Aparato respiratorio:
Las células utilizan oxígeno (O2) continuamente para las reacciones metabólicas que liberan
energía de las moléculas de los nutrientes y producen adenosintrifosfato (ATP). En forma
simultánea, estas reacciones liberan dióxido de carbono (CO2).
Como la acumulación de una cantidad excesiva de CO2 produce una acidez que puede ser
tóxica para las células, el exceso debe eliminarse rápida y eficientemente.
Los aparatos cardiovascular y respiratorio cooperan para proveer O2 y eliminar CO2. El
aparato respiratorio se encarga del intercambio de gases, que consiste en la captación de O2 y
la eliminación de CO2, y el cardiovascular transporta la sangre que contiene estos gases, entre
los pulmones y las células del cuerpo. La falla de cualquiera de los dos altera la homeostasis y
causa la muerte celular rápida por falta de oxígeno y acumulación de productos de desecho.
Además de intervenir en el intercambio gaseoso, el aparato respiratorio también participa en la
regulación del pH sanguíneo, contiene receptores para el sentido del olfato, filtra el aire
inspirado, origina sonidos y se deshace de parte del agua y el calor corporal a través del aire
espirado.
● Anatomía del aparato respiratorio:
El aparato respiratorio está compuesto por la nariz, la faringe (garganta), la laringe (caja de
resonancia u órgano de la voz), la tráquea, los bronquios y los pulmones.
Sus partes se pueden clasificar de acuerdo con su estructura o su función. Según su
estructura, el aparato respiratorio consta de dos porciones: 1) el aparato respiratorio superior,
que incluye la nariz, cavidad nasal, la faringe y las estructuras asociadas y 2) el aparato
respiratorio inferior, que incluye la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones.
De acuerdo con su función, el aparato respiratorio también puede dividirse en dos partes: 1) la
zona de conducción, compuesta por una serie de cavidades y tubos interconectados, tanto
fuera como dentro de los pulmones (nariz, cavidad nasal, faringe, laringe, tráquea, bronquios,
bronquiolos y bronquiolos terminales), que filtran, calientan y humidifican el aire y lo conducen
hacia los pulmones y 2) la zona respiratoria, constituida por tubos y tejidos dentro de los
pulmones responsables del intercambio gaseoso (bronquiolos respiratorios, conductos
alveolares, sacos alveolares y alvéolos), donde se produce el intercambio de gases entre el
aire y la sangre.
-Nariz: La nariz es un órgano especializado localizado en la entrada del aparato respiratorio,
que puede dividirse en una porción externa y una interna denominada cavidad nasal. La
porción externa es la parte de la nariz visible en la cara y consiste en un armazón de
soporte óseo y de cartílago cubierto por músculo y piel, revestido por una mucosa.
En la parte inferior de la nariz hay dos aberturas llamadas narinas u orificios nasales.
Las estructuras internas de la porción externa de la nariz cumplen tres funciones: 1)
calentamiento, humidificación, y filtración del aire inhalado, 2) detección del estímulo olfatorio, y
3) modificación de las vibraciones vocales a medida que pasan a través de las cámaras de
resonancia, que son huecas y poseen gran tamaño. La resonancia es la prolongación, la
amplificación o la modificación de un sonido mediante vibración.
La porción interna de la nariz o cavidad nasal es un gran espacio en la región anterior del
cráneo, ubicado en posición inferior con respecto al hueso nasal y superior en relación con la
cavidad bucal; está revestida por músculo y mucosa. En su parte anterior, la cavidad nasal
se continúa con la porción externa de la nariz y en su parte posterior se comunica con la
faringe, a través de dos aberturas llamadas narinas internas o coanas.
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Los conductos de los senos paranasales, que drenan moco, y los conductos nasolagrimales,
que transportan las
lágrimas, también
desembocan en la
cavidad nasal.
(Imagen: senos paranasales.
Cavidades presentes
en algunos huesos craneales
y faciales cubiertas por
mucosa,que comunican con
las fosas nasales.
