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M.L.pratt. Alexander Von Humboldt y La Reinvención de América (2010)

El libro 'Ojos imperiales' de Mary Louise Pratt explora la literatura de viajes y la transculturación, centrándose en la figura de Alexander von Humboldt y su impacto en la reinvención ideológica de América del Sur durante el siglo XIX. A través de sus escritos, Humboldt influyó en la percepción de América tanto en Europa como en el nuevo continente, en un contexto de cambios sociales y políticos significativos. La obra analiza las relaciones entre la literatura de viajes y la expansión económica europea, así como las dinámicas de poder y representación en la América postcolonial.

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M.L.pratt. Alexander Von Humboldt y La Reinvención de América (2010)

El libro 'Ojos imperiales' de Mary Louise Pratt explora la literatura de viajes y la transculturación, centrándose en la figura de Alexander von Humboldt y su impacto en la reinvención ideológica de América del Sur durante el siglo XIX. A través de sus escritos, Humboldt influyó en la percepción de América tanto en Europa como en el nuevo continente, en un contexto de cambios sociales y políticos significativos. La obra analiza las relaciones entre la literatura de viajes y la expansión económica europea, así como las dinámicas de poder y representación en la América postcolonial.

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MARY LOUISE PRATT

Ojos in1periales
Literatura de viajes
y transculturación

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA


Primera edición, 2010

Pratt, Mary Louise


Ojos imperiales. Literatura de viajes y transculturación / Mary Louise Pratt ;
trad. de Ofelia Castillo - México: FCE, 2010
4 71 p. : ilus. ; 21 x 14 cm - (Colee. Antropología)
Título original: Imperial Eyes. Travel Writing and Transculturation
ISBN 978-607-16-0185-8

1. Historia 2. Descripción y viajes - Literatura 3. Literatura - Crítica e inter-


pretación l. Castillo, Ofelia, tr. 11. Ser. III. t.

LC D34.L29 Dewey 940.22 P665o

Distribución mundial

Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero


Imagen de la portada: "Cruzando un manglar con marea alta",
de Du Chaillu, Explorations and Adventures in Equatorial Africa ( 1861)
-.
Título original: Imperial Eyes. Travel Writing and Transculturation
Routledge, Londres, 1992
D. R.© 1992, 2008 Mary Louise Pratt
Traducción autorizada de la edición en lengua inglesa
publicada por Routledge, miembro del grupo Taylor & Francis

D. R.© 2010, Fondo de Cultura Económica


Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
Empresa certificada ISO 9001: 2000

Comentarios: [email protected]
Tel. (55) 5227-4672 Fax (SS) 5227-4694

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere


el medio, sin la anuencia por escrito del titular de los derechos.

ISBN 978-607-16-0185-8

Impreso en México • Printed in Mexico


Se puede observar muchísimo con sólo mirar.
Yoc1 BERRA
V. ALEXANDER VON HUMBOLDT
Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA

En el viejo mundo son los pueblos y los mati-


ces de su civilización los que dan al cuadro su
principal carácter; en el nuevo, el hombre y
sus producciones desaparecen, por decirlo así,
en medio de una gigantesca y salvaje naturale-
za. El género humano allí sólo exhibe algLU1os
restos de hordas indígenas poco adelantadas
en cultura o una uniformidad de costumbres
e instituciones trasplantadas a playas extran-
jeras por los colonos europeos.
ALEXANDER VON HUMBOLDT, Viaje a las regiones

equinocciales del nuevo continente ( 1814)

¿A usted le interesa la botánica? A mi esposa


también.
(Únicas) palabras dirigidas por Napoleón
a Alexander von Humboldt (1805)

CUANDO arribaron a América del Sur e\ 1799lAlexander van


Humboldt y Aimé Bonpland encontraron un intrincado te-
Jldo social y una coyuntura histórica crítica. Durante los
cmco azarosos años que siguieron, ambos participaron de
ese momento histórico, al tiempo que recorrían lo que les
gustaba llamar el Nuevo Continente. Su memorable viaje, y
el enorme volumen de papel impreso que produjo, estable-
cieron los lineamientos para la reinvención ideológica de
América del Sur que tuvo lugar a ambos lados del Atlántico
durante las trascendentales primeras décadas del siglo xrx.

211
212 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

Durante 30 años, mientras rebeliones populares, invasiones


extranjeras y guerras de independencia convulsionaban a la
América española, los extensos trabajos de Alexander von
Humboldt sobre sus viajes equinocciales fluían en una con-
tinua corriente desde París: en pocos años su obra había
llegado a los 30 volúmenes. En un momento en que una
·disminución de las restricciones para viajar hacía que gran
cantidad de europeos fueran a América del Sur, Humboldt
siguió siendo el interlocutor más influyente en el proceso
de reimaginación y redefinición que coincidió con el hecho de
que la América española se independizara de España. Hum- ..._________

-~
~ldt fue-y aún es- considerado "el explorador más crea-
tivo de su época"; sus _Y!!=Ü~_s por América eran teniQQ§_p_Q_r
·--- ··----------------
"un modelo de viajes de explgrac:i_pn y un magnífico 1(2g[O
geográfica';,_¡-·p-;:_¡~--tan-cel~brado en Eura"américa como en
E~pa.~y sus trabajos fueron la fuente de nuevas visiones
fundacionales de América a uno y otro lado del Atlántico.
Charles Darwin escribió, estando a bordo del Beagle, que~
rumbo de [su] vida se debió a haber leído y releído" en su
j_t!_~~ntud la obr~_rs_™1.JYgrrative [Viaje a las regiones equi-
nocciales] _de Humboldt. 2 Simón Bolívar, el principal arqui-
tecto de la independencia de la América española, rindió
homenaje al "barón de Humboldt" reconociéndolo como
"un gran hombre, que con sus ojos sacó a América de su ig-
norancia, y con su pluma la pintó en plenitud de su natural
belleza". 3
Este capítulo y los dos siguientes se refieren a la reinven-
ción ideológica de América del Sur en las primeras décadas
del siglo antepasado. Los capítulos adoptan toda una gama
de puntos de vista. Aquí examino los escritos sudamerica-
nos de Alexander von Humboldt en su relación con los pa-
1
Hanno Beck, ''The Geography of Alexander von Humboldt", en Wolf-
gang-Hagen Hein (ed.), Alexander van Humboldt: Life and Work, pp. 221, 227.
2
Citado en Douglas Botting, Humboldt and the Cosmos, p. 213.
3
Simón Bolívar, Carta a A. von Humboldt, lO de noviembre de 1821.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 213

radigmas anteriores de la literatura de viajes y con las am-


biciones europeas en la región. El capítulo VI trata de la ola
de viajeros-escritores que llegó a la región en las décadas de
1810, 1820 y 1830, cuando la América española se abrió to-
talmente a los visitantes noreuropeos, y sobre todo al capi-
tal noreuropeo. Allí propongo una comparación entre es-
critoras y escritores. En el capítulo vn considero cómo los
intelectuales sudamericanos, que enfrentaban la nueva era
republicana y un auge de las inversiones europeas, selec-
cionaron y adaptaron las perspectivas europeas al mismo
tiempo que trataban de crear hegemonías y valores descolo-
nizados. En cuanto al libro en su conjunto, su principal pre-
ocupación sigue siendo el análisis de las relaciones entre la
literatura de viajes y los procesos de la expansión económi-
ca europea. El fin del dominio colonial español implicó una
renegociación en gran escala de las relaciones entre la Amé-
rica española y Europa del Norte: relaciones en política y en
economía y, con idéntica necesidad, relaciones de represen-
tación e imaginación. Europa tenía que reimaginar a Amé-
rica, y América, a Europa. La reinvención de América fue,
e9r tanto, un proceso tr:.ssatláotico _QJ.l~_co:rppr~~eJjgJas
~nerg!_~~ y _la imasinaciól!.,..g$.J.Q.~ in,tt;lectual~ Y de C!;mQliQ.S
pú blico_~)~~~~~-~m ~Q§.. Jt~!"l1!~.f~E!.9.~,1... ~1-;tns.L1t~-~-~-~~-
s,_ariamente en e ~ Para las élites de Europa
septentrional, la reinvención está ligada a las vastas posibi-
lidades expansionistas para los capitales, la tecnología, las
mercancías y los sistemas de conocimiento europeos. Las
nuevas élites independientes de Hispanoamérica, por otra
parte, sentían la necesidad de una autoinvención en rela-
ción con las masas, tanto europeas como no europeas, a las
que intentaban gobernar. Por eso es fascinante que los es-
critos de Alexander von Humboldt brindaran visiones fun-
dacionales para ambos grupos.
214 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

"UNA SITUACIÓN EXTRAORDINARIA


Y SUMAMENTE COMPLICADA"

En el momento en que Humboldt y Bonpland se hicieron


a la mar en La Coruña, hacía por lo menos dos décadas
que la estructura colonial hispanoamericana atravesaba
una gran crisis. En 1O años más tendrían lugar grandes
transformaciones revolucionarias, que culminarían con la
independencia de toda la América española continental
alrededor de 1825. La sociedad colonial española era cultu-
ralmente compleja, intensamente ·erár uica estaba satura-
da de con 1ctos. Los españoles nacidos en Europa ocupa-
-
ban la cima de la escala social y ejercían monopolio sobre
-los mayores ru-lyiJg_gi9s__J2_QJft_i~2_~_y_~conómicos. P~ajo
de ellos estaban los criollos, es decir, las personas nacidas
-~~-~Jné~ica :c[ue~riEJñrtfcaban para sLµD~ -~~cendencia euro-
pe~ (o blanca). Más abajo estabª-_lª,g[_filUP.,_~ygría__ge lapo-
blación americana, clasificada según sus diversas ascenden-
d-as~no. ~~as: indios,,13!:StºS (esclavos y libres), me~tiI,.QS,
mulatos, zambo§_y_ otros. 4 Las categorías se multiplicaban
para abárcai=T~s diversos grados de mestizaje indígena, eu-
ropeo y africano. (Así manifestó España en América su ob-
sesión por la pureza de sangre, legado de su contacto con
África del Norte.) El trabajo de estas mayorías subordina-
das, especialmente los indígenas americanos y los africanos
esclavos, había producido la riqueza de España -y de Eu-
ropa- en los dos siglos y medio transcurridos desde la con-

4
Se llama mestiza a un individuo que pertenece a la primera genera-
ción de una ascendencia mixta: europea e indígena-americana; mulato, a
una de ascendencia africana y europea; zambo, a una de ascendencia afri-
cana e indígena americana. El término pardo se usa, como el inglés co-
loured, para calificar en general a todos estos grupos. Estas palabras ape-
nas sugieren la complejidad de la clasificación racial de la sociedad colonial -
española.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 215

quista española. Cuando los pueblos indígenas de los Andes


se rebelaron en la década de 1780, exigieron, entre otras de-
mandas, la liberación de una impresionante lista de cargas
que les habían sido impuestas por las élites coloniales, reli-
giosas y criollas. 5
Pese a su propia subordinación a los españoles, tres;¡-_
glos después los criollos euroamericanos se habían estable-
cido sólidamente como terratenientes, mercaderes y dueños
de minas y élites burocráticas con control sobre recursos
enormes, que incluían vastas extensiones de tierra, mano
de obra forzada de miles de esclavos africanos e indígenas
contratados, y la facultad de exigir impuestos y tributos a
todo aquel que estuviera por debajo de ellos en jerarquía.
Por ejemplo: en 1800, en la provincia de Caracas, donde
.Humboldt y Bonpland iniciaron su viaje sudamericano, la
población ascendía a casi medio millón de personas, de las
cuales el 25.5% eran consideradas blancas (principalmente
criollos), el__!}%¿_egros esclavos, el 8%, negros libertos, el
, 38.2%pqrdac, (denominación que equivaldría a la expresión
actual "gentes de color'~), y el 14% indígenas americanos. 6
Unas 4000 personas, alrededor de 0.5% de la población}
poseían toda la tierra fértil, que era trabajada por una ma-
no de obra compuesta por esclavos africanos, negros liber-
tos, peones de raza mixta y blancos pobres. La patria de los
líderes revolucionarios Francisco Miranda, Simón Bolívar
y Andrés Bello, Venezuela, habría de ser un crisol del movi-

5
Los líderes de la rebelión en Perú lanzaron una proclama acusando a
la Corona española de haber exigido "impuestos intolerables, tributos, 'pie-
zas', 'lanzas', derechos aduaneros, impuestos a las ventas, monopolios, 'ca-
tastros', diezmos, servicio militar, virreinatos, tribunales, altos magistrados
y otros ministros, todos iguales en su gobierno tiránico, personas que, jun-
to con los funcionarios judiciales de la misma calaña, rematan la justicia al
mejor postor[ ... ] maltratando a los nativos del reino como si fuesen bes-
tias de carga, condenando a muerte a todos aquellos a los que nada pueden
robarles ... ". Tomado de Boleslao Lewin, Tupac Amaru, apéndice 1, p. 153.
6 John Lynch, The Spanish American Revolutions 1808- 1826, pp. 190-191.
216 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

miento independentista sudamericano liderado por crio-


llos; y fue allí donde Humboldt y Bonpland pasaron el pri-
mer año de su viaje.
Muy pronto se dieron cuenta de que el creciente descon-
tento de los terratenientes y comerciantes criollos con el
privilegio político de España y las restricciones económicas
que les imponía llevaba germinando largo tiempo. Por otra
parte, muchos veían en España la única potencia capaz de
mantener bajo control a las mayorías subalternas. Sus te-
mores eran justificados. La inesperada fuerza de las rebelio-
nes cimarronas en Surinam, la tenacidad de los indígenas
caribes en San Vicente, el enorme y abortado levantamiento
indígena andino en 1781, y la triunfante revuelta esclava de
Santo Domingo en 1790, habían aterrorizado -con razón-
a las castas feudales y esclavistas de todas esas regiones. Es-
tos violentos acontecimientos estaban aún desarrollándose
(y de hecho, siguen estándolo) cuando aparecieron Hum-
boldt y Bonpland. Tales antecedentes, junto con las ideolo-
gías revolucionarias llegadas desde Francia, el Caribe y los
Estados Unidos, galvanizaban a las ya rebeldes poblaciones
sometidas, concitándolas alrededor de líderes educados, pre-
parados para defender sus reivindicaciones en el campo ins-
titucional. En 1795, en Venezuela, un grupo de esclavos in-
subordinados ex1g1ó la constitución de una república bajo
"ley francesa", la emancipación de los esclavos y la abolición
de ciertos impuestos particularmente ofensivos. Dos años des-
pués una alianza multirracial -aún más amenazante- de
los trabajadores y pequeños propietarios, inició una conspi-
ración radical con el mismo programa, además de "la aboli-
ción de los tributos indígenas y la distribución de tierras
entre los indios". Esta alianza exhortaba a la "armonía en-
tre blancos, indios y gente de color, 'hermanos en Cristo e
iguales ante Dios'". 7
7
Ibídem, p. 194. A lo largo de esta sección estoy en deuda con el lúcido·
y pormenorizado relato de Lynch.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 217

