Resumen Ciencias Antropológicas según Garreta
La Antropología es el conjunto de disciplinas científicas dedicadas al estudio del origen,
características y el desarrollo del ser humano tanto en lo biológico como en lo cultural.
Mismidad: construcción y conservación de lo tradicional y la memoria individual y colectiva del
“yo” o “nosotros”.
Otredad/alteridad: resulta del proceso de relación con otros hombres que difieren en su
formación de identidad o aspectos físicos respecto del “nosotros”.
La idea de otredad en sus inicios se planteaba dentro de la polis, en Grecia, donde los “otros”
eran los incivilizados o bárbaros bajo mandato de un rey, y la gente civilizada era aquella que
vivía bajo el reino de la ley.
Hacia el siglo XVII se plantea dos mundos oponibles donde uno se lo toma como civilizado y
reservado para el historiador, y otro mundo no-civilizado librado a la investigación etnológica.
Así, se presenta la posibilidad de comparar el salvaje y el civilizado, donde el primero puede
esperar algún día pensar como un civilizado y el segundo puede ponerse en el lugar del salvaje
y pensar como él.
En el siglo XIX aparece la necesidad de obtener información para la elaboración hipotética de
la historia de la humanidad en un deseo de descubrir el origen de todas las cosas a partir de las
comunidades primitivas. Así, la arqueología aparece en escena, como una disciplina orientada
al comportamiento humano que ya no existe, que pertenece al pasado y mayormente se
compone de restos materiales.
La antropología biológica intenta describir la distribución de los caracteres hereditarios entre
poblaciones.
La etnografía se centra en la descripción de las culturas no occidentales durante el origen de la
Antropología en el siglo XVIII; por lo otro lado, la etnología refiere al estudio de las modalidades
de los grupos que caracterizan la especie humana a fin de reconstruir una historia cultural de la
humanidad incluyendo todas las formas de agrupamiento.
Constructores de la otredad: Introducción
Es necesario tener en cuenta, en primer lugar, el contexto histórico y social en el cual se
desarrolló la Antropología. En segundo lugar, ni el objeto de la Antropología ni su técnica han
sido los mismos a lo largo del tiempo o el espacio que se desarrolló. Sin embargo, pueden
distinguirse tres momentos constitutivos de la Antropología: El primero surge a fines del siglo
XIX, donde la Antropología se constituyó como ciencia y la teoría que logró dominar el discurso
antropológico fue el evolucionismo. El segundo momento fue el que se desarrolló entre las dos
guerras mundiales, caracterizado por la aparición de una “diversidad” de teorías que tuvieron
en común el intento de explicar la diversidad cultural. Y el tercer momento, que comienza
luego de la Segunda Guerra Mundial, en el cual las teorías anteriores todavía siguen siendo
dominantes, pero aparecen las “otras” Antropologías, las “no occidentales” que plantean
teorías alternativas sobre la otredad cultural.
1) Fines del siglo XIX: la Antropología se formalizaba como ciencia y el contexto del
mundo giraba en torno a los cambios europeos y la expansión de Occidente. La
revolución industrial generó diferencias sociales en distintas partes de la sociedad,
especialmente referido a lo cultural. Los europeos buscarían responder al por qué de
las diferencias con los hombres y la cultura de Occidente, tomando como teoría
científica principal al evolucionismo. La teoría de la evolución se basó en el método de
“comparar” y con un objeto principal de estudio: el hombre. Este objeto era concebido
con una particularidad: su dualidad; el hombre era tanto cuerpo como espíritu, donde
el cuerpo pertenecía a la naturaleza, mientras que el “espíritu” pertenecía al mundo de
la cultura. Siguiendo esta dualidad, la Antropología se constituyó en dos ramas: la
Antropología física y la antropología cultural. Así, las diferencias entre los hombres
fueron pensadas por estos evolucionistas como “diferencias” culturales.
