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Carlos 1

El dolo en el derecho penal peruano se define como el conocimiento y voluntad de realizar todos los elementos del tipo objetivo, siendo fundamental para establecer la culpabilidad y diferenciar entre delitos dolosos y culposos. Se distinguen varios tipos de dolo, incluyendo el dolo directo de primer y segundo grado, y el dolo eventual, cada uno con características específicas sobre la intención y conocimiento del autor. La evolución del concepto de dolo refleja un cambio hacia un derecho penal garantista, donde se enfatiza la importancia del elemento cognitivo en la configuración del dolo.

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Carlos 1

El dolo en el derecho penal peruano se define como el conocimiento y voluntad de realizar todos los elementos del tipo objetivo, siendo fundamental para establecer la culpabilidad y diferenciar entre delitos dolosos y culposos. Se distinguen varios tipos de dolo, incluyendo el dolo directo de primer y segundo grado, y el dolo eventual, cada uno con características específicas sobre la intención y conocimiento del autor. La evolución del concepto de dolo refleja un cambio hacia un derecho penal garantista, donde se enfatiza la importancia del elemento cognitivo en la configuración del dolo.

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EL DOLO EN EL DERECHO PENAL

En la ciencia peruana fue dominante el criterio causalista que ubicaba al


estudio del dolo en la culpabilidad (dolo malo, dolo culpable, dolo
desvalorado).
No creemos que el dolo suponga juicio de culpabilidad, el dolo es libre
valorativamente (dolo natural, dolo neutro, dolo avalorado)
aunque todavía se puede encontrar jurisprudencia donde se
identifica al dolo como elemento perteneciente a la culpabilidad.
La ley penal peruana no define el dolo, sin embargo, se acepta que el
dolo es conocimiento y voluntad de la realización de todos los
elementos del tipo objetivo y es el núcleo de los hechos punibles
dolosos. Pero el dolo también puede abarcar a los elementos que
agravan o atenúan la pena, según sea el caso. El dolo se presenta
dentro del tipo cumpliendo una función reductora como una de las
bases alternativas de imputación subjetiva que impiden la
responsabilidad objetiva evitándose el versari in re illicita.
El dolo se presenta durante la realización del tipo objetivo. El momento
del dolo es el instante en que se ejecuta la conducta delictiva. Si se
presenta antes de comenzar con la ejecución del delito, es decir,
durante la etapa de los actos preparatorios (dolus atecedents o dolo
antecedente) o después de la realización del tipo objetivo (dolos
subsequens o dolo consecutivo), no existe el dolo que requiere
tipo, pues no se puede imputar algo que no se ha dado o que ya se
ha producido. En el primer caso, existe un plan delictivo, pero no
estamos frente a un dolo típico, debido a la imposibilidad de
establecer que el plan delictivo habría trascendido a los actos
ejecutivos. En el segundo caso, la ausencia de dolo típico es clara,
pues no existe un plan delictivo, ya que este se genera después del
resultado injusto. Estos tipos de dolo son solo disposiciones
interiores irrelevantes. El dolo no necesariamente debe presentarse
durante toda la acción ejecutiva, y solo basta que concurra en el
instante en el que el agente se dispone a la producción del
resultado y abandona el control del curso causal.
Se debate si el dolo requiere conocimiento y voluntad (teoría de la
voluntad) o soló conocimiento (teoría de la representación). Si
bien es aún dominante la teoría de la voluntad, existen autores que
sostienen el dolo sobre la base del conocimiento. En la dogmática
actual, se aprecia la tendencia a reducir al máximo y
prácticamente a descartar el elemento volitivo del dolo. Por
nuestra parte creemos que, sin prescindir del elemento volitivo, es
conveniente fortalecer el análisis del dolo al nivel del elemento
cognitivo con los modernos aportes normativos, principalmente
para darle más precisión a la configuración del dolo de manera
que el intérprete opere con limites que le permitan una precisa
identificación, en miras a un Derecho Penal garantista.
Hasta el momento, el dolo precisa de dos elementos: cognoscitivo
(conocimiento) y volitivo (voluntad) (Felipe, 2019, págs. 353-
356).
ELEMENTOS DEL DOLO
El estudio del dolo muestra que hay dos elementos fundamentales que
deben estar presentes para que se considere: el elemento
intelectual y el elemento volitivo. El aspecto intelectual se refiere
a la comprensión o conocimiento de los factores que forman el
tipo penal, mientras que el aspecto volitivo está relacionado con la
decisión de llevar a cabo esos elementos que se encuentran
tipificados. Esta diferencia es fundamental para entender lo que
separa los delitos intencionados de los que se cometen por
descuido o falta de atención.
 Elemento cognitivo: El elemento cognitivo viene a ser el primer
momento del dolo, anterior al momento volitivo, pues la voluntad
no existe si no esta presente el conocimiento de los hechos. Los
actos de conocimiento y de resolución son anteriores a los actos de
acción, pues estos no pueden existir sin un previo conocimiento
que permita tomar una resolución determinada.
Este elemento comprende el conocimiento de la realización de
