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Historia Del Suicidio

El documento explora la evolución histórica del suicidio desde la antigua Grecia, donde era considerado un delito, hasta la actualidad, donde se comienza a entender como una enfermedad mental. A lo largo de la historia, figuras como Platón y Aristóteles condenaron el suicidio, mientras que el cristianismo y el Imperio Romano también impusieron castigos, aunque con variaciones en su percepción. En la era contemporánea, el suicidio se asocia cada vez más con la depresión y se estudia desde una perspectiva médica y sociológica, aunque persisten estigmas y castigos culturales.
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Historia Del Suicidio

El documento explora la evolución histórica del suicidio desde la antigua Grecia, donde era considerado un delito, hasta la actualidad, donde se comienza a entender como una enfermedad mental. A lo largo de la historia, figuras como Platón y Aristóteles condenaron el suicidio, mientras que el cristianismo y el Imperio Romano también impusieron castigos, aunque con variaciones en su percepción. En la era contemporánea, el suicidio se asocia cada vez más con la depresión y se estudia desde una perspectiva médica y sociológica, aunque persisten estigmas y castigos culturales.
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Historia del suicidio

Es la Grecia antigua una de las primeras culturas que aborda seriamente el


problema del suicidio, más allá de un análisis puramente sociológico-filosófico y
hasta político planteado por Aristóteles y Platón quienes terminan condenándolo,
existe una visión menos castigadora del acto de matarse en las culturas más
antiguas, pues se conoce que esta conducta implicaba una forma de
supervivencia de la aldea, en la cual el anciano, el deforme o el enfermo debían
abandonar la aldea hacia la intemperie, sin comida, ni agua para garantizar
mayores cantidades de alimento que serían utilizadas por los otros miembros de la
comunidad(6,7).
En la antigua Grecia, el suicidio era un delito contra el Estado y los castigos para
los suicidas era la mutilación del cadáver, los entierros aislados e incluso la
deshonra familiar del suicida(6).
Con Platón, Aristóteles y un poder más fuerte del Estado el suicidio llego a ser
categorizado como delito salvo ciertas condiciones. Para Platón (427-347 AC) el
suicidio era un delito contra la sociedad, pero podían reconocerse excepciones
posibles en función de la ley civil o la respuesta a eventos adversos graves. Dos
lecturas nos dan cuenta de una idea del pensamiento Platónico, la más importante
se encuentra en el Libro Las Leyes que dice:
"El que mate al más próximo y del
que se dice que es el más querido
de todos, ¿qué pena debe sufrir?.
Me refiero al que se mate a sí
mismo, impidiendo con violencia el
cumplimiento de su destino, sin que
se lo ordene judicialmente la ciudad,
ni forzado por una mala suerte que lo
hubiera tocado con un dolor excesivo
e inevitable, ni porque lo aqueje una
vergüenza que ponga a su vida en un
callejón sin salida y la haga imposible
de ser vivida, sino que se aplica
eventualmente un castigo injusto a sí
mismo por pereza y por una cobardía
propia de la falta de hombría...Pero
las tumbas para los muertos de esta
manera deben ser, en primer lugar,
particulares y no compartidas con otro.
Además, deben enterrarlos sin fama
en los confines de los doce distritos en
aquellos lugares que sean baldíos y sin
nombre, sin señalar sus tumbas con
estelas o nombres" (7)
Es interesante la lectura de Platón, puesto que aunque condena el suicidio, lo
acepta socialmente en caso de amor, enfermedad, o como una forma de
autocastigo frente a una injuria grave cometida ante el estado (el suicidio de
Sócrates por ejemplo).
Aristóteles (384-322 AC) condena tácitamente el suicidio como un acto de
cobardía y atentado contra el Estado, así pues refiere:
" (...) y el que, en un acceso de ira, se degüella voluntariamente, lo hace contra la
recta razón, cosa que la ley no permite, luego obra injustamente. Pero ¿contra
quién? ¿No es verdad que contra la ciudad, y no contra sí mismo?. Sufre , en
efecto, voluntariamente, pero nadie es objeto de trato injusto voluntariamente. Por
eso también la ciudad lo castiga, y se impone cierta pérdida de derechos civiles al
que intenta destruirse a sí mismo, por considerarse que comete una injusticia
contra la ciudad".(8)
Está claro que en Grecia, cuna del pensamiento moderno, el suicidio ya
representaba un problema, si uno revisa las figuras importantes que se suicidaron
en esta época esta sobradamente respaldada dicha preocupación, y esto llevó a
dos de sus más grandes pensadores a cavilar sobre el acto de matarse.
EL IMPERIO ROMANO
El Imperio Romano continuó los conceptos anti-suicidas de Aristóteles y Platón,
sin embargo mediados por este último, dieron pie a algunas variaciones sobre el
concepto y su penalización.
Para Tondo (2000): "el suicidio no era extraño, y a veces se consideraba
honorable entre los líderes cívicos e intelectuales".(9)
Dos etapas de reflexión acerca el suicidio vivió el Imperio Romano. Una, la
primera, con Cicerón (106-43), que si bien condenaba el suicidio, avalaba el
mismo si era una forma de heroísmo, amor, abnegación o la defensa del honor. La
segunda, Constantino (290-337), penalizo el suicidio y como medida preventiva se
tomaron medidas estrictas, tales como la confiscación de los bienes de la familia
después del suicidio para compensar al Estado por la pérdida de un ciudadano.(6,9)
El Non Compos Mentis es la figura romana legal por excelencia y ya aparece
citada en los textos de la época, esta frase que deriva del latín y significa "sin
control de su mente" se utilizaba para aquellos estados suicidas bajo influjo de
enfermedades y representa la primera interpretación legal de una conducta
derivada de un estado mental alterado.(10)
Roma da grandes pasos en torno a la legalidad y castigo del suicidio:
1. Primero, no fue regulado ni penalizado en casos de enfermedad, filosofía, amor,
honor o condena, los casos más emblemáticos el de Lucrecia, Catón y Nerón.(11,12)
2. Segundo, el suicidio estaba regulado y penalizado en tanto este comprometiera
los bienes, en este caso económicos del estado o de un miembro de la
comunidad. Por ejemplo suicidios de guerreros, esclavos y estafadores.(9)
LA EDAD MEDIA
Los reportes sobre el suicidio dentro la edad media no son amplios, la religión
influencio mucho en la visión de las personas sobre el mismo, pero también se
siguieron los conceptos grecorromanos que bien sabemos castigaban al suicida,
por esto ahondar en este capítulo de la historia no resulta relevante. Más adelante
revisaremos la visión del cristianismo que marco fundamentalmente este periodo.
La literatura que arriba con el renacimiento revela el marco sobre el cuál discurría
la comprensión del suicidio. Para Dante Allighieri (1265-1321) el suicidio podía
verse de dos formas: el suicidio de las "almas nobles" irán al Limbo, pero los otros
