Tema 06 El Período de Entreguerras (1923-1939)
Los EEUU en los Felices Años 20
Al principio de la Gran Guerra, EEUU mantuvo su tradicional política
aislacionista y se declaró neutral. Como ya hemos dicho, esta situación de
neutralidad le proporcionó importantes beneficios económicos pues EEUU vendió
muchas mercancías a los países europeos. Además tuvo la oportunidad controlar
los mercados extraeuropeos (Colonias de Africa y Asia, Latinoamérica) que hasta
el momento habían estado en manos de británicos, franceses o alemanes.
A lo largo de la guerra, la opinión pública norteamericana, al igual que su
presidente Wilson, mostró simpatías por los aliados y la prensa hizo aparecer a
Alemania como una potencia autoritaria y militarista. Asimismo Wilson denunció
a Alemania por el hundimiento de barcos norteamericanos por los submarinos.
Sin embargo la causa principal de la entrada de EEUU en la guerra en abril de
1917 fueron las deudas de guerra de los aliados que para entonces debían 2.300
millones de dólares a los EEUU. Los empresarios y bancos estadounidenses
entendían que si los aliados perdían la guerra no podrían recuperar dichos
préstamos, por tanto EEUU tenía que intervenir para ganar la guerra a Alemania.
Y de hecho. su intervención inclinó decisivamente la balanza a favor de los
aliados.
Wilson tuvo un gran protagonismo al final de la guerra y en la redacción del
Tratado de Versalles. Como sabemos, una de sus principales aportaciones fue la
creación de la SDN. Sin embargo EEUU no formó parte de ella. Wilson era
demócrata y los republicanos dominaban la Cámara de Representantes y el
Senado. Seguidores del tradicional aislacionismo americano, los republicanos no
rubricaron el Tratado de Versalles y por eso impidieron la entrada de EEUU en la
Sociedad de Naciones. La política exterior norteamericana se desentendió así
nuevamente de Europa y se centró en Latinoamérica y en Asia donde terminaría
chocando con el Imperialismo Japonés.
Los Republicanos dominaron la política estadounidense entre 1920-1932
(presidentes. Harding, Coolidge, Hoover). Se identificaron con la prosperidad
económica entre 1922 y 1929 y con los intereses de las grandes empresas. Este período
estuvo marcado por un fuerte conservadurismo en la política norteamericana:
El gobierno adoptó una política contraria a la expansión del comunismo y el
sindicalismo. Las huelgas de 1919-20 demostraron el dinamismo del sindicalismo
norteamericano tras la guerra pero también acentuaron el rechazo y miedo hacia el
bolchevismo y los anarquistas. Así por ejemplo ocurrió en el caso de Sacco y Vanzetti,
en que dos anarquistas italianos fueron ejecutados en la silla eléctrica por un asesinato
sobre cuya autoría había serias dudas.
Los años 20 estuvieron dominados por un exaltado nacionalismo. Así fue la
época dorada del Ku-Klux-Klan, asociación racista defensora del “norteamericano
anglosajón y protestante”. También se restringió la inmigración (especialmente asiática,
eslava y latina) que se limitó por medio de las Leyes de Cuota (1921, 1924). La
restricción a la inmigración no se debía a problemas demográficos y económicos sino al
deseo de mantener a América “racialmente pura”.
Asimismo se extendió una moral puritana una de cuyas principales
manifestaciones fue la “Ley Seca” que prohibía la venta y consumo de alcohol. La
Ley Seca provocó la aparición de los gangsters y el contrabando en los años 20.
Una vez superada la Crisis de Posguerra y la cuestión de las deudas
interaliadas (recuerda el Plan Dawes- 1924) cambió el ciclo económico y
comenzó el período de la “Prosperity”. Entre 1925-29 aumentaron los salarios por
encima de los precios, y consiguientemente se relanzó el consumo privado. Esto
dio lugar a la era del Consumo de Masas. Las familias norteamericanas se
acostumbraron en los años 20 al consumo de electrodomésticos y automóviles
consiguiendo un alto nivel de vida.
Las ciudades norteamericanas adquirieron entonces su típica fisonomía de
altos rascacielos.
La Era de consumo de Masas dio lugar a un modo de vida desenfadado,
lujoso y despreocupado al cual se denominó los “felices años veinte” o los “locos
años veinte”. Estos años se caracterizaron por un consumo desenfrenado por
encima de las posibilidades (compra a plazos, etc.)
La mujer norteamericana se incorpora masivamente al mercado de trabajo (10
millones en 1930), consigue el derecho al voto en 1920, e inicia su equiparación de
derechos con el hombre. Esta época también se caracteriza por una nueva imagen de la
mujer (la flapper, muchacha liberada de estética y hábitos provocadores para la rígida
moral de la época). El cine, la nueva industria norteamericana se ocupó de propagar esta
nueva imagen de la América de los años veinte. Sin embargo, hay que aclarar que este
modo de vida era propio de las ciudades pero no de la América profunda y rural que
continuaba siendo una sociedad cerrada y tradicional.
La industria norteamericana evolucionó reforzándose la concentración
industrial en forma de grandes monopolios. Así ocurrió en el sector
automovilístico (los grandes consorcios de la Ford, General Motors, Chrysler
dominaron completamente el mercado).
Asimismo se consolidaron las técnicas modernas de producción en cadena
(taylorismo) que aumentaron la productividad y disminuyeron el coste de los
automóviles favoreciendo el consumo en masa de éstos. El pionero del taylorismo
había sido precisamente la empresa automovilista Ford.
El aumento del nivel de vida general provocó una desmovilización del
movimiento obrero y de la acción sindical que, como ya hemos visto, amenazaba
con actuar a principios de los años 20.
Este sueño de prosperidad de los Felices Años 20 tuvo un amargo despertar
en 1929 con el Crack de la Bolsa de Wall Street y la Gran Depresión.
Las Democracias Occidentales en los años 20: Francia y el Reino Unido
La Guerra dejó en Francia una situación de ruina: Durante la guerra las
principales zonas industriales del noreste (Lille, Alsacia) fueron devastadas, por lo que
Francia tuvo que afrontar una importante labor de reconstrucción. Para ello confiaba en
las reparaciones de guerra que tenía que pagarle Alemania, pues a su vez Francia tenía
una importante deuda de guerra con Gran Bretaña y EEUU. Las bajas francesas habían
sido muy altas pues representaban un quinto de la población activa: 1.400.000 muertos,
2.800.000 heridos. La terrible guerra de trincheras dejó un impacto moral insuperable
en la población francesa, y la psicosis de una agresión alemana hizo que los políticos
quisieran asegurar que en el futuro Alemania no volvería a ser una amenaza.
La cuestión de las deudas hizo que el estado no pudiera hacer frente a sus pagos
lo cual disparó la inflación. Esta situación de crisis económica generó un fuerte
crecimiento del movimiento obrero. Lógicamente surgió el temor de una revolución
bolchevique como había ocurrido en Rusia y en Alemania.