Los levantamientos coincidieron con el esfuerzo que hi-


zo España a fines del siglo XVIII para reforzar su dominio
sobre sus colonias americanas. Y por cierto, el patrocinio
de los viajes de Humboldt y Bonpland formó parte de ese
~fuerzo-:-i\. medida que sus econom1as locales se expáñdía"n,
las colonias americanas se tornaban menos dependientes y
menos rentables para España. A diferencia de lo que po-
drían indicar los estereotipos, la Corona española trató de
recuperar el control por medio de un movimiento de refor-
mas liberales. Incitada en parte por los informes de Antonio
de Ulloa y Jorge Juan, que acompañaron la expedición de
La Condamine, España empezó a luchar por modernizar
las estructuras sociales y políticas coloniales, que ya le pa-
recían atrasadas y basadas en el dogmatismo religioso, el
despotismo local, la esclavitud y la brutal explotación de los
indígenas. Para muchos miembros de las élites criollas, Es-
paña empezaba a aparecer cada vez menos como su protec-
ción contra las masas en rebelión; y para los miembros de
las mayorías dominadas, se mostraba cada vez menos coma__
el enemigo opresor. Los criollos conservadores estaban in-
dignados por las nuevas leyes gue pretendían garantizar l.9s
derechos de las mayorías subordjnadas en )as colonias,
abrir las escuelas a la población "de color pero li~", corr.e-
gir el maltrato a los esclavos, el trabajo forzado._ los siste-
mas de tributo. etc. También se~~~stionaba el sistema de
,_las misiones, ya gue España trataba de incorporarlas a la
jerarquía normal de la Iglesia rem lazar a los mision
m ependientes por sacerdotes y_!-!.:Q.~~~rnación centra-_
lizada. A medida que se agudizaban los conflictos coloniales
alrededor de la fecha en que Humboldt y Bonpland lle-
garon, empezó a ser frecuente que las mayorías explotadas
se pusieran del lado de la Corona española "ilustrada", en
contra de los criollos "liberadores". Por otra parte,....a.lguoas
criollos apoyaban el !!!.Q.Yiqliento independentista sobre to-
do como Una ma~~ de asegurar sus privilegios de ~las~_<:!1
218 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

esafío liberal r veniente de la Madre Patria.


los plantadores de Venezuela lograron forzar el re-
chaz e una nueva ley de esclavos que España había pro-
mulgado cinco años antes y que puntualizaba los derechos
de los esclavos y las responsabilidades de los amos. Era, co-
mo lo expresó Simón Bolívar en su famosa carta de Jamai-
ca de 1815, "una situación extraordinaria y sumamente
complicada". 8
A partir de la década de ®,
los criollos independen-
tistas de diversas tendencias habían empezado a viajar a
Londres y París en busca de apoyo contra España. Los go-
-bie¡ños de Gran Bretafia y Francia se negaron a hacer alian-
zas oficiales con los movimientos en pro de la independen-
cia de las colonias, pero no intentaron siquiera ocultar sus
intenciones respecto de la región. Por otra parte, en el sec-
tor comercial florecía el contacto entre los intereses noreu-
ropeos e hispanoamericanos. El legendario proteccionismo
español había mantenic!2J~uertos hispanoamericanos
oficialmente cerrados para los productos extranjeros y tam-
bién para casÍtodaslas-per~~¿~s extranjeras. Siempre ha-
-bía sido comun el contraba~d;,- pero hacia la década de
1780 la exigencia de relaciones comerciales más amplias
· había hecho inviable el sistema en su conjunto. Muchos es-
----c,-----~~--:---~---·--- ..
tudiosos dudan de que los movimientos independentistas
hispanoamericanos hubieran cristalizado si no hubiese sido
por la implacable presión del capital noreuropeo. Inclusive
no falta quien considere a los intereses expansionistas euro-
peos como una de las razones de que los movimientos hi-
cieran tan poco para cambiar las estructuras socioeconómi-
cas básicas.

8
Simón Bolívar, "Contestación de un americano meridional a un caba- ·
llero de esta isla [Jamaica]", 6 de septiembre de 181 5, Selected Writings of
Simón Bolívar, vol. 1, p. 11 O.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 219

UN VIAJE EN TREINTA VOLÚMENES

Debemos agradecer en parte a la ideología romántica la


altura a que fue elevada la figura de Alexaoder von Hum-
boldt en la historiografía del _:~lo x,x. Más.9.~ cuale~!:_lie-
ra de los otros escritores analizados en este libro, Hum-
boldt existió y existe no como un vjajero 9 CQ.!JJO.l)n.esc-ritor
..d@ libFos de...\Liajg_~_csino como un hombre y una vid_ª-,_~n
modo que sólo fue P._osibl~en @_e_rn_deL.in.div.iduo. Hum-
boldt se presentó como tal. A diferencia de los discípulos
de Linneo o los empleados de la Asociación Africana, no
escribió ni viajó como un humilde instrumento de los apa-
ratos europeos de construcción de conocimiento, sino co-
mo su creador. No fue enviado en misión en nombre de un
esquema paternalista encarnado en una figura de autoridad
allá en la patria. Persona de extraordinaria energía, capa-
cidad y educación, produjo sus propios viajes y temas y de-
dicó su vida a promoverlos. Tanto sus viajes como sus escri-
tos tienen una envergadura épica, para cuya creación puso
al servicio su vida y su fortuna. Porque Humboldt vivió
una vida que sólo Fortuna puede brindar. A diferencia de
los Anders Sparrman o los Mun~o Park, Humboldt perte-
necía a una élite nacional dotada de riqueza inde2endiente,
con la que él m_ontó y 2romovió sus empresas _geogr~ficas
y literarias. La escala épica de sus hazañas se debe tanto a
su fortuna como al espíritu de su tiempo, sin dejar de te-
ner en cuenta su carácter audaz y su apasionada autorrea-
lización. Por lo tanto, al escribir sobre Humboldt parece
inevitable referir todo a la vida y al hombre. El texto que)
sigue reconoce ese imperativo y al mismo tiempo se res~
a aceptarlo.
En un paradigma que frecuentemente se asocia con las
mujeres viajeras victorianas, lo que puso en acción a Alexan-
der von Humboldt fue la herencia y una largamente espera-
220 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

da orfandad. 9 Nació en 1769, el mismo año que Napoleón, y


tenía apenas ocho años de edad cuando murió su padre, en
1777, después de haberse desempeñado durante muchos
años en la corte prusiana como chambelán de Federico 11.
Alexander y..su beuní!_no Wilhe~m,_de ~O añc~_s, quedaron con
su madre, h~onota francesa y severa calvinista. Los niños
pasá-;~;-~~ .inf~~ci;-en-;;-~--~~Íio ... a\.lSlli0 1 dedicacfos. íÍrte-
gramente al estudio. En realidad los benefició mucho el pri-
vffeg10.cu~~~ fructífero de crecer en la corte sin per-
tenecer a la nobleza. Intelectos audaces, ambos hicieron
fuerte impresión durante su juventud en Berlín, donde fre-
cuentaron más los salones judíos liberales que los de la aris-
tocracia alemana.- -.Wilhelm
- se _,._.....,_
sintió___fascinado
,_•-<~,.. con las
,_., - , .cien-
~-

• ci~-~- dtlJeJ!fillM~.Y laJU_g~ofí_~_yAl~~-ª-JJQ.er_~~ cie11ci,3s


-~aJ.~rale~~~!~9!~.L~p_la_JJnhtersidag_g.~__Q~~ en la
9
A diferencia de la mayoría de los otros escritores considerados en este
libro, Humboldt ha sido objeto de bastante erudición académica, en gene-
ral honorífica y surgida principalmente en Alemania. Las fuentes básicas
en alemán incluyen la obra de Hanno Beck en dos volúmenes titulada
Alexander van Humboldt; Heinrich Pfeiffer (ed.), Alexander van Humboldt:
Werk und Weltgeltung; Kurt Schleucher, Alexander van Humboldt: Der
Mensch, Der Forscher, der Schriftsteller. Una de las mejores fuentes recien-
tes, la colección de ensayos bellamente ilustrada llamada Alexander van
Humboldt: Leben und Werken, editada por Wolfgang-Hagen Hein, apareció
en 1987 traducida al inglés por John Cumming. Los ensayos y la bibliogra-
fía son excelentes. En francés, una fuente básica es la obra enciclopédica y
acrítica de Charles Minguet, Alexandre de Humboldt, Historien et géographe
de l'Amérique espagnole, 1799-1804. Minguet dirigió también la edición de
la Biblioteca Ayacucho de las Cartas americanas de Humboldt, con traduc-
ción de Marta Traba. Como siempre, la edición de la Biblioteca Ayacucho
brinda una cronología enormemente útil. Entre otras obras más popula-
res, el libro de Douglas Botting, Humboldt and the Cosmos, es interesante y
útil; Humboldt l'explorateur, de Pierre Gasear, aporta poco de nuevo, excepto
cierta franqueza acerca de la homosexualidad de Humboldt. Entre las
fuentes hispanoamericanas sobre Humboldt, he utilizado especialmente el
libro de Óscar Rodríguez Ortiz (ed.), Imágenes de Humboldt. El profesor
Kurt Müller-Vollmer, de la Universidad de Stanford, ha descubierto recien-
temente una gran colección de manuscritos y correspondencia de Hum-
boldt en Alemania, que probablemente afectarán la futura discusión sobre
el impacto de Alexander sobre la obra de su hermano Wilhelm.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 221

Escuela de Minas de Friburgo. Siendo aún estudiante, Ale-


xander entabló una estrecha amistad con Georg Forster, el
naturalista que había acompañado a Cook en su segundo
viaje y cuyos escritos lo habían hecho famoso. En 1790 via-
jaron juntos a Londres y al París revolucionario.
Terminados sus estudios, 4!._exander se afianzó econó-
micamente trabajando como consultor e ins~ctor de mine-
- ría para el gobierno prusiano. El cargo no pudo debilitar ni
" su talento m sus ambiciones, sino que le permitió dedicarse
a sus intereses científicos, empezar a publicar y viajar den-
tro de Prusia. Hacía tiempo ya que había desarrollado los
hábitos que lo caracterizarían por el resto de su vida, según
un admirador actual: "Dormía apenas cuatro l:!.,oras por..ili'1,
___Dasaba paca tjem.120 en,m_ª1íía femenina y leía gran can-
-
._ydad de buenos libros". 10 Cuando murió su madr;;-~-;-¡ 797
Humboldt se encontró, a los 30 años, libre para dejar la ca-
rrera de la que ya se había cansado y para realizar por fi

10
P~rre B;fix, p r e f a c : ~ p . cit., p. 7. Como se desprende de
esta cita, la homosexualidad de Humboldt sigue siendo tratada por sus co-
mentaristas de un modo muy caballeresco, es decir, como un secreto ver-
gonzoso. Este hombre vivió en un mundo casi exclusivamente masculino,
habitado por colegas, discípulos, amigos y compañeros, y tuvo una serie de
duraderas relaciones íntimas. Uno de sus compañeros fue el joven aristó-
crata ecuatoriano Carlos Montúfar, quien conoció a Humboldt en Quito en
1802, lo acompañó junto con Bonpland durante el resto de sus viajes por
América y regresó con él a Europa. Ya en Francia, parece ser que Montúfar
fue remplazado en la vida de Humboldt por Louis Gay Lussac, famoso fí-
sico y aficionado a los ascensos en globo. Con él Humboldt vivió y viajó
durante varios años. Pero el episodio más conocido es la apasionada rela-
ción que Humboldt mantuvo con el astrónomo Frarn;:ois Arago. Se dice
que ambos se vieron todos los días durante 15 años. Como muchos viaje-
ros europeos del siglo pasado y también de éste, la pasión de Humboldt
por recorrer el mundo no dejaba de ser, en parte, una manera de huir de
las estructuras heterosexistas y matrimonialistas de la sociedad burguesa.
En la historia de los viajes y la ciencia tiene considerable importancia el
hecho de que ambas actividades eran contextos legítimos para la intimi-
dad entre personas del mismo sexo y para frecuentación de ambientes ex-
clusivamente masculinos.
222 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

apasionado deseo de irse de Europa, rumbo a cualquier lu-


gar del mundo.
Partir le llevó algún tiempo. Hizo planes para viajar a
las Antillas, pero fracasaron. Después, una invitación para
unirse a un grupo de ingleses que se dirigirían al Nilo se
frustró porque Napoleón invadió Egipto. Surgió luego una
oportunidad de incorporarse a una expedición francesa que
recorrería el mundo, pero se evaporó casi inmediatamente.
Junto con Bonpland, a quien había conocido en París, Hum-
boldt volvió a hacer planes para ir a Egipto, con la esperan-
za de sumarse a la expedición de Napoleón; de nuevo, la
guerra y la política franco-prusiana sivieron de obstáculo.
Varados en Marsella, sin un lugar a donde ir, ambos partie-
ron a España abrigando la ambición de organizar un viaje
hacia América. En Madrid, después de meses de buscar y
utilizar influencias, lograron ganarse el apoyo del primer
ministro español, Mariano de Urquijo, quien los ayudó a
persuadir a Carlos IV de que les concediera una carte blan-
che sin precedentes para recorrer los territorios americanos
de España, totalmente a expensas de Humboldt. Fue un lo-
gro diplomático quizá de mayor importancia que el de La
Condamine en 1735, debido en gran parte a que Humboldt
había vivido en la corte, tenía formación científica y estaba
dotado de una enorme tenacidad. Es indudable que el rey
debió recordar lo útiles que le habían sido los informes de
Antonio de Ulloa y Jorge Juan (especialmente sus descubri-
mientos confidenciales) para reformar la política colonial
española. Y hasta quizás haya concebido la esperanza de
que Humboldt y Bonpland le ayudarían a recuperar el con-
trol de sus indómitas colonias. Por otra parte, Carlos IV es-
taba ansioso por utilizar la experiencia de Humboldt en el
campo de la minería y le pidió que elaborara informes espe-
ciales sobre sus descubrimientos mineralógicos.
J,os amigos se hicie~~~~ar (en un velero llamado
nada menos que Pizarra) h~~Ja Venezuela en 1799. Pasaron
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 223

