunidades desde la que nacen (2%), 27 esto pudiera estar señalando la
constitución de consejos comunales como franquicias personales para captación de renta,
dejando las necesidades de los pobladores al margen, pero utilizándolos para su propio
beneficio.

En una gran mayoría los consejos comunales se han conformado por iniciativa de la
comunidad o por motorización de algunos de los líderes de estas, 85%.

Uso político de los Consejos Comunales

Dado el desarrollo que han tenido los consejos comunales y su dependencia de presupuestos
públicos canalizados a través del Ejecutivo nacional, gobernaciones y alcaldías, están
tremendamente expuestos a chantajes y manipulaciones de quienes manejan los recursos
económicos. En declaraciones del actual gobernador del estado Guárico, Willian Lara 28,
señalaba que “los consejos comunales, cuya trayectoria, como manifestación auténtica del
Poder Popular, se ha topado en algunos sitios con grupos de poder político y económico que le
han impuesto alcabalas, peajes, sometiéndolos a presiones lesivas a su autonomía,
independencia y soberanía, por ejemplo con la práctica […] de exigirles incondicionalidad
política como precio del derecho a recibir financiamiento de sus proyectos. La más brutal
expresión del secuestro de los consejos comunales, del sometimiento de su soberanía por el
chantaje de los burócratas que administran el presupuesto público”.

Recientemente las declaraciones de la ministra del Poder Popular para la Participación y


Protección Social, Erika Farías, dadas en un acto en el Teatro Teresa Carreño señalaba que: "A
partir de este momento, cada consejo comunal se constituye en un comité por el Sí. Es un
órgano del poder. Todos deben ser organizaciones para la Batalla del Sí. Comités de tierra,
mesas de energía, mesas de telecomunicaciones son comités por el Sí (...) Hay que entender
que es un trabajo político; hay que dejar de lado cualquier otro proyecto para poner la lucha.
Ninguno de los problemas que vamos a solucionar en la comunidad podemos abordarlo sin
una fuerza”.29

El luchador social Santiago Arconada30 señalaba que muchos consejos comunales los están
convirtiendo en apéndices del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y que esto
constituye la mejor formar de aniquilar esta experiencia organizativa.

Algunas conclusiones

El proceso organizativo social en Venezuela en la última década ha tenido un crecimiento


exponencial y muy diverso, en donde han nacido experiencias organizativas distintas
motorizadas fundamentalmente por la agenda social de los sectores populares
fundamentalmente.

Los consejos comunales son la organización social más extendida y numerosa actualmente y
quizá en todo la historia de la organización para la participación social del país.

Es a través de los consejos comunales que muchos sectores populares están concretando
formas de realizar una mayor habitabilidad del espacio social que se ocupa para vivienda.

Las formas de organización y toma de decisiones pudieran estar siendo una escuela de
ciudadanía en la que los habitantes de una comunidad se entrenan para el ejercicio de un
modo no tan conocido y menos practicado de la democracia.

Por su extensión y su vinculación con los fondos públicos, además de ser el Estado el principal
impulsor de estas formas de organización social, están fuertemente sometidos a
manipulaciones, chantajes, prácticas, clientelares, centralización y cooptación de diversas
fuerzas políticas, lo que conllevaría, por un lado, a asfixiar esta interesante experiencia
organizativa social en Venezuela y, por otra, impedir la construcción real y efectiva de un
poder popular.

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