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¿Por qué se genera tanta violencia en el ambiente deportivo?

Una de las causas principales de violencia en las hinchadas del fútbol es el consumo
de estupefacientes, la rivalidad entre clubes y el excesivo fanatismo y el movimiento de la
masa y masculinidad

Objetivo general: analizar las múltiples razones por las cuales se genera violencia en la
adolescencia
Objetivo específico: obtener opiniones sobre lo que las hinchadas generan en la gente.
Averiguar cómo se puede hacer para reducir los cánticos ofensivos y las agresiones tanto
físicas como verbales
El principal tema a ser abordado es la violencia en la adolescencia, más
específicamente la violencia trasladada al ámbito deportivo.
La violencia en la adolescencia se refiere a comportamientos agresivos que pueden ser
físicos, psicológicos o sexuales, y que ocurren en contextos como la escuela, el hogar o en
entornos digitales. Estos actos pueden ser cometidos por el propio adolescente o pueden ser
dirigidos hacia él, y pueden incluir intimidación, peleas, uso de armas y acoso en las redes
sociales. Esta problemática puede generar consecuencias graves, pueden ser desde lesiones
físicas hasta problemas de salud mental a largo plazo, como depresión y ansiedad. Además,
puede afectar el rendimiento académico y la manera en la que uno se relaciona con la gente.
(S.D, 2022)

Perfil de un joven violento


Los adolescentes que suelen ser violentos tienen una personalidad marcada por varios
rasgos. Tienden a ser muy agresivos, impulsivos e hiperactivos, además se caracterizan por
una carencia de capacidad para reflexionar y controlar su ira. El entorno en el que crecen
juega un papel muy importante a la hora de desarrollar estos rasgos de personalidad; ya que si
su socialización desde pequeños ha sido limitada, con pocos amigos y dificultades para
mantener relaciones estables, se elevan sus probabilidades de resultar violentos. Buscan
aprobación y muestran falta de empatía, con dificultades para reconocer tanto sus propias
emociones como las de los demás. A menudo tienen una actitud defensiva y desafiante,
interpretando a los demás como amenazas y malinterpretando sus intenciones.
Aunque se consideran autosuficientes, suelen manipular a su familia para conseguir lo
que desean sin esperar. No se sienten responsables ni culpables por actos violentos, y tienden
a justificar su comportamiento, sin respetar los derechos ajenos. Además, no toleran la
frustración y les resulta muy difícil aceptar normas en distintos entornos, ya sea en el ámbito
familiar, académico, o en la sociedad. Carecen de habilidades para negociar o llegar a
acuerdos y, en lugar de resolver conflictos de manera adecuada, tienden a recurrir a la
imposición y la fuerza. (Elena Mató; 5 Nov, 2022).

Violencia relacionada al deporte


En esta ocasión se va a relacionar la violencia en la adolescencia con la violencia en el
ámbito deportivo. La violencia deportiva hace referencia a “cualquier acto o comportamiento
agresivo o destructivo que se produce en el contexto de eventos deportivos. Esto incluye
tanto las acciones físicas, como los actos verbales o psicológicos que causan daño o
intimidación a los participantes, espectadores o árbitros.” (S.D, 2025)
Los adolescentes que practican deportes de forma regular, especialmente en contextos
competitivos, tienden a mostrar mayores niveles de agresividad que aquellos que no hacen
actividad física. Esto se debe, en parte, a que muchos deportes en contextos escolares están
impregnados de una cultura de competencia extrema, donde la victoria se valora por encima
del respeto o el compañerismo. (Zurita Ortega, 2014)
Este tipo de violencia se puede manifestar de muchas maneras, la más común siendo
la violencia física. Esta incluye empujones, golpes o patadas entre los jugadores. También
existe la violencia verbal, que se expresa a través de insultos, amenazas o burlas para
intimidar al rival. Y además, se puede dar la violencia psicológica, como el acoso o el
bullying, que buscan dañar emocionalmente a la persona afectada. (S.D, 2025)
Un ejemplo de violencia en el deporte es lo ocurrido el 14 de diciembre de 2024,
donde se enfrentaron los equipos de básquetbol uruguayo Capitol y Welcome, en el Club
Sportivo Capitol. Los aficionados de ambos equipos tuvieron disputas que provocaron la
aparición de armas de fuego en la cancha. El tiroteo dejó varios heridos, e incluso causó la
muerte de una mujer inocente de 28 años, que se encontraba en el balcón de su vivienda
preocupada por su vehículo, que estaba estacionado en la misma calle. (Diego Borja, 2024)
“Hay veces que la rivalidad sobrepasa cualquier frontera y llega a la violencia o, aún
peor, la sangre.” (Diego Borja, 2024: S.D)
Lamentablemente ocurre lo mismo en todos los deportes, sin importar cual sea.

