El capítulo 1 del manual de ATLS 10ª edición sienta las bases para el manejo inicial del
paciente traumatizado, haciendo hincapié en la importancia de un enfoque sistemático,
rápido y bien coordinado para maximizar la supervivencia. Este abordaje se divide en
varias fases interconectadas, cada una con objetivos y prioridades específicas
.
La preparación es fundamental y ocurre en dos escenarios principales: prehospitalario y
hospitalario
. En la fase prehospitalaria, la coordinación con las agencias y el personal prehospitalario es
crucial para acelerar el tratamiento en el campo. Esto incluye la notificación temprana al
hospital receptor antes del traslado, lo que permite la movilización del equipo de trauma y
la preparación de los recursos necesarios en el departamento de urgencias (DU) para la
llegada del paciente. Durante esta fase, las prioridades son el mantenimiento de la vía aérea,
el control de la hemorragia externa y el shock, la inmovilización del paciente y el transporte
inmediato al centro apropiado más cercano, preferiblemente un centro de trauma verificado.
Se enfatiza la necesidad de minimizar el tiempo en la escena. Además, se debe obtener y
reportar información relevante para el triaje hospitalario, como el momento de la lesión, los
eventos relacionados y la historia del paciente. El mecanismo de la lesión puede sugerir la
gravedad y los tipos de lesiones a evaluar y tratar. Existen cursos como el Prehospital
Trauma Life Support (PHTLS) que abordan el cuidado prehospitalario de pacientes
lesionados y son similares en formato al curso ATLS. El uso de protocolos prehospitalarios
y el acceso a dirección médica en línea pueden mejorar la atención inicial en el campo. La
revisión multidisciplinaria periódica de la atención al paciente a través de procesos de
mejora de la calidad es esencial en los programas de trauma hospitalarios
.
La fase hospitalaria implica una planificación anticipada para la llegada del paciente
traumatizado
. Un traspaso de información fluido entre el personal prehospitalario y el hospitalario,
dirigido por el líder del equipo de trauma, asegura que toda la información importante esté
disponible para el equipo. Los aspectos críticos de la preparación hospitalaria incluyen la
disponibilidad de un área de reanimación dedicada, equipo de vía aérea funcional,
organizado, probado y de fácil acceso (p. ej., laringoscopios, tubos endotraqueales),
soluciones intravenosas cristaloides tibias disponibles para infusión inmediata, así como
dispositivos de monitorización apropiados. También debe existir un protocolo para solicitar
asistencia médica adicional y un medio para asegurar respuestas rápidas del laboratorio y
radiología. Finalmente, deben establecerse y estar operativos acuerdos de transferencia con
centros de trauma verificados. Debido al riesgo de enfermedades transmisibles, se
recomienda encarecidamente el uso de precauciones estándar (p. ej., mascarilla facial,
protección ocular, bata impermeable y guantes) al entrar en contacto con fluidos corporales
.
El triaje es el proceso de clasificación de pacientes basado en los recursos necesarios para
el tratamiento y los recursos realmente disponibles
. El orden de tratamiento se basa en las prioridades ABC. Otros factores que influyen en el
triaje y la prioridad del tratamiento incluyen la gravedad de la lesión, la probabilidad de
supervivencia y los recursos disponibles. El triaje también implica la clasificación en el
campo para determinar el centro médico receptor apropiado. Se puede considerar la
activación del equipo de trauma para pacientes gravemente heridos. Es inapropiado llevar a
un paciente con trauma grave a un hospital que no sea un centro de trauma si uno está
disponible. La puntuación de trauma prehospitalaria puede ayudar a identificar pacientes
gravemente heridos que requieren traslado a un centro de trauma. Las situaciones de triaje
se clasifican en múltiples víctimas (el número y la gravedad de las lesiones no exceden la
capacidad del centro) y víctimas en masa (el número y la gravedad de las lesiones exceden
la capacidad del centro), donde se prioriza a los pacientes con la mayor probabilidad de
supervivencia y que requieran la menor inversión de tiempo, equipo, suministros y personal
.
La evaluación primaria con reanimación simultánea sigue la secuencia ABCDE para
identificar y tratar condiciones que amenazan la vida
.
