ALAN
El hinduismo, o Sanatana Dharma, es la religión activa más antigua, conocida por su
avanzada urbanización, y las tradiciones de los nómadas indoeuropeos que introdujeron
prácticas védicas alrededor del 1500 a.C. El término "hindú" deriva de Sindhu, el nombre
sánscrito del río Indo, que los persas convirtieron en "hindú". Esta evolución lingüística
refleja la conexión inseparable entre el hinduismo y la identidad cultural de la India. A
diferencia de religiones como el cristianismo o el islam, el hinduismo no tiene un profeta
fundador, un libro sagrado único ni una estructura jerárquica centralizada, lo que permite
una diversidad de creencias y prácticas que abarcan desde el monoteísmo hasta el ateísmo
filosófico. Esta flexibilidad ha permitido que el hinduismo se adapte a lo largo de milenios,
integrando influencias locales y externas sin perder su esencia.
Una creencia fundamental del hinduismo es Brahman, la realidad última y eterna, una
entidad sin forma, género ni atributos personales que constituye la esencia de todo lo
existente. Brahman es descrito metafóricamente como un océano del cual todas las cosas;
seres vivos, objetos y fenómenos, son gotas temporales que emergen y eventualmente
regresan a él. Esta concepción subraya la unidad cósmica, donde todo está interconectado.
Los hindúes creen que cada ser posee un atman, un alma individual inmortal que trasciende
el cuerpo físico y material. Tras la muerte, el atman transmigra a un nuevo cuerpo en un
proceso conocido como reencarnación, cuya naturaleza (humana, animal u otra) depende
del karma, un principio de causa y efecto moral. El karma se refiere a las acciones
realizadas durante la vida, clasificadas como positivas o negativas según su impacto en la
sociedad y el equilibrio universal. Acciones como la generosidad o la justicia generan karma
positivo, mientras que la violencia o el egoísmo acumulan karma negativo, afectando las
circunstancias de las vidas futuras.
El objetivo supremo de un hindú es alcanzar la moksha, la liberación del ciclo interminable
de nacimientos y muertes, conocido como samsara. Moksha se logra al comprender la
unidad entre el atman y Brahman, trascendiendo el ego, los deseos materiales y las
ilusiones del mundo físico. Este proceso puede implicar diversas prácticas, como la
meditación, el yoga, la devoción a una deidad o el estudio de textos filosóficos, dependiendo
de la tradición o preferencia personal del practicante. Por ejemplo, un hindú puede buscar
moksha a través de la devoción a Vishnu, la práctica ascética asociada con Shiva o la
introspección filosófica de los Upanishads. La búsqueda de moksha refleja el anhelo hindú
de retornar a la fuente universal, disolviendo la individualidad en la unidad cósmica. Los
hindúes a menudo rezan: "Guíame de lo irreal a lo real", una súplica que encapsula esta
aspiración espiritual.
YESENIA
Los Vedas son los textos sagrados más antiguos y fundamentales del hinduismo,
considerados revelaciones divinas recibidas por sabios (rishis) en estados de profunda
meditación. Hay cuatro Vedas: el Rig Veda, una colección de himnos que alaban a los
dioses y exploran conceptos como la verdad, la realidad y el cosmos, además de describir
rituales, guerras y matrimonios; el Yajur Veda, centrado en instrucciones detalladas para
rituales y sacrificios, esencial para los sacerdotes; el Sama Veda, compuesto por melodías
y cánticos dedicados a los dioses, diseñados para ser entonados durante ceremonias; y el
Atharva Veda, que contiene encantamientos, maldiciones, remedios herbales y rituales
prácticos, como hechizos para la guerra, la curación o la protección contra maldiciones. Los
Vedas son la base de la espiritualidad hindú y se consideran eternos, transmitidos
oralmente durante siglos antes de ser registrados por escrito.