A pesar de estos problemas de principios de los años 20, las fuerzas políticas
conservadoras (Bloque Nacional) gobernaron hasta 1923 y lucharon contra el
movimiento obrero y las dificultades económicas respetando la democracia. El gran
error del bloque Nacional fue la ocupación del Ruhr 1923 que le supuso la enemistad de
Inglaterra y EEUU.
Entre 1924-1926 gobernó el “Cártel” de la Izquierda formado por socialistas y
radicales que llevaron a cabo una serie de reformas laborales y fomentaron la
reconciliación con Alemania con el Pacto de Locarno (1925). A pesar del Plan Dawes -
1924 la economía francesa no despegaba, persistía la deuda pública, la inflación y la
devaluación del franco. Los bancos y grupos financieros se oponen a la política del
gobierno de izquierdas.
Ante el fracaso económico y financiero se forma un gobierno centro-derecha de
Unión Nacional presidido por Poincaré (1926-1930). Este gobierno soluciona por fin el
problema de deuda pública y el problema monetario gracias a un duro ajuste
económico. La estabilización del franco y la coyuntura internacional favorable,
permiten una prosperidad general, ésta se consigue también por la colaboración de la
banca y la confianza de los pequeños ahorradores. Destaca el crecimiento de las
industrias automovilísticas (Renault, Citroen), aunque la estructura industrial francesa
continua basada en la pequeña industria. La actitud con los obreros es menos agresiva y
más paternalista: seguridad social, subsidio familiar, gratuidad de enseñanza.
Francia se vio poco afectada por la crisis del 29, ésta llegó tardíamente, afectando
sobre todo al sector siderúrgico y del automóvil. El país sufrió un bajo índice de paro
(400.000 parados en 1935).
Entre 1931-1936 se suceden una serie de gobiernos inestables, esto y la victoria de
Hitler en 1933 propicia el auge de los grupos fascistas franceses: Croix de Feu.
En 1936 venció el Frente Popular de León Blum, alianza de radicales-socialistas y
comunistas que se formó en varios países (por ejemplo en España en febrero de 1936)
para frenar al Fascismo y superar la crisis económica.
Inglaterra había sufrido también duramente la Guerra Mundial con más de
700.000 muertos. Las repercusiones directas parecen menos graves que las de Francia
pues su suelo no había sido invadido por los alemanes, sin embargo las consecuencias
económicas fueron más profundas y duraderas. Así la economía británica se mantuvo
en una situación de crisis y semiestancamiento desde 1918 hasta los años 30 La causa
del estancamiento es que la industria británica estaba anticuada y obsoleta y era incapaz
de competir con los nuevos modelos industriales americanos.
A pesar de la desaparición de su rival comercial, Alemania, Inglaterra sufrió en el
Período de Entreguerras una crisis también como potencia comercial. La libra se
mantuvo como moneda fuerte pues tenía que seguir siendo una moneda de referencia,
pero eso dificultaba aún más las exportaciones británicas.
Esto se tradujo en una fuerte tasa de paro durante los años 20, incluso durante la
expansión de 1924-29 (1 millón-1,5 millones de parados), especialmente en los sectores
tradicionales (carbón algodón, astilleros y siderurgia). Con el Crack del 29 el paro
aumentó aún más hasta llegar a los 3 millones en 1933. A pesar de eso la conflictividad
social no será nunca muy alta excepto con ocasión de la Huelga de mineros de 1926.
La figura del rey Jorge V se vio fortalecida pues durante la guerra encarnó la
resistencia y el orgullo de la nación británica. El papel moderador del monarca y su
rigurosa neutralidad facilitaron la labor del gobierno británico a pesar de sus simpatías
personales por los conservadores.
El sistema electoral británico tras la Primera Guerra Mundial estableció el
sufragio universal masculino y femenino. Lógicamente la Cámara de los Comunes
adquirió todo el protagonismo en el Parlamento mientras la Cámara de los Lores fue
totalmente eclipsada (recuerda que esa había sido la tendencia en Época Victoriana).
El Partido Conservador (Baldwin, Churchill, Neville Chamberlain): es el partido
dominante en el Período de Entreguerras. Está formado por terratenientes,
industriales y una amplia representación de la clase media. Es defensor del
Imperio y la nación británica y recela del internacionalismo de la SDN
(Sociedad de Naciones). También es ferviente enemigo del Bolchevismo.
El Partido Liberal (Lloyd George, Asquith): sufre graves divisiones internas y
una debacle electoral al ser aventajado por el Partido Laborista. Se adapta mal a
los nuevos cambios, es muy intransigente con la cuestión irlandesa y es firme
defensor del librecambismo.
El Partido Laborista (Ramsey Mac Donald): se apoya en los sindicatos y en un
sector de la burguesía. Consigue ser el principal partido de la oposición e incluso
gobernar durante cortos períodos de tiempo. Pretende conseguir conquistas
sociales. Aunque enemigo del capitalismo, su carácter es moderado y se aleja del
Comunismo, apostando por el sistema político británico.
El Movimiento Fascista (Mosley) surgió a imitación de los fascistas italianos y
alemanes. Su aceptación en Inglaterra fue mínima.
Irlanda obtuvo por fin su independencia en 1922 tras una cruenta guerra contra las
tropas británicas, sin embargo, Inglaterra mantuvo su dominio sobre el Ulster (Irlanda
del Norte) que se convertiría en el nuevo foco de enfrentamiento entre británicos e
irlandeses.
La República de Weimar y el origen del Nazismo (1918-1929)
Entre 1918-1923, Alemania se encontraba en una situación dificilísima. Por un
lado había perdido la guerra, el Kaiser abdicó y se proclamó la República. En esta
situación tan conflictiva, Alemania experimenta, por primera vez un modelo político
auténticamente democrático: la República de Weimar. La República estuvo dominada
entre 1918-1925 por el SPD (Partido Social-Demócrata Alemán) y presidida por el
socialista Friedrich Ebert. Las fuerzas conservadoras y el ejército no simpatizaban con
la República pero la apoyaron ante la Revolución Espartaquista (bolchevique) en 1919.
Los freikorps, fuerzas conservadoras, aplastaron el intento de revolución comunista y
asesinaron a sus líderes: Rosa Luxemburgo y Karl Liebnecht.
Tras el fracaso de la Revolución Espartaquista pareció que la República se
consolidaba pero la situación era muy inestable. Las fuerzas conservadoras
conspiraban contra la República, (así el ejército, el Reichswehr era una fuerza
conservadora y nacionalista) e incluso se rebelaban contra ella (Golpe de Estado
frustrado de Kapp -1920; intentos secesionistas de Renania o Baviera).
Por otro lado la economía alemana estaba destrozada por los efectos de la
guerra y por las reparaciones abusivas que le había impuesto el Tratado de Versalles.
El gobierno alemán anunció en 1921 que no podía pagar el total de las Reparaciones
de Guerra. En 1923 los franceses ocuparon el Rurh. Con ello pretendían cobrarse en
acero y carbón las reparaciones de guerra que los alemanes se negaban a pagar. El
gobierno alemán decretó la resistencia pasiva contra los franceses, pero a la larga,
esto arruinó al estado. Además obligó al gobierno a emitir dinero-papel de forma aún
más masiva aumentando la inflación galopante del marco hasta extremos
inconcebibles (en diciembre de 1923 un dólar valía varios miles de millones de
marcos) que destruyeron la economía alemana. La Hiperinflación y la ocupación del
Rhur por los franceses en 1923 dispararon la conflictividad social en Alemania. Es en
este momento cuando se produce la primera aparición importante de los nazis.