•
A (Airway): Mantenimiento de la vía aérea con restricción del movimiento de la columna
cervical. La primera prioridad es evaluar la permeabilidad de la vía aérea
. Esto incluye buscar cuerpos extraños, fracturas faciales, mandibulares o traqueolaringeas,
y aspirar sangre o secreciones. Se deben iniciar medidas para establecer una vía aérea
permeable mientras se restringe el movimiento de la columna cervical. Si el paciente puede
hablar, la vía aérea probablemente no esté en peligro inmediato, pero la evaluación repetida
es prudente. Los pacientes con un GCS de 8 o menos generalmente requieren una vía aérea
definitiva (tubo traqueal con manguito asegurado). Inicialmente, las maniobras de elevación
del mentón o tracción mandibular pueden ser suficientes. En pacientes inconscientes sin
reflejo nauseoso, se puede usar una vía aérea orofaríngea temporalmente. Se debe
establecer una vía aérea definitiva si hay alguna duda sobre la capacidad del paciente para
mantenerla. Las respuestas motoras no propositivas sugieren la necesidad de una vía aérea
definitiva. Se debe tener precaución para evitar el movimiento excesivo de la columna
cervical, asumiendo una lesión espinal basada en el mecanismo del trauma. Se utiliza un
collarín cervical, y durante el manejo de la vía aérea, un miembro del equipo restringe
manualmente el movimiento cervical. Es crucial reconocer la potencial pérdida progresiva
de la vía aérea y reevaluar su permeabilidad con frecuencia. Si la intubación está
contraindicada o no se puede lograr, se debe establecer una vía aérea quirúrgica
.
•
B (Breathing and Ventilation): Respiración y ventilación adecuadas. La permeabilidad de la
vía aérea por sí sola no asegura una ventilación adecuada
. Se requiere un intercambio de gases adecuado, lo que depende de la función de los
pulmones, la pared torácica y el diafragma. Se debe exponer el cuello y el tórax para
evaluar la distensión venosa yugular, la posición de la tráquea y la excursión de la pared
torácica. La auscultación confirma el flujo de aire en los pulmones, y la inspección y
palpación detectan lesiones en la pared torácica que puedan comprometer la ventilación. La
percusión del tórax puede identificar anomalías, aunque puede ser inexacta en un ambiente
ruidoso. Lesiones como el neumotórax a tensión, el hemotórax masivo, el neumotórax
abierto y las lesiones traqueales o bronquiales comprometen significativamente la
ventilación y requieren atención inmediata. El neumotórax a tensión compromete
dramáticamente la ventilación y la circulación, por lo que la descompresión torácica debe
seguir inmediatamente a la sospecha clínica. Todo paciente lesionado debe recibir oxígeno
suplementario, preferiblemente con una mascarilla con reservorio si no está intubado, para
lograr una oxigenación óptima. Se debe utilizar un oxímetro de pulso para monitorizar la
saturación de oxígeno de la hemoglobina. El neumotórax simple, el hemotórax simple, las
fracturas costales, el tórax batiente y la contusión pulmonar pueden comprometer la
ventilación en menor grado y generalmente se identifican durante la evaluación secundaria.
Un neumotórax simple puede convertirse en un neumotórax a tensión si se intuba al
paciente y se proporciona ventilación con presión positiva antes de descomprimir el
neumotórax con un tubo de tórax
.
•
C (Circulation with Hemorrhage Control): Circulación con control de hemorragias. El
compromiso circulatorio en pacientes con trauma puede deberse a diversas lesiones. El
volumen sanguíneo, el gasto cardíaco y el sangrado son los principales problemas
circulatorios a considerar
. La hemorragia es la principal causa de muertes prevenibles después de una lesión.
Identificar y controlar rápidamente la hemorragia e iniciar la reanimación son cruciales.
