Derecho Internacional Púbico
UNIDAD 1
DOCENTE ANGEL PRIETO PALMEROS
TEMAS
3. Objeto general y particular del
estudio del Derecho Internacional
Público.
4. Teorías sobre su Existencia y
Relación con el Derecho Interno.
Los primeros esfuerzos de codificación del derecho
internacional se materializaron con la redacción y
celebración de la Convención de Viena sobre el derecho de
los tratados, del 23 de mayo de 1969, circunscribiendo su
obligatoriedad estrictamente a los acuerdos celebrados
entre Estados y omitiendo la inclusión, hasta ese momento,
de las organizaciones internacionales.
Casi 17 años después, la Comisión de Derecho Internacional
de la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió
codificar la materia de tratados celebrados entre estados y
organizaciones internacionales, o acuerdos celebrados
entre estas últimas, que se denominó Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados entre Estados y
Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones
Internacionales, del 21 de marzo de 1986.
Objeto Universal
Compuesto por aquel reducido conjunto de normas que obliga sin excepción
a todos los miembros de la comunidad internacional. Los ejemplos por
excelencia de este objeto son las normas de ius cogens y los principios
generales del derecho internacional.
Los principios generales del derecho internacional.
Según la Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General, los principios básicos del Derecho
Internacional son los siguientes:
1. El principio de que los Estados, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir
a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia
política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los propósitos de
las Naciones Unidas.
2. El principio de que los Estados arreglarán sus controversias internacionales por medios
pacíficos de tal manera que no se pongan en peligro ni la paz y la seguridad
internacionales ni la justicia
3. El principio relativo a la obligación de no intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción
interna de los Estados, de conformidad con la Carta.
4. La obligación de los Estados de cooperar entre sí, de conformidad con la Carta.
5. El principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos.
6. El principio de la igualdad soberana de los Estados.
7. El principio de que los Estados cumplirán de buena fe las obligaciones contraídas
por ellos, de conformidad con la Carta.
Objeto General
El Derecho Internacional Público (DIP) regula las relaciones entre los Estados y otros
sujetos internacionales (como organizaciones internacionales) para promover la paz, la
justicia, la cooperación y el desarrollo.
Se considera objeto general el catálogo de normas vigentes en
la mayoría de los Estados y la comunidad internacional,
estimando que dicho catálogo es el ordenamiento jurídico
internacional codificado que tiene amplia aceptación y significa
mayor obligatoriedad entre los sujetos del derecho
internacional.
Ilustran al objeto general, los tratados o convenciones que han
habilitado la creación de organizaciones internacionales
aglutinadoras de Estados.
Dentro del Sistema Institucional de Archivos de la Secretaría de
Relaciones Exteriores, los Tratados se custodian por separado, es
decir, que al ser el resultado final de una tramitación
administrativa y jurídica se reconoce que el Tratado es una pieza
documental que forma parte del expediente de la negociación, el
cual se administra como parte de una serie documental en el
archivo de trámite de la Consultoría Jurídica; por lo que, para su
resguardo y conservación es depositado en la Bóveda de
Tratados que está bajo custodia de la Dirección General del
Acervo Histórico Diplomático.
https://portales.sre.gob.mx/acervo/nuestros-
archivos/478
Carta de Naciones Unidas (1945)
La Carta se firmó el 26 de junio de 1945 en San Francisco, al terminar la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Organización Internacional, y entró en vigor el 24 de octubre del mismo
año. El Estatuto de la Corte Internacional de Justicia es parte integrante de la Carta.
Debido a su singular carácter internacional, y las competencias de su Carta fundacional, las
Naciones Unidas puede adoptar decisiones sobre la amplia variedad de problemas que enfrenta
la humanidad en el siglo XXI. Como tal, La Carta de las Naciones Unidas, considerada un tratado
internacional, le otorga estos poderes. Es un instrumento de derecho internacional y es
vinculante para los Estados Miembros de la ONU. La Carta de las Naciones Unidas recoge los
principios de las relaciones internacionales, desde la igualdad soberana de los Estados, hasta la
prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales.
Carta de Naciones Unidas (1945)
Desde la fundación de la ONU en 1945, la misión y el trabajo de la Organización se han guiado
por los propósitos y principios contenidos en su Carta fundacional, que ha sido enmendada tres
veces en 1963, 1965 y 1973.