todos los elementos estructurales de la imputación objetiva. Así,
supone el conocimiento de los aspectos descriptivos, normativos,
elementos de la autoría, causalidad y resultado, ubicables en el
tipo objetivo.
 Elemento volitivo: Otro factor del dolo es la voluntad de
realización de los elementos que integran el tipo objetivo. Como
ya hemos expresado antes, dicha voluntad la entendemos en el
sentido de que el individuo se inserta conscientemente en el marco
de objetos de referencia en un proceso de comunicación, ello
supone querer realizar los elementos del tipo objetivo. Si el
agente, conociendo los elementos típicos, no quiere o no tiene la
decisión, o conociendo la imposibilidad de ejecutar los actos
delictivos, se anula su intención, la ausencia del dolo es
indiscutible. Así, los delitos dolosos se presentan como forma de
comunicación en los que el autor quiere alcanzar un objeto de
referencia y conduce su actividad sobre ese objeto y proyecta una
pretensión de validez para su actividad en relación al otro (Felipe,
2019, págs. 356-368) .
CLASES DE DOLO.
Se distingue diversas clases de dolo: dolo directo (de primer y segundo
grado) y dolo eventual. Estas categorías implican “una
simplificación y una reducción de los complejos procesos
psíquicos que se dan en la mente del sujeto en relación con los
elementos objetivos del tipo.
 Dolo inmediato (dolo directo de primer grado): el dolo directo
de primer grado, es la realización del tipo, ya sea del resultado o
de la acción delictiva, es precisamente la que el autor persigue.
Ejemplo: el que busca matar a otro con disparos de arma de fuego
y lo alcanza. En esta clase de dolo predomina el aspecto volitivo,
por eso algunos han considerado denominarlos intención o
propósito.
 Dolo mediato (dolo directo de segundo grado): El agente
cuando ejecuta un hecho ilícito advierte que, además del resultado
que busca generar, se van a producir otros resultados que están
vinculados al principal de manera necesaria e inevitable. El sujeto
considera que el resultado esta acompañado de consecuencias
necesarias e inevitables (dolo de consecuencias necesarias).
Ejemplo: el que para matar a un funcionario sabe que al colocar el
explosivo en la carrocería del vehículo en el que viaja, también
matara al chofer y otro acompañante. Aquí, es dominante el
aspecto cognoscitivo del dolo, ya que el sujeto activo no quiere
directamente las consecuencias que sabe que se van a ocasionar.
 Dolo eventual: Dolo eventual significa que el autor “considera
seriamente la posibilidad de realización del tipo legal y se
conforma con ella. El autor no persigue directamente el resultado
ilegal, ni lo ve como una consecuencia inevitable; sin embargo, es
consciente de la elevada probabilidad de que este resultado ocurra
como resultado de su acción. No obstante, esa posibilidad, asume
el riesgo y prosigue con su comportamiento, demostrando
desinterés por el posible daño al bien jurídico. Por ejemplo, una
persona que maneja a alta velocidad en un área poblada,
consciente de que puede chocar a alguien y reconociendo esa
posibilidad (felipe, 2019, pág. 369) .

FUNCIÓN DEL DOLO DENTRO DEL TIPO PENAL.


El dolo desempeña un papel fundamental en el tipo penal, que es la
descripción jurídica de una conducta delictiva. Se trata del
componente subjetivo fundamental que permite diferenciar entre
acciones que son puramente objetivas y aquellas que tienen
relevancia penal.
 Fundamentar la culpabilidad: El dolo es la base de la
responsabilidad penal. Para que un individuo sea considerado
culpable de un delito intencional, debe haber actuado con
propósito.
 Delimitar la punibilidad: La existencia de dolo intensifica el
comportamiento, lo que resulta en una pena que suele ser superior
a la de los delitos cometidos por negligencia.
 Diferenciar entre delitos dolosos y culposos: Permite establecer la
distinción fundamental entre una acción intencional y una
cometida por imprudencia o negligencia.
 Orientar la interpretación de la ley: Al analizar un tipo penal, la
consideración del dolo permite entender la finalidad del legislador
al prohibir una determinada conducta.
Diferencias entre dolo y culpa.
La culpa (o imprudencia) se presenta cuando un individuo provoca un
resultado ilícito, pero sin la intención de hacerlo.
Este resultado ocurre debido a la falta de atención, descuido,
imprudencia o falta de habilidad por parte del autor, quien debió
haber actuado con más cuidado para prevenir el daño.
A diferencia del dolo, en la culpa no existe una intencionalidad orientada
a perpetrar el delito. El individuo procede sin la necesaria
precaución y, como resultado, ocasiona un perjuicio que pudo y
debería haber evitado.
La culpa puede también tener diferentes significados:
Culpa consciente: El individuo anticipa la posibilidad de que ocurra un
resultado perjudicial, pero descansa en la creencia de que no
sucederá (confianza desmedida). Por ejemplo, un conductor que
ignora un semáforo en ámbar creyendo que tiene tiempo
suficiente, pero provoca un accidente.
Culpa involuntaria: La persona no anticipa en absoluto la posibilidad de
un resultado perjudicial, a pesar de que debería haberlo hecho
debido a su falta de cuidado. Por ejemplo, una persona que se
olvida de cerrar una válvula de gas y provoca una explosión, sin
haber considerado en ningún instante el peligro.