Una vez excluido el neumotórax a tensión como causa de shock, la hipotensión después de
una lesión se debe a la pérdida de sangre hasta que se demuestre lo contrario. La evaluación
rápida y precisa del estado hemodinámico es esencial, utilizando el nivel de conciencia, la
perfusión cutánea y el pulso como indicadores. Un nivel de conciencia alterado puede
indicar una perfusión cerebral críticamente impaired debido a la reducción del volumen
sanguíneo circulante. La piel rosada, especialmente en la cara y las extremidades, rara vez
se asocia con hipovolemia crítica después de una lesión, mientras que la piel cenicienta o
gris y las extremidades pálidas pueden indicar hipovolemia. Un pulso rápido y débil es
típico de hipovolemia. Se debe evaluar un pulso central (p. ej., femoral o carotídeo)
bilateralmente en cuanto a calidad, frecuencia y regularidad. La ausencia de pulsos
centrales que no se atribuyen a factores locales requiere una acción de reanimación
inmediata. Se debe identificar la fuente de sangrado como externa o interna. La hemorragia
externa se identifica y controla durante la evaluación primaria mediante presión manual
directa sobre la herida. Los torniquetes son efectivos en la hemorragia masiva de una
extremidad, pero conllevan riesgo de lesión isquémica y deben usarse solo cuando la
presión directa no es efectiva y la vida del paciente está en peligro. El pinzamiento a ciegas
puede dañar nervios y venas. Las principales áreas de hemorragia interna son el tórax, el
abdomen, el retroperitoneo, la pelvis y los huesos largos. La fuente de sangrado
generalmente se identifica mediante el examen físico e imágenes (radiografía de tórax,
radiografía de pelvis, FAST o DPL). El manejo inmediato puede incluir la descompresión
torácica y la aplicación de un dispositivo de estabilización pélvica y/o férulas para
extremidades. El manejo definitivo puede requerir tratamiento quirúrgico o radiológico
intervencionista y estabilización pélvica y de huesos largos. Se debe iniciar la consulta
quirúrgica o los procedimientos de transferencia tempranamente en estos pacientes. El
control definitivo del sangrado es esencial, junto con el reemplazo apropiado del volumen
intravascular. Se debe establecer acceso vascular; típicamente se colocan dos catéteres
venosos periféricos de grueso calibre para administrar líquidos, sangre y plasma. Se
obtienen muestras de sangre para estudios hematológicos basales, incluida una prueba de
embarazo para todas las mujeres en edad fértil y la tipificación y cruce de sangre. Para
evaluar la presencia y el grado de shock, se obtienen gases en sangre y/o el nivel de lactato.
Cuando no se puede acceder a sitios periféricos, se puede usar la infusión intraósea, el
acceso venoso central o la disección venosa, según las lesiones del paciente y la habilidad
del médico. La reanimación agresiva y continua con líquidos no sustituye el control
definitivo de la hemorragia. El shock asociado con una lesión suele ser de origen
hipovolémico, en cuyo caso se inicia la terapia con líquidos intravenosos con cristaloides.
Todas las soluciones intravenosas deben calentarse. Se puede requerir un bolo de 1 litro de
una solución isotónica para lograr una respuesta apropiada en un paciente adulto. Si un
paciente no responde a la terapia inicial con cristaloides, debe recibir una transfusión de
sangre. Los líquidos se administran con moderación, ya que la reanimación agresiva antes
del control del sangrado ha demostrado aumentar la mortalidad y la morbilidad. Los
pacientes con traumatismos graves tienen riesgo de coagulopatía, que puede verse agravada
por las medidas de reanimación. Esto puede establecer un ciclo de sangrado continuo y
mayor reanimación, que puede mitigarse mediante el uso de protocolos de transfusión
masiva con componentes sanguíneos administrados en proporciones bajas predefinidas. La
administración temprana de ácido tranexámico en pacientes gravemente heridos ha
demostrado mejorar la supervivencia en estudios militares europeos y americanos si se
administra dentro de las 3 horas posteriores a la lesión
.