serán condenados a lo más profundo del infierno(13). Erasmo (1466-1536)
considero al suicidio como la forma de librarse a uno mismo del "agobio de la
vida"(14).
Evidentemente, la última parte de la edad media representa una re-evaluación del
suicidio con base a su finalidad, aun así todavía queda claro que la penalidad del
suicidio estaba vigente.
LA EDAD MODERNA Y CONTEMPORANEA
Posterior a esta etapa, llegamos al Renacimiento donde aparecen observaciones
que pretenden despenalizar el suicido, estas observaciones devinieron de una
reafirmación de conceptos grecorromanos más racionales e influenciadas por una
intelectualidad francesa, está claro en este punto, que esta intelectualidad será
responsable de la despenalización completa del acto suicida posterior a la
Revolución Francesa, prueba de esto es que no existen penalización en los
Códigos Napoleónicos respecto al suicidio(9,15,16).
Si uno lee la literatura y textos del renacimiento, entiende que el suicidio para nada
era condenado, más al contrario en algún caso exaltado y en otros fue visto como
necesario.
Hasta ahora en el decurso histórico del suicidio no vimos que la depresión sea
asociada al acto de matarse, el concepto romano "no compos mentis", que
hacía referencia a una mente alterada, no tomaba en cuenta a la depresión, por el
contrario se la comprendía en términos de locura, insanidad e ira(9).
El siglo XVII y XVIII marcaron nuevamente una estigmatización del suicidio, se
recuperaron los conceptos de non compos mentis y felo de sé, el último es una
mente sana, el primero no. Ante esta nueva estigmatización, la aristocracia que
llego a considerar el suicidio vergonzoso y propio de las clases más pobres
recurrió, como una forma no directa de matarse, al duelo. Así lo refleja
Tondo(2000):
"El duelo se convirtio en sustituto del suicidio, una muerte heroica era lo que ellos
buscaban"(9).
"Anatomía de la Melancolía", el libro escrito por Burton fue uno de los primeros
ensayos que claramente asocio el suicidio a la depresión, un texto complejo, con
una clara intención clínica pero que abandonó luego sus pretensiones, apunta
fundamentalmente al vacío, al aburrimiento, a la falta de risa y al tedio el ser
melancólico, mismo que será luego el ser suicida. Una apología del suicidio para
algunos, una crítica para otros, lo cierto es que luego de Burton, el suicidio y la
depresión irán de la mano, complejizando mucho más el análisis del acto de
matarse(17).
Burton, en tono socarrón, pero que finalmente servía a sus propósitos, que era
curarse, decía:
"¿Las causas? Puede ser una falla en
el cerebro, una descomposición en
la temperatura del cuerpo, una feroz
hipocondría. Puede ser provocada
por los ángeles, las musas, el diablo,
las brujas, las estrellas. Feliz de aquel
-dice Burton- que encuentre la causa
iniciadora entre todas las causas"(17).
El suicidio, siguiendo fundamentalmente los cambios de la Revolución Francesa,
para algunos ya la edad contemporanea, se va despenalizando por toda Europa,
pero a su vez entra en conflicto con diversas instituciones, lo cual obliga a grandes
revisiones sobre el acto
matarse; nacen estudios estadísticos y revisiones de lo que implica esta conducta,
siendo los más importantes los sociológicos y médicos, este cambio de
paradigma, más iluminista, adquiere más adelante en Emili Durkheim y su libro "Le
Suicide" su máxima expresión.
"Le Suicide" el libro escrito por Durkheim, luego padre de la Sociología, es un libro
de culto para el estudio, sin embargo, el afán es completamente sociológico
liberando el acto individual y asociándolo a una respuesta social; la revisión
realizada por Durkheim es muy amplia y existen apartados que a la fecha son
anacrónicos y hasta absurdos (ej. el suicidio de la mujer) (18). Sin embargo, nos
acerca ya a un análisis científico del acto mismo, reflejando que ya se observaba
un problema en lo que representaba matarse, Durkheim dividió tantas veces y en
diferentes formas al suicidio que luego obvio lo más importante, esto es el nexo
común que hace que todas esas personas estudiadas se maten, aun así una gran
deuda se tiene con este libro y su autor.
La Época contemporánea va abrazando con éxito para algunos u oprobio para
otros el suicidio como una enfermedad y sobre todo de índole mental. La
Psiquiatría que ya años atrás se apropiado de este fenómeno acuña
probablemente desde el citado artículo de Brian Barraclough que la enfermedad
mental se acompaña en un porcentaje elevado con el suicidio y tal aseveración
basado en un estudio epidemiológico serio refuerza el concepto en desmedro de
las múltiples teorías acá analizadas. Este abordaje médico-biológico, indican
algunos, olvida al ser humano y su elección, Shneidman, padre de la suicidiología
moderna, indicaba que "someter el suicidio a la depresión era el peor juego de
manos al cual podía reducirse el acto suicida", por otra parte otros autores
fácilmente aceptan que un cerebro suicida es un cerebro dañado y por tanto un
cerebro enfermo(19,20,21,22).
En este tenor, el interés sobre el suicidio se hace mayor y con esta nace la idea de
su identificación, diagnostico y tratamiento, sin embargo, las dificultades que
todavía representa comprenderlo implica esfuerzo denodados en áreas aún más
complejas como la Neurociencia.
La Organización Mundial de la Salud indica que por lo menos 800.000 personas
se suicidan al año, haciendo alrededor de 1 persona muerta cada 40 segundos,
las estadísticas señalan que por los menos un 80% de los suicidios ocurren en un
estado depresivo, sobre todo depresivos mixtos, bipolares, y este último aspecto,
es tal vez uno de los grandes avances en la comprensión del suicidio junto con la
teoría planteada por Joiner quien brillantemente responde la pregunta que
encabeza su libro: ¿Por qué la gente se mata?(21,23,24).
Thomas Joiner es tal vez uno de los más resonantes teóricos en el campo de la
suicidiología actual, su teoría nueva en el campo, la escribimos porque
consideramos relevante en la historia del suicidio, sostiene que no es suficiente
con que la persona desee matarse, lo más importante es hacerlo y esto implica ir
en contra de uno de los instintos más fuertes y antiguos en el ser humano, como
es el instinto de autopreservación y para esto dos son los caminos tomados, el
ensayo error que se justifica en los múltiples intentos o vivir en un estado de
sufrimiento continuo (ej. dolor crónico, anorexia,etc) ambos aspectos
desensibilizaran nuestro miedo a morir y luego abolirá la auto-preservación(21).
La época contemporánea tampoco abandona los presupuestos punitivos que
representa suicidarse, sin embargo, el hecho de considerar al suicidio como una
enfermedad cambia el panorama para el sujeto suicida y el suicidio, pues
suponíamos que el estigma aparentemente debiese amainar. Sin embargo, no es
así y consideramos que posiblemente la persistencia del castigo y el estigma
devienen todavía de la concepción religiosa fuertemente enraizada en nuestra
cultura.