El nazismo tiene su origen en la figura de Hitler. Austriaco de nacimiento
participa en la Primera Guerra Mundial como soldado alemán. Tras la derrota de
Alemania en 1918, se pone al frente de un Partido (NSDAP: Partido Nacional-Socialista
Alemán del Trabajo, también llamado Partido Nazi). Hitler inició su carrera política
denunciando el Tratado de Versalles y que Alemania había perdido la guerra al ser
traicionada por judíos y comunistas.
Cuando se produce la invasión del Rurh en 1923, Hitler denuncia al gobierno de
la República de Weimar por su debilidad y lleva a cabo un golpe de estado: el Punch de
la Cervecería de Munich, pero fracasa y es detenido. Al fracasar con este golpe, Hitler
es encarcelado durante un año, y en la cárcel escribe Mein Kampf (Mi Lucha), en la que
expone las principales ideas racistas y nacionalistas del Nazismo.
Superioridad de la raza “aria” (alemana) frente a las razas inferiores
(judíos, gitanos, eslavos). El destino de las razas superiores es esclavizar y
acabar con las razas inferiores para evitar que contaminen la sangre aria.
Teoría del Espacio Vital (Lebensraum): Alemania necesita materias
primas para asegurar el futuro de la raza aria. Esto justifica la invasión de
Europa Oriental y la esclavización de las razas inferiores (judía y eslava)
Tras el fracaso del Punch, el Partido Nazi lleva a cabo una política mixta, que
imita a la de Mussolini y los fascistas. Por un lado, los nazis se presentan a las
elecciones de forma legal utilizando ampliamente la prensa y otros elementos de
propaganda. Pero esta estrategia legal se combina con la violencia desplegada por una
especie de ejército particular formado por bandas de paramilitares (las SA). La violencia
de las SA va dirigida contra los comunistas y los sindicatos obreros, de ahí que las SA
sean toleradas por la alta burguesía alemana.
El programa electoral de Hitler consiste en:
Vengar el Tratado de Versalles mediante el rearme y una política exterior
agresiva.
Luchar contra los comunistas.
Echar las culpas de los problemas de Alemania a judíos y comunistas y
“disfrazar” los problemas de Alemania como una guerra racial.
Acabar con el paro y la crisis económica.
Como había ocurrido con Mussolini, Hitler aparece ante las clases dominantes
alemanas y ante los conservadores como un hombre fuerte que puede salvar el
capitalismo de la crisis económica y el comunismo. Poco importa ante esto que los
alemanes pierdan la libertad y la democracia o que los judíos sean la cabeza de turco de
los problemas de Alemania.
Entre 1925-1929 se producen los años dorados de la República de Weimar.
El Plan Dawes (1924): En la óptica de británicos y americanos una Alemania
Democrática y pacífica, debía ser un país rico y desarrollado que sirviera de
freno al Comunismo. Por eso EEUU y Gran Bretaña opuestos al trato que
Francia estaba dando a Alemania propusieron el Plan Dawes (1924). Este plan
racionalizaba el pago de las reparaciones de guerra haciéndolas más pequeñas
y aplazándolas en el futuro. También permitía que Alemania recibiera
inversiones exteriores y se recuperara económicamente, pues el país sólo
podría pagar lo que debía si su economía mejoraba. El Plan Dawes llevó a una
nueva estabilidad económica y política, llegaron las inversiones americanas
con la consiguiente estabilización del marco y se reactivó la economía.
El Tratado de Locarno (1925): fue un logro del ministro de asuntos exteriores
alemán Stresemann y el político francés Briand. Francia y Alemania se
reconciliaron por fin, los franceses abandonaron el Rurh, Alemania entró en
la SDN (1926) y se prometió la retirada de las tropas francesas de Renania
antes de lo previsto.
La República de Weimar fue gobernada entre 1925-1929 por grupos
conservadores demócratas dirigidos por un presidente admirado por los alemanes pues
se trataba de un héroe de la Primera Guerra Mundial: el Mariscal Hindemburg, un
político conservador pero moderado.
El Partido Nazi, a pesar de contar con un número apreciable de votos, no obtiene
éxito en este periodo ante la estabilidad y relativa prosperidad de la República de
Weimar. Sin embargo, la Crisis de 1929 vino a trastocar fatalmente esta situación.
Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
El 13 de Septiembre de 1923, y en medio de una gran agitación en toda España por el
clima de violencia (Pistolerismo en Barcelona) y por los efectos del desastre de Annual en
Marruecos, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de
estado en Barcelona. El golpe de estado fue prácticamente incruento. El rey Alfonso XIII,
que estaba en San Sebastián, regresó apresuradamente a Madrid. El gobierno le propuso
destituir a los sublevados, sin embargo, el rey lejos de hacerlo, mandó formar gobierno a
Primo de Rivera, que se convirtió en dictador y nombró un directorio militar.
El Golpe de Estado de Primo de Rivera contó con el apoyo del empresariado catalán
interesado en acabar con el peligro anarquista, de un sector del ejército partidario de aplicar
mano dura contra el desorden social y, sobre todo, del rey Alfonso XIII pues era el único
medio de perpetuar la monarquía. El triunfo del golpe de estado fue visto con indiferencia
por socialistas y anarquistas que asistían a la desaparición del Sistema de la Restauración.
El Directorio Militar (1923-1925) fue el primer período de la Dictadura. Se trataba de
un gobierno formado por militares que suspendió aunque no derogó la Constitución de
1876. Su intención era servir de solución temporal a la crisis en que estaba envuelto y
después devolver el poder a la autoridad civil.
Se implantó el Estado de Guerra en todo el país que se mantuvo hasta 1925 con lo
que en la práctica se suprimían algunas libertades.
Primo de Rivera ejerció de Ministro Único aunque auxiliado por militares. Asimismo
militarizó la administración: Gobernadores Civiles, alcaldes, etc fueron sustituidos por
militares. Los concejales fueron a su vez sustituidos por vocales y síndicos elegidos por
sorteo entre contribuyentes de diferentes categorías.
Este primer período estuvo coronado por varios éxitos como el Desembarco de
Alhucemas (1925) que llevó a la derrota de Abd-el-Krim y dio una solución a la Guerra de
Marruecos. En principio, Primo de Rivera había mostrado su opinión de abandonar el
Protectorado de Marruecos, pero finalmente decidió intervenir con toda la fuerza posible y
solucionar la cuestión. La derrota del líder rifeño fue debida también al error de éste de
atacar a los franceses. Esto permitió al Dictador a llegar a un acuerdo con Francia y llevar a
cabo una ofensiva conjunta. Tras la captura del propio Abd el Krim por fin en 1927 se
consiguió pacificar el Protectorado de Marruecos. Posteriormente, el ejército español creó
el Cuerpo de Regulares en Marruecos, unidades en las que se podían encuadrar mercenarios
rifeños mandados por oficiales españoles. Esto dio una salida económica a los belicosos
rifeños que contribuyó también a su pacificación.