2) Entre las dos guerras mundiales: caracterizado por “un cierre de las fronteras
nacionales” y la consolidación de la presencia europea en sus colonias. Las principales
naciones elaboraron teorías científicas alternativas, pero todas criticaron al
evolucionismo, tanto a la técnica (incluyendo como nuevo método de constatación de la
información el trabajo de campo) como al método comparativo, que tomaba como
referente a la sociedad “occidental”. Así, la teoría científica del evolucionismo sería
desplazada por el relativismo, que implicaba la imposibilidad de comparar las culturas
porque cada una cuenta con una configuración distinta, haciendo que cada escuela
nacional elaborara sus propias “teorías relativistas”.
De esta manera, frente a la diversidad de teorías respecto de las diferencias culturales,
surge una separación entre Antropología Social y Antropología Cultural. La primera se
centrará en la forma de organización del hombre, mientras que la segunda lo hará en la
manera que viven y piensan sus vidas y el mundo.
3) Después de la Segunda Guerra: hacia la década del ’50 se dan dos
transformaciones: por un lado, de las sociedades “primitivas” en un aspecto físico, por
la desaparición cuantitativa de sus miembros, y en un aspecto cualitativo, por la
desaparición cultural a causa de la presión de Occidente; y, por otro lado, la
modificación de las prácticas de los antropólogos.
La antropología, en este contexto, buscaría estudiar aquellas culturas que se
consideraban “primitivas” antes de que desaparecieran por completo. En este sentido,
Claude Lévi-Strauss, sostendría la necesidad de partir de las “partículas y fragmentos
de restos que aún se pueden reunir”.
Lévi-Strauss plantea tres niveles del quehacer antropológico:
Un primer nivel donde el antropólogo pretende “aislar y describir los modelos
que un pueblo usa para interpretar sus experiencias” (etnografía).
Un segundo nivel donde el antropólogo compara el contenido y la organización
de los sistemas culturales para explicar la diversidad cultural (etnología)
Un tercer nivel, el de la Antropología estructural, en el cual el antropólogo llega,
construyendo modelos formales a los axiomas básicos, a las estructuras
constantes y comunes a todas las culturas. (preguntar sobre esto)
Los antropólogos que buscaban la respuesta a las causas de las transformaciones
culturales se encontraron con que la respuesta yacía en la colonización, caracterizada
por la dominación de un pueblo sobre otro y dejando en evidencia la desigualdad
cultural.
Frente a dicha desigualdad, el marxismo se presentaba como la teoría que permitía dar
una explicación a dicho contexto. La mirada antropológica se fragmentó como resultado
de las discusiones entre antropólogos para explicar las diferencias de la sociedad
occidental respecto de otras sociedades, y el antropólogo se especializó en los
problemas que toda sociedad o cultura presentaban, cayendo en su interpretación qué
se presentaba como el “otro” u “objeto”, construyendo su propia distinción. Así, el
“extrañamiento” se introdujo como recurso metodológico y como punto de partida
necesario de toda investigación antropológica.
El sentido común y la Cultura
El sentido común aparece como un criterio que es “lógico” y reconocido como normal o
aceptable dentro de una determinada sociedad, pero esto presenta problemas en la
construcción de un conocimiento científico.
La antropología en este sentido encuentra una dificultad dada al momento de explicar
lo desconocido de manera objetiva y no desde nuestra propias valoraciones o
conocimientos previos.
El sentido común es un razonamiento elaborado a base de observaciones que creemos
comunes y suponemos obvias, y ayuda a responder a la necesidad de “saber cómo” y
“saber qué” en la vida cotidiana, por lo que el sentido común forma parte de la “cultura”,
con la cual interactuamos desde que nacemos.
Mediante la antropología se puede aprender a discriminar los comportamientos
naturales de los culturales, a valorar las similitudes y las diferencias, para lo cual hay
que sospechar de las percepciones obvias generadas por el sentido común a modo de
prejuicio.