_ un año allí, yendo y viniendo por el Orinm:;2.,_.recorriendo


los grandes llanos, atravesando mo,ntafut.~._.ríos,-;el~~¡--de
aldea en aldea, de hacien~hacienda d~-;·i~ió~-~~-~i-
~ón, m1 1en o, recolec}il.1~2,,c·~~p~;¡!!l·~~t~-n~o,. dihuj¡1nc;l~,
anotándolo J;Q,g,Q. En la zona del Orinoco tuvieron ocasión
de ver con sus propios ojos la preparación del ~ el ve-
neno que tanta curiosidad despertaba en Europa. Al viajar
por la vía fluvial interior que une el Orinoco y el Amazonas,
Humboldt y Bonpland confirmaron definitivamente su exis-
tencia para los europeos incrédulos. (En cuanto a los crédu-
los, lo eran porque hacía décadas que usaban ese canal co-
mo ruta para el correo.) ,B.te también en esa zona donde los
~eños les mostraron la maravillosa anguila eléctrica.
Cargados con enormes colecciones de especímenes y plan-
tas, se trasladaron a La Habana a principios de 1802. Poco
después se enteraron de que una expedición francesa que
daba la vuelta al mundo haría un alto en Perú. Con la espe-
ranza de incorporarse a ella, volvieron a América del Sur. El
Sistema de la naturaleza seguía unificando el planeta: Hum-
boldt y Bonpland decidieron viajar a Perú por tierra y no por
mar, con el propósito de pasar por Bogotá y compartir sus
notas con el naturalista linneano José Celestino Mutis. Pa-
saron dos meses con él y sus colecciones. 11 Después de cru-
zar la cordillera, llegaron a Quito, donde se quedaron otros
seis meses. Esa estancia estuvo caracterizada por la hazaña
que más cautivó la imaginación pública de Europa cuando
se la conoció, a través de los periódicos, algunos meses des-
pués: el intento de escalar el Chimborazo, uno de los picos
de la Cordillera de los Andes, considerado entonces la mon-
11
De hecho, Humboldt visitaba a los naturalistas sudamericanos cada
vez que tropezaba con ellos en sus viajes; hasta se entrevistó con las muje-
res, como Manuela Santamaría de Manrique, cuya colección visitó en Bo-
gotá. Los encuentros y relaciones de Humboldt con mujeres naturalistas
casi no figuran en la bibliografía europea oficial. Mi fuente aquí, por ejem-
plo, es La mujer en la sociedad moderna, de la feminista colombiana del si-
glo XIX Soledad Acosta de Samper, p. 298.
224 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

taña más alta del mundo. Ataviado con levita y polainas y


acompañado por un pequeño séquito, Humboldt llegó has-
ta 400 metros antes de la cima de 6 300 metros. La expedi-
ción fracasó debido al frío y la falta de oxígeno. A fines de
1802 llegaron a Lima, aunque ya sabían que el encuentro
con la expedición francesa no tendría lugar. Se dirigieron
entonces a México, donde pasaron un año, que dedicaron
principalmente a investigar en archivos, bibliotecas y jardi-
nes botánicos que nunca antes se habían abierto para per-
sonas no españolas. Luego hicieron una breve visita a los
Estados Unidos, donde Humboldt fue muy bien recibido
por Thomas Jefferson. En agosto de 1804 volvieron a París
y fueron aclamados como héroes por un público que había
seguido sus hazañas a través de sus cartas y que en algunos
momentos los había dado por muertos.
Al igual que La Condamine, y quizá siguiendo su ejem-
plo, Humboldt se dispuso inmediatamente a capitalizar sus
viajes en el mundo de la alta sociedad, la ciencia y los círcu-
los oficiales de París. Pocas semanas después de su regreso
montó una exposición botánica en el Jardin des Plantes.
Mientras Bonpland retrocedía y se desvanecía entre bamba-
linas, hasta desaparecer finalmente con su regreso a la zona
de contacto, 12 Humboldt se convirtió en una celebridad con-
tinental. La avidez por informaci9n ds! PJiIJ1era mano sobre
América clt:f ,S.ur..er.a_difurulida__e_jn_t~Q.S.ª y,Jíum-ooldt.llegó-a
ser- una suerte
----·-·- ~ ,_.
de enciclopedia ambulante. Dio conferencias,
__ .. ~--~- ··--- . ··- ~--.,--,:,,--- .---··-·-~--.--- .. '...,,,.._,.__ ,.,
., ~ .,

12
Después del viaje a la América del Sur, Aimé Bonpland siguió el sen-
dero de la carrera linneana y fue cuidador de un jardín real: nada menos
que el jardín de la emperatriz criolla Josefina, en su lugar de retiro cerca
de París. Después del divorcio de ella Bonpland se convirtió en su devoto
confidente, y estuvo a su lado cuando murió. Al parecer desconsolado, vol-
vió a América del Sur y se instaló en Paraguay, donde finalmente el famoso
dictador Dr. Francia lo envió a la cárcel por varios años. Humboldt; que
durante años se había ocupado de que Bonpland cobrara su pensión, apeló
ante Simón Bolívar y logró que lo liberaran_ Bonpland murió en Paraguay
en 1858_
FIGURA 18. Alexander van Humboldt y Aimé Bonpland en el Orinoco.
Grabado de O Roth (Staatsbibliothek, Berlín).
226 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

organizó reuniones, escribió centenares de cartas, visitó a


dignatarios, se mostró infatigablemente (y para algunos,
hasta fatigosamente) en los salones. Mientras tanto, organi-
zó equipos de redactores e ilustradores y los puso a trabajar
para convertir sus colecciones y sus notas en libros.
¡Libros! Las ambiciones literarias de Humboldt eran
tan desmesuradas como sus viajes. En el transcurso de su
periplo americano, se había entregado con frecuencia a es-
bozar planes para la monumental obra impresa que produ-
ciría su viaje. Para Europa del Norte, la América española
era una virtual carte blanche que Humboldt estaba resuelto
a llenar con sus escritos, dibujos y mapas.
Él llevó a dimensiones insospechadas el impulso enci-
clopédico que, en el caso de la expedición francesa a Egip-
to, produciría los 24 volúmenes de la obra Description de
l'Egypte. Para uno de sus admiradores actuales, las ambicio-
nes de Humboldt como escritor equivalían a "una increíble,
casi maníaca adicción a los papeles, registros y anotaciones
[ ... ] una hipocondría cultural". 13 Nada podría estar más dis-
tante de las modestas aspiraciones de los narradores sen-
timentales que los 30 volúmenes de Voyage aux régions équi-
noxiales du nouveau continent en 1799, 1800, 1801, 1802,
1803 et 1804 [Relation historique aux régions équinoxiales
du Noveau Continent; Personal Narrative of Travels to the
Equinoccial Regions of the New Continent; Viaje a las regiones
equinocciales del nuevo continente], todos publicados en Pa-
rís, y muchos de ellos atribuidos conjuntamente a Humboldt
y Bonpland. 14 La aventura épica de la publicación empezó
pocos meses después del regreso de los dos viajeros a Fran-
cia, con el Essai sur la géographie des plants [Essay on the
Geography of Plants; Ensayo sobre la geografía de las plantas]
13
Ortiz, op. cit., p. 10.
14
Bonpland era experto en botánica, y fue en ese campo donde hizo su
contribución como autor. Pero el trabajo de escritorio lo atraía poco, y por
ello en la obra se reconocen más sus datos que su autoría.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 227

(1805) y terminó en 1834 con los últimos volúmenes de Sur-


vey of Grasses [Reporte de las hierbas]. Atlas géographique et
physique du nouveau continent [Atlas geográfico y físico] y
Historie de la géographie du nouveau continent [History and
Geography of the New Continent; Historia y geografía del Nue-
vo Continente]. En total los Viajes comprenden 16 volúme-
nes de botánica y geografía de las plantas, dos de zoología,
dos de mediciones astronómicas y barométricas, siete de
descripción geográfica y geopolítica (incluyendo el famoso
Essai politique sur le royaume de la Nouvelle-Espagne [Politi-
cal Essay on the Kingdom of New Spain; Ensayo político so-
bre el Reino de la Nueva España]) y tres narrativas de viajes.
Humboldt experimentó mucho con la forma y se especializó
no sólo en la impresión sino también en el arte gráfico, con
gran costo personal. Sus innovaciones visuales establecie-
ron nuevas pautas para el uso de mapas, gráficos y tablas.
En sus trabajos no especializados los grabados sobre fenó-
menos arqueológicos y naturales son, aún hoy, pasmosos
(véanse las ilustraciones 19, 22, 23 y 24).
Fue a través de sus escritos no especializados más que
por sus tratados científicos que Humboldt buscó, y obtuvo,
una enorme resonancia en la imaginación del público de
Europa y Euroamérica. Y son ésas las obras en las que me
concentraré aquí: primero, Ansichten der Natur o, en inglés,
Views of Nature [Cuadros de la naturaleza], 1808, revisada y
ampliada en 1826 y 1849, una de las obras favoritas de
Humboldt sobre sus viajes americanos y la única que escri-
bió en alemán; Vues des cordilleres et monuments des peu-
ples indigenes d'Amérique [Views of the Cordilleras and Mo-
numents of the Indigenous Peoples of America; Vistas de las
cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América],
que apareció en 1810 en dos lujosos volúmenes ilustrados,
seguidos en 1814 por una edición popular abreviada; y, fi-
nalmente, la obra inconclusa Relation historique [Personal
Narrative], relato personal de sus viajes en tres volúmenes
228 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

que aparecieron en 1814, 1819 y 1825. 15 Fueron éstos sobre


todo los libros que los públicos lectores continentales e his-
panoamericanos leían, revisaban, extractaban y discutían
en las décadas de 1810 y 1820. Escritos de viajes en el senti-
do más inmediato, estas obras no especializadas son, tam-
bién, audaces experimentos discursivos en los que, como
trataré de demostrar, Humboldt trató de reinventar los ima-
ginarios populares de América y, a través de América, del
planeta mismo. Aun cuando se propusiera recrear América
del Sur en conexión con su nueva apertura hacia Europa
septentrional, Humboldt intentó simultáneamente reenmar-
car la subjetividad burguesa, desviándola de su escisión de
estrategias objetivistas y subjetivistas, ciencia y sentimien-
to, información y experiencia. Junto con otros autores de su
tiempo, propuso a los europeos un nuevo tipo de conciencia
planetaria.
Los comentaristas suelen leer los escritos americanos
de Humboldt en relación con la famosa querelle d'Amérique,
la prolongada y arrogante disputa entre los intelectuales eu-
ropeos acerca del tamaño relativo, el valor y la variedad
de la flora y la fauna americanas, en comparación con las de
Europa y los otros continentes. En la segunda mitad del si-
glo Bufón había defendido la idea de que la naturaleza esta-
ba menos desarrollada en las Américas que en el resto del
mundo, debido a que el continente era más joven. Como
Antonello Gerbi ha demostrado en su enciclopédica La
disputa del Nuevo Mundo, la cuestión fue discutida acalora-
damente y todos los pensadores de la época se sintieron
obligados a asumir una posición. 16 Aunque en sus obras po-
15
En lo que sigue citaré las traducciones inglesas estándares de los escritos
de Humboldt. Para Ansichten der Natur, cito la de E. C. Otte y Henry G. Bohn.
Cito también la traducción al inglés de Vues des Cordilleres, Views of the Cordi-
lleras and Monuments of the Indigenous Peoples of America, de Helen Maria
Williams, para la Relation historique, cito la traducción de H. M. Williams, Per-
sonal Narrative of a Voyage to the Equinoccial Regions of the New Continent.
16
Antonello Gerbi, La disputa del nuevo mundo: Historia de una polémica
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 229

pulares no se refiere explícitamente al debate en sí, la cele-


bración de la naturaleza americana que hace Humboldt
constituye un compromiso, dirigido en términos generales
a la reivindicación del "Nuevo Continente". Sin embargo,
en modo alguno consideró Humboldt que su obra se basa-
ba en el debate o dependía de él. Gerbi estima que su posi-
ción en la disputa fue "anómala" y "algo marginal", y que
ejerció sólo "una influencia indirecta y tardía". 17 En la expo-
sición que sigue me pareció conveniente tratar los escritos
de Humboldt y la querelle d'Amérique como fenómenos cru-
zados moldeados por preocupaciones y ansiedades euro-
peas compartidas con respecto a las Américas.