Otro éxito del Directorio Militar fue la represión del anarquismo en Barcelona. El
gobierno de Primo de Rivera estableció el estado de guerra en la ciudad durante casi dos
años. La política de represión se concretó en la merma de las libertades públicas, la
constante prohibición de reuniones y asociaciones, la censura de prensa, etc. En el caso de
los anarquistas la represión fue especialmente dura con el cierre de sus locales y órganos de
prensa.
La represión del catalanismo. Se prohibió el idioma catalán en los actos oficiales y
se suprimió la Mancomunidad de Cataluña (1925). La consecuencia fue que el catalanismo
derivó hacia la izquierda. De este modo la preponderancia de la Lliga Regionalista fue
sustituida por el Stat Catalá de Francesc Maçia que, perseguido por la Dictadura se tuvo
que exiliar en Francia. El resto de nacionalismos y regionalismos fue ignorado.
El Directorio Civil (1925-1930). Una vez conseguidos sus principales objetivos, el
régimen de Primo de Rivera podía haberse retirado y permitir así el retorno de la
normalidad constitucional pero no lo hizo sino que intentó perpetuarse en el poder, para
ello, Primo de Rivera sustituyó a los ministros militares por civiles y militares de extrema
derecha: el General Martínez Anido vicepresidente y ministro de gobernación, José Calvo
Sotelo, ministro de Hacienda. Sea como fuere, Primo de Rivera fracasó al intentar crear un
régimen que perdurara en el tiempo.
También quiso crear un partido único, la Unión Patriótica (1924). En realidad no era
un partido político sino una organización temporal formada por “notables locales” y no por
políticos profesionales. Su lema era “menos política y más administración”.
Las Cortes fueron sustituidas por una Asamblea Nacional Consultiva (1927) en la
que no estaban representados los partidos sino las corporaciones, es decir, organizaciones
de grupos laborales o con intereses sociales comunes.
La Organización Corporativa Nacional (1926) pretendía sustituir los sindicatos por
Comités Paritarios para solucionar los conflictos laborales. En ellos había representantes
de obreros, patronos y miembros el Ministerio de Trabajo. Estos organismos se inspiraban
claramente en las Corporaciones Fascistas Italianas.
La Dictadura de Primo de Rivera apenas prohibió las formaciones políticas ni
reprimió con dureza la oposición, aunque sí recurrió a la censura, y al enfrentamiento
directo con políticos e intelectuales. Pocos políticos como Santiago Alba o Maciá se
exiliaron. Fue muy conocida la oposición frontal de Unamuno desde la Universidad de
Salamanca que llevó a que el Dictador ordenara el apartamiento de su cátedra de
Salamanca y su destierro a Fuerteventura. También se enfrentó al Dictador el Nacionalismo
Catalán y los Movimientos Obreros. A medida que avanzaba la Dictadura los republicanos
empezaron a movilizarse y organizarse para derribar al régimen.
La coyuntura expansiva de la economía entre 1924-1929 favoreció cierta paz social,
pero en 1929 se inició la crisis económica mundial. En 1929, aislado políticamente y muy
enfermo, Primo de Rivera consultó a los jefes militares si aún contaba con su apoyo y al
obtener una respuesta negativa presentó su dimisión al rey el 28 de Enero de 1930. En poco
más de un año la caída del Dictador arrastraría la del propio rey Alfonso XIII.
Tras la retirada de Primo de Rivera, Alfonso XIII intentó sustituirlo por el
General Berenguer que estableció una dictadura más suave que la anterior (fue
conocida como la “Dictablanda”). Sin embargo, la oposición formada por
republicanos, catalanistas, socialistas y anarquistas, firmó al Pacto de San Sebastián
(Agosto de 1930) que se comprometió a derribar a la Monarquía mediante un
pronunciamiento. Así en diciembre de 1930 se produjo el levantamiento de Jaca
dirigido por los capitanes Fermín Galán y García Hernández en favor de la
República. El golpe fracasó y los dos capitanes fueron fusilados, convirtiéndose en
“mártires” de la causa republicana.
Ante la amenaza de golpe de estado Alfonso XIII sustituyó a Berenguer por el
Almirante Aznar (Febrero de 1931) para que hiciera la transición otra vez hacia el
Régimen Constitucional. Dicha transición se inició con las Elecciones Municipales
del 12 de Abril de 1931. Esta se convirtieron en un plebiscito entre monarquía y
república y al ser ganadas en la mayor parte de las capitales de provincia por los
republicanos, Alfonso XIII abdicó y abandonó España. Así se proclamó la II
República.
Crisis del 29 y Gran Depresión
En los años 20 EEUU se había convertido en la nación económicamente más
poderosa de la tierra, su economía arrastraba ahora a las economías europeas, de ahí
que lo que ocurriera en EEUU influiría en el resto del mundo.
La economía norteamericana daba una imagen de enorme fortaleza a fines de los
años 20 , sin embargo tenía una serie de debilidades que serían fatales. Causas de la
Crisis del 29:
Debilidad del Mercado Interior: Gracias a la guerra, EEUU desarrolló una
enorme capacidad productiva, pero aún no existía un mercado de consumo
interior suficientemente fuerte como para absorber toda esa producción. Las
empresas favorecieron la compra a plazos para fomentar el consumo (es la nueva
sociedad de consumo de masas). De este modo, muchos beneficios de las
empresas eran ficticios y muchos consumidores estaban endeudados. Mientras la
demanda industrial crecía, caían los precios agrícolas. Los agricultores
norteamericanos habían producido demasiado durante la guerra, de manera que
tras ésta cayeron los precios agrícolas, y miles de campesinos norteamericanos
vivían con una renta baja y alto endeudamiento.
Debilidad del Mercado Exterior: en los años 20 aún había un escaso desarrollo
de los mercados mundiales y los sistemas de intercambio eran poco flexibles.
Los EEUU invirtieron mucho capital en Europa y especialmente en Alemania.
Estas inversiones contribuyeron a que la economía alemana se recuperara a
partir de 1925, pero también la convirtió en dependiente de la economía
americana.
Renuncia del estado a controlar la economía: los sucesivos gobiernos del Partido
Republicano en los años 20 seguían una doctrina económica liberal; el estado no
debía inmiscuirse en el mercado pues éste parecía funcionar bien y el estado
prosperaba. Así no se controlaron las imprudentes acciones de los bancos que
aceptaban altos grados de endeudamiento e incluso daban créditos para adquirir
acciones.
Especulación bursátil descontrolada: La sensación de progreso hizo que muchos
americanos invirtieran en la bolsa. La bolsa crecía y crecía ante la demanda
incesante de acciones reflejando así un desarrollo económico exagerado e irreal.
La causa inmediata y directa de la crisis del 29 fue el Crack Bursátil de 1929. Tras
el Jueves Negro (24 de Octubre de 1929) se pusieron miles de acciones en venta
mientras que apenas se compraba, la causa era la falta de dinero y la poca previsión del
estado a la hora de proporcionar dinero a la economía. Esto provocó una caída
continuada de la bolsa durante tres años.