•
D (Disability - Neurologic Evaluation): Evaluación neurológica. Una evaluación
neurológica rápida establece el nivel de conciencia del paciente y el tamaño y la reacción
pupilar; identifica la presencia de signos de lateralización; y determina el nivel de lesión de
la médula espinal, si está presente
. La Escala de Coma de Glasgow (GCS) es un método rápido, simple y objetivo para
determinar el nivel de conciencia. Una disminución en el nivel de conciencia puede indicar
una disminución de la oxigenación y/o perfusión cerebral, o puede ser causada por una
lesión cerebral directa. Un nivel de conciencia alterado indica la necesidad de reevaluar
inmediatamente el estado de oxigenación, ventilación y perfusión del paciente. La
hipoglucemia, el alcohol, los narcóticos y otras drogas también pueden alterar el nivel de
conciencia. Hasta que se demuestre lo contrario, siempre se debe presumir que los cambios
en el nivel de conciencia son resultado de una lesión del sistema nervioso central. La lesión
cerebral primaria resulta del efecto estructural de la lesión en el cerebro. La prevención de
la lesión cerebral secundaria mediante el mantenimiento de una oxigenación y perfusión
adecuadas son los principales objetivos del manejo inicial. Debido a que la evidencia de
lesión cerebral puede ser ausente o mínima en el momento de la evaluación inicial, es
crucial repetir el examen. Los pacientes con evidencia de lesión cerebral deben ser tratados
en un centro con el personal y los recursos para anticipar y manejar sus necesidades. Si no
se dispone de recursos, se deben iniciar los arreglos para el traslado tan pronto como se
reconozca esta condición. Del mismo modo, se debe consultar a un neurocirujano una vez
que se reconozca una lesión cerebral
.
•
E (Exposure and Environmental Control): Exposición y control ambiental. Durante la
evaluación primaria, se debe desvestir completamente al paciente, generalmente cortando
su ropa para facilitar un examen y una evaluación exhaustivos
. Después de completar la evaluación, se debe cubrir al paciente con mantas tibias o un
dispositivo de calentamiento externo para prevenir la hipotermia en el área de recepción de
trauma. Se deben calentar los líquidos intravenosos antes de infundirlos y mantener un
ambiente cálido. La hipotermia puede estar presente a la llegada o desarrollarse
rápidamente en el DU si el paciente está descubierto y recibe una administración rápida de
líquidos a temperatura ambiente o sangre refrigerada. Debido a que la hipotermia es una
complicación potencialmente letal en pacientes lesionados, se deben tomar medidas
agresivas para prevenir la pérdida de calor corporal y restaurar la temperatura corporal a la
normalidad. La temperatura corporal del paciente tiene mayor prioridad que la comodidad
de los proveedores de atención médica, y se debe aumentar la temperatura del área de
reanimación para minimizar la pérdida de calor corporal. Se recomienda el uso de un
calentador de líquidos de alto flujo para calentar los líquidos cristaloides a 39°C (102.2°F).
Cuando no se disponga de calentadores de líquidos, se puede usar un microondas para
calentar los líquidos cristaloides, pero nunca se debe usar para calentar productos
sanguíneos
.
Los adyuvantes a la evaluación primaria con reanimación incluyen monitorización
electrocardiográfica continua, oximetría de pulso, monitorización de dióxido de carbono
(CO2) y evaluación de la frecuencia ventilatoria y gases en sangre arterial (GSA)
. Además, se pueden colocar catéteres urinarios para monitorizar la producción de orina y
evaluar la hematuria, y catéteres gástricos para descomprimir la distensión y detectar
evidencia de sangre. Otras pruebas útiles incluyen el lactato en sangre y exámenes
radiográficos (p. ej., tórax y pelvis), FAST, FAST extendido (eFAST) y DPL. Los
parámetros fisiológicos como la frecuencia del pulso, la presión arterial, la presión del
pulso, la frecuencia ventilatoria, los niveles de GSA, la temperatura corporal y la
producción de orina reflejan la adecuación de la reanimación y deben obtenerse lo antes
posible durante o después de completar la evaluación primaria, y reevaluarse
periódicamente. La monitorización electrocardiográfica (ECG) es importante en todos los
pacientes con trauma, ya que las arritmias pueden indicar una lesión cardíaca contusa. La
actividad eléctrica sin pulso (AESP) puede indicar taponamiento cardíaco, neumotórax a
tensión y/o hipovolemia profunda. La bradicardia, las alteraciones de la conducción y las
contracciones prematuras sugieren hipoxia e hipoperfusión. La hipotermia extrema también
produce arritmias. La oximetría de pulso es un adyuvante valioso para monitorizar la
oxigenación, aunque no mide la presión parcial de oxígeno o dióxido de carbono. La
frecuencia ventilatoria, la capnografía y los GSA se utilizan para monitorizar la adecuación
de las respiraciones del paciente. La capnografía puede confirmar la intubación de la vía
aérea (frente al esófago) y controlar la ventilación. Los valores de GSA proporcionan
información sobre la oxigenación, la ventilación y el estado ácido-base, donde un pH bajo y
niveles bajos de exceso de base indican shock. La colocación de catéteres urinarios
monitoriza el estado del volumen y la perfusión renal, mientras que los catéteres gástricos
descomprimen la distensión y verifican la hemorragia gastrointestinal superior. Se debe
tener precaución al insertar catéteres urinarios en pacientes con posible lesión uretral
(sangre en el meato uretral o equimosis perineal). Si se sospecha una fractura de la lámina
cribosa, el tubo gástrico debe insertarse por vía oral para evitar el paso intracraneal. Los
exámenes radiográficos (radiografías AP de tórax y pelvis) a menudo proporcionan
información para guiar los esfuerzos de reanimación en pacientes con traumatismo cerrado,
pero no deben retrasar la reanimación ni el traslado si se requiere un nivel de atención
superior. El FAST, el eFAST y el DPL son herramientas útiles para la detección rápida de
sangre intraabdominal, neumotórax y hemotórax, dependiendo de la habilidad y experiencia
del médico
.