"NATURALEZA SALVAJE Y GIGANTESCA"

Como bien lo indican los títulos de sus trabajos, Alexander


von Humboldt reinventó la América del Sur en primer lugar
y sobre todo como naturaleza. No la naturaleza accesiblD,
recolectable, reconocible, categorizable de los linneanos, si-
no una naturaleza impresionante, extraordinaria, un espec-
táculo capaz de sobrecoger la comprensión y el conocimient ·
humanos. No una naturaleza que espera sentada que la co-
nozcan y posean, sino una naturaleza en acción, dotada de
fuerzas vitales, muchas de las cuales son invisibles para el ojo
1750-1900. Véase también de Gerbi La natura del/e indie nove, traducido al
inglés por Jeremy Moyle, con el título Nature in the New World. Un dato
sorprendente: en el índice de la versión inglesa de esta obra, el nombre de
Alexander von Humboldt ha sido remplazado por el de su hermano, Wil-
helm. La confusión, que acontece con frecuencia, demuestra que en el si-
glo xx la reputación de Alexander ha sido eclipsada por la de su hermano.
En su trabajo sobre las crónicas de las Américas de los siglos xv1 y XVII Ger-
bi se apoya mucho sobre la enciclopédica revisión que Humboldt había
hecho de este material en Examen critique de l'histoire de la géographie du
nouveau continent, una obra extraordinaria que casi no es mencionada en
los índices oficiales de los trabajos de Humboldt.
17
Gerby, La disputa ... , op. cit., pp. 411,416.
230 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

humano; 1ma naturaleza que empequeñece a los seres huma-


nos, domina su ser, despierta sus pasiones, desafía sus po-
deres de percepción. No es de extrañar que los retratos de
Humboldt lo muestren casi siempre rodeado y empequeñeci-
do por la naturaleza o por su formidable obra, que la describe.
Tan cercado y empequeñecido estaba lo humano en la
concepción cósmica de Humboldt que, para él, la narrativa
dejó de ser un modo viable de representación. Entonces la
eludió deliberadamente. Sus primeros escritos no especiali-
zados sobre las Américas tomaron la forma de ensayos des-
criptivos y analíticos, preparados como conferencias [Views
of Nature, Cuadros de la naturaleza], que aparecieron por pri-
mera vez en 1808 en alemán como Ansichten der Natur y en
francés como Tableaux de la nature, e iniciaron una serie de
aclamadas conferencias públicas dadas en Berlín en 1806. Les
siguió en 1810 el libro lujosamente ilustrado titulado Vues
des cordilléres et monuments des peuples indigenes d'Amerique.
La "vista" <?....9lªillº fue la forma gue Humboldt eligió para sus
"éxperimentos en lo que llamaba "el modo estético de tratar

--.-~~-------------
los temas de la historiañ'atural". Hizo innovadoras tentati-
vas de corregir lo que consideraba las fallas de la literatura
de viajes de su época: por una parte, una preocupación tri-
vializante por lo que él llamaba "lo meramente personal"; y
por otra, una acumulación de detalles científicos que resul-
. taba espiritual y estéticamente insípida. La solución de Hum-
boldt en sus Cuadros fue fusionar la especificidad de la cien-
cia con la estehca de lo sublime. Estaba convencido de que
la descripción estética vívida se vería complementada e in-
tensificada por las revelaciones de la ciencia acerca de las
"fuerzas ocultas" que hacían funcionar la naturaleza. El re-
sultado fue que sus obras, según un historiador de la litera-
tura, "introdujeron en la literatura alemana un tipo absolu-
tamente nuevo de discurso de la naturaleza". 18
IR Robert van Dusen, "The Literary Ambitions and Achievements of

Alexander van Humboldt", European University Papers, p. 45.


HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 231

La experimentación discursiva de Humboldt está bien


ilustrada en el famoso primer ensayo de Views of Nature, ti-
tulado "Sobre las estepas y los desiertos". Como muchos de
los cuadros, éste parte de la perspectiva de un viajero hipo-
tético, vestigio del narrador personal de la literatura ante-
rior. En este caso, la persona abstracta (aunque cabalmente
europea y de sexo masculino) aparta sus ojos de la zona cos-
tera cultivada de Venezuela, y los posa en los llanos, las gran-
des planicies del interior. En el siguiente fragmento, nótese
el entrelazamiento del lenguaje visual y emotivo con el len-
guaje clasificatorio y técnico, así como también la delibera-
da orquestación de la respuesta del lector:

Al pie de las altas montañas de granito que desafiaron la irrnp-


ción de las aguas al formarse en la época de la juventud de la
Tierra el mar de las Antillas, comienza una vasta llanura que
se extiende hasta perderse en lontananza. Si después de tras-
pasar los valles de Caracas y el lago Tacarigua, sembrado de
numerosas islas, y en el cual se reflejan los plátanos que som-
brean sus orillas, se atraviesan las praderas en que brilla el
suave y claro verdor de las cañas de azúcar de Tahití o se deja
atrás la densa sombra de los bosquecillos de cacao, tiéndese y
reposa la vista hacia el Sur sobre estepas que parecen irse le-
vantando por grados y desvanecerse con el horizonte.
Súbitamente arrebatado de todas las riquezas de la vida
orgánica, sorpréndese el viajero al penetrar en estos espacios
sin árboles, que apenas le ofrecen huellas de vegetación. 19

Después de haber provocado en el lector un sentimiento de


desolación, Humboldt trata de aliviarlo llenando de un sen-
tido poderoso y denso aquel páramo que "se extendía ante
nosotros como la desnuda costra pétrea de un desolado~-

-
neta". Al explayarse sobre su idea de conciencfi' pÍ.meiaria,

19
Alexander von Humboldt, Views of Nature, p. 3.
232 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

compara los llanos venezolanos con los brezales de Europa


septentrional, las planicies interiores de África, las estepas de
Asia central. En su obra se suceden páginas y páginas de des-
cripción analítica y a menudo estadística, pero en un len-
guaje que está también lleno de dramatismo, tensión y cierta
sensualidad. En el más bien extenso fragmento que citamos
a continuación, Humboldt acomete la tarea de explicar por
qué América del Sur es menos cálida y seca que otras tie-
rras situadas en latitudes similares. El texto no es narrativo;
no aparece en él ningún ser viviente. Sin embargo, la prosa
está tan llena de acción que puede llegar a producir agota-
miento. Imaginen los lectores el efecto de este texto leído
como una conferencia:

La poca anchura de las tierras entrecortadas en todos senti-


dos en la parte tropical de la América del Norte, donde la base
líquida de la atmósfera hace subir a las regiones una corriente
de aire menos caliente; la extensión longitudinal del continen-
te que se prolonga hasta los dos polos helados; el vasto océa-
no, donde se despliegan sin obstáculo los vientos más frescos
de los trópicos; el descenso de las costas orientales; las co-
rrientes de agua fría, que partiendo de la región antártica, se
dirigen primero de sudoeste a nordeste, van a estrellarse con-
tra las costas de Chile, bajo el grado 35 de latitud meridional,
suben hacia el Norte, a lo largo de las costas del Perú hasta el
cabo Pariña, y se desvían por fin hacia el oeste; el gran núme-
ro de cadenas de montañas, abundantes en manantiales, cuya
cima cubierta de nieve se levanta sobre todas las capas de nu-
bes, y que hacen descender corrientes atmosféricas a lo largo
de sus vertientes; la multitud y prodigiosa anchura de los ríos,
que después de infinitos rodeos van a buscar siempre para
meterse en el mar las costas más lejanas; estepas sin arena, por
tanto menos prontas a caldearse; los bosques que izan la pla-
nicie, entrecortada de ríos, próxima al Ecuador; bosques im-
penetrables que guarecen del sol a la tierra, o no dejan cuan-
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 233

do menos pasar los rayos sin antes tamizarlos a través de su


follaje, Y que en el interior del país, en los sitios más alejados
del mar y de los montes, exhalan y vierten en la atmósfera
enormes masa de agua que han aspirado, o aun producido de
por sí mediante el acto de la vegetación [ ... ] Ellas no más ~on
las ~ausas_ d~ e~a savia ex~berante y esa vegetación vigorosa,
caracter d1stmt1vo del contmente americano. 20

He aquí una prosa que fatiga, pero no por tediosamente in-


sípida, como suele suceder con la de los linneanos, sino por
un impresionante flujo y reflujo que debe haberse intensi-
ficado notablemente en la expresión oral. El "ascenso" de
una corriente de aire "menos cálida" y sus "vastos desplaza-
mientos" hacia los "helados polos"; un "vasto océano" barre
las "costas llanas" del continente; el agua fría, como un in-
deseable invasor de los trópicos, golpea, avanza, súbitamen-
te tuerce; las montañas abundan en manantiales y remon-
tan sus cimas; los ríos son enormes y agresivamente buscan
las costas; los bosques son impenetrables y bullen de invisi-
ble actividad mientras protegen, irradian, cubren, exhalan,
absorben, generan. Pensamos en una cámara que se mueve
continuamente y camOia de focol pero aavertimosqueeii
esta descripción lo visual no desemyeña :e.ráctic~~-ñteñfü.::
gún papel. Humboldt no invoca aquí un sistema natural an-
clado en lo visible sino una interminable expansión y con-
tracción de fuerzas invisibles. En este respecto su discurso
contrasta marcadamente con el de sus predecesores, los na-
turalistas de Linneo. Humboldt mismo esbozó el contraste
en una carta que escribió la noche antes de partir hacia las
Américas. Sabía que recogería plantas, buscaría fósiles y
haría observaciones astronómicas, pero aun así le ~g:i_bjó
~ i g o de Salzburgo: "Nada de eso constituye el prin~j-
pal propósito ~_:._~_expedi_ció_r:i· Mis ojos se dirigirán siem-

20
Jbidem, pp. 7-8.
J.~,¡ .I /// ¡

·,
r ;;;¡¡, /(/_/
¡,,/, '.',11/.,,,,.,,,,,,,, /.'!,,.,.,h. 1'11•:, ,\· /,',, ••

FIGURA 19. Puentes naturales de 1cononza (Humboldt, 1814).


HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 235

pre a la combinación de fuerzas, a la influencia de la crea-


ción inanimada sobre el mundo animado de los animales y
las plantas, a esa armonía". 21 Indudabl~rrÍellte:·Humboidibus-
caba aquello que encontró en el nuevo continente; y encon-
tró aquello que buscaba. Su objetivo de científico se convirtió
en su objetivo de escritor. En el prefacio a Views of Nature
declara que su objetivo es reproducir "el placer que una men-
te sensible obtiene de la inmediata contemplación de la na-
turaleza [ ... ]enaltecida por una intuición de la conexión de
las fuerzas ocultas". Sin tal intuición, "la maravillosa exube-
rancia de la naturaleza" se reduce simplemente a "una acu-
mulación de imágenes separadas", carentes de "la armonía
y el efecto de un cuadro". 22 ,

Como todas sus comentari~~-2~.~~~~~?· el énfaf


sis que puso Humboldt sobre ]a:¡ armon~as y_la?. f~.~E.~~s 1
ocultas lo enrolan en la e§lética e..spiriíJJ<JJ~t;;i, del romanti- J
' ~ismo. Pero 1¿"enroÍan ta~bién en el industriali;~~-yl~-~~~
de la máquina y el desarrollo de las ciencias que estaba pro-
duciéndose en esa época y al mismo tiempo la producían.
(Quizá no exista una intersección más clara de "la creación
inanimada" con "el mundo animado de las plantas y los ani-
males" que la industria de la minería, en la que Humboldt
había trabajado durante muchos años, y que era uno de los
principales objetos de interés de Europa en las Américas.)
Otros escritores han discutido la obra de Humboldt en rela-
ción con los debates científicos europeos de su tiempo. Yo
encaro sus escritos desde un ángulo enteramente diferente:
considero sus dimensiones ideológicas y sus relaciones con¿
la literatura de Y,iajes. _ J
A diferencia de las narrativas sentimentales centradas
en el yo que discutimos en los capítulos m y rv, muchas de
las cuales sin duda leyó, Humboldt trató de alejar la afecti-

21
Citado en Hein, op. cit., p. 56.
22
Humboldt, op. cit., p. ix.
236 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

~~-ª..utobjggrafüLYJ~.L!l~Jcisismo y fundirla con la


c i ~ . En el prefacio a Views of Nature [Cuadros de la natu-
~;leza] dice"q~{i objetivo es reproducir en el lector "la an-
tigua comunión de la~~t~~;i;~a con la vida espiritual del
hombre'~-ETrllUilcio ecuatOrfaCes-ull sitioprivilegiado para
-tal é[ei="cicio. "En ningún lugar -dice Humboldt- ella [la Na-
uraleza] nos impresiona más profundamente con la sensa-
ón de su grandeza; en ningún lugar nos habla más enérgi-
amente."23
Aunque compartiendo la estructura básica de la anti-
conquista científica, la visión de Humboldt de la conciencia
planetaria hace exhortaciones a la ciencia y al "Hombre"
considerablemente más grandiosas que las de los clasifica-
dores de plantas que lo precedieron. En comparación con el
humilde y sumiso herbolario, Humboldt asume una póst1:!.:._
ra omnisciente _ygsi.divjQ.a respecto no sólo de sus lectores
sino también. del planeta Tierr~CP&qne-;-ctesde luego, e_n lo
inmediato es él -y ne> Jª~N.aturaleza= quien ''.!!os iropn~.fil~~
na", quien ~l~ enérgicamente".~manera de un
1 ~irtuoso, Humboldt ioca las cuerdas de las delicadas sensi-

bilidades que da por sentadas en su audiencia. Por ejemplo:


en el último fragmento que citamos, las principales imáge-
nes sensoriales que aparecen son impredecibles golpes de
frío, es decir, lo último que un hombre del Norte esperaría o
desearía encontrar en la zona tórrida. (Qué adecuado es que
la corriente fría que recorre el Océano Pacífico lleve el nom-
bre de Humboldt.)
En "Sobre las estepas y los desiertos", después de la lar-
ga disertación sobre las fuerzas universales y ocultas que
hemos citado, el hipotético viajero-testigo regresa finalmen-
te al desolado paisaje de los primeros párrafos y lo transfor-
ma, ante los ojos de sus lectores, en una escena de movi-
miento y vitalidad:

23
Ibidem, p. 154.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 237

Apenas se ha humedecido su superficie, vístese la estepa em-


balsamada de kilingias, de pospalum de numerosos panículos
y de diversas especies de gramíneas. Atraídas por la luz las
mimosas herbáceas despliegan sus adormecidas hojas y salu-
dan el nacimiento del Sol, como los pájaros con su canto ma-
tutino, como las flores de las plantas acuáticas se despliegan
al primer rayo del día. Pacen los caballos y los bueyes pare-
ciendo contentos de vivir. Ocúltase el jaguar abigarrado entre
las yerbas altas; espía la presa desde el fondo de su retiro, y
midiendo de una sola mirada el alcance de su salto, se lanza
y cae de un solo brinco, al modo de los gatos y tigres de Asia,
sobre los animales que pasan. 24
~ si,
\ 1

En contraste con la escritura estrictamente científica, aqu ,


la auton a e 1scurso no res1 e en un ro ec o
tivo totaliza que exig~-~~-J:.U~xt9. Aquí, e proyecto
totalizador existe en el texto, orquestado por l~rnente y ~l
· alma infinitamente expansivas g.el esc,ti!.9r. Pero lo que~
escritura comparte c a literaturª-de viajes científica es la
eliminación de 1 humano. a descripcióñcífaaamás-arri-
ba presenta un paisaje impregnado de fantasías sociales
-armonía, laboriosidad, libertad, auténtica ioie d<;__!i1!!:!.-,~
todo proyectado sobre el mundo no humano. Se encuentran
allí vagos vestigios de la historia humana: el caballo y el
buey, por ejemplo, arribaron allí merced a una fuerza no
menos oculta que los invasores españoles. Pero los habitan-
tes humanos de los llanos están ausentes. La única "perso-
na" mencionada en estas "melancólicas y sagradas soleda-
des" es el hipotético e invisible viajero europeo.
Views of Nature fue un libro muy popular, y al parecer
eso le importó mucho a Humboldt. Mucho después de ha-
ber abandonado su Personal Narrative [Viaje a las regiones
equinocciales ... ], revisó y amplió dos veces Cuadros de la