La caída de la Bolsa se debió a una crisis de confianza en el sistema y provocó
una crisis financiera. De pronto había falta de capitales para invertir. Los bancos habían
invertido capitales en la bolsa por lo que muchos quebraron, esto provocó la pérdida de
confianza de los clientes que retiraron los capitales de sus cuentas corrientes,
acentuando la crisis financiera.
La crisis financiera llevó a la crisis industrial. La falta de capitales provocó una
caída de las inversiones. Además, los consumidores perdieron sus ahorros en los bancos
y no pudieron atender a sus compras a plazos. Consiguientemente se cerraron miles de
empresas y aumentó enormemente el paro.
El aumento del paro (12 millones en 1932) provocó una caída del consumo y
agudizó la crisis industrial, cerrando el círculo vicioso de la crisis.
EEUU reaccionó a la crisis de una manera proteccionista, renunciando a comprar
productos europeos y retirando inversiones de Europa. Así la crisis se extendió a las
economías europeas, dependientes de Norteamérica. Alemania fue uno de los países
más afectados con 6 millones de parados en 1932.
Keynes, un economista británico, llegó a la conclusión de que la solución de la
Gran Depresión estaba en la participación activa del Estado en economía para regular
las variables económicas: la inflación, la demanda, etc.
La gravedad de la crisis se podía haber limitado si el estado norteamericano
hubiera controlado el negocio bursátil, si hubiera controlado y respaldado a los bancos,
o si hubiera concedido subsidios de desempleo a los parados. Sin embargo, la
participación activa del estado en la economía se parecía demasiado al Sistema de
Economía Socialista creado por los Bolcheviques y significaba reconocer el fracaso del
Sistema Capitalista.
La Gran Depresión tocó fondo en 1932. Las elecciones de ese año fueron ganadas
por los demócratas, cuyo candidato era F. D. Roosevelt que exponía como plan el New
Deal, un nuevo plan económico que aplicaría las ideas de Keynes para remontar la
crisis.
El New Deal consistía sobre todo en una activa acción del estado en economía,
pero sin poner en duda la validez del sistema capitalista en sus principios esenciales.
El estado regularía la Bolsa, los bancos y la inflación, así como los tipos
de cambio del dolar con otras monedas. De este modo garantizaría la
confianza en el sistema financiero.
El estado se convertiría en el principal empresario de la nación,
construyendo multitud de obras públicas e infraestructuras (embalses del
Tennesse), armas y proporcionando así miles de puestos de trabajo a los
parados.
El estado proporcionaría subsidios de desempleo a los parados y
subvencionaría a los campesinos para que redujeran la cosecha y subieran
así los precios agrícolas.
Con estas medidas el estado contribuyó a aumentar la demanda, que era lo que
más había caído desde 1929.
A pesar de estas medidas, y de que la economía norteamericana se fue
recuperando durante los años 30, no consiguió volver al nivel de 1929 hasta 1945. Otra
vez tuvo que ocurrir una guerra mundial para que se relanzara la economía
norteamericana.
La URSS de Stalin
La Revolución de Octubre de 1917 supuso la victoria de los bolcheviques en las
principales ciudades de la Rusia Occidental. Inmediatamente, Lenin hizo la paz con
Alemania (Paz de Brest-Litowsk, Marzo de 1918), a cambio de la pérdida de Finlandia,
los Países Bálticos, Polonia y Ucrania Sin embargo, la paz no llegó a Rusia, pues
existía una oposición al Gobierno Bolchevique: los Rusos Blancos. Estos últimos
contaron con la ayuda de ingleses, franceses y norteamericanos que querían acabar con
la Revolución Marxista. Esta Guerra Civil se produjo entre 1918-1920 y acabó con la
victoria de los bolcheviques, que incluso consiguieron recuperar Ucrania.
Tras la victoria, Lenin se dispuso a consolidar la revolución, para ello renunció
momentáneamente a algunos principios marxistas como la Revolución Mundial y la
supresión de la propiedad privada de los medios de producción:
Lenin renunció por el momento a la revolución mundial, pues eso suponía
que Rusia se enfrentaría a un bloqueo y boicot por parte de las potencias
occidentales. No obstante, en 1919 se fundó la III Internacional o
Komintern, organización que pretendía fomentar la lucha obrera a nivel
mundial bajo la dirección de Rusia.
Por otro lado, Lenin estableció la NEP, la Nueva Política Económica
(1921-1927), un sistema que combinaba la nacionalización de la banca y
de las grandes empresas con la propiedad privada de las pequeñas
empresas y el reparto de la tierra. Con ello, Lenin pretendía ganarse el
apoyo de los campesinos rusos, especialmente de los campesinos
acomodados: los kulaks.
Por otro lado, el nuevo estado se organizó políticamente. El principal problema
era integrar a las diferentes nacionalidades del antiguo Imperio Zarista que querían
independizarse. Para ello el nuevo estado adquirió una forma aparentemente federal: la
URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas), aunque en la práctica era un estado
fuertemente centralizado. El gobierno de cada República era aparentemente libre y
democrático, pues se organizaba en forma de soviets. Sin embargo, dado que el único
partido permitido era el Partido Comunista, en la práctica, el poder político estaba muy
centralizado, pues el partido también lo estaba.
La URSS era un estado totalitario pues se amparaba en las ideas de Marx sobre la
Dictadura del Proletariado. Como ya sabes, según Marx, el estado liberal era un medio
para defender los intereses de la burguesía en contra del proletariado, y, por tanto, debía
desaparecer. Por eso, se prohibieron los partidos políticos excepto el Partido Comunista
y se eliminó la libertad de expresión. Lenin se acercaba a la idea de líder carismático
pero esta figura la encarnó mucho mejor Stalin pocos años después.
De hecho, Lenin murió en 1924 y los años siguientes se produjo una lucha por el
poder. Los principales candidatos eran Trotsky, creador del Ejército Rojo, y Stalin,
Comisario para las Nacionalidades. Los dos se enfrentaron sobre todo por la orientación
de la política exterior de la URSS.
Trotsky era partidario de la Revolución Permanente, es decir, creía que la
URSS debía dirigir la revolución mundial de forma inmediata y sin
negociar con los países occidentales.
Stalin era partidario de la Revolución en un solo país. Quería mantener la
paz con los occidentales y reforzar la revolución rusa. Si la URSS
conseguía convertirse en una gran potencia industrial convencería al
mundo de las virtudes del comunismo y la revolución se produciría de una
manera más fácil. En cualquier caso la Revolución Mundial debería ser
dirigida por la URSS.
Las tesis de Stalin se consideraron más prácticas y consiguió desplazar a Trotsky
del poder en 1927 e incluso expulsarle de la URSS.
Stalin utilizó el comunismo como un medio de asegurarse un poder personal
absoluto creando un régimen totalitario más perfecto que el de Lenin: el Stalinismo.