EL CRISTIANISMO
El Cristianismo al tiempo de Constantino comenzó a castigar el suicidio, pero este
castigo no devino de una ley bíblica propiamente. Los Diez mandamientos de
Moisés hacían referencia en su sexta regla al "acto de matar" no al "acto de
matarse", y estas son dos cosas muy diferentes. Aunque esta argumentación
aparenta ser un sofisma, queda claro que para los mismos intelectuales cristianos
el fenómeno suicida fue tan complejo que necesito una regulación posterior nacida
de una reinterpretación de este mandamiento.
Técnicamente son 4 personajes en la Biblia, los más despreciables puede decirse,
quienes cometieron suicidio: Saúl (1ª Samuel 31:4), Ahitofel (2ª Samuel 17:23),
Zimri (1ª Reyes 16:18), y Judas (Mateo 27:5), no existe en la Biblia una referencia
directa sobre la cuestión del suicidio , esto es si está bien o está mal; sí existen,
por otra parte, formas diferentes de evaluar los actos autodestructivos a la luz de
sus personajes (p. ej. Judas se suicidó pero Sanson se sacrificó(25,26).
La preocupación de la Iglesia respecto al suicidio vino después. Con el "martirio
voluntario", que fue una especie de filosofía, muchos fieles cayeron a manos de
los soldados romanos y fueron expuestos a muertes publicas algunas terribles.
¿Hubo asesinato?, sí; pero también hubo, por parte de estos fieles, provocación y
búsqueda de la muerte con un solo fin: el de obtener, a través del sacrificio por la
fe, los beneficios divinos, el paraíso, etc(9). A propósito de esto último, es
interesante la Historia de los Circunceliones y los Donatistas en esta época.
Si bien el "Martirio Voluntario" era una forma altruista de obtener la gracia divina, al
mismo tiempo la Iglesia perdía también seguidores, es decir amainaba el número
de personas que apoyaba la causa cristiana, de esta preocupación fue participe, y
un importante personaje en la Historia del suicidio, San Agustin(354 DC-430 DC)
quien debió buscar una razón para considerar al suicidio como un pecado, y
entonces hallo en el sexto mandamiento su justificación(9,27):
"Aplicaremos al hombre las palabras
no matarás, entendiendo: ni a otro
ni a ti, puesto que quien se mata a si
mismo mata a un hombre"(27).
También dice:
" Sabemos que no existe ley alguna
que permita quitar la vida, incluso al
culpable, por iniciativa privada, y,
por tanto, quien se mata a sí mismo
es homicida. Y tanto más culpable
se hace al suicidarse cuanto más
inocente era en la causa que le llevó a
la muerte"(27)
Siguiendo la línea Agustiniana, los Concilios Católicos expresaron su
desaprobación del suicidio, prohibieron el mismo e indicaron que representaba no
solo un atentado contra uno mismo, sino un atentado contra Dios. Tomas de
Aquino (1225-1274) considero el suicidio como un pecado, una afrenta a Dios (28).
La interpretación del sexto mandamiento redefinió al suicidio a partir de la edad
media, al convertirse en un afrenta a Dios, se convirtió en un pecado, uno de los
más graves tal vez.
La iglesia del siglo 20 se torna menos punitiva en torno al suicidio y acepta la
existencia de una alteración mental en el acto de matarse, sin embargo, ese
discurso nunca se revisó y amplio más. Las últimas palabras en torno al suicidio
fueron del Papa Juan Pablo II quién retomo la oposición frente al suicidio, el aborto
y la eutanasia afirmando que estos eran delitos contra la vida semejantes a los
homicidios(29).