Función:calentar y humedecer
el aire aspirado, secretar
moco, servir de caja de
resonancia de la voz y
expulsar o desechar cuerpos
extraños que penetran en la
inhalación).
La porción anterior de la cavidad nasal por dentro de las fosas nasales se denomina vestíbulo y
está rodeada de cartílago, mientras que la parte superior de dicha cavidad está rodeada por
hueso. Una estructura vertical, el tabique nasal, divide la cavidad nasal en los lados derecho e
izquierdo. La porción anterior del tabique está constituida sobre todo por cartílago hialino, y el
resto está formado por el vómer, la
lámina perpendicular del etmoides,
el maxilar y los
huesos palatinos.
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Hueso palatino
Cuando el aire ingresa en las fosas nasales, primero pasa a través del vestíbulo, cubierto por
piel provista de pelos gruesos que filtran las partículas grandes de polvo. De cada pared lateral
de la cavidad nasal se extienden tres estructuras escalonadas formadas por proyecciones
de los cornetes nasales superior, media e inferior.
A medida que el aire inhalado transcurre a través de los cornetes, se calienta gracias a la
acción de la sangre en los capilares. El moco secretado por las células caliciformes humedece
el aire y atrapa las partículas de polvo. Las lágrimas que recorren los conductos nasolagrimales
también ayudan a humedecer el aire, a lo que muchas veces contribuyen las secreciones de
los senos paranasales. Los cilios desplazan el moco y las partículas de polvo atrapadas hacia
la faringe, donde pueden deglutirse o escupirse, lo que permite expulsarlos de las vías
respiratorias. Los receptores olfatorios (y otras células de soporte), se localizan en la región
respiratoria, que se encuentra cerca del cornete nasal superior y el tabique adyacente. Estas
células constituyen el epitelio olfatorio.
-Faringe: La faringe, o garganta, es un conducto en forma de embudo de alrededor
de 13 cm de longitud que comienza en las narinas internas y se extiende hasta el nivel del
cartílago cricoides, que es el más inferior de la laringe (caja de resonancia). La faringe funciona
como vía para el pasaje del aire y los alimentos, actúa como caja de resonancia para emitir los
sonidos del habla y alberga las amígdalas, que participan en las reacciones inmunológicas
contra los agentes extraños.
La faringe puede dividirse en tres regiones anatómicas: 1) la nasofaringe, 2) la bucofaringe y 3)
la laringofaringe. La porción superior de la faringe, llamada nasofaringe, se encuentra
detrás de la cavidad nasal y se extiende hasta el paladar blando. La nasofaringe recibe el aire
de la cavidad nasal a través de las fosas nasales, junto con grumos de moco cargados de
polvo. La porción intermedia de la faringe, la bucofaringe, se encuentra por detrás de la cavidad
bucal y se extiende desde el paladar blando, en la parte inferior, hasta el nivel del hueso
hioides. Esta porción de la faringe ejerce tanto funciones respiratorias como digestivas y
representa un pasaje compartido por el aire, los alimentos y los líquidos.
La porción inferior de la faringe, la laringofaringe, comienza a nivel del hueso hioides. En su
extremo inferior, se comunica con el esófago (parte del tubo digestivo) y a través de su región
anterior con la laringe. Al igual que la bucofaringe, la laringofaringe constituye el pasaje
compartido, tanto por la vía respiratoria como por el tubo digestivo.
-Laringe: La laringe o caja de resonancia es un conducto corto que conecta la laringofaringe
con la tráquea. Se encuentra en la línea media del cuello, por delante del esófago.
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La pared de la laringe está compuesta por nueve piezas cartilaginosas, tres impares (cartílago
tiroides, epiglotis y cartílago cricoides) y tres pares (cartílagos aritenoides, cuneiformes y
corniculados). De los cartílagos pares, los aritenoides son los más importantes
porque influyen en los cambios de posición y tensión de los pliegues vocales (cuerdas vocales
verdaderas, que participan en el habla).
