EL PODER DE LA GENEROSIDAD.
Proverbios 10:4 (DHH): Poco trabajo, pobreza; mucho trabajo, riqueza.
Proverbios 12:24 (DHH): El que trabaja, dominará; el perezoso será dominado.
Juan 5:17 (RVR60): Y Jesús les respondió: Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.
I.- El trabajo.
Lo primero que debemos tener en claro en el tema de nuestras finanzas es que la
dadivosidad tiene el poder para hacer que lo que queda en tu mano, después de
haberle dado a Dios se multiplique y rinda mucho más de lo que tú esperas.
Pero debemos preguntarnos, ¿qué es lo que Dios va a multiplicar? ¿Cómo vamos a
obtener el dinero para poder ser generosos y de esta manera poder ser prosperados?
La respuesta es: a través del trabajo.
Si, así es, muy contario a lo que se nos ha ensañado a pensar con respecto al trabajo,
este no es una maldición, sino una bendición que Dios nos regaló para que
pudiéramos disfrutar de toda la plenitud que el preparó para nosotros.
El ser humano, pero especialmente los latinos estamos acostumbrados hasta a hacer
canciones en contra del trabajo, pero Dios no piensa así. Para Dios, el trabajo es una
bendición que él nos regala.
Debemos entonces quitar de nuestra mente la cosmovisión negativa del trabajo y
asumir que el trabajo es lo que nos va a meter en la sobreabundancia de Dios.
Trabajo no es solamente empleo.
Empleo es cumplir un horario cumpliendo con distintas funciones que el mismo
empleo nos delimita.
Empleo es solamente el entrenamiento que Dios nos hace para moldear nuestro
carácter y así tener herramientas que podamos aplicar el día que seamos los dueños
de nuestro propio negocio.
Mientras que trabajo, son todas aquellas acciones que llevamos a cabo en nuestra
vida cotidiana para mejorar nuestra calidad de vida, estas la mayoría de las veces son
voluntarias pero nos generan un mayor grado de bienestar.
Por eso cuando aprendemos a ver el empleo como parte del trabajo entendemos que
todo lo que Dios nos pone a hacer es únicamente para nuestra realización personal,
familiar y comunitaria; y esta realización la obtenemos cuando nuestra vida esta
entregada a trabajar para el mayor y mejor de todos los jefes, nuestro Señor
Jesucristo.
Para poder ver el trabajo como la bendición que acabamos de describir es necesario
que entendamos que el trabajo y aun el empleo son espirituales y que Dios está en el
asunto, porque es a través de nuestro trabajo que él mismo nos da el poder para
hacer riquezas y manifestar la sobreabundancia prometida en Malaquías 3:10.
II.- La generosidad.
Ya teniendo claro lo que piensa Dios acerca del trabajo, veamos lo que el mismo Dios
quiere que hagamos con nuestro dinero, en cuanto a sembrar en el reino.
Las siguientes son principios que nos enseña la Biblia para ser aún más bendecidos
económicamente:
1.- El diezmo: es la décima parte de las ganancias de tu trabajo. Esto fue instituido
por Dios desde el principio del mundo. Génesis 14: 18-20.
Abraham le dio los diezmos a Melquisedec. Génesis 14:17-20.
El diezmo es cosa dedicada a Jehová. 2 Crónicas 31: 5.
Diezmo se da por obediencia a la palabra. Los diezmos vendrán a ser una prueba de
obediencia a Dios, de todo lo que Él te da, tú apartarás el diezmo para el Señor, en
amor y obediencia a su mandamiento.
Los diezmos abren los cielos a favor de tu casa y se derrama bendición hasta que
sobreabunde (Malaquías 3:10).
Los diezmos hacen huir al devorador y al destructor financiero, el diezmo es un arma
de guerra contra la escasez y la pobreza. (Malaquías 3:11).
El diezmo hace que tu casa sea un tierra fértil y deseable eso quiere decir que la
semilla, (el dinero) te buscará a ti porque eres una buena tierra, los diezmos harán
que otras familias llamen a la tuya, bendita. (Malaquías 3:12).