http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-
89582015000200012http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-
89582015000200012 .
Causas del suicidio

Una pérdida reciente o importante. Esto puede incluir la muerte de un miembro


de la familia, un amigo o una mascota. Los niños también podrían sentir como
una pérdida profunda la separación o el divorcio de sus padres o una ruptura
con el novio o la novia, además de situaciones como que uno de sus padres se
quede sin empleo o que la familia pierda su casa.
 Untrastorno psiquiátrico, particularmente un trastorno del estado de ánimo,
como depresión, trauma o un trastorno relacionado con el estrés.
 Intentos de suicidio anteriores aumentan el riesgo de otro intento de
suicidio.
 Trastorno por consumo de alcohol u otras sustancias, así como meterse en
muchas situaciones problemáticas, tener problemas disciplinarios e
involucrarse en comportamientos de alto riesgo.
 Tener dificultades relacionadas con su orientación sexual en un ambiente
que no sea respetuoso o que no acepte dicha orientación. El problema no
es si el niño es homosexual o la niña es lesbiana, sino si tiene dificultades
en un entorno donde no los apoyan.
 Un historial familiar de suicidio es algo que puede ser realmente
significativo y preocupante, como lo es también un historial de violencia
doméstica, abuso o abandono.
 La falta de apoyo social. Los niños que no sienten el apoyo de un adulto
importante en su vida, así como tampoco de sus amistades, pueden
aislarse tanto que el suicidio les puede parecer la única salida a sus
problemas.
 Bullying. Sabemos que ser víctima de bullying es un factor de riesgo, pero
también hay cierta evidencia de que los niños que son los bullies o
acosadores pueden tener un riesgo de comportamiento suicida más alto.
 Tener acceso a productos y/o artículos letales, como armas de fuego y
medicamentos.
 El estigma asociado a pedir ayuda. Una de las cosas que sabemos es que
mientras más desesperadas y desamparadas se sienten las personas,
tienen más probabilidad de elegir lastimarse a sí mismas y terminar con su
vida. Del mismo modo, si sienten mucha culpa o vergüenza, si sienten que
no valen nada o tienen baja autoestima.
 Barreras para acceder a servicios. Las dificultades para recibir los servicios
necesarios incluyen la falta de proveedores de servicio bilingües, medios de
transporte no confiables y el alto costo de los servicios.
 Las creencias culturales y religiosas de que el suicidio es una manera noble
de resolver un dilema personal.

https://childmind.org/es/articulo/suicidio-en-adolescentes-cuales-son-los-factores-
de-riesgo/
REVOLUCION DE LA PERSPECTIVA
MEDICA