El cartílago tiroides (nuez de Adán) consta de dos láminas fusionadas de cartílago hialino, que
forman la pared anterior de la laringe y le confieren una forma triangular. Está presente tanto en
los hombres como en las mujeres, pero suele ser más grande en los hombres por la influencia
de las hormonas sexuales masculinas, durante la pubertad.
La epiglotis es un fragmento grande de cartílago elástico en forma de hoja. Durante la
deglución, la faringe y la laringe ascienden. La elevación de la faringe la ensancha para recibir
el alimento o la bebida, y la elevación de la laringe desciende la epiglotis, que cubre a la glotis
como una tapa y la cierra. La glotis consiste en un par de pliegues de mucosa, los pliegues
vocales (cuerdas vocales verdaderas) en la laringe.
El cierre de la laringe, durante la deglución, dirige los líquidos y el alimento hacia el esófago y
los mantiene fuera de la laringe y de las vías aéreas. Cuando pequeñas partículas de polvo,
humo, comida o líquidos pasan a la laringe, se desencadena un reflejo tusígeno, que en
general logra expulsar el materia.
El cartílago cricoides es el reparo anatómico para crear una vía aérea de emergencia llamada
traqueotomía.
-Estructuras que producen la voz:
La mucosa de la laringe forma dos pares de pliegues: un par superior representado por los
pliegues vestibulares (cuerdas vocales falsas), y un par inferior compuesto por los pliegues
vocales (cuerdas vocales verdaderas). Los pliegues vocales son las principales estructuras
para la fonación (generación de la voz).
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Debajo de la mucosa de dichos pliegues, se encuentran bandas de ligamentos elásticos
estirados entre los cartílagos rígidos de la laringe, como las cuerdas de una guitarra. Los
músculos intrínsecos de la laringe se insertan tanto en los cartílagos rígidos como en los
pliegues vocales. Cuando los músculos se contraen tensan los ligamentos elásticos y estiran
las cuerdas vocales fuera de la vía aérea, de manera que la rima glótica se estrecha. La
contracción y la relajación de los músculos varían la tensión sobre los pliegues vocales,
como cuando se afloja o se tensa la cuerda de una guitarra. El pasaje del aire a través de la
laringe hace vibrar los pliegues y produce sonidos (fonación), al formar ondas sonoras en la
columna de aire que recorre la faringe, la nariz y la boca. Las diferencias en el tono del
sonido dependen de la tensión que soportan los pliegues vocales.
Cuanto mayor es la presión del aire, más fuerte es el sonido producido por la vibración de estos
pliegues. La tensión que soportan los pliegues vocales controla el tono del sonido.
Cuando los músculos tensan los pliegues, éstos vibran más rápido y producen un tono más
alto. La disminución de la tensión muscular sobre los pliegues vocales hace que vibren con
mayor lentitud y produzcan sonidos con un tono más bajo. Como resultado de la influencia de
los andrógenos (hormonas sexuales masculinas), los pliegues vocales suelen ser más gruesos
y más largos en los hombres que en las mujeres, lo que hace que vibren con mayor lentitud.
Esta es la razón por la cual la voz del hombre tiene tonos más graves que la de la mujer.
El sonido se origina por la vibración de los pliegues vocales, pero se requieren otras estructuras
para convertir el sonido en un lenguaje reconocible. La faringe, la boca, la cavidad nasal y los
senos paranasales actúan como cámaras de resonancia que le dan a la voz su calidad
humana e individual. Los sonidos de las vocales se generan a través de la contracción y la
relajación de los músculos de la pared de la faringe. Los músculos de la cara, la lengua y los
labios ayudan a pronunciar las palabras.
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-Tráquea: La tráquea es un conducto aéreo tubular, que mide aproximadamente 12 cm de
longitud. Se localiza por delante del esófago y se divide en los bronquios principales derecho e
izquierdo. Tiene entre 16 y 20 anillos horizontales incompletos de cartílago hialino, cuya
disposición se parece a la letra C; se encuentran apilados unos sobre otros y se mantienen
unidos por medio del tejido conectivo denso. Pueden palparse a través de la piel, por debajo de
la laringe. La porción abierta de cada anillo cartilaginoso está orientada en dirección posterior
hacia al esófago.