¿Por qué se genera tanta violencia en el ambiente deportivo


juvenil?
La violencia en el ámbito deportivo juvenil es una problemática grave que es
resultado de múltiples factores. Uno de ellos es la ausencia de una educación adecuada en
valores como el respeto, la tolerancia y el juego limpio. Algunos jugadores y espectadores no
saben manejar sus emociones (ya que nunca se les enseñó) y reaccionan de manera violenta
cuando se sienten frustrados o provocados. (S.D, 2011)
"Todo comienza en el hogar y en las formas en las que se moldea la psiquis y el
accionar de los niños" (Claudia Umpierrez, 2023: S.D)
Otra de las principales causas es la presión constante para obtener resultados positivos
y destacar ante los demás, ya que la excesiva competitividad puede llevar a los jóvenes a
adoptar comportamientos agresivos. En muchas disciplinas, especialmente en el fútbol y el
básquetbol, los adolescentes no solo compiten por ganar partidos, sino por validarse ante sus
entrenadores, compañeros, familias y hasta reclutadores de clubes. Esta presión genera
tensiones emocionales que pueden acabar en conductas violentas, tanto en la cancha como en
las gradas.
“La necesidad de rendimiento desde edades tempranas distorsiona el sentido
educativo del deporte, transformándolo en un espacio de exigencia extrema en lugar de una
herramienta para la formación integral del joven.” (Alfredo Sáenz Ibáñez, 2012: S.D)
Además, la cultura del “ganar a toda costa” es reforzada no solo por entrenadores que
exigen resultados sin tomar en cuenta el bienestar emocional de los jugadores, sino también
por padres que presionan a sus hijos a rendir como si fueran profesionales. Esta realidad se ve
aún más agravada cuando el deporte comienza a entenderse como una vía de ascenso social,
lo que genera expectativas irreales sobre el rendimiento de los adolescentes. Muchos jóvenes
sienten que si no destacan o son “mejores que los demás”, están fracasando, lo cual eleva su
nivel de ansiedad y los vuelve más propensos a actuar impulsivamente. La psicóloga del
deporte Marta Camuñas sostiene que "cuando el foco está en la victoria, y no en el proceso,
los chicos pierden de vista lo importante del juego: disfrutar, aprender y desarrollarse" (Marta
Camuñas, 2022: S.D).
Los medios de comunicación y las redes sociales, también tienen un rol central en la
formación de actitudes y comportamientos en los adolescentes, incluyendo su forma de
participar en el deporte. En muchos casos, estos medios no solo informan, sino que fomentan
conductas agresivas, el enfrentamiento y naturalizan la violencia en contextos deportivos.
Un estudio publicado en la Revista de Psicología del Deporte dice que la cobertura
mediática de eventos deportivos muchas veces promueve una narrativa de “ganador vs.
perdedor”, como la ya mencionada anteriormente, donde se destacan episodios violentos por
encima del espíritu deportivo (González, Ramírez y Sáez, 2020).
Este concepto puede ser internalizado por los jóvenes, quienes perciben la agresividad
como un recurso válido o incluso necesario para sobresalir o defender su posición. Además,
las redes sociales amplifican la exposición a contenidos violentos y la presión social.
Plataformas como Instagram, TikTok o YouTube difunden videos de agresiones en partidos
juveniles que se viralizan rápidamente. Este tipo de contenido, muchas veces presentado con
tono humorístico, contribuye a normalizar y hasta premiar comportamientos agresivos, ya
que incentiva a los jóvenes a reproducir esas conductas buscando atención, aprobación o
“likes” en redes. (S.D, 2025).
En última instancia, el mayor generador de violencia en el ámbito deportivo es el
comportamiento de las hinchadas, especialmente cuando se expresan a través de cánticos
ofensivos, insultos y actitudes hostiles. Aunque este tipo de expresiones suele asociarse con
el fútbol profesional, lo cierto es que también está presente en los torneos escolares y
juveniles, donde las gradas se convierten en escenarios de agresión verbal que alimentan la
tensión entre jugadores y espectadores. Este tipo de violencia verbal se manifiesta con
insultos al árbitro, descalificaciones al equipo rival o incluso burlas hacia jugadores por
motivos raciales, de género o clase social.
La violencia simbólica que ejercen las hinchadas a través de cánticos agresivos
“normaliza el desprecio por el otro” y se traduce en una cultura de rivalidad extrema donde el
respeto pierde lugar frente al escarnio público. Esta cultura, cuando es absorbida por jóvenes
que aún están en proceso de formación emocional, puede fomentar actitudes de intolerancia,
humillación y agresividad en el juego. (Garrido y Pérez, 2017)
Además, los jóvenes imitan con facilidad el comportamiento de los adultos que
observan desde las tribunas. Si los padres o familiares se suman a cánticos ofensivos,
protestas agresivas o confrontaciones físicas, se transforma el evento deportivo en un espacio
de enfrentamiento social en lugar de una actividad formativa.
“Los cánticos no son solo gritos, son construcciones simbólicas que enseñan a los
chicos a relacionarse con el rival desde la hostilidad” (Sergio Gonzalez, 2022: S.D)

Consecuencias de la violencia en el deporte juvenil

Los jóvenes que son víctimas o testigos de violencia durante la práctica deportiva
pueden desarrollar consecuencias psicológicas graves. La exposición constante a situaciones
de agresión puede generar trastornos de ansiedad, síntomas depresivos y estrés
postraumático. Además, estos jóvenes pueden experimentar un deterioro de su autoestima, lo
que incide negativamente en su desarrollo personal.

“Los niños y adolescentes que participan en deportes con climas de agresividad


tienden a adoptar patrones de conducta violentos y desarrollan menos empatía hacia los
demás”. Esto puede afectar su comportamiento tanto dentro como fuera del ámbito deportivo.
(A. Barreto, 2015).
Conclusión

bibliografía: (paginas web)

edlineplus.gov/spanish/teenviolence.html?utm_source=chatgpt.com

https://www.ort.edu.uy/novedades/la-violencia-en-el-deporte-y-el-rol-de-los-
medios-en-uruguay

https://www.ysport.es/que-es-la-violencia-en-el-deporte/?
utm_source=chatgpt.com

https://elpais.com/mamas-papas/2025-04-20/adolescencia-no-podrian-haber-
titulado-la-serie-de-netflix-de-otra-forma.html?utm_source=chatgpt.com

https://www.solobasket.com/internacional/porque-la-violencia-no-cabe-en-el-
baloncesto-los-tragicos-incidentes-post-partido-les

https://www.ysport.es/que-es-la-violencia-en-el-deporte-3-ejemplos/?
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