Las teorías de primera generación incluyen enfoques como la teoría


psicodinámica, la teoría del aprendizaje social, la teoría de la desesperanza, la
teoría del suicidio de Shneidman y la teoría del escape. Estos modelos,
fundamentados en observaciones empíricas y experiencias clínicas, se centran
primordialmente en factores psicológicos y socioculturales que contribuyen al
desarrollo de la ideación suicida. En su momento, estas teorías supusieron un
avance considerable al intentar entender las causas del suicidio desde la
perspectiva individual y social, y continúan siendo la base de muchas
intervenciones clínicas en la actualidad.
La teoría psicodinámica, por ejemplo, propone que el suicidio es el
resultado de una pérdida inconsciente del objeto de amor, lo cual genera una
agresión internalizada hacia el individuo. Según esta teoría, el suicidio está
motivado por sentimientos reprimidos de frustración, desesperanza y hostilidad
que el sujeto no puede canalizar adecuadamente. Esta perspectiva plantea que
las emociones no resueltas, relacionadas con conflictos internos y con
experiencias traumáticas, se traducen en impulsos autodestructivos. En contraste,
la teoría del aprendizaje social postula que el comportamiento suicida se aprende
a través de la observación de modelos, tales como familiares o personas cercanas
que han llevado a cabo actos suicidas. Esta perspectiva subraya la importancia del
ambiente social y de los modelos de conducta en la formación de patrones de
comportamiento autodestructivo, destacando el papel que juegan los medios de
comunicación, las narrativas familiares y las comunidades cercanas.
Por otro lado, la teoría de la desesperanza sostiene que la percepción de
falta de control y la desesperanza respecto al futuro son factores cruciales en el
desarrollo de la ideación suicida. Desde esta perspectiva, cuando un individuo se
siente atrapado en una situación que percibe como insalvable y carece de
perspectivas de mejora, la ideación suicida emerge como un mecanismo para
escapar de la angustia. La desesperanza se considera un predictor significativo
del suicidio, y diversos estudios han mostrado que este estado emocional está
asociado con un mayor riesgo de llevar a cabo un intento suicida. En un enfoque
complementario, Shneidman describe el suicidio como un intento de aliviar un
dolor psicológico insoportable, al que denomina ” Psychache”. Para Shneidman, el
dolor emocional constituye la raíz del comportamiento suicida, y la incapacidad
para encontrar alivio o alternativas viables lleva al sujeto a contemplar el suicidio
como la única solución. En este sentido, la Psychache se manifiesta como una
acumulación de sufrimiento intenso, donde las personas perciben su situación vital
como irresoluble y cargada de sufrimiento.
Finalmente, la teoría del escape plantea que el suicidio es un recurso
último frente a situaciones percibidas como insoportables, como un intento de
eludir el sufrimiento y la sensación de fracaso. En esta visión, el suicidio es una
forma de escapar de situaciones que generan un profundo malestar y para las
cuales la persona no encuentra estrategias de afrontamiento adecuadas. Estas
teorías proporcionan un marco conceptual inicial para comprender el suicidio
desde un enfoque clínico y social, facilitando la identificación de factores de riesgo
como la desesperanza, la falta de control percibido y la influencia de
comportamientos suicidas observados en el entorno. Sin embargo, estas teorías
no explican completamente por qué algunas personas con ideación suicida toman
la decisión de actuar, mientras que otras no. Esta limitación condujo al desarrollo
de teorías más complejas que buscan integrar diversos factores y procesos para
comprender mejor el paso de la ideación a la conducta suicida.

https://childmind.org/es/articulo/suicidio-en-adolescentes-cuales-son-los-factores-de-riesgo/
Criminales mas buscados

“El Monstruo de Atizapán”


Tras encontrar el cuerpo semienterrado de una de sus víctimas, así como los
restos de otra más, las autoridades detuvieron a Andrés “N” por ser presunto
responsable de la muerte de estas mujeres y luego que la Fiscalía estatal
obtuviera una orden de arresto para ingresarlo al Centro Penitenciario y de
Reinserción Social de Tlalnepantla.

“La Mataviejitas”
“La Mataviejitas” confesó, en declaraciones posteriores a su captura, que
cuando mataba a sus víctimas imaginaba que era su madre a quien
ahorcaba. Su caso generó polémica entre los habitantes de la CDMX y del
país entero, debido a la crudeza de sus asesinatos. Además la mujer fue
considerada una de las primeras asesinas seriales.

“El Descuartizador de Ecatepec”


Juan Carlos “N”, conocido como “EL Descuartizador de Ecatepec”, asesinó
y descuartizó a más de 20 mujeres y posteriormente vendió sus huesos;
todo esto debido a que “las odiaba”, de acuerdo con las declaraciones que
emitió ante policías ministeriales. Juan Carlos “N”, conocido como “EL
Descuartizador de Ecatepec”, asesinó y descuartizó a más de 20 mujeres y
posteriormente vendió sus huesos; todo esto debido a que “las odiaba”, de
acuerdo con las declaraciones que emitió ante policías ministeriales.
“El caníbal de la Guerrero”
José Luis Calva Zepeda, mejor conocido como “El caníbal de la Guerrero”,
es considerado un asesino serial a quien se le acusó del b de tres mujeres:
su pareja, ex pareja y una trabajadora sexual. El apodo con que se le conoció
en la prensa nacional se le atribuyó al hecho el hombre se comía parte de los
cuerpos de las víctimas; algo que confirmaron las autoridades capitalinas.

