¿Cuáles son fuentes de moralidad?
Según las fuentes y nuestra conversación, la moralidad de los actos
humanos se determina principalmente a partir de las "fuentes de la
moralidad". Estas son los elementos o factores que deben
examinarse para determinar si un acto humano es conforme u
opuesto a la norma de la moralidad y en qué grado o medida.
También se les describe como los elementos de los que depende la
valoración moral de la acción en cuanto a su contenido o materia.
La tradición y las fuentes identifican tres elementos principales como
fuentes de la moralidad:
1. El Objeto:
o Es aquello a lo que el acto tiende por su propia
naturaleza [28, 63a].
o Constituye el aspecto moral primario.
o Es lo que hace que la acción esté en una especie
determinada, de modo análogo a como la forma da la
especie en las cosas naturales [9, 112(b)].
o La bondad o malicia del objeto se conoce mediante la
razón humana, que en base a sus principios prácticos
naturales discierne el bien del mal.
o Teológicamente, según el objeto, los actos pueden ser
buenos, malos o indiferentes [112(b)]. Algunos actos
son intrínsecamente malos por su objeto [2, 5, 63d, 147].
2. El Fin (o la Intención):
o Es el propósito que busca el agente al realizar el acto
[63b], también llamado intención.
o La cualidad moral del fin influye sobre la moralidad de
la acción [63b], pudiendo aumentar o disminuir su bondad
o maldad [63b].
o Es particularmente relevante para acciones indiferentes
por su objeto, que se convierten en buenas o malas por el
fin [63b].
o Santo Tomás considera que la forma de la acción se toma
principalmente del fin, porque el principio de los actos
morales es la voluntad, cuyo objeto es el fin. Expresa la
interioridad del sujeto.
3. Las Circunstancias:
o Son elementos secundarios que acompañan al acto
humano [63c].
o Incluyen factores como quién actúa, el tiempo, el lugar, el
modo, la materia, los motivos circunstanciales, y los
medios empleados [63c].
o Aunque accidentales al acto en abstracto, pertenecen a la
integridad moral del acto concreto [63c].
o Las circunstancias añaden o modifican la moralidad
total del acto [63c]. Pueden atenuar o agravar la
bondad o malicia [63c]. En ciertos casos, pueden incluso
cambiar la especie moral del acto, dándole un carácter
nuevo [63c].
Estos tres elementos, objeto, fin y circunstancias, contribuyen a la
cualidad moral real de las acciones individuales. Para que un
acto sea bueno, se requiere la plenitud de bondad en cada uno
de estos elementos (y conversación previa).
Además de estas fuentes directas, las fuentes también señalan los
fundamentos o criterios más amplios a los que estas se refieren:
La norma de la moralidad es aquello por lo cual el principio o
fuente de la moralidad se constituye o manifiesta.
La recta razón humana es la norma constitutiva próxima y la
regla de los actos voluntarios. Discierne el bien del mal
basándose en sus principios prácticos naturales.
La naturaleza humana racional es el fundamento objetivo
para que la razón discierna el bien y el mal. El criterio es la
relación del acto con el "bien verdadero del hombre",
fundamentado en la naturaleza humana.
La Ley eterna (o el Fin Último) es la norma constitutiva
suprema. La adecuación de los elementos del acto con la Ley
eterna y la naturaleza humana es juzgada por la razón.
Las virtudes (disposiciones estables para realizar acciones
buenas) son principios de acción y perfeccionan las facultades
para obrar bien. Ayudan a regular acciones y a conocer los fines
virtuosos, que son principios de la razón práctica derivados de
inclinaciones naturales hacia bienes humanos.
Las normas morales (leyes, preceptos, mandamientos) son
medios importantes para comunicar el saber moral y señalan la
relación intrínseca entre acciones y la plenitud de la vida
humana. El Decálogo se menciona como un conjunto clave de
preceptos.
La conciencia se describe como la norma subjetiva, interna y
próxima de la moralidad, haciendo un juicio sobre la bondad o
malicia de un acto particular.
Para la moral cristiana, la Revelación divina (Sagrada
Escritura), la Tradición y el Magisterio de la Iglesia son
fuentes principales de la teología moral.
En síntesis, la moralidad se determina fundamentalmente por el
objeto, el fin y las circunstancias del acto, juzgados a la luz de la
recta razón, que se fundamenta en la naturaleza humana y se
orienta por la Ley eterna y las virtudes [39, 41, etc.], todo ello
iluminado por la Revelación en el caso de la moral cristiana.