ACEPTACIÓN
En lenguaje sencillo, Aceptación significa permitir que nuestros pensamientos y sentimientos sean
como son, sin importar si son agradables o dolorosos; haciendo espacio para ellos; abandonando la
lucha con ellos; y dejarlos ir y venir como lo hacen naturalmente.
Recordatorio: Aceptar el dolor es en servicio de algo importante, significativo, y que enriquezca nuestra
vida. No abogamos por la aceptación de cada pensamiento y sentimiento. Abogamos por la aceptación
siempre y cuando nos permita actuar de acuerdo con lo que nos importa, lo que valoramos en la vida. Se
trata de aceptar activamente nuestras experiencias privadas: pensamientos, sentimientos, recuerdos,
etc. No se trata de aceptar pasivamente nuestra situación de vida. Abogamos por la toma de medidas
para mejorar nuestra situación de vida tanto como sea posible: ¡aceptación y compromiso! Por ejemplo,
si estuviste en una relación abusiva, es importante que te des espacio para que surjan todos los
pensamientos y sentimientos dolorosos, en lugar de recurrir a estrategias contraproducentes como
beber, fumar, comer en exceso, rumiar o preocuparte excesivamente. A la vez, puedes actuar alineada
con tus valores, ya sea para mejorar la relación o para dejarla.
ACEPTACIÓN DE EMOCIONES
Este ejercicio se construye a partir de ocho procesos unidos: observar, respirar, expandir, permitir,
objetivar, normalizar, mostrar autocompasión y expandir la conciencia. El objetivo de éste, no es
cambiar o reducir los sentimientos, sino aceptarlos, permitir que estén ahí sin luchar. ¿Por qué? Porque
cuando no invertimos tanto tiempo, energía y esfuerzo en tratar de controlar cómo nos sentimos,
podemos invertirlo en hacer algo valioso para nuestra vida.
1. OBSERVAR
Para aceptar un sentimiento o sensación, primero debemos notarlo; acércanos, en lugar de evitarlo. El
simple hecho de observar o notar un sentimiento con curiosidad a menudo conduce a la aceptación, y si
no, es al menos un paso en la dirección correcta.
2. RESPIRAR
Respirar en una emoción permite hacerle espacio.
3. AMPLIAR
Hacer o crear espacio, abrirse o expandirse para que la emoción tenga cabida.
4. PERMITIR
Es importante recordar, que la aceptación no significa que nos guste o nos agrade un pensamiento o
sentimiento: significa permitirlo. Es muy probable que te genere incomodidad, la idea es permitirlo un
momento, dejarlo estar.
5. OBJECTIVAR
Cuando convertimos un sentimiento en un objeto, nos ayuda a experimentar que este sentimiento no es
más grande que nosotros; tenemos espacio para él. No necesitamos encoger o quitar el objeto; solo
tenemos que hacerle espacio.
6. NORMALIZAR
Si podemos reconocer que es normal y natural tener sentimientos dolorosos, que esto es una parte
inevitable del ser humano, es más probable que los aceptemos.
7. AUTOCOMPASIÓN
Ser amable y afectuoso con uno mismo, y entregarse el consuelo y cariño que uno necesita.
8. AMPLIAR LA CONCIENCIA
A veces, es posible que deseemos centrarnos en nuestras emociones todo el tiempo. Sin embargo, la
mayor parte del tiempo, si nos concentramos demasiado en nuestros sentimientos, se interpondrán en
el camino de la vida. Es importante mantener el equilibrio de hacerle espacio a las emociones e
interactuar con el mundo que nos rodea y hacer lo que sea necesario para que nuestra vida sea como la
queremos.
A medida que ampliamos la conciencia, el sentimiento ya no es el centro de atención; es simplemente
uno de los muchos actores en un escenario bien iluminado. Esto en sí mismo facilita la aceptación:
cuando es sólo "una parte de todo el espectáculo", el sentimiento ya no parece tan grande y
amenazante.
PONIENDO EN PRÁCTICA LA ACEPTACIÓN POR MEDIO DE LA MEDITACIÓN:
Para hacer el siguiente ejercicio, puedes leer primero los pasos para familiarizarte con el proceso. Luego
para practicarlo, puedes tener los pasos a mano, o bien puedes grabarlo con voz lenta y uniforme.
1. OBSERVAR
Te invito a que te sientes erguida en tu silla, con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo. La
mayoría de las personas descubren que se sienten más alertas y despiertas sentadas de esta manera, así
que pruébalo y fíjate si es tu caso. Cierra los ojos o fija la mirada en un lugar, lo que prefieras. Respira
lenta y profundamente unas cuantas veces, y observa realmente la respiración que entra y sale de tus
pulmones.
Ahora escanea rápidamente tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, empezando por el cuero
cabelludo y bajando. Nota las sensaciones que puedes sentir en tu cabeza, garganta, cuello, hombros,
pecho, abdomen, brazos, manos, piernas y pies. Ahora enfócate en la parte de tu cuerpo donde sientes
esta sensación con mayor intensidad. Observa la sensación de cerca, como si fueras una científica
curiosa que nunca antes había encontrado algo así….
