0% encontró este documento útil (0 votos)
10 vistas5 páginas

Literatura China

El documento aborda la literatura china desde la dinastía Han, destacando la historiografía, filosofía y poesía de períodos anteriores. Se mencionan figuras clave como Confucio, Lao-tse, Meng-tse y Chuang-tse, así como obras significativas como el Chu-King y el I-King. La dinastía Han marca el inicio de la China moderna, con avances en la historiografía y la poesía, así como la evolución del confucionismo y el taoísmo.

Cargado por

tvboxt95rpro
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como ODT, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
10 vistas5 páginas

Literatura China

El documento aborda la literatura china desde la dinastía Han, destacando la historiografía, filosofía y poesía de períodos anteriores. Se mencionan figuras clave como Confucio, Lao-tse, Meng-tse y Chuang-tse, así como obras significativas como el Chu-King y el I-King. La dinastía Han marca el inicio de la China moderna, con avances en la historiografía y la poesía, así como la evolución del confucionismo y el taoísmo.

Cargado por

tvboxt95rpro
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como ODT, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 5

Literatura china

1. Hasta la dinastía Han


a) Historiografía
Al año 2400 a. C. se remonta la parte más antigua del
Chu-King
(«Libro canónico de los documentos»), que en su estado actual es una
recopilación de fuentes históricas, frecuentemente fragmentarias,
conteniendo discursos y decretos de los emperadores, compendios de
topografía, esquemas de derecho penal, etc. Entre las diversas secciones
del libro, el
«Iu-Kung»
contiene preciosas noticias sobre la oro-hidrografía de la China de la
época.
Más rico en documentos literarios podemos considerar el período de
la dinastía de los Cheu, al que pertenece el enigmático
I-King
(«Libro canónico de las mutaciones»), manual de arte adivinatoria a
cuyo estudio dedicó Confucio gran parte de su vida.
Dos obras muy importantes para el conocimiento histórico de este
período son el
Chou-li
—perteneciente a la dinastía Chou—, que describe el complejo
engranaje de la administración estatal; y el
I-li
, que expone en 17 libros el «ritual de las ceremonias», tanto religiosas
como profanas.
b) Filosofía
I)CONFUCIO. El gran reformador y político chino
(551-478
a. C.) dirigió toda su extraordinaria actividad a un solo fin: el
restablecimiento del régimen patriarcal, el retorno a los tiempos ideales
del Iao y el Sun a través del mejoramiento de las costumbres
individuales y colectivas. Una restauración, en suma, «primero moral y
luego política, como único camino de salvación contra los males que
afligían al país. Su propaganda, con la obra y con el ejemplo, sus
trabajos de arqueólogo, su amor por los textos antiguos fueron
inspirados exclusivamente por sus intentos de reforma social, por
criterios ético-pedagógicos».
En este sentido, Confucio se sabía reformador, y nunca innovador; es
decir, se aplicaba conscientemente a una tarea que sabía ya emprendida
y a la que pretendía un retorno: «Yo soy un transmisor —afirmaba— de
la tradición. Creo en la antigüedad y la amo». Como Sócrates, ninguna
obra salió de su propia mano, sino que solamente la segunda generación
de sus seguidores reunió, hacia el 400 a. C., un notable número de
máximas suyas y de sus discípulos directos en el
Lun-iu
(«Coloquios varios»). Más tarde aparecerá el breve
Ta-hioh
(«Gran enseñanza»), que se considera el segundo de los libros clásicos
confucianos.
II)LAO-TSE. Nació probablemente hacia el 640 a. C. Como Confucio,
practicó la caridad pública y fue bibliotecario y archivero en la corte; su
experiencia en ella debió serle poco placentera, y fue reconcentrándose
hasta vivir en la más completa soledad. Según la leyenda, disgustado
por el mal gobierno del país, pasó a Occidente y desapareció después de
haber escrito el profundo libro de máximas de Tao-teh-king («Libro
canónico de la norma y la virtud»), del cual derivó el término
«Taoísmo».
El orden actual de los 80 breves capítulos de este tratado ético-
metafísico parece haber sido dispuesto en el siglo II a. C.; hacia el 666
de nuestra era, la obra fue proclamada libro canónico oficial de la