2.- La ofrenda: es una acción de gratitud del corazón del hombre para Dios, la acción
de dadivosidad del corazón bendice la ofrenda.
El primer dador fue el mismo Dios. Él nos dio a su Hijo para que nosotros fuésemos
salvos, sanos y liberados del pecado; y de esta manera nos abrió el camino hacia el
dar, desprendiéndonos de lo que más nos gusta: el dinero.
Llevaré hasta tu altar una ofrenda de gratitud, y oraré en tu nombre. En los patios de
tu templo, en el centro de Jerusalén, y en presencia de todo tu pueblo, te cumpliré
mis promesas. ¡Alabemos a nuestro Dios! Salmos 116:17-19
Cuando le das a Dios, Él te lo devuelve multiplicado, en tiempo de crisis el dar a Dios
hará que prosperemos y que nada nos falte.
Que Dios te responda cuando te encuentres en aprietos; que el Dios de Israel te
brinde su protección. Que Dios te envíe su ayuda desde su santuario; que Dios te dé
su apoyo desde Jerusalén. Que Dios se acuerde siempre de todas tus ofrendas, y
reciba con gusto los animales que presentas en su honor. Salmos 20:1-3
3.- Las semillas: Para producir una cosecha debe haber una siembra, cuando tú
quieres provocar una cosecha, cuando tú quieres que Dios conceda una petición,
debes dar una semilla, Ana dio como semilla a su hijo Samuel y cosechó un profeta y
cinco hijos más.
Si tu siembras con abundancia, recogerás una cosecha en abundancia (2ª Corintios
9:6-11), si siembras escasamente así será tu cosecha.
El poder que la semilla desata en tu familia:
• Abundancia y tendrás todo lo suficiente. (vs8)
• Dios siempre te proveerá de semilla y de pan. (vs10)
• La semilla desata multiplicación de semillas y se desata el poder del aumento en
nuestras finanzas. (vs10)
• El poder de la semilla desata riquezas para seguir sembrando e invirtiendo en el
reino. (vs11)
La ley de la siembra y cosecha fue lo que Dios le estableció al hombre para su
sustento en el principio (Génesis 1:29).
4.- Las primicias: Es un acto de sabiduría e inteligencia del hombre, dedicación a Dios
y pacto; porque con esta acción se ratifica que Él nos dio la capacidad de hacer las
riquezas. Deuteronomio 8:18.
La ley de las primicias nos revela que Dios debe ser el primero en nuestras vidas.
Cuando Dios es amado como primero en nuestra casa todo será otorgado (Mateo
6:33).
Por eso debemos apartar lo primero que recibimos en el año como una ofrenda de
primicia, debes ofrendar la primera quincena o primer sueldo de tu trabajo, el primer
fruto de tu cosecha, la primera ganancia de tu negocio, y eso traerá protección y
redención a toda tu casa y a todas tus finanzas.
La ofrenda de primicias del primer mes trae protección en toda tu casa (Éxodo 12:2,
12- 13) ninguna plaga, enfermedad podrá tocar tu casa por el poder de la ofrenda de
primicias.
Cuando honramos a Dios con nuestras primicias se manifestaran las siguientes
bendiciones:
• Serán llenos tus graneros con abundancia. Las primicias activan el poder de la
abundancia en tu casa y familia.
• Serán llenas tus cuentas bancarias, tu cartera, tu nevera, tu casa se llenará de todo
bien con abundancia, la pobreza nunca tocará a tu familia.
• “Tus lagares rebosaran de mosto”, las primicias activan el poder del rebose, la
escases se te transforma en rebose, nunca te quedarás corto en finanzas, corto en
presupuesto, todo te sobrará por causa del poder del rebose.
• Hay consecuencias terribles sobre las familias que conocen este principio y no lo
viven. Ejemplo, la maldición familiar de Acán (Josué 7:21-25). 5).