Stalin rompió con la NEP, y a partir de 1927 aplicó a rajatabla los principios
económicos del Marxismo Ortodoxo: la supresión de la propiedad privada de los
medios de producción y la planificación centralizada de la actividad económica.
Así se arrebató la tierra a todos los propietarios agrícolas. Los kulaks que
protestaron fueron asesinados o deportados a Siberia. Las tierras se convirtieron en
granjas colectivas (koljoses).
La economía fue dirigida por el estado mediante una planificación estricta, el
Gosplan, para períodos de cinco años (Planes Quinquenales). Estos planes favorecieron
a la industria en detrimento de la agricultura, de este modo, mientras el mundo
occidental se hundía en la crisis económica, la URSS desarrollaba una industria más
fuerte y diversificada geográficamente. Así se extendió desde los focos industriales
tradicionales (Petrogrado, Moscú, hacia el Donbass y el Kuzbass).
Stalin mantuvo el poder personal con mano férrea mediante las purgas. En dichas
purgas Stalin acusó a sus enemigos políticos de antirrevolucionarios. Así, antiguos
compañeros suyos bolcheviques se vieron obligados a emigrar (Trotsky), y otros
muchos fueron encarcelados y asesinados en los famosos juicios de Moscú.
En política exterior, Stalin, temeroso de la expansión del Nazismo en los años 30
firmó un acuerdo con la Alemania de Hitler: el Pacto Germano-Soviético de no agresión
(verano de 1939). Este pacto permitió a la URSS la anexión de los Países Bálticos,
Besarabia y el reparto de Polonia con los alemanes. Sin embargo, era un pacto contra
natura, pues a la larga la URSS se tendría que enfrentar con Alemania en la guerra más
terrible y sangrienta de toda la historia de la humanidad.
En la purgas Stalin había debilitado al ejército ruso al eliminar a los generales
más capaces que podían hacerle sombra. Esto lo pagó el ejército Rojo en los primeros
momentos de la invasión alemana en 1941, sin embargo, la URSS se había convertido
en una potencia industrial en los Planes Quinquenales con lo cual pudo igualar e incluso
superar la producción bélica alemana durante la Segunda Guerra Mundial y vencer a los
nazis.
China y Japón hasta la Segunda Guerra Mundial
En el siglo XIX China había caído en manos de los países occidentales que
dominaban sus puertos y controlaban la economía del país. El decadente gobierno de
los emperadores Manchúes era a principios del siglo XX un protectorado compartido
por las potencias colonialistas. Todo esto provocó la aparición de tempranos
movimientos nacionalistas y xenófobos. Así, hay que citar la Rebelión de los
nacionalistas Boxers en 1900 contra las legaciones occidentales en Pekín, que fue
aplastada por una expedición multinacional.
A principios del siglo XX la Dinastía Manchú entró en crisis y en 1911 se
produjo una revolución que la derrocó. Dicha revolución buscaba abolir la monarquía
absoluta y hacer frente al impopular imperialismo occidental.
En realidad, en la caída del último emperador manchú Pu Yi fue decisiva una
nueva fuerza nacionalista, el Kuomintang, fundada y dirigida por Sun Yat Sen, que
elaboró un programa revolucionario e incluso llegó a establecer un gobierno
provisional en Nanking. Sun Yat Sen quería crear una moderna China, un estado-
nación a la manera de Japón que permitiera la industrialización del país y asegurara
su independencia frente a los europeos.
El general Yuan che-Kai , jefe del ejército, defendió al emperador Pu-Yi
contra estos disturbios, pero finalmente él mismo le derrocó, proclamó la República
(1912) y se hizo dictador hasta 1916.
Sun Yat Sen y el dictador Yuan che Kai se enfrentaron por el poder dando
lugar a un período de constantes guerras civiles y descomposición del poder central
en China.
Las potencias occidentales se retiraron de China tras 1914 a causa de la
Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Japón empezó a dominar el país en solitario
durante la Primera Guerra Mundial aprovechando la retirada de los occidentales y los
enfrentamientos entre los chinos. Recordemos que Japón ya dominaba Corea, y
Formosa (Taiwan). Ahora, en 1915 Japón imponía a China las Veintiuna Demandas
que imponían unas duras exigencias económicas, casi como si fuera su colonia.
La autoridad central china que se había mantenido a duras penas durante la
dictadura de Yuan Che Kai se rompió y el país se dividió en múltiples territorios
dominados por los llamados “señores de la guerra” (1916-1928). Durante esta caótica
etapa, multitud de jefes militares y señores feudales se hicieron con el poder en sus
provincias disputando entre sí.
Entre tanto, el Kuomintang, el Partido Nacionalista Chino se afincó en el sur
(en torno a Cantón) y decidió acercarse a la URSS englobando en sus filas a los
primeros comunistas chinos (1921). Este acercamiento a la izquierda se vio frustrado
por la muerte de Sun Yat Sen en 1925. Entonces se produjo una escisión del Partido
entre el Kuomintang propiamente dicho de Chiang kai Chek, que cada vez se
convirtió más en un partido conservador y el Partido Comunista dirigido por Mao
Tse Tung. A partir de 1927 estas dos tendencias se enfrentaron entre sí.
A principios de los años 30 el Kuomintang dominaba el sur de China pero
mantenía un enfrentamiento constante con los comunistas a los que derrotó y masacró
en ciudades como Shanghai. Los comunistas habían establecido una república
soviética en el sureste, en el territorio del Kuomintang, pero fracasaron al intentar
sublevar a las masas y, acosados y perseguidos por el Kuomintang, iniciaron la
llamada “Larga Marcha” hacia la China interior (1934-35). En torno a 100.000
comunistas huyeron hacia el interior y el norte de China recorriendo 10.000 km. y
finalmente, 30.000 supervivientes fundaron en el noroeste del país en una región poco
poblada la República Comunista de Yenan. Allí Mao tse Tung transformó al partido
Comunista en un partido de masas con un fuerte arraigo entre el campesinado y puso
en práctica una guerra de guerrillas.
Al tiempo que se producía esta primera guerra civil, los japoneses, ahora
dominados por un gobierno militarista intensificaron su expansión por China
ocupando Manchuria, en el norte y formando allí el Estado títere de Manchukuo al
frente del cual colocaron al depuesto emperador Pu-Yi (1932).
Poco después y para contrarrestar el creciente poder del Kuomintang, los
japoneses iniciaron la invasión de toda la costa china en 1937. Esto llevó al
Kuomintang y comunistas chinos a hacer una tregua entre sí y resistir conjuntamente
la invasión japonesa (1937-1945). Por supuesto, el Kuomintang (en el sur) contaba
con el apoyo de EEUU y el Partido Comunista (en el norte) de la URSS.