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-Bronquios: la tráquea se bifurca en un bronquio principal derecho, que se dirige hacia el
pulmón derecho, y un bronquio principal izquierdo, que va hacia el pulmón izquierdo. El
bronquio principal derecho es más vertical, más corto y más ancho que el izquierdo. Como
resultado, un objeto aspirado tiene más probabilidades de aspirarse y alojarse en el bronquio
principal derecho que en el izquierdo. Al igual que la tráquea, los bronquios principales tienen
anillos cartilaginosos incompletos.
Al ingresar en los pulmones, los bronquios principales se dividen para formar bronquios más
pequeños, los bronquios lobares (secundarios), uno para cada lóbulo del pulmón. (El pulmón
derecho tiene tres lóbulos, y el pulmón izquierdo, dos.) Los bronquios lobares siguen
ramificándose y originan bronquios aún más pequeños, los bronquios segmentarios (terciarios),
que se dividen en bronquiolos. Los bronquiolos se ramifican varias veces y los más pequeños
se dividen en conductos aún más pequeños, denominados bronquiolos terminales.
Los bronquiolos terminales representan el final de la zona de conducción del aparato
respiratorio. Esta ramificación extensa a partir de la tráquea, a través de los bronquiolos
respiratorios, se asemeja a un árbol invertido y suele denominarse árbol bronquial.
-Pulmones: Los pulmones (de pulmón, liviano, porque flotan) son órganos pares, de forma
cónica, situados en la cavidad torácica, están separados entre sí por el corazón y otros órganos
del mediastino, estructura que divide la cavidad torácica en dos compartimientos anatómicos
distintos. Por esta razón, si un traumatismo provoca el colapso de un pulmón, el otro puede
permanecer expandido. Dos capas de serosa, que constituyen la membrana pleural (pleura-,
lado), encierran y protegen a cada pulmón.
Los pulmones se extienden desde el diafragma hasta un sitio superior a las clavículas y están
limitados por las costillas en sus caras anterior y posterior.
Dado el espacio ocupado por el corazón, el pulmón izquierdo es un 10% más pequeño
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que el derecho. A pesar de que el pulmón derecho es más grueso y más ancho, también es un
poco más corto que el izquierdo porque el diafragma es más alto del lado derecho, para dar
espacio al hígado, que se encuentra por debajo.
Los bronquiolos terminales se subdividen en ramas microscópicas llamadas bronquiolos
respiratorios y también originan alvéolos (que se describirán en breve) que se evaginan de sus
paredes. Los alvéolos participan en el intercambio de gases, por lo que se considera que los
bronquiolos respiratorios comienzan la zona respiratoria.
-Alvéolos: Alrededor de los conductos alveolares hay numerosos alvéolos y sacos alveolares.
Un alvéolo es una evaginación con forma de divertículo revestida por epitelio pavimentoso
simple.
-Ventilación pulmonar:
El proceso de intercambio gaseoso en el cuerpo, llamado respiración, tiene tres pasos básicos:
1. La ventilación pulmonar o respiración es la inspiración (flujo hacia adentro) y la espiración
(flujo hacia afuera) de aire, lo que produce el intercambio de aire entre la atmósfera y los
alvéolos pulmonares.
2. La respiración externa (pulmonar) es el intercambio de gases entre la sangre que circula por
los capilares sistémicos y la que circula por los capilares pulmonares, a través de la membrana
respiratoria. Durante este proceso, la sangre capilar pulmonar obtiene O2 y pierde CO2.
3. La respiración interna (tisular) es el intercambio de gases entre la sangre en los capilares
sistémicos y las células tisulares. En este proceso, la sangre pierde O2 y adquiere CO2. Dentro
de las células, las reacciones metabólicas que consumen O2 y liberan CO2 durante la
producción de ATP constituyen la respiración celular.