religión taoísta. Redactado en el más nebuloso lenguaje místico, el Tao-
teh-king se resiste a las más arduas tareas de interpretación:
efectivamente, los principios mismos de la religión se hallan imbricados
en unas relaciones tan complejas que la racionalización resulta
imposible sin recurrir, filosóficamente, a la metafísica: el Taoísmo tiene
dos formas —científica y práctica—; según la primera, un primer
principio único e inactivo, el Tao, se puso luego en obra y produjo el
cielo, la tierra y el aire, trinomio del que salieron todos los seres. El Tao
habita en todo y lo informa todo; no piensa, pero es pensado; no quiere,
pero es la ley; de él emana el destino de todo ser, en cada uno de los
cuales se contiene el alma, participación del principio universal. Según
la forma práctica, el hombre tiene que pensar, meditar, profundizar
cuanto pueda; teniendo asignado un determinado número de años de
vida, ha de hacer lo posible para que el cuerpo viva hasta el término de
ellos, y de ahí el culto a la higiene y su interés por la abstinencia.
Parece evidente que Lao-tse conoció la filosofía india de los
upanishads y que de ellos dedujo en parte su sistema, que contenía ideas
absolutamente nuevas en China.
III)MENG-TSE. El más acérrimo defensor del confucionismo,
Meng-tse
(en expresión latinizada, Mencio), nació en el año 372 a. C., y estudió
bajo la dirección del sobrino de Confucio, llevando después una vida
errabunda de un lugar a otro, ofreciendo sus sabios consejos a príncipes
y aventureros. Murió extrañamente en el 289 a. C.
Mencio, contemporáneo de Sócrates y afín en las ideas, profesó la
doctrina de la bondad originaria de la naturaleza humana; como
principio moral, sostuvo el impulso social innato, de cuyo fomento y
cultivo afirma que se desarrollarán las virtudes individuales y
colectivas.
IV)CHUANG-TSE. Entre, los discípulos de Lao-tse, destaca como el más
notable Chuang-tse, cuya obra se centra en torno al 330 a. C.: desde el
misticismo lao-tsiano, infunde una notable dosis de escepticismo y muy
frecuentemente se revela humorístico e incluso satírico. El libro
canónico que lleva su nombre, el Nan-hoa-king («Libro de las flores del
sur»), comprende 33 capítulos de contenido heterogéneo, donde, de una
parte, se da un nuevo desarrollo a las cuestiones ya tratadas por
Lao-tse;
y, de otra, apunta audaces motivos nuevos.
c) La poesía
Al final de los Cheu occidentales nos encontramos con el
Chi-king
, la antología que Confucio quiso compilar. Si se exceptúan cinco odas
para sacrificios, asignadas a la época de la dinastía Chang, las 305
poesías que lo integran pertenecen a un período de seis siglos bajo el
ámbito de la dinastía Chou (hacia
1200-1600
a. C.). Consta, por referencias históricas, que los antiguos reyes, en sus
viajes de inspección, hacían recoger los motivos de las canciones para
custodiarlas en los archivos reales como testimonio genuino de las
condiciones espirituales de sus súbditos. Los cantos, en su mayor parte
anónimos, están generalmente divididos en estrofas de igual número de
versos, cada uno de los cuales se compone de cuatro monosílabos. En su
contenido, ofrece gran variedad: canciones líricas de amor, himnos
religiosos, odas políticas, sátiras, etc.
Hacia el 300 a. C. aparece en el Sur una verdadera escuela de poetas
que tiene por corifeo al célebre
K’u
Iuan, prototipo del ministro feudal. Su
Li-sao
(«El caído en desgracia») es un poema elegíaco de difícil comprensión
por sus frecuentes alegorías y alusiones. Además de este poema, muy
alabado, escribió nueve cantos de corte popular para sacrificios;
también la descripción de un fantástico viaje aéreo y otras poesías
menores. Toda su producción está recogida en la colección Elegías de
Ts’u
, conjunto de poemas de cinco poetas de esta escuela del sur de China.
2. La dinastía Han (250 a. C.-220 d. C.)
La dinastía Han señala los comienzos de la China moderna. Sus
emperadores, casi todos grandes conquistadores, por una parte
ampliaron el territorio; por otra, democratizaron el estado; llevan
también a cabo la vivificación de la antigüedad clásica china. La
madurez de las escuelas de escribas y la invención del papel de fibras
vegetales
impulsaron
y
popularizaron
extraordinariamente
las
producciones escritas. Tal fervor por la antigüedad favoreció la ciencia