24
Ibídem, p. 16.
238 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

naturaleza: en 1826 y en 1849. Y tuvo razón al preocuparse


por esa obra. De Cuadros de la naturaleza y de su continua-
ción, Vistas de las cordilleras, los públicos lectores europeos
y sudamericanos seleccionaron el repertorio básico de imá-
genes que llegaron a significar "América del Sur" durante el
importante periodo de transición 1810-1850. Tres imágenes
en particular, todas canonizadas por los Cuadros de Hum-
boldt, se combinaron para formar la representación meto-
nímica estándar del "nuevo continente": superabundancia
de bosques tropicales (el Amazonas y el Orinoco); monta-
ñas coronadas de nieve (la Cordillera de los Andes y los vol-
canes de México), y vastas planicies interiores (los llanos de
Venezuela y las pampas argentinas). 25 Humboldt mismo
identificó su tríada canónica en la última edición de C
ros e a naturaleza, que presentó como "una serie de tra-
bajos que se originaron cuando estuve en presenciá de los
rñas nobles objetos de Ta naturaleza: en el océano, en las sel-
--·vas del Orinoco, en las sabanas de Venezuela y:en las sole-
~fades de las montañas.,peruanas Y mexicanas". 26
.____tll rigor, de verdad fue-~~~recepción alta-
mente selectiva de los escritos de Humboldt para reducir a
América del Sur a la pura naturaleza y la tríada icónica de
montaña, planicie y selva. Más adelante me referiré a las
otras maneras en que Humboldt escribió y pensó sobre
Sudamérica, sobre todo las modalidades arqueológica y de-
mográfica. Pero fue induda~~e-~en!~ la im~en de la na1!!:_
ralez ·r ~ __ 9.bras cientí~cas_y e~--?~
Cuadro ue terminó por codificarse en el imagig_ariq_eu-

-~--
ropeo c_QIDQ_Ja nueva ideología de~~~rict_ii~nte~·-~.¿E~
25
En Views of Nature la selva es el tema de "Cataratas de Orinoco" Y
"Vida nocturna de los animales en la selva virgen"; las montañas corona-
das de nieve constituyen el tema de las vistas del famoso ascenso al Chim·
borazo y de varios ensayos sobre volcanes en Views of the Cordilleras [Vis-
tas de las cordilleras]; los llanos de Venezuela son el tema del clásico texto
"Sobre las estepas y los desiertos".
26
Humboldt, Views of Nature, op. cit., p. ix.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 239

--qué? En primer lugar, la ideología, al igual que el continen-


--
te, no era precisamente nueva. Los europeos del siglo XIX
. ~ventaron América como Ta Natur-aleza:-enparlé- pofgy$
-
ñabía sido asíqueToseüropeosóé-Tossigfos XVI-y X~II ha-
oían inve'ñtadoA.meiidCeri "prirrie~-iUgar i5ara ellos.'roi~m.~s,
en grallparte- por-ras-·mísrie~~~- ~azqiles·.
-Aünqi:¡~ ·P;~fu~da-
mente arraigado en las c¿nstrucciones de la Naturaleza y el
Hombre propias del siglo xvin, el "veedor" de Humboldt es
también un doble autoconsciente de los primeros invento-
res europeos de América: Colón, Vespucio, Raleigh y los de-
más. También ellos escribieron de América como un mundo
natural primordial, un espacio intemporal y no reclamado
ocupado por plantas y criaturas vivientes (algunas de ellas,
seres humanos), pero no organizado en sociedades y econo-
mías; un mundo cuya única historia estaba aún por empe-
zar. Por otra parte, sus escritos retrataban a América con un
discurso de acumulación, abundancia e inocencia. La inspi-
rada invocación que hace Humboldt de un mundo primige-
nio floreciente evoca algunos escritos como la famosa carta
de Cristóbal Colón a los monarcas españoles en 1493:

Todas estas islas son muy bellas y se distinguen por una diver-
sidad de escenarios; están llenas de gran variedad de árboles
de enorme altura que, según creo, conservan su follaje en to-
das las estaciones; porque cuando los vi estaban tan verdes y
exuberantes como lo están usualmente en España en el mes
de mayo [ ... ] Además, hay en la misma isla de Juana siete u
ocho clases de palmeras que, como todos los otros árboles,
hierbas y frutos, sobrepasan considerablemente a las nuestras
en altura y belleza. Los pinos también son muy hermosos y hay
extensos campos y prados, gran diversidad de pájaros, diferen-
tes tipos de miel y muchas clases de metales, excepto hierro.27

27
Cristóbal Colón, Carta del 14 de marzo de 1493, en Four Voyages to
the New World: Letters and Selected Docwnents, pp. 4-5.
240 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

En los escritos de Humboldt, Colón aparece en persona de


ve'Z en cuando. En Cuadros de la naturaleza, por ejemplo,
el ensayo sobre las Cataratas del Orinoco repite el famoso
encuentro de Colón con el río Orinoco en su tercer viaje a
América. 28
Paradójicamente, el edénico edificio de los cronistas del
siglo XVI se erigió sobre la decepción de lo que Colón no pu-
do encontrar: la China, el Gran Khan, las populosas ciuda-
des y las interminables rutas que Marco Polo había descri-
to. ,li_uI_!!boldt sie.rppre . admiruColónJ>~a...... la
-.....,__,.,..~,....,-.. - --.

desilusión asignando . al l11g<!L!!ll..Y.fil2L~§!é!j.s;.g_.iul~fO.


-~!M.UC.sí..blenno.Jmpr-esiunó...a las rey.es de Espafia,
- ~ hondo el}_J~.. i.:t:migü1ª~!.Q~_?s súbditos. T~s-
deñfosanos desp~és esa fantasía edénica resurge en el re-
novado primer contacto de Humboldt. Hasta se revive el
rótulo de "Nuevo Continente", como si los tres siglos de co-
lonización europea no hubieran sucedido o no hicieran di-
erencia alguna. :l,o que fue válido para Colón volvió a ser
válid.-~.Pª-~.Hum. ~~~dt.: ~Les.!~.do~~natural~a virgen es ce-
ebractocomo u~~~ta.dovinqge.f!.o con el proyecto de inter-
\ venc'Ióñtransf;;rmadora de Europa. i.~artacfeColón de
1493 ilos mólla:rcas ~~ñoTt;Tcitada más arriba) fue se-
guida por otra, en la que no proponía su integración al edé-
nico mundo que había descubierto, sino un vasto proyecto
de colonización e imposición de la esclavitud, para ser pre-
sidido por él mismo. Humboldt no tenía tales aspiraciones.
Sin embargo, en vísperas de la independencia de la América
española, y en vísperas de una "estampida" capitalista por
"saquear la América", parecida al saqueo de África que esta-
ba aún por suceder, la obra Cuadros de la naturaleza y la
peculiar visión de su autor marcan un nuevo comienzo d·e
28
El "cuadro" se pinta a través de los ojos de un hipotético "marino"
que, "al aproximarse más a las graníticas costas de Guyana [ ... ] ve ante sí
la ancha boca de un poderoso río, que fluye a borbotones como un mar sin
orillas". Alexander von Humboldt, Views of Nature, op. cit., p. 206.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 241

la historia en la América del Sur, un nuevo punto de partida


(de Europa septentrional) para un futuro que empieza aho-
ra y que retrabajará ese "terrreno salvaje". Views of Nature
[Cuadros de la naturaleza], d~.!:tl:!.!!!RQlgt,..fo!l!!':1-1~,lln pui:i!.?---.
_3e partida ab~l.~~-~J?.~J~!:,il.';!ro que muchos de sus con-J
~e~por_áneos C,?~.~~~-ra·b·. a.~ in__
ª. ~~?_ fi1:_i:·a_u_~:nqu·e··--cr~fa~. e~·
.-~_,_z~__
el apas10naaamente. ~~y!,~~!9P.-~~.P.ec:.:}.~~t':l:_ 't ~!?.P.~~;i.:
n

en este paisaje-~? se vis~~_gza. ningY.JJ.O..d~.lq~_pQ.§~~~_t::S o:t?~-


táculos..~L2f~!:~~SEi8~D!~Hsta.
No se trata aquí de argumentar que las representacio-
nes de Humboldt fuesen de algún modo implausibles o in-
verosímiles. Lo que sostengo es que no eran inevitables, que
sus líneas generales estaban condicionadas por determina-
da coyuntura histórica e ideológica y por determinadas re-
laciones de poder y privilegio. América del Sur no tenía que
_¿er inventada o reinventada como naturaleza primigei;ija.
A pesar del éntasis que pusieron sobre esa naturaleza pri-
migenia, en ninguna de sus exploraciones Humboldt y Bon-
pland dieron un solo paso más allá de los límites de la infra-
estructura colonial española: no podían hacerlo, porque
dependían enteramente de las redes de aldeas, misiones,
puestos de avanzada, haciendas, caminos y sistemas de tra-
bajo colonial para mantenerse y sostener su proyecto; para
obtener comida, abrigo y mano de obra que los guiara y
transportara su inmenso equipaje. Aun las imágenes canó-
nicas de las planicies interiores, las montañas coronadas
de nieve y las densas junglas no estaban fuera de la historia de
la humanidad, o fuera de la historia del euroimperialismo.
Los habitantes de los llanos venezolanos y las pampas ar-
gentinas, aunque apartados de los centros coloniales, esta-
ban a punto de ser reclutados como soldados en las guerras
de independencia. La jungla había sido penetrada por el sis-
tema colonial de misiones, cuya influencia se extendía mu-
cho más allá de los microcósmicos órdenes sociales de sus
puestos de avanzada. La cordillera andina (las "soledades
242 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

FIGURA 20.Representación pictórica de la naturaleza en los Andes


(1805) a partir de un dibujo hecho por Humboldt en 1803 después
de su ascenso al monte Chimborazo. Las etiquetas identifican dife-
rentes especies botánicas según la altitud.

de la montaña" de Humboldt) era también la morada de la


mayoría de los habitantes de Perú, entre quienes las formas
de vida precolombinas y la resistencia colonial seguían sien-
do poderosas realidades cotidianas. ~icamente era
también la gran veta madre de la ri uez olomal. :--
'La descnpc1ón ecologica que ace Humboldt del Mon e
Chimborazo (véase la figura 20) contrasta extrañamente con
las representaciones andinas indígenas de otro famoso pi-
co, el Cerro de Potosí, donde la Virgen de Copacabana pre-
sidía la escena, por sobre la mayor mina de plata del mundo
(véase la figura 21).
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 243

FIGURA 21. Dibujo del Cerro de Potosí realizado por w1 artista andino

indígena (fechado en 1588). Este cerro albergó la 111i11a espa110la más


grande de las Américas. Al pie de la monta1'"za se extiende la ciudad de
Potosí; en su cima se representa la aparición de la virgen de Copaca-
bana que, desde muy temprano, se asoció con el monte. Se cree que
el artista original fue Francisco Titu Yupanqui.

EL VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES

En los tres volúmenes de la obra de Humboldt titulada Per-


sonal Narrative [Viaje a las regiones equinocciales .del Nuevo
Continente] (1814-1825), la narrativa misma trae a la super-
244 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

ficie las aspiraciones europeas, junto con la infraestructura


de la sociedad hispanoamericana tal como Humboldt la en-
contró. Bajo presión del público para producir un relato de
sus viajes, Humboldt comenzó esa tarea reticentemente y
recién una década después de su regreso a Europa. "Supe-
rando su repugnancia" por la narrativa personal, escribió
tres volúmenes en cinco años; después abandonó el proyec-
to y destruyó el manuscrito del cuarto volumen. 29 Inicial-
mente al menos, el proyecto fue bien recibido. "Qué simpa-
tía despierta el viajero -se entusiasma el traductor al inglés
de Personal Narrative- mientras da los primeros pasos que
conducen a la civilización y todas sus ilimitadas bendi-
ciones, a través del desierto jamás hollado." La teleología
~expam,iooi~onstitu~ el "encanto" de la narrativa. 30
El siguiente fragmento del relato de una excursión a través
de la selva rumbo a una famosa mina de oro en Venezuela
ilustra bien cómo Personal Narrative entreteje el espectácu-
lo de la naturaleza con la temporalidad y el accionar humano:

Los granjeros, con ayuda de sus esclavos, ablieron un sendero


a través de los bosques hasta la primera cascada del río Jua-
gua [ ... ] Cuando la comisa era tan estrecha que no teníamos
lugar para apoyar los pies, descendíamos al torrente, lo cruzá-
bamos vadeando o sobre los hombros de un esclavo y trepába-
mos hasta la pared opuesta [ ... ] Mientras más avanzábamos
más espesa se tomaba la vegetación. En varios lugares las raí-
ces de los árboles habían reventado la roca calcárea, insertán-
dose en las grietas que separan los lechos. Nosotros [sic] te-
níamos dificultad para transportar las plantas que recogíamos
a cada paso. Las canáceas, las helicóneas con sus hermosas
29
Aunque durante toda su vida fue un admirador de Mungo Park y sus
Viajes, Humboldt veía en el estilo personal y dramático de Park una esti-
mable "reliquia de una época anterior", que se identificaba con las cróni-
cas españolas del siglo XVI (Personal Narrative [Viaje a las regiones equinoc-
ciales]. prefacio).
30 Williams, prefacio a Humboldt, Personal Narrative, op. cit., vol. 1, p. viii.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 245

flores púrpuras, las costóceas y otras plantas de la familia de


las amomos[ ... ] forman un sorprendente contraste con el co-
lor pardo de los helechos arborescentes, cuyo follaje está tan
delicadamente dibujado. Los indios hacían incisiones con sus
largos cuchillos en los troncos de los árboles y así nos llevaron
a prestar atención a aquellas hermosas maderas, rojizas y de
un amarillo dorado, que algún día serán buscadas por nues-
tros torneros y ebanistas. 31
'r
El tema sigue siendo la arrebatadora naturaleza; los a:iner~
~ amos y esc!ayosi. cobran vida .12en:~. ~ porque estáE/