*Correlaciones clínicas:
-Asma:
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l asma (gr. astma, jadeo) es una enfermedad caracterizada por la inflamación crónica de las
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vías aéreas, hipersensibilidad de dichas vías a diversos estímulos y obstrucción de estas
estructuras. Esta enfermedad puede revertirse al menos parcialmente, ya sea de manera
espontánea o con tratamiento. El asma afecta al 3-5% de la población estadounidense
y es más frecuente en los niños que en los adultos. La obstrucción de las vías aéreas puede
deberse a espasmos (*contracciones involuntarias del músculo* ) del músculo liso en las
paredes de los bronquios más pequeños y los bronquiolos, edema (*acumulación de líquido en
el espacio extracelular o intersticial, además de las cavidades del organismo*) de la mucosa de
las vías aéreas, aumento de la secreción de moco, daño del epitelio de la vía aérea o una
combinación de estos factores. Los pacientes asmáticos reaccionan a concentraciones de
agentes demasiado bajas como para causar síntomas en las personas que no sufren la
enfermedad. En ocasiones el desencadenante es un alérgeno como el polen, el polvo
doméstico, el moho o un alimento en particular. Otros disparadores comunes de las crisis
asmáticas son la depresión emocional, la aspirina, los sulfitos (utilizados en el vino y la cerveza,
y para conservar los vegetales frescos en las ensaladas), el ejercicio y la inspiración de aire frío
o humo de cigarrillo. En la fase temprana (aguda) de la respuesta, el espasmo del músculo liso
se asocia con una secreción excesiva de moco, que podría obstruir los bronquios y los
bronquiolos y exacerbar la crisis. La fase tardía (crónica) de respuesta se caracteriza por
inflamación, fibrosis, edema y necrosis (muerte) de las células epiteliales bronquiales.
Los síntomas consisten en dificultad respiratoria, tos, sibilancias, opresión torácica, taquicardia,
cansancio, piel húmeda y ansiedad. La crisis aguda se trata con un agonista beta2-adrenérgico
por vía inhalatoria (albuterol) para relajar el músculo liso de los bronquiolos y abrir las vías
aéreas. Este fármaco simula el efecto de la estimulación simpática, es decir que causa
broncodilatación.
-Enfisema:
El enfisema es un trastorno caracterizado por la destrucción de las paredes de los alvéolos, lo
que produce espacios aéreos anormalmente grandes que permanecen llenos de aire durante la
espiración. Debido a la disminución de la superficie para el intercambio gaseoso, se reduce
la difusión de O2 a través de la membrana respiratoria dañada. El nivel sanguíneo de O2 está
algo disminuido, y cualquier ejercicio liviano que eleve los requerimientos de O2 de las células
deja al paciente sin aliento. A medida que aumenta el número de paredes alveolares dañadas,
la retracción elástica del pulmón se reduce por la pérdida de fibras elásticas, y una cantidad
creciente de aire queda atrapada en los pulmones al final de la espiración. Al cabo de varios
años, el esfuerzo inspiratorio adicional incrementa el tamaño de la caja torácica, lo que
produce un tórax “en tonel”.
El enfisema suele ser el resultado de una irritación crónica; el humo del cigarrillo, la
contaminación ambiental y la exposición ocupacional al polvo industrial son los irritantes más
comunes. El tratamiento consiste en dejar de fumar, eliminar otros irritantes ambientales,
indicar entrenamiento físico bajo supervisión médica cuidadosa y ejercicios respiratorios,
administrar broncodilatadores y oxigenoterapia.
-Bronquitis crónica:
La bronquitis crónica es un trastorno caracterizado por la secreción excesiva de moco en los
bronquios, asociada con tos productiva (con expulsión de esputo) al menos durante 3 meses al
año por dos años consecutivos. El cigarrillo es la causa principal de la bronquitis crónica.