Observa la sensación con atención. Deja que tus pensamientos vayan y vengan, como autos que pasan, y
mantén tu atención en la sensación. Observa dónde comienza y dónde se detiene. Aprende todo lo que
puedas sobre ella. Si dibujaras un contorno alrededor de esta sensación, ¿qué forma tendría? ¿Está en la
superficie de tu cuerpo o dentro de ti, o en ambos? ¿Hasta dónde llega dentro de ti? ¿Dónde es más
intensa? ¿Dónde es más débil?
Ten en cuenta que si te distraes con tus pensamientos, tan pronto como te des cuenta, vuelve a
concentrarte en la sensación. Obsérvala con curiosidad. ¿Es diferente en el centro que en los bordes?
¿Hay alguna pulsación o vibración dentro de ella? ¿Es ligera o pesada? ¿Se está moviendo o está quieta?
¿Cuál es su temperatura? ¿Hay puntos calientes o fríos? Observa los diferentes elementos dentro de
ella. Nota que no es solo una sensación; hay sensaciones dentro de las sensaciones. Observa las
diferentes capas.
2. RESPIRAR
Mientras observas esta sensación, respira dentro de ella. Imagina que tu respiración fluye hacia y
alrededor de esta sensación. Respirando dentro y alrededor de ella. (Quédate unos segundos
respirando).
3. EXPANDIR
Y mientras estás respirando en ella, es como si, de alguna manera mágica, todo este espacio se abriera
dentro de ti. Te abres alrededor de esta sensación. Haz espacio para ella. Expándete alrededor de ella,
sea lo que sea que estés sintiendo... Respirando y abriéndote a su alrededor...
4. PERMITIR
Ahora, permite que esta sensación esté ahí. No te tiene que gustar o quererla... Simplemente
permítela… Deja que sea tal cual es. Obsérvala, respira dentro de ella, ábrete a su alrededor y deja que
sea como es.
Puede que sientas una fuerte necesidad de luchar con ella o de alejarla. Si es así, simplemente reconoce
que ese impulso está ahí, pero no actúes en consecuencia. Sigue observando la sensación.
No intentes deshacerte de ella ni modificarla. Si cambia por sí sola, está bien. Si no cambia, también está
bien. Cambiarla o deshacerse de ella no es el objetivo. Tu objetivo es simplemente permitir que esté
ahí… dejarla ser.
5. OBJETIVAR
Imagina que esta sensación es un objeto. ¿Qué forma tendría? ¿Es líquido, sólido o gaseoso? ¿Se mueve
o está quieto? ¿De qué color es? ¿Es transparente u opaco? Si pudieras tocar la superficie, ¿cómo se
sentiría? ¿Húmedo o seco? ¿Áspero o liso? ¿Caliente o frío? ¿Suave o duro?
Observa este objeto con curiosidad, respira en él y ábrete a su alrededor. No necesitas que te guste ni
que lo quieras. Solo permítelo… Y recuerda que tú eres más grande que este objeto. No importa cuán
grande sea, nunca será más grande que tú.
6. NORMALIZAR
Esta sensación te está diciendo algo importante… te está diciendo que eres un ser humano normal. Te
está diciendo que te importa… que hay cosas en la vida que te importan. Esto es lo que los humanos
sienten cuando hay una brecha entre lo que quieren y lo que tienen. Cuanto mayor es la brecha, mayor
es la sensación.
7. MUESTRA AUTOCOMPASIÓN
Ahora, toma una de tus manos y colócala en la parte de tu cuerpo donde sientes esta sensación. Imagina
que esta es una mano sanadora, como la de una amiga, una madre o una enfermera cariñosa. Siente el
calor fluyendo de tu mano hacia tu cuerpo, no para deshacerte de la sensación, sino para dejarle
espacio… suaviza y afloja alrededor de ella.
Sostén la sensación con cuidado, como si fuera un cachorro asustado.
Ahora baja la mano, respira una vez más en la sensación y expándete a su alrededor.
8. AMPLIAR LA CONCIENCIA
La vida es como un espectáculo en el escenario, y en ese escenario están todos tus pensamientos, todos
tus sentimientos, y todo lo que puedes ver, oír, tocar, saborear y oler. Y durante los últimos minutos,
atenuamos las luces en el escenario y nos enfocamos en esta sensación. Ahora es momento de
encender el resto de las luces. Trae la atención de nuevo a tu cuerpo… nota tus brazos, piernas, cabeza y
cuello… y observa que tienes el control de tus brazos y piernas, sin importar lo que estés sintiendo.
Muévelos un poco para comprobarlo tú misma. Y ahora, estírate y observa cómo te estiras… Y enciende
las luces de la habitación. Abre los ojos, mira a tu alrededor y observa lo que puedes ver. Nota lo que
puedes oír. Observa que no hay solo una sensación aquí… hay una sensación dentro de un cuerpo,
dentro de una habitación, dentro de un mundo lleno de oportunidades.