Durante la evaluación primaria con reanimación, el médico evaluador a menudo obtiene
suficiente información para determinar la necesidad de transferir al paciente a otro centro
para atención definitiva
. Este proceso puede iniciarse de inmediato por el personal administrativo bajo la dirección
del líder del equipo de trauma mientras se realizan evaluaciones y medidas de reanimación
adicionales. Es importante no retrasar la transferencia para realizar una evaluación
diagnóstica exhaustiva; solo se deben realizar las pruebas que mejoren la capacidad de
reanimar, estabilizar y asegurar el traslado seguro del paciente. Una vez que se toma la
decisión de transferir, la comunicación entre los médicos remitente y receptor es esencial
.
Se debe prestar consideración especial a poblaciones específicas como niños, mujeres
embarazadas, adultos mayores, pacientes obesos y atletas durante la evaluación inicial
. Las prioridades de atención son las mismas, pero pueden presentar respuestas fisiológicas
atípicas y diferencias anatómicas que requieren equipo o consideración especial. Los niños
tienen una reserva fisiológica abundante y pueden no mostrar signos tempranos de
hipovolemia, pero cuando se deterioran, lo hacen de forma repentina y catastrófica. Los
cambios anatómicos y fisiológicos del embarazo pueden modificar la respuesta de la
paciente a la lesión, y es importante el reconocimiento temprano del embarazo y la
evaluación fetal temprana. Los adultos mayores tienen una reserva fisiológica disminuida y
las comorbilidades pueden afectar su capacidad de respuesta a las lesiones. Los pacientes
obesos presentan desafíos en procedimientos como la intubación y en pruebas diagnósticas
como FAST, DPL y TC, además de tener comorbilidades que limitan su capacidad de
compensación. Los atletas pueden no manifestar signos tempranos de shock debido a su
excelente condición física y pueden tener una presión arterial basal más baja
.
La evaluación secundaria comienza una vez completada la evaluación primaria, la
reanimación esté en curso y se haya demostrado la mejora de las funciones vitales
. Consiste en una evaluación de cabeza a pies, que incluye una historia completa y un
examen físico, así como la reevaluación de todos los signos vitales. Se examina
completamente cada región del cuerpo. Existe un gran potencial de pasar por alto una
lesión o no apreciar su significado, especialmente en un paciente inconsciente o inestable.