-
al servicjo de )as europeos. La única acción que se les ve ha-')
c er por su propia iniciativa es señalarles a los visitantes los
recursos explotables. Por cierto que el gesto incitante de
los indios parece desencadenar la alusión, relativamente ra-
ra, a un futuro que se visualiza en manos de la industria y el
capital europeos ("nuestros torneros y ebanistas"). La pre-
sencia de los americanos como sujetos instrumentales es
típica de Personal Narrative. En los bordes del espectáculo
natural, esta obra informa muchísimo sobre la s'Jciedad his-
panoamericana, pero esa información es transmitida desde
dentro de la estructura de las relaciones coloniales. Los ame-
ricanos, sean misioneros españoles, funcionarios coloniales,
colonos criollos, esclavos africanos, sirvientes amerindios o
peones llaneros, aparecen siempre en función instrumental.
Con frecuencia, como en el pasaje citado más arriba, que-
dan subsumidos en el ambiguo pronombre "nosotros" con
que los amos se incluyen como agentes del trabajo de sus
sirvientes. Es conocido el liberalismo de o o
a las revo uciones francesa y americana la vehemente o osi-
c1on a a ese avitud ue rofesó durante toda su vw_a. Sin
em argo, en Personal Narrative las relaciones coloniales y la
jerarquía racial aparecen como algo natural, y los america-

31 Alexander von Humboldt, Personal Narrative, op. cit., vol. m, pp. 73-74.
246 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA. 1800-1850

nos son presentados en función de la indiscutible relación


colonial de disponibilité.
En el prefacio a Viaje a las regiones equinocciales del
Nuevo Continente Humboldt alude directamente al proceso
euroexpansionista que motiva su escritura. "Si entonces so-
brevivieren al olvido algunas páginas de mi libro", dice,

el habitante de las orillas del Orinoco y el Atabapo verá con


enajenamiento que ciudades populosas y comerciales, que
campiñas labradas por manos libres, ocupan los mismos luga-
res donde, en la época de mi viaje, no se hallaban sino selvas
impenetrables o terrenos anegadizos. 32
,.;,

Éxtasis y ornamento, ciudades m os; las fantasías cívi-


. cas y estéticas entretejidas dan significado a través de las
--corresponaientes visiones negativas: "s~!yas impenetrabl~~
y'Terrenos-ánegadizo's":Pero ¿quién será el futuro contem-
-·p1ado-17 ¿I.:osTutur~" cultivadores contemplarán extasiados
la tierra (si es que se les permite interrumpir el trabajo para
contemplar)? Y los habitantes de los bosques, si sobreviven,
¿verán en los campos cultivados un hermoso ornamento? En-
tre Humboldt y su extasiado par del futuro se extiende una
cadena de hechos de los que Humboldt mismo se excluye,
aun cuando escribe en nombre de ellos.
Dado que me ocupo de las representaciones de América
del Sur, no examinaré aquí los conocidos trabajos de Hum-
boldt titulados Ensayo político sobre el reino de la Nueva Es-
paña y Ensayo político sobre la isla de Cuba. Esas obras
'-
abordan la sociedad humana a través de una d~scripción
estadística y demográfica y un análisis social basado en el
determinismo ambiental. A diferencia de la literatura de la
naturaleza, no dan ori e a un mito ero com dos de
_}os as:eectos el mundo mítico de la naturaleza virgen: la ahis-
32 Ibidem, vol. 1, p. Ji.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 247

toricidad y la ausencia de cultura. Los estudiosos aún valo-


ran lg~Ensa os como entes, es ecialmente en la
_historia de la esclavitud y las relaciones raciales. Se dice
que el.Ensayo político de Humboldt sobre ~_Qrodujo
allí dicecta~.nt~n __ boom
_ _de__ inversiones británicas
__:..,:_ _::_..:_...;:.= --~en la
---

!!}.inería de.la 2la_!!l-, y que a él mismo se lo culpó de exagera-


ción cuando el auge declinó, en 1830. En cuanto a la denun-
cia de Humboldt de la esclavitud en Cuba, siguió siendo ex-
plosiva: en 1856, en una edición estadunidense de su Ensayo
político sobre Cuba, se suprimió el capítulo que defiende el
abolicionismo. Humboldt, que por entonces tenía más de
80 años, protestó indignado a través de la prensa alemana.
..__,En el aspecto geo~áfico. los Ensayos políticos sobc¾u-
ha y México complementan hasta cie[!Q punto los es~s
1e cariz estético sobre el Ill,isaje natural de la~_tp.!E_ica del
Sur. Ello tiene indudablemente que ver con el itinerario de
Tc;; viajes de Humboldt; estuvo en Cuba poco tiempo y en
México un año, que pasó principalmente en la capital y sus:)
proximidades, donde frecuentó las bibliotecas y alternó con
los estudiosos. Los Ensayos políticos reflejan. e~~s!&s-
ción, siguiendo en líneas generales la tendencia fijada por
las burocracias coloniaks. Sin embargo, la diferencia eón
sus escritos sobre América del Sur es también ideológica,
porque Humboldt en verdad consideraba que México era
más civilizado que la América del Sur en su conjunto. "Na-
da me impresionó más vivamente -escribe en el prefacio a
su ensayo sobre México- que el contraste entre la civiliza-
ción de la Nueva España y la escasa cultura física y moral
de las regiones que yo acababa de visitar." 33 Su proyecto en
este trabajo consiste en explicar el notable progreso de
México en comparación con la América ecuatorial. Esas ac-
titudes son evidentes en la última obra que consideramos
aquí: Vistas de las cordilleras.

33
Citado en Hein, op. cit., p. 74.
248 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

FIGURA 22. Estatua de una sacerdotisa azteca. Tomado de Views of


the Cordilleras (1814).

AMÉRICA ARQUEOLOGIZADA

Mencioné anteriormente que fue necesaria una recepción


bastante selectiva de los escritos americanos de Humboldt
para producir la imagen de América como naturaleza vir-
gen o primigenia. Y fue sintomático de esa recepción que la
conocida obra en dos volúmenes titulada Views of the Cordi-
lleras and Monuments of the Indigenous Peoples of America
[Vistas de las cordilleras y monumentos de los pueblos indí-
genas de la América] (1810 y 1814) perdiera casi inmedia-
tamente la segunda parte del título, para pasar a ser recor-
dada sólo como Vistas de las cordilleras. En adelante me
referiré al libro como Vistas y monumentos. Publicado ori-
ginariamente en 1810 en dos volúmenes con el título de Pic-
turesque Atlas [Atlas pintoresco], incluía 69 asombrosos gra-
bados y fue un conocido complemento de los Cuadros de la
naturaleza. En cuanto a Vistas y monumentg_s.,..-GOmhlpab~
-----·-----.----·----·---- ·- ----------------- - ________. .-··
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 249

comentarios ilustrados sobre maravillas naturales -.clmon-


"teebiffi.Q_~o, puentes de-roc;~~ti:i-~;¡~-~a~;~~t~s. la~os-
con comentar1os-·-nu~-~~~sobr"ere1Iquias_arqúeológfcas
_E!"~<:olo~b_i~~~ Perú y (prir.i<:JQª@eI]._t~_.deMé.xic;9~ En.tre
ellas figuran: "la piráñí.Táé de Cholula, el calendario azteca,
la-estatua de'ü.ría-·saceicloÜsa''azteca:-jerc>glíhcos 'y' manus:·
~s--Á-~ste libro no se io ;~-timó~ r su parte arc¡t1eológi:
ca. Y aún hoy un comentarista lo descarta por considerarlo
"una extraña mezcla de descripciones e ilustraciones de pai-
sajes de montaña y arte azteca". 34
Desde luego, la intención de Humboldt en esta obra fue
lograr algo más que una "extraña mezcla". Su objetivo, al
parecer fallido, habría sido crear algo que no fuese recibido
ni como extraño ni como caótico, sino como armonioso y
coherente. El propósito del autor, "al presentar en la misma
obra los toscos monumentos de las tribus indígenas de
América y las pintorescas vistas de las regiones montañosas
que habitaban", fue mostrar que "el clima, la naturaleza del
suelo, la fisonomía de las plantas, la contemplación de una
naturaleza bella o salvaje tienen gran influencia sobre el
progreso de las artes". 35 La armonía se logra, en este caso,
asimilando cultura a naturaleza de un modo que garantice
la condición de inferioridad de la América indígena: mien-
tras más salvaje sea la naturaleza, más salvaje será la cultu-
ra. No obstante, los ensayos arqueológicos de Vistas y mo-
numentos encierran al menos la posibilidad de contradecir
fuertemente la celebración deshistorizada de la América
primigenia y la visión primitivista de los amerindios que le
es propia. Basta con tener algún conocimiento de la cultu~
incaica, azteca o maya para advertir que la historia nieg~
'li[írríage~:._Scf~_~ivajes en la selva-vlrgeli,-lñcluye~a~l-~
imagen que eímismo Humbold~___!~nía dtlQ..s amermd¡os:
IIL, -··-···---~,--......,~ · · - - ~ - - - -

34
Botting, op. cit., p. 202.
35 Humboldt, Views and Monwnents, vol. 1, pp. 39-40.
250 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800- 1850

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vJf~ ,-J·;,:0\ l ,:_?
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FIGURA 23. Manuscrito jeroglífico azteca encontrado por Humboldt


en el Vaticano. Tomado de Views of the Cordilleras (1814).

los veía como "restos de hordas indígenas". Quizá sea preci-


samente por esta razón que sus ensayos arqueológicos nun-
ca fueron absorbidos, ni por los lectores ni por los comenta-
ristas de su obra.
Un poderoso modelo para el redescu r ueo-
lógico e América fue Egipto. En Egipto los europeos esta-
ban reconsf11.1yendo una histori; perdida a través de_-y co-
·mo- rumas y monumentos "redescubiert ". Y. también
allí la recuperación se aba dentro del contexto de un nue-
vo expansionismo europeo y un nostálgico repensar los an-
tiguos imperios. Algunos de los descubrimientos realizados
en Egipto, como la piedra Rosetta, debieron inspirar el inte-
rés de Humboldt por los jeroglíficos y las piedras america-
nos, tema de algunos de los ensayos más extensos y eruditos
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 251

de Vistas y monumentos. En el contexto de dos siglos de ig-


norancia e indiferencia europea, las observaciones de Hum-
boldt sobre la historia indígena son notables, y a veces hasta
proféticas: después de describir la famosa piedra del "calen-
dario azteca", descubierta por obreros en la ciudad de Méxi-
co en 1790, dice que los aztecas "recibirán una renovada
atención si el gobierno, ansioso por arrojar luz sobre la re-
mota civilización de los americanos, inicia excavaciones al-
rededor de la catedral, en la plaza principal de la antigua
Tenochtitlan". 36 En la década de 1970 se hicieron esas exca-
vaciones, después de que unos trabajadores eléctricos des-
cubrieron lo que resultó ser el Templo Mayor de los aztecas.
Aunque obviamente fascinado y conmovido por sus des-
cubrimientos arqueológicos, Humboldt mantuvo una acti-
tud invariablemente desdeñosa respecto de los logros de las
civilizaciones precolombinas, en comparación, desde luego,
con los del Mediterráneo clásico.

No nos cansaremos de repetir que la arquitectura americana


no puede causar asombro, ni por la magnitud de sus obras ni
por la elegancia de su forma -escribe-, pero es sumamente
interesante, ya que arroja luz sobre la historia de la primitiva
civilización de los habitantes de las montañas del nuevo con-
tinente. 37

Mientras en Grecia "las re · es fueron el rincipal sostén


&las heJlas artes", entre )os aztecas e) primitivo c u l ~
muerte produjo monumento~y~ic~ obj~tiv_~~'.P..!<:>-
Jhtc.i.c., termr"?españtd'. 38 TaÍ como en la monumental rein-
vención de Egipto en el mismo periodo, los vínculos entre
las sociedades arqueologizadas y sus descendientes contem-
poráneos permanecen absolutamente oscuros, de hecho irre-
36
Ibídem, vol. 11, p. 45.
37 Ibídem, vol. 1, p. 9.
38 Ibídem, p. 44.
252 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

cuperables. Pero esto es sólo una parte de la cuestión. La ima-


ginación europea produce sujetos arqueológicos escindiendo
a los pueblos contemporáneos no europeos de sus pasados
precoloniales, y hasta coloniales. Revivir la historia y la cul-
tura indígenas como ~ í ª es_ revivirlas muertas. Al
1!._~cerlQ¡__tlE!ismo tiempo gu§~sejes-~~~cata del olvido euro-
~se le~..L~JJ..sign.~ a _una_ga ~e ya h,!,e~--
He expresado reiteradamente en este libro que el dis-
curso europeo del paisaje desterritorializa a los pueblos
indígenas, separándolos de los territorios que alguna vez
dominaron y en los que siguen haciendo su vida. La pers-
pectiva arqueológica es complementaria: a ella también le
pasa inadvertida la condición de los habitantes conquis-
tados de la zona de contacto como agentes históricos que
tienen continuidades vivas con los pasados preeuropeos y
aspiraciones y reivindicaciones históricas sobre el presen-
te. Es muy improbable, empero, que aquellos a quienes los
colonizadores ven como "restos de hordas indígenas" se
vean a sí mismos como tales. Lo que los colonizadores ma-
tan como arqueología suele vivir e ~ s eo)onizados co-
mo autoconocimiento " "' histórica, dos impor-
tan es mgredientes de s movimient · tencia
anticolonialista. 39 La rebelión andina de 1781, por ejemplo,
implicó un r~na_cimiento carismático masivo que predijo
el regreso de los incas y la restauración de su imperio. El
movimiento dio por sentado que había en la población
andina un conocimiento vivo y cotidiano de la historia
incaica, su mitología y genealogía, que había sido preser-
vada en quipus y en forma oral, escrita, ritual y pictórica.
Uno de los líderes de la rebelión eligió para sí un nuevo
nombre: Tupac Amaru, tomado del último inca legítimo,
que fue quemado vivo por los españoles en 1572, en la Pla-
za Mayor de Cuzco. En 1781, después del fracaso de la re-
39 Véase Michael Adas, Prophets of Rebellion: Millenarian Protest Move-

ments against the European Colonial Order.


HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 253

belión, el nuevo Tupac Amaru fue arrastrado y descuarti-


zado en el mismo lugar. 40

HUMBOLDT COMO TRANSCULTURADOR

"Los indios -dice el pasaje de Viaje a las regiones equinoc-


ciales que citamos más arriba-[ ... ] nos llevaron a prestar
atención a aquellas hermosas maderas, rojizas y de un ama-
rillo dorado." En el Orinoco, un corregidor que "nos dio tres
indios para que marcharan adelante abriendo camino" reve-
la en la conversación ser "un hombre agradable, de espíritu
cultivado". 41 Pocas líneas más adelante, un misionero abu-
rre a Humboldt con ansiosos monólogos sobre la reciente
inquietud entre los esclavos. Estos trazos de l · racc1on
cotidiana entre los habitantes americanos y los visitantes
~peo.s,ind~Jas relaciones heterogéneas y heteroglósi:
cas que el ~r ~ ..:!_~o~-:§_er-aeTo~úr,_~p~ospr"Ocfü)eroo.-Líe-
vado a la superficie por la narración, lo "meramente perso-
nal", como Humboldt lo llamó, plantea una ardua cuestión:
¿qué participación, directa o indirecta, tuvieron los interlo-
cutores americanos de Humboldt en la reinvención europea
de su continente? ¿En qué medida fue Humboldt un trans-
culturador, al transportar a Europa conocimientos de ori-
gen americano, al producir conocimientos europeos infil-
trados por conocimientos no europeos? ¿En qué medida,

40 Estas figuras y estas historias siguen siendo intensamente significati-

vas en los Andes hoy: existe un movimiento guerrillero contemporáneo que


lleva el nombre de Tupac Amaru, así como lo llevaron los tupamaros en
Uruguay en la década de 1960; sus contrapartes bolivianas, Tupac Katari y
Bartolina Sisa, han sido adoptados como símbolos por los movimientos
campesinos bolivianos.
41 Humboldt, Personal Narrative, op. cit., vol. m, p. 178. El corregidor era

un alto funcionario colonial, una especie de gobernador con amplias atri-


buciones; generalmeme era detestado por todos aquellos sobre quienes te-
nía poder.
254 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

dentro de las relaciones de subordinación coloniales, los


americanos se inscriben sobre él, así como él se inscribe so-
bre América?
Tales interrogantes son de difícil respuesta dentro de la
manera burguesa y centrada en el autor de conocer los tex-
tos; y es precisamente por eso que es tan importante formu-
larlos, no sólo sobre Humboldt sino también sobre toda la
literatura de viajes. Cada relato de viajes tiene su propia di-
mensión heteroglósica: su conocimiento no surge sólo de la
sensibilidad y el poder de observación de un viajero, sino de
interacciones y experiencias usualmente dirigidas y contro-
ladas por los "viajados",H quienes trabajan desde su propia
comprensión de su mundo y de lo que los europeos hacen y
deben hacer. Humboldt, por ejemplo, se jactaba de haber
sido la primera persona que llevó el guano a Europa como
fertilizante de suelos, un "descubrimiento" que finalmente
produjo un boom del guano que, hacia fines del siglo, causó
una guerra entre Perú y Chile y puso a la economía de este
último país en una total dependencia respecto de los ban-
queros británicos. Por supuesto, el descubrimiento de Hum-
boldt consistió simplemente en que los habitantes de la zona
costera de Perú le dijeron que la sustancia tenía propieda-
des fertilizantes. ¿Quién sabe cuáles eran las ideas y las ex-
pectativas de los .peruanos? Las convenciones de la literatura
~~ y exploración (prod.í.i._cción y recepción) const!ta-
yen · ro eo como una fuente de conocimiento au-

2
' Este extraño término ha sido acuñado sobre el modelo "empleador·
empleado", donde la primera palabra significa "el que emplea" y la segun-
da el que "es empleado". Así, el individuo "viajado" es el reGeptor de los
viajes del "viajero". Hace algunos años los teóricos de la literatura empeza-
ron a hablar de los "narrados" como de las figuras equivalentes a los narra-
dores pero en el extremo de la recepción de la narración. Obviamente, los
viajes se estudian principalmente desde la perspectiva del viajero, pero es
perfectamente posible, y sumamente interesante, estudiarlos desde el pun-
to de vista de quienes participan de ese viaje en el extremo de la re-
cepción.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 255

tosuficiente y monádica. Esa configuración prácticamente


garanliza ue la historia de Ta · acción se manifieste en
os textos sólo como trazos, 43 o a través de las formas e re-
presentación del "viajado", como por e·e ateriales
eutoetnográficos menc;iaoados rnL<!.i.~S a lo largo de es-
te11bro.
'-r:'ocíue sí se documentó fueron los encuentros de Hum-
boldt y Bonpland con los intelectuales hispanoamericanos,
a quienes ellos buscaron activamente. ~ i o
ara ran·eros Es afi.a había de"ado el resto de Euro-
pa en la más profunda ignorancia acerca de a istoria indí-
~mericana, su cultura y su lengua, y_tambiép ace_iia
fle la botánica, la zoolo~ la mineralogía de América. Pero
estas cuestiones siguieron estudiándose dentro de lasAméri-
cas. (¿Será necesario acaso repetir que las universidades de
Peru y México datan del siglo xvr?) Se sabe que Humboldt y
Bonpland se desviaron mucho de sus itinerarios para en-
contrarse con naturalistas americanos, como por ejemplo
Mutis en Bogotá, y fueron los intelectuales hispanoamerica-
nos quienes los pusieron en contacto con la antigüedad inca
y azteca. ~En gran medida, Humboldt, en sus ensayos ar-
a
queológic~. llevó "E.urop~na tradicº, adémica ame-
~ Í ; - é p o c a e los prim ~
españoles y que e manteni a or os mtelectuales españo-
les, crio os e m 1genas. um oldt pasó en México un an
,,... (l 803~ 1804) y lo dedicó casi íntegramente a las comunida-
des intelectuales y científicas de la ciudad de México, donde
estudió los corpus existentes de historia natural, lingüística
y arqueología. A su regreso a Europa siguió ocupándose

43 Johannes Fabian ha escrito una interesante monografía sobre la hete-

roglosia en los relatos de viajes de África Oriental del siglo x1x, atendiendo
en particular al lugar donde las palabras swahili aparecen en los textos
europeos: Language and Colonial Power: The Appropriation o{ Swahili in the
Fonner Belgian Congo, 1880-1930. En Occidente, la interpretación lingüís-
tica formal asume habitualmente el punto de vista del partido en el poder.
256 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

asiduamente de lo que había aprendido, rastreando olvida-


dos manuscritos amerindios, como los códices mayas, que
desde la época de los Habsburgo acumulaban polvo en bi-
bliotecas de París, Dresde, el Vaticano, Viena y Berlín. 44
En algunos s~tore_s de la cultura criolla, por lo tanto,
~ifa,n._ya iiuª.~jJr._(!_ki~~§.~rü:aoa-~¡cI~i unaanti-
_gq_~9ª"d .ª1ll~!!~.&!9!7.fü:~.4ª1.J;.Q!Il~~~~~id~~ló-
gicas, como fuentes -~~jqe,i:ittfü:.ª-,ción_,Y_Q!.",gpllo .e...1!1_ericanista
.-91!¿ J!lim~nt~lúm_ ~1.P:~C.ien-~aube] A ~,se12ararse d~ Eu_r.o-
p_q,_En un perfecto ejemplo de lo que era la danza del espejo
de la construcción de significado en la Colonia, Humboldt
transculturó a Europa conocimientos producidos por los-
americanos en el proceso de defirilise como separados de -
~pa. ~ués de laindependencia, las élites euroamer{:"-s
~ canas habrían de reimportar ese conocimiento, pero ya co-
mo conocimiento europeo, cuya autoridad legitimaría su
dominio.

INTERLUDIO ROMÁNTICO

La perspectiva que propongo sobre los escritos de Humboldt


suele provocar una respuesta impaciente por parte de los
críticos literarios. ¿Qué sentido tiene, me preguntan, todo
este aparato explicativo históri~o-colonial-ideológico cuan-
do es perfectamente obvio que en sus escritos Humboldt es-
tá simplemente siendo un romántico, simplemente haciendo

44
····--
romanticismo? Y como romántico-y romántico alemán-,

Sobre la base de su contacto con la intelligentsia mexicana, Humboldt


siguió investigando la historia de los escritos europeos sobre las Américas
y produjo una obra en cinco volúmenes: Examen critique de l'histoire de la
geógraphie du nouveau continent [Examen crítico de la historia de la geo-
grafía del nuevo continente]. Es ésta otra obra extraordinaria, bastante ig-
norada por los estudios oficiales, en la que Humboldt reseña, de manera
enciclopédica, el enorme corpus de las crónicas de los siglos XVI y XVII sobre
las Américas. En su obra Nature in the New World Antonello Gerbi se apo-
ya fuertemente en el trabajo de Humboldt sobre ese material.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 257

¿de qué otro modo podría hAJ:>~L§Q"ito sobre América de


Sur? Basta con leer el prefacio a Cuadr~~--de [a-iiaturaf;i,;_,
que termina con una cita de La novia de Messina de Schiller
~cerca de que la oarmale:z,a ~~~!;!~.~~si~ellló~b~~ _
~ 4 ~ . f u ¡ m a . Aun antes de haber puesto un
pie fuera de Prusia, ¿no fue acaso Humboldt el único científi-
co a quien Schiller ofreció publicar en su periódico? Aunque
tal vez Schiller no lo hubiera visto de ese modo (al parecer,
no simpatizaba con Humboldt), ¿no podríamos argumen-
tar, por ejemplo, que en sus Cuadros o Vistas de América
Humboldt simplemente aplica el programa propuesto por
Schiller en La educación estética del hombre (1795)? ¿No
son los románticos quienes exhortan al "cultivo de las sensi-
bilidades"? ¿Y no estará Humboldt tratando de "cultivar" a
su lector a la manera que recomienda Schiller: "proporcio-
nando a la facultad receptiva los más diversos contactos
con el mundo"? 45 ¿Por qué habríamos de necesitar de Cris-
tóbal Colón, el colonialismo español, las luchas de indepen-
dencia, las revueltas de los esclavos y hasta de América mis-
ma para comprender la manera de escribir de Humboldt?
Lo que ya se sabe del romanticismo brinda una explicación
perfectamente satisfactoria, sin aventurarse más allá de las
fronteras de Europa o de la literatura.
Como algunos lectores ya lo habrán percibido, son pre-
cisamente esa satisfacción y esas fronteras lo que yo quisie-
ra cuestionar a través de los escritos americanos de Hum-
boldt. En la medida en que Humboldt "es" ,un romántico, el
romanticismo "es"' Humboldt; en la medida lll!:-.
mado romanticismo cons 1 u exp ica" los escritos de
Humboldt sobre Aiñ'etita, e s o s e ~ ~ · t ¡ ~
E!ican" es~--;ilgo. Sosteñer q'ti'é~i:ossiiñplé"'mente "re-
flejan" er romanticismo equivale a privilegiar lo literario y
lo europeo de un modo que debe ser examinado. El punto

45 Citado en John Brenkman, Culture and Domination, p. 64.


258 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

de vista de este libro constituye una exhortación a repensar


"el romanticismo" (y "la literatura" y "Europa") a la luz de
escritores como Humboldt, y a la luz de procesos históricos
como el cambiante contacto con las Américas. El "romanti-
cismo", entonces, brinda la oportunidad de repensar los há-
bitosctelmaginar "Europa" y "la literatura" como entidades
sui generis que se inventan desde adentro y después se pr2_-
yeciafrira'Cia fuera, hacia el resto del mundo. Uno puede en-
~ tonces atisbar cómo debe ser imaginar a "Europa" constru-
yéndose también a sí misma desde afuera hacia dentro, a
partir de materiales infiltrados, donados, absorbidos, apro-
piados e impuestos desde las zonas de contacto de todo el
mundo.
En la misma
___ medida en que "el romanticismo" determi-
___;:_:--.:..~:.__:.:..~~.::..:...::.--=~~==-;;.------,.-,..---
na los nue~os discursos sobre América, Egipto, Africa del
~ Polinesia o Italia, es también determinado por ello-2;.
(Los románticos son conocidos por su afición a situarse en
la periferia de Europa: el Helesponto, los Alpes, los Pirineos,
Italia, Rusia, Egipto.) El romanticismo consiste, entre otras
~osas, eu ~desplazámientos de las relaciones entre Euro:
_pa y otras partes del mundo, sobre todo las Américas, que
~Il!Qmento estab@ pr~c1samente liberán4ose de Eu-
_,ropa. Si desenganchamos a Humboldt de Schiller y lo ubi-
camos dentro de otra línea "romántica" -la de George
Forster y Bemardin de St. Pierre (dos de los ídolos de Hum-
boldt), Volney, Chateaubriand, Stedman, Bufon, Le Vaillant,
el capitán Cook y el Diderot del "Supplement to the Voyage
of Bougainville"-, podríamos muy bien sentirnos tentados
a sostener que el romanticismo se originó en las zonas de
contacto de América, África del Norte y los mares del Sur.
En realidad, tal visión fue propuesta en_ América del
Sur, hace unos 50 años, por la escritora venezolana Teresa
de arra en su novela autobio ráfica Memoras
de Mamá Blanca 929 . Se iovaca el romanticismo eu la fi-
_________
_
esposa e Napoleón, la emperatriz Josefina, quien
gura de la "---...-....--.--
,-,-------·
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 259

(al igual que la riqueza que impulsó a la Revolución france-


sa) era ~nda del Ca.!2!:e. "Yo creo", dice la narradora,

Q!le como el tabaco, la piña y la caña de azúcar, el Romanti-


c!smo fue una fruta indígena g~t;_cr~c~ espontánea y
escondida entre las languideces cot~rü~l~J.as.. · dolencia
~trópico hasta fi~;· del ~~ym. Hacia esa época, Josefi a
Tascher, sin sospeCli"a~ cual si fuera un microbio ideal, se
lo llevó enredado en los encajes de una de sus cofias, contagió
así a Napoleón, en aquella forma aguda que todos conocemos,
y poco a poco las tropas del Primer Imperio, secundadas por
Chateaubriand, propagaron la epidemia a todas partes ... 46

Se trata de una serie de imágenes ricamente transcultura-


das. La referencia al tocado recuerda la iconografía de Amé-
rica representada como una amazona, con un enorme toca-
do de plumas, que lleva en la mano, sujetándola por los
cabellos, la cabeza de un español; la imagen del microbio
recuerda la historia de la sífilis como la enfermedad del im-
perio, que en este caso es llevada de vuelta a Europa a tra-
vés de su propio saqueo. Y fue sin duda el mismo microbio
el que finalmente juntó a la emperatriz Josefina y a Aimé
Bonpland, quien empezó como su jardinero y llegó a ser su
devoto amigo y confidente.
_Las discusiones sobre los orígenes son notoriamente in:.._1
útiles. No es inútil, sin embar o subrayar las di~ione_s
tra u tura es de lo ue canónicaIE_~nte se amªcl..m~n-
. . ._ ticis_Ell> e ~ . Los europeos están acostumbrados a pen-
sar que los proyectos románticos de libertad, individualis-
mo y liberalismo emanaban desde Europa hacia la periferia
colonial, pero están menos acostumbrados a pensar en las
emanaciones desde las zonas de contacto de vuelta hacia