“El Sádico”
La manera de actuar de Raúl Osiel Marroquín era dejar que sus futuras
víctimas se le acercaran y llegaran solas, para lograr este cometido
frecuentaba un bar gay ubicado en la Zona Rosa de la Ciudad de México, en
donde gracias a su carisma y personalidad esperaba desde la barra del bar a
que algún joven se le acercara para de esta manera iniciar una conversación.
https://heraldodemexico.com.mx/nacional/2021/5/19/asesinos-seriales-casos-
que-han-llenado-de-terror-mexico-297649.html

DESAPARICIONES

“ONU Derechos Humanos en México trae a la mesa credibilidad y una perspectiva


consistente y constructiva que genera confianza en autoridades y víctimas,” dijo
Peña Palacios. “Esto se refleja en la facilitación del diálogo o acercamiento entre
estos actores, en donde se promueve la cooperación en entornos complejos, a fin
de conseguir soluciones cooperativas e incidir en la mejora de las respuestas
institucionales.”
Algunos de los principales resultados a los que ha contribuido la ONU Derechos
Humanos en México son el fortalecimiento del marco legal en materia de
desapariciones y su implementación, el impulso a la creación de mecanismos de
diálogo, la facilitación de las visitas del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones
Forzadas o Involuntarias en 2011 y del Comité contra la Desaparición
Forzada en 2021, así como el seguimiento a la implementación de sus
recomendaciones y observaciones, y la visibilización de la lucha de las familias
que buscan a sus seres queridos.
“La Oficina no nos ha dejado solos y para nosotros ha sido como legitimar nuestra
lucha y un aliado fundamental en nuestras demandas,” dijo Iris García.
En la declaración sobre su visión estratégica “Los derechos humanos: un
camino de soluciones”, Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los
Derechos Humanos, dijo que es necesario abordar urgentemente la impunidad
generalizada y que una buena gobernanza depende de que los responsables por
violaciones de derechos humanos rindan cuentas.
“Más allá de la remediación individual, el acceso a la justicia juega un papel más
amplio y crucial: prevenir que agravios no resueltos desaten inestabilidad y
conflictividad,” dijo Türk. “Es interés de cada Estado invertir adecuadamente en
instituciones que apoyen el Estado de Derecho.”
“La sociedad se tiene que solidarizar, porque a cualquiera le puede pasar, no
queremos que le pase a nadie más. La justicia se tiene que construir y con ello la
paz”, dijo Iris García.
La organización en colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en México
ha crecido exponencialmente en los últimos 15 años, junto con el universo de
casos de personas desaparecidas.
El registro oficial en México indica que actualmente hay 115,000 personas cuyo
paradero se desconoce. Según la información oficial disponible, la mayor
concentración de desapariciones se ha producido desde 2006 hasta la fecha, lo
que coincide con el inicio de la llamada “guerra contra el narcotráfico”. Un
porcentaje menor se centra en las décadas de 1970 y 1980, durante la llamada
“Guerra Sucia”, cuando las desapariciones forzadas fueron utilizadas como
estrategia de represión contra disidentes políticos.
Según ONU Derechos Humanos, algunos de los principales retos son la
impunidad generalizada, la deficiente capacidad institucional para buscar
personas, la limitada coordinación y colaboración institucional, la inseguridad y los
riesgos a los que se enfrentan quienes defienden los derechos humanos, incluidas
las personas buscadoras, así como la crisis forense.

De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de


Seguridad Pública (SNSP), en comparación con el período 2000-2009, la
incidencia de homicidios aumentó 68 por ciento en los últimos 10 años.
En la primera década del siglo se registraron 127,764 asesinatos, sin embargo, del
2010 al 2019 a esa cifra se sumaron 87, 246 casos, en gran medida a raíz de la
llamada “Guerra contra el narco”, declarada el 11 de diciembre de 2006.
De acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SNSP), en comparación con el período 2000-2009, la
incidencia de homicidios aumentó 68 por ciento en los últimos 10 años.
En la primera década del siglo se registraron 127,764 asesinatos, sin embargo, del
2010 al 2019 a esa cifra se sumaron 87, 246 casos, en gran medida a raíz de la
llamada “Guerra contra el narco”, declarada el 11 de diciembre de 2006.
En la primera década del siglo se registraron 127,764 asesinatos, sin embargo, del
2010 al 2019 a esa cifra se sumaron 87, 246 casos, en gran medida a raíz de la
llamada “Guerra contra el narco”, declarada el 11 de diciembre de 2006.

En el primer año de la última década ocurrieron 20,142 casos, lo que significó un


récord histórico. Antes de ese año nunca se había superado la barrera de los
20,000 homicidios.
En 2011 hubo un incremento de la fuerza del crimen organizado y se alcanzó un
nuevo máximo histórico: 22,409 asesinatos.
Para 2012 se registró una disminución en la tendencia violenta, con 21,459
asesinatos ocurridos en todo el año,que significaron una disminución anual de
4.2%. Desde 2007 no se había registrado una reducción en la violencia.
En los primeros años del sexenio del priista Enrique Peña Nieto se alcanzaron los
mejores registros en la década, con 18,106 asesinatos en 2013, que
representaban una caída anual de 15.6%. 2014 tuvo 15,526 casos, que se
tradujeron en una disminución del 14.2% respecto al año anterior.
Sin embargo, a partir de 2015 la tendencia a la baja se interrumpió y comenzó un
nuevo repunte de asesinatos: 16,121, es decir, una alza del 4%. Desde entonces,
la tendencia solo ha sido a la alta.