• El 17 de diciembre de 1963 la Asamblea General aprobó enmiendas a los Artículos 23, 27 y 61
de la Carta, las que entraron en vigor el 31 de agosto de 1965.
• El 20 de diciembre de 1971 la Asamblea General aprobó otra enmienda al Artículo 61, la que
entró en vigor el 24 de septiembre de 1973.
• Una enmienda al Artículo 109, aprobada por la Asamblea General el 20 de diciembre de 1965,
entró en vigor el 12 de junio de 1968.
Carta de Naciones Unidas(1945)
La Corte Internacional de Justicia, el principal órgano judicial de las Naciones Unidas, funciona
de acuerdo con el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, que se adjunta a la Carta de las
Naciones Unidas y forma parte integrante de ella.
Carta de las Naciones Unidas, Capítulo XIV:
La Corte Internacional de Justicia
Artículo 92
La Corte Internacional de Justicia será el órgano judicial principal de las Naciones Unidas;
funcionará de conformidad con el Estatuto anexo, que está basado en el de la Corte
Permanente de Justicia Internacional, y que forma parte integrante de esta Carta.
Carta de Naciones Unidas(1945)
Artículo 93
1. Todos los Miembros de las Naciones Unidas son ipso facto partes en el Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia.
2. Un Estado que no sea Miembro de las Naciones Unidas podrá llegar a ser parte en el Estatuto de la
Corte Internacional de Justicia, de acuerdo con las condiciones que determine en cada caso la
Asamblea General a recomendación del Consejo de Seguridad.
Artículo 94
1. Cada Miembro de las Naciones Unidas compromete a cumplir la decisión de la Corte Internacional
de Justicia en todo litigio en que sea parte.
2. Si una de las partes en un litigio dejare de cumplir las obligaciones que le imponga un fallo de la
Corte, la otra parte podrá recurrir al Consejo de Seguridad, el cual podrá, si lo cree necesario, hacer
recomendaciones o dictar medidas con el objeto de que se lleve a efecto la ejecución del fallo.
Carta de Naciones Unidas(1945)
Artículo 95
Ninguna de las disposiciones de esta Carta impedirá a los Miembros de las Naciones Unidas
encomendar la solución de sus diferencias a otros tribunales en virtud de acuerdos ya existentes o que
puedan concertarse en el futuro.
Artículo 96
1. La Asamblea General o el Consejo de Seguridad podrán solicitar de la Corte Internacional de
Justicia que emita una opinión consultiva sobre cualquier cuestión jurídica.
2. Los otros órganos de las Naciones Unidas y los organismos especializados que en cualquier
momento sean autorizados para ello por la Asamblea General, podrán igualmente solicitar de la
Corte opiniones consultivas sobre cuestiones jurídicas que surjan dentro de la esfera de sus
actividades.
Declaración Universal de los Derechos Humanos
(1948)
La Declaración Universal de los Derechos Humanos es un documento que marca un hito en la
historia de los derechos humanos. Elaborada por representantes de todas las regiones del
mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, la Declaración fue proclamada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su (Resolución
217 A (III)) como un ideal común para todos los pueblos y naciones. La Declaración establece,
por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo
entero y ha sido traducida a más de 500 idiomas.
La DUDH es ampliamente reconocida por haber inspirado y allanado el camino para la
adopción de más de setenta tratados de derechos humanos, que se aplican hoy en día de
manera permanente a nivel mundial y regional (todos contienen referencias a ella en sus
preámbulos).
La Convención sobre la Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad (1968)
En su 21º período de sesiones, celebrado en 1965, la Comisión de Derechos Humanos
examinó la “Cuestión del castigo de los criminales de guerra y de las personas que hayan
cometido crímenes de lesa humanidad”, tras una propuesta presentada por Polonia
(E/CN.4/885; E/CN.4/L.733/Rev.1). El 9 de abril de 1965, la Comisión aprobó la resolución 3
(XXI) (E/4024), en la que solicitó al Secretario General que realizara un estudio sobre los
problemas de derecho internacional que planteaban los crímenes de guerra y los
crímenes de lesa humanidad y sobre los procedimientos jurídicos existentes para
garantizar la imprescriptibilidad de esos crímenes. La Comisión decidió dar prioridad al
examen de ese estudio en su siguiente período de sesiones.