46 Teresa de la Parra, Memorias de Mamá Blanca, en Obras completas,


p. 329.
260 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

Europa. Sin duda Europa fue influida por y no sólo influyó


sobre las tensiones que en la década de 1780 produjeron el
levantamiento indígena en los Andes, las revueltas en África
del Sur, la rebelión de Tiradentes en Brasil, la revolución
que echó a los blancos del poder en Santo Domingo y otros
eventos similares en las zonas de contacto. Benedict Ander-
son ha sostenido el interesante punto de vista de que, con-
trariamente al usual análisis difusionista, el modelo de la
moderna nación-Estado fue elaborado principalmente en
las Américas y exportado hacia Europa durante el siglo x1x. 47
Creo que se debe buscar una perspectiva similar sobre
la famosa querelle d'Amérique con la que tan frecuentemen-
te se asocia a Humboldt. Sin duda, el debate sobre la su-
puesta inmadurez e inferioridad de la naturaleza americana
no fue una cuestión exclusivamente europea o científica.
Como Antonelio_.G.e.rbi lo ha documentado, los intelectuales
d_~1ii.~Áqi~~_s_e_art-jci~~iúicfivam~u_~n_grni~_
en e_l __ ~~bate.!.~-~~~_}<3:__~~.!.Y..m!~, y~tam_!>iéJLen...l~
de la ép?.:~a· sc~~-1ª--J!..§fJ~v_g~ Por cierto, ningún <k}?ate
~asictoposible sin la participación de los americanos,
~ ~ e s esas 9!.estiones tenían apremiante significación.
Fuera de los debates específicos sobre las edades relati-
vas de los continentes y sus ecosistemas, las dimensiones
ideológicas de la querelle d'Amérique giraban sobre el inten-
to de ligar las Américas a Europa en una relación -que se
quería esencial- de negatividad. Esa relación constituía el
pivote mismo de la semántica colonial. Desde luego, el in-
tento se produjo en un momento de creciente inestabilidad
en las empresas coloniales de Europa en las Américas. Por
una parte, la exploración global estaba abriendo vastas rea-
lidades y posibilidades nuevas. Por la otra, el control euro-
colonial se veía claramente amenazado. AquJ había socieda-

47Benedict Anderson, lmagined Communities: Refiections on the Origins


and Spread of Nationalism.
FIGURA 24. Frontispicio del Atlas of America [Atlas de América] de
Humboldt. La alegoría representa un príncipe guerrero azteca derro-
tado que recibe el consuelo de Atenea, diosa de la sabiduría y Hermes,
dios del comercio. En la parte inferior yace una estatua destrozada,
mientras que al fondo se puede ver una montafza similar al Chimbo-
raz.o de Ecuador y la pirámide de Cholula de México. El texto dice
"Humanidad, Sabiduría, Economía".
262 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

des que asumían una vida propia. Aquí, en algunos casos,


los intelectuales americanos construían visiones positivas y
descolonizadas de sí mismos en relación con Europa.~,
las ma_}'.orías no europeas se afirmaban en contra de la do-
minación europea. Y aun en 1 ~es donde todavía esta-
, ha firme,_ la h~€:__monía blanca estaba pro cien o socieaa-
~ e eran muy diferentes ª~sus antecesoras europeas, y
gue se tornarían aún más diferentes_¿medida que se desco-
-....._ -
lonizaran. Serían multirraciales; muchas, predominantemen-
te no blancas; en el mejor de los casos, irregularmente cris-
tianas; nunca habrían sido monarquías; se construirían a
partir de formaciones como la esclavitud, el sistema de plan-
taciones, la hacienda, la mita, 48 instituciones todas que los
europeos habían ideado y de las que se habían beneficiado,
pero que no habían sido vividas en Europa como forma-
ciones sociales y culturales. Serían sociedades que Europa
probablemente ni siquiera podría entender, ya no digamos
controlar.
¡Fuerzas ocultas or cie 'Gerbi señala que Humboldt,
con su visión positiva y tot~ora, aquietó ansieda es -3
ambos lados del AtlánJico, reivindicando a Amérjca dentro
,ªeJ~_aradigm~~~jal~s de base eu.ropea. "Con HumboÍcit
~erbi-:::-- el pensamie~ Q_~~ig~n_t:e c:c:>~
fin la pacífica conquista y anexa idealmente a su mundo, al
cOsmos-ó.nic~egiones que h~ta entonces c"'asi sólo
-habíafisiclo~eJg_ae__cur_i9_sida~~upOr o de mofa." 49
La port;;;da de la edición de 1814 de la obra de Humbmdt
Atlas Géographique et physique du Nouveau Continent [Geo-
graphical and Physical Atlas of the New Continent] lleva un
grabado alegórico que representa a Hermes y Atenea (véase

48 La mita fue la forma más odiada de trabajo forzoso en la España co-

lonial. Se exigía a las aldeas que proporcionaran mano de obra para las
minas y otros lugares. La tasa de mortalidad de los trabajadores de la mita
era elevadísima.
49 Gerbi, La disputa ... , op. cit., p. 408.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 263

la figura 24) mirando acongojados a un príncipe azteca de-


rrotado, con la cabeza inclinada y sus armas en el suelo.
Mientras Hermes (patrono del comercio) toma al guerrero
por el brazo, Atenea le ofrece una rama de una planta deci-
didamente no americana: el olivo. Al fondo se eleva el Chim-
borazo, coronado de nieve. Pero no podemos dejar de pre-
guntarnos si la anexión fue realmente tan pacífica. Quizá
los acontecimientos subterráneos, las energías invisibles y
las súbitas ráfagas frías que circulan en los escritos de Hum-
boldt sean una representación de los sacudimientos históri-
cos que tan claramente se avecinaban. Sin duda para Simón
Bolívar, admirador de Humboldt, lo fueron. "Un gran volcán
yace a nuestros pies -escribió Bolívar en vísperas de la vic-
toria sobre España. ¿Quién detendrá a las clases oprimidas?
El yugo de la esclavitud será roto y gentes de diverso color
de piel tratarán de imponerse." 50
Como espero mostrar en el próximo capítulo, la propia
mistificación de las fuerzas sociales fue lo que hizo útiles
los escritos de Humboldt para los líderes e intelectuales eu-
roamericanos que trataban de descolonizar sus culturas y
sus sociedades, au~que conservando al mismo tiempo la su-
premacía blanca y los valores de base europea. ,.....--

POSDATA

Hoy en día, cuando su fama en Europa se ha desvanecido o


se ha mezclado con la de su hermano, Alexander von Hum-
boldt es constantemente reverenciado y recordado en la
cultura oficial sudamericana, precisamente por su intrínse-
ca e incondicional valorización de la región. "Estamos sem-
brados de recuerdos de Humboldt", dice un comentarista. 51
50 Simón Bolívar, carta al general Páez, 8 de agosto de 1826. Traducción

al inglés tomada de Bierck y Lecuna, op. cit., vol. n, p. 628.


51 Pascual Venegas Filardo, Viajeros a Venezuela en los siglos XIX Y XX,
264 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

Con qué claridad estas palabras remiten al legado del euro-


mito humboldtiano de América: el locutor se constituye él
mismo como el terreno en el que Humboldt ha sembrado
sus palabras. Dentro del euromito, a lo hispanoamericano
casi no se le concede existencia propia; y sin duda, no se le
concede voz: sólo la Naturaleza habla.
Pero tal vez existan también otras genealogías, aún más
intrincadas. La arpillera, es decir, el tejido o lienzo que apa-
rece en la fig~ra 25, es un ejemplo de una forma de arte de
exportación que surgió en Perú en la década de 1980, asen-
tada en antiguas tradiciones del arte textil y la fabricación
de muñecas en la región andina. -!:@ri.c.a.gªs por mujeres
proletarias en asociaciones de madres de ciudades y pue-
-Wo0asái=J>illeras actuales suelen _E!.!!.!_arescenas de la ~~
rural, como lo hace la que aquí mostramos. Titulada La co-
sech--;, -ya-~bra present;:-fa'"o'rgaiiización vertical de la vida
agrícola en las comunidades andinas tradicionales. Arriba,
en las pasturas altas, pace el ganado; un poco más abajo
crecen las flores, tan apreciadas en la vida cotidiana y en las
relaciones amorosas; luego granos y hierbas, luego papas y
así sucesivamente, siempre hacia abajo, hasta llegar a las
naranjas y las bananas en el valle tropical que se aprecia en
la parte inferior. Esta arpillera representa una forma de vi-
da en la que las comunidades en diferentes momentos del
año cultivan una gran variedad de vegetales a diferentes al-
titudes, en un clima que va desde lo tropical, pasando por lo
templado, hasta el frío más severo.
Comparemos la arpillera con el famoso dibujo de Hum-
boldt del Monte Chimborazo, que aparece en la figura 20.
Humboldt se vale de su dibujo para representar la misma
ecología vertical de la región andina, donde coexisten múl-
tiples tipos de clima y vegetación en la misma latitud. Am-

p. 14. Gabriel García Márquez ha mencionado los escritos de Humboldt


como una de las fuentes de su visión "mágico-realista" de América del Sur.
HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 265

FIGURA 25. Arpillera, Perú, en la década de 1980. La obra retrata con


un estilo folclórico la organización vertical en la vida agrícola andi-
na: las manadas pastan en lo más alto de la sierra, donde la gente
recolecta pastos y flores, en las altitudes medias se cultivan diversas
especies de papas, mientras que en las llanuras crecen plátanos, na-
ranjas y otras frutas tropicales. Por todas partes las llamas fungen
como bestias de carga.

b~~mac.io~~-_!Ilu~an ..l!!!.~_s~erte de cartografía


atemporal; a1!!.!?as parec~~~ª---~~r .la pleni~
la diversidad y el detaUe.l_él_arpHlera también comparte c@
~ádibuja de Hnmba1dt.el uso d~-"etiguetas de referem:ia (en
una lengua europea) @ra id a as y la sierra.
Pero hay también notables diferencias entre las dos repre-
sentaciones: la arpillera pinta un espacio social en el que
pululan la gente y los animales domésticos, cuyas activida-
des contribuyen a la variedad en la misma medida que el
266 LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA, 1800-1850

mundo vegetal. En cuanto a las etiquetas, señalan dos de


los elementos más significativos de la cultura andina tradi-
cional: la sierra (morada de los dioses) y la papa (el alimen-
to básico). MJentras que las e.tiguetas de Humboldt son~-
Jerenciales y específicas, los dos significantes de la arpillera
son resbaladíioscleüñíño~que es intrínseco a la comuni-
-;;_ción transcuftural: poctrfu~~ q~e resonasen de ma-
nera diferente para 10s Eúbli~~ andino v metropolitano.
Tas-persO~;~~ ñoañclin~s~por ejemplo, podrían no sa~
que las deidades andinas residen en las cimas de las monta-
ñas, o que la papa tiene poderes curativos. Y en el caso de
que lo "supieran", lo sabrían siempre como forasteros: co-
nocerían estas cosas en lengua española, mientras que los
nativos las conocerían en quechua o en aymara. Tomado de
Europa, el recurso de las etiquetas parece, sin embargo, tra-
bajar sobre líneas diferentes al objetivismo europeo.
Ahora bien, ¿hay una base histórica para relacionar la
arpillera contemporánea con el dibujo de Humboldt de 1805?
Fabricada para consumidores metropolitanos, 52 ¿presupone
la arpillera la tradición occidental de una descripción paisa-
jística objetivada y deshistorizada? ¿O propone tal vez una
contraversión humanizada? ¿Propone una contraversión mi-
niaturizada, "folclórica", que Occidente mismo ha encarga-
do para complementar la tradición objetivada? Y por otra
parte, ¿la interpretación vertical (Michael Taussig la llama
"fantástica")53 que hace Humboldt del Chimborazo tiene
una dimensión andina? ¿Acaso los guías e intérpretes andi-

52 El hecho de que la arpillera se originara en Perú como expresión ar-


tística o comercial para exportación la ubica, en mi opinión, fuera del
ámbito de lo que la metrópoli llama "autenticidad". Es decir, no podría
ser analizada como una expresión o autoexpresión andina "pura". Al ha-
cer esta reflexión tengo plena conciencia de estar rozando importantes Y
arduas cuestiones vinculadas con la historia del arte y la antropología del
arte.
53 Michael Taussig, Shamanism, Colonialism, a"nd the Wild Man: A Study

in Terror and Healing, p. 305.


HUMBOLDT Y LA REINVENCIÓN DE AMÉRICA 267

nos que lo llevaron hasta allí le transmitieron algo desuco-


nocimiento del ecosistema y su reverencia por él?
En la década de 1960 los andinistas quedaron fascina-
dos con lo _9!:!e,llal!l~~~~-:1_~~-r~~!P.i_~l':go_ vert~p~()--
,_g_uq;;ión &&rJsola g)Jgina tradicional -se··aíero_ñ_ cuenta de
que las comunidades andin~~rcaban los complejos
agro-ecológicos más intrincados que se conocen. Aquello
ante lo que Humboldt se había maravillado en el mundo
vegetal maravilló también a los antropólogos y a los agró-
nomos de la década de 1960 en el mundo socioecológico; y
muchas veces como si ellos, también, lo hubieran "descu-
bierto". ¿La mujer que fabricó la arpillera describe el archi-
piélago vertical como ella lo conoce, o como sabe que los
agrónomos lo conocían, o bien lo describe yendo en contra
de la manera en que sabe que los agrónomos lo conocían?
¿Está acaso esa mujer reproduciendo un mito nacional pe-
ruano? Producto de la zona de contacto, tal vez la arpillera
haga aquello a lo que en la introducción llamé gesto autoet-
nográfico, transculturación de elementos de los discursos
metropolitanos para crear autoafirmaciones destinadas a
su recepción en la metrópoli. En tales representaciones au-
toetnográficas, los sujetos dominados retan a las construc-
ciones que hace la metrópoli de aquellos a quienes domina.
En esta "danza de los espejos", como la llama Taussig, la
América de Humboldt sigue siendo uno de esos espejos.

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