filológica: se comentan los textos antiguos y surge la paleografía con el
estudio de los viejos sistemas de escritura; se recogen inscripciones y se
compilan los primeros diccionarios, como el Chuoh-wen, compuesto por
Hiu Cheu con cerca de 10 000 caracteres.
a) Historiografía
El avance en la historiografía se da con el Si-ki de
Se-ma
Ts’ien,
al que se llama padre de la historia. La monumental obra está
compuesta por 130 libros en los que se recogen atentamente noticias e
impresiones referentes no sólo al Imperio —que recorrió prácticamente
íntegro—, sino también a lugares y pueblos extranjeros.
Por otro lado, las instituciones feudales fueron terreno favorable
para la historiografía. Producción esperable en este momento —célebre,
polémica y discutida— es el
Chun-ts’iu
(«Primavera y otoño»), uno de los libros canónicos confucianos y el
único atribuido a Confucio mismo. Se trata de una crónica histórica de
los principales acontecimientos ocurridos entre el 722 y el 484 a. C. en
el principado de Lu. El libro contiene, entre otros, varios pasajes
interesantes en torno a la música, la cual era considerada por Confucio
factor importante en el arte del gobierno.
b) Filosofía
A caballo entre la exégesis sobre lo anterior y la originalidad, este
período, si bien no alcanza las cimas del anterior, sí ofrece algunas
atribuciones independientes.
I)CONFUCIONISMO. Iang Hiung (53 a. C.-18 d. C.), autor de un comentario
exegético sobre el
I-King
y de su personal
Fa-ien
(«Sentencias sobre leyes») asume una posición intermedia entre el
optimismo y el pesimismo de otros filósofos. Y, así, declara que la
naturaleza humana es una mezcla de bien y mal: «El triunfo del uno o
del otro depende de la educación que se haya recibido». Confuciano
convencido, profetizó la victoria última de la doctrina del maestro.
En otra línea, Wang-Chung, nacido en el 27 y muerto en el 98, se
revela ideológicamente como claramente heterodoxo en sus
Lun-keng
(«Meditaciones críticas»), colección de 83 ensayos sobre los más
variados asuntos. Si bien su punto de partida es estrictamente
confuciano, sus conclusiones últimas se apartan del espíritu de la
doctrina.
Sin embargo, el monumento filosófico más importante del tiempo de
los Han sigue siendo el
Li-ki
, cuarto de los libros confucianos: se trata de un compendio filosófico-
religioso distribuido en 46 libros, que fue durante mucho tiempo norma
de vida entre los chinos de distintas clases sociales.
II)TAOÍSMO. El taoísmo, que bajo los primeros
Ts’in,
enemigos del confucionismo, fue proclamado religión del Estado, cae
bajo los Han en condición de inferioridad, perdiendo progresivamente
su carácter de doctrina mística y filosófica para llegar a ser, bajo el
monopolio de los «fangs-chi» (magos, encantadores), la religión de las
clases humildes. Por sus prácticas de ocultismo se consideró como una
secta mágica, conformación a la que contribuyeron en gran medida los
influjos de las ideas indias, especialmente del budismo.
Así, en el campo de la escuela taoísta sobresale Liu Ngan (muerto
sobre el año 122), en cuyos escritos aparecen claras influencias indias y
la degeneración del taoísmo en creencia supersticiosa.
Tampoco hay que olvidar las peregrinaciones que a partir del siglo IV
realizaron monjes chinos a la India, en una clara prueba del interés que
sus ideas suscitaban en determinados aspectos religiosos y filosóficos: en
el año 399 parte
Fah-hien
para procurarse una edición canónica del budismo; de su viaje dejó una
relación titulada Memorias de los reinos budistas, muy interesante para el
conocimiento de la India medieval.
c) Poesía
En el campo de la poesía, el influjo de las elegías de
Ts’u
duró algún tiempo. Wu-ti compone lo mismo himnos sagrados para las
ceremonias anuales que poemas amorosos. Mei-Cheng, muerto en el año
140 a. C., es considerado el mejor poeta de los primeros Han.
Ofrecen ahora especial interés las poetisas. La princesa
Si-Kiun,
que llegó a ser esposa de un príncipe bárbaro, expresa la tristeza del
exilio en algunas de sus elegías, una de las cuales —«La elegía de la
grulla»— está dirigida a
Wu-ti.
La cortesana Pan Tsieh-iu, predilecta del emperador
Cheg-Ti,
también es autora de algunas composiciones poéticas.

También podría gustarte