La Convención sobre la Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad (1968)
En su 42º período de sesiones, celebrado en 1967, el Consejo aprobó la resolución 1220
(XLII), a propuesta de Checoslovaquia (E/L.1163) y en su forma enmendada oralmente por
el Reino Unido, en la que expresó la esperanza de que la Asamblea General, a la mayor
brevedad posible, adoptara una convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes
de guerra y de los crímenes de lesa humanidad. El Consejo también transmitió los
documentos pertinentes a la Asamblea General, con la recomendación de que los tuviera
en cuenta para preparar una convención sobre el tema; por último, solicitó al Secretario
General que incluyera la cuestión en el programa provisional de la Asamblea General.
La Convención sobre la Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad (1968)
En el vigésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General, celebrado en 1968, la
Tercera Comisión tuvo ante sí el proyecto de convención presentado por el grupo mixto
de trabajo y las correspondientes observaciones de los Gobiernos, que figuraban en el
informe del Secretario General (A/7174). A propuesta de Polonia, la Tercera Comisión
decidió que no celebraría un debate general sobre el tema y que, en su lugar, examinaría
directamente el preámbulo y los artículos sustantivos del proyecto de convención.
La Convención sobre la Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y Lesa Humanidad (1968)
El 15 de octubre de 1968, la Tercera Comisión aprobó en su conjunto el proyecto de
convención, en su forma enmendada (A/7342). La Comisión recomendó a la Asamblea
General que aprobara la convención. En consecuencia, la Asamblea General aprobó la
resolución 2391 (XXIII), de 26 de noviembre de 1968, en la que figuraba como anexo la
Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de los Crímenes de
Lesa Humanidad.
La Convención entró en vigor el 11 de noviembre de 1970, el nonagésimo día siguiente a la
fecha en que se depositó en poder del Secretario General de las Naciones Unidas el
décimo instrumento de ratificación o adhesión.
https://legal.un.org/avl/intro/introduction.html?tab=5
La Convención de Viena sobre Derecho de los
Tratados (1969)
La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (CVDT), adoptada en 1969, es un
instrumento fundamental en el derecho internacional que establece el marco para la creación,
interpretación y aplicación de los tratados entre Estados. Su relevancia reside en la codificación
de normas consuetudinarias y en la provisión de directrices claras para la interpretación de
tratados.
La CVDT es el resultado de años de trabajo de la Comisión de Derecho Internacional de las
Naciones Unidas, que desde 1949 se dedicó a la codificación y desarrollo progresivo del derecho
de los tratados. La conferencia de Viena, que sesionó en 1968 y 1969, culminó con la adopción de
la Convención, la cual es considerada por muchos doctrinarios como un régimen jurídico
codificado de la costumbre internacional y vinculante para todos los Estados, incluso aquellos
que no la han ratificado.
Objeto Particular
Conjunto de normas de carácter predominantemente contractual que regula las relaciones
entre algunos miembros de la comunidad internacional, pero que, a diferencia del objeto
general, su obligatoriedad se circunscribe solamente a aquellos sujetos que celebraron dicha
convención o acuerdo. Sirven como muestra del objeto particular del derecho internacional
los diversos tratados bilaterales o regionales que se celebran en materia de derechos
humanos, libre comercio o cooperación económica.
El Tratado de Libre Comercio para América del
Norte (1992)
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) estableció una zona de libre
comercio en América del Norte; fue firmado en 1992 por Canadá, México y Estados
Unidos y entró en vigor el 1 de enero de 1994. El TLCAN eliminó de inmediato los
aranceles sobre la mayoría de los bienes producidos por los países signatarios. También
prevé la eliminación gradual, en un período de 15 años, de la mayoría de las barreras
restantes a la inversión transfronteriza y al movimiento de bienes y servicios entre los
tres países.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) finalizó el 30 de junio de
2020 y fue reemplazado el 1 de julio de 2020 por el Tratado entre Estados Unidos, México
y Canadá (T-MEC).