La historia debe incluir el mecanismo de la lesión. A menudo, esta información debe
obtenerse del personal prehospitalario y de la familia utilizando el mnemónico AMPLE:
Alergias, Medicamentos actuales, Padecimientos previos/Embarazo, Last meal (última
comida), Eventos/Entorno relacionados con la lesión. El conocimiento del mecanismo de la
lesión puede ayudar a comprender el estado fisiológico del paciente y proporcionar pistas
sobre las lesiones esperadas. Las lesiones se dividen en traumatismo cerrado y penetrante,
así como térmicas y causadas por entornos peligrosos. El examen físico sigue la secuencia
de cabeza, estructuras maxilofaciales, columna cervical y cuello, tórax, abdomen y pelvis,
periné/recto/vagina, sistema musculoesquelético y sistema neurológico. En la cabeza, se
buscan laceraciones, contusiones y evidencia de fracturas, y se reevalúan los ojos. El
examen de las estructuras maxilofaciales incluye la palpación de todas las estructuras óseas,
la evaluación de la oclusión y el examen intraoral. En la columna cervical y el cuello, se
asume una lesión cervical en pacientes con traumatismo craneal o maxilofacial, y se
restringe el movimiento. Se examina el cuello en busca de sensibilidad, enfisema
subcutáneo, desviación traqueal y fractura laríngea, y se palpan y auscultan las arterias
carótidas. La evaluación del tórax identifica condiciones como el neumotórax abierto y los
segmentos flácidos grandes, y requiere palpación, auscultación y, a menudo, una
radiografía de tórax. La evaluación del abdomen y la pelvis busca signos de lesión
intraabdominal y fracturas pélvicas. Se examina el periné, el recto y la vagina en busca de
contusiones, hematomas, laceraciones y sangrado. La evaluación del sistema
musculoesquelético incluye la inspección y palpación de las extremidades y la espalda para
identificar fracturas y otras lesiones. Un examen neurológico completo incluye la
evaluación motora y sensorial de las extremidades, así como la reevaluación del nivel de
conciencia y las pupilas
.
Los adyuvantes a la evaluación secundaria pueden incluir radiografías adicionales,
tomografías computarizadas, urografía de contraste y angiografía, ultrasonido
transesofágico, broncoscopia, esofagoscopia y otros procedimientos diagnósticos
. Estos estudios se realizan si el estado del paciente lo permite y el mecanismo de la lesión
sugiere su necesidad, sin comprometer la estabilidad hemodinámica del paciente
.
La reevaluación es un proceso continuo y esencial para asegurar que no se pasen por alto
nuevos hallazgos y para detectar cualquier deterioro en los hallazgos previamente
observados
. La monitorización continua de los signos vitales, la saturación de oxígeno y la producción
de orina es fundamental. El alivio del dolor severo es una parte importante del tratamiento
.
La atención definitiva se refiere al tratamiento especializado de las lesiones identificadas
.
Las consideraciones legales incluyen la importancia de llevar registros meticulosos de la
evaluación y el tratamiento, obtener el consentimiento para el tratamiento (si es posible, o
proporcionar tratamiento de emergencia primero y obtener el consentimiento formal
después), y preservar la evidencia forense si se sospecha actividad criminal
.
El trabajo en equipo es fundamental para una evaluación y reanimación eficaces
. Un líder de equipo supervisa y dirige la evaluación, asigna roles y tareas, y asegura una
transición fluida del entorno prehospitalario al hospitalario. El traspaso de información del
personal del SEM al equipo hospitalario debe ser un proceso estructurado utilizando el
acrónimo MIST: Mecanismo (y tiempo) de la lesión, Injuries encontradas y sospechadas,
Síntomas y signos, Tratamiento iniciado. La comunicación clara y concisa entre los
miembros del equipo es crucial. Después de que el paciente abandona el DU, el líder del
equipo realiza una sesión de "After Action" para revisar los aspectos técnicos y
emocionales de la reanimación e identificar oportunidades de mejora.
Este documento informativo resume los principales temas, ideas y hechos importantes
extraídos de las páginas 56 a 74 del "ATLS 10th Edition Student Manual". Se incluyen
citas directas de la fuente original para ilustrar puntos clave.
Tema Principal: Evaluación y manejo inicial del paciente traumatizado.
Ideas y Hechos Importantes:
1. Importancia de la Preparación:
La preparación, tanto en la fase prehospitalaria como hospitalaria, es crucial para
una reanimación rápida y eficaz de los pacientes traumatizados.
Prehospitalaria: Se enfatiza el mantenimiento de la vía aérea, el control de la
hemorragia externa y el shock, la inmovilización del paciente y el transporte
inmediato al centro apropiado.
Hospitalaria: Se requiere planificación anticipada, incluyendo una transferencia de
información fluida del personal prehospitalario al equipo hospitalario liderado por el
jefe del equipo de trauma.
"Advance planning for the arrival of trauma patients is essential".
"Emphasis also is placed on obtaining and reporting information needed for triage at
the hospital, including time of injury, events related to the injury, and patient
history."