Japón se había convertido en la gran potencia imperialista del Asia Oriental. En
1926 se inició la Era Showa, el reinado del Emperador Hiro Hito dominado por un
gobierno conservador y militarista que promovió crear la Esfera de Coprosperidad del
Asia Oriental, un eufemismo que encubría la sustitución de las potencias coloniales
occidentales por Japón como única potencia colonial en esa zona. Hay que tener en
cuenta que los occidentales estaban presentes en el territorio ambicionado por Japón:
EEUU en Filipinas; Inglaterra en Hong-Kong, Singapur, Malasia, Birmania, La India;
Francia en Indochina; y Holanda en Indonesia y por supuesto Australia y Nueva
Zelanda. Todos estos territorios, ricos en materias primas eran imprescindibles si
Japón quería convertirse en una gran potencia industrial pues carecía de dichas
materias primas. A la larga la expansión japonesa terminaría provocando una guerra
contra los occidentales.
Sabiendo esto Japón se estaba rearmando, especialmente creando una moderna
flota. En 1922 en la Conferencia Naval de Washington se intentó limitar la carrera
armamentística en el mar, con ello EEUU pretendía frenar la expansión japonesa en el
Pacífico, pero Japón estaba rompiendo estos acuerdos en los años 30.
Ya hemos visto que Japón ocupó Manchuria en 1932 e invadió China en 1937.
Previendo el enfrentamiento con Japón, EEUU ayudó al Kuomintang Chino en esta
guerra y empezó a decretar embargos comerciales y de petróleo a Japón cuando éste
ocupó la Indochina Francesa en 1940 (en ese año Francia cayó ante la invasión
alemana y los japoneses aprovecharon la circunstancia). Estos embargos americanos
y el traslado de la flota estadounidense a Pearl Habour en las Hawai fue considerado
por Japón como una provocación de EEUU y terminó provocando el ataque por
sorpresa a esta base naval de los portaaviones japoneses en Diciembre de 1941.
El ascenso del Nazismo y el camino hacia la guerra
En 1929 la crisis económica de EEUU se extendió a Alemania provocando un
imparable aumento del paro (6 millones de parados en 1932). La crisis económica
favoreció a los nazis, pues el electorado alemán, desconfiando nuevamente de la
democracia se radicalizó votando tanto a los nazis (extrema derecha) como a los
comunistas (extrema izquierda). El apoyo electoral al Partido Nazi fue creciendo y en
las elecciones de 1932 fue el más votado, seguido por los comunistas. Ningún partido
obtuvo la mayoría absoluta, pero el presidente Hindemburg, que temía más a los
comunistas nombró Canciller a Hitler (primer ministro-enero de 1933).
Hitler utilizó el poder para destruir rápidamente la democracia de la República
de Weimar. Aprovechando un presunto acto terrorista, el incendio del Reichstag
(Febrero de 1933) declaró el estado de excepción y obtuvo poderes dictatoriales
durante cuatro años. Entonces ilegalizó los partidos políticos (excepto el Nacional-
Socialista). Tras la muerte de Hindemburg (agosto de 1934) Hitler fue proclamado
Führer, es decir jefe o guía de Alemania. La República de Weimar había dejado de
existir y se había fundado el Tercer Reich.
El Tercer Reich fue un estado totalitario, controlado totalmente por el Partido
Nazi en el que Hitler gozó de un poder omnímodo mucho mayor que el de
Mussolini.
Las libertades fueron suprimidas y los alemanes tenían que tributar obediencia
ciega al Führer. El estado ejerció un control de la educación y la cultura , así procedió
a la quema de libros contrarios a las ideas nazis.
Goebbles, ministro de propaganda, estableció la censura y la propaganda para
exaltar las ideas nazis (antisemitismo, anticomunismo) y la figura carismática del
líder (discursos por la radio, cine, concentraciones de masas y manifestaciones
multitudinarias en Nuremberg y Berlín). Especialmente significativos fueron los
Juegos Olímpicos de Berlín de 1936 que sirvieron para propagar por el mundo los
avances de la nueva Alemania y la “superioridad” de la raza aria). Los nazis
desarrollaron las Juventudes Hitlerianas para propagar sus ideas entre la juventud.
La represión contra los opositores fue implacable. La Gestapo la policía secreta
dirigida por Himmler se creó en Abril de 1933 y abrió los campos de concentración
ya en 1934 contra los opositores políticos y los judíos.
La represión también se dirigió contra los rivales políticos de Hitler dentro del
Partido Nazi. En la Noche de los Cuchillos largos (30 de junio de 1934), las SS
asesinaron en sus camas a Ernst Röhm y los dirigentes de las SA. Esta organización
fue disuelta. La eliminación de las SA se debió al hecho de que E. Rohm era un rival
de Hitler, además su discurso socializante no era ya bien visto en el partido, pues
Hitler quería atraerse a los industriales alemanes. Ernst Rohm también estaba
enfrentado a una parte del ejército alemán pues quería sustituirlo por las SA. El
asesinato de Rohm selló la alianza entre Hitler y el ejército que se convirtió en uno de
los puntales del III Reich.
El antisemitismo fue una de las señas de identidad y de los pilares ideológicos
más importantes de los nazis. Los judíos eran acusados por la propaganda nazi de
pertenecer a una raza degenerada que contaminaba la raza aria. En los años 30 fueron
marginados progresivamente en Alemania hasta que se proclamaron las Leyes de
Nuremberg (septiembre de 1935): en éstas se les retiraba la ciudadanía alemana, se
prohibían los matrimonios mixtos, y se les prohibía ejercer la enseñanza, entrar en el
funcionariado y en el ejército, asimismo se obligó a los judíos a llevar la estrella de
David e identificarse ante cualquier gentil. Muchos huyeron de Alemania, aunque
algunos no pudieron. Por otro lado el pueblo alemán fue presa de la propaganda nazi
y dirigió su odio contra las comunidades judías, así en la Noche de los Cristales rotos
(9-10 de Noviembre de 1938), se produjeron los asaltos a barrios judíos, quema de
sinagogas y tiendas judías además se asesinó a centenares de ellos.
En economía el estado nazi intervino activamente construyendo obras públicas y
dedicando enormes recursos para fabricar armamento. Todo ello, y el establecimiento
del servicio militar obligatorio hicieron disminuir el paro.
A partir de 1935 las potencias fascistas llevaron a cabo una serie de agresiones
que condujeron a la Segunda Guerra Mundial. Los nazis desafiaron continuamente el
Tratado de Versalles amenazando con provocar otra guerra contra Francia e Inglaterra.
En 1935 Hitler decretó el rearme alemán y contraviniendo el Tratado de
Versalles estableció el servicio militar obligatorio y empezó a construir
una flota (Kriegsmarine) y una aviación de guerra (Luftwaffe). Entre tanto
Italia llevaba a cabo la invasión de Abisinia (Etiopía) lo cual le enemistó
con Inglaterra.
En 1936 estalló la Guerra Civil Española e italianos y alemanes prestaron
ayuda al Bando Franquista, de modo que dicha guerra se convirtió en un
campo de pruebas para las nuevas armas y especialmente para la aviación.
También en 1936, Alemania firmó un acuerdo defensivo con la Italia
Fascista (Eje Berlín-Roma). Por último, en este año los alemanes
remilitarizaron Renania.
En 1938 Hitler se anexionó Austria (Anchluss) a pesar de que lo prohibía
el Tratado de Versalles.