Teorías sobre su Existencia
y Relación con el Derecho
Interno
Por un lado, existen corrientes de pensamiento que desconocen categóricamente la
existencia del derecho internacional. Dichas posturas están seguidas por aquellas teorías
que niegan el carácter jurídico del derecho internacional, mas no su existencia.
Se trata de la corriente que Verdross denomina “negadores del derecho internacional” y
describe a quienes, sin negar la existencia del derecho internacional, no le reconocen su
carácter jurídico. Véase Alfred Verdross, ob cit, págs 63-64.
Sin embargo, resulta a todas luces sencillo de comprender que la hipotética negación del
carácter jurídico del derecho internacional es prácticamente la negación absoluta de su
existencia.
Los negadores radicales son aquellos que de manera definitiva no aceptan la existencia
del derecho internacional, debido a su convicción de que las relaciones internacionales o
entre Estados se resuelven por el uso de la fuerza, mas no por el imperio del derecho.
Sepúlveda advierte que dichos negadores, además de su número reducido a lo largo de
la historia, carecen de fundamentos y calificaciones suficientes para respaldar sus
aseveraciones. Argumentan que en las relaciones humanas y entre pueblos sólo
prevalece el más fuerte y esto define a las relaciones internacionales, colocando al
derecho internacional como mero instrumento político de fuerza y control, sin valor
normativo alguno.
El más destacado de esos negadores es Thomas Hobbes, quien en su Leviatán señala:
... el derecho de gentes no es sino un conjunto de leyes que regulan las relaciones
mutuas de fuerzas físicas entre los Estados, quienes al vivir en un “estado de naturaleza”
sin encontrarse sometidos a una civitas maxima superior se mantienen uno frente al
otro, en “posición de gladiadores” (in the state and posture of gladiators). Estas
comparaciones, a juicio de Verdross, muestran el estado de guerra potencial o actual en
que viven intermitentemente los Estados.
Por otro lado, nos encontramos con aquellas teorías que reconocen el carácter jurídico
del derecho internacional —y su existencia, por supuesto—, pero difieren en cuanto a su
fundamento.
Mención en esta categoría merece Hegel. Hegel difiere de las consideraciones de los
neohegelianos, toda vez que considera al derecho internacional como derecho; sin
embargo, le confiere la naturaleza de “derecho estatal externo”, afirma que el derecho
internacional sería posible sólo con base en un poder supraestatal. Empero,
para dicho autor no existe entidad alguna que se ubique por encima del Estado, en tanto
que lo concibe como “la realidad de la idea moral”, “el verdadero Dios en la tierra”, “un fin
en sí absoluto e incólume” que “posee el derecho supremo frente a los individuos”.
Corrientes que sostienen la existencia y carácter jurídico del derecho internacional:
Contra la labor demoledora de los negadores, otros autores se dedican a
demostrar la existencia del derecho, lo cual hacen en dos perspectivas:
• Mediante la teoría de la autolimitación del Estado.
• Por medio del concepto de comunidad internacional.
En la primera perspectiva, autores como Jellinek conceden que el Estado
domina la escena internacional y que su voluntad es decisiva para
formar alianzas y las organizaciones internacionales. Sin embargo, el poder
del Estado no puede ignorar las relaciones con los demás Estados;
incluso un país fuerte, prácticamente omnímodo, como la Unión Americana después de
la guerra fría, necesita invocar el derecho internacional y de aquí surge la idea de que el
Estado se “autolimita”.
En la segunda perspectiva, los autores tienen que recurrir a la idea de que la comunidad
internacional es una instancia superior a la voluntad del Estado, porque, de no ser así, la
costumbre internacional no sería obligatoria para el Estado. Incluso los tratados
internacionales, a pesar del principio pacta sunt servanta, estarían a capricho de los
Estados, por lo que hay que buscar un fundamento más sólido del derecho internacional.
En este tenor, León Duguit habla de la solidaridad como base del derecho internacional,
George Schelle dirá que el derecho responde a un imperativo social para resolver
necesidades concretas, Nicolas Politis señalará que la base del derecho internacional es
la conciencia jurídica de los pueblos y Louis Cavaré encontrará el fundamento en la
necesidad de los pueblos de establecer relaciones continuas.
En ese orden de ideas, el derecho internacional público debe ser
considerado el conjunto de acciones políticas y de presupuestos jurídicos y
culturales que limitan la razón de Estado.