1. Triage:
El triage implica la clasificación de pacientes según los recursos necesarios y los
disponibles, priorizando el tratamiento según el ABC (vía aérea con protección de la
columna cervical, respiración y circulación con control de hemorragias).
Se diferencia entre incidentes con múltiples víctimas y con víctimas en masa, donde
las prioridades de tratamiento varían según la capacidad del centro.
En incidentes con víctimas en masa, se prioriza a los pacientes con mayor
probabilidad de supervivencia y que requieran la menor inversión de tiempo y
recursos.
"Triage involves the sorting of patients based on the resources required for
treatment and the resources that are actually available."
"In mass-casualty events, the number of patients and the severity of their injuries
does exceed the capability of the facility and staff. In such cases, patients having the
greatest chance of survival and requiring the least expenditure of time, equipment,
supplies, and personnel are treated first."
1. Encuesta Primaria con Reanimación Simultánea (ABCDE):
Esta es la secuencia prioritaria para identificar y tratar condiciones que amenazan la
vida.
A (Airway): Mantenimiento de la vía aérea con restricción del movimiento de la
columna cervical. La evaluación rápida incluye buscar signos de obstrucción y
asegurar una vía aérea permeable. Se debe asumir lesión de la columna cervical
según el mecanismo de trauma.
"Upon initial evaluation of a trauma patient, first assess the airway to ascertain
patency."
"Based on the mechanism of trauma, assume that a spinal injury exists."
B (Breathing): Evaluación de la respiración y ventilación adecuadas. Requiere la
exposición del cuello y tórax. Lesiones como el neumotórax a tensión requieren
atención inmediata. Se debe administrar oxígeno suplementario a todos los
pacientes lesionados.
"Airway patency alone does not ensure adequate ventilation."
"Every injured patient should receive supplemental oxygen."
C (Circulation): Evaluación de la circulación con control de hemorragias. La
hemorragia es la principal causa de muertes prevenibles. Se evalúa el nivel de
conciencia, la perfusión cutánea y el pulso. Se debe identificar y controlar
rápidamente la hemorragia externa mediante presión directa y, si es necesario,
torniquetes. Se deben establecer accesos vasculares para la administración de
fluidos y sangre.
"Hemorrhage is the predominant cause of preventable deaths after injury."
"Rapid, external blood loss is managed by direct manual pressure on the wound."
D (Disability): Evaluación neurológica rápida, incluyendo el nivel de conciencia
(utilizando la Escala de Coma de Glasgow - GCS) y la reacción pupilar.
"A rapid neurologic evaluation establishes the patient’s level of consciousness and
pupillary size and reaction..."
"The GCS is a quick, simple, and objective method of determining the level of
consciousness."
E (Exposure/Environmental Control): Exposición completa del paciente para una
evaluación exhaustiva, seguida de medidas para prevenir la hipotermia (cubrir con
mantas calientes, calentar fluidos intravenosos y mantener un ambiente cálido).
"During the primary survey, completely undress the patient... After completing the
assessment, cover the patient with warm blankets..."
"Hypothermia is a potentially lethal complication in injured patients, take
aggressive measures to prevent the loss of body heat and restore body temperature
to normal."
1. Adyuvantes a la Encuesta Primaria con Reanimación:
Incluyen monitorización electrocardiográfica (ECG), pulsioximetría, capnografía y
gases en sangre arterial (ABG), catéteres urinario y gástrico, y estudios radiológicos
(radiografía de tórax y pelvis).
"Adjuncts used during the primary survey include continuous electrocardiography,
pulse oximetry, carbon dioxide (CO2) monitoring, and assessment of ventilatory
rate, and arterial blood gas (ABG) measurement."
La radiografía debe usarse con criterio y no debe retrasar la reanimación o el
traslado si es necesario.
FAST (Focused Assessment with Sonography for Trauma), eFAST (Extended
FAST) y DPL (Diagnostic Peritoneal Lavage) son herramientas útiles para la
detección rápida de sangre intraabdominal, neumotórax y hemotórax.
1. Consideración de la Necesidad de Traslado del Paciente:
La decisión de trasladar a un paciente a un centro con mayor nivel de atención debe
tomarse tempranamente, sin retrasar el traslado para realizar evaluaciones
diagnósticas exhaustivas.
La comunicación entre el médico remitente y el receptor es esencial.