SEÑALES DE ALERTA

En el 2021 se registraron un total de 8,447 suicidios consumados en México, lo


que representó una tasa de 6.2 por cada 100 mil habitantes y con una incidencia
más alta en jóvenes de 18 a 29 años, especialmente en varones, de acuerdo con
información del INEGI.
Sin embargo, no es un problema sólo de nuestro país. La Organización Mundial de
la Salud señala que cada año ocurren cerca de 700,000 suicidios, siendo esta la
cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. Es fundamental
entender que se pierden más vidas por suicidio que por enfermedades como el
paludismo, el cáncer de mama y, en algunos casos, incluso a consecuencia de
guerras y homicidios.
De acuerdo con el artículo “Conducta Suicida en México: Análisis Comparativo
entre la Población Adolescente y Adulta”, en México, al igual que en otros países
del mundo, se registran autolesiones sin distinguir si existe o no la intencionalidad
suicida. Datos de 2022 muestran que se atendieron a 9,847 personas por
autolesión, de las cuales el 58% eran mujeres, y el 41.7% de ellas tenía entre 10 y
19 años, seguido de aquellos de 20 a 29 años con un 27.47%.
Everardo Castro, doctor en Psicología por la UNAM y adscrito a Grupo Punto de
Partida, clínicas especializadas en trastornos mentales y adicciones, destaca que
algunas personas que están considerando el suicidio pueden presentar síntomas
como depresión intensa, cambios en el sueño, pérdida de apetito y descuido en su
apariencia personal. Sin embargo, también hay quienes pueden parecer felices
superficialmente pero comparten el sentimiento de desesperanza y la creencia de
que su vida no mejorará.
RELACIONADA: Cómo identificar las señales y síntomas de depresión
Señales de alerta del suicidio
Aunque los síntomas pueden no ser siempre evidentes, existen señales que
pueden advertir sobre intentos suicidas, como:
1. Aislarse de la sociedad y querer estar solo.
2. Sentirse atrapado o sin esperanza debido a alguna situación.
3. Aumentar el consumo de drogas o alcohol.
4. Despedirse de seres queridos como si no los volverán a ver.
5. Hablar de querer morir, sentir mucha culpa o vergüenza, o sentirse una
carga para los demás.
6. Realizar actividades o comportamientos arriesgados, como conducir a
velocidades extremas.

https://menshealthlatam.com/estas-son-las-senales-de-alerta-del-suicidio/

TIPOS DE SUCIDIO

1. Tipos de suicidio según la motivación


Una de los principales aspectos a tener en cuenta cuando evaluamos un acto
suicida es el motivo que ha impulsado a la persona a provocar su propia muerte.
En este aspecto podemos encontrar una gran cantidad de tipos de suicidio, siendo
algunos de los principales los siguientes.
1.1. Suicidio llamada de atención o grito de ayuda
Algunas personas recurren al intento de suicidio como mecanismo para llamar la
atención hacia un hecho concreto o pedir ayuda ante hechos que no son
capaces de controlar. Puede tener fines manipulativos y no suele quererse el
deceso en sí a menos que la situación problema no cambie.
1.2. Con finalidad de muerte
El objetivo de este tipo de suicidio es lograr la propia muerte. Suele ser
planificada cuidadosa y meticulosamente.
1.3. Como huida
La mayor parte de suicidios tienen como objetivo real el cese del sufrimiento y no
la muerte en sí. El deceso es visto como la única alternativa al sufrimiento que
causa un elemento concreto de la realidad (por ejemplo el acoso o las deudas),
motivo por el cual el sujeto decide disponer de su propia vida. Generalmente se da
de forma impulsiva y sin grandes planificaciones previas.
1.4. Finalista
Este tipo de suicidio suele estar dirigido a conseguir un objetivo determinado
diferente a la muerte o a la huida. Tiende a no buscarse la propia muerte sino
a fingir o aparentar dicha búsqueda con el fin de conseguir algún tipo de
beneficio. Ejemplos de ello son el de grito de ayuda antes mencionado o el de
venganza, aunque también puede perseguir beneficios de tipo económico como el
hecho de que otros cobren seguros de vida.
1.5. Por venganza
El suicidio por venganza o de tipo paranoide es un tipo de suicidio el cual se
realiza con el propósito de provocar daños a otras personas, con el fin de hacer
sentir culpabilidad y/o sufrimiento a alguien concreto.
 Artículo relacionado: "Trastorno Paranoide de la Personalidad:
sintomatología frecuente"
1.6. De balance
Se considera como tal el suicidio llevado a cabo por personas que, en ausencia de
psicopatología y tras un prolongado periodo de tiempo intentando hacer frente a
una situación conflictiva y dolorosa, deciden tras hacer un balance que continuar
viviendo no supone ningún tipo de ganancia ni para ellos mismos ni para el
entorno. Suele observarse en casos de ancianos y personas con limitaciones
serias.
2. Tipos de suicidio según la modalidad o método
Las personas que eligen darse muerte recurren a diferentes medios para ello
según la intencionalidad concreta de su acción, de su necesidad de tener el
control de la situación, del nivel de sufrimiento que quieren padecer o simplemente
de la disponibilidad de medios concretos. Si se clasifican los suicidios e intentos
de suicidio por el método empleado para ello, podemos encontrarnos con
diferentes tipos.
2.1. Blandas
Se trata de formas de suicidio que en principio no causan traumas evidentes y
que tienden a causar adormecimiento y poco dolor. Una de las principales
formas de suicidio con métodos blandos es la ingestión de cantidades masivas de
fármacos, como los barbitúricos. La persona suele tener un papel más pasivo en
su propia muerte, esperando los efectos de su acción.
Asimismo suponen una mayor probabilidad de arrepentimiento y salvación, y
en muchos casos los efectos pueden ser revertidos antes de que causen el
fallecimiento.
2.2. Duras
Dentro de esta clasificación se incorporan métodos que implican una mayor
brutalidad, tales como el suicidio mediante el uso de armas (sean blancas o de
fuego), electrocutarse, arrojarse al vacío o el ahorcamiento. Tienden a suponer
una mayor probabilidad de muerte que las blandas y revestir cierta brutalidad.
En comparación con las formas blandas de suicidio, es mucho más probable que
causen algún tipo de sufrimiento. También suelen ser métodos que suponen una
actuación directa del individuo a la hora de provocar su propia muerte.
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2.3. Extrañas
Este tipo de suicidios suelen provocar un elevado nivel de sufrimiento antes de
producir la muerte, revistiendo cierta crueldad hacia uno mismo. Suelen ser
llevadas a cabo en situaciones de psicopatología, especialmente psicótica.
Ejemplos de ello serían la ingesta de sustancias corrosivas o cortantes, ahogarse
a sí mismo o prácticas autocaníbales.
2.4. Enmascaradas
Se trata de muertes que son provocados por la propia persona de una manera tal
que pueden confundirse con muertes naturales o con homicidios. Suelen
perseguir una intencionalidad concreta, como el cobro de seguros de vida por
parte de allegados o inculpar a alguien de la propia muerte.