Aspecto Dolo Culpa

Existe intención clara de causar


Intencionalidad daño No hay intención de causar daño

Conocimiento pleno de la Falta de previsión o insuficiente


Conocimiento ilicitud y resultado conocimiento

Voluntad consciente de realizar


Voluntad el acto ilícito Falta de cuidado o negligencia

Mala fe Sí No

Querido o aceptado como No querido, es consecuencia de


Resultado inevitable descuido

Consecuencias Sanciones menos graves, a menu


legales Penas más severas y específicas civiles o penales menores

Disparar intencionalmente a
Ejemplo alguien Disparar sin querer, por impruden
Conclusión.
Un análisis del dolo en las leyes penales peruanas revela
su evolución conceptual y su rol central como factor
subjetivo para definir la culpabilidad. Antes, la doctrina
causalista lo ubicaba en la culpabilidad; hoy, bajo un
derecho penal garantista, es vital en el tipo objetivo, sin
juicios iniciales. Este cambio es clave: el dolo no es
reproche, sino consciencia e intención de ejecutar los actos
delictivos. La ley penal peruana, sin nombrarlo
directamente, asume el dolo como eje de los delitos
dolosos, extendiendo su alcance al tipo objetivo y a
factores que agravan o atenúan la pena. Su rol principal es
acotar la imputación subjetiva, evitando la responsabilidad
objetiva y el "versari in re illicita". El dolo debe existir al
ejecutar el tipo objetivo; el dolo previo o posterior no
coincide con el acto y son solo pensamientos irrelevantes.
No debe mantenerse en toda la acción, sino estar presente
al provocar el resultado, sin importar el control del
proceso causal. El debate sobre si el dolo requiere
conocimiento e intención (teoría de la voluntad) o solo
conocimiento (teoría de la representación) es vital.
Aunque la teoría de la voluntad predomina, se enfatiza
cada vez más el aspecto cognitivo del dolo. Esto busca dar
a los intérpretes límites claros para su análisis, asegurando
una identificación precisa y un derecho penal eficaz. La
doctrina actual distingue dos elementos clave del dolo: el
componente cognitivo (conocimiento), que implica
comprender todos los elementos del delito, y el
componente volitivo (voluntad), ligado a la decisión de
ejecutar esos elementos tipificados. El conocimiento
antecede a la voluntad, y ambos son esenciales para el
dolo. Para entender mejor cómo piensa un delincuente, se
divide el dolo en tres tipos: dolo directo de primer grado,
dolo directo de segundo grado y dolo eventual. El dolo
directo de primer grado se da cuando alguien busca que se
produzca un delito o una consecuencia dañina. En el dolo
directo de segundo grado, además de buscar un resultado,
el autor sabe que habrá otras consecuencias inevitables, lo
que hace evidente su conocimiento. Finalmente, en el dolo
eventual, el autor no busca el resultado, pero cree que es
muy posible que ocurra y, aun así, decide correr el riesgo,
sin importarle el daño que pueda causar. En definitiva, el
dolo no es solo un elemento más para definir un delito,
sino que es su fundamento subjetivo. Es crucial para
determinar la culpabilidad, establecer la pena
(distinguiendo entre delitos intencionales y no
intencionales) y orientar la interpretación de la ley. A
diferencia de la culpa, donde un acto ilícito ocurre por
descuido sin intención de dañar, el dolo implica la clara
intención de cometer el delito. Comprender esta diferencia
es esencial para aplicar correctamente el derecho penal,
asegurando que solo se responsabilice por dolo a quienes
actuaron con pleno conocimiento y voluntad de sus actos
delictivos.

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