En la primavera de 1938 Hitler exigió la anexión de los Sudetes, zona de
población alemana en Checoslovaquia. Esta vez se reunió una conferencia
internacional pues la exigencia alemana podía desencadenar otra guerra
europea. Finalmente en la Conferencia de Munich (septiembre de 1938) se
permitió que Alemania ocupara los Sudetes a cambio de la promesa de no
exigir más territorios.
¿Por qué Francia e Inglaterra no actuaron a tiempo y pararon a Hitler antes de que
éste se armase?. Probablemente porque tenían más miedo al Comunismo y pensaban
que Hitler sería un freno al avance del Comunismo en Europa, además no querían
repetir los horrores de la Primera Guerra Mundial. A esta política de cesiones frente a
las ambiciones de Hitler se le llamó la Política de Apaciguamiento y fue liderada por el
Primer Ministro Británico, Neville Chamberlain.
Sin embargo en el verano de 1939 Hitler volvió a exigir otra anexión: el Pasillo
Polaco, o Corredor de Danzig. Polonia, Francia e Inglaterra se negaron y el ejército
alemán invadió Polonia (1 de Septiembre de 1939). Así comenzó la 2ª Guerra Mundial.
La II República Española
Los partidos del Pacto de San Sebastián convirtieron las elecciones municipales
del 12 de Abril de 1931 en un referéndum sobre el sistema político (monarquía-
república). Los partidos republicanos ganaron y el rey abdicó y se marchó al exilio (14
de Abril de 1931). Se nombró primer presidente de la República a Niceto Alcalá
Zamora y el gobierno de centro-izquierda dirigido por Manuel Azaña llevóa cabo las
siguientes medidas:
Elaborar una Ley de Reforma Agraria según la cual se repartiría la tierra entre
los campesinos. Para ello se expropiaría la tierra a los propietarios, para repartir
la tierra entre los jornaleros. La Ley de Reforma Agraria no se pudo llevar a la
práctica por la fuerte oposición de los propietarios y porque el estado carecía de
suficientes fondos para las expropiaciones.
La Reforma Militar fue llevada a cabo por el Ministro de la Guerra Manuel
Azaña (Ley Azaña). Esta reforma pretendía reducir el número de oficiales de
alta graduación que era excesivo en el ejército español. Con ello se pretendía
modernizar el ejército español y sobre todo, conseguir que los militares fueran
fieles a la República. Para ello, Azaña ofreció a los militares que aquéllos que no
quisieran jurar la bandera republicana podrían retirarse con el sueldo íntegro.
La Reforma Educativa fue realizada por el Ministro Marcelino Domingo, y
consistió en el fomento de la escuela pública con la construcción de 27000
nuevas escuelas. Con ello se pretendía acabar con el analfabetismo y luchar
contra la educación monopolizada por las órdenes religiosas. Junto a la creación
de escuelas destacaron las Misiones Pedagógicas que pretendían extender la
cultura por el campo, donde abundaba el analfabetismo.
Elaborar una nueva constitución: La Constitución de 1931 era muy progresista e
introducía importantes novedades: voto femenino, país laico, posibilidad de
autonomías.
La oposición a estas reformas vino de la Iglesia, parte del ejército y los
terratenientes. Esta oposición “conservadora” cristalizó en un partido político: CEDA
(Confederación Española de Derechas Autónomas: Gil Robles). Aparte de este grupo,
surgieron en España grupos fascistas como Falange Española de Jose Antonio Primo de
Rivera (hijo del Dictador).
La oposición a la República también vino de la izquierda. La fuerza más
importante del movimiento obrero radical era el Anarquismo, organizado en torno a la
FAI (Buenaventura Durruti) y al sindicato CNT. Los anarquistas, muy fuertes en
Barcelona y en el campo andaluz, no estaban de acuerdo sobre cómo estaba haciendo el
gobierno la Reforma Agraria, pues ésta les parecía demasiado lenta. Los anarquistas
querían que los campesinos ocuparan espontáneamente las tierras sin pagar ningún tipo
de indemnización a sus dueños. Esto provocó enfrentamientos como los Sucesos de
Casas Viejas (1933), en los que la Guardia Civil produjo una auténtica matanza entre
los anarquistas que habían ocupado tierras. Los Sucesos de Casas Viejas hicieron que
los anarquistas dejaran de apoyar a la república de izquierdas en las elecciones de 1933.
En las elecciones de 1933 el Partido Radical (partido de centro), asustado por los
anarquistas, la quema de conventos, etc., se alió con la CEDA para tomar el poder y
ganó las elecciones. Este gobierno de centro-derecha dirigido por Alejandro Lerroux se
dedicó a deshacer la obra del Bienio Azañista, así con la Ley Velallos acabó con la ley
de Reforma Agraria.
Este tipo de política y la victoria de Hitler en Alemania en 1933, radicalizaron a la
izquierda española y en Octubre de 1934 el PSOE, aliado a otros grupos proclamó la
Huelga Revolucionaria para derribar al gobierno de centro-derecha. La Huelga de
Octubre de 1934 tuvo una gran importancia en Asturias. La cuenca minera asturiana se
convirtió en un campo de batalla cuando el ejército de África (dirigido por Franco), fue
utilizado para acabar con la huelga por la fuerza. Hubo miles de detenciones y
represalias contra izquierdistas.
La coalición Radical-Cedista cayó por un escándalo de corrupción que afectó al
Partido Radical de Lerroux (escándalo del Estraperlo). La caída de este partido de
centro radicalizó aún más la política española hacia la izquierda y la derecha.
Los partidos de izquierdas utilizaron la amnistía de los represaliados y
encarcelados por la Revolución de Octubre. Esta vez fueron las fuerzas de izquierda las
que acudieron juntas a las elecciones (Frente Popular), ganándolas en Febrero de 1936.
En poco tiempo Manuel Azaña se convirtió en Presidente de la República y Casares
Quiroga presidente del gobierno.
La primavera de 1936 fue un período sangriento y conflictivo, en que algunas
fuerzas políticas acudieron al terrorismo y al asesinato de la oposición política
(asesinato de Calvo Sotelo, líder conservador de la oposición en Julio de 1936).
Entretanto, un grupo de militares, dirigidos por el General Mola, preparaba una
sublevación contra la República. Grupos de anarquistas ocupaban tierras de forma
espontánea. La situación española era de un enfrentamiento frontal, pre-guerra civil y la
situación internacional (ascenso del Fascismo y del Comunismo), no hacía sino
empeorarla.
El 17-18 de Julio de 1936 un importante sector del ejército, incluyendo el ejército
de Africa y dirigido por Mola, Franco, Queipo de Llano, Yagüe, etc. se sublevó contra
la República. El golpe fracasó, especialmente en los principales centros urbanos e
industriales como Madrid, Barcelona, Bilbao y Asturias, sin embargo, el gobierno
también fue incapaz de acabar con los sublevados, que ocupaban una parte importante
del territorio español (Galicia, Castilla la Vieja, Navarra, Aragón Occidental, Mallorca,
Canarias, Andalucía Occidental y el Norte de Africa). La consecuencia del fracaso del
golpe es que los dos bandos se enfrentaron en una larga y cruel guerra civil (1936-39).