EL PASO DEL MITO AL LOGOS: COMIENZO HISTÓRICO DE LA FILOSOFÍA
Dijimos que la filosofía es el buscar respuestas para aquellas cuestiones que son ineludibles por ser propias de la
existencia del ser humano, cuestiones problemáticas o que nos importan a todos los humanos. Entones, ¿la filosofía existe
desde que existe el hombre, es tan antigua como el hombre mismo? No,
la filosofía como intento sistemático y racional de responder a las grandes
preguntas formuladas por los humanos, tuvo sus comienzos hace unos
dos mil quinientos años (en el S. VI a.C) en la Antigua Grecia.
¿Y antes? ¿No se hacían los hombres esas grandes preguntas?
¿No se preguntaban por sus vivencias, por la naturaleza? Sí, pero les
daban respuesta no desde la filosofía sino desde el MITO.
¿Qué es un mito? Es un relato fantástico que buscar dar
explicación a la realidad o a un aspecto de ella recurriendo a la
imaginación y personificando las causas últimas de las cosas.
a. El mito busca dar explicación: por eso se diferencia de la
leyenda que es un relato fantástico que busca entretener, y las fábulas
que quieren dejar una enseñanza moral en sus letras. El mito intenta dar
razón, busca la causa de algo, explica el por qué sucede tal o cual cosa.
b. Recurre a la imaginación: por eso se diferencia del
pensamiento filosófico que recurre a la razón. Imaginar es representar
idealmente algo, inventarlo, crearlo en la imaginación.
c. El mito personifica las causas últimas: en los mitos el último
por qué, la causa última de las cosas son seres con características
propias de un ser humanos, seres que poseen inteligencia, libertad y
sentimientos. Son seres antropomorfos (cuerpo de hombre en griego).
El hombre antiguo necesitado de explicaciones, en un mundo
plagado de interrogantes buscó a través del mito algunas “respuestas”.
De esta manera, reflexionó o se cuestionó sobre la realidad en la que
vivía, divinizando las grandes fuerzas y los mayores seres de la naturaleza, dándoles figuras humanas y representando sus
relaciones sobre el tipo de las que aparecen entre los humanos en su vida social: uniones y generaciones entre dioses, luchas
y contrastes de amor y de odio, jerarquías, gobiernos, leyes, etc.
Para estos hombres de la antigüedad, rudimentarios en su civilización, en su escaso dominio del conocimiento, los
mitos presentaban principalmente un repertorio de relatos acerca de los orígenes de la realidad misma: del mundo, de la
humanidad, de los males, de los bienes, de las actividades humanas, de los sentimientos más humanos, de las sociedades,
etc. Para la humanidad “saber” el modo en que algo había llegado a ser, a existir implicaba seguridad, poder frente a un
mundo aún desconocido. Porque los mitos al dar una respuesta a las grandes cuestiones de la vida humana, le daban sentido
al mundo, a la propia existencia y a la vida de cada ser en el planeta.
Esto es algo que nos pasa a todos/as, ¿no es lo mismo de lo que venimos hablando desde principio de nuestras
clases? ¿Acaso las preguntas que nos hacemos en algún momento de nuestras vidas no son un intento de explicar o entender
al menos un poquito la realidad en la que vivimos y a nosotros/as mismos? ¡¡¡Claro que sí!!! El hombre antiguo no sólo se
preguntó por todas estas cosas, es algo que tenemos impresos todos los/as humanos, esta necesidad de saber, de conocer,
y para eso no hace falta estudiar mil libros, sino que es parte de nuestra esencia, la búsqueda de un camino que me lleve a
saber quién realmente soy y quién quiero ser.
Hubo un momento histórico en el que el hombre fue desechando progresivamente todas aquellas explicaciones
míticas (fue dudando de ellas) y comenzó a buscar respuestas más allá de las que poseía, ya que éstas respuestas no podían
ya dar una explicación profunda del porqué de las cosas, el mito se agotaba como explicación del mundo.
Los griegos fundaron una serie de ciudades-estado (polis) en Grecia y en las colonias griegas del sur de Italia. En
estos lugares los esclavos hacían todo el trabajo físico, y los ciudadanos libres podían dedicar su tiempo a la política y a la
vida cultural. Fue así que en esos ambientes urbanos, evolucionó el modo de pensar de la población. Un solo individuo podía
por cuenta propia, plantear cuestiones sobre cómo debería organizarse la sociedad, qué acciones eran buenas y malas, cómo
deberían actuar los hombres frente a los problemas, etc. De esta manera el individuo también podía hacerse preguntas
filosóficas sin tener que recurrir a los viejos mitos heredados, brindado así la posibilidad de pensar y reflexionar sobre las
cosas libremente. Generándose de esta forma una evolución del pensamiento: de las explicaciones míticas, fantasiosas el
ser humano comenzó a razonar, basándose no ya en los viejos dioses
y criaturas sobrenaturales, sino en su experiencia y razonamiento Es así
como nace la filosofía, casi accidentalmente, sin ser pensada realmente.
El filósofo se encontrará con las mismas problemáticas que los autores
de los mitos (los poetas), pero el enfoque que la filosofía adopta es
distinto al de la mitología, ya que el enfoque mitológico es
IMAGINATIVO y el filosófico es RACIONAL.
Por eso se dice que en Grecia en el Siglo VI a.C se produce el
“paso del mito al LOGOS” (en griego significa razón, conocimiento,
entendimiento). Y de este paso surgen tanto la filosofía como la ciencia,
ya que ambas buscan conocer mediante la razón.
¿¡Esto significa que sólo los griegos eran filósofos?! No, por
supuesto. Se considera que la filosofía tiene su inicio allí para el
pensamiento occidental y/o europeo. Pero esto no significa que otros
pueblos antiguos (como ya lo vamos a ver) no hayan practicado la
filosofía. Recordemos que la filosofía la practicamos todos/as, no
pertenece a una casta social determinada, ni a intelectuales
académicos, sino que es una práctica o un modo de vida que es
intrínseco a la naturaleza humana, a su deseo por saber y conocer las
cosas