El hinduismo concibe el tiempo como cíclico, en contraste con la visión lineal de otras
tradiciones. El universo atraviesa ciclos repetitivos de creación, preservación y destrucción,
cada uno dividido en cuatro eras o yugas: Krita Yuga, la edad de la perfección moral; Treta
Yuga, donde la virtud comienza a declinar; Dwapara Yuga, marcada por un mayor declive;
y Kali Yuga, la era de la decadencia moral y espiritual. Un ciclo completo, conocido como
mahayuga, dura aproximadamente 4.32 millones de años. Al final de cada ciclo, el universo
es destruido y recreado, reflejando la visión hindú de un cosmos eterno y dinámico.
Actualmente, se cree que estamos en Kali Yuga, caracterizada por conflictos, materialismo
y una disminución de los valores éticos, lo que subraya la necesidad de seguir el dharma
para contrarrestar este declive.
JAZMIN
EL Dharma es un concepto central que se refiere al comportamiento apropiado necesario
para mantener el equilibrio del universo. Cada ser tiene un dharma específico según su
especie, rol social, casta, edad y contexto. Por ejemplo, el dharma de un sacerdote implica
estudiar y enseñar los textos sagrados, mientras que el de un guerrero requiere proteger la
justicia y gobernar con rectitud. Seguir el dharma asegura la armonía cósmica y social,
mientras que desviarse genera caos y sufrimiento. El dharma también se relaciona con las
cuatro metas de la vida hindú: dharma (deber), artha (prosperidad y reputación), kama
(placer físico y mental) y moksha (liberación). Estas metas deben perseguirse en equilibrio,
practicando artha y kama dentro de los límites del dharma para avanzar hacia moksha.
Además de los Vedas, otros textos enriquecen la tradición hindú. Los Upanishads, escritos
entre 800-500 a.C., son tratados filosóficos que exploran la naturaleza del atman, Brahman
y la realidad, cuestionando las prácticas rituales de los Vedas y promoviendo la
introspección. Los Puranas, 18 colecciones principales, funcionan como enciclopedias de
mitología, genealogías, cosmología y guías prácticas, abordando temas como yoga,
organización social, impuestos y el sistema de castas. El Bhagavad Gita, parte del
Mahabharata, es un diálogo entre el guerrero Arjuna y el dios Krishna, que aborda el
dharma, la acción desinteresada y la devoción, enseñando que uno debe cumplir su deber
sin apego a los resultados. Las epopeyas Ramayana y Mahabharata narran las aventuras
del príncipe Rama y las luchas de los Pandavas, respectivamente, destacando la
importancia del dharma en la sociedad y las consecuencias de su abandono.
KRISTEL
El hinduismo es conocido por su vasto panteón, aunque todas las deidades son
manifestaciones de Brahman. La trinidad hindú consta de Brahma, el creador, representado
con cuatro cabezas que simbolizan los cuatro Vedas y el conocimiento; Vishnu, el
conservador, quien preserva el orden cósmico y desciende a la Tierra como avatares
(encarnaciones) como Rama o Krishna para restaurar el dharma; y Shiva, el destructor,
encargado de disolver el universo al final de cada ciclo para permitir su renovación,
reconocido por su tercer ojo y su danza cósmica que destruye y recrea. Otras deidades
importantes incluyen a Ganesha, el removedor de obstáculos, fácilmente identificable por
su cabeza de elefante, resultado de un mito donde Shiva reemplazó su cabeza humana;
Saraswati, diosa del aprendizaje y la sabiduría; Lakshmi, diosa de la fortuna y la
prosperidad; y Parvati, consorte de Shiva y madre de Ganesha y Murugan, dios de la guerra.
Las principales denominaciones hindúes reflejan la diversidad de la religión. El Visnuismo
se centra en la adoración de Vishnu y sus avatares, enfatizando la devoción y la entrega al
dios preservador. El Shivaísmo venera a Shiva y su familia, destacando prácticas ascéticas
y la transformación espiritual. El Shaktismo adora a la diosa Devi como la realidad última,
viéndola como una manifestación femenina de Brahman. El Smartismo, más ecléctico,
sigue textos como los Puranas y adora a cinco deidades principales: Ganesha, Shiva,
Vishnu, Durga y Surya. Esta flexibilidad permite a los hindúes adoptar enfoques
monoteístas, politeístas o incluso ateos, adaptando su práctica a sus creencias personales.