https://psicologiaymente.com/clinica/tipos-de-suicidio

PREVENCION DEL SUICIDIO

El enfoque tradicional en la prevención del suicidio ha consistido en estudiar los


factores de riesgo por tal de modificarlos en las personas en quienes se detecten
ideas de este tipo. No obstante, no está muy claro que esta aproximación resulte
eficaz; en este sentido, lo más probable es que las medidas necesarias radiquen a
un nivel más profundo de la sociedad.
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La OMS recomienda a todos los estados del mundo la adopción de una serie
de medidas para la prevención del suicidio, que son relevantes también desde
un punto de vista práctico por el elevado coste público que puede suponer la
atención sanitaria. Al final de este artículo podéis encontrar la referencia a este
texto.
Esta organización recomienda también estrategias como la hospitalización de
emergencia para personas en alto riesgo de suicidio, el tratamiento de los
problemas subyacentes a la ideación suicida, la participación en grupos de
apoyo y la práctica de actividades psicológicamente beneficiosas, como el
ejercicio físico y la meditación.
Por otro lado es importante mencionar cuáles son los factores que protegen del
suicidio. A modo general podemos destacar los siguientes:
 Presencia de una red sólida de apoyo social y familiar
 Participación activa en la comunidad o en la sociedad
 Acceso a servicios terapéuticos y de índole psicosocial
 Buenas habilidades interpersonales y de resolución de problemas
 Alto grado de autocontrol y de expectativas de autoeficacia
 Manejo adecuado de los eventos vitales estresantes
 Tratamiento de las alteraciones psicológicas subyacentes
 Creencias y valores que favorecen la búsqueda de apoyo o rechazan el
suicidio
Métodos de intervención psicológica
Entre todos los programas de intervención psicológica, el que más destaca por su
eficacia para prevenir el suicidio es el que desarrolló Marsha Linehan para el
trastorno límite de la personalidad. La investigación revela una reducción de los
intentos de suicidio y de las hospitalización en las personas tratadas con este
método.
Aproximadamente la mitad de las personas que se suicidan cumplen los
criterios del trastorno depresivo mayor. En este sentido la terapia cognitiva y la
terapia de activación conductual, que se deriva de la anterior, se han mostrado
útiles para disminuir la ideación suicida y el resto de síntomas depresivos.
Desde el ámbito de la psicología de la salud, principalmente en colaboración con
entidades públicas, en ocasiones se promueven tareas de cariz psicoeducativo y
de apoyo emocional o social, y también se administran algunos tests de cribado en
poblaciones de riesgo, como los adolescentes. No obstante este tipo de
intervenciones son bastante escasas en muchos lugares.
De modo más general, es importante tener en cuenta que el suicidio se asocia
sobre todo a una baja calidad de vida. Cualquier medida política que mejore la
satisfacción y el bienestar de las personas de un lugar disminuirá su riesgo de
suicidio, como la mejora del acceso a servicios sanitarios o el aumento de los
salarios medios.

Prevención del suicidio: métodos y factores relevantes

https://www.paho.org/es/temas/prevencio

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