"During the primary survey with resuscitation, the evaluating doctor frequently
obtains sufficient information to determine the need to transfer the patient to another
facility for definitive care."
1. Poblaciones Especiales:
Niños, mujeres embarazadas, adultos mayores, pacientes obesos y atletas pueden
presentar respuestas fisiológicas atípicas o diferencias anatómicas que requieren
consideraciones especiales.
"Patient populations that warrant special consideration during initial assessment are
children, pregnant women, older adults, obese patients, and athletes."
En pediatría, la reserva fisiológica puede ser engañosa y el deterioro puede ser
repentino. En el embarazo, los cambios fisiológicos modifican la respuesta a la
lesión. En adultos mayores, la reserva fisiológica disminuye y las comorbilidades
son frecuentes.
1. Encuesta Secundaria:
Se realiza una vez completada la encuesta primaria, iniciada la reanimación y
demostrada la mejoría de las funciones vitales.
Es una evaluación de cabeza a pies, incluyendo una historia completa (AMPLE:
Alergias, Medicamentos, Pasado médico/Embarazo, Última comida,
Eventos/Ambiente relacionados con la lesión) y una exploración física detallada de
cada región del cuerpo.
El conocimiento del mecanismo de lesión es crucial para anticipar posibles lesiones.
"The secondary survey is a head-to-toe evaluation of the trauma patient—that is, a
complete history and physical examination, including reassessment of all vital
signs."
"Knowledge of the mechanism of injury can enhance understanding of the patient’s
physiologic state and provide clues to anticipated injuries."
1. Adyuvantes a la Encuesta Secundaria:
Pueden incluir radiografías adicionales, tomografías computarizadas (TC), urografía
y angiografía con contraste, ecografía transesofágica, broncoscopia, esofagoscopia y
otros procedimientos diagnósticos.
Estos estudios no deben comprometer la estabilidad del paciente.
1. Reevaluación:
Los pacientes traumatizados deben ser reevaluados constantemente para detectar
nuevos hallazgos o el deterioro de hallazgos previos.
La monitorización continua de las constantes vitales, la saturación de oxígeno y la
diuresis es esencial.
El alivio del dolor severo es una parte importante del tratamiento, utilizando
opiáceos y ansiolíticos por vía intravenosa con precaución.
1. Cuidados Definitivos:
Implican el tratamiento específico de las lesiones identificadas.
1. Registros y Consideraciones Legales:
El mantenimiento de registros meticulosos es crucial, incluyendo la documentación
de la hora de todos los eventos.
Se debe obtener el consentimiento para el tratamiento siempre que sea posible. En
emergencias que amenazan la vida, se proporciona el tratamiento primero y se
obtiene el consentimiento formal después.
Si se sospecha actividad criminal, se deben preservar las pruebas forenses.
1. Trabajo en Equipo:
La evaluación de los pacientes traumatizados a menudo se realiza por un equipo
multidisciplinario liderado por un jefe de equipo.
La comunicación clara y dirigida es esencial para un trabajo en equipo eficaz. Se
debe utilizar un acrónimo como MIST para la transferencia de información del
personal prehospitalario.
"To perform effectively, each trauma team should have one member serving as the
team leader."
"As the ABC assessment proceeds, it is vital that each member knows what the
other members have found and/or are doing. This process is facilitated by
verbalizing each action and each finding out loud without more than one member
speaking at the same time."
Pitfalls y Prevención:
El capítulo también destaca varios "pitfalls" (errores comunes) y estrategias para su
prevención en cada etapa de la evaluación y manejo inicial. Estos incluyen problemas con
el equipo, intubación fallida, pérdida progresiva de la vía aérea, hipotermia, interpretación
inexacta de la pulsioximetría, inducción de vómitos por la sonda gástrica, lesiones no
detectadas debido a edema facial o fracturas maxilofaciales sutiles, subestimación de la
pérdida de sangre en fracturas pélvicas y dificultad para diagnosticar lesiones en pacientes
con traumatismo craneoencefálico o lesión de la médula espinal.
Este resumen proporciona una visión general de los principios fundamentales de la
evaluación y el manejo inicial del paciente traumatizado según el ATLS, enfatizando la
importancia de un enfoque sistemático y prioritario para mejorar los resultados del
paciente.