Los avatares, como Rama o Krishna, son encarnaciones divinas que descienden para
restaurar el dharma cuando el equilibrio entre el bien y el mal se perturba, como cuando
Vishnu encarnó como Varaha (un jabalí) para salvar la Tierra de un diluvio.
FERNANDO
El sistema de castas, descrito en el Rig Veda y el Bhagavad Gita, organiza la sociedad en
cuatro grupos principales: Brahmin (sacerdotes y estudiosos), Kshatriyas (guerreros y
gobernantes), Vaishyas (comerciantes y agricultores) y Shudras (trabajadores manuales).
Según el Rig Veda, estos grupos surgieron de partes del dios Purusha: los Brahmin de su
cabeza, los Kshatriyas de sus brazos, los Vaishyas de sus muslos y los Shudras de sus
pies. Inicialmente, el sistema asignaba roles según habilidades, permitiendo cierta
movilidad. Sin embargo, las Leyes de Manu (siglo V a.C.) rigidizaron las castas, declarando
a los Brahmin superiores y prohibiendo el cambio entre grupos, lo que llevó a jerarquías
estrictas. Esto dio origen a los "intocables", personas fuera del sistema asignadas a tareas
consideradas impuras, como el manejo de desechos o el curtido de cuero. A lo largo de la
historia, el sistema de castas fomentó desigualdades, pero en la India moderna, la
urbanización, la educación y las leyes han reducido su impacto. Hoy, los hindúes interactúan
libremente en escuelas, trabajos y comunidades, aunque las castas aún influyen en los
matrimonios, especialmente en áreas tradicionales. No obstante, plataformas de citas en
línea muestran un creciente número de personas que no priorizan la casta al buscar pareja,
indicando un cambio cultural.
El hinduismo también promueve cuatro metas de vida que guían el comportamiento
humano: dharma (deber y comportamiento apropiado), artha (prosperidad y reputación),
kama (placer físico y mental) y moksha (liberación del ciclo de renacimientos). Estas metas
deben perseguirse en equilibrio, practicando artha y kama dentro de los límites del dharma
para avanzar hacia moksha. Además, los hindúes deben evitar seis tentaciones que
obstaculizan el progreso espiritual: kama (lujuria y materialismo excesivo), krodha (ira),
lobha (codicia), moha (apego ilusorio a personas o cosas), mada (orgullo) y matsarya
(envidia). Al seguir el dharma y resistir estas tentaciones, un hindú puede purificar su karma,
acercándose a moksha y la unión con Brahman, como una gota que regresa al océano.
KATERINE
Un aspecto distintivo del hinduismo es su capacidad para integrar la vida cotidiana con lo
espiritual, permeando todos los aspectos de la cultura india, desde el arte y la música hasta
las festividades y la ética social. Festivales como Diwali, la celebración de la luz y la victoria
del bien sobre el mal, o Holi, el festival de los colores que marca la llegada de la primavera,
refleja los valores hindúes de comunidad, renovación y devoción. Asimismo, prácticas como
el yoga y la meditación, originadas en el hinduismo, han trascendido fronteras, influyendo
en la espiritualidad global. Los templos hindúes, con sus intrincadas esculturas y rituales,
sirven como centros de adoración y reflexión, mientras que los peregrinajes a sitios
sagrados, como el río Ganges, refuerzan la conexión con lo divino. Esta integración de lo
sagrado y lo mundano permite que el hinduismo sea una religión viva, adaptándose a los
cambios sociales mientras mantiene su núcleo filosófico y espiritual.
En resumen, el hinduismo es una tradición rica y compleja que combina espiritualidad,
filosofía, mitología y prácticas sociales. Su diversidad permite a más de mil millones de
personas encontrar significado en sus enseñanzas, ya sea a través de la devoción a una
deidad, la práctica filosófica o el cumplimiento del dharma en la vida diaria. A pesar de
desafíos históricos, como las desigualdades del sistema de castas, el hinduismo continúa
evolucionando, adaptándose a la modernidad mientras preserva su esencia eterna. Esta
religión no solo ofrece una guía para la vida individual, sino también una visión del cosmos
como un sistema interconectado, donde cada acción tiene un impacto en el equilibrio
universal.