Los irritantes inhalados producen inflamación crónica, con aumento del tamaño y el número de
las glándulas mucosas y las células caliciformes en el epitelio de la vía aérea. El moco espeso
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y abundante obstruye la vía aérea y perjudica la función ciliar. De este modo, los
microorganismos patógenos inhalados se alojan en las secreciones aéreas y se multiplican
rápidamente. Además de tos productiva, los síntomas de la bronquitis crónica son disnea
(*dificultad para respirar* ), sibilancias, cianosis ( *Color azulado o grisáceo de la piel, las uñas, los
labios o alrededor de los ojos*) e hipertensión pulmonar (* presión arterial alta en las arterias de los
pulmones. Se produce por vasos sanguíneos que se estrechan, bloquean o destruyen* ). El
tratamiento de la bronquitis crónica es similar al del enfisema.
-Neumonía:
La neumonía es una infección o una inflamación aguda de los alvéolos y se considera la causa
infecciosa de muerte más común en los Estados Unidos, donde se producen unos 4 millones
de casos por año. Cuando ciertos microorganismos ingresan en los pulmones de individuos
susceptibles, liberan toxinas que estimulan la inflamación y respuestas inmunitarias que
producen efectos colaterales nocivos. Las toxinas y la respuesta inmunitaria lesionan los
alvéolos y las membranas mucosas bronquiales; la inflamación y el edema hacen que los
alvéolos se llenen de líquido, lo que interfiere en la ventilación y el intercambio gaseoso.
La causa más frecuente de neumonía es la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo),
aunque otros microorganismos también pueden provocarla. Los pacientes más propensos a
desarrollar neumonía son los ancianos, los lactantes, los inmunodeprimidos (que presentan
sida o cáncer, y aquellos medicados con inmunosupresores), los fumadores y las personas con
enfermedad pulmonar obstructiva. La mayoría de los casos de neumonía se presenta después
de una infección respiratoria alta, que a menudo es viral. Luego, aparecen fiebre, escalofríos,
tos productiva o seca, malestar general, dolor torácico y a veces disnea (dificultad para
respirar) y hemoptisis (sangre en el esputo).
-Tuberculosis:
La bacteria Mycobacterium tuberculosis produce una enfermedad infectocontagiosa llamada
tuberculosis (TBC), que afecta más a menudo a los pulmones y la pleura, pero que puede
comprometer otras partes del cuerpo. Una vez que las bacterias se hallan en el interior de
los pulmones, se multiplican y producen inflamación, lo que estimula los neutrófilos y los
macrófagos para que migren al área y fagociten los microorganismos con el fin de evitar su
diseminación. Si el sistema inmunitario no está comprometido, las bacterias permanecen en
estado latente durante el resto de la vida, pero el deterioro inmunitario puede permitir que las
bacterias pasen a la sangre y a la linfa para infectar otros órganos. En muchos pacientes, los
síntomas (cansancio, pérdida de peso, letargo, anorexia, febrícula, sudoración nocturna, tos,
disnea, dolor torácico y hemoptisis) no se presentan hasta que la enfermedad se encuentra en
un estadio avanzado. Durante los últimos años, la incidencia de tuberculosis aumentó en
forma significativa en los Estados Unidos. Quizás el factor más importante, en relación con este
aumento, sea la diseminación del virus de la inmunodeficiencia humana (HIV). Los infectados
por HIV son más propensos a desarrollar tuberculosis porque su sistema inmunitario está
dañado. Entre los otros factores que contribuyeron al incremento del número de casos se
pueden mencionar la falta de hogar (personas que viven en la calle), el aumento de la
drogadicción, la inmigración desde países con alta prevalencia de tuberculosis, el hacinamiento
en hogares pobres y la transmisión aerógena de tuberculosis en cárceles y asilos.
Asimismo, en los últimos años surgieron cepas bacterianas de M. tuberculosis con
multirresistencia a los fármacos porque los pacientes no completan el esquema antibiótico y
otros regímenes de tratamiento.
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